Lunes, 27 de enero de 2020

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Una segunda etapa del desierto, que los seres viven en otro momento de su evolución, es estar en el desierto, hijos, en los brazos de María Santísima. 

Después de vivir el desierto interior, después de experimentar el vacío y el Encuentro, después de vivir el calvario de estos tiempos, llegará un desierto aún no vivido por ninguna alma, porque es el desierto espiritual que cruzarán en este momento del planeta, el desierto profetizado en el Apocalipsis. 

Su Madre Santísima cruzó y sigue cruzando muchos desiertos espirituales. Ella es conocedora de las almas y de sus caminos. Es Aquella que llevó las Palabras y los Dones de Cristo por los cuatro puntos del mundo y, por eso, conoció profundamente la condición humana y todos los caminos que los llevan a Dios.

Por eso, hijos, María Santísima es Aquella que conoce cada grano de arena de los desiertos espirituales que los conducen a Dios.

Allí, en donde todos los seres se confunden, se pierden, se desesperan, su Madre Santísima los coloca en Sus brazos y, segura de Su camino, cruza los vacíos y la soledad, y llega a Dios.

En el desierto, hasta aun Su adversario se ve confuso. Él persigue a las almas que están perdidas, pero no sabe encontrarlas cuando están en Dios. Por ese motivo, su Madre Divina recorre el desierto y toma a las almas perdidas en Sus brazos, una a una, para conducirlas a su destino.

Por eso les digo que, en estos tiempos de confusión y oscuridad, en el Apocalipsis y en el Armagedón del planeta, busquen a su Madre Celestial. Déjense encontrar por Ella y ríndanse en Sus brazos, porque cuando todo parezca perdido, Ella sabrá el camino; cuando ya no puedan caminar, Ella los tomará en Sus brazos y será bajo Su protección y sabiduría que ustedes llegarán a Dios.

San José Castísimo