Sábado, 11 de junio de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL ÓMNIBUS ÁGUILA DE LUZ, DURANTE EL VIAJE ENTRE EL CENTRO MARIANO DE AURORA  Y LA CIUDAD DE SANTA FE, ARGENTINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que el camino de los que peregrinan en búsqueda del Reino de Dios sea siempre bendecido e iluminado por la Presencia del Creador.

Hijos:

Hoy vengo para dejarles Mi guía a todos los grupos que parten en pro de la manifestación del Plan Divino. Que las diferentes misiones que ustedes llevan adelante en estos días reconstruyan el espíritu de unidad entre las naciones.

Ustedes deben unir espiritualmente a los pueblos del Paraguay y de la Argentina, que un día, a través de la consciencia de los Guaraníes, fueron uno solo, sin distinciones. Que por intermedio de la misión en Europa curen las heridas de separatividad, heridas que aumentaron y hasta los días de hoy hacen padecer a muchos corazones, sobre todo en los pueblos originarios.

Que entre esos tres grupos de trabajo haya unidad, una unidad que trascienda para que sea la aparente diferencia entre las metas que cada grupo tiene que trabajar. Un pedido de Dios está siempre lleno de muchos misterios, y la consciencia humana solo puede abarcar una parte de lo que él representa.

Hijos amados, que en sus mundos internos esté la firme determinación de curar el pasado. Que los grupos orantes de Europa coloquen al Paraguay y a la Argentina en sus oraciones de los próximos días; que estas dos naciones se unan en la esencia del perdón, para que, por medio del servicio y de la oración, el mal que sujeta a las almas a estados de miseria y de sufrimiento espiritual pueda ser liberado.

Cuando oren y clamen por la paz en la Argentina, recuerden la unidad entre las naciones, acuérdense especialmente de los pueblos originarios y de despertar el perdón en los corazones de todos.

Cuando sirvan en el Paraguay, háganlo sin una identidad social, sin una nacionalidad, sin una cultura. Háganlo como consciencias enviadas por Aquel que es Único y que contiene en sí a todas las cosas. Aquel en el cual comienzan y terminan todos los caminos.

Sirvan, hijos, reconociendo la miseria humana, pero sin fijar el corazón en ella. Fíjense en la esencia de cada ser.  Concéntrense en vivir la unidad. Recuerden a sus hermanos en la Argentina y en Europa y, con simple intención, dejen que el Creador cure el pasado y prepare para el futuro Su Unidad dentro de las consciencias. Dispónganse, cada día, a ser instrumentos de Dios y déjense guiar. La necesidad material será grande, pero la verdadera misión ocurre en los niveles del espíritu.

Yo los bendigo y los uno en el Corazón de Dios para que reconozcan a esas misiones como una misión única, en nombre del establecimiento de la paz y de la redención en este planeta.

Les dejo Mi bendición,

San José Castísimo