Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 116.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El Consejo Interno del planeta, que es la Jerarquía, ya está reunido, y ese Consejo decide sobre el futuro de la humanidad. Sobre la mesa de la Hermandad están las nuevas decisiones. Todos contemplan y meditan la mejor solución.

Hay muchas situaciones que están siendo evaluadas y, aunque no tengan total consciencia de lo que esto significa, les agradezco desde ahora por estar orando Conmigo, para que también la Jerarquía Espiritual sea ayudada en la toma de nuevas decisiones.

Un Plan está descripto ante Nuestros Ojos. La Divinidad debe dar un primer paso para que después toda la Jerarquía dé el próximo paso y, así, toda la humanidad pueda avanzar en el camino de la recuperación de su Propósito.

Delante de un tiempo de grave emergencia, la Jerarquía replantea su actitud ante el universo. Las Esferas Mayores indican este camino.

El Cetro está en la Mano de la Madre de Dios. Ella es Quien conduce y guía a toda la Hermandad, porque así se volverá a cumplir Su Palabra y Su Mensaje, como lo fue en los últimos tiempos y a través del próximo 8 de agosto, cuando una coyuntura especial se dará a todos los mundos internos que estén atentos y vigilantes; para que todos aquellos que despierten, en ese día, reciban la revelación tan esperada y tan ansiada desde otros tiempos; para que también todas esas consciencias den el paso en su evolución y despertar.

Hoy, les hablo a través del lenguaje de Mi Gobierno Espiritual, porque ya deben sintonizarse con Mi Gobierno Espiritual y Divino. Ya es tiempo de que reconozcan que, después de la Ascensión del Señor, Él asumió el Gobierno de este universo y de otros, Él asumió la conducción de todas las almas y esencias en este universo y en otros.

Su Señor asumió prepararse para retornar, y ese camino comienza a delinearse dentro del corazón que vive el Mensaje, dentro de las almas que escuchan Mi Llamado; porque todo sucederá en lo más invisible y en lo más profundo, en donde todos los ojos no lo pueden ver, en donde solo el corazón ardiente podrá sentirlo y reconocerlo.

Estas son las dádivas y los tesoros de la Jerarquía que se confiarán a los consecuentes de corazón, a todos los servidores del Plan de Cristo.

Esa será su última estrella, ese será su último sol, que nacerá en lo más profundo del universo de cada ser que cree en Mí y que, como a través de los últimos tiempos y de los últimos años, formará parte de la nueva historia que Yo estoy escribiendo a través de las almas que se transforman en Mí y por Mí, a través de los corazones que responsablemente asumen su papel en estos tiempos.

El Libro de Amor de los de las Vestiduras Blancas, en este agosto, está abierto y expuesto a todos.

¿Quién reconocerá su firma en ese Libro? Pero, más aún, ¿quién reconocerá su experiencia de amor y de redención en ese Libro?

¿Se han dado cuenta, compañeros, que en estos últimos diez años de haber estado Conmigo, forman parte de una nueva historia de redención de la humanidad? Así como muchos hermanos y hermanas de ustedes en el mundo también forman parte, especialmente aquellos que tienen fe en el Señor.

Por eso, como su Redentor, como su Maestro y Señor, como el Gobernante de este universo, como el Hijo del Dios Vivo y de la Creación, vengo a abrir esta última y definitiva puerta, la puerta número 14, que es la puerta del Retorno de Cristo, para que las almas se regocijen y sientan júbilo en el Señor, el Redentor; así como los ángeles del Cielo hoy sienten el júbilo de formar parte de la historia del Cristo Vivo en el corazón de cada ser humano que profesa y vive su fe en Mí, que vive a través de Mis Sacramentos y que se anima a multiplicar Mis Gracias en este mundo herido.

Por eso, ante el Consejo Interno de este planeta, que es el Consejo de toda la Hermandad, alrededor de esa mesa, donde nuevas decisiones serán tomadas y experimentadas, los invito a asumir esta parte Conmigo, los invito a decidir junto con Nosotros, sus Maestros y Jerarquías; los invito a reconocer su firma y su nombre en el Libro del Amor, y a sentarse a la mesa de la Jerarquía para construir el Plan, no solo el Plan de Mi Retorno al mundo, sino el Plan de la redención del mundo, que imperiosamente deberá cumplirse y vivirse en estos tiempos.

Por eso, ¿qué es lo que hoy Me ofrecerán?, ¿qué es lo que le entregarán a la Jerarquía en este día que comienza el Gran Encuentro, en vísperas del 8 de agosto?

¿Quién entrará definitivamente a la Estrella Sagrada de Mi Corazón y formará parte de Mi Sagrada Geometría que se renueva y se recrea a través de las almas que se purifican y se transforman?

¿Quién formará parte del nuevo diseño de la Hermandad?

¿Quién decidirá ser Luz en este mundo en tinieblas?

¿Quién será corresponsable Conmigo en este Plan de Rescate?

¿Quién reconocerá lo que ha vivido Conmigo en otros tiempos, las Huellas del Señor que siempre siguieron, la Luz del Señor que siempre buscaron, el Amor de Cristo que siempre aspiraron a encontrar?

Esto es lo que Yo tengo para ofrecerle a cada uno, en esta hora y en este momento.

Por eso, les pregunto:

¿Qué es lo que más le ofrecerán a Cristo?

Porque ha llegado el momento de tomar la decisión, porque de esta decisión y de este momento interno dependerán los próximos pasos de la humanidad y del planeta.

Sepan que todo esto es hecho por Amor y por ninguna otra causa.

Es el Amor, en este momento, que les concede este milagro, de que puedan volver a escuchar al Señor, el Cristo, y que sus Cristos internos lo puedan reconocer.

Porque es el tiempo y es la hora de reunir a los 144.000, desde los cuatro puntos de la Tierra; como hoy muchos de ellos están reunidos en Portugal, celebrando la Palabra del Señor, viviendo la Palabra del Señor, comulgando de la Presencia del Señor.

He aquí el Libro de Amor de los de las Vestiduras Blancas, recíbanlo en sus manos.

Este es el Sagrado Tesoro de la Hermandad Espiritual, preciosamente guardado en el Corazón de la Jerarquía, en donde la verdadera historia de este mundo está escrita, la historia que ningún libro de esta humanidad aún ha revelado. Por este Tesoro, Hemos trabajado a través de los tiempos, a través de los siglos y de las generaciones.

En este Libro de Amor, que hoy les presentamos y les otorgamos, también está la historia de cada uno de los Míos.

Guárdenlo en sus corazones y que sus vidas sean parte de él, como este Libro es parte de la Luz de la Jerarquía, en donde todos los nombres son conocidos, en donde todas las trayectorias están representadas.

Esta es la verdad de Mi Amor por todos, porque en ese Libro también está Mi vida, la vida que Yo viví aquí en este mundo con ustedes.

Cada momento de predicación, cada milagro concedido por el Padre, cada gota de Sangre que fue derramada en el Calvario, cada agonía que fue vivida por Mí en el absoluto silencio y, sobre todo, a través de ese Libro, Mi vida está representada por el amor que muchos Me tienen de verdad.

Es este amor en los Míos y de los Míos en Mí que renueva todas las cosas, que supera todos los males, que disuelve toda la oscuridad, que resucita a los muertos de espíritu, que bendice a los que están condenados, que santifica a los que son perseverantes.

Mi Amor lo puede todo, hasta los confines del universo.

Así, sean bienvenidos al Gran Encuentro de la Jerarquía Espiritual, que ha abierto la puerta para que todos puedan entrar a Nuestras Moradas, para que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza y para que los Nuevos Cristos, a través de los últimos apóstoles del fin de los tiempos, repueblen la Tierra de Misericordia, Gracia y Redención.

Comulguen de este momento Conmigo, así como Yo comulgo de ustedes por medio de la donación de sus vidas y, sobre todo, de sus corazones.

Reciban Mi bendición y Mi Paz.

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Y ahora para celebrar este momento y, sobre todo, para bendecir el especial momento que vivirá esta Obra en estos días de agosto con toda la Jerarquía; vengo una vez más en el nombre del Amor y de la Vida, a celebrar la Eucaristía con ustedes y con sus hermanos, fiel testimonio de Mi Amor por el mundo.

Preparémonos para esta ceremonia, para que Mi Iglesia Celestial descienda a la Tierra y haga un milagro de cada corazón humano.

Celebremos, los espero.

Los reúno nuevamente en Mi mesa de redención, así como reunía a los apóstoles y a tantos que participaban Conmigo de este Sacramento en los planos internos.

Es así que una vez más, por medio de este ofrecimiento, después de haber purificado sus corazones, vuelvo a renovar la vida de Mis compañeros y compañeras a través del misterio infinito de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, hoy preciosamente expuesto en este Altar, en el sagrario de cada corazón humano.

Celebremos.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Los que puedan se colocan de pie o se arrodillan en este momento de transustanciación.


En el Santo Cenáculo, Yo los reuní para entregarles Mi Vida, para entregarles Mi Amor, para otorgarles la redención hasta el fin de los tiempos.

Es así que, abriéndoles las puertas a este sagrado mes de agosto, vengo a ofrecerles lo más íntimo de Mi Vida y de Mi Corazón para que tengan vida en abundancia.

Es así que les vuelvo a pedir que tomen el pan, lo eleven a Dios en acción de gracias, en ofrecimiento interno, para que el Padre convierta este pan en Mi Glorioso Cuerpo, que vuelvo a partir y a compartir con ustedes, diciéndoles que este es Mi Cuerpo, el Cuerpo que fue entregado por los hombres y que hoy es entregado por muchos para el perdón de los pecados.


Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.


Reverenciamos la Presencia del Cuerpo de Cristo, así como Mis ángeles del Cielo lo reverencian.

Les pido que vuelvan a tomar el Cáliz entre sus manos y lo ofrezcan a Dios en sacrificio; así como lo hizo Su Hijo Amado, para que el vino sea transustanciado en Mi Preciosa Sangre, en este momento en el que el Cielo se une a la Tierra, en el que las almas se unen a Dios y Dios se une a las almas en comunión eterna.

Así, lo vuelvo a pasar a cada uno, diciéndoles: “Tomen y beban todos de él porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios; la Preciosa Sangre que se vuelve a derramar espiritualmente sobre el mundo en este momento, por la remisión de todas las faltas y el fin de la guerra. Vuelvan a hacer esto en Mi Presencia y en Mi memoria, porque Yo ya estoy retornando al mundo”.


Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Reverenciamos la Presencia de la Sangre de Jesús, así como los ángeles la reverencian y así como los ángeles la recogieron en lo alto del Monte Calvario.


En unión al Padre, en unión a la Presencia del Hijo y a la Presencia del Espíritu Santo, vamos a realizar la oración que Yo les enseñé en el Monte de las Bienaventuranzas, para que este sacrificio sea agradable al Creador, y por el triunfo de Mi Corazón en este mundo y en cada corazón que se ofrece en este mes de agosto a ser parte del Plan de Mi Retorno.
Oremos.

Oración: “Padre Nuestro”.

Que Mi Paz tan esperada descienda al mundo.

Y quiero que la próxima oración la digan con la misma fe que tuvo el centurión, creyendo en el poder del Perdón y de la Misericordia.


Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y así, en este momento de unión con Cristo y por Cristo, anunciamos la Comunión Espiritual de todas las almas del mundo entero con el Sagrado Corazón de Jesús.


Que Mi Paz esté en ustedes, para que Mi Paz dé vida en abundancia.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Pueden venir aquí Gabriel Cruz, Lucía, Michael y la hija de María Garabandal. Cristo va a ofrecer esta Comunión por la juventud.


Oremos:


Padre Celestial,
que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti;
guíanos por el camino del Amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.


Y después de esta Comunión Conmigo, que los prepara para el mes de agosto, no se olviden del Libro de Amor de la Jerarquía, debiendo vislumbrar y contemplar con esperanza y regocijo esa dádiva y tesoro de la Hermandad.

Les agradezco por estar Conmigo hoy y por estarlo hasta el fin de los tiempos.
Les imparto Mi Luz y Mi bendición paternal:

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

Vayan en paz, Conmigo.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN DORNES, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 116.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mi tiempo se acaba en el mundo antes de preparar Mi Retorno definitivo a la humanidad. El reloj marca el gran momento, aún hay mucho por hacer, aún hay mucho por redimir, aún hay mucho por convertir.

¿Quién se ha definido antes de que esa gran hora se aproxime y marque el punto final y el comienzo de otra etapa, la etapa más culminante para la humanidad y el planeta?

Por esa razón, Yo vengo del Cielo una vez más, para reunirlos en Mi Nombre y para que a través de Mi Corazón lleguen a Dios, al Padre Celestial, que en Su Silencio aún aguarda la respuesta madura de Sus Hijos.

El Plan que Yo les ofrezco a las almas es un Plan que no pertenece a este mundo, es un Plan que no puede ser razonado con la mente, que solo puede ser comprendido con el corazón, con el corazón que ama a Dios, sin excepciones; con el corazón que se ofrece por los demás, sin nada a cambio; con el corazón que sabe profundamente lo que significa la Voluntad de Dios y no la rechaza.

Es este corazón el que Yo busco en muchos de los Míos, sobre todo en esta hora, en la que ustedes deberán caminar con sus propios pies a través de la senda que Yo les He abierto, a través del Propósito que Yo ya les He mostrado, a través del compromiso que ya firmaron Conmigo.

He aquí la muestra de un Corazón maduro, de un Corazón que se sacrificó por ustedes hasta la Cruz, de un Corazón que no negó su salvación y la salvación del planeta, de un Corazón que sigue derramando Sangre y Agua por el mundo y por la humanidad, aunque muchos no lo sientan ni lo perciban.

He aquí el Corazón que es una Fuente inagotable de Amor para el mundo entero, de un Amor maduro que precisa ser imitado, que precisa tener su ejemplo en esta superficie, que precisa reflejarse en las almas que Me dicen sí.

Este es el tiempo de que el corazón maduro de Mis compañeros asuma el Plan, de que no retrocedan ante los desafíos, de que no le teman a la oscuridad, porque quien está Conmigo está en Mi Luz y no perecerá.

Pero ahora es el tiempo de que ustedes hagan su parte definitiva y Yo solo los acompañe como un Buen Pastor, como un Pastor que cuida de todo Su rebaño, más allá de las respuestas de cada uno.

Por eso, es importante que el amor sea el centro de su meta y no tanto sus destrezas. Por eso, es importante que el amor sea el centro de su propósito y no tanto sus ideas.

Porque en el Amor de Dios, y a través del Amor de Dios, llegarán muy lejos si realmente se abren a vivirlo, no de la forma que ustedes desean o pretenden, sino de la forma que Dios lo Ha pensado, que Dios lo Ha determinado, así como el Padre lo determinó a través de Su Hijo.

Ante la Agonía del Huerto Getsemaní, Él Me ofreció el Cáliz del Amor y de la Renuncia. Nunca podría haberlo negado; porque hoy, ustedes y sus hermanos, no estarían aquí.

Ahora, ¿comprenden cuán importante es entender la inmensidad de ese Amor, que no tiene límites ni fronteras en ningún plano ni en ninguna consciencia, en ninguna dimensión ni en ningún espacio?

El Amor de Dios es una Fuente que nunca acaba y que nunca termina. El Padre tiene tanto para darles, a través de Mí, que Sus Brazos aún están abiertos para que más almas puedan llegar a Él sin nada a cambio.

A partir de este mes de agosto es el momento de demostrarle a Dios que quieren vivir de Su Amor Mayor e Infinito; que quieren dar sus pasos a través de Su Amor Misericordioso y Eterno; que están dispuestos a asumir, por amor, la parte del Plan que les corresponde; para que así, su Maestro y Señor pueda obrar en este mundo y en esta humanidad, en este tiempo definitivo en el que muchas situaciones están en juego y en el que millones de almas están bajo esa condición vulnerable.

Por eso, este es el tiempo de la acción de los apóstoles; es el tiempo definitivo de abandonar la mediocridad, la culpa o la negación. Este es el tiempo de que se liberen de ustedes mismos y de que permitan que el espíritu vuele alto hasta poder unirse a Dios en comunión eterna, así como Su Hijo se unió en comunión eterna con Dios, durante Su última espiración en la Cruz, cuando le dije: "Padre, en Tus Manos encomiendo Mi Espíritu". Y ustedes, ¿encomiendan su espíritu todos los días al Señor?

Él pretende hacer obras de Misericordia a través de las almas y a través de los apóstoles de Cristo, decididos a ser un lucero en este mundo de oscuridad y en este mar de hostilidad y de terror.

Ya no son momentos de emociones. Estos son momentos de decisiones, de una decisión madura y pacífica, de una decisión que sea capaz de estar en entrega a Dios sin condiciones, con sus corazones prontos para lo que sea, para lo que tenga que ser según está escrito.

En este mes de agosto, mediten y reflexionen:

¿Hacia dónde se dirige la barca de mi alma?

¿Estoy viendo a lo lejos el puerto seguro del Corazón de Dios?

¿Aspiro a alcanzar ese puerto a pesar de la tempestad o de las tribulaciones?

¿Tengo claro dentro de mi corazón lo que he decidido para mi vida y para el resto de mi evolución?

¿Tengo mis pies en un solo camino, en el Camino del Señor?

Ahora, ¿dónde está la barca de mi alma?, ¿por dónde ella navega?

¿Me he detenido por alguna causa? ¿Me he demorado? ¿Qué estoy haciendo?

Pregúntense, compañeros, así podrán entrar al nuevo ciclo, después de agosto, con una visión más amplia y no restringida, con una sabiduría más profunda y no limitada, con un propósito más claro y no confundidos.

Porque la Llama de Mi Corazón es la antorcha que ilumina sus caminos, es la Luz que los llevará al Corazón de Dios; porque Yo Soy la Verdad y la Vida, Yo Soy el Camino y el Amor para Mis compañeros.

La decisión está dentro de ustedes y no en sus palabras. La decisión está en el centro de sus almas y no en sus mentes.

Denle espacio a su universo interior para que se expanda y el Espíritu Santo pueda obrar a través de Sus Dones y Gracias en las almas que con fe siguen a Cristo, paso a paso, más allá de sus imperfecciones o más allá de sus errores. Porque Yo vengo a buscar lo que en verdad Me pueden dar y no lo que Me prometen.

Pedro, el apóstol, muchas cosas Me prometió y pocas cumplió por él mismo; hasta que un día, se dio cuenta que lo que Yo necesitaba era su corazón y su vida para que fuera la piedra fundamental de Mi Iglesia Espiritual en este mundo; así como cada una de las almas es para Mí una piedra preciosa, es un cristal brillante que Yo pulo con Mis propias Manos cuando Me lo permiten y cuando no se resisten, para presentar Mi ofertorio a Dios a través de sus corazones.

Quiero dejarles este Mensaje, no como un Mensaje más, sino como la gran y última reflexión de sus consciencias a las puertas de este mes de agosto de la Hermandad.

A pesar de que este mundo esté en tinieblas, guerra y dolor, que despierte la esperanza, la fe y el amor en los que creen en Mí. Porque Yo les prometí en Pentecostés que vendría el Consolador, el Eterno, el Santo Espíritu de Dios, para bendecirlos y guiarlos hasta el fin de los tiempos.

Y enviaré una vez más el Espíritu de Dios para que preparen Mi Retorno a través de sus caminos, para que preparen Mi Retorno a través de sus definiciones, para que preparen Mi Llegada a través de la donación de sus corazones. Así se seguirá cumpliendo lo que está escrito, más allá de lo que viva el mundo en este momento.

Sean valientes y no se desanimen, la fuerza de Mi Amor todo lo puede en ustedes y en sus hermanos.

He aquí el Corazón Misericordioso del Señor, que se dejó traspasar por la lanza en Su Costado para derramar Fuente de Vida en todas las almas.

Así, en el comienzo de este importante mes de agosto, Yo los bendigo y les vuelvo a entregar Mi Paz para que esta Maratón le conceda al mundo una paz justa y equilibrada; una paz que dé alivio al sufrimiento de muchos corazones y familias; una paz que retire la culpa de muchas consciencias; una paz que les demuestre a todos Mi Verdad, la Verdad de que los amo más de lo que ustedes imaginan, porque Mi Amor no cambia.

Les deseo a todos una reflexiva Maratón de oración, porque estaré a su lado para escuchar cada una de las cuentas, cada una de las oraciones, cuando le digan a Mi Padre que entregue Su Misericordia por Mi Dolorosa Pasión, por la Pasión Dolorosa de Cristo que salvó y salvará al mundo entero.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El Sagrado Llamado
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN CANTABRIA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO DEL DÍA 21 DE JULIO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

¡Oh, Soberano Dios de la Vida!,
compadécete por las almas
que no corresponden a Tu Ley y a Tus Preceptos.

¡Oh, Señor de la Compasión!,
vierte sobre el mundo la Fuente de Tus Gracias;
haz que de los corazones más duros brote el amor y la paz;
convierte cada aspecto de esta humanidad,
a través de la humilde y simple entrega
de Tu Siervo, Jesucristo.

Adonai,
escucha la voz de Tu pueblo, que Te clama.

Emmanuel,
escucha el clamor de Tus Hijos
que sufren y padecen el caos de estos tiempos.

¡Oh, Fuente de Abba!,
ábrete incesantemente y expande Tu Luz
hacia todos los confines del universo,
para que las estrellas caídas también
se vuelvan a erguir, a levantar
y a formar parte de Tu firmamento sideral.

Escucha la Voz de Tu Hijo, Señor,
que clama en el silencio de Su Corazón,
que pide a través de Su simple oración,
así como Te lo pidió en el Huerto Getsemaní.

¡Oh, Sagrado Cáliz de la renuncia!,
ofrécete a las almas, a través de las santas manos
de los ángeles y de los arcángeles.
Que los corazones no teman beber
del amargo Cáliz del sacrificio, de la entrega y del amor.

Por los méritos alcanzados en la Última Cena
y en la transustanciación de Mi Cuerpo y de Mi Sangre,
Adonai, que los códigos del Amor y de la Redención
lleguen a todos los que más los necesitan.

¡Oh, Señor!,
no mires el pecado de la humanidad,
la indiferencia de muchos corazones,
la maldad de muchas naciones.

Que por la Cruz que se irguió
en lo alto del Monte Calvario,
como el nuevo Árbol de la Vida,
y que sustituyó el error de Adán y Eva,
a través del poder de la Misericordia insondable,
permite, Adonai, una y otra vez,
hasta el fin de los tiempos,
que los Rayos de Mi Insondable Corazón Eucarístico
se irradien al mundo,
a pesar de tantas tinieblas y pruebas.

¡Oh, Padre Misericordioso!,
haz que todos puedan sentir el Amor de Tu Ley
y no temer a la Ley.

Haz que todos puedan sentir
el Gobierno Soberano de Tu Espíritu
y no le teman a la Justicia;
porque Tú, Padre Amado, Me has revelado
en lo alto del Monte Calvario,
en el último momento de Mi expiración,
el profundo y eterno Amor que Tú tienes
por las almas que se unen a Ti,
en espíritu, en esencia y en comunión.

Por eso, Padre,
escucha la voz de Tu pueblo,
que cree en Ti y Te clama.

No permitas que la guerra se expanda en el mundo
y haga sufrir a más corazones inocentes
y a familias desprotegidas.

Porque, a pesar de que Mi hora se aproxima
para retornar al mundo, Adonai,
los corazones aún no están prontos,
y Tú, una vez más, Padre Amado,
Me llamas para que vuelva a Tu Reino,
para estar sentado a Tu derecha,
como Mi Santa Madre está sentada a Tu izquierda, Señor.

Pero Te pido, Te pido Adonai,
que le otorgues a Tu Hijo un tiempo más.

La Ley debe cumplirse.
La Ley debe concretarse.

Pero Te ofrezco, Emmanuel,
Elohim, Iod He Vaud He,
los méritos de Mi Dolorosa Pasión.
Una vez más Te los ofrezco,
en honor al Arca de la Santa Alianza
que une a todas Tus Reliquias, a todos Tus Tesoros
y especialmente a todas Tus Criaturas,
en la unidad del Espíritu, en la unidad de Tu Reino.

Adonai, Te ofrezco
cada momento vivido en el Calvario,
cada ofensa soportada, como hoy la soporto,
cada humillación recibida, como hoy Soy humillado,
cada dolor y sufrimiento impartido,
como hoy Mi Corazón es traspasado
por la fría indiferencia del mundo.

Pero Te pido esta Gracia, Adonai,
por aquellos que son más desprotegidos e inocentes.

¡Oh, Padre Amado!,
alivia la deuda espiritual de este mundo,
transfigura a esta humanidad
a través del sacrificio de Tu Santísimo Hijo, Jesucristo,
Rey del Universo y de la Paz.

Permíteme, Señor,
que Mi Corazón pueda ser saciado
por todas las almas que tienen fe en Mí.

Permíteme, Señor,
que Mi Luz poderosa y victoriosa,
la Luz del Amor Crístico,
llegue hasta los rincones más oscuros de las consciencias,
para que Tu Amor, una vez más, Adonai, pueda triunfar.

Tú ves, Señor, un mundo dividido y separado.
Tú ves, Padre, la familia siendo destruida,
perdiendo los principios de Tu Fuente
y de Tu Gobierno Espiritual.

Pero Yo He prometido, Adonai,
desde el Huerto Getsemaní hasta lo alto de la Cruz,
dar Mi Vida y Mi Consciencia,
dar Mi Espíritu y Mi Fuego hasta el fin de los tiempos.

¡Oh, Padre Celestial!,
que esta ofrenda justifique
todos los errores cometidos hasta el presente.

¡Oh, Gran Sacerdote Sideral!,
Adonai, Señor de los señores,
Padre de todos los padres de la Vida y de la Tierra,
reestablece Tu Sacerdocio Espiritual
en aquellos de Tus Hijos escogidos
para esta misión espiritual.

Que el Cáliz de la Luz y de la entrega,
de la renuncia y de la resignación de Tu Hijo,
sea el Terafín Espiritual
de toda la vida sacerdotal del planeta,
para que las ofensas cometidas
al Sacratísimo Corazón de Tu Hijo sean reparadas,
por el ofrecimiento de la Sangre de Cristo,
Poderosa e Insondable Sangre Espiritual,
que transfigura y libera el error.

¡Oh, Padre Celestial!,
dale fuerza y coraje a todas las madres del mundo,
especialmente a las madres de la guerra,
a las madres sacrificadas y abnegadas.

Dale fuerza a la maternidad espiritual de este mundo,
sostenido por el Cetro de la Madre Universal;
para que Tus Hijos, los hijos de las madres de esta Tierra,
correspondan a Tu Voluntad, Adonai;
y el pueblo de Israel se prepare
para recibir a Cristo en Su Retorno.

¡Oh, Padre!,
Padre de la Sabiduría y del Discernimiento,
Padre de la Verdad y de la Paz,
reúne, a través del Corazón de Tu Hijo, Jesucristo,
a todas las tribus de Israel,
y que el símbolo, que identifica a cada una,
las una con el Arca de la Santa Alianza,
para que el mal se disuelva en este mundo,
para que la crueldad y el martirio,
que viven muchos corazones, se detengan
y triunfe Tu Luz, Adonai,
en cada corazón que sufre.

Que las puertas de Tu Reino se abran,
que el perdón conceda la reconciliación,
y que la reconciliación establezca la paz,
tan urgente en estos tiempos.

¡Oh, Padre!,
el mes de agosto se acerca,
y aún los frutos, que He entregado en los últimos años,
no están maduros.
Pero sí están maduros la fe,
la confianza y el amor que Me tienen Tus Hijos,
por la presencia poderosa de Tu Amor, Señor.

No permitas, Adonai,
que las profecías se cumplan.

Yo vengo una vez más a renovar todas las cosas,
así como en el Calvario y por el peso del madero de la Cruz.
Vengo a renovar la vida de todos Tus Hijos,
sacramentándolos y bendiciéndolos
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


Compañeros, Mi último tiempo se acerca, Mi última hora se aproxima, así como fue en la Última Cena, cuando su Señor fue entregado por Sus enemigos, por aquellos a los que les impartí Mi bendición.

Díganle al mundo que ya no ofenda a Dios, que los corazones se arrepientan de verdad, para que la puerta de Mi Misericordia se mantenga abierta hasta el último instante, hasta el último momento.

Hoy, desde estas montañas, vuelvo a bendecir al mundo y a la humanidad.

Hoy, desde los confines del universo, vuelvo a proclamar la grandeza de Mi Humilde Gobierno Espiritual, para que más tengan la Gracia de ser redimidos y liberados por Mi Amor Crístico.

El tiempo se acerca, el 8 de agosto se aproxima, y sus vidas y la vida de sus hermanos deben ser el símbolo del Infinito, hacia donde incesantemente son impulsados por Mi Gracia, por Mi Misericordia y por el Divino Propósito de cumplir en esta encarnación lo que vinieron a cumplir.

Por eso, ya no pierdan tiempo, ya no pierdan ni un minuto, ni un segundo; porque el mundo está en su propia agonía y desesperación, y no está preparado para el Apocalipsis. Pero, aquellos que con fe sigan al Pastor no perecerán, porque el Pastor los hará tener parte en el Reino de los Cielos, los hará apóstoles del fin de los tiempos.

Hoy, vengo ante ustedes, clamando esta poderosa oración del corazón, pero Dios ya tiene Su decisión tomada. Y, cuando el Padre está en silencio, Sus Hijos deben saber escucharlo, porque Su Silencio Sideral habla por sí solo.

Sigan orando con fervor, sigan esforzándose en el amor y en la compasión. Ya no permitan que ningún corazón más se cierre, que ninguna vida más sea descartada, que ninguna alma inocente sea víctima de la impunidad; porque Yo vengo con el Gobierno de los Cielos y del Universo, vengo con la Gran Luz del Corazón de toda la vida, de los soles y de las estrellas, de las galaxias y de todas las humanidades presentes en el cosmos.

Hoy, todas las almas suplicantes y toda la red suplicante se unen al Corazón del Rey y Pastor, que viene a definir la vida de Sus compañeros en estos últimos tiempos; Pastor que viene a buscar la respuesta de los que le dijeron sí en el universo. Y aquellos que no han podido corresponderme que ya no sientan culpa, hoy los libero con Mi Amor Celestial.

Levántense, así como María Magdalena fue levantada del suelo y le dije: “No peques más”.

Sé libre de ti mismo y vuela alto como las aves que vuelan en el cielo, alabando al Creador del Cielo y de la Tierra.

Da frutos en abundancia como las praderas y los campos.

Que tu vida sea un servicio incansable, venerado por los ángeles del Cielo.

Que tu transformación sea el tesoro que tú dejas a Mis Pies, porque yo nunca te dejaré solo ni sola.

Mi abrazo es para todos. Mi Amor es para toda la humanidad.

Que se cierren las puertas de la duda y de la incertidumbre.

Que renazca en los corazones la esperanza de estar en Cristo y por Cristo, siendo parte de esta historia que comenzó en el año 2013 y continúa hasta el presente.

¡Cuántos corazones han pasado por Mí!, pero ¿cuántos corazones se quedaron en Mí?

¿Dónde están Mis Gracias?, ¿dónde resuenan Mis tesoros?, ¿dónde ha quedado Mi Misericordia?

Sean testigos del Retorno de Cristo.

Que vengan a Mí los que están cansados.

Que vengan a Mí los que están enfermos de cuerpo y de espíritu.

Que vengan a Mí los que perdieron la paz.

Mírame a los Ojos, mira a Mi Corazón, fruto del Amor Redentor por las almas, Sagrario de Luz para los corazones, Fuente inagotable de Gracias y de Misericordias.

He aquí su Dios, su Padre Celestial, a través de Su Hijo, el Cristo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de Nuestro Señor, Jesucristo, acompañaremos de corazón una oración que fue entregada por Nuestro Señor hace un tiempo, que es la oración para todos los discípulos y apóstoles del final de los tiempos:


Si mi sufrimiento, Señor, aunque parezca pequeño,
sirve de alivio del sufrimiento de mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.

Si mi vacío, sequedad, agonía y abandono de Ti
sirvieran de auxilio, de aliento y de alegría para mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.

