Jueves, 19 de diciembre de 2013

Mensajes mensuales
MENSAJE MENSUAL DEL SIERVO FIEL DE DIOS, SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Aquellos que se permiten entrar en Mi Corazón Castísimo descubren en su interior la vida de simplicidad y de pureza de la cual les hablo día tras día.

Antes de intentar vivir Mis palabras con la mente y comprender Mis instrucciones a través del razonamiento, sumérjanse en lo profundo de Mi Casto Corazón, que hoy es entregado a ustedes. Por medio de Mi Castidad harán brotar en sus seres la castidad y la pureza que está guardada en sus corazones.

Las instrucciones que les traigo son reveladas en el silencio y vividas en la pureza y en la simplicidad. Sean simples de corazón, de mente y de espíritu y busquen en la alegría de alabar a Dios, la llave para la transformación más consistente.

Intenten expresar lo que sus almas les piden y ser tal cual Dios los inspira. Lo que viene de Dios es sereno, puro y verdadero e irradia luz a los que necesitan salir de la oscuridad.

Todo en sus vidas debe ser en Gloria al Creador: cada acción, cada pensamiento, cada sentimiento, cada oración y cada canto. Si piensan solo en Dios, se olvidarán pronto de sí mismos y verán actuar la luz de la transformación de Cristo, sin darse cuenta.

Mis queridos compañeros, ya llegó la hora de recibir un impulso más de Mi Hijo Jesús, porque para aquellos que sepan ver y abrir el corazón, el Nacimiento de Cristo no estará solo en la memoria, sino que estará vivo en el interior y en la esencia de todos los seres.

Preparen para el Niño Rey la morada más simple, porque no será en lo rebuscado que recibirán a Cristo. Entre los Reinos de la Naturaleza, que, humildes, expresan la simplicidad del Hijo de Dios, deberá prepararse la cuna para Jesucristo, el Rey de Reyes de este Universo.

Amados compañeros, por medio de Mi Presencia y de la Luz que irradio a través de Mi Castísimo Corazón, sientan en vuestros corazones la grandeza del momento que viven. Mediante Mi Presencia traigo a la memoria interior de sus corazones, el Nacimiento de Cristo y la infinita alegría que se vivió en el Cielo y en la Tierra con Su llegada grandiosa al mundo.

Mediten hoy sobre este Nacimiento y permitan que él vuelva a ocurrir y sea una realidad, no solo en la vida de la Sagrada Familia, sino también en la vida de cada uno de ustedes.

Año a año ese misterio se hará más visible y los que sepan transcender las festividades mundanas para descubrir la conmemoración divina, se les dará un impulso; en la medida de la abertura de cada consciencia, un Cristo Vivo nacerá y despertará en el interior.

Les agradezco eternamente por estar unidos a Mi Casto Corazón. Los acompaño permanentemente.

Su compañero fiel, San José.