A Mis compañeros y servidores de Colombia:
Nunca se olviden de que la caridad y el bien deben estar en primer lugar en sus vidas, y que esa caridad los ayudará todos los días a amar y a respetar, dentro de ustedes, el servicio al prójimo como a los Reinos de la Naturaleza.
La caridad, compañeros, los hará amar cada día más y abrazar así con mayor confianza cada llamado y cada convocatoria.
No esperen realizaciones ni resultados en todo lo que hagan, porque el reconocimiento no es el trofeo de Mis apóstoles, sino la constante e interminable entrega de sí mismos, la que los hará dignos ante el Padre y Su preciosa Voluntad.
Permitan que la caridad los lleve a comprender al semejante para que las apariencias y los espejismos que crea el ego desaparezcan, y sea el corazón el gobernante de sus vidas y de toda su existencia.
Cuando vivan este mensaje su consciencia se ampliará y podrán ver con otros ojos la realidad. Ya no se dejarán llevar por los juicios ni por los comentarios, sino que a través de la caridad conquistarán el espíritu de la hermandad, la que debe latir y pulsar en sus corazones para siempre.
Nunca se olviden de todo esto.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro Cristo Jesús