Viernes, 12 de enero de 2018

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando los Ojos de Dios contemplen la Tierra y Su Silencio dé lugar a la emanación de Su Verbo diciéndole al mundo: "¡Renace!", ¡que renazcan la vida, las esencias, las almas y los espíritus de los seres!

Que renazcan los Reinos de la Naturaleza, ultrajados. Que renazcan los corazones perdidos. Que renazcan los tesoros, ocultos por la ignorancia de la humanidad.

Este es el tiempo de preparar el corazón para el renacimiento. No pienses solo en la muerte, en el caos y en las guerras, en las purificaciones y en los conflictos. Eleva los ojos al Cielo y únete al Silencio de Dios, en la espera de que Su Verbo se pronuncie al mundo y dé vida nueva a todos los seres.

Sí, déjate purificar, transformar y morir al viejo hombre, ¡pero que tu corazón no esté solo allí! Que tu corazón esté, hijo, en la esperanza de renacer; porque hoy lo que estaba oculto ya comienza a emerger. Así como la Aurora, que renació a la vida en la Tierra por emanación de la Voluntad Divina, también parte del Sol de Dios en el Corazón de Brasil volverá a brillar.

Déjate renacer por medio de los Misterios Divinos. Déjate renovar, aunque no comprendas lo que te digo. Mi Verbo trae misterios, así como la Voluntad de Dios; pero si sigues lo que digo y colocas tu mirada en lo Alto, acompañando los pasos del Creador, tú te renovarás como la vida y renacerás, una y otra vez, aun cuando a tu alrededor el mundo experimente el caos, la muerte y la ausencia de sentido para la vida.

Sé un instrumento de la vida. Renace con la Voluntad Divina y renuévate todos los días, para que Dios pueda renovar el mundo a través de tu corazón.

Ve, hijo, como la cura vuelve a emerger sobre la Tierra. El Corazón de la Nueva Aurora atrajo hacia el mundo la cura para que otros Soles, que se apagaron por la indiferencia humana, pudieran volver a encenderse y, en medio de las tinieblas del final de los tiempos, la luz vuelva a brillar.

Sé parte de esta luz. Sé parte de este misterio de amor.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo