Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DEL NIÑO JESÚS, DE LA VIRGEN MARÍA Y DE SAN JOSÉ, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Hermana Lucía de Jesús:

Estamos ante la Sagrada Familia de Nazaret: Nuestra Señora, la Virgen María; San José y el pequeño Niño Jesús.

Escuchemos las Palabras de Nuestra Señora:
 

En una noche como esta, hijos Míos, cuando no había esperanza en el mundo, Nuestros Sagrados Corazones caminaban hacia Belén, guiados por los ángeles y por las luces del cielo, sustentados por la Consciencia Divina y por el Santo Espíritu de Dios.

Fue de esa forma que llegamos a la gruta de Belén, con el cuerpo cansado, que humanamente sería imposible soportar, pero que con el sostén de Dios y de Sus ángeles nos fue posible permanecer con fortaleza interior y, a través de ella, sustentar Nuestros Cuerpos.

En una noche como esta, la maldad y la confusión reinaban en el corazón de los hombres, así como reina en el corazón de muchos hombres en este día. Y por el mismo motivo que un día llegamos a Belén, hoy, llegamos aquí, a este simple lugar elegido por Dios para verter Su Cura sobre el mundo.

Vengo hasta aquí, hijos Míos, para decirles que no pierdan la esperanza. Nuestros Corazones oran incesantemente por el mundo, sobre todo por las almas que no le encuentran sentido a la vida. Por eso, que cada uno de ustedes sea como una llama viva que vuelva a encender la luz del mundo, así como el pequeño Niño Jesús lo hizo y, a través de Su oferta de vida, le concedió a la humanidad una nueva oportunidad.

Hoy, la humanidad necesita una nueva oportunidad. Por eso, hijos, ¿quién se ofrecerá para renovar el Amor de Dios y permitir que Cristo renazca en sus corazones?


Hermana Lucía de Jesús:

Escuchemos las Palabras de San José:
 

Hoy, estamos aquí por las almas peregrinas, por aquellos que tienen fe en Nuestra Sagrada Presencia.

Hoy, estamos aquí por las familias que viven en las guerras, por aquellas que ya no creen en el amor, que ya no creen en Dios; porque en sus corazones reina el dolor y un sufrimiento que jamás podrán comprender.

Hoy, estamos aquí, hijos, para que sigan orando por la paz; para que en sus familias reine la esperanza de superar los desafíos, las diferencias, las purificaciones; para que la unidad vuelva a reinar y para que, mucho más allá de todo lo que puedan vivir dentro de cada uno de ustedes, siempre exista la comprensión, el diálogo y sobre todo el amor.

Hoy, Nuestros Sagrados Corazones le traen una Gracia especial al mundo, un mundo que agoniza y que le clama a Dios para volver a sentir paz.

Así como un día estuvimos en Belén, en cuerpo y alma, clamando por el mundo, abriendo las puertas de este planeta a la llegada del Mesías; de la misma forma, hoy estamos aquí, abriendo en sus corazones un espacio donde pueden sentir la Presencia de Dios, donde Él puede reinar y puede hacerlos superar las adversidades de estos tiempos.

 

Hermana Lucía de Jesús:

Escuchemos a Nuestra Señora:
 

Queridos hijos, con el Niño Jesús en Mis Brazos, traigo hacia Mi Corazón a todos los niños del mundo y les pido que hagan lo mismo; que en esta noche no se olviden de los que agonizan, no se olviden de que están aquí para ser soldados de la paz, intercesores con Mi Inmaculado Corazón por todas las almas que sufren.

Muchos no tienen la Gracia de celebrar esta Navidad como hoy ustedes pueden celebrarla, muchos solo se sumergen en la tristeza, en el desamparo y en el desamor, y la oscuridad en la que están sus corazones es tan grande que ni siquiera, hijos Míos, consiguen clamarle a Dios.

Por eso, clamen por las almas, por las almas más perdidas. Y cuando aprendan a orar, cada vez más de corazón, cuando aprendan a ir más allá de ustedes mismos para ofrecer sus vidas por los que sufren; será entonces, hijos Míos, cuando comprenderán el Amor de Cristo, ese Amor que espera reinar en sus corazones como en todos los corazones humanos.


Hermana Lucía de Jesús:

Escuchamos al Pequeño Niño Jesús:


Oro por la paz, oro por la paz que se perdió de los corazones. Oro para que sean perseverantes y para que el Propósito Divino reine en los corazones y en las consciencias de todos los que se comprometieron Conmigo, así como Yo Me comprometí con la humanidad y hoy estoy aquí, ante sus corazones.

Les pido que no dejen de estar ante Mí para que Yo pueda fortalecerlos, para que Yo pueda sustentarlos y para que, a pesar de la cruz del mundo, sus corazones conozcan la fortaleza que Yo conocí. Dispóngase a esto y estén con el corazón pronto, así como Mi Corazón está pronto para retornar al mundo.

Hoy, la Sagrada Familia los bendice, así como bendice al planeta, que hoy tengo en Mis Manos. Les pido que estén en vigilia por las almas que se pierden en esta noche, por no comprender el sentido espiritual del Nacimiento del Señor.


Hermana Lucía de Jesús:

Escuchamos a Nuestra Señora:


Hijos Míos, Nuestros Sagrados Corazones retornarán a los Pies de Dios, adonde estábamos hasta este momento, en vigilia y en oración por toda la humanidad. Únanse a Nosotros para que la unidad entre sus corazones y el Corazón de Dios no se pierda.

Hoy, les dejamos Nuestras bendiciones y Nuestra Gracia.

Les agradezco por estar aquí, por responder a Mi llamado y por perseverar en la oración.

Reciban la Gracia de la Sagrada Familia, permitan que ella impregne a sus familias y ofrézcanla por todas las familias del mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sigan en paz y oren por la paz.

Les agradezco. 


Hermana Lucía de Jesús:

Bien, hermanos, hoy antes de finalizar nuestro trabajo, vamos a hacer un pequeño relato a pedido de Nuestra Señora. La verdad es que no esperaba ese movimiento.

Cuando estábamos orando, durante el tercer misterio, comencé a tener una visión de diferentes lugares del planeta. La mayoría de ellos eran lugares que hoy están en guerra y, mientras estábamos orando, percibía que Nuestra Señora, con San José y el Niño Jesús caminaban por esos lugares.

Ellos estaban descalzos, con ropas muy simples, antiguas, así como la Sagrada Familia de Nazaret acostumbraba a vestir, como los judíos de dos mil años atrás.

Entonces, fuimos ofreciendo nuestras oraciones por esa tarea espiritual que Ellos estaban realizando, pero realmente no pensé que Ellos vendrían hasta aquí, porque en todas las Apariciones suceden muchas cosas durante las oraciones, que a veces percibimos y a veces no, pero que solo las comentamos cuando la Jerarquía Divina nos pide que lo hagamos. Entonces, realmente pensé que era una tarea espiritual que sucedería durante el trabajo de oración.

A medida que fuimos avanzando con las oraciones del Ave María, la Sagrada Familia iba pasando por diferentes lugares, cambiando de un espacio del planeta hacia otro, era como si Ellos fueran cruzando portales y dimensiones a lo largo del camino. En algunos de estos lugares era de noche, en otros era de día.

Mientras Ellos caminaban, los ángeles iban rescatando a las almas a través de portales de Luz que se abrían sobre la Sagrada Familia. Algunos lugares por donde Ellos pasaban no estaban en guerra, parecían ciudades normales. Ellos pasaban por adentro de las casas de las personas, pasaban por las calles, iban tocando a las almas que realmente no estaban celebrando la Navidad como el Nacimiento de Jesús, y lo que comprendíamos era como si Ellos colocaran dentro de esas almas un código de despertar.

Seguimos acompañando esas visiones durante la oración, y cuando estábamos en las últimas oraciones del cuarto misterio, un portal de Luz comenzó a abrirse sobre nosotros. Primero tenía una forma oval y, a través de él, percibimos diferentes dimensiones.

Primero comenzaron a aparecer varios ángeles, y uno de ellos vino a nuestro encuentro y nos preguntó si estábamos dispuestos a recibir a la Sagrada Familia. En ese momento, dijimos que sí y quedamos esperándola.

Cuando los hermanos comenzaron a cantar el Ave María, ese portal se amplió cada vez más, como si acontecieran diferentes explosiones de Luz, que encendían toda la carpa. Con los ojos cerrados, daba la sensación de que había un cortocircuito en la Luz, encendiendo y apagando rayos, hasta el momento en el que los ángeles nos pidieron que nos arrodilláramos. En ese momento, a partir de ese portal, apareció una estrella de seis puntas en tres dimensiones, que comenzó pequeña y terminó grande, como si nos abrazara a todos dentro de ella. Eso sucedió semejante a una explosión.

La estrella venía con un punto de Luz e de repente creció y nos abrazó, pero fue en un segundo. Cuando ella crecía, nos colocaba a todos adentro de una realidad espiritual, donde una energía de Gracia comenzaba a trabajar con nuestras consciencias.

Luego de esa explosión de Luz, la Sagrada Familia empezó a llegar hasta aquí. Primero, Ellos se acercaban como esferas de Luz, después como siluetas de Luz, hasta que iban apareciendo cada vez con más detalles, como la Sagrada Familia de Nazaret.

San José y Nuestra Señora estaban tomados de las Manos, y nuestra Madre Divina sostenía a Jesús, que parecía tener de 3 a 4 años.

Cuando Ellos comenzaron a hablar, la primera cosa que nuestra Madre Divina nos dijo fue que les dijéramos a todos que estábamos ante la Presencia de la Sagrada Familia. Mientras cada uno de Ellos iba hablando con nosotros, yo percibía que situaciones internas de diferentes familias del mundo comenzaban a recibir cura.

Al mismo tiempo que Ellos hablaban, no sé explicarlo muy bien, pero era como si salieran de adentro de las consciencias diferentes energías que estimulaban los conflictos, los desacuerdos; energías que muchas veces nosotros estamos purificando y que, en nuestra relación diaria como familia, nos impiden comprender al otro o vuelven difícil la convivencia. Era así como yo lo comprendía.

Entonces, esas energías comenzaban a salir y nuestras almas recibían la Gracia de una comprensión mayor. Como nos mostraba Nuestra Señora, esa Gracia venía para que pudiéramos fomentar el diálogo, para que pudiéramos comprender mejor al prójimo y para que, en nuestras relaciones familiares, pudiéramos ver al otro como realmente es y no como aparenta ser o como él está en ese momento de tantas purificaciones.

Y eso sucedía con nosotros aquí, pero también con diferentes familias del mundo que escuchaban a Nuestra Señora y con familias que no estaban acompañando esta transmisión, pero que internamente se unían a la Sagrada Familia en este momento.

Es algo un poco difícil de explicar, porque eran imágenes y comprensiones internas que la Jerarquía Divina nos entregaba a medida que iba conversando con nosotros.

Por último, a través de ese portal de la Sagrada Familia, descendía sobre nosotros una energía  en forma de Paloma de Luz que representaba una Gracia, que cada uno de nosotros va a descubrir a medida que comience a vivirla, una Gracia que la Sagrada Familia nos traía en esta noche de Navidad.

Después que Ellos terminaron de hablar, nuestra Madre Divina, San José y el Niño Jesús nos dijeron que Ellos serían breves, porque Ellos estaban en oración a los Pies de Dios, intercediendo por diferentes situaciones del planeta.


Madre María Shimani de Montserrat:

No es mi tarea en esta vida transmitir las cosas que vemos, pero para confirmar un poco la experiencia de la Hermana Lucía, hoy, la Madre Divina me solicitó que hiciera una explicación breve de lo que yo había visto.

Cuando nos sentamos aquí, para comenzar la tarea, yo miré a la Hermana Lucía y le dije: “Tenemos que estar atentos”; porque en un momento tan importante como este, la Navidad, la Jerarquía siempre trae paz y algo especial para las almas, más allá de todo lo que sucede aquí en la superficie.

Por eso, estuvimos bien atentos durante toda la oración y los cánticos. Y cuando Piedad comenzó a cantar, creo que ya en el segundo párrafo del “Ave María”, ella colocó la voz de una forma que atravesó la carpa y se unió a una Luz que venía del fondo de la carpa. Una gran explosión de Luz invadió toda la carpa y la energía de Aurora, o sea toda Aurora, se encendió en Luz; es como si toda la energía, toda la consciencia de Aurora, se abriera como grandes portales y algo muy fuerte sucedió en el mundo interno de todos nosotros. En ese momento, sentimos la Voz de Nuestra Señora que dijo: “Prepárense, que estamos llegando”.

Entonces, cuando la Hermana Lucía tomó el almohadón, comenzamos a sentir muchas cosas. Mientras los Mensajeros hablaban, muchas escenas de la guerra comenzaron a aparecer, entre ellas, apareció la imagen de un niño que tendría 10 años, por su fisonomía me pareció que era árabe; él lloraba a los gritos desesperadamente y nosotros comprendimos que el dolor que sentía esa criatura representaba al dolor de todos los niños de la guerra.

Y, María me explicaba que solo el regazo de una madre, un abrazo materno fuerte, lo podría calmar; y que todos deberíamos abrazar a los niños de la guerra y llevarlos a nuestro interior, a nuestro corazón, para poder calmar el dolor que le queda a la niñez de esta humanidad.

Yo entendí que ese consuelo, ese amor que solo la maternidad y la paternidad pueden dar era lo que Ellos nos invitaban a ofrecer.

Porque en realidad, aquí entre nosotros, en esta celebración que estamos viviendo, en esta paz, no estamos realmente comprendiendo lo que está pasando, y a veces no es por mala voluntad de parte nuestra, sino que ese es un dolor que todavía no conocemos.

Entonces, esforcémonos en nuestras oraciones y en el consuelo que este amor humano, que nosotros sentimos, puede darles a todos los niños de la guerra.

Nos volveremos a encontrar el 31 de diciembre. Estaremos todos juntos para despedir este año, con la intención de que las cosas que suceden en el mundo se alivien, se calmen, que los hombres y mujeres de este mundo reflexionen, que todos reflexionemos sobre lo que estamos viviendo y podamos colaborar para que este mundo pueda recibir a Nuestro Señor con alegría y gratitud.

¡Muchas gracias a todos!

Esperamos que todos tengan una noche de paz y nos encontramos en el Corazón de Dios.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

Yo vendré como el Fuego más ardiente de todos los fuegos, pero nadie se quemará ante Mi Presencia, sino que el espíritu se encenderá en Mi Fuego Divino y Cósmico.

Este Fuego que descenderá del universo vendrá a renovar a todas las consciencias, vendrá a renovar a todas las formas, redimirá a las leyes del planeta y traerá la Luz del entendimiento y de la sabiduría.

En esa hora, cuando todo parezca perdido, Yo retornaré, les extenderé Mi Mano a ustedes y les ofreceré Mi Corazón, así como lo hice con Mis apóstoles después de Mi Resurrección.

Reapareceré en el mundo de formas nunca antes vistas y todo lo que siempre ha parecido desconocido, pasará a ser conocido y los misterios se develarán. Los sellos finalmente se abrirán con el descenso del Hijo de Dios entre los planos y dimensiones.

Y así, el Soplo del Espíritu de Dios descenderá con toda Su fuerza y poder, retirará del planeta a las fuerzas del mal. Los ángeles reconstruirán el éter de la Tierra, que en este tiempo está rasgado e invadido, pero las lanzas de todos los ángeles del Cielo restablecerán las corrientes ígneas de este universo, y de esto participarán el sistema solar y este planeta.

Las grandes fuerzas cósmicas, que impulsaron la creación del universo material, participarán de este acontecimiento del Retorno de Cristo y todo lo que fue escrito en la Biblia se cumplirá.

Aquellos que están destinados a recibir al Señor, en Su Retorno, lo vivirán. Aquellos que han partido de este mundo y aquellos que ya no estarán en el futuro también presenciarán la venida de Cristo desde los planos del Reino Celestial.

Así, se restablecerá la comunicación divina entre el Cielo y la Tierra porque, en ese tiempo que no está tan lejos, las armas y las guerras ya no funcionarán; porque no habrá fuerzas ocultas que las estimulen o las impulsen, ya que el Gobierno Espiritual de Dios descenderá y aquellos que fueron predestinados a formar los 144 000 se presentarán; y muchos más podrían sumarse a este acontecimiento si a tiempo se convierten al Señor y se redimen.

Felices serán aquellos que perseverarán hasta el final de los tiempos, porque atravesarán los obstáculos de la decadencia y de la inercia humana. Con la victoria de Mi Luz y el poder de Mi Amor, los escogidos sabrán atravesar los abismos y las tribulaciones, y no habrá nada ni nadie que los detendrá porque guardarán el gran secreto de Cristo, aquel último secreto que se revelará a los consecuentes y a todos los puros de corazón.

Ese secreto, que es invencible e inextinguible, ampliará el campo de la consciencia humana y mental, y todos los seres en la superficie de la Tierra, que hayan servido sinceramente a Cristo, vivirán la reconexión con la Leyes Divinas.

Y, como fue en los tiempos pasados del sagrado pueblo de Israel, los ángeles del Señor anunciarán la llegada del Mesías, ahora la llegada del Gran Gobernante del Universo.

No habrá fuerza oculta o contraria que se pueda resistir a Mi llegada, porque cuando atraviese el éter del planeta todo comenzará a suceder. Las puertas del universo se abrirán y no serán ocultadas. Los elementos de la naturaleza acompañarán ese gran acontecimiento, así como los elementos del planeta acompañaron a la Sagrada Familia de Nazaret.

No quedará piedra sobre piedra y esto se cumplirá. Por eso, vivan a tiempo el arrepentimiento verdadero, de corazón, y abran sus corazones para ser un receptáculo vivo del Legado de Cristo, porque lo necesitarán en el final de estos tiempos.

En todas las mentes que hayan creído en la Divinidad del Señor no habrá duda, cuestionamiento ni crítica. Las Leyes Universales serán comprendidas a través de las esencias y así podrán decodificar los impulsos que Yo le enviaré al mundo.

No estoy hablando de misterios inexplicables, no estoy hablando de nuevas filosofías o de otras ramas espirituales; estoy hablando del único impulso que Yo emanaré desde el Corazón de Andrómeda antes de Mi partida a la Tierra.

Y así se emitirán Tres Llamadas contundentes a todos los servidores que hayan seguido a Cristo hasta el final de los tiempos y que, sin verme ni reconocerme, habrán creído en Mi Presencia Inmaterial.

La Primera Llamada, que le emanaré al mundo, será la Llamada Preparatoria, momento en el cual todos los corazones y vidas deberán estar prontos, a pesar de los acontecimientos que se verán en la faz de la Tierra, a pesar de los fenómenos climáticos o cósmicos, aun con el reaparecimiento de grandes consciencias del universo en toda la órbita del planeta.

Esa Llamada será inconfundible, profunda y clara; será la Llamada de que deberán tener todas sus cosas materiales prontas. No les hablo de los bienes que los atan a este mundo, les hablo de que su vida material y física deberá estar alineada Conmigo, así como también la de sus familias.

La Segunda Llamada que Yo le emanaré al mundo, será la Llamada de Mi Reaproximación.

Los ángeles de la guarda tendrán la tarea de hacer esta Llamada por medio de sueños, experiencias o incluso materializaciones. Las Fuerzas Cósmicas del universo se presentarán y, a través de la Llamada de Mi Reaproximación, los corazones ya sabrán que solo faltará una última Llamada, que será la Llamada de Mi Voz.

Le hablaré a los corazones en lo más profundo de la esencia. Así como muchos de ustedes ya Me escucharon una vez en Tierra Santa, Me volverán a escuchar claramente y Me reconocerán; pero estén atentos para no confundirse con los falsos cristos.

No hay nadie en esta superficie que tenga más poder que el Hijo de Dios, porque Dios le da poder a quien Él lo determine. Por eso, Mi Presencia y Mi Llamada serán inconfundibles.

Muchos escucharán Mi Llamada interior, otros Me verán en los planos internos y otros Me verán cara a cara por un único instante y por un único momento, y ese será el momento de Mi Retorno, cuando reorganizaré a este planeta de adentro hacia afuera.

Será el momento de la gran rendición de toda la humanidad. Llamaré a todas las religiones para que finalmente sean una, en Cristo y por Cristo, y ya no será necesario vivir varios caminos espirituales porque todo quedará muy claro.

Pero esto no será lo último, compañeros. Existirá la Cuarta Llamada, que será la Llamada de la Madre de Dios, cuando también reaparecerá en el mundo.

Así como en el tiempo pasado la vieron ascender a los Cielos, en cuerpo y alma; así también la Divina Madre del Mundo descenderá de los Cielos, en cuerpo y alma. Pero, revelará Su Faz absolutamente transfigurada y cósmica junto a tres grandes Padres Creadores: Gabriel, Miguel y Rafael.

Traerá, junto a ellos, el Cetro de la Voluntad de Dios, esa gran herramienta cósmica que descenderá del universo al planeta, y será visible para poner fin a todo mal y a toda dualidad.

En este tiempo, que no está muy lejos, resucitarán los muertos y las Leyes que fueron profesadas al pueblo de Israel se cumplirán.

Muchos tendrán la Gracia de reencontrar a aquellos que perdieron por su muerte, la vida mortal pasará a ser vida inmortal. Será el nuevo comienzo de la humanidad y aquel Proyecto que fue pensado en el origen de Adán y Eva se retomará.

Todo esto será llevado adelante a través del Fuego del Amor Crístico. Por eso, en estos últimos tiempos fueron preparados. Y, a través de estos últimos encuentros Conmigo, están siendo preparados.

Díganle al mundo que ya estoy volviendo y que no falta mucho. Les vuelvo a repetir que nadie podrá detener ese acontecimiento universal, porque ya está escrito.

El Maestro y Señor del universo, el conocido Jesús de Nazaret, se reencontrará con cada uno de Sus compañeros, les dará el abrazo que tanto esperan, recibirán el Amor que tanto buscan y en esa hora comprenderán quiénes son verdaderamente.

Alegren sus corazones y espérenme con esperanza.

Estamos en el último tiempo de la tribulación, pero la Aurora volverá a nacer en el horizonte y ya no podrá ser sepultada por nadie.

¡Ay de aquellos que no han creído en lo que ha pasado aquí, en este país!

¡Ay de aquellos que cerraron su corazón a Mi Mensaje y a Mi Palabra!

La Tierra se limpiará a sí misma, como lo está haciendo en este momento.

Recen por los pecadores y por los que no se convirtieron. Recen por Mi Iglesia extendida en toda la Tierra, para que ya no sea difamada, para que cumpla la gran promesa del Señor y así formen el gran Cuerpo Místico de Cristo en la Tierra.

Sean chispas de Mi Amor en el mundo, ya no sean oscuridad. Beban de Mi Luz y sean Luz. Reciban Mi Gracia y sean consecuentes.

Es todo lo que hoy quería decirles, de corazón.

Sigan siendo valientes para escuchar la Palabra de Dios, porque ya es la última, antes de que todo suceda.

Celebremos este momento. Comulguemos de este Mensaje por medio del Sagrado Sacramento de la Eucaristía, para que más almas en el mundo también puedan prepararse para Mi Retorno al mundo, tan esperado.

Cuento con ustedes hasta el final.

Y así, Yo los bendigo y los absuelvo, bajo el poder de la Santísima y Divina Trinidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los esperaré aquí en el mes de enero del próximo año, para cerrar esta misión, a través de este Centro Mariano.

Déjense consumir por el Fuego de Aurora, no les hará mal.
 

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN LA 120.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Después de cuatro días, llegué al fin de una tarea espiritual con el futuro planeta, de la que todos han participado Conmigo, para que pueda surgir la Nueva Tierra después de que se purifique en esta etapa final.

Por eso, todo lo que Yo les traje en estos días les habrá podido parecer un poco abstracto o simbólico, porque todas las situaciones que surgen de la Fuente Suprema, todas las emanaciones de los Códigos y Propósitos de Dios, no tienen una forma concreta, sino inmaterial, que es impregnada por una corriente de energía cósmica.

Es una aspiración que surge, por única vez de la Fuente, hasta que esa aspiración se concrete en los tres planos de consciencia, espiritual, mental y material, hasta que esa aspiración sea una realidad, así como la Voluntad de Dios lo ha predeterminado.

Por eso, ante Dios y ante ustedes, Yo Soy esa Gran Consciencia intermediaria y Divina que trae desde los planos superiores las aspiraciones de Dios para que se concreten en la materia.

Es algo tan semejante a lo que vivieron los arcángeles en el principio, porque ellos tuvieron que manifestar esta Creación; primero retirando de la Fuente las aspiraciones de Dios en el Universo Espiritual, después meditando en esas aspiraciones a través del Universo Mental y así, diseñando los diferentes Proyectos del Creador para que se concretaran en el Universo Material.

Por eso, los impulsos de Dios son graduales, así como sus seres son graduales. Así como tienen un alma, también tienen un espíritu y, ¿qué habrá más allá del espíritu de cada ser?

Todo parece un misterio, pero no lo es, porque el misterio se devela cuando el alma ama a lo desconocido, sin comprender ni siquiera lo que eso significa.

La consciencia encarnada en este mundo sabe que debe cumplir un Propósito, porque es su esencia la que lo sabe. Por alguna razón, está aquí encarnada en un cuerpo humano, no es solo para vivir algo material o concreto.

La materia es la posibilidad de la concreción de ese Plan espiritual y mental, pero el plano material no es el que determina la evolución de la consciencia porque, así como las esencias surgieron de los Estanques de la Fuente, así las esencias deberán retornar a esos Estanques de la Fuente con una experiencia vivida.

Para eso existen las Leyes Universales que muy pocos conocen, las que tal vez la mayoría ha escuchado con el nombre de Mandamientos. Pero los Mandamientos, que recibió Moisés, fueron las Leyes Básicas de la evolución de esta raza.

Esas Leyes se ampliaron a través de la encarnación del Hijo de Dios en la Tierra; porque el Hijo de Dios unió todas las Leyes de los Mandamientos en una única Ley, que es amar a Dios por encima de todas las cosas, pero también amar al prójimo para que esa evolución se pueda concretar y realizar sin obstáculos.

Sé que la vida material es un desafío para la mayoría en este tiempo. Muchas almas en este tiempo no le encuentran sentido a la vida, porque las almas están en depresión, al no encontrar el camino del Propósito que perdieron. Pero no es afuera que encontrarán la respuesta, es en lo más profundo de cada corazón que se encuentra esa respuesta que tanto buscan.

Sepan que, para cada situación de la vida, para cada aprendizaje o experiencia y también para cada decisión que se debe tomar, la respuesta no está en el exterior, sino en el interior. Por eso, el Hijo de Dios, cuando estaba encarnado en este mundo, siempre encontraba un momento para retirarse con Su Padre para tomar Sus grandes decisiones.

El Universo les provee de todo. La vida material les provee de ilusión y, en muchos casos, de engaño. Pero las almas, para que vivan algo que no conocen, deben tener mucha voluntad, la determinación de alcanzar aquello que es desconocido e impalpable, aquello que no tiene forma ni es concreto.

En este cuarto día de encuentro Conmigo, vengo a terminar Mi Mensaje, Mi serie de impulsos espirituales y cósmicos.

En esta serie especial, que Yo les otorgué en estos cuatro días, deberán descubrir por ustedes mismos las diferentes claves que Yo les dejé en Mis Mensajes; porque es la última vez que se los estoy diciendo, para que Mis apóstoles y Mis seguidores tengan todas las herramientas en el momento de tomar sus decisiones y de trabajar por el Plan.

Porque cuando Yo ya no pueda estar aquí con ustedes, serán ustedes los que deberán dar continuidad al Legado que les impartí con tanto Amor, y serán ustedes los que deberán cuidar de las almas y de los corazones de los peregrinos, y también de sus hermanos de camino, de todos los que conviven día a día con ustedes.

¿Ahora, comprenden que todo esto no es una casualidad, sino un compromiso?

Hay almas que les ha tocado vivir esta Voluntad que Yo les traigo. No hay forma de escaparle a esto, porque adonde vayan, esa Voluntad Mía estará presente; y esto es algo inextinguible porque no es material, es un impulso espiritual que en lo más profundo les recordará el compromiso.

En todo lo que Yo les dije, a través de estos años, está la respuesta y la guía que muchos necesitan para vivir el camino del apostolado y de la entrega, para ser meros instrumentos en las Manos de Dios que permitan hacer descender las Gracias en el mundo y en las almas.

Les dejo, en este lugar, el comienzo de una nueva etapa interna. Aquí, les dejo abierta la Fuente Espiritual de Mi Padre, para que las almas vengan aquí a purificarse y a sanarse. Y ustedes serán celadores de esto para que, en el momento más difícil del planeta, la humanidad sepa que, del gran fondo del abismo, emergerá la Luz de Aurora y volverá a elevar a las estrellas caídas, convirtiendo a esas estrellas en consciencias redimidas que cumplirán con el Proyecto del Padre.

Aquí está la hoja de la última parte de este Libro que fue escrito por Mí en estos últimos años. Pero esta hoja está en blanco, y serán sus vidas y sus almas que escribirán la última parte de esta historia vivida Conmigo; historia que podrá justificar los graves errores que hoy comete el mundo a través de las guerras y de las persecuciones, a través de los exilios y de los inmigrantes, a través del tráfico de niños y de los abusos de poder.

¿Ahora, comprenden la importancia de escribir esta última parte de la historia?

Porque esto no quedará solamente en la memoria de los que Me recuerden, sino que continuará adelante cuando Yo retorne al mundo y cumpla con lo que Yo le dije a Juan, el apóstol.

Vendré a pedirles personalmente los talentos que les entregué una vez. Y el Pastor les preguntará: “¿Qué han hecho con los frutos que les entregué? De esos frutos, ¿cuál será la cosecha que realizaron? Y, ¿qué es lo que le será ofrecido al Padre Celestial cuando el mundo llegue a su fin?”.

En ese fin, en ese día y en esa hora, será cuando la humanidad se redimirá y la Nueva Humanidad comenzará. Y esa Nueva Humanidad no tendrá memoria del sufrimiento ni de todas las agonías que ha vivido este mundo a través de los tiempos, porque la Nueva Humanidad será formada por los Nuevos Cristos, que retomarán el Proyecto que no se cumplió con Adán y Eva.

Y a través de una pausa en el espacio-tiempo, desde Adán y Eva hasta el presente, se borrarán para siempre los horrores de la humanidad, porque los arcángeles habrán purificado ese ciclo para que la Nueva Humanidad no lleve consigo ninguna deuda espiritual; motivo por el que ya no existirá la enfermedad espiritual ni material, porque no será necesario ese aprendizaje para las almas.

Yo quisiera, como Maestro, que muchos, pero muchos más, formaran parte de esa nueva etapa de la humanidad, pero cada vez son más las almas que se alejan de esto, lo que rasga Mi Corazón por dentro.

Pero Yo nunca descansaré, aun cuando retorne al mundo físicamente, porque iré detrás de aquellos que aún no fueron redimidos ni perdonados. Iré al encuentro de los que fueron impunes y de todos los que ocasionaron el mal en este mundo, porque todo el planeta será redimensionado por las Leyes Crísticas y, así, todo comenzará de cero, como está escrito.

En el momento en el que Yo reuniré a las diferentes tribus de Israel, más allá de las naciones o de las lenguas, más allá de los pueblos o aun de las culturas, el Padre Eterno, a través de Su Amadísimo Hijo, reintegrará a la humanidad el Propósito de las doce tribus de Israel y se dará continuidad a la concreción del Proyecto del Padre Eterno, bajo la presencia visible de los ángeles.

¿Ahora, comprenden por qué es importante trabajar para Mí?

No existe otra razón, en este universo, que cumplir la Voluntad de Cristo, así como Cristo cumplió la Voluntad de Dios en el Huerto Getsemaní. Yo los animo a seguir esta, Mi aspiración, comenzando en lo más pequeño del día a día, porque el mundo se apaga sin ver la Luz ni el Amor.

Es necesario que existan almas misericordiosas en este tiempo, almas que sean testigos y celadoras del Amor del Redentor en este tiempo de agonía planetaria, de este Amor que proviene de lo Alto y de lo más sublime del Corazón de Dios.

Vengo una vez más a consagrar a nuevos adoradores, a este grupo de almas tan diferentes entre sí, pero tan unidas por un mismo fin y un mismo Propósito, que es aliviar el Corazón de Jesús a través de la santa adoración para que Mis Gracias y Misericordias puedan llegar cada vez más al mundo y para que más almas en este mundo ya no se condenen ni tampoco se pierdan del camino del Amor.

Preparémonos en este momento para esta consagración que Yo acompañaré con predilección para bendecirlos.

En esta Obra existe una canción que los identifica a todos ustedes y que representa el mensaje del alma que aspira a vivir constantemente en Dios, aspirando todos los días a caminar libre de sí misma para seguir las huellas de Luz del Gran Maestro.

Esta canción, que ahora les pido, acompañará este momento de consagración, para que también el mundo se pueda consagrar algún día, aunque parezca inalcanzable.

Todas las almas, que se consagran, promueven espiritualmente la consagración de la humanidad. Tengan esto siempre muy presente para que aprendan a valorar el espíritu de la consagración.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a cantar "Consagración"

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN LA 120.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Consciencias de Luz impregnan la Tierra. Eternos y cíclicos Consejos se presentan en nombre de toda la Jerarquía para ayudar a la humanidad, para enmendar los errores que fueron cometidos en el mundo, para que en la ardiente aspiración de Dios el Sagrado Proyecto del Padre en esta humanidad sea corregido.

Por eso, estas Consciencias de Luz impregnan la Tierra de formas y de matrices universales para que el espíritu de cada ser que habita en este planeta, en un día y en una hora marcada, reciba el Mensaje del Cielo, el último y gran Mensaje de la Jerarquía, momentos antes de que se defina la última etapa de la purificación de la Tierra.

Antes de que eso suceda, la mayoría de las consciencias ya deberán estar despiertas y deberán recordar su compromiso, aquel compromiso que fue firmado en el Universo momentos antes de su encarnación.

Esto significa y representa que los círculos más íntimos de la Hermandad ya se están cerrando. Las puertas del llamado ya se están cerrando y, por Gracia y Misericordia, este llamado con día y hora marcados, este Mensaje del Universo que descenderá a los mundos internos, golpeará a la puerta del corazón de cada ser para que, por un instante, recuerde lo que dejó de vivir evolutiva y espiritualmente como premisa del cumplimiento del Plan de Dios.

Hoy, doy continuidad al Mensaje de ayer. Recuerden que les dije que este último impulso sería gradual, porque sus espíritus deben aprender a soportarlo; para que, en esta última etapa de la humanidad y del planeta, los últimos ejércitos de Cristo materialicen la Tierra Prometida, libre de propias voluntades, libre de propias decisiones, llena del Espíritu de Dios, colmada de Sus Divinos Impulsos Cósmicos.

Esa será la Nueva Tierra. Ese será el momento del surgimiento de la Nueva Humanidad, que volverá a comulgar de las Leyes Superiores y finalmente las conseguirá aplicar en la vida material, porque ya no estará la dualidad que los condena, solo estará la Divina Unidad que les abrirá las puertas a los Dones del Espíritu Santo para que así puedan repoblar la Tierra, después de purificada, de los Valores y de los Códigos de Dios, de aquellos valores que una vez recibió el pueblo de Israel.

Es así que todo se renovará, aunque les parezca en este momento imposible o aun irreal. Todo se renovará porque Yo ya estaré presente. Ya no Me deberán esperar, solo deberán recibirme de brazos abiertos y de corazón abierto para vivir Conmigo la última y gran Comunión que los consagrará como los Nuevos y Últimos Cristos.

Esa debería ser la aspiración de todos los que Me siguen y de todos los que Me escuchan.

Esa debería ser la llama que brilla en la oscuridad de esta noche planetaria.

Ese debería ser el deseo ardiente de Mis compañeros de los últimos tiempos, y por esto deberían trabajar incansablemente hasta el fin, haciendo todo lo posible y un poco más para que esa Nueva Tierra sea posible.

Pero esa Nueva Tierra, que ya es impregnada por las Consciencias de Luz del Universo, primero deberá nacer en ustedes mismos para que después sea una realidad en la superficie, algo concreto y verídico.

Yo vengo trabajando por esto desde Mi encarnación en la Tierra hasta el presente y la consciencia del planeta lo sabe en su más profundo silencio.

¿Será que la consciencia de esta raza única y de esta humanidad única ya lo sabe?

No tendría motivo de estar aquí, si no fuera por esta gran causa espiritual que debe cumplirse ampliamente en todos los discípulos que siguen los pasos de la Jerarquía.

Por eso, les vuelvo a recordar que Yo Soy el único Camino, Soy la única Verdad. Yo Soy la Vida para quien busque vivir en Mí y a través de Mí, y estando en Mí nada más necesitará; porque Yo tengo guardadas cosas maravillosas para todos, solo que muy pocos las aceptan.

De Mis Manos y, sobre todo, de Mi Corazón desbordan las Gracias para las almas. ¿Quién se consagrará como ese instrumento? ¿Quién se consagrará como ese sagrado tabernáculo capaz de recibir los Dones de Cristo para vivirlos, expresarlos e irradiarlos?

¿Ahora, comprenden Mi emergencia? Si los círculos de la Jerarquía ya se están cerrando y las puertas del llamado también ya se están cerrando, ¿cómo es que Yo puedo quedarme con todas las Gracias del Padre en Mi Corazón? Porque quien se rinde a Mí es bendecido abundantemente por Mis Gracias.

No hay otro motivo ni razón en su vida que no sea estar con su Maestro y seguir al Maestro, así como lo siguieron los apóstoles para llevar a los confines de la Tierra la Palabra de Vida, el Agua Viva que brota de la Fuente de la Creación y que curará a las almas, principalmente a las que más sufren en este tiempo.

Así, Yo les traigo una vez más la revelación de Mi Gracia, para que las almas más perdidas también sean guiadas y conducidas hacia los caminos infinitos de Dios.

Todos ustedes se han comprometido Conmigo, en algún momento, a ser celadores de todas las almas, de los diferentes grupos de almas, que en este tiempo final también deberán alcanzar la redención.

Porque es en lo más simple y anónimo en donde Yo trabajo, en donde nadie Me puede ver, pero en donde todos Me pueden sentir y reconocer como su Maestro, el Maestro entre todos los Maestros. Así, concluyo con este impulso espiritual que les traje desde ayer.

Los invito, en el nombre del Amor y de la consecuencia, a revivir estos impulsos que les estoy trayendo en estos días, porque deberán salir de aquí bien conscientes y despiertos de cada una de Mis Palabras, ya que son las últimas, pero las más preciosas instrucciones para Mis discípulos.

Por eso, Me estoy presentando aquí cuatro veces, para que comprendan y para que entiendan que ya es Mi último tiempo, así como fue el último tiempo de Jesús en el Huerto Getsemaní.

En la simplicidad y en la veracidad de Mi Amor redentor y consolador, antes de que puedan revivir Mi Pasión una vez más a través de la Sagrada Celebración Eucarística, llamaré aquí a un alma que acompañé desde el principio y que Aurora curó físicamente, aunque en aquel momento parecía que todo estaba perdido, porque todas las almas que están encarnadas en la Tierra y que tienen un Propósito Divino ante Dios, tienen su hora y su momento para recibir la gran revelación del Maestro, la razón por la cual estar a Mi lado, siguiendo Mis pasos, contemplando Mis huellas, abrazando Conmigo la cruz planetaria, a la que muchos le temen porque no la conocen.

¿Qué sería de ustedes y del mundo si Yo no hubiera bebido del Cáliz en el Huerto Getsemaní?

¿Qué sería de la Nueva Tierra y de la Nueva Humanidad si los Cristos del último tiempo no se colocaran en las filas y en los comandos del Rey Universal, más allá de toda condición humana, más allá de todo sufrimiento o agonía?

Yo no les exijo una respuesta, Yo solo les recuerdo el compromiso que tienen ante Dios; así como se lo recordé a Mis apóstoles y a tantos seguidores Míos, durante Mi vida pública.

Por eso, esta consagración, que ahora viviremos, de un alma que Me auxiliará de cerca en estos últimos tiempos, también será una consagración por muchas más almas que lo necesitan en los planos internos para que sus caminos se alineen con los Caminos del Padre y esas almas, que no están aquí presentes, reencuentren el sentido de vivir en la Tierra.

Hoy, les hablo de las almas víctimas del suicidio. Que la Luz de esta consagración, que impartiré personalmente, llegue a cada una de esas almas sedientas de luz, de amor y de alivio, para que esas almas en el mundo entero puedan renacer.

Y también incluyo a todos los que están enfermos mentalmente y que se ofrecen a transmutar la enfermedad mental de todo el planeta, algo que no se pude comparar por el grado de sufrimiento que se vive.

Pero Mi Amor siempre fortalecerá a todas esas almas y corazones. Por eso, le dedicaré este espacio de consagración a cada una de ellas, para que no se quiten la vida en esta noche, sino para que renazcan y se renueven día a día bajo la Luz de Mi Corazón Solar.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a prepararnos para esta consagración junto con Cristo y acompañamos en el silencio de nuestra oración la tarea del Señor.

Aquellos que puedan, se colocan de pie para acompañar esta consagración.


Hija Mía, tu hora ha llegado, la hora de liberarte de esa cruz y de abrazar Mi Cruz; porque, por tu servicio y donación, a partir de este día Yo Me ocuparé de todo lo demás.

Aunque parezca imposible, tú has vivido el milagro de renacer, tú eres Mi testigo fiel desde hace mucho tiempo; por eso, esta consagración, en el nombre de todas las almas que hoy la necesitan, te traerá la renovación de Mi Espíritu y te podrás encontrar cara a cara con la fortaleza de Mi Alma, para que todo lo que hagas, hasta el fin de tus días, lo hagas por Mí, como lo hiciste en Tierra Santa, junto a Mi Santa Madre, María Magdalena y María Cleofás.

Ofréceme en tu silencio este momento para que, abriéndose las puertas de los Cielos, Yo pueda elevar a las almas a Dios a través de tu oferta; así como Yo elevé a Dios, en espíritu, a Lázaro, resucitándolo cuando estaba muerto a través del poder transmutador del Arcángel Miguel, que Él Me concedió en aquel tiempo.

Que los ángeles, testigos de Cristo en este momento, escriban en sus Libros esta consagración que esperé preciosamente que hoy se cumpliera.

Elevemos a Dios nuestras sinceras oraciones, a través del Padre Nuestro.


Oración: “Padre Nuestro”.


Como en los sagrados pozos de Betsajé, que esta agua sea transubstanciada, transmutada y magnetizada por las partículas divinas de los ángeles, a fin de que se derrame en el mundo la Misericordia de Dios.

Así como en el Sepulcro se elevó el incienso en honor al Hijo de Dios, para transformar las formas corruptas de la humanidad en formas incorruptas, que Nuestro Padre del Cielo reciba en Su honor y gloria este incienso, que santificará la materia y el espíritu de todos los que están en contacto con él. Amén.   

Que este aceite pueda ungir a los que han perdido la esperanza, pueda curar a las almas y santificar a las consciencias que son ungidas con él, así como su Señor fue ungido en cada parte de Su Cuerpo por las santas mujeres. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Yo te consagro en nombre de Nuestro Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Así como la Santa Sábana, que envolvió Mi Cuerpo herido y flagelado, fue testigo de Mi Resurrección, así que este manto, que es bendecido por Mi Santísima Madre desde los planos internos, proteja los caminos de esta alma que hoy se consagra a Mí.

Bendigo esta alianza que te desposará Conmigo, en compromiso de fidelidad con Cristo, en la unión espiritual de las almas con Mi Corazón.

Este es el pequeño símbolo del corazón que se sacrifica por Mí. Recuerden que este Corazón, que los ama profundamente, siempre debe ser adorado y reconocido como el único Amor, el Amor de la salvación.

Hoy, Yo te consagro con el nombre de Kyrie Eleison, para que hagas reverberar Mi Nombre por todos los lugares que tú andes, la Presencia del Cristo Salvador y Redentor de los hombres y mujeres de la Tierra.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 120.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Segundo Mensaje

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Como un océano de Luz Cósmica, Yo llego al mundo para sumergir a las almas en la gran Esencia de Dios para que, en esa Esencia Infinita y Eterna, las almas reencuentren el camino hacia su origen, hacia la primera Ley y hacia el primer Propósito que los creó en este sagrado universo inmaterial.

En la unión con esa Esencia Eterna de Dios, las almas encarnadas en este mundo encuentran el camino de retorno a la Casa del Padre. A través de la puerta segura de Mi Corazón, reencuentran los Principios que emergieron y surgieron en el Origen para la manifestación y la expresión de cada esencia divina.

Por este motivo, los coloco dentro de este universo de Luz, que fue lo primero que surgió y manifestó a la Ley de la Creación, antes de que todo existiera en el sagrado universo mental. Y, en este universo material, esta Luz del Origen Divino fue la que se manifestó antes que los Padres Creadores, llamados ángeles y arcángeles.

Y hoy, la humanidad, por una emergencia y una gran necesidad, está en contacto con este patrón desconocido que es un Atributo de Dios. En verdad, fue Su primer Pensamiento, antes que se manifestara Su Proyecto en las dimensiones y en los planos de consciencia.

Es en esa Luz que ustedes conseguirán ser nada. Se sumergirán en el vacío para ser completados por las Sagradas Matrices del Todo.

Sé que hoy les hablo a través de símbolos y analogías, pero abran su corazón para que esta Ley, que hoy desciende por primera vez al planeta, toque lo más supremo de sus espíritus, para que sus espíritus puedan ser colmados por esta Luz Superior que transforma lentamente todas las formas y principios, convirtiéndolos según la Voluntad de Dios.

Es así que se consigue corregir este Proyecto Humano, a través de una representación mínima de la humanidad que le dice sí al Llamado del Maestro.

Pero hoy, no es solo Jesús, el Cristo, que está aquí con ustedes, sino Quien les habla es Su Faz de la Ascensión, aquella Faz que pudo tocar las Esferas Mayores, que fue recibida por los grandes Maestros y Jerarquías para comenzar a vivir el Gobierno Espiritual.

Porque Mi Gobierno Espiritual comienza primero a concretarse y a realizarse en el corazón de los seres anónimos, de todos los que son abnegados Conmigo y que no le temen a la rectitud de Mis Leyes, porque lo que Yo les prometo para la próxima vida es algo muy grande. Nada se asemeja a lo que viven aquí en la Tierra, en este mundo de aflicciones y de tristezas.

Yo, siendo el Hijo de Dios y la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, encarné entre los hombres y mujeres de la Tierra para anunciar la Buena Nueva y después cargar con la Cruz de los pecados del mundo, padecer, sufrir y morir por ustedes, y luego resucitar al tercer día en Gloria.

Ustedes deben vivir la misma escuela, pero una escuela de morir primero a ustedes mismos, a todo aquello que creen y que saben, a las convicciones personales e individualistas.

Para alcanzar en la próxima vida el Reino de los Cielos, no solo deben desapegarse, sino también despojarse de ustedes mismos. Al Paraíso no se llevan las cargas de este mundo, porque sus espíritus aprenden, en esta escuela de la redención, a volar muy alto como las aves para poder fundirse en Luz con la Esencia Divina del Padre.

Esta Luz, que hoy les traigo de la Esencia Creadora, fue la misma que inspiró a los doce principales arcángeles para poder diseñar el Plan en este universo material. Plan que primero tuvo que ser impregnado por las formas mentales y ultraterrestres para que siguiera el principio del bien y de la unidad, algo que hoy no se vive en el mundo ni se ve esa unidad y ese bien en todos los lugares de la Tierra.

Por eso, compañeros, para que esta Luz Divina de la Esencia de Dios impregne las partículas más corruptas de sus seres y de los seres de la Tierra, y lo corrupto se transforme en incorrupto, primero ustedes deben dar el paso hacia la entrega total, de alcanzar el vacío de sí mismos y de vivir los diferentes grados de la renuncia, que no se trata de sacrificios ni de padecimientos, sino de un despojamiento gradual que los liberará de las formas concretas y corruptas, que conocen como amarras y prisiones espirituales.

Hoy, les presento este Mensaje aparentemente abstracto para que sus mentes y consciencias salgan de la forma normal e ingresen a la gran geometría de lo inmaterial y desconocido, de donde todo surge y se manifiesta eternamente.

Todo esto y mucho más, a través de la Esencia Divina de Dios, fue lo que su Maestro y Señor encontró cuando ascendió a los Cielos.

Y a través del sagrado ministerio de la Eucaristía, de la institución del Cuerpo y de la Sangre de Cristo para las almas, esas primeras Matrices descendieron para que después de dos mil años de ejercicios espirituales y sacerdotales, las almas y los corazones en el final de estos tiempos pudieran tener la Gracia de que en este día y por primera vez recibieran este impulso espiritual que trae Mi Faz Ascensional, para que todo tenga la oportunidad de la redención, para que siempre sepan y recuerden que hay una salida más allá del aprendizaje o de la escuela, más allá de lo que signifique o de lo que represente para ustedes.

Este es el océano de la Luz Divina de Dios que hoy invade y bendice a la órbita de la Tierra, para que todos los seres de la Tierra, toda esta humanidad, reciban la Gracia de la redención que tal vez no merecen; porque todo esto es por un motivo: por Amor.

