Jueves, 3 de marzo de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Aun cuando el mundo se sumerja en el caos, únete al Corazón de Dios y permanece en él.

Aun cuando las influencias externas te lleven a la falta de concentración, a la distracción y a las energías capitales de la Tierra, únete al Corazón de Dios y permanece en él. Aunque parezca que no tienes fuerzas suficientes para responder al Plan, únete al Corazón de Dios y permanece en él.

Cuando las influencias del enemigo impregnan intensamente la mente humana, la mentira que él imprime en el mental colectivo puede convertirse en la verdad para muchos. Por eso, más allá de lo que puedas llegar a pensar y sentir sobre ti mismo, sobre los demás e, incluso, sobre los Planes de Dios, únete al Corazón de Dios y permanece en él.

Para llegar al Corazón de Dios, basta buscarlo y aspirar con sinceridad a estar en él, porque la unión entre el Creador y Sus criaturas es algo natural y original de los seres humanos. Todo aquello que te separa de Dios es fruto de tu ignorancia, de tu indiferencia o de la astucia del adversario que, por tu falta de persistencia y de valentía, convence a tu mente con muchas mentiras y engaños.

Nunca te sientas distante de Dios, porque eres tú el que se separa del Creador todos los días. Búscalo más allá de las dificultades, búscalo no solo cuando necesites de algún auxilio; búscalo también para agradecer, solo para unirte a Él, solo para crear un camino de unión con Dios en la consciencia humana, a fin de que otros puedan valerse de tu experiencia y encontrar, en su interior, la ligación absoluta con Dios.

Siente al Padre dentro de ti y cómo, misteriosamente, tú estás dentro de Él al mismo tiempo. Si un día no lo sintieras, porque Él te entregó la Gracia de la noche oscura que precede al amanecer del encuentro con Él, solo permanece en la quietud que da la certeza de que aunque estés ciego y a oscuras, Él está ahí; eres tú el que no puede verlo.

La fortaleza en Dios, hijo, será tu única seguridad, tu único sustento. Por eso, consolida ahora la fe en la Presencia del Creador dentro de ti y en la certeza de que Él guiará tus pasos, siempre y cuando seas obediente y humilde ante Él, y nunca te desamparará, siempre estará contigo, porque tú estarás con Él.

Dios siempre está presente y silencioso en los recintos más internos de tu mundo interior, en lo profundo de tu esencia. Eres tú quien debe recurrir a Él y llegar hasta ese espacio dentro
de ti, puro de corazón y humilde de espíritu.

A pesar de las influencias externas, a pesar de tu propia purificación, a pesar de la purificación de tus hermanos y del planeta, únete al Corazón de Dios y permanece en él.

Tu amigo de siempre,

San José Castísimo