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Mis queridos hijos de San Pablo:
Me alegra reencontrarlos reunidos en el Amor de Mi Hijo en esta Sagrada Casa de Dios, impregnada de las experiencias de servicio y de caridad, experiencias de despertar y de apertura para aprender a amar el Plan de Dios.
Hoy, estoy aquí con ustedes, especialmente para comenzar el nuevo ciclo del Núcleo-Luz en San Pablo, un ciclo preparatorio para los tiempos de emergencia, pero sobre todo para el acogimiento de las almas que sufren.
Queridos hijos, por eso desde ahora, les pido que abran el corazón y la mente, que se dejen guiar hacia lo que está previsto para este punto de Luz, para que pueda acontecer conforme Dios lo necesita.
He aquí, Mis hijos, el tiempo venidero de la renovación, de una renovación que necesita comenzar primero en cada uno de ustedes, para que luego se refleje en esta Sagrada Casa, bendecida por Mí, una y otra vez.
Mis hijos, les pido que, en este nuevo ciclo de renovación del Sagrado Núcleo-Luz, den el primer paso en la fe, en la confianza y principalmente en la apertura del corazón. Así se irá mostrando y manifestando el Propósito que aquí necesita concretarse.
Este Sagrado Núcleo en la ciudad de San Pablo es esencial, decisivo e importante por la misión que cumple en el Plan del Padre Eterno. Por este motivo, Mis hijos amados, Yo estoy aquí, una vez más como Madre Paulista, para impulsarlos a todos sin excepción a ingresar en esta nueva etapa del Núcleo-Luz.
Desde ahora, Mis queridos hijos, les deseo con todo Mi Corazón un muy buen comienzo de ciclo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
La cura de la humanidad se dará a través de la renovación que la juventud puede traer mediante la fuerza de la oración, la expresión de un arte evolutivo y el sentimiento de la música elevada.
Las bases del nuevo ciclo del planeta se encuentran en la unión de cada joven con los diferentes Atributos de Dios y en su capacidad de expresarlos para generar en la humanidad la trascendencia del sufrimiento y del dolor.
La juventud tiene una misión fundamental, ya que a través del impulso de su despertar espiritual podrá renovar el despertar de los servidores y de todos los colaboradores del Plan.
El despertar espiritual del joven de estos tiempos está unido a todo lo que representa, dentro de sí mismo, la comunión con la esencia de la vida universal.
Por medio del Festival de la Juventud por la Paz se construye espiritualmente una base para que, a través de la juventud, la Jerarquía Espiritual pueda impulsar la renovación de la consciencia humana, a fin de desprenderse de los errores y alcanzar la cura tan esperada.
En la juventud de hoy deberá despertar esa necesidad interior de religarse con el Plan de la Jerarquía, sabiendo que cada actividad ofrecida a través de la música, del arte y de la oración universal crea las condiciones necesarias para que la humanidad y el planeta se puedan liberar del sufrimiento.
Para esta edición del Festival de la Juventud por la Paz en la ciudad de San Pablo y delante del destino que todos los jóvenes de Brasil tienen que construir, a pesar de las oscilaciones de las naciones, el atributo es el amor, el que siempre deberá actuar primero a fin de que la adversidad y la dualidad sean derrotadas por el amor que puede expresar cada joven en este ciclo.
Esa es la razón por la cual el Festival de la Juventud por la Paz llega a San Pablo, en una nueva edición, ofreciendo en cada detalle la misión de dejar que el amor actúe primero.
Desde el Universo Espiritual envío un impulso de amor y de luz para cada corazón joven, sabiendo que en cada uno deberá despertar ese espíritu de servicio y de amor incalculable hacia los sagrados Reinos de la Naturaleza.
En comunión con la vida universal, una vez más, queridos jóvenes de la paz, ¡Yo les agradezco por construir ese espíritu de renovación!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre del Mundo
Hijos Míos:
En el día de San Pedro y de San Pablo, festividad de los primeros misioneros de Cristo, he venido a Ginebra en nombre de la paz y de la unidad para confirmar la alianza ecuménica entre todos los cristianos.
Esa es la razón por la cual la siempre Virgen María y Madre de la Iglesia ha pedido en este día, 29 de junio, un encuentro especial en Ginebra, sede de muchos órganos estatales, para poder unir en los planos internos a todos los creyentes de Cristo, por medio del ecumenismo hermanado entre Sus servidores.
La misión de cada cristiano es amar el Propósito de Dios y llevarlo adelante mediante la igualdad de condiciones y bajo el espíritu sagrado de la comprensión de las diferentes manifestaciones cristianas de la fe.
En este siglo XXI, en el que el mundo enfrenta desafíos grandes y también desigualdades sociales y globales, que la Llama del Amor de Cristo sea el punto de unión entre todos los cristianos, basados en el principio de la fe y en el Sagrado Evangelio de Cristo.
Como Madre de la Iglesia y de la humanidad, Mi Hijo Me envía para conceder la Gracia profunda del entendimiento, del conocimiento y de la sabiduría para que todos los que abran su corazón al llamado del ecumenismo puedan, juntos y en unidad, solventar y responder a las urgentes necesidades de la humanidad, de todo el Pueblo de Dios.
Este ecumenismo interreligioso permitirá que todos los cristianos, bajo un mismo fin y amparados por la Gracia Divina, puedan alcanzar la visión total de las diferentes carencias y necesidades de la humanidad, sabiendo que es urgente e inmediato disolver juntos la maldad, las guerras y los conflictos que abrazan a muchos pueblos en el mundo y rescatar de esos durísimos abismos a los que más sufren: a los inocentes.
Mediante la unidad ecuménica y cristiana, Cristo obrará más ampliamente, porque en todo lugar Sus discípulos de estos tiempos deberán ser testigos del Evangelio, para poder sembrar las semillas de la fe, del amor y de la unidad en los suelos más áridos de este mundo.
Y Cristo, el Agua Viva, será el que regará y cultivará lo que Sus allegados realizarán en el mundo.
La unión ecuménica y cristiana generará el espíritu del respeto y, sobre todo, una verdadera solidaridad entre los cristianos que acompañan, con su sentimiento y a través de su fe y de su confianza en las enseñanzas del Evangelio, al mismo Dios, Único y Omnipresente.
En el día de los Apóstoles Pedro y Pablo, que vuelva a surgir en todas las Iglesias cristianas el espíritu misionero, el que impulsará la revelación de la vida del apostolado en Cristo, tan necesario para aliviar el sufrimiento y llevar la cura y el amor a los corazones marginados.
Cristo es para todos.
Él vino por todos y para todos.
El esfuerzo de los testigos de Cristo será, mediante la unión ecuménica, llevar adelante la preparación de Su gloriosa segunda venida, preparando en las almas las bases de su unión con Dios y con todos los atributos que despierta la fe.
Al fin despuntará el ardiente deseo del Señor de que Sus seguidores y compañeros de camino misionero y apostólico se unan para atender la actual crisis mundial.
Por eso vengo a Ginebra para darles la bendición a todos y para estimularlos a llevar adelante la anunciación de la Palabra y del Amor de Cristo, por medio de las obras y de la unidad ecuménica.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Virgen de La Salette
Queridos hijos Míos de la ciudad de San Pablo y del mundo:
Hoy su Madre Celeste, en la presencia de Cristo y de San José, viene para renovar Su llamado a la adoración al Santísimo y Eucarístico Cuerpo de Mi Hijo, como una tarea espiritual de cada uno de ustedes para la sustentación del planeta y en especial de esta ciudad, en donde las almas definitivamente deben tener como prioridad esta misión en el fin de los tiempos.
Queridos hijos Míos, su Madre Celeste aún permanece en vigilia esperando, sobre todo, a aquellas almas que se comprometieron a colaborar con Su obra en este tiempo y así poder concretar la misión espiritual en Centroamérica y México.
También, hijos, he venido en este día con la aspiración de que asuman este llamado, no solo para sustentar esta ciudad de San Pablo, sino también para consagrarse como colaboradores espirituales del Plan que el Padre Celestial ha previsto para este tiempo.
Quisiera decirles, Mis amados hijos, que en esta hora es necesario atravesar el umbral de la inercia humana, de la comodidad material y espiritual. Quisiera que naciera de sus corazones el impulso permanente de vivir este llamado y que, a pesar de ser desconocido, puedan seguirlo con la libertad de sus almas.
Hoy reabro las puertas de esta casa de adoración con el fin de que todo el misterio del Universo también pueda ser vivido a través del portal de los adoradores al Santísimo y Predilecto Cuerpo Eucarístico de Cristo. En Él siempre encontrarán la liberación de sí mismos y de todas las fuerzas de la vida material. Desde el portal de los adoradores encontrarán la fuerza de la fe, la confianza y el amor que siempre los colmará.
Hijos, el ciclo una vez más cambió, sientan en sus corazones la voz de la Sierva de Dios y del Siervo de Dios, San José. Crean siempre en lo que les decimos. Los escogimos y los llamamos para que finalmente sean el ejemplo de la trascendencia y del amor que todo lo comprende y que todo lo puede.
Les dejo Mi Paz y los votos de que en verdad cumplirán Mi llamado, un llamado por su salvación y por la paz del planeta.
Les agradezco por responder y por colaborar con la obra de los Mensajeros Divinos.
Los ama por encima de todo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
A través de Mi presencia y de la presencia del grupo que peregrina junto a su Madre Celeste, Yo estoy desactivando espiritualmente lo que podría hacer desaparecer por completo la mitad de esta ciudad, que en su mayoría es indiferente al llamado de Dios y no lo acoge.
Es así que su Madre Celeste y sus misioneros en sacrificio, se ofrecen para estar durante el mes de octubre en el Estado de San Pablo para que las consciencias de aquí perciban que es hora de salir del punto al que llegaron, de no permanecer en la comodidad.
Por eso, hijos Míos, el Cielo y todo lo que forma el Universo Celestial está con la mirada detenida en los acontecimientos que se viven en esta ciudad de San Pablo; así como también el Universo observa si los servidores de la Madre Santísima están comprendiendo la importancia de mantener viva la casa ofrecida para la adoración al Señor.
Ya no es tiempo, Mis amados, de justificarse delante de la urgente necesidad de responder a un llamado, como también a la advertencia que les hace su queridísima Madre Celeste.
Por esta razón, un estado de transmutación permanente se ha instalado y algunos de Mis misioneros participan y colaboran con esa coyuntura, la que intentará, hasta el final de octubre, dejar una semilla de mayor consciencia.
Es por eso que todos los paulistas, así como todos Mis hijos del Brasil y del mundo, deberían tener como meta la colaboración con su Madre Celeste, para que un equilibrio y una armonía extraordinarios se instalen sobre la ciudad de San Pablo y esta sea merecedora de un tiempo mayor de paz.
Su Madre Celeste los invita a colaborar con la misión a Centroamérica y México en nombre de todos los que podrían hacerlo y no lo hacen.
Quiero de ustedes una constante actitud operativa y no estática. Deseo que, como en otros tiempos, los paulistas puedan salir de sí y ayudar en la sustentación que su casa ‒el amado Núcleo e isla de salvación‒ desempeña para el Plan Divino.
Les agradezco por acoger cada una de Mis palabras.
Los espera más despiertos,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo Soy la Madre de todos los pueblos, de todas las razas, de todas las culturas, de todas las religiones, porque soy la Madre de cada corazón humano y soy el Vientre del cual provienen todas las cosas. Nada está separado de Mí, hijos Míos. Solo se distancia de Mi Corazón aquel que se olvida de su filiación Conmigo y que se olvida de la unidad que debe existir entre cada corazón humano y Dios.
Por eso, vengo al mundo y coloco bajo Mi manto cada nación; por eso hago de aquellos de Mis hijos que están despiertos verdaderos espejos de Mi red de luz, para iluminar los abismos internos y planetarios que todavía oscurecen este mundo, y así liberar el mal y el sufrimiento de las almas.
Hijos, hoy Mi Corazón se regocija en Brasil como en Fátima, y Mi rosario se extiende más allá de los continentes, abrazando con sus cuentas de oración todos los mares y curando así el sufrimiento de los Reinos de la Naturaleza. Es así que uniendo Fátima y Aparecida, Me valgo de las oraciones de Mis hijos para realizar una tarea planetaria más amplia, que abarque todos los Reinos y todos los corazones.
Quisiera que Me acompañaran con sus más sinceras oraciones, intentando comprender la gran necesidad de que este mundo sea bañado por la Luz de Dios Altísimo y que los corazones reciban del Padre el despertar que sus almas tanto esperan.
Hijos amados, el terror aún existe en muchas partes del mundo, material e espiritualmente, sometiendo muchas almas. Por más que ustedes estén siempre bajo Mi manto, deben ser conscientes de que esta protección que Yo les entrego es para que trabajen Conmigo por la Paz y por la redención de este planeta.
Quisiera en este día, que Mis hijos en Fátima, como en Aparecida, sean conscientes de los Espejos de Luz que allí deposité para irradiar sus oraciones al mundo entero; sin embargo, hijos, las verdades de los Cielos fueron dichas para muy pocos, y esos deben representar a toda la humanidad.
Quisiera que Mis santuarios estuvieran repletos de almas conscientes de su misión y que, con el espejo de su corazón encendido, hicieran, de cada uno de esos santuarios, verdaderas usinas de transmutación y de redención para el planeta.
Por eso, en este día, les pido que, los que están más conscientes de Mi llamado, oren Conmigo por la paz mundial. Clamen por el despertar de las almas y, solo hoy, no pidan nada para sí.
Únanse a Mí en un clamor por el planeta, por los mares, por las almas que están en la obscuridad, por los que sufren, por los que duermen, por los que someten a sus hermanos.
Unan, hijos Míos, sus rosarios al Mío, en este día, y uniendo Fátima y Aparecida, vamos a encender esa red luminosa hacia la consciencia planetaria.
Hoy los Espejos de Luz se encienden y emiten un sonido divino que resuena más allá de los universos, en todo el Cosmos, para que Dios escuche la voz orante de Sus hijos.
Les agradezco, hijos amados, por ser conscientes de la necesidad de este mundo y por trabajar Conmigo por la Paz.
Agradezco a todos Mis hijos de San Pablo y de San José de Rio Preto por reflexionar sobre la necesidad del prójimo y por ayudarme a cumplir Mis Planes de Paz. Mi manto aún debe abrazar muchas almas y cuento con sus corazones para que eso sea posible.
Los amo y les dejo Mi Paz.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mientras su Madre Celeste aún permanece en vigilia y oración sobre la ciudad de San Pablo, quería decirles que el trabajo interior e intenso, que realizó Mi amado Hijo en ustedes, fue muy profundo y transformador.
Por otra parte, su Santa Madre espera pacientemente que algunas almas de esta nación se conscienticen y se compadezcan de la Señora del Cielo, abriendo sus bolsillos y ayudando como buenos celadores para que la misión a Centroamérica se cumpla.
Mi intención no es quitarles nada, sino llevarlos a la consciencia de la fraternidad planetaria, por el bien común de toda la humanidad y de todas las naciones.
Aquí, en esta ciudad de San Pablo, existen almas que podrían impulsar y concretar, de tiempo en tiempo, todos los proyectos divinos de su Madre Celeste.
Es así que, en este día sábado, Yo les traigo esta revelación para que la mayoría sepa que en verdad todo le pertenece al Creador y a Su Creación.
Por eso, hijos Míos, Mi aspiración de Madre es que el Brasil, así como otras naciones de América, se puedan solidarizar y para buscar, más allá de todo, la armonía y la Misericordia que todos los pueblos del mundo necesitan.
Vengo, en este día, a despertarlos a la fiel hermandad, a la castidad de las cosas materiales y a la austeridad de los bienes espirituales.
Vengo para enseñarles a compartir, así como la Sagrada Familia compartía todo lo que tenía.
Invito a cada uno de los brasileños a tejer Mi Manto de Luz en el mundo, a través de la caridad y del compartir; así harán del planeta un lugar de igualdades y no de desequilibrio y de gran pobreza.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Todavía estoy presente, queridos hijos de San Pablo, entre sus oraciones y en sus corazones, para impulsarlos ahora a la colaboración con Mi obra mariana y por la paz en el mundo.
En estos momentos su Madre Celeste acompaña el encuentro de oración de la misericordia y espera que la llama de fe de sus corazones los motive al despertar de la consciencia y a vivir la paz.
Mientras Mi Hijo Me envía para que les anuncie Mis designios, por otra parte, su Madre Celeste reza con todo el fervor de Su Inmaculado Corazón a la espera de que alguna consciencia complete las obras necesarias para que se lleve adelante la misión a Centroamérica.
Es en este día que Yo les traigo el espíritu de la responsabilidad ante el Plan de Dios, para que ustedes lo puedan vivir y asumir como prioritario en este tiempo en el que todo es permitido.
Quisiera ver en sus corazones la fuerza de esa confirmación interior permanente, porque será de esa forma que su Madre tendrá lugar y espacio para poder desarrollar Su obra en la humanidad y en el mundo.
Que en este día de Misericordia sus vidas se unan a Mi llamado, porque ya es hora de concretarlo y todo el planeta lo necesita.
Estoy con ustedes y rezo por ustedes para que despierten a Dios, al Amor Mayor.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este día vengo del Cielo y, estando aún sobre el Estado de San Pablo, espero que los corazones de todos Mis hijos se conmuevan, para que en ellos despierte algún día el espíritu de la caridad, de la cooperación y del bien.
En este, Mi amado Brasil, encuentro corazones y vidas altamente devotas, que pueden verdaderamente contribuir con Mi Plan de salvación en el mundo.
Es por esa razón, queridos hijos, que su Madre Celeste estará en vigilia y oración durante el mes de octubre sobre la ciudad de San Pablo, así como lo estuve durante toda la Agonía, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Mi Hijo, pero esta vez estaré arrodillada esperando que algunas consciencias despierten y tengan en cuenta la importancia de colaborar con esta misión de paz a Centroamérica y México.
¿Por qué, queridos hijos, Yo les manifiesto esto?
No es una amenaza ni tampoco una presión mayor que les impongo, es una realidad que va más allá de su entendimiento y de sus consciencias, intento aproximarlos todos los días a Mi plan de corredención, que se establece a través del comando celestial de Cristo.
Espero que durante este mes de octubre, en donde celebraremos a la Aparecida, la Patrona del Brasil, Mis pequeños hijos consigan con determinación y fe aceptar este llamado a la colaboración fraterna y mutua con los Planes divinos de su Santísima Madre.
Mi Amado Hijo se prepara desde el Cielo para descender y para realizar una importante tarea en todo el Estado de San Pablo.
Es por esa causa que, desde este instante, su Madre Celeste los prepara para ese momento para que sus corazones y no sus mentes estén receptivos a las Palabras sagradas de Cristo.
Necesito en estos días que sus vidas sacrifiquen algo para que Mi Plan se cumpla. Invito a los hijos de María consagrados con el manto celeste a que realicen ese ejercicio de sacrificio y de austeridad por el planeta y por el Santísimo Hijo del Universo.
Agradeceré desde ahora su más sincero esfuerzo.
¡Les agradezco por acompañarme en la realización de Mi obra de paz para el mundo!
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Si Mi Hijo se dejó morir por ustedes para poder salvarlos y para que tuvieran vida eterna, acto y hecho realizado por amor, ¿por qué ustedes no perdonarían a los que los han traicionado tantas veces?
El amor es un acto solo para los heroicos de corazón, porque de esa forma se trasciende el error, que es humano e indiferente.
Por eso los invito a amar a los que son indiferentes, omisos y malvados; oren por ellos, porque en ellos Dios no está completamente realizado y son infelices por que cometen tantas veces las mismas fallas sin poder liberarse de ellas.
El amor crístico se gesta en la transparencia, en la renuncia y en el sacrificio por los que no son transparentes, por los que no renuncian y por los que no se sacrifican y se acomodan según sus expectativas terrenales.
Por todos esos Mi Hijo aún trabaja, porque detrás de toda roca dura se encuentra el precioso cristal que todavía no fue hallado por la propia consciencia.
Sean en esta vida como San Pablo, que habiendo hecho todos los males del mundo, tocado por la Luz de Cristo se convirtió en un fiel seguidor de Vuestro Señor.
Por encima de toda indiferencia que reciban, hagan el bien que no pueden vivir y destierren el mal de la separación y de la omisión de los unos para con los otros.
¿Qué ganarán?
Ayuden al mundo a conquistar su redención; para eso primero sean esa redención manifestada a través de una verdadera transformación.
Su verdadera aspiración debe ser la entrega para después vivir la renuncia y por último la humillación por los que no se humillan, al carecer de amor consciente.
Queridos hijos, Mi Hijo bebió ese trago amargo de la negación y, sabiendo que eso era injusto, el amor estuvo en primer lugar.
Como Nuestra Señora de la Piedad aún tengo entre Mis brazos a los que por varias razones se alejaron de Mi Corazón; en piedad contemplo y espero su pronta rehabilitación.