Como esta Ley que hoy actúa a través de Mis Palabras es desconocida por ustedes, es hasta aquí adonde hoy puedo llegar, porque todo tiene su tiempo y su momento para Dios. Aunque las escuelas de ustedes sean tan diferentes, la Luz de la Esencia Divina de Dios no es selectiva, ella bendice a todas las criaturas sin excepción.

Por último, quiero decirles, para que después lo mediten, que fue esta Luz de la Esencia Divina de Dios que concedió Mi Resurrección y que Me transformó en un Ser Inmortal.
Todos los que en el tiempo pasado participaron del reaparecimiento de Cristo, después de Su Muerte y de Su Resurrección, tuvieron la Gracia de estar delante de esa Luz. Por eso, les declaro y les explico que le dije a María Magdalena que no Me tocara cuando Me vio y Me reconoció, porque todavía no había subido a la Casa del Padre.

Antes de manifestar la Creación, Dios primero pensó en Su Luz, impregnada preciosamente de Su Amor y Su Unidad para que las almas, y sobre todo las esencias, aprendieran a beber espiritualmente de Su Fuente todas las veces que fuera necesario; así como hoy ustedes están ante esta Luz que viene a traer entendimiento y sabiduría a un mundo herido.

Porque cuando Yo retorne, las bases espirituales principales del Proyecto de Dios deberán estar preestablecidas en las almas, en todos los que, a través de los tiempos, más allá de la religión o del credo, han recibido Mi Amor Crístico desde oriente hasta occidente.

Quiero agradecerles por sostener solemnemente este momento; porque Dios no es solo grandioso y poderoso, Dios es simple, es cercano, es Padre y Amigo, es un Hombro en donde uno siempre se puede recostar y son Manos de las que uno siempre se puede tomar para sentir Su Amor y Su Fortaleza.

Y ahora, celebremos la Santa Eucaristía para que las almas vuelvan a tomar contacto con esa Luz Creadora.

Recuerden su origen y principio, camino del vacío, pero camino del Todo, en donde se puede vivir la unidad basada en el Amor y en la Verdad.

Les agradezco.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 120.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Primer Mensaje

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Me alegra el sagrado reencuentro con Mi familia espiritual de Aurora.

A pesar de las situaciones críticas del planeta, a pesar de los tiempos de tribulación; hoy, Mi Presencia está aquí para bendecirlos, una vez más, a través de Mi Luz y de Mi Paz.

¡Cuántas tempestades internas atravesaron en estos últimos tres años! Y, ¡cuántas tribulaciones enfrenta hoy la humanidad!

Y hoy, en el nombre de Mi Amor están aquí, así como son, así como Yo los puedo contemplar y conocer, más allá de toda imperfección, más allá de todo gran desierto espiritual o interno.

Hoy, están aquí en el nombre de Mi Amor, y así Yo los congrego en torno a Mi Divino Espíritu, al Divino Espíritu Consolador de Dios, que en este tiempo final intenta inundar a las almas con Su Amor; pero las almas no escuchan el Llamado de Dios, las almas escuchan el sonido de las guerras y de las bombas, de las catástrofes de la naturaleza.

Este es el tiempo que estaba previsto que la humanidad viviera, un tiempo muy desconocido para todos, pero un tiempo lleno de oportunidades y de Gracias para los corazones que se abran a la transformación interior para alcanzar la redención.

Hoy, estoy sobre un suelo sagrado, el suelo que ha sido testigo del descenso de la Madre de Dios, que trajo Su Mensaje de Cura al mundo entero. Y hoy, Yo también Soy testigo de esto, de todo el Legado que les ha impartido la Jerarquía a través de los tiempos, un Legado al que le ha llegado el tiempo de vivir su síntesis.

Por eso ustedes, compañeros, también son llamados a vivir esa síntesis espiritual, en la que deben meditar, por un momento, sobre todo lo que ha hecho la Jerarquía en estos últimos años, preparándolos para este tiempo de tribulación y para ayudar a atravesar la tribulación a muchos de sus hermanos.

Si les trajera otra promesa no sería real, Yo les traigo la verdad de estos tiempos que a muchos de Mis compañeros les cuesta atravesar. Pero no se olviden de que Yo les otorgué el don de la fe para que puedan seguir siendo Mis testigos del Amor, de esa Verdad Crística que puede emerger de cada corazón y de cada espíritu. Esto los ayudará a vivir este ciclo de definición, porque cada ciclo les traerá una nueva definición y un nuevo paso.

Y ahora, después de todo lo aprendido y de todo lo vivido a través de Nuestros Sagrados Corazones, ha llegado el tiempo, compañeros, de que finalmente cada uno viva la misión que vino a cumplir a la Tierra; que ya no solo sea una promesa, sino una realidad, la realidad de vivir la Voluntad de Dios, así como está escrita para cada esencia del planeta.

A pesar de estos tiempos dolorosos que atraviesa la humanidad, este es el momento de que se aferren a Mí, que puedan ser instrumentos de Mi Misericordia para que Mi Divina e Insondable Misericordia, tan necesaria en todas partes del mundo, pueda brotar como una inagotable Fuente para todos los corazones sedientos y necesitados, para todas las naciones del mundo que atraviesan su propia tribulación, para los pueblos, culturas y religiones que también atraviesan su tribulación.

Este es Mi Mensaje de madurez que Yo le entrego al mundo. Ya les dije, una vez y no hace tanto tiempo, que están en el mismo momento en el cual estuvieron los santos apóstoles, tiempo después de Mi Ascensión a los Cielos. Este es el momento que cada uno de ustedes estará enfrentando, de hacer lo que Yo necesito que hagan, de vivir lo que Yo necesito que vivan, de manifestar lo que Yo necesito que manifiesten y concreten en este plano material.

Porque Mis Palabras, que son las Palabras de Dios, no pueden quedar guardadas en la memoria. Mis Palabras deben ser vida en ustedes, para que sus vidas sean en Mí y Yo sea en ustedes, aun a pesar del tiempo de la gran purificación planetaria, en el que, por sus propios ojos, ustedes ven la realidad de la humanidad, realidades muy dolorosas y traumáticas, en las que cientos de almas corren peligro espiritual y material.

Por eso, ahora más que nunca, sus corazones deben unirse a la Red Suplicante. Sus vidas deben ser propiamente una oración, en sus actos, en sus pensamientos y en sus sentimientos, y en lo más profundo de la esencia de cada ser.

Esto equilibrará la balanza de la Justicia del planeta ante tantos desequilibrios, maldades y ultrajes en el mundo, en el que aún la sangre de los más inocentes y puros sigue siendo derramada y esto tiene un gran peso ante la Ley.

Por eso, Yo les digo, una vez más, que su vida debe ser una oración, una conquista incansable en el día a día, intentándolo en cada momento y en cada paso. Así, la Ley de Mi Gracia estará más presente en el mundo y Mi Insondable e Infinita Misericordia actuará e intercederá ante los graves errores del mundo y de la humanidad.

Unirse a la Red Suplicante es la premisa de los apóstoles de los últimos tiempos.

Unirse a la Red de Adoración de Mi Cuerpo Eucarístico es la prioridad de los apóstoles de los últimos tiempos.

Porque las malas energías que circulan en el planeta y que hacen sucumbir a naciones y pueblos enteros, que desestabilizan a los elementos de la naturaleza, todas esas interferencias deben ser expulsadas para que el equilibrio reine en la humanidad y, sobre todo, en la consciencia del planeta.

Yo vengo a hablarles de todo esto por última vez, porque las enseñanzas ya fueron transmitidas y compartidas, y ahora es el tiempo de que Mis apóstoles sean mediadores entre la humanidad y Dios, así como Mi Corazón Misericordioso es mediador entre sus almas y Dios. Mientras esto no suceda, las almas inocentes seguirán sufriendo, las guerras seguirán aconteciendo y el desequilibrio será más grande.

Pero, aunque en el final de los tiempos vean cosas que nunca imaginaron y que nunca pensaron, no se amedrenten, no se perturben, porque ya está escrita la hora del Retorno del Rey. Esto se cumplirá y Yo ya les dije que no está muy lejos.

Y, a través de estos últimos encuentros Conmigo, Yo los preparo para que, en el gran momento del planeta, en la hora más definitiva y culminante de la humanidad, ustedes recuerden todo lo que Yo les dije a través de los tiempos y de los años.

Por Amor, quiero decirles que Mi Divinidad, Mi Alma y Mi Espíritu siempre los bendecirán, pero no forzarán su propia transformación, la necesidad del cambio que Yo preciso en sus vidas. Porque si hoy están aquí escuchándome no es una casualidad; eso no existe para Dios, lo que sí existe es una causa que, a pesar de ser desconocida para ustedes, esa causa tiene un Propósito Mayor, un Propósito Superior e Infinito.

Aurora, a través de los tiempos, se ha ofrecido en nombre del planeta y de la humanidad para ser la Gran Consciencia Espiritual e Interior que impulsa la revelación en los últimos tiempos, que impulsa la definición de los corazones, que impulsa la revelación de las profecías y de las últimas Palabras de las Jerarquías.

Por eso, Aurora ha llegado muy lejos y, en esta última fase del final de los tiempos, completará esta última etapa de su tarea universal y planetaria. Las Jerarquías se preparan para esto.

Yo deseo que siempre vivan en el bien y en la paz, en la confianza absoluta de Mi Corazón, sabiendo que es un tiempo de grandes esfuerzos no solo materiales, sino también espirituales; sabiendo que es un tiempo de que cada uno de ustedes se enfrente a su propia realidad, que no le tema ni retroceda, sino que la atraviese con valentía y con coraje, con un toque de Esperanza Divina para que la agonía no se establezca, sino que el gran impulso superior de la transformación pueda suceder en la mayor cantidad de almas posibles, rumbo al encuentro de la redención para vivir el encuentro de la cura interior, de la liberación de las amarras y de las cadenas de la opresión, aceptando profundamente Mi Misericordia.

Esto es lo que Yo les puedo entregar, Mi Misericordia, todas las veces que la necesiten y que la invoquen; porque la promesa de Mi Misericordia es salvar al mundo y liberar a la humanidad de su propio cautiverio.

Por eso, Mi deseo ardiente es que, en esta Maratón de la Divina Misericordia, sus corazones se conviertan en corazones suplicantes que se unan a la Red de los Espejos del Universo, para que las grandes Jerarquías Espirituales puedan volver a interceder por esta grave situación planetaria, para que la Luz y el Amor de Cristo triunfen, y las almas ya no sufran, porque hacen sufrir a Mi Corazón.

Como les ha dicho Mi Madre, la última vez, la puerta de la cristificación está abierta para quien quiera atravesarla, sin saber qué será esa cristificación.

Y que, a través de esta Maratón de la Misericordia, las armas puedan ser calladas para que se establezca la paz, especialmente donde ya no existe, especialmente donde ya no se siente y donde ya no se vive; porque quien está en paz y vive en paz, está en el Reino de los Cielos, aun estando en la Tierra.

Ahora, Me recojo en los corazones que abren las puertas de sus almas para que Yo pueda entrar, vivir y gobernar por medio de la santa celebración de la Eucaristía que hoy celebrarán, en Mi Nombre y por Mi Nombre, por la paz de los que ya no la tienen y en nombre de la Luz en los lugares en donde ya no existe, sobre todo la Luz que se ha disipado de muchos corazones.

Celebraremos para que la Divina Esperanza descienda y para que esta Maratón sea una Maratón de súplica y de gloria, en la que todos los ángeles de la guarda puedan interceder y obrar para unir a las consciencias, para reconciliar a los corazones, para proteger a todas las familias bajo el Manto del Padre Celestial.
 

Aurora,
que Tu Luz reine a pesar de las tinieblas.

Aurora,
que Tu Sagrada Espada corte los vínculos con el mal,
para que las almas del mundo
sean liberadas del cautiverio espiritual.

Aurora,
que Tu Luz renazca en los corazones sedientos.

Aurora,
que Tu Cura se cumpla en aquellos que aspiran a encontrarla.

Aurora,
abre las puertas de la consciencia,
para que todos alcancen el alivio y la paz.

¡Salve, Aurora del Señor!

Amén.


Les agradezco por este amoroso y simple recibimiento. Y les agradezco a todos los servidores que viven aquí y que sostienen, día a día, este Centro de Amor a través del esfuerzo de sus corazones, a través de la donación de sus vidas, a través de la entrega de sus manos para construir un Plan Divino y Mayor que muchos aún no comprenden.

Por eso, bendigo la valentía y el coraje de los consecuentes de Aurora.

Y no se olviden de que, a pesar de todo, Yo siempre estoy allí, en el silencio de las estrellas, en el nacer del sol, en el corazón orante y adorador. Allí, Yo estoy, porque Soy el que Soy.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Coloquen sus manos en señal de recepción para recibir la bendición y la Luz de Cristo, Nuestro Señor, y así entrar en comunión con Su Divina Consciencia.


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mi silencio viene a hacer callar a las armas. Para que este silencio se establezca, Yo vengo a la Tierra, hoy de una forma diferente, dada la emergencia de estos tiempos, dada la necesidad de las almas, especialmente de las que claman por Justicia y por Misericordia.

He aquí el Rabí de Israel, el Maestro de todos los pueblos y de todas las religiones, porque Mi Corazón no guarda diferencias, Mi Corazón tiene un lugar para cada pueblo y para cada nación, que por alguna razón existen, porque cada uno de ellos guarda en sí mismo un Tesoro de Dios que no se puede perder.

Yo estoy aquí para darles Vida y Luz a los mundos internos, porque Mi tiempo se termina y la hora de Mi Retorno se aproxima. El mundo necesita de un cambio radical, un cambio que venga del espíritu para que la materia sea impregnada de una nueva forma. Y esto significa, compañeros, grandes esfuerzos para la Jerarquía, esfuerzos que no los pueden medir con su mente, esfuerzos que solo los pueden sentir con el corazón.

Yo llegaré al mundo en un momento culminante y, a medida que pasan los días, ese momento culminante se acerca y todos ya deberían estar prontos, porque no les avisaré. Mi única señal será Mi Presencia, cara a cara, y ¿qué Me dirán en ese momento?

Yo vendré a buscar en ustedes el templo espiritual que han construido para Mí, que utilizaré para reconstruir al mundo, volviendo a verter Mis Dones y Mis Gracias en las almas en la hora culminante, en la que el sufrimiento en la esfera de la Tierra terminará, en la que ya no se escuchará ni un llanto más en este mundo, efecto de la guerra, de la miseria y de la persecución o aun efecto de la pena de muerte.

Cuando Yo retorne, esto ya no se escuchará en ningún plano ni en ninguna dimensión. Porque, ese momento que será muy sagrado para Mí, retornar de los Cielos a la Tierra y poder volver a tocar con Mis Pies esta superficie, será el momento en el que el mal será vencido, porque por una orden espiritual, cósmica y divina, el Arcángel Miguel traspasará con Su espada el mal, disolviendo la esencia de la oscuridad para que, por el poder de la Luz y del Amor, todo se revierta y el principio se reintegre en la humanidad, aquel principio que era impregnado por un Propósito Espiritual.

Desde Adán y Eva, la historia de la humanidad será reconstruida y, en Mi Presencia, ya no habrá secuelas del sufrimiento y del error. Por eso, este también es el momento culminante para ustedes, en el que no pueden ser tibios, en el que se deben aferrar a Mí, más allá de lo que suceda o de lo que vivan; porque el Maestro retornará y llamará a cada uno por su nombre espiritual que resonará como un eco en todo el planeta, porque será la Voz del Padre la que hablará a través de Su Hijo, así como la Voz del Padre habló a través del pueblo de Israel.

Yo sé que muchos no comprenden por qué hay tanto dolor y sufrimiento en el mundo, por qué tantos inocentes deben padecerlos. ¿Será que alguna vez pensaron que ellos se ofrecieron para esto, para que los no redimidos se puedan redimir?

Por eso, les hablé en estos últimos tiempos sobre los nuevos mártires. Día a día, hay muchos más mártires en el mundo, desde los no nacidos hasta los que mueren en la guerra y muchos más que ni siquiera se podrían imaginar qué es lo que viven, ofreciendo sus almas en sacrificio y amor, a fin de que en el mundo exista un amor maduro, capaz de superar todos los errores, capaz de trascender todas las impunidades. Ese es el amor que Yo estoy viendo en los Nuevos Cristos.

¿Quién será consciente y se postulará para vivir esta escuela? Porque no busco reacciones heroicas, Yo busco ofrecimientos anónimos, capaces de vivirlos por amor como víctimas del Amor de Cristo. Aunque sea incomprensible que día a día existan más mártires en el mundo, si esto no sucediera el planeta ya no estaría en pie.

Desde los grandes lamasterios de Oriente hasta los cantos de los cristianos del mundo entero, todos suplican verdaderamente por la paz. Pero ya no la busquen, amen esa paz y la paz será en ustedes, porque la Paz es una Ley, es la primera Ley que Dios creó en el principio.

Fue la Paz, junto con el Amor de Dios, que impulsó la Creación, que permitió que ustedes hoy estén aquí, y que en este vasto e infinito universo existiera una vida diversa, colmada de aprendizajes y de muchas experiencias internas.

Pero el mundo, cada día que pasa, se aleja de esa verdad, de esa verdadera experiencia de amor que Dios necesita que vivan para que, por el precio de Mi Sangre derramada, se puedan redimir y confiados crean que la redención es posible en estos tiempos críticos.

Los ángeles trabajan en lo que sucede en el mundo. Diferentes ejércitos y huestes de Luz se encargan de las diferentes situaciones del planeta, grande debe ser el sacrificio para enmendar los errores cometidos.

Por eso, le pedí al Ángel Celador de Mi Cuerpo Eucarístico que se presentara al mundo antes del tiempo previsto; para que, a través de cada momento de oración y de cada nuevo encuentro, a través de cada servicio y de cada oferta verdadera que puede nacer honestamente de sus corazones, Él reciba, en todos sus Cálices de Luz, los ofrecimientos de las almas de Cristo para poder enmendar y justificar los errores que hoy se viven en Medio Oriente, en Ucrania, en África y en otros lugares del mundo, o aun lo que podría sufrir la Argentina.

Mi Mirada Espiritual está en todos los asuntos urgentes. Quiero que sus miradas de amor Me acompañen en los asuntos que son verdaderamente importantes para la Jerarquía Espiritual. Yo les vengo a pedir y a rogar que muden de frecuencia, que se coloquen en la visión espiritual de la Hermandad.

Les vuelvo a pedir que se amen los unos a los otros, en reparación por el amor que desaparece en el mundo, especialmente el amor que desaparece de las almas que viven la guerra, porque Mi Corazón es dilacerado por dentro cada vez que veo morir niños en Gaza.

¿Ahora, entienden lo que necesito?

Yo les abro la puerta definitiva del apostolado maduro. Que sus propias situaciones no pesen, porque hay situaciones que pesan más para Mí y son las que hoy suceden en toda la humanidad.

El Rabí de Israel está aquí para llamarlos al camino de la unidad, del respeto y de la confianza, para que la paz esté presente en el mundo. Sin la paz, el mundo se dividirá más, y ustedes no lo pueden permitir.

Por eso, Me apoyo en todos los que adoran al Santísimo Cuerpo de Cristo, que ya no miden el tiempo ni las horas para poder adorarme; porque la adoración es lo que permite la Presencia de Dios, para que Su Mano toque y llegue a los lugares más recónditos del planeta en donde se vive el sufrimiento.

Yo les abro la puerta de Mi Corazón, una vez más, para que puedan sentir como Yo siento, para que puedan vivir como Yo vivo, para que puedan servir, así como Yo sirvo, siendo el Mensajero de Dios.

Hoy, les pido que ofrezcamos esta nueva Comunión Espiritual por todo lo que les dije, para que Mi Verbo se haga carne en ustedes y en ustedes estén Mis Dones y Virtudes que serán necesarios y urgentes en estos tiempos de tribulación.

Sepan que conozco cada una de sus necesidades, pero Yo les quiero decir que ya es tiempo de que aprendan a aceptar Mi Voluntad y a no desplazar Mi Voluntad de ustedes; porque Yo tengo un Plan para cada alma y para cada corazón, que en muchos casos no les apetecería; pero si Yo no hubiera aceptado el Cáliz en el Huerto Getsemaní, ¿qué hubiera sucedido?

Los Cristos del Nuevo Tiempo deben ser una realidad y ya no una aspiración. Mi Consciencia Divina, amplia e infinita, necesita obrar a través de las almas, porque hay muchos que aún esperan Mi Amor, mucho más de lo que ustedes imaginan, mucho más de lo que ustedes han podido recibir aquí en cada encuentro. Hay almas en este mundo que darían cualquier cosa por recibir Mi Amor.

¿Ahora, comprenden Mi necesidad?

Espero que, al salir de aquí, sus corazones sientan diferente, sus mentes comprendan diferente, que abracen con la misma convicción que Yo abrazo el servicio espiritual de la Jerarquía.

Ahora, los bendeciré antes de la Comunión Espiritual para que, por los méritos que fueron vividos en la Última Cena y en la Dolorosa Pasión, estos méritos puedan estar disponibles para ustedes como un manantial inagotable y, especialmente, puedan llegar a las almas que más los necesitan en esta hora.

Que esta Comunión Espiritual sea la Comunión de la Misericordia, en la que todos puedan recibir la Gracia que tal vez algunos no merecerían, y esto es por Obra de Mi Insondable Misericordia, por el Fuego de Mi Amor Misericordioso.

Para preparar este momento de Comunión, realizarán Conmigo un ofrecimiento espiritual al Creador, a través del Amor de Galileum, para que la paz se haga en Medio Oriente, en Ucrania, en Sudán y en el mundo entero.

Y, a través de Galileum, clamen por los méritos de Mi Nacimiento, de Mi Vida Pública, de Mi Última Cena, de Mi Dolorosa Pasión, de Mi Muerte, de Mi Resurrección y de Mi Ascensión a los Cielos, para que las almas, que en estos días mueren en la guerra, alcancen el Paraíso. Porque vuelvo a cumplir la promesa que le hice al ladrón en la Cruz, cuando Yo le dije: “Por haber reconocido a tu Dios, el Señor, hoy estarás Conmigo en el Paraíso”.

Les agradezco.

Que la paz sea una realidad en cada momento y en cada interior.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN LA 119.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cuando una Consciencia Divina y Cósmica desciende a la Tierra, tiene la misión, desde los planos superiores, de rescatar a todas las consciencias, más allá de cualquier condición y situación.

Por eso, a la vida nunca pueden mirarla con ojos superficiales, carentes de sentimiento o de sensibilidad; porque la Jerarquía Espiritual, cuando desciende a los mundos inferiores, contempla a través de Su Mirada lo más profundo que hay en cada ser.

En este tiempo, de tanta confusión y engaño, aprendan a mirar como mira la Jerarquía, sin condenación y sin juicio, sino a través de una mirada de compasión y de amor que los ayudará a percibir la realidad de cada ser.

Por eso, las voces que siempre callaron, que ahora hablen. La Jerarquía está con Sus oídos abiertos para poder escuchar a los que siempre estuvieron mudos, por temor a una rebelión.

Nuestro Corazón está abierto a todas las moradas. Nuestro Espíritu está sobre aquellos que confían en Nosotros, para que puedan sentir el abrazo de toda la Hermandad.

Pero, tengan presente lo que les digo en este momento; porque las almas, en este tiempo, necesitan ser consoladas para que puedan vivir paso a paso su consagración, para que se animen a seguir adelante sin temor a equivocarse.

¿Por qué les hablo de esto, compañeros?

Porque deben aprender a sentir y a comprender a quien tienen a su lado, para que la Misericordia Divina sea una realidad en el mundo y en los lugares en donde más se necesita.

Primero, deben aprender a comprender y a amar a quien tienen a su lado, porque no se pueden saltear las reglas de la evolución, las reglas de los aprendizajes, que los harán crecer interiormente como buenas personas, como Hijos de Dios.

Yo vengo con este apelo, aunque parezca que no tiene importancia, porque el valor de la escucha se está perdiendo en el mundo. El diálogo fue esclavizado y sometido, y las consciencias ya no se comprenden.

Pero, con todo lo que Yo les He enseñado, a través de los tiempos y por medio de Mi Dolorosa Pasión, les he dejado Mi Legado y Mi Tesoro para que pudieran imitarme y seguir Mi humilde ejemplo de que algún día sean bienaventurados, aun en la vida cotidiana, en cada nuevo relacionamiento con el semejante para que sea una construcción fraterna y auténtica, alejada del poder y de la autoridad que el ser humano cree tener.

Por eso, compañeros, si el Hijo de Dios, siendo el Hijo del Padre, nunca tuvo a nadie bajo Sus Pies, porque nunca se lo permitiría, por más autoridad que el Padre Me haya dado, ustedes también deben tener esta premisa. Nadie puede estar debajo de sus pies, bajo ninguna autoridad ni bajo ningún poder, porque no estarían Conmigo, así como Yo lo necesito.

Por eso, este es el tiempo, el poco tiempo que resta, para poder redimensionar las actitudes y los aprendizajes, la forma de tratar al semejante; porque todos, en lo más profundo de sus corazones, tienen un valor incalculable para Dios. Y si el Dios Vivo lo contempla en cada corazón humano, ¿cómo ustedes no lo contemplarán?

Es tiempo de cambiar, más de lo que ustedes piensan que ya cambiaron; porque cuando Yo retorne, Mis pilares, a través de las almas, deberán estar firmes y definidos. No podré colocar Mis Comandos, Mis Tesoros y Mis Aspiraciones en tierras movedizas.

Necesito colocar Mi Poder y Mi Amor en el corazón de los simples y de los humildes, que son los que siempre, a través de los tiempos, de las generaciones y de las humanidades, fueron los que concedieron el abrir las puertas de los Cielos en la Tierra, para que toda la humanidad se pudiera salvar una y otra vez.

Yo deseo que vivan el bien en profundidad, no un bien común, sino un bien mayor que les hace comprender la existencia de otra forma, que los coloca de una manera diferente delante de la realidad, sabiendo que es necesario en cada momento llevar Mi Amor al mundo.

Esa debería ser la regla primera: el amor y la escucha, para que se manifieste el diálogo; no un diálogo de indiferencias, sino un diálogo de igualdad, de un bien mayor.

Estas fueron las últimas orientaciones que Yo les hice a Mis apóstoles en el tiempo pasado, porque era necesario que cada uno tuviera bien claro lo que era necesario hacer para cumplir el Proyecto de Cristo en la Tierra. Sin esas bases y sin esos pilares, la Obra de Cristo no se concretaría. Lo mismo hoy, Yo les digo que sin esos pilares y sin esas bases, la Obra de la Misericordia no se concretaría.

Yo necesito que puedan madurar en un amor más expansivo y menos emocional, un amor justo y pacífico, un amor solemne y leal. Así, llevarán Mi Plan adelante con perspectiva y sin tantas oscilaciones, porque lo que Yo vengo a construir en cada uno de sus corazones es algo verdadero y no pasajero, es algo que Yo necesitaré en este tiempo final, cuando Yo los tenga cara a cara y les pida Mis Tesoros para preparar Mi Retorno al mundo, y así cumplir la Aspiración de Dios de manifestar la tan ansiada Tierra Prometida.

Por eso, estoy aquí junto a Mis ángeles, testigos fieles de este momento; junto a sus ángeles de la guarda que también son testigos de este momento, de la importancia de la madurez para todo lo que su Maestro y Señor necesitará llevar adelante en este tiempo final.

Ahora, ¿comprenden la esencia de lo que es el rescate?

Un verdadero apóstol nunca puede interrumpir el camino del prójimo, todos deben sentir la libertad de poder crecer y expresarse. Esto es lo que les permite a ustedes ser verdaderos, sabiendo que cada consciencia y cada corazón tienen su lugar y su espacio en el Corazón de Dios.

Espero que sus hermanos y hermanas, que están en el mismo camino y que se encuentran en Mi Barca, tengan algún día un lugar en sus corazones y no un problema; porque el Amor que Yo les enseño no se refiere a lo tridimensional, el Amor que Yo les enseño se refiere a lo espiritual, a lo verdadero y a lo auténtico, sabiendo cuándo decir sí y cuándo decir no. Por eso, deben hacer un examen de consciencia en ustedes mismos.

No necesito de culpas, necesito de una reflexión madura y consciente, humilde y arrepentida, sabiendo que es lo único que ustedes Me podrán ofrecer para que Yo pueda tener la autoridad de salvar a otras regiones del mundo, a ciertos espacios en donde ya no llega Mi Luz.

Ahora, ¿comprenden la amplitud de Mi Plan de Rescate?

Desde lo más pequeño hasta lo más grande debe ser cuidado y protegido. Desde lo más pequeño hasta lo más grande, todo debe estar bajo una reflexión. Así, Yo les podré confiar más tareas y podré justificar ante la Ley lo que estoy haciendo en este tiempo.

Ya están a las puertas del apostolado maduro, se los vengo diciendo en los últimos tres meses. Ahora es tiempo de vivirlo, es tiempo de concretarlo. Eso es lo que tanto espero, con toda la fuerza de Mi Corazón.

No es nada difícil lo que les pido, ustedes saben que les digo la verdad, porque ahora es necesario preparar Mi Retorno, y cada día que pasa se vuelve más urgente.

Por esa razón, una vez más, Yo estoy aquí no solo para bendecirlos y para alentarlos, sino también para hacerlos consecuentes en Mi Camino de Cristificación, que no se trata de una teología ni de una filosofía, sino que se trata del corazón que ama profundamente la vida, que ama al prójimo, así como es, que ama fervorosamente cumplir la Voluntad de Mi Padre.

Así, Yo les vengo a enseñar lo mismo que les enseñé a Mis apóstoles. Espero que haya una respuesta sensata. Yo conozco el potencial de sus corazones, conozco las virtudes que pueden vivir sus almas, conozco los dones que sus espíritus pueden recibir de Dios.

Por eso hoy, los volveré a sacramentar y, en especial, les volveré a entregar Mi Sagrado Cuerpo y Mi Preciosa Sangre para que sus vidas, en este tiempo final, sean testimonios vivos de Mi Amor para un mundo herido, para que la unidad se establezca, para que la paz sea una realidad, para que los que sufren puedan ser aliviados.

Esta debería ser su aspiración, comenzando con quien tienen a su lado. Así, vivirán en Mi Hermandad Crística.

Les agradezco que hayan respondido tan prontamente para este encuentro. Los animo a caminar en la fe y por la fe, para que la cura sane el corazón humano.

Está todo dicho.

Que Mis Palabras reverberen en lo profundo, para que se pueda cumplir la Voluntad de Dios en la Tierra y en el Cielo.

Y, ahora, celebremos la Santa Comunión para que las almas más sufridas reciban Mi Amor.

Les agradezco.

Continúen en Mi Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN LA 119.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que se escuche la Voz que truena en el Cielo.

Que se escuche la Voz que resuena en el planeta.

Es llegada la hora del cumplimiento de la promesa del Hijo de Dios, porque fue escrito y así se cumplirá.

Que los corazones se preparen en regocijo, que las secuelas del pasado se disuelvan y que las almas se sientan guiadas por el Cetro de Mi Amor que los conducirá hacia el Propósito prometido; porque, cuando lo alcancen y lo vivan, conocerán el poder de la liberación.

Los grilletes de la inercia se romperán, las cadenas del pasado desaparecerán y sus almas estarán prontas para caminar libres, y así esperar con alegría la llegada del Gran Maestro.

Por eso, no le teman a la tempestad de su propia barca, vientos contrarios podrán soplar fuerte, pero la convicción de la fe nunca perecerá.

Crean en el poder que Mi Padre les Ha dado en los Cielos, de sentirse parte de Su Creación y de Su Universo, de poder ser dignos Hijos de Dios.

Este es el tiempo en el que las trompetas de los Cielos seguirán sonando para poder permitir que se siga escribiendo el Divino Propósito en los corazones de los hombres. Aún el Libro de Amor no fue terminado, porque los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos. Esto es una Ley y así se cumplirá; por eso, no se queden en su propio destierro.

A través de Mi Palabra y a través de Mi Mensaje, a través de Mis Parábolas y a través de Mis Enseñanzas, Yo He venido a lo largo de los tiempos a enseñarles sobre el Reino de los Cielos; aquel que reverbera eternamente más allá de las dimensiones y de los planos, aquel que siempre permanecerá presente en el corazón que cree en él.

Por eso, ¡levántense, compañeros! Asuman su propia purificación, no como una condena, sino como su liberación. Porque este no es el tiempo de las víctimas, pero sí es el tiempo de las víctimas de Mi Amor, de aquellos que tienen muy claro en su consciencia y en su corazón qué es lo necesario que hay que hacer en este tiempo y qué es lo que no se debe hacer en este tiempo para no salir de la protección de Mi Mano.

Por eso, yergan sus cabezas hacia los Cielos y vean venir el gran tiempo prometido en el que la esclavitud terminará, en el que los infiernos se cerrarán, para que las almas renazcan en Mi Amor y formen parte del gran momento de Mi Cena Redentora; así como fue antes de Pentecostés con Mis elegidos, Mis apóstoles, porque volveré a partir el pan y volveré a consagrar el vino. Les daré de comer y de beber del Sagrado Sacramento, por medio de las formas luminosas que revelaré en ese gran momento.

Y, en esa hora, el sagrado misterio de la Eucaristía volverá a ser transustanciado; así como la materia corrupta, que se ha desviado a través de los tiempos, también se transustanciará. Y de esto participarán las células y los átomos que impulsarán ese gran acontecimiento espiritual.

Por eso, que la cruz ya no les pese; porque en este tiempo existen cruces más pesadas que no pueden ver con sus propios ojos físicos, pero que sí podrán conocer bajo el espíritu de la oración.

Por eso, una vez Yo les dije que dejaran todo lo que tenían, que cargaran su cruz y que Me siguieran. Esta es la hora en la que ese momento se está cumpliendo.

Nada está fuera de lugar; la humanidad lo está por no animarse a amar lo desconocido, lo que no puede controlar, todo aquello de lo que no se puede apropiar.

Por eso, Yo les enseñé el camino de la humildad y del sacrificio. Este camino es una gran escuela para Mí, y también lo es para aquellos que están decididos a vivirlo. Es simplemente animarse, en espíritu de abnegación y de renuncia, a ir subiendo los escalones hacia los Cielos, siguiendo un único camino y un único principio que es el principio de Mi Amor, que nunca los traicionará, que nunca los abandonará, que nunca se apartará del corazón que lo suplique, del corazón que lo pida más allá de sus errores, más allá de sus miserias, más allá de sus imperfecciones.

Dejen que Mi Amor los pueda transformar un poco más. Necesito vivir en las almas para poder vivir en los corazones, para poder llevar adelante Mis obras de los últimos tiempos, para que sientan Mi cercanía, para que perciban Mi consuelo, para que se refugien en Mi abrazo. Porque Yo les vengo a exigir lo que Me pueden dar y no Me cansaré de repetirlo, por más que lo hayan escuchado de Mí muchas veces.

Yo necesito, a través de los buenos instrumentos, poder intervenir en la humanidad y en el planeta; porque los corazones pueden ser un relicario, en donde Mis Tesoros podrán ser depositados en aquellos que aspiren ser celadores de Mis Reliquias, las Reliquias de Mi Pasión y las Reliquias que Me fueron entregadas después de Mi Ascensión a los Cielos.

¿Aspiran a conocer esos Tesoros Espirituales que Yo tengo para cada uno de los Míos?

¡Qué maravilloso sería que fueran conscientes de todo esto!, para que sus consciencias ya no se mezclen en lo superficial, para que sus consciencias se eleven a través de la humildad, de la intención pura del corazón que ama, que no crítica y que no juzga, que tampoco se permite condenar al prójimo.

Por eso, redimensionen su perspectiva. Sean valientes y acepten el arrepentimiento por aquellos que no se arrepienten, por aquellos que no hacen penitencia; a fin de que el equilibrio de la humanidad se sostenga en este tiempo final, más allá de los riesgos que se viven en esta superficie.

Pero confíen, porque Mis Promesas se cumplen en la hora correcta y en el tiempo correcto. No se adelanten a los acontecimientos.

Sigan construyendo dentro de ustedes la morada que Yo necesito para el momento de Mi Retorno. Porque primero retornará Mi Divinidad a los hombres y mujeres de la Tierra, y Mis servidores y apóstoles se sentirán impulsados por algo desconocido y supremo; para que, en las naciones, en los pueblos o donde sea que se encuentren, anuncien Mi Retorno a la humanidad.

Porque cuando Mi Divinidad ingrese en los corazones definitivamente, así como fue a través de los Dones del Espíritu Santo, las almas hablarán en lenguas. Esto se volverá a cumplir, fue la promesa que Yo les hice a Mis apóstoles después de Mi reaparecimiento en el Santo Cenáculo.

¿Creen que los méritos de Mi Pasión tienen poder?

¿Por qué dudan del camino? Si el Camino está aquí, delante de ustedes; la Vida está aquí, delante de ustedes; la Verdad está aquí, delante de ustedes, en el nombre del Amor y de la Paz; porque el Padre es el que Me envía a ustedes, así como Yo los envío al mundo para que sean testimonio de Mi Palabra, ejemplo de la transformación constante, precursores de la paz hasta en los más pequeños detalles, hasta con los que tienen a su lado.

Yo observo todo, de Mi nada pueden esconder. Como estoy aquí, también estoy en otros lugares en este momento. Estoy en los hogares y en las familias que Me abrieron las puertas en este momento para escucharme.

¿Ven cómo puedo ver todo? Porque Dios Me Ha dado la Gracia de la omnipresencia y de la relación entre los universos. Así, los Rayos del Supremo descienden para aplacar las angustias de las almas, para colocar Mi Mano sobre el corazón de cada uno, para decirles: “Confíen y tengan fe”, porque lo que deberán vivir es porque Dios ya lo tiene previsto.

Sé que para muchos vivir la Divina Voluntad es un desafío, pero no se preocupen por los resultados, no generen expectativas ni ilusiones, entreguen su vida totalmente en las Manos de Dios; así como el Divino Hijo se entregó en la Cruz por ustedes, para que pudieran vivir, para que pudieran renacer, para que hoy pudieran estar aquí escuchándome.
Así como muchas veces Me escucharon en los importantes tiempos de la Tierra Santa, como ese pueblo que escuchó cada una de Mis Parábolas y que hoy las recuerdan, así como hoy pueden recordar Mis Bienaventuranzas, así como pueden recordar la primera vez que les enseñé el Padre Nuestro.

Entonces, nos estamos reencontrando, para que la humanidad se pueda reencontrar en algún momento y tenga consciencia de que así no puede seguir, de que así ya no puede seguir padeciendo, que debemos cortar de una vez y para siempre esta cadena del sufrimiento que sumerge a las almas en sus propios abismos, alejándolas de la Luz de Mi Amor.

Pero, Yo vuelvo a otorgarles esta Luz de Mi Amor incansable para que se fortalezcan en este momento de prueba, como personas, como almas y como planeta, como una civilización que precisa urgentemente redimirse, prepararse y curarse, sanarse del odio, de la venganza y de la impunidad.

Y ustedes, compañeros, son los primeros que lo deben vivir. No pueden más ser impunes, no pueden más criticar, no pueden más juzgar, porque nadie conoce lo que es ser condenado y sentirse en esa difícil prisión espiritual.

Por eso amen, así como Yo los Amo; por eso vivan, así como Yo vivo. No les pido algo inalcanzable, Yo les pido algo real, lo que pueden vivir y lo que pueden hacer.

Por eso, les entregué los Sacramentos, para que Yo pueda estar presente para asistirlos en la Confesión, en el Lavado de los Pies, en la renovación del Bautismo, en la Unción de los enfermos de cuerpo y espíritu.

Las Llagas que Yo recibí, las acepté para poder liberarlos del pecado, para poder liberarlos de sus amarguras; para que, a través de Mi Corazón, en cada momento y en cada paso, sientan la fuerza de la esperanza, el poder de la renovación que les traigo, porque Mi principal tarea es renovarlos a cada momento.

Si ustedes Me dejan que los pueda renovar, comprenderán la vida desde otra óptica. Aprenderán a ver la vida como un gran aprendizaje y como una gran escuela, porque Yo deseo tenerlos a todos en Mi Reino.

Como una muestra amorosa de lo que les digo, hoy llamaré a aquellos que se han postulado para adorarme. Pueden venir, para que Yo los pueda ungir.

Que, a través de ustedes, el mundo recuerde que debe adorar al Señor, porque en el Señor está su vida, está su redención.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos mantenemos concentrados porque Jesús está aquí.


Hijos y servidores amados, recuerden Conmigo por un momento el Mar de Galilea y el Monte en donde pronuncié las Bienaventuranzas.

¿Recuerdan lo que escucharon de Mi Boca en aquel tiempo y cómo el Santo Espíritu de Dios, por obra de la Divina Misericordia y del sacrificio de Su Amadísimo Hijo, obró, en aquel tiempo, para que sus almas hoy estuvieran aquí, viviendo esta consagración?

¿Ahora, comprenden que todo tiene un sentido en la vida? 

Conozco lo que cada uno vivió a través de los tiempos, pero Yo vengo a fortalecerlos y a animarlos para que se sumerjan en el océano de Mi Amor, a través de la adoración a la Santa Eucaristía.

En este ejercicio, que emprenderán en cada momento de nueva adoración, recuerden, Mis amados, que estarán cerrando las Llagas que este mundo Me ocasiona hoy; estarán besando Mis Manos y Mis Pies, así como lo hicieron las santas mujeres. Sus besos cicatrizaron Mis heridas, porque eran besos de amor consolador, de súplica y de reparación por las almas del mundo.

Bajo este espíritu solemne de paz, Yo vengo a consagrarlos como los adoradores que siempre fueron. Recuerden que, desde el Monte de las Bienaventuranzas, sus almas decidieron adorarme y reconocerme como su único Señor y Maestro.

Por eso hoy, coloco sobre ustedes Mis Manos y, en esta sagrada imposición, le pido al Santo Espíritu de Dios que obre milagros en sus vidas, que puedan ser luz en el mundo que sufre por tanta oscuridad.

Eleven sus corazones a los Cielos, el Señor los recibe en Su Gloria, y así los bendice en esta consagración, agradeciendo que vivan este ejercicio por Mí todos los días, hasta el último momento de sus vidas; porque en esa última hora, Yo estaré del otro lado de la puerta para llevarlos a Mi Reino, porque a algunos no les tocará estar aquí cuando Yo retorne.

Anímense a vivir la santidad, para que el mundo recupere la pureza y la inocencia que ya perdió. La santidad no es vanagloria. La santidad es tener un corazón simple, capaz de ser receptivo al sufrimiento del otro, al dolor del otro, y hacer cualquier cosa para poder aliviarlo; así como Yo los alivio, en este momento, a ustedes que hoy se consagran y a todos sus hermanos aquí presentes.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y en este momento de consagración, para acompañar a los hermanos, aún en la Presencia de Cristo Jesús, vamos a cantar juntos el cántico “Consagración”, para que estos hermanos puedan ver delante de sí mismos el porvenir, esa esperanza que Cristo nos promete a cada uno, más allá de todo lo que estamos viviendo.

Acompañemos al Maestro en esta consagración.


Hermanos, vamos a hacer una oración para terminar este momento de consagración y seguir con la Comunión Espiritual.

Cuando el sacerdote termine de consagrar la Comunión, ustedes se van a acercar para recibirla, ya que va a ser parte del ejercicio de su consagración.

Vamos a hacer una vez la oración al Padre Celestial en portugués.


¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

En este encuentro, Te honramos, Señor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 119.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Por Mis Llagas fueron curados. Por Mi flagelación fueron liberados. Por Mi agonía fueron consagrados. Por cada uno de Mis padecimientos fueron redimidos.

Pero hoy, no puedo sonreírle al mundo porque el mundo sufre en este momento, porque muchos corazones en el mundo no consiguen alcanzar los méritos de Mi Pasión.

Por eso, contemplo un escenario desolador, que invito a Mis apóstoles a atravesarlo, aunque por ustedes mismos crean que no podrán hacerlo. Pero, Yo vine a este mundo a enseñarles el camino, vine a demostrarles la Sagrada Escuela de la Cristificación.

Por esa razón hoy, llevo en Mis Manos el Libro de Dios, en el que algunos nombres aún faltan postularse para la Escuela de la Cristificación. Y esto, compañeros, no es algo solamente espiritual, es algo concreto, porque después del último 8 de agosto todo cambió y sus oídos no pueden escuchar a la Jerarquía como lo hicieron hasta hace poco tiempo.

El escenario del planeta seguirá cambiando y esa será la hora de Mis apóstoles, que irán decididos hacia donde Yo los necesite, no importando el tiempo o el lugar; porque, recuerden que Mi Iglesia en la Tierra está sostenida por un finísimo hilo de Luz, tan frágil que podría romperse en cualquier momento.

¿Ahora, comprenden por qué en este Libro aún Me faltan muchos nombres?

Mi Proyecto se cumplirá con quienes quieran seguirme hasta el final; porque no serán las multitudes que redimirán el planeta, será la poderosa invocación a la Red Suplicante de las almas orantes y honestas, la que paralizará los graves acontecimientos que llegarán al mundo; aunque vean en este tiempo un escenario de destrucción no solo material, sino también espiritual y moral, porque el lenguaje en este mundo está cambiando rápidamente.

Las almas más pequeñas y más inocentes, los niños de este tiempo, ya no aprenden lo que ustedes aprendieron en otros tiempos. ¿Se han dado cuenta de que el lenguaje de la humanidad ha sido tergiversado?

Por eso la importancia, compañeros, de primero proteger de ustedes mismos los valores que Dios le enseñó al sagrado pueblo de Israel. Sin estos valores, la humanidad no podrá reconstruirse.

Los valores y los principios son los Dones de Dios que la humanidad necesita en este tiempo final para saber dónde colocar sus pies, un lugar seguro y protegido, en donde espiritualmente no corra riesgo ni peligro.

Esto significa que, con los pocos que Me responden y Me obedecen, intentaré hacer algo en este mundo, antes de Mi Retorno a la humanidad.

Pero hoy les digo, verdaderamente, que hay una parte que ustedes deberán asumir, aunque no les corresponda, así como su Maestro y Señor la asumió en silencio y en obediencia, sin quejas y sin reclamos.

Porque este sagrado espíritu de fidelidad y de lealtad, que cada corazón humano puede expresar en este tiempo, es la garantía que la Jerarquía Espiritual tendrá para poder intervenir en la humanidad en estos tiempos de emergencia.

Yo no vengo a ofrecerles un jardín de rosas; Yo vengo a ofrecerles un camino de desafíos, de metas, el camino del Propósito que todos deben tener presente en su corazón. Porque aún la humanidad no comprendió el Mensaje de Dios; por esa razón son necesarios los esfuerzos, la determinación imperiosa de servir, la incansable donación de cada servidor.

No quiero que teman lo que les digo, porque aquí hoy se cumple un atributo: solo tener un lugar de reposo, pero no una morada. Porque la morada de cada compañero Mío es en el Corazón de Dios, lugar en donde siempre conocerán y comprenderán los misterios de la Creación, en donde siempre serán colocados para servir en el lugar y en la hora que sean necesarios.

Ahora llegó el momento de que se cumpla el tiempo del apostolado. Que esto no solo sea una necesidad, sino también una realidad que cada uno podrá vivir según le corresponda, así como está escrito en el Corazón de Dios.

Por eso, abracen la Voluntad Divina, aunque les parezca imposible o inalcanzable; porque cuando abracen la Voluntad Divina, entre ustedes y Dios, no habrá miedos, sino concreciones de Sus Deseos más ardientes y profundos para con cada uno de Sus Hijos.

Es así que Yo vengo a prepararlos para el próximo tiempo, así como preparé a Mis apóstoles antes de Mi Ascensión a los Cielos. Tengan muy presente, compañeros, que estamos en ese importante momento. Por eso, pregúntense si están dispuestos a vivir este momento que Yo les presento.

¿Serán capaces de ir a donde Yo los necesite, en las condiciones que Yo necesite, no aferrándose a un lugar o a una tarea?

Porque las almas que son de Dios no tienen propiedades ni tampoco tienen deseos. Las almas que son de Dios tienen la aspiración de servirlo y, en este tiempo final, tienen la ardiente aspiración de preparar el Retorno de Cristo; primero, purificándose a ustedes mismos, para que el mundo sea purificado de la crueldad, de la indiferencia y de la maldad.

Yo deberé dar testimonio, ante Mi Padre, del Amor que Yo les He entregado a través de los tiempos; porque ese Amor que Yo les di en confianza, Mi Sagrado Amor que es el Amor de Dios por todas Sus Criaturas, es el Amor que Yo necesito utilizar en este momento, ante la emergencia del planeta; para que, en lugares recónditos y lejanos como también en lugares cercanos, se cierren las puertas inciertas que sumergen a las naciones y a los pueblos en este momento.

Necesito que Mi Luz llegue a través de Mis apóstoles. Crean que esto es posible, porque Yo cuidaré la purificación de quien confíe en Mí. Pero no se amedrenten, ya no se precipiten, porque son agraciados y benditos ante Mi Padre y esto no lo pueden olvidar.

