Sábado, 6 de julio de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, POR MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Entra en Mi Corazón de Madre y reposa tu rostro en Mi pecho. Guarda, en este Corazón que te escucha, todas las miserias, aflicciones y angustias de tu corazón. Deposita a Mis Pies tus miedos para que Yo los convierta en confianza plena en Dios. 

Camina con los pies al lado de los Míos. Ven junto a Mí por este camino de redención, porque Mi misión en este mundo es guiar a sus pequeños corazones.

No demoren en llegar a Mis brazos. Yo soy la amada Madre de sus almas, de sus esencias. Yo soy la que los aguarda y la que los aguardará siempre, porque Mi Corazón no tiene prisa y no se cansa. 

Hijos amados, vengo como la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad para concebir el Espíritu Santo en las almas y en las consciencias. Ese Santo Espíritu está pronto para ser vertido sobre los seres, solo es necesario que Me permitan llegar con ese Espíritu a sus vidas. 

Ya les dije muchas veces que no los espero perfectos, no los espero prontos. Yo los espero dispuestos a no ser ahora lo que fueron en el minuto anterior. La única cosa que el Cielo necesita es que sus corazones estén abiertos, porque si dijeran sí, Yo misma Me encargaré de formarlos, como una buena madre lo hace con sus hijos. 

Mis queridos, vengan a Mis brazos, así como están, así como son. Solo dispónganse a vivir la Misericordia y a recibir de esta Fuente infinita las Gracias para vivir la transformación, esa eterna transformación. 

Hoy, con profundo amor, Mi Corazón viene a decirles que todo el Universo de Dios está en constante transformación, pero que los obstáculos han de ser vividos con alegría, con amor, con paz. 

No lleven adelante solos las pruebas de sus corazones, si Yo estoy aquí, al lado de cada uno de ustedes. Solo les pido que Me llamen, que clamen por Mi Presencia, que clamen por Mi auxilio y por la Gracia eterna que los aguarda a partir de los Cielos. 

Vengan a Mí, vengan sin demora, sin angustias, sin miedo. Entréguenme sus corazones en Mis Manos, y de ellos haré las más preciosas rosas de Mi Jardín. 

Cada uno de sus corazones, por más imperfecto que sea, es amado y adorado por Mi Corazón Inmaculado. No se olviden de que en sus corazones encuentro Mi Morada y Mi refugio de oración. 

No me cierren las puertas de sus corazones por miedo a seguir adelante, rumbo a Mi Corazón y al eterno Corazón de Dios, porque muchos corazones en el mundo ya Me dicen no y Me cierran las puertas. 

De los que Me escuchan, aguardo la fe en Mi Misericordia y en la Misericordia de Mi Hijo. Si confían en Mí, sigan sin miedo hacia Mi Corazón. Yo los aguardo siempre. 

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad