Domingo, 27 de abril de 2014

Mensajes semanales
MENSAJE EXTRAORDINARIO POR EL DÍA ANUAL DE LA DIVINA MISERICORDIA DE CRISTO JESÚS,TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL AL VIDENTE FRAY ELÍAS

Dichosos son aquellos que confiesan ante Mi Corazón Misericordioso todas las faltas y deudas contraídas porque, en este día de Misericordia Divina, Mis rayos son irradiados hacia el mundo entero para purificar las impurezas y para curar las heridas en los que solo Me digan sí. 

Alégrense y no se amedrenten más, porque este es el día de vuestra liberación; sean partícipes del manantial de Gracias especiales que Mi Corazón les está presentando para este tiempo; una vez dije, que aquel pecador más empedernido que pidiera por Mi Misericordia, la recibiría de verdad y sería perdonado de todas sus fallas. Hoy les digo lo mismo que dije a María Magdalena: “Ve en Paz y no peques más”, porque Yo Soy el que siempre te dará la fuerza interior para transformarte.

Sé que muchos de los que Me siguen a veces se sienten como en un camino de penumbras y oscuridad, eso ya terminará; dichosos son los que viven en las tinieblas y de corazón Me llaman, porque Mi Luz Eterna y Misericordiosa los salvará. Recuerden que durante la Pasión derramé Sangre y Agua de Mi Costado, derramé la Fuente de Vida y de Misericordia. Ahora regocíjense, porque en este día de Piedad y de Compasión vuestros corazones quedarán limpios de toda mancha y verán surgir en el horizonte la luz de Mi Esperanza para este mundo.

Dichosos todos los que en este día de Misericordia, y en los días que vendrán, piden por Misericordia; en verdad les digo que a pesar de que la deuda sea más grande que cualquier otra falta, ella será perdonada por Mí mismo. Sepan que el Padre Me dio el poder de absolverlos, vayan en alegría y participen de la comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, sean testimonio vivo de la redención y de la misericordia para aquellos que aún no viven en este camino.

Quiero ser más misericordioso con ustedes. Deseo que conozcan profundamente la sed que Yo tengo por las almas caídas, porque en ellas espero erguir un nuevo templo, lugar donde vivirá Vuestro Padre Eterno en los corazones redimidos. Ven hacia Mí y, con alegría y gratitud, carga con tu cruz, el Supremo nunca te dará una cruz tan pesada como la que Yo cargué por ti en el Calvario. Ahora Yo Soy el nuevo cirineo que sale al encuentro de tu camino, para aliviar el peso que llevas sobre tus espaldas; déjame decirte cómo hacer para caminar en valentía y en paz.

Yo vengo en este tiempo para liberar a tu ser de la cruz interior, aquella que a veces por tus propias acciones te lastima, te hiere, te fatiga y te hace doler hasta en lo más profundo de ti. Yo Soy la Divina e Insondable Misericordia, Soy quien instituí el día de la Misericordia Divina para poder liberar las faltas de la humanidad. Entrégame a Mí la cruz de tu soledad. Entrégame a Mí la cruz de tu angustia, de tu desesperación; entrégame ahora la cruz de tus deseos, tentaciones, aflicciones; entrégame a Mí la cruz de tu martirio, la cruz de tu indiferencia, la cruz de tu dolor. Solo entrégame la cruz que siempre te hace caer, entrégame con valentía y determinación todo lo que no te deja caminar.

Creo en verdad que aún no conoces la grandeza y el poder de Cristo, anhelo todo el tiempo ser parte de tu cruz, para que puedas vivir en Mí. ¡Vamos querido discípulo redimido!, ¡ven a Mis brazos y siente el calor que irradia el amor de Mi Corazón! Yo Soy Fuente y Vida Misericordiosa, espero que todos los que Me siguen continúen siguiéndome, sin temer en este tiempo por lo que verán de ustedes mismos.

Solo quiero en este día entregarles Mi gesto de amor, para que sepan que Mi Misericordia hoy concede Gracias a todos, Gracias de Dios, del Amor Eterno. Acude a Mí e implora por Mi nombre, llegó la hora de tu redención, llegó el día de tu misericordia, solo piensa en quedarte en Mí, a Mi lado, Conmigo para siempre.

Bajo la Divina y Poderosa Misericordia que proviene del Padre, sean redimidos en el nombre del Padre Eterno, del Hijo y del Espíritu Santo Sagrado.

Cristo Jesús Misericordioso