Recemos para que los que perdieron el camino, encuentren de nuevo la luz que los guiaba.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mi canal purísimo de Misericordia se ha abierto en este lugar para que todas las almas sedientas vengan aquí y beban de Mi sagrada Fuente de Gracias.
Llego a este lugar por medio de Mi Gloria y no de Mi Justicia y aunque muchas almas blasfeman el Nombre de Dios, Mi divina e insondable Misericordia se derrama sobre las almas perdidas de esta ciudad, con la esperanza de que algún día alcancen la redención.
Hoy nuevamente Mi Espíritu sacerdotal y misericordioso los reúne, para que cada uno de Mis orantes se vuelva a confirmar en la consagración a Mi Sagrado Corazón.
En Gracia y Piedad desciendo al mundo junto a las huestes del Arcángel Miguel, para retirar a los espíritus que perturban a las almas de Dios; de esa forma, Mi Poder soberano los libera, los transmuta y les quita las amarras que no les permiten caminar en confianza hacia Mi Corazón Sacratísimo.
Pero a través de la constancia de los adoradores a Mi Cuerpo Eucarístico, ustedes Mis amigos, recibieron la Gracia de Mi santa Presencia interior y espiritual. Así, Yo los congrego una y otra vez en torno a Mi Mesa para que siempre recuerden que los estaré esperando, para que todos los días de vuestras vidas comulguen de Mi Cuerpo y de Mi Sangre.
La humanidad entera enfrenta en este siglo XXI el primer tiempo de la Justicia Divina; pero todos los días a las tres de la tarde, cuando el reloj marca el momento de Mi Muerte en la Cruz, Yo derramo desde la Fuente del universo la salvación y la redención.
Ahora que ustedes ya fueron formados como soldados de la oración; espero en el silencio que caminen entre las tinieblas y que no teman enfrentar al viejo ser, al que le ha llegado la hora de morir para que nazca la Luz del Creador en cada uno de ustedes.
Mientras millones de almas vivientes en los cuatro puntos de la Tierra están enfrentando la transición planetaria, en la Humildad de Dios y en nombre del amor, Yo Me inclino ante los Míos, para que asciendan al Padre Eterno a través de la escalera al Cielo que hoy muestro internamente para todos.
Deseo que amen cada día más porque, en verdad les digo, será el amor del corazón que vencerá todo mal y resucitará a los muertos, así como una vez Yo resucité a muchos en el pasado. Por esta razón y por un propósito infinito, desciendo en Luz a este lugar y a esta ciudad para que a tiempo las almas reconozcan Mi Llamado de vivir la redención, la penitencia y la reconciliación por medio de la Comunión Ecuménica.
Mientras espero que las almas despierten, vengo en este día glorioso a fortalecer los votos que muchos hicieron a Mi Sagrado Corazón, que hoy se muestra al mundo traspasado por la corona de espinas que las almas injustas Me colocan diariamente.
Pero hoy les digo, que la fuerza de vuestro amor es lo que ha permitido que Yo esté entre ustedes y con todos los corazones sufrientes del mundo.
El mundo se apaga sin poder ver la luz y cada acto que Me ofrezcan en los tiempos que llegarán, permitirá que un alma sea rescatada por Mi Amor.
Que esta Maratón represente la confirmación de vuestros espíritus en la misión planetaria, la cual se manifestará a través de la unidad entre vuestros pequeños corazones.
Bajo la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, sean bienaventurados y valientes.
¡Gracias, amigos Míos, por retirar las espinas ingratas de Mi doloroso Corazón!
Cristo Jesús, vuestro Rey
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cristo, para llegar aquí hoy, tuvo que hacer un gran movimiento espiritual, que iba acompañado por el cántico que estábamos haciendo.
Él dijo que hoy venía acompañado por las huestes del Arcángel Miguel, y se manifestó como un Sacerdote.
Después, Él se mostró como el Sagrado Corazón traspasado por las espinas ingratas del mundo. Y, a través de esa presencia, Él se mostró todo el tiempo y nos dio un ejemplo muy concreto a cada uno de nosotros, de cómo está la realidad planetaria, en este caso, aquí, en San Pablo. Pero cuando mostraba esa situación de las almas de San Pablo, en referencia a la ingratitud, Él fue mostrando también varias cosas que pasaban en el mundo.
En el momento que el Maestro apareció, Él extendió Sus brazos y abrió Sus Manos hacia nosotros, como Sacerdote. Y debajo de Sus pies se dibujó el mundo entero. Él mostraba varios puntitos que revelaban varias situaciones en el planeta.
En ese momento, Cristo comenzó a dar Su Mensaje y Él llamó a cada uno de nosotros a estar en una profunda serenidad, porque será la forma de que podremos enfrentar el fin de los tiempos.
Por primera vez después de tanto tiempo, en los mensajes que son transmitidos por Cristo para cada Maratón, Él se extiende en Su diálogo a través de este Mensaje. En un momento, pensamos que Él no iba a parar de hablar, y por lo que vimos aquí Él escribió varias hojas, porque sabe que es necesario para cada uno de nosotros que podamos entender qué es lo que está sintiendo Su Sagrado Corazón en este momento, en relación a lo que sucede en este mundo, en este siglo XXI.
Antes del momento de la Aparición, María manifestó algo importante sobre esta región.
Cuando la Virgen descendía del Cielo, también descendían doce palomas de fuego, las cuales se colocaron sobre la casa formando un círculo. Cada una de las doce palomas irradiaba un rayo de luz diferente, que se manifestaban como rayos de diferentes colores y tonos. Esos rayos de colores venían del universo y descendían directamente sobre las doce palomas.
En ese momento percibimos que era algo espiritual que estaba sucediendo en nuestras consciencias.
También la Virgen María, a través de ese acontecimiento, congregaba en los planos internos a los hermanos de los diferentes grupos de oración que hoy no pudieron estar aquí presentes.
Cuando Nuestra Señora apareció sobre nosotros, primero aparecieron Sus brazos de luz abriéndose hacia nosotros, después aparecieron Sus manos y, en cuanto Ella las abría, salía una luz celeste de Sus palmas. Después terminó de aparecer Su silueta de luz y, al final, la Virgen María apareció bien nítida, bien clara. Lo que más nos llamó la atención fue el brillo de Sus ojos celeste turquesa, muy luminosos.
Ella nos miraba con atención, en silencio, con mucho amor de Madre. Después la Madre Divina comenzó a derramar Su luz sobre esta casa y se mostraba alegre, feliz y al mismo tiempo estaba serena; estaba a gusto por hoy estar aquí con nosotros.
Cada vez que Ella nos transmitía ese sentimiento, Su vestimenta se iluminaba de luz clara y transparente. Hoy Ella apareció vestida con un velo blanco, se veía una parte de Su cabello peinado con raya al medio. Tenía un manto celeste, una túnica rosa y un cinturón dorado. Todo el tiempo tuvo Sus brazos extendidos hacia nosotros. Su rostro era rosa claro y Sus ojos turquesa eran muy brillantes.
Queridos hijos Míos:
Vengo del Cielo a vuestro encuentro, con el propósito de que amen mucho más de lo que han amado hasta ahora. Yo les vengo a enseñar todos los días a caminar en la fe del corazón, para que a través de la presencia de Mi Hijo, sean Mis apóstoles de la verdad, de la caridad y de la paz.
Como Vuestra Madre Santísima, a cada uno de ustedes le he entregado una misión espiritual, la cual es vista por Vuestro Padre como una misión interior y más íntima, unida a Mi Inmaculado Corazón.
El Señor desea de este grupo una devoción más amplia, pues ahora este será vuestro don como grupo de almas; el camino de vuestra devoción a Mi Corazón Inmaculado será el que permitirá realizar las obras que Yo tengo previstas a través de vuestros corazones.
Mi abrazo de Madre y Mi maternal consolación los acompaña día y noche. Les pido que ya no lloren más, que vuestras lágrimas sean de alegría, de compasión y de amor por todos los que tienen sed del verdadero amor de Dios.
El Padre espera de vuestro grupo una devoción ardiente, capaz de remediar los dolores que muchas almas sienten por la falta de amor y de oración.
Yo les enseño, Mis queridos, a caminar en la verdad y en la unión predilecta con Mi Amado Hijo. Él me envió como Mensajera para vuestras vidas, para recordarles el compromiso que asumieron desde el principio con el Padre Eterno.
Por eso hoy vengo a pedirles como misión que ustedes, Mis queridos, y con la ayuda de todos los grupos de oración de San Pablo, levanten una ermita en lo alto de la Colina de las Apariciones, si fuera posible para el mes de septiembre. Esta ermita será dedicada en honor y gracias al Cristo Glorificado; ella propagará especialmente la fe por el esperado retorno de Cristo.
Si cumplieran con este pedido, Yo prometo bendecirla el día 25 de septiembre de 2014 y, en honra al Sagrado Corazón de Jesús, abriré sobre ella una Fuente de Gracias y de conversión.
Toda alma que se aproxime en peregrinación hasta la ermita del Cristo Glorificado en lo alto de la Colina, será bendecida en los últimos días de su vida por la intercesión de Mi Inmaculado Corazón y, en el día del Gran Juicio, Yo responderé por ella ante las preguntas de Mi Hijo. Después de muchos años, esta Obra Mariana que Yo llevo adelante en Minas Gerais, Brasil, triunfará y los no creyentes creerán en Mi presencia.
Quien rece con devoción dentro de la Sagrada Ermita de Jesús Glorificado, será escuchado al igual que es escuchado el canto de los Santos Ángeles.
Agradeceré por esta colaboración; siempre todo será por la salvación de la Tierra y de los reinos de la naturaleza.
¡Les agradezco desde ahora por responder a Mi llamado!
Gracias por acogerme en vuestros corazones.
Vuestra Madre María, Reina de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cuando estábamos en las últimas Ave Marías, apareció dentro de la sala una paloma de luz que descendió desde el universo en dirección a la casa.
Nos llamó la atención que la paloma actuara de manera inteligente, mientras descendía, hizo algunos movimientos. Por ejemplo, en el momento en el que se aproximaba a la casa, abrió una puerta de luz sobre el lugar donde nos encontrábamos.
La paloma aleteaba con gran fuerza y determinación, se mantuvo aleteando por mucho tiempo y de sus alas emanaban rayos blancos y los expandía por todo el lugar. Parecía que la casa estaba siendo purificada y otra nueva energía estaba ingresando, como si fuera un nuevo ciclo.
Vimos y sentimos que esa paloma representaba al Espíritu Santo. Cuando la paloma apareció, vimos que alguien la había hecho surgir de algún lugar; vimos unas delicadas manos que soltaron a esa paloma en el espacio y así, supimos que había sido la Madre Divina que la había hecho aparecer.
Luego, la paloma desapareció del espacio de la casa y Nuestra Señora se aproximó. Ella hoy se manifestó especialmente dentro de un canal de luz celeste, vimos que estaba descalza, Sus pies estaban rodeados por una nube blanca y Su rostro expresaba bondad.
Después, Ella nos dijo que escribiéramos Su Mensaje para este grupo de oración y al final agregó que transmitiría un Mensaje para cada grupo de oración que visitáramos durante estos días.
Ella estará haciendo una tarea especial con cada uno de los grupos de oración, como si fueran un solo grupo. Esta tarea que realizará durante estos días, en el estado de San Pablo, tiene un propósito mayor que ahora nosotros desconocemos.
Estará actuando a través de nosotros como Mediadora y hoy nos dijo que la Gracia de Su Hijo Jesús fue lo que le permitió realizar esta tarea aquí, en el estado de San Pablo.
La Madre María nos dijo que la Gracia que le permitió, por intermedio de Su Hijo Jesús, llegar hasta aquí, proviene de lo contemplado por Cristo; contemplación que realizó de los grupos de oración durante estos últimos años y los pasos que estos grupos dieron a través de la instrucción y del servicio.
La Virgen María dijo que para Cristo todo eso tenía un valor espiritual, que representaba una riqueza espiritual para todas las almas y que los Sagrados Corazones necesitan de esa riqueza espiritual para poder obrar.
Queridos hijos Míos:
Con alegría y bondad, en este día, Yo desciendo del Cielo, dando respuesta a su precioso llamado.
He venido con la misión espiritual de que esta sagrada casa, la que hoy Yo visito y he visitado dada la necesidad de muchos corazones pobres de espíritu, se consagre con su permiso y caridad como el nuevo núcleo de servicio para los más necesitados.
Ustedes, Mis hijos, abriendo las puertas de sus corazones, permitirán que su Maestro y Guía sea el Señor Jesucristo; Quien en el pasado dio la vida por ustedes y ahora, mediante Su Misericordia, Yo vengo a su encuentro para pedirles esta misión.
Desde el principio, deben saber con quiénes tratarán. Les pido que, a través de la fe de San José, aprendan a derramar caridad y bien a los que en verdad llegarán a su encuentro.
Quiero confesarles que el don de su grupo de almas es el servicio por medio de la cura, cura que descubrirán mediante el acto de la oración y de la unión confiada a Mi Corazón Inmaculado.
Como a tantas otras almas, Yo vengo a llamarlos para que den el paso con confianza. Años de instrucción y formación sirvieron de apoyo para la madurez de sus corazones. Ahora, a la puerta de sus vidas llegarán almas sufridas, solitarias y vacías, que hace mucho tiempo no encuentran al Dios del Amor.
Sepan, Mis amados hijos, que Cristo está entre ustedes. Él desea hacerse sentir más fuertemente cuando tan solo crucen el umbral del Universo Mayor. Esta misión tendrá un tiempo previsto y grande será la necesidad que ustedes verán en los rostros que vendrán a buscar un nuevo alimento espiritual para nutrirse y saciar la sed a través del Agua de Vida.
Su permiso abrirá las puertas que Yo deseo abrir desde hace tanto tiempo. La oración siempre será su gran consoladora.
¡Les agradezco por haberme recibido!
Los amo y los bendigo desde el principio!
Vuestra Madre María, Señora y Madre de la Caridad
En esta madrugada del 16 de febrero Yo vengo del Cielo para que, ante Mi presencia, vuestros corazones sean curados y redimidos bajo el Amor de Dios.
Quiero en esta noche mostrar al mundo que una de las estrellas del universo, la más humilde y soberana, desciende del firmamento para que, a través de la Divina Palabra y del Amor Eterno Ella ilumine los caminos de los que dicen sí a Dios y de los que lo niegan y rechazan.
Mi Sagrado e Inmaculado Corazón se hace presente, en la ciudad amada de Manaos, para verter Gracias especiales sobre los corazones que buscan el alivio y la cura de sus profundas heridas internas.
La Soberana Reina de la Paz se acerca a los más simples y humildes, para demostrar a todos Su Amor y Gratitud por la respuesta dada para este importante llamado.
Y a pesar de que dos de Mis mensajeros en la Tierra, madre Shimani y fray Elías, hoy no estén presentes entre ustedes para que hagan resonar Mi dulce Voz en los cuatro puntos de la Tierra, la siempre Virgen María, la Soberana Estrella de la Paz, bajo el poder que Dios le concedió traerá hacia este lugar ambos corazones para que ustedes sientan que Mi Obra se cumple en omnipresencia y oración.
La Soberana Reina de la Paz quiere pedirles oración por los videntes y por todos los buenos cristianos que siguen en el mundo entero Mi Obra en América. Pero lo más importante es que Mi Hijo Jesús me ha pedido en el Cielo que vuelva a Amazonia como Yo vengo haciéndolo, en forma continua a través de la Sagrada Faz de la Señora del Rosario y de la Paz, para otros hijos Míos de esta preciosa región.
Quiero que a vuestras consciencias se pueda unir Mi grandeza y amor por todos, principalmente en la devoción de todos ustedes por los sabios misterios de Dios; así quiero que conozcan que Mi Sagrado Corazón Materno aparece en Gloria para diferentes hijos Míos.
Queridos hijos Míos de Manaos, el Señor se alegra en Su Misericordia y Piedad por vuestra apertura interior, por esto quiero que aquellos hijos que nunca me conocieron, me puedan conocer.
Durante una de Mis últimas Apariciones al vidente fray Elías, Yo le pedí que en el día de la Aparición en Manaos hubiera en el altar, que honra a Mi Sagrada Consciencia Maternal, una imagen de la Señora de Guadalupe. Quiero y deseo dejar a través de esto el mensaje guadalupeño de unión entre las razas y los corazones, como lo fue en el pasado a través de Juan Diego.
La Divina Consciencia Indígena deberá ser rescatada, por eso este encuentro de hoy Conmigo tiene el motivo espiritual y divino de impulsarlos a vivir la oración del corazón por todos los hermanos de los pueblos originarios, que también en este tiempo necesitarán del Amor y de la Misericordia de Dios.
A todos los orantes y no orantes, Yo los llamo a rezar con el corazón el Sagrado Devocionario al Corazón de Jesús por la Consciencia Indígena para que, en tiempos finales, los planes de Dios se cumplan sobre estas preciosas consciencias indígenas.
Queridos hijos, la Virgen de Guadalupe es la presencia femenina y maternal capaz de proteger y auxiliar los caminos de los pueblos sagrados. Mi Corazón desea también que los pueblos originarios se consagren a Mi Inmaculado Corazón, así muchas situaciones serán evitadas y Jesús establecerá Su Reino sobre todos.
¡Agradezco ahora y siempre a los grupos de oración del nordeste de Brasil por haber respondido a Mi llamado!
Los ama siempre,
Vuestra Madre María, Soberana Reina y Estrella de la Paz
Guarden en vuestros seres el Amor Inmaculado de Mi Corazón y, en confianza, llamen, mediante la oración, la presencia interna de Dios.
Queridos hijos:
Que este día domingo sea dedicado a la reparación del Corazón del Señor a través de la oración. En el ejercicio de la oración del corazón, se revelarán los atributos que a todos ustedes los ayudarán en este tiempo, atributos como la Fe, el Amor, el Perdón, la Misericordia y la Redención.
Queridos hijos, como Madre de la humanidad, les pido oración para que Mi Hijo interceda y alivie el dolor en muchos corazones.
Cada oferta sincera que nace desde vuestros corazones día a día, permitirá que los Planes del Altísimo se cumplan en la vida de todas las almas.
Hijos Míos, en amor y devoción pido a todos Mis hijos de la ciudad de San Pablo en el Brasil, que alcen sus ojos hacia el Reino Misericordioso de Dios y que así practiquen en sus vidas las enseñanzas maternales que Mi Corazón derramó a lo largo de este último año.
Mediante el ejercicio de la adoración al Corazón Sagrado de Mi Hijo, todos Mis hijos de San Pablo estarán unidos a Mi Inmaculado Corazón.
Por eso, queridos hijos, hoy Dios les pide crecer en consciencia desde el corazón y unir vuestras almas con los diferentes estados que la oración les irradiará, estados como la unidad, el amor y la fraternidad.
En este mes del Santo Rosario, que vuestros corazones descubran en cada Misterio las llaves de la salvación.
¡Agradezco a Mis hijos de San Pablo por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Hoy los llamo a preparar de nuevo y con alegría Mi llegada misericordiosa a la ciudad de San Pablo. Ustedes, hijos Míos, pueden ayudarme en esta misión de paz a través del sincero acto de la oración.
Quiero de ustedes la mayor apertura para que, como instrumentos de Mi Luz Maternal, Mi Corazón Inmaculado alcance espacios de esta ciudad que necesitan de mucha compasión y amor. Aún, queridísimos hijos, son pocos los servidores de Cristo que, mirando alrededor, pueden ver con claridad cuánta oración es necesaria para sus semejantes pobres y enfermos.
Por eso, queridos hijos, como almas orantes que recibirán una vez más la Gracia de Mi visita, les pido que preparen sus corazones en la oración y que en ese ejercicio alcen sus manos para rogar a Dios por la Gracia de la Conversión de muchos de Mis hijos en el Brasil.
Amo con predilección a esta nación que Me acogió como la única Madre para todos, pero aún es necesario un poco más de esfuerzo, amor y dedicación por los más necesitados y los más alejados de Dios.
Saben que existen formas infinitas de ser siervo de Cristo; hoy Yo los invito a que ustedes sean guardianes constantes de la oración para que ella nunca falte en sus hogares. Los tiempos que vendrán y que fueron descriptos a Mi hija Lucía, de Fátima, están cerca. Pero todo dependerá de la actitud de las almas delante de la simple vida de oración que Yo les pido que vivan como algo primordial.
Vuestros corazones ya están envueltos en Mi Alegría Maternal por visitarlos una vez más en esta necesitada ciudad de San Pablo. Que esta visita sea para ustedes un nuevo motivo para encontrarse con el Único Rey de la Vida, de la Verdad y de los Nuevos Caminos: Mi Hijo Jesús, el Sumo Sacerdote.
¡Les agradezco por la respuesta de todos!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más