Domingo, 12 de junio de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SANTA FE, ARGENTINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que los corazones de cada servidor de esta Obra de Amor se unan y se fundan, formando así un solo corazón. Que la unidad entre los orantes construya la unidad entre las naciones y los prepare para los nuevos tiempos, una Tierra sin fronteras, sin divisiones.

Hijos:

La unidad que proviene de Dios aspira, ardientemente, a vivir en cada corazón humano; basta que le abran las puertas y que, con sus acciones e intenciones, le demuestren al Creador que aspiran a vivir Sus Principios.

Mientras las tormentas aún no llegaron a todos los campos, siembren, entre las hierbas que ya nacieron en este mundo, los principios de una nueva vida. Únanse sin distinciones, oren y clamen por las naciones del mundo.

Llegó la hora de que América sea la cuna de una nueva vida, y de la unión de sus corazones dependerá que otras naciones puedan tener una oportunidad de permanecer en la Tierra y de evolucionar bajo Leyes divinas.

Este es el momento de curar las heridas, de perdonar y de ser misericordioso, para que puedan renacer como humanidad sin tantas cargas del pasado.

Después de enseñarles el camino de la transformación, ahora veo, hijos, que muchos no dan los pasos que tanto aspiran porque sus almas están presas de dolores y heridas que muchas veces desconocen conscientemente. Por eso les pedí la campaña Sembrando el Amor en la Humanidad. Mientras haya rencor en el corazón humano, esa campaña debe continuar.

Los Mensajeros Divinos están trabajando en muchas naciones al mismo tiempo y los llamamos para que nos acompañen de modo consciente para que, en nombre de toda la humanidad, vivan una renovación, no solo como individuos, sino también como raza.

Ha llegado el momento de vivir una cura más profunda que trascienda el propio corazón y penetre en las consciencias de las naciones, porque de esa forma la transformación personal y el aprendizaje del amor repercutirán en la evolución del planeta y le dará nuevas oportunidades de cumplir la Voluntad de Dios y de seguir Sus Leyes.

Hijos, les pido que, si quieren crecer como espíritus y como servidores del Plan, no solo escuchen Nuestras palabras, sino ejercítenlas y vívanlas. Oren verdaderamente por las naciones. Enciendan sus corazones y siembren los principios de una nueva vida.

Yo estaré al lado de cada uno de ustedes en esta siembra, y pronto recogeremos los frutos de la Nueva Humanidad.

Su padre y amigo,

San José Castísimo