Si mi cansancio, desierto y aridez,
sirvieran para llenar el vacío, la aridez y el desierto de mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.

Si mis noches de asedio, de batallas o de soledad,
sirvieran para dar fortaleza, ánimo y fe a mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.

Si la falta que a veces siento de Ti, la ausencia de consuelo
y el aumento de trabajo agradaran a Tu Corazón herido,
que se haga Tu Voluntad, Señor.

Si mi desesperación, mis tormentos y mis noches oscuras
ayudaran a salvar a las almas perdidas, abandonadas y no amadas,
que se haga Tu Voluntad, Señor.

Si no recibo amor y solo desprecio,
si no me siento comprendido y solo juzgado,
si en este momento no encuentro sentido de estar a Tu lado,
amado Cristo, que se haga Tu Voluntad, Señor.

Dame fuerza interior para no temer nada.
Dame valentía todos los días para aprender
a salir de mí mismo, cada día más.
Dame amor para aprender a amar y a aceptar al semejante,
porque si hasta ahora no siento nada,
si en esta noche de frío o en este día nublado
no consigo ver el Sol de Tu Corazón
y si esto sirve para que mis hermanos del mundo
consigan ver la Luz, el Amor y la Misericordia de Dios,
que se haga Tu Voluntad, Señor.

Solo espero agradarte en los pequeños detalles.
Solo quiero, Señor, ser un instrumento en Tus piadosas Manos,
para que en cualquier lugar de la Tierra
al que Tú me envíes Te puedan reconocer,
para que puedan sentir amor y esperanza,
para que así el sufrimiento, el dolor y el abandono
de los corazones desesperanzados sean aliviados
en honra a Tu Victoria Celestial.

Amén.


Que se haga Mi Voluntad en ustedes, así como la Voluntad del Padre se hace en Mí.

Yo les agradezco por abrirse a escucharme, por abrirse a sentir lo más íntimo de Mi Corazón.

Los amo y los bendigo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN MONTSERRAT, BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SEGUNDO DÍA DE LA 115.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El gran océano de Mi Misericordia se abre, pero aún son muy pocas las almas que quieren entrar.

En ese océano, Yo purificaré a esas almas, enmendaré sus errores y faltas, las liberaré del pasado, les otorgaré la vida eterna y las sacramentaré a través del Espíritu Santo que ungirá a esas almas que entran en Mi océano de Misericordia, así como los apóstoles fueron ungidos junto a Mi Santísima Madre en Pentecostés.

El Poderoso Espíritu de Dios volverá a ser difundido en el mundo y los corazones abiertos a Él lo conocerán. Pero antes de que eso suceda, las almas deben aceptar entrar en el océano de Mi Misericordia, para que Yo las pueda justificar ante las Leyes de la Creación.

Esta es la hora en la que la gran puerta de Mi Misericordia comienza a cerrarse en el mundo, porque ha de cumplirse el tiempo de la Justicia Divina, así como fue escrito por Juan el Apóstol en el Apocalipsis.

Llegará la hora en que, durante los tres días de oscuridad, se cumplirá la Justicia Divina, pero no como la humanidad cree. La Justicia de Dios es Amor en equilibrio. La Justicia de Dios es Amor en armonía. La Justicia de Dios es Amor en sabiduría.

Pero antes de que la puerta de Mi Misericordia se cierre al mundo, díganle a las almas que deben volverse hacia Dios, antes de que sea demasiado tarde. Porque cuando Yo deje de estar con ustedes y de hablarle al mundo a través de esta Obra, todo, absolutamente todo, se desencadenará.

Por eso, mientras hay tiempo, muy poco tiempo, deben afirmarse en Mi Misericordia; deben navegar en Mi océano de Luz, a través de la constancia de sus oraciones y súplicas; deben ser el fiel testimonio de Mi Amor para el mundo, especialmente para los corazones que han perdido la fe y la confianza en Dios por todo lo que les sucede, por todo lo que viven, enfrentan y transitan.

Pero, así como una vez Yo vine a Polonia, a través de Santa Faustina, a revelar la infinidad de Mi Insondable y Divina Misericordia; así como Yo vine en la noche oscura de una guerra que se presentaba de forma inminente en Europa, en aquel tiempo; así Yo volveré como la Luz del mundo.

Y, en el horizonte interior, Me sentirán, reconocerán la Faz de Cristo y expulsaré a los anticristos, así como expulsé del templo a los comerciantes. Porque la Casa de Mi Padre es sagrada, en este mundo y en otros. La Casa de Mi Padre es bendita porque es celestial, cósmica y divina, porque Él la ha creado para todos Sus Hijos y Criaturas, para todas las esencias que han surgido de Su Fuente Inmaterial.

Y esa Casa mora en lo profundo del templo de las almas, templos que han sido corroídos por las influencias de este mundo, por las tendencias y las ideologías. Así, el mundo pierde el sentido de la perspectiva al no encontrar a Dios, por estar con su atención en otro lugar.

Por eso, todos los tesoros que Yo les He prometido a ustedes y a sus hermanos, se los He entregado, para que tuvieran parte con Mi Padre en el Reino de los Cielos, para que este mundo conociera que en el Amor está la superación de todo, de cualquier trauma o dolor, porque Yo vengo en nombre del Amor de Dios, de ese Amor inmutable e inconfundible, de ese Amor que tiene un caudal desconocido para el mundo y la humanidad.

Esa es la razón por la cual estamos aquí con ustedes, hace tanto tiempo. Porque esperamos que aprendan de ese Amor que el mundo y la humanidad ya no tiene, que aprendan de un Amor maduro y consciente, de un Amor que es capaz de aceptar y de acoger al semejante, a aquel que nadie quiere ni nadie acepta porque aparentemente es un problema.

Pero, si Yo acepté a los doce apóstoles como eran, así como en este tiempo Yo los acepto a ustedes como son, ¿dónde está el Amor que les He entregado para que Me representen en este mundo y en esta humanidad?

El Amor de Dios es la base de todo el camino espiritual y de toda esta trayectoria terrestre; porque en el Amor está la felicidad de Dios y Su alegría, el júbilo del reencuentro con el Padre Eterno, la cura de todas las heridas.

Yo vuelvo a entregarles este Mensaje con otras Palabras, porque deben tener amor por todo lo que han recibido y por todo lo que les fue ofrecido desde el comienzo, en el que sus consciencias fueron despertadas al Conocimiento Universal y Divino, a las Leyes Inmateriales y a las Corrientes Universales.

Antes de que Me despida de ustedes en este ciclo, y en el mes de agosto, Mi imperiosa necesidad es que existan almas y personas que asuman los tesoros de la Jerarquía, presentes en los Retiros Internos del planeta; porque no solo ustedes, sino también sus hermanos del mundo los necesitarán para todo lo que llegará.

¿Qué más es lo que necesita la humanidad para poder cambiar?

Cuánta abundancia Mi Padre les ha dado a través de Su Creación y, sobre todo, a través de la vida: que puedan ver nacer el sol en cada amanecer; que puedan respirar la pureza de la naturaleza y de los océanos; que puedan tener una familia, a pesar de cómo sea, y la aprendan a amar así como Dios los ama a ustedes desde el principio; que puedan aprender a servir para salir de ustedes mismos, cada día un poco más, y abandonar ese empedernido ego que solo coloca a las consciencias en obstáculos y en caminos sin salida.

Dios les ha dado Su Amor, porque Su Amor es Su Poder y no la autoridad. Su Amor para las almas y la Creación es Su Gobierno Espiritual.

Sin Amor no existiría la Compasión y la Misericordia, derramada por Su Amadísimo Hijo en la Cruz cuando fue traspasado por la lanza en Su Costado. Aun Yo, sin vida, muerto en la Cruz, les di el Amor de Dios hasta los límites de Mi Consciencia, a través de Mi Sangre y de Mi Agua; acto sublime que superó todos los errores y todas sus consecuencias durante el Viernes Santo.

Ahora que, en estos últimos años, hemos formado los oratorios y los Rosarios de Luz, es tiempo de que se guarden en sus casas y hogares, oren con fervor a Dios e invoquen el poder del Corazón de María y de Mi Corazón, para que todos estén protegidos y amparados, y muchos más puedan tener la misma Gracia de ser amparados por la Madre de Dios, que extiende Su Manto de Luz sobre el mundo, día tras día.

La Madre del Mundo, en lo más invisible y silencioso de Su Espíritu, toma el Cetro con Su Mano para guiar a las almas hacia el Reino de los Cielos; para que todos estén algún día en el Paraíso, viviendo la misma felicidad espiritual y el mismo gozo espiritual que vivimos con todos los que dijeron sí en algún momento de esta evolución.

Las instrucciones ya les fueron dadas a todos. Mucho tiempo ha pasado, muchas enseñanzas fueron entregadas, todo ya fue dicho.

Ahora, es tiempo de asumir y de comparecer en las filas del Plan del fin de los tiempos. Y, así, cuando lo hagan por ustedes mismos, por el amor que dicen tener por Mí, asumirán su parte, asumirán su servicio y ya no reclamarán. No evadirán la necesidad que les coloca el universo ante sus ojos. Ya no se mentirán a ustedes mismos, no se engañarán, porque harán cada tarea y vivirán cada compromiso, así como Yo lo He vivido por ustedes, desde Mi Origen en la Fuente Creadora hasta Mi Ascensión.

El Plan espera, como les dije, a los consecuentes, a los que ya no deberán ser más empujados, a los que serán conscientes de lo que tienen que hacer, sin que se les diga. Porque quien vive en Mi Amor, es capaz de percibirlo todo y de reconocer dónde está la necesidad en este tiempo crucial, no solo en Mis Islas de Salvación, sino también en el mundo, en donde las almas esperan ayuda, que alguien las escuche, que alguien las acoja, que alguien las pueda amar; así como Yo amo a todos, más allá de los errores, más allá de las negaciones y de las indiferencias que Me ocasiona el mundo.

Es tiempo de reconstruir a la humanidad y esto dará mucho trabajo. Pero tengan fe, porque un Buen Padre nunca se olvida de Sus Hijos y un buen capataz nunca se olvida de sus trabajadores. Porque quien sirve a Dios se renueva, se trasciende y se transmuta. No existe otro camino para la superación de ustedes mismos, compañeros.

Estamos en la fase de preparar Mi Retorno y solo tocaré con Mis Pies este suelo herido, pero también sagrado, cuando pueda vivir en ustedes para siempre, en la comunión más íntima del corazón, de la vida y de la esencia.

Que Mis Palabras permanezcan y no solo pasen. Cielo y Tierra pasarán, pero Mis Palabras quedarán en aquellos que se abran a recibirlas y a reconocerlas como propias, como una tabla de salvación.

Que en este tercer día de encuentro Conmigo, a las puertas de Montserrat, la Comunión sea ofrecida como reparación por los que sufren las guerras del mundo, por los refugiados y desatendidos, por los que son descartados, olvidados y abandonados, sin que un grado de amor se mueva en las consciencias que los ven.

Por eso, la reparación es necesaria para que la Justicia se aplaque; para que la Misericordia, Mi última Misericordia, actúe y obre en las almas.

Que esta Comunión nutra la vida. Que esta Eucaristía fortalezca los corazones y los anime a seguir adelante, así como Su Maestro siguió adelante en cada paso del Calvario hasta lo alto del Gólgota, sin perder la fe de cumplir la Voluntad de Dios, en cada clavo recibido en Mi Cuerpo, en cada látigo que arrancó Mi propia Carne, en la propia Coronación de Espinas, en los insultos y repudios de todos a los que Yo les había hecho milagros.

Todo necesita ser reparado para que llegue el tiempo de la Tierra Prometida, del nuevo Edén.


Oh, Adonai,
Tú que ves los errores del mundo y sus consecuencias,
contempla, por un momento, a todos los que Te siguen
y tienen fe en Tu Insondable Presencia.

Derrama Tu Amor sobre los consecuentes,
pero en especial, Adonai,
derrama Tu Amor sobre los que están condenados.

Que el precio de Mi Sangre no sea en vano.
 
Que los códigos de Mi Amor,
que son los Tuyos y que provienen de la Fuente,
curen, rediman y nutran
a las almas necesitadas de Ti, Señor,
que han perdido la filiación espiritual Contigo.

Adonai, abraza a todos con Tu Manto,
así como este viento de Montserrat
abraza a todos con su suavidad y pureza.

Adonai, no cierres la puerta de Tu Misericordia,
sino que Tu Misericordia se perpetúe en todos
los que suplican Misericordia por Mi Dolorosa Pasión.

Adonai, así como en lo alto del Monte Calvario  
viste la gran ofensa y pecado del mundo,
Tu Amor descendió y actuó con el poder
de todas las estrellas y de todos los soles.

Y así, el universo fue movido
por el descenso de Tu Amor,
y todo fue liberado y cerrado,
para que en la Resurrección de Tu Hijo,
Tú, Adonai, dieras testimonio de Tu Amor
y de Tu Triunfo en el mundo.

Oh, Adonai, Sagrado Padre,
Omnipotente y Soberano Creador,
que todos Te vivifiquen,
que todos formen parte de Tu Existencia Sideral;
que muchos más lo puedan hacer
y tengan la Gracia de poder vivirlo,
para que, en el final de los tiempos,
todos Tus Hijos, junto a Tu Hijo Predilecto,
restablezcan la unión entre el Cielo y la Tierra,
 y los Mil Años de Paz,
a través de la Cena de la Redención,
en la que volveré a partir el pan
y a consagrar el vino en Tu Nombre, Adonai,
para que todo comience de cero
y todo se renueve para siempre.

Amén.

Así, en estos tres días de impulsos y de confesiones de Mi Corazón, los preparo para el mes de agosto.

Vayan en paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN MONTSERRAT, BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL PRIMER DÍA DE LA 115.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He aquí el Vivo, Soberano y Eucarístico Corazón de Jesús, que como un Sol del Universo esparce Sus Rayos sobre el mundo y en toda la humanidad para poder transmutarla y redimirla.

Les expongo hoy Mi Eucarístico Corazón a aquellos que lo quieran contemplar, como un portal que supera todos los límites de la consciencia, como un portal que supera todas las barreras y obstáculos; porque Mi Eucarístico Corazón, el Corazón Sacerdotal de Cristo, es el fundamento del Amor de Dios por las almas, por todas las criaturas.

No hay nada que impida que las almas lleguen a Mi Corazón. No existen barreras ni límites, porque si las almas son en Mí, Yo Soy en ellas y así se establece la divina unidad.

He aquí el Eucarístico Corazón que ha derramado la Sangre por las almas del mundo en el madero de la Cruz, en lo alto del Monte Calvario.

Cada gota de Mi Sangre derramada fue un código de renovación, de cura y de perdón. Invoquen el poder de la Sangre de Jesús en estos tiempos en los que el mundo vive su propia oscuridad, en los que muchas almas son condenadas injustamente.

Yo Soy el Eucarístico Sol que nace en el horizonte; para que, después de los tres días de oscuridad, la humanidad vuelva a levantarse, a erguirse y a elevar su mirada a los cielos para ver venir al Hijo de Dios entre las nubes, como el Cristo entre los Cristos, como el soplo poderoso de la esperanza renovadora que traerá gozo en los corazones que, a pesar de todo, tengan fe en Mí.

Contemplen el Eucarístico Sol de Mi Corazón, hoy una vez más ofrecido al mundo como expiación por todos los errores y pecados cometidos hasta el presente; porque sé que desconocen el Amor de Dios, porque Su Amor es tan grande y tan infinito que sus vidas no lo soportarían.

He aquí el propio Dios Vivo que estuvo presente entre los hombres y mujeres de la Tierra para predicar, curar, sanar, exorcizar y liberar a las almas del mundo.

He aquí el Dios que encarnó en un humilde pesebre de Belén, oculto a la vista de todos, adorado por los más simples y humildes, reconocido por los ángeles del Cielo y de todo el universo.

Confíen en el poder de la liberación, porque el mundo necesita ser liberado de sus agonías y culpas.

Mi enemigo ha impuesto sus garras sobre muchos de los Míos, pero confíen porque Yo triunfaré, así como el Misericordioso Amor de Dios triunfó en la Cruz para enmendar los errores desde Adán y Eva hasta el fin de los tiempos.

Por eso, estoy aquí, compañeros, para dar continuidad al triunfo del Amor de Dios en todas Sus Criaturas.

¡Cómo quisiera que el tiempo no pasara, para no tener que despedirme de los Míos! Porque sé que la hora del Huerto Getsemaní le llegará a cada uno de ustedes, así como le llegó al Señor. Y en esa hora, el Cáliz del Sacrificio le será presentado a cada uno; ¿lo beberán, así como Cristo lo bebió en la noche de Jueves Santo?

En la mayor soledad está la mayor fortaleza, porque Dios los hace crecer en Su Amor Infinito y Cósmico, un Amor capaz de perdonar al enemigo para que también se pueda salvar.

Quiero que sean parte del Sol de Mi Corazón, quiero que sean parte de Mis Rayos, que penetren las capas más oscuras de la ilusión del mundo, del dolor y del sufrimiento, para que muchos más en Mi Nombre, en el Nombre de Jesús, se puedan salvar, así como ustedes fueron salvados por Mí en el principio.

Hoy, uno los tiempos y las dimensiones, uno los planos y las consciencias, uno a todos en el Creador, el Dios del universo y de la vida, así como el Hijo se unió al Padre en la Cruz.

Sean fuertes y persistan, la cruz podrá ser pesada, pero Mi Amor siempre los renovará, los sacramentará, les dará la vida eterna, porque es el Amor de la Fuente que los lleva a la verdad, que les trae sabiduría y entendimiento en estos momentos críticos.

Tengan fe y sigan adelante, den el paso y represéntenme en este mundo tan necesitado del Señor, así como Yo necesito de los Míos; porque por más que esté en los Cielos o en el corazón de este universo, Soy parte de la humanidad.

Me acerco a los que más Me necesitan, escucho a los que más Me suplican, les respondo a los que confían en Mí.

No le tengan miedo a la cruz. No le tengan miedo al fin de los tiempos. No hay cosa más grande que ustedes puedan vivir que la que Yo viví por ustedes en lo alto del Monte Calvario, en donde Dios Me dejó solo, por un momento, para que Yo muriera por Mis compañeros.

Y, así, de la aparente muerte o derrota de Cristo, naciera, creciera y diera frutos el Árbol de la Vida, renovando el principio de este Proyecto a través del Amor y del Perdón.

He aquí el Dios de la Misericordia que unge con Su Luz a los que creen en Él y no se desesperan. Porque si ustedes tienen parte en Mí, Yo siempre tendré parte en ustedes y, a pesar de lo que suceda o a pesar de lo que vivan dentro o fuera, nadie, nadie, los separará de Mi Amor; porque Mi Amor es fidelidad, Mi Amor es obediencia, Mi Amor es verdad que libera a las almas del mundo.

Lleven este Mensaje en lo más profundo, para que lo vivan y para que Me representen.

En este día, una vez más, les vuelvo a otorgar el Sacramento del Sol Eucarístico de Dios y de la Unción a sus cuerpos, para que tengan vida en abundancia.

No pierdan la fe, Yo Soy el que Soy, Soy el Alfa y el Omega.

Hoy, dejo expuesto el Eucarístico Corazón de Jesús en lo alto del Monte Calvario, para que Israel y el mundo se santifiquen a través de los que aspiran a estar a los pies de la Cruz de Cristo, así como estuvo Mi Madre, Juan y las santas mujeres, viviendo Conmigo la entrega mayor del Amor y de la Renuncia por la salvación de todo el género humano hasta el fin de los días.

Mi Manto los abraza a todos, Mi Manto los protege; Mi Mano los conduce y los guía hacia la Casa de Mi Padre. Porque, después de esta experiencia en la Tierra, volverán a sus orígenes, recordarán sus historias y pasajes Conmigo, en cada momento de su trayectoria interior. Y así, en ese día que ya está escrito, verán ante ustedes los tesoros que Yo les He confiado a través de la vivencia de los Sacramentos.

Benditos sean los que perpetúan el Legado de Cristo a través de la Eucaristía y de los Sacramentos, porque serán llamados, en el Cielo, Hijos de Dios y siervos de Cristo.

No dejen que Mi Amor muera en el mundo, especialmente en las almas. Es hora de salvar a los que ya no confían en Mi iglesia y que han colocado una barrera entre Mi Corazón y el corazón de Mis hijos.

Por eso, vengo a renovarlo todo, así como lo renové en Jerusalén en el Viernes Santo a las tres de la tarde, cuando, en la aparente derrota y la risa de los fariseos, la tierra tembló, los muertos resucitaron, el Templo se rasgó y Dios mostró Su Poder a través de Su Hijo. Y, en esa hora, el mal fue extirpado del mundo durante tres días, y así también lo haré cuando retorne.

Pondré fin a lo que separa a Mis hijos de Mi Padre; porque Él los ama tanto, que sé que no lo comprenden ni lo saben. Su Amor los ha traído aquí, a este momento, a Montserrat, para demostrar una vez más Su Misericordia por ustedes y por el mundo.

Celebremos, en renovación y en vida, por todos los que su Señor espera que puedan retornar a la Casa de Dios; para que Mi Corazón ya no sufra una agonía por los que se apartan, por los que se pierden, por los que sufren, por los que no ven la Luz ni sienten el Amor de Dios.

Es hora de que se viva Mi Amor Crístico.


Adonai, Shalom, Balakthi,
oh, Señor de la Misericordia,
escucha a Tu Hijo.

Eli, Eli, Balakhti,
escucha la Voz de Tu Siervo.

Elohim, Salohua, Iod,
acepta Mi sacrificio, Señor,
para que todos se salven en Tu Nombre.

Amén.


Mis días con ustedes ya están contados.

Que Mi Amor haga milagros y renueve la vida.

Les agradezco, por estar hoy aquí Conmigo, de verdad, así como son, sin esconderse; porque Yo no veo los errores, Yo contemplo los Tesoros de Mi Padre en sus esencias.

Vayan en paz y tengan fe.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN MONTSERRAT, BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 115.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He aquí el planeta a Mis Pies, siendo irradiado por los Rayos de Mi Corazón Misericordioso.

He aquí las almas en este planeta azul, en la escuela de la redención y del perdón.

Yo Soy parte de este sagrado planeta, Soy parte de la humanidad porque nací entre ustedes, viví entre ustedes, prediqué para ustedes y sufrí por ustedes, por una sola causa, por causa del Amor de Dios.

Por eso, quiero que, en esta nueva Maratón de la Divina Misericordia, contemplen ante ustedes al planeta y todo su sufrimiento; para que los Rayos de Mi Insondable y Divina Misericordia, que brotan de Mi Corazón, puedan abrazar aún más al mundo y a las almas, especialmente a las condenadas al fuego del infierno.

Por eso, hoy les hablo y Me presento a todos Mis compañeros, a todos Mis discípulos y discípulas, desde el Sagrado Montserrat, desde donde hace eco la Voz de Dios, a través de los planos internos de los que tienen el corazón abierto para poder escuchar y reconocer la Presencia del Señor.

Hoy, estoy una vez más aquí con ustedes, por todo el planeta, por sus océanos y Reinos, por sus florestas, sierras y montañas, por toda la vida y por toda la Creación, gravemente ultrajada en este tiempo por la mano del hombre, por la inconsciencia de los que ambicionan el poder.

Pero, He aquí Mi Corazón Insondable que no deja de derramar Sus Gracias sobre el mundo y sobre todo el universo.

He aquí el Corazón silencioso de Cristo, que padece los martirios y los pecados de la humanidad. El Corazón de Cristo que se ofrece una vez más por las almas; el Corazón que se abre como una gran puerta para que todos la puedan cruzar, sin excepción.

Mis Rayos, los Rayos de Mi Corazón, necesitan llegar aún más al planeta, a toda la esfera terrestre. Graves son los errores que se cometen en este tiempo y ustedes ya lo saben. Pero aún el cambio de la consciencia no está sucediendo; no en la mayoría, sino en una minoría.

Es necesario seguir orando de verdad y comprometerse con la fuerza y el poder de la oración, porque mientras esto no suceda, mayores serán los ultrajes del mundo, mayor será el peso de la Ley y sus consecuencias.

Es momento de que puedan ser irradiados por la Luz de Mi Corazón, como muchas veces lo hice por Amor y Misericordia.

No permitan que las puertas de Mi Gracia se cierren. Abran esas puertas de par en par a través de su consagración y de su servicio no solo al Reino Humano, sino también a todos los Reinos de la Naturaleza, para que el dolor de los más inofensivos Reinos de este mundo sea aplacado y aliviado, aunque sea un acto pequeño o anónimo. Esto ya aliviará mucho el sufrimiento del mundo y de los Reinos.

Para que nazca una Nueva Humanidad, para que surja un nuevo planeta, es necesario que invoquen, a través de la oración, la Ley de la Cura; porque muchas heridas aún deben ser sanadas, muchos acontecimientos dolorosos deben ser disueltos para que triunfe el Amor de Dios en todas Sus Criaturas.

En esta Maratón y antes del importante mes de agosto, en el que la Jerarquía Espiritual tomará nuevas decisiones sobre este Proyecto Humano, vean aquí a Mi Corazón Misericordioso, derramando la Sangre y el Agua, a través de Sus Rayos, sobre este planeta herido y ultrajado.

Que se levanten de los abismos.

Que se levante de los abismos el pueblo de Israel, caminante incesante del desierto en la búsqueda de la Tierra Prometida, que ya no es una promesa, sino una realidad.

Esta es la Tierra, este es el planeta prometido por Dios a Sus Hijos y Criaturas. Den valor, reverencien y respeten sus riquezas naturales y espirituales; porque muchos son los tesoros que se guardan en los mundos internos, son las llaves de la redención para toda la humanidad, son los nuevos atributos que emergerán de los Reinos Internos hacia la superficie, a fin de reconstruir, en Mi Retorno, todo este planeta.

Que venga a Mí el antiguo pueblo de Israel y que camine en confianza, sin perder la esperanza ni la fe. Aunque vean en este mundo cosas increíbles o hasta inexplicables, no se detengan.

Que la luz de la oración guíe sus pasos y que este sendero, que les manifiesta la luz de la oración, los lleve a encontrar el Propósito en lo más profundo de su ser. Allí, estarán en comunión Conmigo y con el Padre, porque en lo más profundo está el Templo de Dios, Su Casa, en las esencias de Sus Hijos de toda la vida.

Que nadie más tenga la intención de abortar la vida.

Que nadie más tenga la intención de levantar un arma para herir y lastimar.

Que ya no se escuchen las bombas y las armas entre hermanos de un mismo pueblo y una misma raza, porque vendré a detener todas estas cosas, así como lo hice en el tiempo pasado.

Pero Mis señales no serán simbólicas, sino contundentes. Marcaré en el suelo una línea entre el pasado y el futuro, entre el viejo tiempo y el Nuevo Tiempo, y todo comenzará de cero. Por eso, sigan caminando a través de Mi Luz en este tiempo crucial de desafíos y de nuevas experiencias.

Aunque Mi tiempo con ustedes ya está terminando, que Mis Palabras resuenen por siempre, para que puedan reconocer la Voz del Retorno del Señor que será escuchada en todo el universo, así como la tormenta es escuchada en el cielo.

Así, los preparo para el último y gran tiempo. Y, a través de la Presencia de Mi Padre, los renuevo, y les vuelvo a dar y a entregar Mi Paz.

Que esta Maratón no sea vivida bajo un sentimiento de obligación, sino de responsabilidad espiritual, de quien está despierto y consciente de que estamos en la última hora y en el último tiempo, y de que una cuenta de la oración podría detener una guerra y la destrucción de pueblos enteros, de vidas enteras.

Que todos los que se consagraron a Mí sean responsables. Han de representarme en el fin de estos tiempos, así como Mis apóstoles del pasado Me representaron cuando Yo ya no estuve más físicamente con ellos.

El Espíritu de Dios no faltará, vendrá como en Pentecostés, como una flameante llama sobre sus cabezas para darles el Discernimiento y la Sabiduría de Dios, para que ayuden a otras almas y se donen por ellas.

Así el gran cambio será una realidad y no una promesa. Así todo será transfigurado, como el Señor fue transfigurado en el Monte Tabor.

Sean valientes y persistan. Mi Corazón está cerca de los consecuentes.

Les agradezco por escucharme y por reconocer al Señor en lo más íntimo del corazón, en donde existe la vida divina para todas las almas.

Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Yo ya les dije una vez que no los quiero perfectos, sino verdaderos.

Yo ya les dije una vez que no vengo por los que buscan la opulencia, el poder o la venganza. Yo vengo aquí por los pecadores.

Yo ya les dije una vez que no vengo en busca de los ricos de la materia o del espíritu. Yo vengo aquí por los humildes y los simples de corazón.

Yo vengo aquí por los que Me quieren encontrar y sentir, por los que aceptan abrirme la puerta de su corazón para que Yo pueda entrar.

Yo no busco algo grandioso. Yo busco algo simple, pero al mismo tiempo profundo, íntimo y divino.

Para que puedan saber lo que Yo necesito en cada nuevo paso, deben buscar incesantemente la unidad; porque en la unidad no hay diferencias, en la unidad no está Mi enemigo, en la unidad encontrarán la paz que tanto buscan.

Pero si ustedes primero no están en unidad en su mundo interior, en su esencia y en su vida, no podrán estar en unidad con Nosotros ni con sus semejantes.

En este tiempo, en el que la humanidad vive en su propia condena, en el que la indiferencia es la energía que habita en muchos corazones; les pido que no se alejen de Mi Amor, que actúen y que obren como Yo actúo y obro, que imiten al Señor del Universo en Su inmensidad de Misericordia, de Amor y de Compasión.

Porque los tesoros que Yo les He confiado tienen un valor desconocido e incalculable para el mundo, y el mayor tesoro que Yo tengo por las almas son Mis atributos: la verdad, la transparencia, la unidad, el amor, la compasión y la fraternidad.

Si alguno de estos atributos falta en sus vidas, trabájenlo incansablemente y no pierdan el poco tiempo que hay; porque les vuelvo a repetir como muchas veces ya les dije, que se amen los unos a los otros, así como Yo los amo.

Mientras esto no suceda y Nosotros lo veamos, el mundo seguirá oscureciéndose a través de su propia indiferencia y división.

No crean que por vivir en el camino del espíritu ya tienen todo ganado.

Miren a su lado, contemplen el dolor del hermano y reconozcan al Cristo que sufre en silencio. Es allí en donde debe comenzar a surgir el amor, más que las palabras, más que las realizaciones, más que las expectativas y mucho más que las instrucciones.

Porque si el amor no es el centro de la llama viva de cada ser, nada tiene sentido en este planeta y en esta humanidad. Yo vine al mundo para enseñarles ese camino y si parece que hablo las mismas cosas todo el tiempo, es porque no las viven.

Mi Madre, que está en el Cielo y en la Tierra, la Madre de toda la humanidad, les ha dado una lección de humildad el otro día. ¿La pudieron reconocer? ¿Ya la pudieron aceptar?

Que Nuestras Palabras no se disuelvan en el éter de este mundo, sino que permanezcan. Por eso, obsérvense, sin juicio y sin condenación, y reconozcan lo que aún no viven ni sienten principalmente por el prójimo.

Si estas bases no están sólidas en sus vidas, el Plan de Dios será en vano. Su confianza se deposita en aquellos que lo aman y que aman a sus hermanos. Por eso, abandonen las apariencias y las diferencias, y aprendan a quitar la sed que tiene el Señor.

Las señales que Yo les He dejado a través de los tiempos son visibles.

En Mis revelaciones, Yo les presenté la realidad de Dios. Los misterios más profundos del Amor del Creador están presentes en cada Faz de Cristo. ¿Pero, consiguen reconocer la presencia de Mi Corazón, de Mi Amor, de Mi Verdad y de Mi Camino, en el semejante?

Dios es tan humilde y tan simple que se esconde en aquellos lugares donde muchos no lo ven. Así como Cristo está presente en la Eucaristía, Dios está presente en los corazones, especialmente en aquellos que verdaderamente se entregan por amor, confiando sus vidas en las Manos del Padre, así como el Hijo del Padre confió en el Padre en lo alto de la Cruz.

