Queridos hijos:
Cuando los veo dormir ante Mi presencia, solo recuerdo el momento de ustedes en el vientre materno.
Que ese sueño que viven pueda restaurar la consciencia, y que siempre recuerden que guardan en sí un valioso niño interno que aún aprende a crecer en el amor y en la caridad.
Por eso, cuando los veo dormir ante Mi presencia, Me recuerdan también al Niño Jesús entregado a Mis brazos, después de haberlo amamantado con la savia del Espíritu Santo.
Quédense en Mis brazos y entréguenme su cansancio para que Yo los pueda curar y nutrir con la misma esencia con la cual Mi Amado Niño se nutrió.
Déjenme bañarlos con el agua santa, y en Mis brazos los haré dormir para que sientan paz y consolación.
Todo se recuperará, porque los colocaré en la divina cuna de Mi Amado Hijo, para que las Leyes de cura puedan actuar en cada uno de ustedes.
Sonrían a la Madre de todos los hijos del Padre, porque llegó la hora de renovarse.
Les agradezco por estar en Mis brazos.
Los protege maternalmente,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz