Jueves, 14 de septiembre de 2017

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hoy, vengo a anunciarle al mundo que su Madre Celestial se está recogiendo, cada vez más, en el desierto que Su Padre Eterno le destinó, a la espera de los próximos acontecimientos que llegarán al mundo para poder purificarlo y prepararlo para otra fase del trabajo espiritual.

En este sentido, queridos hijos, vengo en este día a cerrar una etapa espiritual con una de Mis videntes, ya que desde el principio, cuando fue llamada, fue formada y preparada por Mí. Pero ahora, ya se ha cumplido la Voluntad de Dios y estuve cerca de la vidente durante el tiempo que el Padre lo consideró.

Es así, queridos hijos, que, a través de los últimos tiempos, le entregué al mundo esta vidente, la Hermana Lucía de Jesús, como un precioso instrumento para atraer del Cielo las Instrucciones Divinas.

Ahora, que su Madre Celeste ya cumplió Su deber con esa alma, solo Me quedaré hasta el fin de los tiempos acompañando, guiando e instruyendo al mundo por medio de Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús, al que hace diez años llamé para que acompañara a la Madre de Dios en esta Misión Planetaria, junto con Madre María Shimani Montserrat.

Es así que necesito que los primeros videntes que, un 8 de agosto del año 2007, Me vieron en los olivares de Aurora, en Uruguay, retornen al origen de esta tarea, acompañando el recogimiento de la Santísima Madre, Quien seguirá trabajando en el mundo a través de un solo instrumento. Esto, Me lo ha pedido Mi Padre Celestial, y en obediencia divina, lo cumpliremos.

La Obra de los Mensajeros Divinos tiene varias etapas; por eso, esta es la primera etapa o ciclo que se cierra, dentro de la época de definición en el fin de los tiempos.

Por eso, hasta ahora, su Madre Celestial, continúa apareciendo diariamente al mismo vidente, ya que, a través de estos años, lo estoy preparando para algo mayor, con un espíritu humilde.

Quisiera que, siguieran rezando por los Instrumentos de Dios, por los que Nuestro Padre pide despertar para llevar adelante una misión tan arriesgada, una entrega tan osada y un propósito a cumplir que parecería imposible. Pero a Mi lado y en la compañía de Mi Materno e Inmaculado Corazón, todo será posible.

Vuelvan a recordar lo que les dije, una vez en Aurora hace diez años atrás: “Muchos comenzarán a acompañar a los primeros videntes, pero su misión será cerrar el ciclo de esta Obra en profunda e interna soledad”.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz