Miércoles, 4 de febrero de 2015

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN LA SAGRADA CASA DE MARÍA, MADRE PAULISTA, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, PARA LA 19.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Mi canal purísimo de Misericordia se ha abierto en este lugar para que todas las almas sedientas vengan aquí y beban de Mi sagrada Fuente de Gracias.

Llego a este lugar por medio de Mi Gloria y no de Mi Justicia y aunque muchas almas blasfeman el Nombre de Dios, Mi divina e insondable Misericordia se derrama sobre las almas perdidas de esta ciudad, con la esperanza de que algún día alcancen la redención.

Hoy nuevamente Mi Espíritu sacerdotal y misericordioso los reúne, para que cada uno de Mis orantes se vuelva a confirmar en la consagración a Mi Sagrado Corazón.

En Gracia y Piedad desciendo al mundo junto a las huestes del Arcángel Miguel, para retirar a los espíritus que perturban a las almas de Dios; de esa forma, Mi Poder soberano los libera, los transmuta y les quita las amarras que no les permiten caminar en confianza hacia Mi Corazón Sacratísimo.

Pero a través de la constancia de los adoradores a Mi Cuerpo Eucarístico, ustedes Mis amigos, recibieron la Gracia de Mi santa Presencia interior y espiritual. Así, Yo los congrego una y otra vez en torno a Mi Mesa para que siempre recuerden que los estaré esperando, para que todos los días de vuestras vidas comulguen de Mi Cuerpo y de Mi Sangre.

La humanidad entera enfrenta en este siglo XXI el primer tiempo de la Justicia Divina; pero todos los días a las tres de la tarde, cuando el reloj marca el momento de Mi Muerte en la Cruz, Yo derramo desde la Fuente del universo la salvación y la redención.

Ahora que ustedes ya fueron formados como soldados de la oración; espero en el silencio que caminen entre las tinieblas y que no teman enfrentar al viejo ser, al que le ha llegado la hora de morir para que nazca la Luz del Creador en cada uno de ustedes.

Mientras millones de almas vivientes en los cuatro puntos de la Tierra están enfrentando la transición planetaria, en la Humildad de Dios y en nombre del amor, Yo Me inclino ante los Míos, para que asciendan al Padre Eterno a través de la escalera al Cielo que hoy muestro internamente para todos.

Deseo que amen cada día más porque, en verdad les digo, será el amor del corazón que vencerá todo mal y resucitará a los muertos, así como una vez Yo resucité a muchos en el pasado. Por esta razón y por un propósito infinito, desciendo en Luz a este lugar y a esta ciudad para que a tiempo las almas reconozcan Mi Llamado de vivir la redención, la penitencia y la reconciliación por medio de la Comunión Ecuménica.

Mientras espero que las almas despierten, vengo en este día glorioso a fortalecer los votos que muchos hicieron a Mi Sagrado Corazón, que hoy se muestra al mundo traspasado por la corona de espinas que las almas injustas Me colocan diariamente.

Pero hoy les digo, que la fuerza de vuestro amor es lo que ha permitido que Yo esté entre ustedes y con todos los corazones sufrientes del mundo.

El mundo se apaga sin poder ver la luz y cada acto que Me ofrezcan en los tiempos que llegarán, permitirá que un alma sea rescatada por Mi Amor.

Que esta Maratón represente la confirmación de vuestros espíritus en la misión planetaria, la cual se manifestará a través de la unidad entre vuestros pequeños corazones.

Bajo la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, sean bienaventurados y valientes.

¡Gracias, amigos Míos, por retirar las espinas ingratas de Mi doloroso Corazón!

Cristo Jesús, vuestro Rey

 

Fray Elías del Sagrado Corazón: 

Cristo, para llegar aquí hoy, tuvo que hacer un gran movimiento espiritual, que iba acompañado por el cántico que estábamos haciendo.

Él dijo que hoy venía acompañado por las huestes del Arcángel Miguel, y se manifestó como un Sacerdote. 

Después, Él se mostró como el Sagrado Corazón traspasado por las espinas ingratas del mundo. Y, a través de esa presencia, Él se mostró todo el tiempo y nos dio un ejemplo muy concreto a cada uno de nosotros, de cómo está la realidad planetaria, en este caso, aquí, en San Pablo. Pero cuando mostraba esa situación de las almas de San Pablo, en referencia a la ingratitud, Él fue mostrando también varias cosas que pasaban en el mundo.

En el momento que el Maestro apareció, Él extendió Sus brazos y abrió Sus Manos hacia nosotros, como Sacerdote. Y debajo de Sus pies se dibujó el mundo entero. Él mostraba varios puntitos que revelaban varias situaciones en el planeta.

En ese momento, Cristo comenzó a dar Su Mensaje y Él llamó a cada uno de nosotros a estar en una profunda serenidad, porque será la forma de que podremos enfrentar el fin de los tiempos.

Por primera vez después de tanto tiempo, en los mensajes que son transmitidos por Cristo para cada Maratón, Él se extiende en Su diálogo a través de este Mensaje. En un momento, pensamos que Él no iba a parar de hablar, y por lo que vimos aquí Él escribió varias hojas, porque sabe que es necesario para cada uno de nosotros que podamos entender qué es lo que está sintiendo Su Sagrado Corazón en este momento, en relación a lo que sucede en este mundo, en este siglo XXI.