Todo lo que Yo hago no es en vano. Todo lo que Yo hago tiene un Propósito y Mi Propósito son las almas, Mi Propósito es vivir en el corazón de los hombres y mujeres de la Tierra.
Por eso, ¿qué temerán?, si Yo ya lo tengo todo previsto, si Yo ya conozco el camino de sus almas. Yo ya sé cuál es el destino de sus vidas.

Para que la humanidad no se destruya a sí misma, Yo vengo a pedirles más. Es la única chance que tengo en este momento, ante el desequilibrio de las Leyes en el planeta.

Por eso, la importancia en este momento de los corazones suplicantes que tendrán como premisa, en este tiempo, suplicar y solo suplicar, para que un niño o aun una familia no se vuelvan mártires a causa de la impunidad.

Por eso, Yo les ofrezco este camino crístico, porque ya están en el tiempo de asumir una responsabilidad y de no tener que ser asumidos por nadie; pues Mis Gracias, en estos tiempos, fueron abundantes.

Ahora es el tiempo de romper con la inercia del planeta, antes de que sea demasiado tarde. No quiero ver lo mismo que en Ruanda; que, por no escuchar a la Madre de Dios, se lamentaron.

Nuestra fraterna cercanía, con ustedes y con toda la humanidad, viene a auxiliarlos, a alentarlos y a impulsarlos a seguir adelante, porque aún hay mucho por hacer y ustedes ya tienen las herramientas para poder hacerlo.

Por eso, Yo vengo a pedir al lugar correcto. Vengo a pedir al lugar en donde Me quieren escuchar y saben que Mi tiempo es precioso en este momento, ante las emergencias de la humanidad, ante la imperiosa necesidad de que los valores de la fraternidad humana, del respeto, de la tolerancia y de la paz, no desaparezcan del mundo.

Yo vengo a pedirles, en esta nueva Maratón de la Divina Misericordia, un voto consecuente de responsabilidad. Esto delineará lo que la Jerarquía podrá hacer; porque ustedes lo harán en nombre de la humanidad, en nombre de las desgracias de estos tiempos que todos estamos viendo y sobre todo lo harán en nombre de Mi Amor, para que Mi Amor triunfe en el mundo y especialmente en donde más se necesite.

Es así que, al igual que a los santos apóstoles, Yo vengo a derramarles el Espíritu Consolador para que sigan caminando al encuentro del Propósito, en la búsqueda incesante de una solución espiritual para esta situación planetaria.

Yo vengo a dejarles Mi Paz y a animarlos para que esta nueva Maratón de oración abra las puertas de los Cielos, toque el Corazón del Padre para que Él derrame Su Misericordia y no Su Justicia, para que todos puedan estar en esta ocasión especial bajo los Rayos de Mi Misericordia, de Mi Sangre y de Mi Agua.

Que esta nueva Maratón de la Misericordia sea un ofertorio, que el templo del corazón de cada compañero Mío esté abierto para poder recibirme y para poder consolarme. Porque vengo a buscar, debajo de esta “Figueira”, un lugar para reposar y para volver a respirar profundo, para seguir adelante junto a los que Me quieran acompañar en este tiempo en el que se debe alcanzar la redención. Esa es Mi aspiración.

Agradezco por las respuestas de los que atendieron a Mi apelo y se dispusieron a servirme.
Ahora, vamos a construir durante estos próximos meses lo que deberá llegar a la humanidad: la fuerza de la esperanza y de la fe para que la cura se establezca, para que la paz se infunda en el mundo.

Yo les agradezco por estar aquí Conmigo, por responder a las Aspiraciones de Dios.
En estos tiempos de tristeza nunca dejen de sonreírle a la vida, para que todo se pueda reparar. La sonrisa es el espejo de Mis apóstoles.

Les agradezco y así los absuelvo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL VALLE DEL RÍO LOIRA, REGIÓN CENTRAL DE FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO DEL DÍA 20

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, quiero que contemplen las Cinco Llagas del Señor traspasadas por todos los horrores del mundo.

¿Quién retirará de las Manos del Señor los clavos que, una vez más, están siendo colocados, que representan en una Mano la impunidad y en la otra Mano la injusticia?

¿Quién retirará de los Pies de su Señor los clavos que representan la falta de amor y de compasión en el mundo?

¿Quién retirará la lanza del Costado de Jesús, la Llaga que más le duele en este momento, que representa a la muerte de los inocentes?

¿Quién recogerá, con el cáliz de su corazón, la Sangre Preciosa que es derramada, en este momento, a través de las Manos, del Costado y de los Pies de Jesús?

Esta es la Faz que hoy Yo les presento a todos. Este es el Mensaje, pero también es el símbolo que quiero dejarles, no solo a ustedes, sino también al mundo entero.

Y hoy, les muestro todo esto a las puertas de Mi Casa, a las puertas de Mi Iglesia, desde el Sagrario más íntimo de Mi Corazón, desde donde He salido para presentarme a ustedes, así como Me He presentado en otros tiempos culminantes de la humanidad.

Esto es lo que hoy quiero que contemplen, para decirle al mundo que Mi Insondable y Divina Misericordia no está siendo considerada en este momento; porque el cáliz de la consciencia humana, el cáliz de la consciencia del planeta, antes estaba medio lleno y ahora está rebasando por la acumulación de los errores y de los pecados del mundo.

Quiero que vuelva a ser considerada, ante este momento culminante de la humanidad y del planeta, la devoción a Mi Insondable y Sagrado Corazón, para que los principios y los méritos alcanzados por su Maestro y Señor vuelvan a ser justificados, ante un escenario de horrores, de guerras y de conflictos, de división y de cisma dentro de las religiones.

Por eso, una vez más vuelvo a salir del Sagrario de esta iglesia para reconstruir la esencia espiritual del Propósito de las religiones, para que las almas que una vez creyeron en Mí ya no se aparten de Mí, sino que encuentren la Iglesia Espiritual en Mi Casa, la morada espiritual que tanto buscan y anhelan para estar protegidos de los asedios de estos tiempos, que de una forma desmedida imparte Mi adversario, el enemigo de todos, de una forma nunca antes vista.

Pero quiero decirles, compañeros, que a pesar de que en este momento Mis Manos, Mi Costado y Mis Pies siguen sangrando, quiero que recuerden el momento de su Maestro y Señor en el Huerto Getsemaní, lugar en donde le fue revelado todo lo que sucedería en este tiempo, pero también le fue revelado lo grandioso que sucedería en el final de estos tiempos, a través de la fe de los corazones que creen en la existencia del Cristo Vivo y en la presencia de Su Amor Misericordioso e Insondable.

Quiero que estén delante de la Faz ensangrentada de Jesús, no para que sufran, sino para que maduren y crezcan, para que el mundo, a través de este símbolo y de esta Faz que hoy les presento, sepa cómo está dejando al Sagrado Corazón de Jesús. Por eso, Yo les vuelvo a decir que tengo sed de las almas, tengo sed de las víctimas que se postulen a Mi Amor Redentor.

La desolación del Señor es muy desconocida para todos; la desolación que es provocada a través de los hermanos y hermanas que sufren, de los que escapan de la guerra y del conflicto, de los que ya no tienen hogar, de los que ya perdieron su familia y seres queridos de una forma inesperada.

¿Quién tendrá la valentía y el coraje de reparar esos corazones destruidos?

¿Quién será capaz, sin desafíos ni batallas, sin armas ni insultos, a través de la inteligencia del corazón y del silencio del espíritu, de enfrentar a las fuerzas del mal que provocan los horrores de estos tiempos?

No es enfrentándose con la espada que esto terminará; porque en el momento antes de ser entregado en el Huerto Getsemaní, cuando estaba siendo apresado por Mis enemigos, cuando la gruesa cadena traspasaba Mi Cuello y amarraba Mis Manos y Mis Pies, aunque perdiera un poco la respiración, cuando recibía los primeros golpes en el Abdomen, Pecho y Rostro, y el Dios Vivo era atormentado y golpeado sin que nadie lo percibiera, Yo le dije a Pedro: “Quien levanta su espada, a espada morirá”.

Se ha perdido, en este tiempo, el sentido del diálogo y de la cordialidad humana, que lleva a la hospitalidad, a saber lo que el prójimo necesita en cada momento y en cada instante.

Si dieran una mínima gota de amor, todo estaría resuelto. Por eso, tuve que derramar Mi Sangre en el Calvario, gota a gota, no solo para que la superficie fuera impregnada del Amor Crístico y Liberador, sino también para que las almas aprendieran de la donación y de la entrega incondicional.

Es hora de hacer frente a la realidad planetaria, porque muchos podrían ser sorprendidos de la noche a la mañana. Y, Yo les pregunto, ¿qué harán, abandonarán al Señor, como lo hicieron muchos de los apóstoles?

¿Quién estará a los pies de la cruz de este calvario planetario, sin temerle a las fuerzas del mal y sin desafiarlas?

¿Quién será capaz de invocar la Sabiduría del Espíritu Santo, para aprender a sobrevivir en estos tiempos críticos?

A las puertas de Mi Iglesia Espiritual, de Mi Iglesia Eterna, de Mi Iglesia Sublime que reside, a través del Reino de Dios, en el corazón de todas las criaturas, Yo vengo a entregarles esta revelación más íntima de Mi Corazón, porque el mundo ya cruzó los límites y las fronteras del equilibrio e ingresó en un desequilibrio que parece no tener fin.

Por eso, este es el tiempo de que no solo en la superficie, sino también en los otros planos de consciencia, aprendan a superar la batalla espiritual, en donde todo infelizmente está permitido.

Hoy, a través del aura de Mi Consciencia, les traigo un modelo esencial para ustedes, un ejemplo a seguir y a imitar: Santa Teresita del Niño Jesús, que fue y que es el gran espejo de la inocencia humana, representado a través de lo femenino, de la delicadeza del amor por las almas, de abrazar constantemente el sacrificio y el sufrimiento de los demás para que, de manera anónima e incondicional, ese sufrimiento sea aliviado en el mundo.

Hoy, todos los santos y bienaventurados están unidos a este momento para poder reafirmar la devoción al Sagrado e Insondable Corazón de Jesús, para que haya almas depositarias de los códigos y de los méritos de Jesús, porque la humanidad lo necesita antes de que sea demasiado tarde.

Por esa razón, estoy aquí, para que la humanidad Me escuche atentamente, para que sepan que todos los Sagrarios de la Tierra están abiertos espiritualmente en este momento para sostener al planeta, por una orden espiritual que les He dado a los santos ángeles de Dios, a los grandes celadores de los Relicarios del Cuerpo y de la Sangre de Jesús.

En este momento, invito a las almas devotas y sensatas a estar delante de todos los Sagrarios de la Tierra, antes de que una decisión incorrecta sea tomada en el mundo y perjudique a muchas más consciencias.

Es así que también los invito a estar delante del Eucarístico Corazón de Jesús una y otra vez, y que en el silencio puedan sufrir Conmigo para que el sufrimiento ya no esté en los inocentes, en las familias que escapan de la guerra y de la persecución, en los enfermos en medio de la guerra, en los que están paralíticos e inmóviles y no tienen cómo salir del caos.

Quiero que piensen Conmigo en los que sufren, porque Yo morí en una Cruz por todos y para todos, para que tuvieran vida en abundancia, para que resucitara en la consciencia humana el Espíritu de la Vida de Dios que había muerto en muchos de ustedes en otros tiempos.

Este es el motivo de la Sangre derramada de Jesús, de cada latigazo y de cada martirio, de que hayan salivado el Rostro de Dios Vivo y su Maestro haya estado inmutable delante del mal.

Mi derrota no fue el silencio, porque Mi victoria fue la entrega incondicional de Mi Corazón, sin nada a cambio, aun sabiendo que Me negarían; así como hoy muchas almas Me niegan por los martirios que les han generado muchos sacerdotes en el mundo, tomando Mi autoridad celestial y usándola a través de una acción de impureza y de injusticia.

Pero, Yo les digo a todos los que han sido afectados y ofendidos que vengan a Mí, porque Mi Vida puede morar en ustedes y ustedes pueden morar en Mí.

¡Confíen en Mí! ¡Confíen en Mí!

Yo les prometo, y siempre les prometeré, el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie puede ir al Padre, sino a través de Mí; porque el Padre puede descender a ustedes a través de Mí, porque Yo Soy parte del Padre, así como el Padre es parte de Mí, y si Yo puedo ser en ustedes, Mi Padre será en ustedes.

Cuántos en este momento pierden esta Gracia y esta oportunidad, y Mi enemigo socava el Plan de salvación de las almas. Pero no temblaré, porque el Señor no teme, el Señor avanza con determinación y valentía, aunque cargue en Su Corazón todos los pecados del mundo, aunque esto sea anónimo e invisible a los ojos de todos.

Mi Iglesia necesita ser reconstruida, así como San Francisco de Asís la reconstruyó espiritualmente a través de las bases de la humildad, de la austeridad, de la pobreza y de la comunión con la santa castidad, a través de su unión con los Reinos de la Naturaleza.

A pesar de todo, el Corazón de Jesús llega a esta casa de retiro espiritual, a retirarse como fue en Betania, momentos antes de Su entrega en Jerusalén, momentos antes de Su Última Cena con Sus amados apóstoles y compañeros, con Sus hijas predilectas, las santas mujeres.

Hoy, vengo aquí a descansar un momento, para que el Espíritu de Jesús descanse de todo lo que ve del mundo, para que esta pausa sea el momento de sumergirse en el silencio y así meditar sobre las nuevas estrategias de los Planes Divinos del Señor.

Aún Mis Manos, Mi Costado y Mis Pies siguen derramando la sangre de los inocentes, de los mártires del final de los tiempos, que no tienen religión, pero que sí tienen amor verdadero y están tan unidos a Dios como ustedes lo están, más allá del sufrimiento que en este momento ellos atraviesan, porque este es el tiempo del Getsemaní interior para cada uno.

Celebremos, a través de la Santa Comunión, los méritos alcanzados por el Sagrado Corazón de Jesús, por el bien y por la paz en las almas. Porque, una vez más, les pedimos que no levanten las armas, que no eleven voces de agresión, para que no exista más la impunidad, especialmente las nefastas estrategias que algunas naciones llevan adelante a través de la guerra.


Oh, Jerusalén,
en un día inesperado te cercarán de trincheras,
te acorralarán como un animal inofensivo,
para querer matarte y hacerte desaparecer.

Oh, Jerusalén,
no has reconocido la Faz del Señor
y ahora recordarás ese momento,
en el que su Señor lloró a las puertas de Jerusalén,
porque Su propio Templo estaría en peligro.

Pero no te desesperes, Jerusalén,
porque tú eres la Ciudad Prometida,
el reflejo de la Ciudad Celestial de Dios
que Adonai cuidó piadosamente,
a través de las tribus y de los profetas.

Jerusalén, ya no levantes tus armas;
eleva tu corazón a Dios
y ofrécete por tus enemigos,
para que el Amor de Cristo los redima,
para que se establezca la paz que desapareció.

Reconoce, Jerusalén, que el Mesías ya llegó,
y que el Salvador retornará pronto
y te sacará de las trincheras y de los asedios,
de los peligros y de las amenazas.

Tú serás retirada, Jerusalén,
porque llegará la Nueva Jerusalén,
la Ciudad Celestial del Padre
que levitará en los Cielos,
que irradiará a las consciencias,
que liberará a los corazones,
que restablecerá la paz
que tantos buscan y anhelan.

Oh, Jerusalén,
Sagrada Jerusalén, Corazón de Galileum,
refleja tus principios de lealtad y de verdad.
 
Ríndete ante el Arca de la Santa Alianza, Jerusalén,
así como lo hicieron los patriarcas y el sagrado pueblo de Israel.

Comparte tus tesoros de vida y de enseñanza,
comparte las Reliquias de Dios.

Jerusalén, sé un puente de paz
para todos los que sufren y padecen,
para que el Llamado de Dios
no sea interrumpido por el sonido de las armas
y por los gritos de los que desesperan,
de los mutilados, olvidados y descartados.

Oh, Jerusalén,
no te comprometas con el mal,
porque el mal será vencido a través del Amor de Jesús,
así como fue en Mi última espiración en la Cruz.


Les agradezco por acompañarme en este herido momento y por confiar en la Luz regeneradora de Mi Corazón; para que, a tiempo, todo sea reparado dentro y fuera de la consciencia humana.

No se olviden de la unidad entre ustedes, porque donde no hay unidad Yo no estoy.

Que la poca unidad que hay en el mundo prevalezca, la unidad que lleva al discernimiento, la unidad que lleva a una sensata respuesta, la unidad que los llevará siempre a la paz, la unidad que siempre los impulsará a ser seres de bien. Porque en la unidad, que es el espejo del Amor de Dios, está la llave maestra para superar el fin de los tiempos.

Celebremos por Mi herida Tierra Santa, desde Jerusalén hasta Gaza, desde el Mar Mediterráneo hasta los Emiratos Árabes.

Que así se establezca Mi Sagrada Cruz, la Cruz de Israel, para detener las guerras y la muerte de los inocentes, de los que gritan por ayuda.

Llegó el tiempo de ser un verdadero apóstol porque el mundo lo necesita, el planeta lo necesita.

Yo les agradezco por responder a Mi Llamado y bajo la Luz misteriosa de Mis Llagas Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Busquen Mi Paz.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN LOS ALPES, EN LA FRONTERA DE SUIZA CON FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL ENCUENTRO DE ORACIÓN DEL DÍA 10

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Su Maestro y Señor, junto con todo el Gobierno Espiritual de Dios, hoy se encuentra reunido en este lugar del planeta para contemplar y evaluar la situación planetaria.

De forma extraordinaria, Me presento aquí, dada la emergencia de estos tiempos; para que, ante todo lo que están viendo y participando, no lo contemplen como algo normal. Ya les dije muchas veces que este es un tiempo definitivo y para la Jerarquía Espiritual también lo es.

Ante lo que aún el mundo no quiere cambiar, la Jerarquía encuentra una gran resistencia. Esto impide que las Leyes Espirituales desciendan a la Tierra, impide que la Fuente de la Gracia fluya como un poderoso manantial en todas las almas y en todos los corazones.

Estamos tomando una decisión en este momento, que no solo abarca al planeta, sino también al Sistema Solar, que se encuentra contaminado e interferido por las emanaciones de los conflictos y de las guerras; porque el gran velo espiritual se sigue rasgando y no hay quién lo detenga.

Por eso, la Jerarquía debe imponer Sus manos para que esta situación en el planeta no se precipite. Es así que Yo les vengo a anunciar este momento para que todos ustedes acompañen a la Jerarquía en todo lo que observa y contempla, especialmente los riesgos que vive la humanidad.

No puedo dejar de decirles esta realidad porque los tiempos apremian, porque la humanidad se coloca en un camino sin salida, aunque todos los Centros Internos del planeta ya estén trabajando.

Yo vengo como el Mensajero de la Paz, vengo como el Mediador entre las almas y las Leyes; porque de no haber un cambio en esta situación del planeta muchos pagarán el precio de muy pocos, de los que no tienen consciencia de lo que están haciendo.

Por eso, compañeros, es tiempo de vigilar; porque mientras todo sucede en el mundo, es necesario orar más y más para que el equilibrio del planeta, que está en riesgo, se mantenga en una mínima armonía, aunque esto sea insuficiente.

Estos son los tiempos de la tribulación; pero también son los tiempos de las oportunidades, de las decisivas y últimas Gracias que Yo mismo derramaré sobre el mundo para que las almas y los corazones que Me acompañan y todas sus familias tengan la fortaleza necesaria y la fe inquebrantable para enfrentar estos tiempos de oscuridad; así como su Maestro los enfrentó desde el Huerto de Getsemaní hasta Su Muerte en la Cruz, hasta el último momento de Su expiración.

Yo los vengo a colocar, una y otra vez, en esta escuela de crecimiento interior, para que sus propias miserias, que son pequeñas ante las grandes miserias del mundo, sean disueltas y trasmutadas por la fuerza de la fe que ustedes tienen en Mí.

Así, Yo siempre los ayudaré, aunque el planeta esté en guerra y en conflicto, aunque las crisis de los pueblos y de las naciones continúen, aunque muchos de Mis hermanos y de Mis hermanas sigan desapareciendo en el Mar Mediterráneo sin que la mayoría los ayude.

El dolor que siente hoy Mi Corazón es indescriptible; que hermanos se enfrenten entre sí, que los pueblos y las naciones levanten sus armas para defenderse de algo que no existe, que solo Mi adversario impone a través de sus ideas en la mente de los que gobiernan las naciones.

Hoy, vengo a atender a más de una situación del planeta. En verdad, en este tiempo, la Jerarquía atiende a muchas situaciones al mismo tiempo, dada la emergencia y los riesgos que esta superficie está atravesando.

Por eso, los Centros Internos del planeta, llamados Retiros de la Jerarquía Espiritual, hacen todo lo posible y un poco más para que el desequilibrio en la superficie no trague a la humanidad entera en un abismo sin retorno. Debo decirles las cosas claras como son, porque aún muchos, en este ciclo, viven en la ilusión y pierden el sentido del discernimiento.

Es hora de sobrevivir. Está todo en juego, pero no podemos desafiar a los tiempos ni tampoco a los acontecimientos, porque quien levante su espada, a espada morirá; y esto no es simbólico, compañeros.

Es el momento de tener claro qué es lo que hay que hacer y qué es lo que no hay que hacer; porque como el tiempo se está precipitando, las decisiones deben ser tomadas con cautela, para que no hayan perjudicados. Y esto comienza en lo más pequeño, en lo que parecería no tener importancia. Es allí desde donde comienza a trabajar la Jerarquía; es allí desde donde comienza a tomar Sus decisiones, invocando la Luz del Santo Espíritu de Dios para que cada paso y cada decisión sean guiadas.

Hoy, el Consejo del Gobierno Espiritual del universo está reunido, junto con su Maestro y Señor, el Cristo, para que una vez más podamos evitar un desastre mayor y en algunos casos sin retorno; porque aún el ser humano cree que lo sabe todo.

La soberbia y la impunidad ciegan a algunos corazones que dirigen las naciones del mundo y creen que quedarán impunes. Pero no será así, porque la Ley Divina no puede ser tentada, el Amor Divino no puede ser ultrajado, la Voluntad Mayor no puede ser negada.

Quisiera que estén con Nosotros como nunca antes lo estuvieron, porque todos necesitan ayuda, todos necesitan Misericordia y Redención.

Hoy, desde este sagrado lugar de los Alpes que ha sido explotado y violado sin respetar las leyes de la naturaleza, vengo a restaurar a la Creación, para poder restaurar a la consciencia humana que se ha corrompido a través de los tiempos, que se ha alejado de la Verdad, volviendo la vida artificial. Pero la esencia de la vida nunca podrá ser corrompida, los ángeles del universo no lo permitirán.

Sepan, compañeros, que aún sigo estando atento a la voz de sus súplicas; porque, mientras ustedes están aquí Conmigo y Me están escuchando desde tan cerca, aún hay muchas almas que no pueden escucharme ni sentirme, que no pueden recibir ni una gota de Mi Amor porque hay situaciones que se los impide.

Piensen entonces, por un momento, qué es lo que siente su Señor en Su más absoluto silencio, cuando ve que Su propia familia de la humanidad, a la que Yo pertenezco, se destruye a sí misma, perdiendo la sensibilidad ante tanto sufrimiento.

No puedo dejar de venir en este momento, y Me vuelvo a recoger en el Corazón del Padre, en donde puedo encontrar fortaleza para que Mis hermanos también tengan fortaleza.

Les agradezco por acompañarme. Esto es muy significativo para Mí y también lo es para el mundo, herido y ultrajado por el mal.

Que la esperanza no se pierda.

Que la alegría no se disuelva.

Que se establezca la Paz; así como la Paz es en el Cielo, así la Paz sea en la Tierra.

Los bendigo y los animo a seguir adelante por el advenimiento de los Mil Años de Paz.
Bendigo a los Alpes, a la humanidad y a toda la Tierra.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN PRZEMYSL, POLONIA (FRONTERA CON UCRANIA), AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 118.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Como la Luz de Dios que desciende a la Tierra, Me vuelvo a presentar ante ustedes y, a través de ustedes, a la humanidad para que escuche la Voz de Dios que resuena desde lo más profundo de Su Creación, para que las almas alcancen la Luz, para que las naciones vivan la Voluntad de Dios, que ya fue prevista en el principio.

Pero sé que esto no está aconteciendo. Así como Nosotros, ustedes lo ven en el día a día de esta humanidad y de este planeta, porque el gran tiempo del Apocalipsis se está cumpliendo y no habrá quien pueda escapar de esto, compañeros.

Por eso, los hemos llamado a través de los tiempos a vivir un estado de oración perpetua y verdadera, sin permitir que pase ni un día sin orar, porque el verbo de la oración siempre los guiará, aunque caminen entre las tinieblas y las tribulaciones.

Yo vengo aquí como el Gran Testigo de la Misericordia de Dios para el mundo.

Yo Soy Aquel que fue clavado en la Cruz y con Mis Brazos extendidos sobre el madero, en la mayor agonía que ningún ser humano pudo haber experimentado, Yo no los condené, pedí por ustedes. Por eso, Me entregué por ustedes para que tuvieran vida en abundancia, a través de los méritos alcanzados por su Maestro y Señor.

Pero, a pesar de tantas Apariciones y Mensajes a través de los siglos, anunciados por Nuestros Sagrados Corazones, aún son muy pocos los que han respondido al Llamado de Dios.

Por eso, durante el mes de abril de este mismo año, Yo los llamé para que Me acompañaran a Israel y pudieran vivir de cerca Mi Tierra Santa que, también hasta los días de hoy, se guarda en trincheras y en armas para defenderse de sus enemigos.

Pero, ¿dónde está el límite entre lo superficial y lo profundo, entre lo que el ser humano puede sentir y lo que puede expresar?

Dios Padre Ha dedicado Su Vida y Su Existencia, desde el principio de esta Creación, desde la primera humanidad en el planeta, para que todos pudieran conocer en profundidad la Vida Divina. Y aún más, Él se entregó y se donó por ustedes, para que aprendieran a reconocerlo, para que aprendieran a adorarlo, para que la fe de cada uno de ustedes fuera una fuente inagotable que nunca se acaba.

Por eso, les vuelvo a repetir que muy pocos han comprendido el Llamado de Dios. Y hoy, bajo la Luz Insondable de Su Misericordia, a través de Su gran canal de Misericordia en Polonia, una vez más Me vuelvo a presentar en el Nombre de Dios para intentar llevar a las almas hacia la esencia de la Vida Divina, en la que no se practica el mal ni la impunidad, en la que la felicidad prometida del Reino de los Cielos existe, en la que no hay angustia, dolor ni sufrimiento.

Después de lo que Yo viví en el Monte Calvario, después de lo que experimenté luego de Mi Muerte en la Cruz y en el Santo Sepulcro; puedo decirles, compañeros, que el ser humano, en esta superficie, ha vivido experiencias extremas como hoy muchos de Mis hijos las viven a través del exilio, del conflicto y de la guerra, a través de la persecución por su religión y por su fe.

Porque en verdad les digo que ustedes son un Proyecto en este planeta, originado en el principio para ser un único Proyecto y ser así una única familia espiritual. Si esto hubiera sido comprendido por el hombre de la superficie; muchas cosas que hoy suceden no sucederían.

Por eso, debemos descender de los Cielos, una y otra vez; porque la humanidad siempre está a punto de perderse, de caer en un abismo sin retorno y de llevar a millones de almas hacia el mismo estado, sin que imaginen lo que verdaderamente esto significa.

Por eso, hoy, estoy aquí una vez más por Ucrania y por aquellos pueblos que también viven la guerra y que no son noticia en el mundo, porque se oculta su sufrimiento y dolor.

¿Cómo es posible, compañeros, que después de haber derramado Sangre y Agua en la Cruz, y la superficie de este mundo haber sido transmutada y liberada por Mi propia Sangre y por Mi propia Agua; que la humanidad continúe viviendo así, de esta forma, bajo el maligno espíritu de la indiferencia y de la impunidad?

Por eso, llegará el momento del Juicio Universal, algo que la humanidad desconoce. Pero no vengo a hablarles aquí de lo que sucederá en el mundo, porque ya lo escucharon muchas veces de Mí. Hoy, vengo a hablarles de las entrañas de Mi Misericordia, que espiritualmente están abiertas para que las almas ingresen en el océano de la Misericordia de Dios, como hoy ustedes ingresan en el océano de Mi Amor.

Vengo aquí para ser testigo de que el Amor existe y que, a pesar de lo que la humanidad haga o de los errores que cometa, nunca ese Amor Superior podrá ser vencido, disuelto o extirpado del Corazón de esta Creación, que es el Corazón de Dios. Porque el mal es el reflejo de una gran desobediencia, de una ilusoria capacidad de vivir la voluntad propia y de decidir por sí mismos su destino. Tarde o temprano, compañeros, las almas sufren, porque se resisten a vivir la Voluntad de Dios.

Todos los seres de la superficie de la Tierra están aquí, en esta escuela, para aprender a amar y a perdonar. Yo les di el ejemplo de Mi Vida, sin condiciones y de una forma íntima y espiritual.

Los instruí a través de las parábolas, para que sus mentes pudieran comprender la esencia del Mensaje; para que, con ejemplos tan cotidianos y simples como los que existen en las parábolas del Evangelio, todos los seres sin excepción, más allá de sus escuelas y de sus experiencias, pudieran aprender a vivir en las Leyes Superiores y, aun así, muchos no lo viven.

Por eso, Me presento como el Misericordioso Dios para que se enmienden los errores y se transmuten los pecados, que son incitados por Mi adversario a través de las almas del mundo, especialmente aquellas que no viven ningún grado de consagración.

¿Quién estará Conmigo, en el día del Juicio Universal, para dar testimonio de salvación y de Misericordia por las almas más perdidas?

Yo les enseñé que no se lucha contra el enemigo, sino que se lo vence a través del Amor, del Amor que convierte al corazón endurecido por su propio sufrimiento y dolor. El Amor siempre será la Luz de la vida.

Por eso, la humanidad pierde en estos tiempos esa Luz, queriendo abortar las vidas que no nacieron y ultrajando las Leyes de la Creación. Y esto no es parte de un pensamiento religioso, sino es la ciencia de la ética de la vida, de tener la mínima capacidad de discernimiento, de que si una consciencia destruye una vida que no nació, destruye su propia vida y su propia esencia, apartándose del Amor y de la Verdad.

Por eso, le digo al mundo por última vez y en especial a las familias que cuiden a sus hijos, que sean buenos padres, padres vigilantes y guardianes de sus hijos. No permitan que las influencias del mal de estos tiempos hagan de sus hijos objetos que no son de Dios, expresiones que no son de Dios, corriendo el riesgo de que muera el alma de sus seres queridos.

Pero esto no será a través de la imposición, sino a través de la palabra viva del amor que, de forma incesante e ininterrumpida, se repite todas las veces que sea necesario por amor, para que las almas de sus hijos y seres queridos tengan la Gracia de estar ante la Verdad, que está impregnada del Amor de Dios, y no ante una justicia que se impone a los corazones para que cambien. Vean la ciencia del lenguaje y el misterio del Verbo Creador que, solo a través de una palabra, es capaz de transformar a un corazón perdido.

Y no se olviden de orar por los que sufren las guerras, porque este mundo quiere crear más guerras insensatas y, así, crear más sufrimiento y más dolor en la humanidad.

Aunque Mi tiempo con ustedes esté terminando, en este ciclo final de los tiempos, recojan todos los frutos que les entregué a través de Mis Palabras, beban de la fuente inagotable del Amor que brota de Mi Corazón Misericordioso para todas las almas.

Lleven a las almas hacia Mi Misericordia. No juzguen; no castiguen; no usen la autoridad, porque la Autoridad está en Dios, a través de Su Sabiduría y de Su Ciencia.

Sean Misericordiosos, no se olviden de esto porque el mundo se aparta cada día más de la Misericordia de Dios y se coloca en su propia justicia e impunidad, porque la Justicia de Dios es Amor y no castigo.

Díganle al mundo que eso no es Dios; para que los errores que cometieron muchos pensadores y escritores, aun de la vida religiosa, sean corregidos para que el mundo pueda conocer al Dios del Amor y de la Vida; porque Él sabe que ustedes caerán nuevamente, pero Dios no los juzgará. Un padre, un buen padre, sabe que sus hijos lo intentarán, y espera pacientemente que den el paso definitivo hacia la comunión perpetua con Su Corazón.

Hay tantos tesoros que esperan descender de los Cielos, que la humanidad, embebida en sus propios conflictos, ni siquiera percibe que el Cielo está por encima de su cabeza.

Busquen en la noche, en el gran firmamento estelar, su estrella de origen, y díganle a Dios:


Señor, aquí estoy.
Así soy.

Me entrego a Ti en confianza
para que, a través de esta imperfecta vida,
Tú reflejes Tu Amor.
 

Que una vez más, Ucrania y las naciones esclavas del mundo sean bendecidas. Extendiendo Mis Brazos, como el Redentor del mundo, ilumino a través de Mis Manos y de Mi Corazón a la humanidad, para que algún día alcance la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ahora, junto a Mí, compañeros, recemos al Ángel Celador del Cuerpo Eucarístico de Jesús para que, en estos Cálices, que hoy están a Mis Pies, una vez más sean depositadas sus ofrendas y sacrificios en reparación del Corazón de Jesús y de todos los Sagrarios de la Tierra.

Oremos juntos, como una sola voz y un gran corazón:
 

Santísimo Dios,
Fuente de Amor, de Luz y de Vida,
recibe nuestros más sinceros ofrecimientos,
en gloria a Ti, ¡oh Glorioso Creador!
Amén.
(6 veces)
 

Los dejaré ahora con una parte de Mi Vida, reflejada a través de la Santa Eucaristía, del mismo impulso y de la misma Luz que Yo instituí en el Santo Cenáculo, por toda la vida sacerdotal del planeta.

Oremos por los sacerdotes, para que estén firmes en su oficio y en su servicio por las almas, para que sean luz en el mundo, amor y caridad.

Que la Luz de Mi Sacerdocio Espiritual los acompañe.

Vayan en paz.

Sus corazones ya fueron purificados.

Paz para Ucrania y el mundo.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN PRZEMYSL, POLONIA (FRONTERA CON UCRANIA), AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 118.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Como los últimos rayos del atardecer, Yo vendré en el final de estos tiempos.

Como el viento que hoy acaricia sus rostros, Yo vendré en el final de estos tiempos.

Como el día que se recoge para mañana comenzar uno nuevo, Yo vendré en el final de estos tiempos.

Y les aseguro que a muchos les costará poder reconocerme, porque Yo vendré con la misma Faz que una vez les revelé a Mis apóstoles en el Monte Tabor, y todo aquello que guardaba su Maestro como secreto en Su Corazón será revelado.

Por eso, hoy Yo les digo: “Estén atentos y vigilantes, porque Mi hora se acerca”, y Mi Presencia Sacerdotal no podrá pasar desapercibida para ninguno de ustedes; porque, así como hoy Yo vengo en Divinidad a encontrarme con ustedes, así Yo vendré en Gloria a reencontrarme con Mis compañeros.

Pero antes de que los cielos se abran y las nubes se aparten, Mi reaparecimiento se dará en el mundo, y esto será gradual en todo el planeta. Porque no habrá lugar en donde Yo no pueda estar, al contrario, el Hijo de Dios podrá estar en todas partes al mismo tiempo y, así, se cumplirá una vez más la Ley de la Omnipresencia en la humanidad y en la Tierra, así como lo fue para el antiguo pueblo de Israel que escuchó de cerca la Palabra de Dios, así como lo fue para los profetas que escucharon el Llamado de Dios.

Mi Retorno dejará de ser un misterio para pasar a ser una revelación.

Y hoy, Yo vengo aquí, a las cercanías de Ucrania, a dar este Mensaje; porque, después de ver tanta sangre inocente siendo derramada en ese país, el Señor de Israel se presenta a esa nación y al mundo entero para anunciarles que, en estos grandes tiempos de tribulación, se acerca la hora del Retorno del Hijo de Dios y, así, se cumplirá la promesa que una vez fue hecha en lo alto del Monte de los Olivos.

Porque, en esa hora, todos los sellos del Libro del Apocalipsis ya estarán abiertos, y el séptimo ángel de los Coros de Dios ya habrá hecho sonar la última trompeta, para que el último sello del Libro del Apocalipsis esté abierto.

La gran puerta de Mi Divina e Insondable Misericordia se convertirá en la gran puerta de Mi Gloria y de Mi Gracia para el mundo entero. Porque, Yo reapareceré a pequeños grupos de almas en el mundo entero, así como lo fue en el camino de Emaús, en donde volví a consagrar y a partir el pan para compartir Mi Glorioso Cuerpo con los Míos. De la misma forma lo haré, como en el tiempo anterior, así podrán reconocerme cara a cara y sabrán que Soy Jesús, el Cristo Glorificado, el Sagrado e Insondable Corazón de Jesús.

Yo vengo a dar este Mensaje de esperanza especialmente a Ucrania; para que su pueblo, al que le fue arrebatada su fe y su confianza en Dios, recupere esa esperanza y esa fe en el Padre, recupere la confianza de ser dignos Hijos de Dios, en el Cielo como en la Tierra.

Yo no Me opondré a las armas, Yo Me opondré a Mis enemigos para convertirlos y redimirlos; así como su Maestro y Señor, durante los tres días en el Sepulcro, mientras Su Divino Cuerpo era restaurado y reparado, la Divina Alma de Jesús redimía, en los infiernos más profundos del planeta, a los que estaban condenados y perdidos, a los que ya no veían la Luz con sus propios ojos. De la misma forma, así lo haré, de una forma tal vez desconocida por la mayoría, pero eso se cumplirá, es Mi Palabra.

Será el gran momento de la redención del mundo, cuando por el precio de la Preciosísima Sangre derramada de Jesús, respondiendo a los Comandos de Cristo, los ángeles de Dios volverán a descender a la Tierra, así como lo hicieron en lo alto del Monte Calvario para recoger, con la Divina y Santa Madre, la Sangre de Jesús.

Así, volverán al mundo para derramar la Preciosa Sangre de Jesús en todos los Sagrarios que fueron profanados y ultrajados en el mundo.

Y así, se restablecerá la Luz en la humanidad y todo comenzará a convertirse, no por obra de un milagro, sino por obra del Espíritu Santo que congregará a los 144 000 de los cuatro puntos del planeta, los llamados Hijos de Dios, los que se han sacrificado por Mí a través de los tiempos y de las generaciones para dar testimonio de Mi Palabra y de Mi Sacerdocio, para todos los que estuvieron Conmigo a los pies del Santísimo Sacramento del Altar para adorarme y reconocerme como el Camino, la Verdad y la Vida.

Así, Yo los reuniré a todos como en el principio, así como en el Edén, Dios reunió a Adán, a Eva y a todas las pequeñas criaturas de los Reinos de la Naturaleza para decirles que deberían amar a Dios por sobre todas las cosas para estar bajo Su Ley, Su Amor y Su Luz. Y así, dentro de Sus Leyes, todos fueran felices como los ángeles son felices en el Reino de los Cielos.

Por eso, prepárense y no duerman. No quiero ver a Mis apóstoles dormidos mientras el Señor llega como un Vigía, como el Guardián de los Portales de la Luz, para decirles que la hora ha llegado en la profunda noche del invierno de este mundo, en la que la indiferencia sustituye al amor, en la que el mal intenta sustituir a la paz.

El Señor del Universo bajará del Cielo, así como los ángeles bajan del Cielo para ayudar a las naciones y hoy, en especial, para ayudar al ángel de Ucrania, para que sea ayudado por las oraciones misericordiosas de todos ustedes; a fin de que el martirio, la esclavitud y la guerra sean disipados de este mundo, a fin de que ninguna arma más sea activada para lastimar al semejante. Esta es la gran causa de Mi Presencia en las cercanías de Ucrania.

Así como los ángeles del Cielo están presentes Conmigo en esta tarde que se recoge, así quiero y deseo que estén también sus corazones y no sus emociones; porque Yo quiero a los corazones imperfectos, pero los quiero verdaderos, a los que se arriesgan a buscar la pureza aun estando en este mundo, a los que no le temen a la superación de sí mismos, a los que no retroceden, a los que no dudan, a los que no son tibios.

Yo busco a los corazones definidos, aunque imperfectos. Busco a los que decidan seguirme hasta el final; porque Mi hora ya está contada, compañeros, y el mundo y la humanidad no pueden continuar como están.

¿Quién seguirá, junto a Mí, cargando el madero de la cruz planetaria?

¿Quién dejará de ser negligente, para ser responsable en Cristo y por Cristo?

Cada vez que Yo vengo al mundo, como en este día, debo recordarles estos principios para que no los olviden; porque el voto de su amor por Mí no podrá disolverse por ninguna circunstancia ni por ninguna situación.

Si no reflexionan sobre todas estas cosas, ¿por qué están aquí?

La Luz de Mi Misericordia aún sigue descendiendo al mundo, aunque no se perciba. Pero en algún momento, esa Luz se recogerá para que la humanidad viva por sí misma su propia definición, así como su Maestro, Cristo Jesús, la vivió en el Huerto Getsemaní.

Que esto no se interprete con un abandono. Dios hace de los corazones imperfectos corazones maduros, corazones consecuentes y disponibles, para que algún día sean corazones incondicionales, que tienen claro, en el centro de su ser, el Propósito que vinieron a cumplir.

Mientras las guerras se desarrollan en el mundo, mientras la sangre inocente sigue siendo derramada bajo la impunidad y el falso poder, mientras millones de niños mueren de hambre y de enfermedad en África, ¿quién será capaz de estar en Mí para siempre?, para que Yo pueda estar en él para siempre, y obrar y trabajar sin nada a cambio, así como Yo lo hice muchas veces en muchos santos, mientras Yo lo necesitara.

¿Comprenden así, en lo más profundo, la vida crística, el espejo que Cristo necesita en la Tierra, a través del corazón humano, para poder reflejar Sus aspiraciones y voluntades?

No vengo aquí a perder el tiempo, vengo aquí como un Mensajero de Dios por una emergencia; porque Mi hora se está terminando, Mis Apariciones se estarán recogiendo, porque es la hora de cada uno de ustedes, compañeros.

Yo los acompañaré en espíritu si Me lo permiten, así como acompañé a Mis apóstoles en el gran tiempo de la evangelización.

¡Oh, herida Ucrania! A pesar de estar siendo cercada, no pierdas la luz de tu fe, pilar sagrado de la confianza; porque vendrá el tiempo de la liberación de tu esclavitud, así como el pueblo de Israel fue liberado. El desierto acabará, la oscuridad desaparecerá y llegará el tiempo de la reconstrucción espiritual y física.

Amadas almas de Ucrania, elévense hacia Mí. Ingresen en las entrañas más profundas de Mi Misericordia, que Yo las aliviaré y las fortaleceré en esta difícil hora. Mis Rayos de Luz y Misericordia están sobre ustedes.

¡Levántate Ucrania y no retrocedas!

Yo estoy aquí para curarte. Yo estoy aquí, Ucrania, como tu Paz.


Nunca se olviden de los que sufren la guerra, porque si algún día ustedes lo vivieran, van a querer que alguien se acuerde de ustedes. Cuando el miedo los abrace y la disociación los perturbe, van a clamar por alguien que ore por ustedes.

¿Ahora, comprenden el motivo de Mi Retorno al mundo?

Que esta próxima Maratón de la Divina e Insondable Misericordia sea una Maratón de oración, que les haga sentir en el corazón la necesidad de orar por este mundo y especialmente por los que sufren las guerras y los conflictos.

Una vez más, estaré atento a la voz de sus súplicas, porque lo necesito. Mis Oídos estarán atentos. Mi Corazón estará atento. El Sagrario de Mi Corazón estará expuesto a todos los que oren Conmigo en esta Maratón de oración.

Quiero saciar la sed de los afligidos.

Quiero calmar el llanto de los niños desprotegidos.

Quiero tener en Mis Brazos a los no nacidos.

Quiero levantar del suelo a los ancianos.

Quiero fortalecer la vida de las madres de la guerra y, en especial, a las madres que viven la guerra en sus familias.

Quiero restablecer la unidad en todos los seres.

Soy el Manantial que quita la sed.

Que vengan a Mí los que están desesperanzados.

Que vengan a Mí los que se sienten solos.

Que vengan a Mí los que han pecado, porque Mi Amor es capaz de transformarlo todo. Yo no los juzgaré con una vara, Yo les enseñaré sobre la rectitud de la Ley, Yo les abriré la puerta de Mi Misericordia, así como Yo les abro la puerta de Mi Insondable Misericordia a Ucrania y a las sometidas naciones de África.

Les estaré agradecido si responden a Mi Llamado, en esta especial e inusual Maratón de la Divina Misericordia.

Recuerden que Mi tiempo está terminando y aún la demanda de este mundo es muy grande.

¿Quiénes serán los apóstoles que se perfilarán para acompañar al Señor sin nada a cambio?

Imparto Mi bendición a Ucrania y al mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN KOTKA, FINLANDIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Como la brisa de esta mañana, así los inunda Mi Amor Consolador, este Amor que emana de la Fuente de una forma inagotable e inextinguible. Es el Amor del Padre Eterno que está de Brazos abiertos, esperando la llegada de cada uno de Sus Hijos.

Por eso, Él Me envía como una emanación de Su Amor Consolador para confortar la vida de los Míos, para llevarlos hacia Mi Paz y para que, través de Mi Paz, cada uno de Mis discípulos y compañeros aprenda a tomar sus decisiones en este ciclo final; porque esas decisiones, compañeros, definirán los próximos pasos de la Jerarquía Espiritual para toda esta Obra del Plan de Rescate de la humanidad.

Hoy, estoy aquí no solo por esta causa, sino que los he traído cerca de Rusia para que acompañen al Señor en Su tarea espiritual y oculta, que solo los ojos abiertos a través del corazón podrán comprender y sentir lo que estoy haciendo en este momento; porque el Señor no viene a levantar Su espada ante Sus enemigos, el Señor de Israel viene a mostrarles, una vez más, por medio de Su ejemplo de vida y de entrega, lo mismo que su Maestro y Señor vivió en Israel en Su gran momento de dolor y de agonía, cuando la mayoría de Sus compañeros y seguidores lo abandonaron.

Pero tal vez esta no sea la escuela que a ustedes les corresponda en este tiempo, sino que la escuela de Mis compañeros del final de los tiempos será la gran decisión de seguirme, absolutamente; porque ante la realidad y la situación del planeta y de la humanidad es urgente, para el Señor de Israel, que existan almas que sean depositarias de los impulsos de la Luz, impulsos espirituales e internos que materializarán la Nueva Tierra.

Y, aunque esté presente el caos en estos tiempos y esto les parezca prematuro, el surgimiento de una Nueva Humanidad sucede en lo profundo y en lo más invisible, en donde no existe ostentación ni privilegios; es en el absoluto vacío del corazón donde Dios puede construir Su Templo y Su Morada.

Por eso, hoy no solo vengo aquí a liberar a los enemigos de Dios; para que, a través del precio de la Preciosa Sangre derramada de Cristo, los más caídos y perdidos del planeta se puedan volver a levantar y tengan la oportunidad y la gracia de conocer el Amor, para que el odio, la venganza y la impunidad se disuelva de sus corazones.

Cuando veas que alguien es un durísimo enemigo, no lo veas con ojos de odio, de rabia ni de negación. Debes saber que en lo profundo de ese corazón endurecido no existe el amor, porque el amor fue robado por Mi adversario.

Por eso, Yo vengo a reconstruir todas estas situaciones y vengo a darles una oportunidad a todas estas consciencias que están perdidas en la oscuridad, porque quiero que sepan que muchas de ellas cayeron de Mi Barca y, así como Yo les He extendido Mi Mano muchas veces a ustedes, quisiera que los más perdidos, olvidados y los que cerraron su corazón al Amor de Dios, antes de partir de este mundo material, tengan la oportunidad de redimirse a través del Amor, del Amor que transfigura y que renueva, de ese Amor que brotó como Sangre y Agua en la Cruz; y aunque, para muchos, la Muerte de Cristo parecía una gran derrota, en lo más profundo del espíritu, la vida de las almas más perdidas renacía y todo se transformaba lentamente.

Es así que su Señor de Israel y de Finlandia viene a ejercer Su Orden y Su Gobierno a través de los mismos méritos que alcanzó; porque no es a través de la batalla o del enfrentamiento que se ganará la guerra, es quebrando el aspecto más duro del corazón humano a través del Rayo del Amor Consolador.

Si esto no lo tienen como una premisa y como una regla espiritual, muchos sufrirán porque no lo comprenderán. Porque cuando estén ante la realidad del fin de los tiempos y todo parezca no tener sentido, deberán recordar estos principios de su Señor, para que aprendan a atravesar las circunstancias de la vida y para que vivan los aprendizajes a través del amor, no tomándolos como una injusticia o como una derrota, sino como la oportunidad inteligente de dar un nuevo paso.

Sé que muchas almas del mundo quisieran que todo fuera diferente, pero si el Amor no fuera la primera regla, nada podría ser diferente.

¿Acaso la Muerte de Jesús fue un error?  ¿Fue un error entregar la vida por Sus enemigos?

¿Cómo es que Dios les intenta hacer comprender ese misterio de Amor; para que, ante el turbulento escenario de la vida, no se amedrenten ni tampoco se perturben; sino que, a través de la fuerza del Amor de Dios, aprendan a superar los tiempos y las situaciones?

Ante el escenario desolador del fin de los tiempos y ante las barbaridades de los que son injustos e impunes, ante todos los que hacen sufrir a millones de almas en el mundo, el Señor de Israel y de Finlandia les viene a presentar esta escuela crística.

Aunque sé que no todos tal vez la deberán cursar, Mi Corazón les hace esta oferta porque llegarán tiempos más complejos e inesperados y, dentro de sus corazones y esencias, deberán tener claras sus decisiones y actitudes para que nada los tome de sorpresa, sino que sus corazones estén prontos, así como Yo les He dicho una vez:


Señor,
dame un corazón pronto
para vivir lo que Tú necesitas,
para cumplir lo que Tú esperas,
para concretar Tu Santa y Divina Voluntad.


Esa debería ser su oración en el final de estos tiempos.

No deben temer nada de los que les digo, porque nada de lo que les digo es para hacerles mal. Yo Soy la Luz que encarnó en este mundo para retirarlos de las tinieblas y del error, para abrirles la puerta de la redención, para darles vida en abundancia.

Les agradezco a todos los que están Conmigo en este momento, siguiendo Mis Pasos, contemplando Mis Huellas, llevando adelante Mis proyectos, cumpliendo Mis aspiraciones, intentando vivir todos los días en Mi Paz.

A pesar de que los tiempos apremien, nunca se olviden de que el Amor triunfará y de que el Amor nunca podrá ser derrotado, porque el Amor en su esencia es compasión y luz, es ciencia y entendimiento, es sabiduría y cura para las almas.

Jesús, el Cristo, hoy coloca Su mirada sobre la nación de Rusia y no la observa con Justicia, sino con ojos de Misericordia para que los caídos, desde tiempos de otrora, vean en el abismo de sus consciencias la luz del Amor y para que una vez más estas consciencias se rediman, así como fue en Mi Muerte en la Cruz, así como fue en Mis caídas en el Monte Calvario, cuando ya no tenía respiración, y parecía que no llegaría al fin, di Mi último segundo de vida por todos los que Me negaron.

¿Serían capaces de vivir la misma escuela?

Los tiempos muestran estas puertas para que los discípulos se animen a cruzarlas y la madurez sea la tónica de este tiempo para disolver de la consciencia la mediocridad y la negligencia, para que sepan que cada momento de sus vidas es importante y precioso, que nada se desperdicia de este universo, que todo se transforma y se redimensiona, hasta que alcancen la comunión con la Fuente.

Seguiremos caminando por este mundo en misión y en oración.

Les agradezco a los que se presentaron aquí, en este lugar, para acompañar al Señor de Israel y de Finlandia, en esta tarea oculta y secreta con Rusia, porque siempre un buen agricultor arranca las raíces desde lo profundo y siembra nuevas cosas a través de su donación y, sobre todo, de su amor.

Vengo a lanzar las semillas de la Nueva Vida, así como lancé las redes para recoger, para Mí, a las almas perdidas.

Esta debería ser la actitud de los Nuevos Cristos: no amar con diferencias, no amar con condiciones, no amar con preferencias, no amar con negaciones, no amar con injusticia; solo amar de corazón, así como Yo los amo, porque ya está todo previsto en el Corazón de Dios.

Que Mi Luz colme al hemisferio norte y al mundo entero para que la Misericordia actúe y obre, así como la Misericordia de Mi Corazón intervino durante Mi Calvario en la Cruz, por medio del Agua y de la Sangre.

En el solemne silencio de la Jerarquía es en donde se proyectan los próximos pasos, es en donde se manifiestan las futuras aspiraciones del Plan. Queden con esto en la consciencia y así siempre todo se materializará, porque es Voluntad de Dios, es Ley y es Justicia.

Ahora, espiritualmente, caminen con sus pies sobre las aguas, así como lo hizo Pedro, a través de su fe, sin percibirlo, fue al encuentro del Maestro. Vayan al encuentro de Mi Corazón para que el Señor de Israel también sea consolado.

Los bendigo y les agradezco por haber permitido este momento, a todos los que confían en Mi Llamado.

Sean vida con la naturaleza. Sean comunión con la Creación, porque allí siempre encontrarán la cura que necesitan y la paz que tanto buscan, porque en la Creación está Dios, Su Amor y Su magnífica Belleza.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 117.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Santos Ángeles de Dios,
fieles guardianes de las Reliquias Divinas,
irradien la Luz y la Paz al mundo.
Amén.
(5 veces)


He cumplido Mi promesa y aquí estoy, con el Ángel Celador de Mi Cuerpo Eucarístico.

Reverencien una de las Sagradas Reliquias del Arca de la Santa Alianza.

Impregnadas son las formas, en este momento, por la Luz de Mi Corazón.

La materia corrupta se comienza a transformar, la densidad se transmuta y se eleva, y dentro de los átomos y células de los seres se cumple la Sagrada Ciencia de la Cura. Así, los cuerpos de los seres humanos se liberarán de esta condición retrógrada de la superficie.

Los ángeles emiten sus voces hacia los Cielos para que se rompa el grillete de la perdición y las almas se liberen de la jaula de la esclavitud espiritual. Así, se cumple el tiempo de Mi profecía, los corazones comienzan a alcanzar la redención.

Las puertas de los Cielos se abren con la ayuda de los santos y de los ángeles. Aquellos que se animen a atravesarlas descubrirán en sí mismos el sagrado misterio de lo desconocido, que dejará de ser un secreto superior para convertirse en una realidad interna en la consciencia.

Así, los ángeles, respondiendo al pedido del Señor, comienzan a retirar las finísimas capas de la ilusión planetaria. Así, muchos velos comenzarán a caer lentamente de sus ojos, de todos los ojos de la humanidad y, en el horizonte, los que antes eran esclavos y ahora son liberados comienzan a ver venir al Hijo de Dios.

Y el Hijo de Dios ya no se ocultará detrás del Sol, ya no se recogerá en las estrellas; porque el gran misterio es develado y así, como lo fue en el Monte Tabor, el Señor llegará transfigurado.

Y aquello que siempre pareció inalcanzable para muchos, será una realidad palpable para los que tienen fe y persisten en Mi camino crístico. Porque los escogidos y los autoconvocados sentirán Conmigo la cruz planetaria, no como un sufrimiento, sino como un gran momento de liberación.

Y aquella esperanza, que fue suprimida de la humanidad por todos los errores que ha cometido a través de los tiempos y hasta el presente, volverá a nacer y a surgir como una fuerza sobrenatural en el corazón de los que persisten en Cristo.

Y así, la vida en la superficie dejará de ser un calvario, porque ya no será necesaria la escuela del sufrimiento. La ley de la deuda espiritual será disuelta y, los que hayan llegado Conmigo hasta el final, ya no sabrán nunca más sobre la dualidad.

No habrá diferencias, no habrá disociaciones, no habrá maldad, no habrá tristezas, angustias ni enfermedades; porque los que formarán parte de la Última y Nueva Humanidad no sabrán lo que es el pecado, porque el pecado habrá sido trascendido por los méritos del poder de Mi Sangre y las almas serán bañadas por Mi Luz, así como hoy Mi Luz envuelve al mundo.

A pesar de los errores y de los ultrajes, a pesar de las indiferencias y de las omisiones, a pesar de que hoy la mayoría ya no busque a Dios, nada impedirá que Yo Retorne al mundo.

Podrán sentir, en este momento, que el desierto espiritual se vuelve cada vez más árido, que no encuentran el oasis para saciar su sed, que el suelo bajo sus pies se seca y se agrieta, dejando los caminos tal vez confusos.

Cuando todo parezca absolutamente oscuro y parezca que la Luz no brillará en el fondo del abismo, será la hora del Señor, así como fue Su hora durante Su Muerte y Su descanso de tres días en el sepulcro.

En ese momento y en ese tiempo, que no están tan lejos, descenderé a los infiernos de este mundo, en los que muchos habitan en la superficie, para poner fin al sufrimiento y a la desesperanza.

Vendré a curar las heridas más profundas y con Mis propias Manos a tocar sus cuerpos, así como fue en Tierra Santa, en cada lugar por donde pasó su Maestro y Señor.

Y, en la hora que menos lo esperen, abriré la puerta de sus casas y Me verán, así como los apóstoles Me vieron en el Santo Cenáculo después de haber resucitado.

Yo reapareceré y cumpliré Mi promesa. En esa hora, el mal se estremecerá y gritará sin poder salir de sus profundos abismos, porque le daré la orden a San Miguel Arcángel de cerrar las dimensiones inciertas del planeta, porque Él verterá sobre el mundo una Fuente de Luz desconocida, nunca antes vista.

Pero esto no será una analogía ni una teoría, la Fuente de Luz que abrirá su Señor sobre el mundo será vista por todos, tendrá más poder y resplandor que el arco iris.

Y así, poco a poco, la oscuridad espiritual se disipará, los cuerpos enfermos se curarán, los ciegos que nunca vieron verán, muchos de Mis enemigos se convertirán. Y Yo estaré sobre un monte, semejante al Monte de los Olivos, para que todos Me vean venir en gloria.

Sé que aún a muchos les falta preparación para este acontecimiento. Pero no sean perfeccionistas, sean simples, así como es su Maestro y Señor, así como es Su Santísima Madre, así como lo es en la humildad San José.

Porque Dios está en lo que es simple y verdadero. Dios no sobresale por Sí mismo, porque Él se muestra donde vive y reina Su Amor, no solo en los Cielos, sino también en la Tierra. Su Amor se muestra y se manifiesta entre los hermanos y hermanas que se aman, que son capaces de dar la vida por sus amigos, así como Yo la di por ustedes.

Cuando Me tengan cerca en sus hogares o Me encuentren en sus caminos, en el momento y en el día menos pensado, ¿qué es lo que harán?  Porque Yo veré todo en ustedes, así como Yo vi todo en la Cruz, en el solemne Silencio de Dios.

Cuando estén cara a cara Conmigo, ¿qué es lo que Me dirán? ¿Harán lo mismo que María Magdalena, cuando encontró al Señor en el huerto del sepulcro? Así, Yo los llamaré a ustedes por sus nombres, como llamé a María Magdalena; así como Yo llamé a los apóstoles, porque tenían miedo por haberme abandonado.

¿Y cuántas veces, ustedes, Me habrán abandonado, a través del hermano que no aman, a través del servicio que no asumen, a través del paso que no se animan a dar, a través de la falta de la oración? Pero Yo no vendré a señalar esos hechos; Yo vendré con Amor y Misericordia, porque sé quiénes son los Míos.

Por eso, prepárense para encontrarme. Que sus vidas sean un espejo de gratitud, que ya no haya reclamos, que ya no sean mezquinos, que sean capaces de dar valor y honra a todo lo que les He entregado; porque, así como hoy Me escuchan, Me escucharán cuando los llame por su nombre, y sus ángeles de la guarda serán testigos de ese momento.

Por eso, deben recordar los Sagrarios de la Tierra, así como los ángeles los recuerdan todos los días y los adoran; para que sus corazones estén prontos para los primeros momentos del Retorno del Señor.

Porque, así como les mostré Mi verdadera Faz a algunos de Mis apóstoles en el Monte Tabor; así, cuando Yo retorne, les mostraré a los Míos sus seres queridos que han partido. Y, en ese momento, se sellará la alianza de Amor. Y, por sus esfuerzos y sacrificios, permitirán que muchos de sus seres queridos entren a Mi Reino, así como muchos ya entraron.

Ahora, el Cáliz del Ángel Celador de Mi Cuerpo Eucarístico está en Mis Manos. Es el Sagrado Corazón de Jesús que viene a ofrecer este Cáliz a la humanidad, para que sea llenado de las más preciosas ofrendas de Mis hijos; porque en la propia donación, de cada uno de los Míos, está la liberación.

Dónense y se liberarán, y la cruz de cada uno ya no será un peso, porque existen cruces peores en este mundo y muchas de ellas están en África. Y Mis hijos de África son valientes, porque su fe supera toda adversidad y el Espíritu Santo guía a los humildes de corazón.

Ahora, haremos lo que les He pedido, antes del momento de la Comunión Espiritual, en la que este Cáliz inmaterial estará atento a sus ofrecimientos: ofrecerán la adoración a Mi Eucarístico Corazón, para que el Ángel Celador de Mi Cuerpo Eucarístico reciba las ofrendas de los corazones.

Es así que Yo los bendigo en esta nueva etapa y en este nuevo ciclo, en los que Mi Amor deberá ser llevado a las naciones del mundo. Recuerden esto: el Amor de Nuestros Sagrados Corazones deberá ser llevado al mundo y a las naciones que más lo necesitan. No lo olviden, porque los próximos meses serán definitivos para evitar más sufrimiento en la humanidad y en el planeta.

Adoremos a Dios, el Creador, a través de Su Hijo Primogénito, el Señor de Israel.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 117.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ayer, les envié al Ángel Celador del Cuerpo Eucarístico de Jesús, al que mañana todos tendrán la Gracia de poder conocer.

Este ángel ha cumplido lo que Yo le He pedido y aunque la dimensión de sus consciencias lo desconozca, sigan respondiendo internamente a lo que este ángel les ha pedido en Mi Nombre.

Los ofrecimientos Me han llegado y el Relicario de Mi Corazón hoy los recibe. Esto es algo inconmensurable para Mí, no puede ser medido por la mente ni por el pensamiento, porque la presencia angélica es servicial y eterna.

Por eso, les He pedido a todos los Mensajeros de Dios, a las huestes de Luz que sirven al Padre Eterno, que vuelvan a presentarse en este mundo, dada la urgencia de estos tiempos; ya que los ángeles de la guarda, de millones de almas en el mundo, no están recibiendo la respuesta que necesitan para poder presentarla al Dios Creador.

Por eso, su Maestro y Señor vuelve a repetir el mismo hecho, así como lo hizo con los apóstoles del pasado.

De muy pocos vendrá la gran oferta y de esa oferta se beneficiará el mundo entero, por la fidelidad y la lealtad de los Hijos de Dios que responden a los comandos de los ángeles, que responden al llamado de los arcángeles.

Lys-Fátima tiene este escenario y este preámbulo. Desde el año 1917, gran parte del Universo Angélico Ultraterrestre tocó este lugar y lo sigue haciendo para todo el planeta.

Por eso, todos los ángeles, devas y elementales de los lugares más recónditos e impenetrables del planeta, en este tiempo final, en este tiempo de Armagedón, en este principio del Apocalipsis, estarán respondiendo a Mi llamado y llevando adelante Mi Petición, la Sagrada Petición del Hijo de Dios; para que, a través de la consciencia angélica y arcangélica, la mayor parte de la humanidad pueda salvarse, antes de que todo suceda físicamente.

Porque las almas son preciosas para Dios, son un tesoro inimaginable para este planeta, porque este Proyecto de la humanidad es parte fiel de la primera y sublime Voluntad Divina; cuando Dios, desde Su Fuente Creadora y a través de ella, decidió en el principio que existiera esta civilización en la superficie de la Tierra para responder a Su Voluntad.

Hoy, en estos tiempos críticos, la humanidad en su gran parte no responde al Llamado de Dios y la inquietud y la depresión abrazan a muchas almas del mundo por no dar respuesta al Llamado de los Cielos; por eso, es que, en la interna aflicción de Mi Corazón y por el sufrimiento de Mis Hijos, volveré a enviar a los ángeles a la Tierra para que, desde las esferas superiores, en unión a los grandes elementales y devas del planeta, los grandes guardianes de los Reinos Menores, intercedan e intervengan por esta actual humanidad; ya que el velo del campo espiritual se sigue rasgando ampliamente y cientos de fuerzas retrógradas ingresan al planeta a una velocidad inimaginable, trayendo conflictos, discordias, venganzas, enfermedades y guerras.

Pero no se olviden de Mi promesa, aquella que pronuncié en lo alto del Monte de los Olivos, momentos antes de Mi Ascensión a los Cielos. Yo vengo a cumplir esta promesa de forma gradual para la humanidad; porque Yo sé, más que nadie, que, desde los cuatro puntos cardinales del planeta, muchas almas, familias y pueblos gritan por ayuda, porque ya no soportan la impunidad.

Por eso, confíen en lo que estoy haciendo, aunque no lo sepan. Cuando vean la luna pintada de color sangre y las nubes sean más grises que lo normal, será la hora en que Yo estaré retornando.

Yo Me volveré a presentar, así como Me presenté a Mis apóstoles, días después de Mi Resurrección. Pero será necesario en ese momento, y hasta diría que será una urgencia especial, que la gran consciencia angélica y ultraterrestre prepare Mi llegada al mundo en lo más profundo de la consciencia de la humanidad; porque el Señor del Universo y de la Tierra no será clavado de nuevo en la Cruz.

Querrán ponerme preso, entre rejas, pero no podrán. Yo demostraré el Poder que el Padre Me Ha dado desde Mi Nacimiento, no con autoridad, sino con suma obediencia a Dios; porque, así como reapareceré en el mundo y en varios lugares de la Tierra, así también desapareceré si es necesario, ante aquellos que quieran perseguirme o maldecirme.

Pero Mi Verbo, cuando se vuelva a pronunciar sobre esta superficie, detendrá este tiempo ilusorio que muchos viven; y Mi Palabra, que es la Palabra de Dios, hará descender el Real Tiempo del universo al mundo y el velo se correrá definitivamente de muchas consciencias.

En esa hora, todos los que no hayan creído en Mi Mensaje, el Mensaje de estos últimos tiempos, se arrepentirán y golpearán su pecho con su propia mano. Por eso, la importancia de la ayuda de los ángeles.

Es tiempo de que se abran a conocer al Universo Angélico, porque la propia inocente presencia de los ángeles, de los devas o de los elementales de los Reinos Menores hace elevar la consciencia humana para redescubrir la Fuente del Amor de Dios.

Los ángeles retornarán en este tiempo con una misión especial. Por eso, ellos en este momento están rodeando al Señor e impregnando los espacios de Luz y de Redención, a través de los códigos del Arca de la Santa Alianza, de los que ellos se sirven porque Yo se los He permitido.

Por eso, a todos aquellos que en este tiempo están decidiéndose a renunciar a sí mismos, a cargar con su propia cruz y a seguirme, que no se detengan y lo sigan haciendo, porque les prometo que llegará el gran día de la liberación.

Para eso, están sus fieles amigos, los santos ángeles, que muchos ignoran y algunos hasta desprecian por no conocer el fiel testimonio de la donación de los ángeles de Dios. Muchas situaciones no sucederían en esta humanidad, si la humanidad permitiera la intervención de los ángeles y de los arcángeles.

Es así que hoy, los siete principales Coros del Padre Eterno acompañan a su Maestro y Señor. Cada uno de esos Coros es responsable de una dimensión y de un plano de consciencia.

Ellos son los ángeles celadores de las Reliquias de Dios; entre ellos, el Ángel Regente y Celador del Cuerpo Eucarístico de Cristo, encargado de recoger de todos los Sagrarios de la Tierra las ofrendas de los adoradores de Dios, de los amigos de Cristo Jesús, a través de la veneración, de la devoción y de la reverencia al Santísimo Sacramento del Altar.

Por eso ayer, el Ángel Custodio del Cuerpo Eucarístico de Jesús les enseñó una simple oración, complementaria de la oración del Ángel de la Paz; una oración que les permitirá y les concederá, a todas las almas que la recen, que el ofrecimiento sea aceptado por el Padre Eterno en cada momento de comunión, de oración y de adoración al Corazón Sagrado del Hijo de Dios.

Hoy, vengo con este Mensaje preparatorio a decirles que, dada la importancia de este momento para el Universo Angélico y Ultraterrestre, mañana Yo retornaré junto con el Ángel Celador de Mi Cuerpo Eucarístico para que, a través del Santísimo del Altar, de la Santa Custodia del Hijo de Dios, Conmigo y con el Ángel Celador de Mi Cuerpo Eucarístico, adoren a Mi Sagrado Corazón presente en la Eucaristía, para que la oferta de cada uno de ustedes sea elevada a los Tronos de Dios, para que el mal en el mundo sea aplacado y se disipe el traidor espíritu de la venganza, de la impunidad y de la guerra.

Oremos:


Santos Ángeles de Dios,
fieles guardianes de las Reliquias Divinas,
irradien la Luz y la Paz al mundo.
(tres veces)

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Oremos ahora, todos juntos, en una sola voz y en un solo corazón, unidos al Corazón del Gran Maestro:


Santos Ángeles de Dios,
fieles guardianes de las Reliquias Divinas,
irradien la Luz y la Paz al mundo.
Amén.
(seis veces)
 

Les agradezco por estar Conmigo hoy.

En unión a todos los Ángeles de Dios, a todos los Coros Celestiales, para honrar esta invisible y poderosa presencia angelical y para que los ángeles de la Creación puedan intervenir en el mundo, vamos a honrar a Aquel que los creó, a Aquel que los manifestó y a Aquel que determinó que existieran los mundos, los soles, las estrellas y las almas.

Honremos, junto a las huestes de Luz, al Padre Madre Creador, Adonai.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a cantar el “Kodoish” melódico, recordando al Santo Señor de las Huestes.

Canción: “Kodoish” melódico.

Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das.

En este encuentro, Te honramos, Señor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 117.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He aquí el Señor de Shambhala, la Luz de Dios que siempre brilló en Oriente, la Luz que inició a muchas consciencias en el sagrado camino de ascensión y trascendencia.

He aquí la Sagrada Luz de Shambhala, que reverbera a través de los tiempos y de las generaciones, que inspira y despierta a las religiones a una unión predilecta con la Creación.

Yo Soy el Señor de Shambhala, que impulsó en los planos internos la unidad entre los pueblos y las culturas, de Oriente a Occidente.

He aquí la Estrella de Luz de Shambhala, que brilla perpetuamente en los planos internos del Sagrado Desierto de Gobi, la Luz de la Estrella de Dios que guio a los grandes maestros del Oriente, que consagró a muchos yoguis y consciencias para alcanzar el camino de la autotransformación y liberación.

He aquí la misteriosa y desconocida Luz de Shambhala, que instauró desde el principio el Gobierno Espiritual en el planeta, que abrió las puertas al autoconocimiento de los seres, que manifestó la Sabiduría y la Compasión de Dios.

He aquí el regreso del Señor de Shambhala, que anuncia Su Retorno al mundo, a todas las generaciones y los pueblos; que vendrá a unir, a través de la comunión interna, a todas las culturas y religiones.

He aquí el Señor de Shambhala, que escribe con Su propia Mano la Ley de la Creación, que forja en el corazón humano al verdadero guerrero, al eterno servidor, aquel que es capaz de dar la vida por Mí.

Sean bienvenidos al Reino de Shambhala, a la Sabiduría Infinita y Cósmica que impulsó y despertó a los primeros pueblos del Oriente del planeta para entrar en comunión y en unidad con la Creación.

Los misterios de Shambhala se revelan a los pacificadores del Señor de Shambhala, a aquellos que saben identificar en sí mismos las Señales de Dios.

He aquí el Señor de la transmutadora Luz de Shambhala, Quien erradicará las leyes incorrectas de la Tierra y las substituirá por las Leyes Divinas y Cósmicas, porque el Gobierno Espiritual del Señor de Shambhala se aproxima y las consciencias son tocadas por la Luz del Sagrado Reino de Shambhala.

Así como fue en Israel, la Luz de la Sabiduría y de la Compasión vuelve a emerger desde Oriente; y muchos, pero muchos consagrados de otrora, que siempre siguieron las huellas de los maestros, reencontrarán en este tiempo final el motivo y la causa de estar sirviendo al Dios de la Creación en el final de estos tiempos.

Por eso, recuerden, recuerden la Luz de Shambhala, el Eterno Misterio de Dios que se develó en el Desierto de Gobi, que ha guiado y conducido a muchos pueblos que tienen fe en lo inmaterial.

Hoy, sagradas formas emergen del Corazón de Shambhala y expresan sus sublimes geometrías creadoras para substituir la matriz del mal de este mundo, convertirla, transmutarla y liberarla, hasta que sea el arquetipo que el Padre Celestial necesita para este Proyecto.

Yo Soy el Señor de los Cielos de Shambhala. Vengo a anunciar el Nuevo Tiempo. Vengo a entregar la última oportunidad. Vengo a hacerles recordar sus orígenes, preciosamente guardados en las estrellas.

He aquí el Señor del Templo de Shambhala, que no es visible a los ojos físicos, pero que es visible a los ojos del corazón. El alma que intuye la Luz de Shambhala se ve ante ese Templo Sagrado que se fundó aquí, en este planeta, desde los principios de la Tierra para instaurar la espiritualidad en este mundo. Este es uno de los siete misterios de la Fuente, a medida que los sellos se van abriendo, la Luz de Shambhala se vuelve a revelar a través del Señor del Desierto.

El Señor de Shambhala vuelve a reunir a Sus discípulos, después de muchas escuelas y experiencias vividas en este planeta; para que, en este momento culminante de la Tierra, los discípulos y seguidores del Señor de Shambhala hagan su síntesis espiritual; y para que, a través del Centro Regente del corazón, las corrientes ígneas de este universo, los impulsos sublimes de la Fuente, a través de los rayos y de las corrientes, reconstituyan este planeta a nivel espiritual.

Pero no será a través del enfrentamiento o de la batalla que se disipará el mal de esta humanidad; sino como los grandes monjes y yoguis de Oriente que, con su cabeza en el suelo, reconocen la Luz de Shambhala y el tiempo de la compasión que viene a curar al corazón humano, que viene a liberar el espíritu de cada ser de las marcas de los errores del pasado, disolviendo los grilletes de la perdición, limpiando y purificando los caminos y el sendero de cada uno de Mis discípulos; para que, delante del Gran Portal de Shambhala que hoy une a todas las religiones y pueblos de este planeta, se conceda la Gracia de comenzar de cero este Proyecto Sagrado de la humanidad.

Por eso, el Reino de Shambhala hoy viene a su encuentro, al encuentro de cada corazón que tiene fe en la Luz Divina, al encuentro de cada corazón que persevera en su ascensión y trascendencia.

La Luz y el Señor de Shambhala vienen al encuentro de los que se esfuerzan para ser consecuentes con la Ley del Universo y con la Ley de la Tierra, a fin de que la paz y la armonía se establezcan en este tiempo de dolor.

Yo les prometí que retornaría. He aquí la Faz del Señor de Shambhala, que se revela a través de las oraciones de Sus hijos y que consagra a los que se definieron por seguir los pasos del Maestro entre los maestros.

Shambhala vuelve a presentarse al mundo por última vez. La Luz de Shambhala viene a preparar los próximos movimientos de la Jerarquía Espiritual en esta última fase del segundo semestre de este año.

La Luz de Shambhala llegará, como llega hoy, a reorganizar las Leyes de la Manifestación e impulsar internamente el establecimiento del Gobierno de Cristo. Aunque esto parezca prematuro no lo es, porque la Luz de Shambhala es original en su Sabiduría y en su Ciencia.

Muchos monjes consagrados y discípulos ya la contactaron, desde los extensos desiertos hasta las altas montañas, desde el Desierto de Gobi hasta el Tíbet y desde el Tíbet hasta la India, y más allá de esta nación la Luz de Shambhala se ha manifestado a través de los maestros.

Es así que los hacemos retornar al principio del Origen, porque los que se han decidido a seguir a Cristo, el Redentor, y han dado el paso de consagrar sus vidas a la Ley, necesitarán imperiosamente la guía interna de la Luz de Shambhala.

He aquí el Hijo Solar de Shambhala que, a través de esta nueva Maratón de oración, abre las puertas al próximo ciclo, después del último ocho de agosto.

Muchas serán las obras por alcanzar, tal vez pocos serán los autoconvocados, pero no se olviden de servir al Señor de Shambhala por amor y por ninguna otra causa.

Que la fuerza interior de cada uno provenga del amor que ustedes tienen por la Sabiduría y por la Compasión del Gran Reino de Shambhala, que siempre tiene la tarea de guiar el Plan de la Manifestación en las diferentes esferas de la consciencia.

Hoy, Me alegro por aquellos que trabajan en este mundo por las causas de la sabiduría, de la paz y de la compasión y, más aún, trabajan dando su vida por la presencia del Amor Mayor en este mundo. Porque sin Amor las almas mueren, sin el Amor de Shambhala las almas se precipitan en inciertas decisiones.

He aquí el Corazón de Shambhala, que se presenta como un terafín, impregnado de la experiencia pura, inocente e inofensiva de muchos de Mis discípulos de otrora, desde Oriente hasta Occidente.

Que estas Palabras los fortalezcan, que los animen a seguir los pasos del Señor de Shambhala, sabiendo que habrá que hacer mucho por esta humanidad en este tiempo de dura purificación.

Pero no se olviden de algo: la Luz de Shambhala, que es irradiada por el Amor del Creador, siempre triunfará, siempre vencerá en aquellos que tienen fe en ella.

Que esta Maratón sea un reencuentro con la sabiduría de Oriente para que sean sostenidos en todas las obras que llevarán adelante en estos meses construyendo el Plan de la Manifestación de Dios en esta humanidad.

Desde el Sagrado Desierto de Gobi, los bendice y los anima su Maestro,
El Señor de Shambhala

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Pueden ir en paz.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Yo Soy el Señor de África y les doy de comer de Mi Cuerpo, les doy de beber de Mi Sangre a los que claman por ayuda, por ayuda espiritual.

Desde el desierto de Sahara hasta las tierras de Yemen, desde el corazón de Etiopía hasta Sudáfrica, se extiende Mi Poderosa Cruz, la Cruz de la libertad espiritual de las almas de África, servicio inimaginable que muchos no quieren vivir.

Porque no es solo ensuciarse las manos o ingresar en el mayor e inexplicable sufrimiento de los que no tienen nada, sino que Mi África tiene un tesoro que aún es desconocido por el mundo entero, que es el tesoro del corazón de Mis hijos de África, lleno de amor, aunque rodeado de sufrimiento; lleno de fe, aunque perturbado por la miseria; lleno de pureza y de inocencia, aun viviendo en la esclavitud.

El Señor de África retornará a Su pueblo, dando primero la gran señal de Su Advenimiento, a través de la poderosa Luz de la Cruz del Redentor que se extenderá por ese querido y amado continente.

Pocos son los que se han comprometido Conmigo para este arduo y difícil servicio por las almas de África.

¿Quién más responderá a Mi Llamado, dejando atrás sus emociones e inquietudes, asumiendo la antorcha de la Luz de Cristo que debe brillar e iluminar a toda África, a través de los servidores y de los misioneros?

¿Se han percibido parte de Mi Luz en el servicio humanitario por esta civilización de superficie?

¿Se han percibido parte de Mi Amor en cada lugar visitado, en donde la donación debe ser espontánea y auténtica?

Yo vengo como el Rey del continente africano, que guía a las almas de ese continente por medio del Cetro de Dios; porque más allá de lo que suceda en estos tiempos y de las agresiones que viven todas las naciones de África, todas las almas de ese continente están bajo Mi Luz. Por eso, Yo vendré primero por cada una de ellas, por las que Me sirvieron y por las que Me negaron.

Yo apareceré, en el fin de estos tiempos, de una forma inexplicable. Daré señales visibles, así como lo hice en Israel, para que Mis compañeros Me puedan reconocer.

Vendré de una forma más fuerte que la Luz Eterna, y volveré a hacer prodigios y milagros para los que no tienen fe.

Pero, sobre todo, viviré un gran momento con Mis hijos de África, cuando no solo los podré abrazar a cada uno con el poder de Mi Amor y de Mi Misericordia, sino que también Yo seré colmado por el amor de cada uno de ellos; porque su voz es escuchada en los Cielos, la voz de los pueblos de África resuena en los Oídos de Dios.

Por eso, confíen y tengan fe, el momento de la liberación está cerca y ni una lágrima más correrá sobre el rostro de Mis hijos del África.

Dichosos son aquellos que se donan por África; todos Mis servidores y compañeros que tienen claro lo que significa y representa, más allá de sí mismos, ese gran servicio por las almas.

Dichosos son los que llevan consigo Mi código de Amor; los que no les temen a las tinieblas, a la oscuridad, a la miseria o a la enfermedad.

Benditos son los que sirven en África sin tener miedo.

Benditos son los que sirvieron en África, en algún momento de sus vidas, porque el Señor tiene todo en Su cuenta y en Su Consciencia.

Esas son las perlas preciosas que son presentadas al Creador, a través del esfuerzo y del sacrificio transmutador de Mis misioneros, porque les aseguro que tienen parte Conmigo en el sufrimiento del Corazón del Redentor. Y cada vez que llevan adelante Mi servicio por las almas de África, retiran de Mi Corazón las espinas que Me hacen agonizar perpetuamente.

Porque no solo He dado a conocer al mundo Mi Misericordia; hoy, le doy a conocer al mundo el Corazón Doloroso de Jesús, a aquellos que tienen claro el Llamado que Yo les hago, el Llamado de atravesar las murallas del egocentrismo para donarse al mundo de forma verdadera, auténtica y simple.

Yo Soy Aquel que anuncia la llegada de lo nuevo a toda África. Porque el Señor del Universo nunca se cansa; hay tanto por hacer y tanto por servir, que Mis apóstoles, Mis verdaderos apóstoles, no tienen tiempo de pensar en sí mismos, porque su tiempo es colocar al otro primero, hasta en lo más pequeño e invisible.

Si sus consciencias parten de este principio, que hoy les presento, no le temerán a ninguna otra misión o desafío que Yo les coloque y podrán ser testimonios vivos de Mi Presencia en el mundo, en los lugares donde existe el verdadero sufrimiento, en donde falta la paz, el amor y la tolerancia.

Esto es lo que Yo tengo para ofrecerles, que tengan parte Conmigo en este final de los tiempos, a través del servicio humanitario y a través de la donación de ustedes.

Porque un verdadero misionero nunca se adelanta; un misionero de la Luz prevé el Plan, lo hace parte de sí y lo interioriza, para que ese Plan se materialice y se cumpla, así como está escrito en los Cielos desde el principio.

Porque un misionero de la Luz siempre está preparado, disponible incondicionalmente, tiene su corazón pronto para enfrentar Conmigo el fin de los tiempos. Y el centro de su principio es la Llama insondable de Mi Amor, que nunca se extingue dentro de sí; porque es la Llama de Mi Amor insondable e invisible que lo guía y que lo conduce, es la Llama de Mi Amor la que le otorga el discernimiento, la ciencia y la sabiduría para saber escoger.

Por eso, después de este 8 de agosto, vengo a ofrecerles esta síntesis.

Espero a los corazones que ya se decidieron a estar disponibles para Mí hasta el fin, sea donde sea, no importando el lugar, el momento o la situación. Con ellos haré nuevas todas las cosas y la Luz de Mi Corazón siempre será abundante para aquellos que se confirman Conmigo, día a día.

Yo les daré el poder de Mi Fortaleza para que Me sirvan donde Yo los necesite. Porque no solo podrán ser la Luz de Cristo en la Tierra, a través de las manos que se donan y abrazan en sí mismos el sufrimiento para transformarlo en alivio, amor, cura y redención; sino que a los misioneros que son decididos, Yo les otorgaré Mi Pensamiento Divino para que construyan Conmigo espiritualmente las bases de Mi Retorno.

Si se sienten estancados, bloqueados o incluso cerrados, pregúntense a ustedes mismos:

¿Cómo está mi servicio al Señor? ¿Es auténtico? ¿Es fuerte? ¿Es un servicio decidido?

¿Estoy realmente disponible para el Plan?

No le teman a la transformación; desde ahora, cambien el concepto y la idea de lo que eso realmente significa. Si doce pescadores se convirtieron en Mis apóstoles; hoy, en este tiempo final, ¿ustedes, en qué se podrían convertir?

Mis Gracias han sido abundantes e infinitas para todos.

Mi Amor ha sido amplio y profundo para todos los corazones.

África y el mundo los esperan para que sean puentes de solución, puentes de reconciliación, para que sean centros de amor y de luz en el mundo. Así, permitirán que Yo pueda obrar sin condiciones; y les mostraré, les haré sentir lo que significa y representa la alegría de servir a Dios, sin nada a cambio.

Hoy, finalizan las escuelas preparatorias, mañana comienza la escuela de la madurez y de la entrega absoluta.

Yo vengo aquí a lanzar las semillas en los corazones que se ofrezcan como tierra fértil para que puedan sembrar en sí mismos Mis tesoros. Y como árboles de luz, algún día, den Mis frutos en abundancia; como algunos de los Míos, en estos tiempos, están dando frutos en abundancia y con esfuerzo, pero no es suficiente. Debo reunir a los 144 000 de los cuatro puntos de la Tierra para que esperen Mi llegada y Mi Retorno sea anunciado al mundo, como hoy Yo se los anuncio a ustedes una vez más.

El tiempo de Mi reaparecimiento se aproxima y Me encontrarán entre los humildes y los simples, entre los refugiados y los descartados; Me encontrarán entre los niños, los jóvenes y los adultos que gritan por esperanza. Nunca Me verán en los palacios o en las iglesias.

Yo les dije una vez, como les dije a Mis apóstoles, que el Reino de Dios está dentro de cada uno de ustedes y es allí donde Yo quiero estar para siempre.

¿Sus corazones están dispuestos a recibirme eternamente?

No necesito respuestas. Yo necesito confirmaciones y predisposiciones, es así que estarán entendiendo lo que Yo les digo por Amor, es así que formarán parte de Mi Gobierno Espiritual y serán Mis instrumentos sobre la superficie de este planeta para que el verdadero Gobierno Espiritual de Cristo descienda a la humanidad, enmiende los errores de todas las guerras que hoy se viven, extirpe la impunidad de muchos gobernantes y alivie a las grandes multitudes y pueblos que viven la opresión y el mal en estos tiempos.

Yo les prometo que vendré como la Nueva Aurora, como aquella aurora que aparece en el firmamento; así también aparecerá Mi Santísima Madre y muchos la verán desatando los grandes nudos del planeta en las cúpulas de las iglesias y en lugares inimaginables.

Estén atentos a las señales del corazón, porque todo está permitido.

Hoy, el Señor de África les deja este Mensaje. No lo tomen como una advertencia, tómenlo como una oportunidad de preparación, la última y gran preparación después de este ocho de agosto, cuando lo último del Apocalipsis se desencadenará.

En esa hora más difícil, que ya vive el mundo, es cuando Yo retornaré como el Señor de la Noche, pero también como el Señor del Sol. Los creyentes o aun los ateos no podrán ocultar Mi Presencia.

Felices serán eternamente los que verán Mi Retorno. Bienaventurados serán para siempre los que se hayan esforzado por Mí hasta el final, aun sin saber cómo hacerlo.

Porque, en esa hora más difícil del planeta, como fue en Pentecostés, Yo les mandaré al Gran Consolador, el Divino, el Eterno y Sublime Dios, para hacer de sus corazones y almas grandes fortalezas, que como soldados de la paz y guerreros de la Misericordia sirvan a Cristo en el fin de estos tiempos, porque así harán triunfar a Mi Corazón cuando estén decididos.

Con todos Mis tesoros en sus corazones y almas, hagan valer y honren Mi Presencia en el mundo porque, así como llamé a los doce a las orillas del Mar de Galilea, hoy los vengo a llamar a todos para que estén a Mi lado y sigan Mis Pasos, los pasos de su propia liberación.

Por todos los que son esforzados, les agradezco.

Por todos los que están confirmados, los bendigo.

Por todos los que sirven a los pobres entre los pobres, por todos los que sirven a los que deben recuperar sus valores y su dignidad humana, haciendo de cada servicio un momento de gran fraternidad, los alabo y los honro en nombre de Mi Padre Celestial.

Porque las señales de su sacrificio y entrega quedarán marcadas en los Cielos y sus espíritus después de este gran servicio en el planeta retornarán al origen, donde servirán a la Fuente Creadora con toda la experiencia del amor y de la redención vividas.

Y todo ese legado, que es de cada uno de ustedes por sus propios esfuerzos y entregas a Mí, se convertirá en una nueva estrella en este vasto cosmos. Y los que vendrán después, en los próximos tiempos, después de que hayan nacido en esta Tierra y formen parte de la Nueva Humanidad, mirarán al cielo en la noche y verán muchas estrellas, como ustedes hoy las ven en el cielo. Y esas almas, recién encarnadas, reconocerán el legado que ustedes habrán dejado en nombre de Cristo, su Señor. Amén.

Preparémonos para esta Comunión Espiritual con alegría, reafirmando el Llamado de su Señor en sus corazones. Y lo haremos a través de una canción, la canción que representa Mi Llamado para cada una de las almas, aquella canción que relata el pasaje de Cristo como pescador de almas a las orillas del Mar de Galilea.

Eso es lo que quiero que Me canten, porque no se olviden de que Yo Soy con ustedes, y ustedes pueden ser en Mí.

Yo Soy el Nazareno, Aquel que predicó, Aquel que anunció la Buena Nueva, que curó y que liberó a los corazones. Soy Aquel que multiplicó los panes y los peces, Soy Aquel que caminó sobre las aguas; y que los invita a hacer lo mismo por el triunfo del Reino de los Cielos.

Los bendigo y les vuelvo a dar Mi Paz, la Paz que siempre los fortalecerá para seguir adelante, confiados, sin miedo a nada.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 116.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA


Purifica mi alma, Señor, para que sea digno de recibir Tu Palabra.


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Se está cumpliendo el tiempo de Mi recogimiento.

Ahora, Mis compañeros, deberán ser pescadores de almas, servidores de los corazones heridos, ayudantes de los que sufren. Es así que deberán llevar Mi Amor al mundo, así como Yo les traje Mi Amor a través de los últimos tiempos.

Ahora, que ya tienen el Libro de Amor de los de las Vestiduras Blancas, solo tendrán que cumplir lo que está escrito; porque verán arder el fuego de este mundo, verán los mares subir, verán las guerras acontecer y los conflictos presentarse en el mundo, verán cosas que nunca vieron, escucharán cosas que nunca escucharon; pero sus corazones no pueden temblar.

Este es el tiempo de que vivan la fortaleza a través de Mi Amor, de ese Amor incansable e infinito que les He entregado en cada Presencia, en cada Mensaje y en cada encuentro.

Deberán aprender a caminar sobre estas tinieblas, así como su Maestro camina para llevar a las almas al Corazón de Dios y rescatarlas.

Deberán ser embajadores definitivos de Mi Paz.

Así es como acompañarán a la Jerarquía. Serán guiados por los pasos de la Jerarquía. Y, a través de un esfuerzo que es incalculable, sus corazones servirán a Dios, así como su Maestro sirve al Padre Eterno desde el surgimiento de Su Fuente Inmaterial hasta los tiempos de hoy.

Ahora, ¿quién estará Conmigo hasta el final? ¿Quién esperará Mi llegada? ¿Quién reconocerá al Maestro?

Deben estar prontos para ese momento, porque habrá señales en el cielo, símbolos se presentarán en la Tierra. Dichosos serán los que sepan leer esas señales e interpretarlas a través de Mi Corazón, porque Mi Corazón es la Casa de Dios y es la Casa de cada uno de ustedes, morada segura de los corazones valientes, templo seguro de los corazones decididos.

El Libro de Amor, que les He entregado, aún tiene unas hojas en blanco. ¿Quién más se ofrecerá para ser un lápiz en las Manos de Dios y para que Él pueda escribir a través de cada una de sus vidas?

¿Quiénes serán esos últimos, anunciados en el Apocalipsis, que estarán reuniéndose y formando parte de los 144 000, que prepararán Mi Retorno al mundo?

Por eso, permitan que sus corazones se sigan transformando. No le tengan miedo al cambio y a la transformación, porque nada les podrá pasar, solo sucederán cosas buenas que les harán ver la vida de forma diferente.

Pero, quienes tienen la llave de sus corazones, para que esos corazones se abran y se transformen, son ustedes mismos, que podrán o no abrirme la puerta para que Yo pueda vivir en ustedes, así como viví en muchos santos y servidores a través de los tiempos y de los siglos.

Por eso, cuando Yo ya no esté más aquí, Yo estaré en sus corazones, para que ustedes puedan estar en Mí y ustedes, estando en Mí, estarán en el Padre y así el Padre estará en ustedes, cumpliendo Su Santa Voluntad.

Ahora, comprenderán que este es el tiempo de la decisión, porque ya no queda tiempo, queda mucho menos tiempo del que quedaba hasta hace poco tiempo.

Dios necesita reflejar Su Plan en la Tierra y esto será a través de los Míos.

Lo que hay guardado en el Cielo solo podrá descender a la Tierra si existen puentes a través de los corazones; porque son tesoros que no se pueden ver con los ojos físicos, solo el alma de cada uno los puede reconocer cuando está en comunión Conmigo, para estar en comunión con el Padre Eterno.

Esos tesoros, llamados Sagradas Herramientas de la Jerarquía, son los que definirán este Apocalipsis. Y para que esa intervención de la Jerarquía sea una realidad, los corazones en la superficie de la Tierra deberán estar decididos a sostenerla.

Por eso, les He hablado en el día de ayer de la historia de la cual cada uno forma parte, Conmigo y con la Gran Hermandad. Porque este momento no puede quedar solo en la mente; este momento debe descender al corazón para que el corazón lo haga propio, el alma lo haga propio, y así sea una realidad y se concrete.

Así como hoy tienen el Libro de Nuestro Amor, sus ángeles de la guarda tienen en sus manos el Pergamino de su compromiso, escrito por los Señores de la Ley.

Ese Pergamino será abierto en estos tiempos y cada uno reconocerá, por sí mismo, lo que ha firmado directamente con el Padre Eterno. Porque en el día final ya todo se sabrá, nada más se ocultará y todos los ojos lo verán, porque esto está escrito y así se cumplirá.

Ese será el momento en el que su Maestro y Señor, a través de una agonía dolorosa de Su Corazón, deberá separar la paja del trigo, los buenos de los malos, para que se establezca la redención de la humanidad y el momento del gran comienzo de una Nueva Civilización, libre del pecado, de la culpa, de la enfermedad y de la muerte.

Porque para estar en la Tierra Prometida, Tierra que descenderá como la Nueva Jerusalén, no será necesario morir otra vez, no será necesario sufrir y padecer; porque Yo vendré a renovar el mundo, así como renuevo hoy sus corazones, con esta sagrada promesa que cumpliré estando cara a cara con cada uno de los Míos.

Estas son las confesiones más profundas de Mi Corazón, que los valientes deberán saber guardar en sus corazones, así como su Maestro y Señor guarda en Su Corazón muchos tesoros, especialmente los tesoros que Yo puedo contemplar a través de la transformación de las almas. Porque esto le confirma al universo, una y otra vez, Mi victoria; no solo Mi victoria celestial, sino también Mi victoria en este planeta, en cada uno de los que Me dicen sí.

Ahora, llegó el momento de volver a sacramentar la vida de cada uno de los Míos a través del sagrado ejercicio de la Eucaristía, de la transustanciación del pan y del vino.

Hoy, ofreceré esta Sagrada Eucaristía, que será oficiada por Mis sacerdotes, por los sagrados tesoros que Yo tengo guardados para cada uno de los jóvenes de este mundo, que son los que renovarán el final de los tiempos, que son los que le otorgarán la paz al mundo a través de su unión Conmigo, a través de su confianza en Mí.

Por eso, siempre deberán apoyarlos, acompañarlos y sostenerlos, para que ellos puedan cumplir con su misión en esta encarnación, una misión en grupo, así como fue con los apóstoles.

Celebremos.

Les agradezco por estar hoy aquí y por haber cumplido estos diez años Conmigo, en los que He formado una gran familia espiritual, extendida en toda la Tierra por medio de todas las almas y de todos los corazones que aman y tienen fe en Cristo.

A pesar de sus momentos o de sus desafíos, a pesar de la purificación, nunca pero nunca pierdan la esperanza. La esperanza será lo que salvará al mundo, la esperanza será lo que atraerá la paz hacia los pueblos y las naciones, y hacia cada mundo interno.

Aférrense a la Esperanza de Jesús, para que puedan fortalecerse a través de Mi Fe, en estos tiempos finales.

Y antes de celebrar con ustedes y por ustedes, y a través de ustedes con el mundo entero, quiero revelarles la primera decisión que tomó la Jerarquía Espiritual en este mes de agosto.

Por las oraciones de estos últimos diez años, por todos los encuentros de oración vividos y especialmente por el ofrecimiento sincero de cada corazón orante, estaré un tiempo más con ustedes, los días 5 de cada mes y los terceros viernes de cada mes, para que Mi Misericordia siga triunfando en cada corazón humano.

Por el clamor y la súplica de todos los orantes en esta Maratón de la Divina Misericordia, el Padre Me Ha concedido esta Gracia que hoy comparto con cada uno de ustedes, fruto de los méritos de Mi Dolorosa Pasión y fruto de los esfuerzos de todos los orantes, de todos los que siguen clamando sin cansarse y sin detenerse, de todos los que tienen fe en Mí.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y a pedido de Cristo, preparándonos para esta consagración de la Comunión, vamos a cantar una canción que, según Cristo, representa la historia de cada uno: “Todo lo que viví”.

Celebremos.

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