Muchas son las llagas que Me deja el mundo, pero más son las llagas que a veces Me dejan Mis compañeros, sin tener consciencia de lo que esto significa y representa.

Aquellos a los que les corresponde guiar el Plan de Dios en la Tierra, aquellos que tienen a su cargo muchas almas en este mundo, son los que más se deben resignar ante el Señor del Universo, para que nada se tuerza, para que el Propósito esté alineado con el principio de la Ley y para que la manifestación de la Voluntad de Dios se cumpla y no se modifique.

Sé que no esperaban que Yo les dijera esto y tal vez muchos no comprenden lo que estoy hablando, pero este Mensaje es para aquellos que sí saben de lo que estoy hablando. La responsabilidad por todas las almas es muy grande y eso tiene un peso universal.

Seguir Mi camino no es una emoción. Seguir Mi camino no es algo pasajero. Seguir Mi camino es aprender a vivir en la Ley. Seguir Mi camino es aprender a amar en cada paso, así como Yo los amé en cada paso que di sobre este mundo.

Cierren las puertas a todo aquello que no es real. Coloquen su energía en lo que es vital y urgente. No pierdan Mi hermandad, no la desperdicien ni la desechen, porque el Corazón del Padre podría estar siendo ofendido; y, ¿quién justificará esa ofensa ante Dios?

No se olviden de tratarse como hermanos; porque cuando aprendan a tratarse como hermanos, aprenderán a tratarse como almas y algún día como esencias, así como Dios los trata a cada uno de ustedes sin excepción.

La deuda de este mundo es muy grande. No colaboren para que esa deuda se agrave. Ustedes son conscientes de todos los tesoros que les He entregado por Amor.

El Plan debe cumplirse y no abortarse. ¿Será que entienden lo que les estoy diciendo? Mis Palabras ya no pueden ser símbolos ni dibujos abstractos.

La verdad de Mis Palabras debe llegar al corazón de todos, porque si ustedes no viven a través del corazón, no vivirán en la verdad.

Y es esto lo que, en este día, vengo a pedirles, en la solemnidad de Mi Sagrado e Insondable Corazón, que vivan en el corazón, en el corazón que ama y que no condena; en el corazón que no separa, sino que une; en el corazón que acepta y que no rechaza; en el corazón que es capaz de ir más allá de sí mismo por la salvación del otro.

Les repito todo esto porque no lo están entendiendo. Mi obra para con esta Obra no es en vano.

Los pilares de esta Obra, que cuidan a todas las almas, son muy responsables. Esto es lo mismo que les enseñé a Mis apóstoles en el pasado. Porque ser Mi apóstol no es una tarea, es ser capaz de despertar su propio Cristo interno y amar, y es ser capaz de trabajar incansablemente por el despertar de los demás Cristos internos sin condenarlos, sin oprimirlos, sin distanciarlos del amor.

¿Dónde está el Amor que Yo les di, compañeros?

Si ante el aparente desierto escapan, si ante el aparente abismo corren, si ante la aparente tempestad se desunen, ¿cómo será que Mi Amor triunfará en el mundo?

Abran sus ojos y no se engañen. El engañador de todos está muy cerca y no lo perciben. Corten con las espadas de los ángeles todo el mal; pero, sobre todo, el mal se disipa en el amor, en el amor que cura, en el amor que sana, en el amor que libera, en el amor que unifica, en el amor misericordioso.

Que en este día del Sagrado e Insondable Corazón de Jesús, las almas puedan percibir y sentir el Amor Ardiente del Señor para que la paz se establezca, para que la unidad se refleje, para que la hermandad se cumpla, a fin de que se realicen las Obras de Dios.

Ya no gasten su tiempo en lo que es innecesario e inútil. Cuántas almas están sufriendo y precisan de su ayuda. Salgan de su propio centro y ábranse.

Todo lo que los rodea necesita de redención. Sean un puente y no un túnel. Sean un portal y no una pared. Sean una estrella y no un abismo.

El Amor de Mi Corazón no se desperdicia. Yo los invité conscientemente a beber de Mi Cáliz, ¿serán capaces de seguir haciéndolo?

En Mi Proyecto existe la fraternidad, el amor y la unidad.

Hoy, los ángeles son testigos de todo lo que les estoy diciendo. Y el Corazón de Jesús se esfuerza para poder decirlo, porque ya no tengo más tiempo y las almas aún no se deciden a vivir en Mi Amor, en Mi Voluntad y en Mi Verdad, que es la Verdad y la Voluntad del Padre.

Quisiera terminar este ciclo con triunfos y no con angustias. Quisiera terminar este ciclo de Apariciones con tesoros y no con decepciones. Yo los invité a vivir algo desconocido y aún no lo han comprendido.

Silénciense para comprender lo que les digo, recójanse para percibir lo que les muestro y agradezcan la oportunidad de vivir la humildad. Porque cuando Yo ya no esté entre ustedes, recordarán estos días, y ¿qué harán con todo lo que les He dado por Amor?

No se olviden, especialmente todos los religiosos y religiosas, del Sacramento de la Confesión. Los Sacramentos son la puerta de su liberación, son la puerta hacia Mi Misericordia, no le den la espalda.

Sean humildes y no orgullosos, sean simples y no vanidosos; y, a través de Mí, conocerán lo maravilloso que es vivir en Dios, porque Él ya está muy ofendido.

Ofrezcamos, en este día, la Comunión Espiritual como un acto de reparación y de perdón.  Y pido la Gracia, al Dios del Universo y de la Vida, de la unidad de todos los servidores, del Amor Mayor entre los servidores, de la hermandad entre los que sirven a Cristo. Porque si esos pilares no son parte de ustedes mismos, no conseguirán atravesar estos tiempos difíciles.

No se olviden de lo que les He dicho, porque no lo están viviendo.

Yo vengo a decirles esto por Amor, por un Amor infinito y desconocido que en este momento emana de la Fuente de la Creación.

Les agradezco.


Oh, Sangre de Cristo,
derramada sobre el mundo,
purifica nuestra alma,
alivia nuestro corazón.
Ten piedad de nosotros, Señor.
 Amén.
(3 veces)

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a prepararnos para la Comunión Espiritual, cumpliendo lo que Cristo nos Ha pedido: realizar un acto de reparación y de perdón en este día del Sagrado Corazón de Jesús; pidiendo la Gracia de la unidad, de la hermandad y de la fraternidad.

Mientras nos preparamos, a pedido de Cristo, vamos a cantar una canción, “El Poder de la Sangre”.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 114.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Después del tiempo del Apocalipsis llegará un tiempo inconmensurable de paz, momento en el que Yo ya Me encontraré en el planeta, después de haber vencido al ángel caído por la fuerza poderosa del Amor de Dios en la expresión de la Santísima Trinidad.

Cuando ese tiempo llegue, llamaré una vez más a los Elohim para que reconstruyan los éteres del planeta, para que los planos etérico, astral y mental sean definitivamente sellados y todas las puertas inciertas, que se originaron desde Adán y Eva hasta el presente, se cierren.

En esa hora ya habrá pasado el Juicio Universal. Y en lo alto de un gran monte resplandeciente, semejante al monte al que Moisés subió a recibir las Tablas de la Ley, su Maestro y Señor posará Sus Pies.

En los cuatro puntos del planeta, las almas serán llamadas a Mi encuentro. Y los Resplandecientes serán testigos de ese momento, cuando la Santísima Virgen María, Madre de Dios y de los universos, les entregue a los Resplandecientes las reliquias del sacrificio y de la renuncia de los Míos.

Por un corto tiempo, el gran umbral del universo se abrirá en el planeta y todos podrán ser testigos de la historia de los escogidos, de los que han dado testimonio de Cristo a través de sus vidas.

Ese momento será coronado por los ángeles del Cielo. En esa hora, la Sangre de Cristo, Su valor espiritual, atómico y celular será reconocido.

Y el antiguo Proyecto Genético será reconfigurado. Los átomos de los autoconvocados girarán rápidamente, moléculas y células se iluminarán, y la red interminable del sufrimiento será transmutada.

En esa hora, pediré al Todopoderoso Su Intercesión; y, a través del Arcángel Gabriel, aquel que anunció a Mi Madre la venida del Mesías, en lo alto del monte resplandeciente, al lado de su Maestro y Señor, abrirá el último sello guardado en el Arca de la Santa Alianza.

En esa hora, también resplandecerán los Retiros y Centros Internos del planeta, y todos conocerán la oculta faz del Plan de la Hermandad.

Así como fue en el principio, llegarán los visitantes del universo para vivir este gran momento planetario y universal, en el que el Real Tiempo del universo se establecerá y lo que para la mayoría era un misterio desconocido y abstracto ya no lo será; porque prometo, en este día y en esta hora, que aquel que esté Conmigo hasta el fin, hasta el fin de los días, en ese momento en lo alto del monte resplandeciente, sentirá en su corazón un gozo desconocido, concedido por la obra magnífica del Espíritu Santo.

Todos los Linajes y todas las virtudes serán entregadas al Maestro, para que también el Universo Espiritual sea cambiado.

Y en esa hora, en la que se establecerán los Mil Años de Paz, que en verdad son mil ciclos de reconfiguraciones de la consciencia profunda del planeta y de la humanidad, su Maestro y Señor dará una nueva orden para que las cadenas y los grilletes de la perdición se disuelvan para siempre.

El Arcángel Gabriel tomará con Sus manos el Santo Grial, aquel Grial que fue testigo de la entrega de la Sangre de Cristo durante la Última Cena.

En esa hora, con el umbral del universo aún abierto en el planeta y en la humanidad, se volverá a establecer la unión de los tiempos, y todos los momentos evolutivos y espirituales que vivió esta raza serán expuestos.

La sangre de los mártires, en esa hora, justificará todas las guerras sucedidas en este mundo.

La vida sacerdotal restablecerá la conexión entre el Cielo y la Tierra.

El servicio abnegado de los consecuentes restablecerá la fe espiritual en todas las almas. Y aquellos que una vez perdieron el camino, por una última vez, serán contemplados por Mí para poder ser salvados y rescatados.

Por eso, en esa hora, las últimas santas mujeres estarán rezando, implorándole a Dios, junto con la Santísima Virgen María que ya estará presente en la Tierra, como Madre y Gobernanta, reuniendo a todos Sus queridos hijos en un único oratorio de Luz.

Así como fue en Pentecostés, la Santísima Madre del Cielo y de la Tierra volverá a pedirle al Espíritu Santo que descienda; y todos los méritos y dolores padecidos por la Santísima Madre, desde la Última Cena hasta lo alto del Monte Calvario, serán contemplados y Ella intercederá por última vez por el mundo.

Derramará Sus Gracias sobre aquellos que no las merecen, Su Amor enmendará sus errores, los errores de todos los que le fallaron a Cristo; y Su Santísima Mano, la Mano Maternal de la Virgen Santísima, señalará con una cruz de Luz a todos los rescatados.

En esa hora, esas almas serán contempladas por el Arca de la Santa Alianza y tendrán la Gracia y la oportunidad de comenzar de nuevo.

Y aún, Yo estaré sobre lo alto de ese monte resplandeciente. Y así como fue en Galilea, les volveré a hablar, pero esta vez no en parábolas, sino en verdaderos ejemplos de transformación y de redención que su Maestro y Señor ha visto a través de los tiempos en todas las almas.

Esto abrirá un nuevo tiempo y un nuevo ciclo, y entonces, se volverá a escribir la historia de los últimos días del planeta.

Los ángeles de la guarda se elevarán a Dios para dar testimonio de ese momento; porque todos aquellos que alguna vez hayan sido sacramentados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, también serán considerados por su Redentor y todos, delante del Santo Grial, verán la transfiguración de la Sangre de Cristo.

El Pastor los llamará a la mesa de la redención, porque Él volverá a partir el pan para compartir Su Cuerpo y Su Sangre en Presencia del Señor; e ingresará, en los mundos internos, un nuevo Propósito, aquel que las estrellas de origen tanto esperan.

Los nombres originales se iluminarán en el firmamento del universo, porque estos nombres emanarán del Sagrado Corazón de Jesús.

En esa hora, el plano material será transustanciado por la Presencia de Cristo, por las oraciones de las últimas santas mujeres y por las bondadosas madres del espíritu reunidas con la Santísima Madre de Dios.

Ya no existirá el juicio, la condenación ni la muerte. Las almas renacerán en el Espíritu Santo, su fe llegará más lejos de lo que esperaban.

Y este gran acontecimiento lo cerrará Dios, cuando Adonai descienda de las alturas con la Fuerza y el Poder de Su Reino, con la Omnipotencia de Su Amor, con la Gracia Eterna de Su Presencia. Así, por tan solo un momento, estarán ante el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en una Única Persona.

En ese momento, comprenderán el misterio de la Grandiosa Voluntad del Altísimo y Su empeño, permanente y constante, de que este Proyecto de la superficie de la Tierra exprese la presencia de los Nuevos Cristos.

Y todos aquellos que hayan sufrido injustamente las adversidades del mal serán recompensados. Los últimos serán los primeros y aquellos que creyeron ser los primeros, serán los últimos.

Benditos sean los humildes de corazón, los que padecen las miserias de estos tiempos, como el ejemplo de Mis hijos de África, porque serán los primeros en ver al Señor. Y, en esa hora, de esos pequeños corazones surgirá la fuerza de la renovación y de la fe.

Mis hijos africanos no serán más castigados con la impunidad, con la persecución o con la muerte. Yo mismo vendré a liberarlos de la esclavitud, porque ellos tendrán parte Conmigo en Mi Reino y, en esa hora, el mundo entero sabrá quienes son los corazones de África.

Yo los coronaré con Mis Gracias y Mis Misericordias; porque en lo alto del monte resplandeciente, ellos firmarán Conmigo la nueva alianza y lo harán por toda la humanidad. Así, triunfará Mi Amor, dentro y fuera de los hombres, dentro y fuera de las almas, en todo el universo.

Les dejo el sentimiento más profundo de Mi Corazón, para que se cumpla en esta humanidad y en este planeta.

Agradezco la respuesta de los consecuentes y orantes, de todos los que han respondido en estos días a Mi Llamado, sagrada experiencia que será guardada en el Arca de la Santa Alianza para que se funda espiritualmente con las Reliquias de Cristo.

Que así los corazones sean preparados para el fin de estos tiempos.

Para que esta aspiración se cumpla, la aspiración ardiente del Corazón de Jesús, celebraré con ustedes la Santa Eucaristía, así como la celebré con Mis compañeros en el Santo Cenáculo.

Les pido también a Mis sacerdotes, aquellos que en este momento están en Figueira, que acompañen este ejercicio espiritual.

Celebraremos este Sacramento, así como fue celebrado en el Cenáculo, de una forma simple, profunda y verdadera, así como es su Señor.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Pueden traerme aquí agua para lavar las manos.

Que los sacerdotes se aproximen.

Mientras nos preparamos para este ejercicio que hará el Señor por nosotros, oramos internamente para que, al igual que los apóstoles, podamos ingresar en el Santo Cenáculo.


En aquel tiempo, les pedí a los Míos que Me acercaran el pan y el vino para la consagración, porque si no hubiera hecho este ejercicio espiritual, el mundo no habría comprendido el sacrificio del Señor.

Así, los reuní a todos alrededor del Maestro. De una forma simple y austera, le ofrecí lo más grandioso de Dios a la humanidad.

Por eso, en esa hora del Santo Cenáculo, el Señor tomó el pan, lo elevó a Dios en acción de gracias y en sacrificio, pidiéndoles a los ángeles del universo que lo transustanciaran en Mi Glorioso Cuerpo.

Para eso, lo partí y se lo ofrecí a cada uno de Mis compañeros, diciéndoles: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".


Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Enseguida, tomé el Cáliz con Mis Manos y lo elevé a Dios en acción de gracias y en sacrificio. Y para que esto se cumpliera, se lo pasé a Mis compañeros, diciéndoles: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios, la Sangre del Cordero que será derramada por la remisión de todas las faltas. Hagan esto en Mi memoria, así como lo hacen por Mí en este momento, hasta que Yo retorne al mundo".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Oración: “Padre Nuestro”.

Que Mi Paz descienda al mundo, así como Mi Sangre descendió sobre la Tierra.

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

En comunión con Cristo y en Su Presencia Misericordiosa, nos damos reverentemente el saludo de la paz, saludando a cada Cristo interno.

Y anunciamos, en Presencia del Sagrado Corazón de Jesús, la Comunión Espiritual de todas las almas con Cristo.

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido;
y, por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.

Y así, Mi Forma de Luz y Mi Sangre ingresaron en los apóstoles y en las santas mujeres, y los preparé para que recibieran al Gran Consolador y tuvieran la fuerza interior para sobrellevar la Pasión de Cristo, así como hoy Yo los preparo a ustedes para sobrellevar el calvario planetario.

En esta comunión y alianza Conmigo, en la presencia sagrada del Cenáculo de Cristo, que fortalece a Su Gran Cuerpo Místico, a Su Iglesia Espiritual formada por todas las almas, elevamos esta oferta a Dios, en gratitud, reverencia y devoción.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco.

Pueden ir en paz.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das.

En este encuentro, Te honramos, Señor.

Gracias a todos.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 114.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mi Rayo Blanco justifica a las almas. Mi Rayo Rojo purifica a las almas.

Pero, ¿quién será capaz de colocarse debajo de esta inmensa Gracia?

A través de los tiempos, revelé la devoción a Mi Sagrado Corazón y renové esta devoción a través de Jesús Misericordioso porque sabía que para el mundo no era suficiente una única revelación y, aún más, Me entregué por ustedes en cada momento, revelando en estos últimos tiempos la Faz Glorificada de Mi Corazón.

Sé que la mente humana no puede abarcar el Gran Misterio de Dios, pero el corazón que ama el Misterio desconocido, algún día lo conocerá, porque su fe y devoción en el Gran Misterio es verdadero.

Después de las tres importantes revelaciones que le entregué al mundo, a través de Mi Sagrado Corazón, a través del Cristo Misericordioso y a través del Jesús Glorificado, vengo a poner fin a Mis revelaciones porque se acerca el gran momento de Mi Retorno.

Se acerca el momento en el que la humanidad vivirá su inflexión espiritual, cuando se cumplirá la Palabra de Dios a través de la Palabra del Primogénito, cuando la paja será separada del trigo.    

En verdad, les digo que nunca quisiera que ese momento llegara, pero así es la Ley del Amor y de la Sabiduría; porque no solo el mundo vivirá una corrección y todo quedará en evidencia, todos sabrán todo, sino que también el universo vivirá su corrección y su alineamiento. Pero no quiero que esto lo tomen como un castigo.

El mundo ha demostrado lo contrario a través de los tiempos, ha salido de la Ley muchísimas veces y la ha ofendido.

La Ley viene a protegerlos de ustedes mismos y también a protegerlos de Mi enemigo, el gran adversario de todos. Pero el amor de los consecuentes y de los misericordiosos, de los pequeños grupos de almas y de consciencias en el mundo entero, es lo que ha permitido hasta este momento que su Señor y Maestro se aproxime a ustedes para entregarles la Palabra de Vida y las bendiciones del Cielo.

Con esto, quiero decirles que hasta agosto Me tendrán con ustedes, por medio de este ejercicio de la Maratón de la Divina Misericordia.

Compañeros, Mi tarea se recoge en este momento, y los tres importantes y últimos ciclos se presentan, en los que todo se verá y en los que ustedes podrán reconocer la verdad y la mentira en todo lo que vive esta humanidad en la superficie.

Pero no se desanimen, la Ley que rige a los Cielos y a la Tierra Me seguirá permitiendo venir los terceros viernes de cada mes, porque aún deberé cumplir Mis operaciones universales en la humanidad hasta que el reloj marque la hora de recogerme totalmente.

Con esto, quiero decirles, Mis queridos compañeros, que después de tantos años de impulsos, de bendiciones y de Gracias, ha llegado la hora de que sus vidas sean Mi propio Evangelio y que lo hagan por todos aquellos que no consiguieron seguirme; para que la Gracia de su esfuerzo, de su renuncia y de su consagración, les conceda a los que han quedado atrás una última oportunidad de trabajar en este vasto Plan del Padre Eterno para que cada alma y cada corazón de este mundo encuentre su lugar, y pueda servir a Dios, así como Él lo necesita en este ciclo.

Por eso, deben seguir rezando a Mi Sagrado Corazón, antes de que la puerta de la Misericordia se cierre y la puerta de la Justicia Divina se abra. Con esto, quiero decirles, Mis compañeros, que en esa hora los siete sellos estarán abiertos y el Armagedón pasará a ser el Apocalipsis.

Las cosas más inconcebibles en el mundo serán vistas por todos y, en esa hora, el Arcángel Miguel y el Arcángel Rafael, como Resplandecientes de la Justicia de Dios, evaluarán este Proyecto Genético humano y una muestra de este Proyecto será retirada para repoblar la Nueva Tierra para que, junto a los profetas, patriarcas y seguidores Míos, se reconstruya este planeta y esta humanidad.

Y así, en esta reconstrucción espiritual e interna, se cierren las puertas al mal y se abra la gran puerta de la esperanza y del tiempo venidero para todos.

El Señor también reza por esto.

Ha llegado el tiempo de que caminen solos, pero de que caminen Conmigo y de que caminen, a través de Mí, en todo lo que debemos hacer aún en este mundo, en las obras de Amor y de Misericordia que deberán concretarse para que este mundo y esta humanidad sean reparados.

Eso es todo lo que hoy quería decirles, porque no pueden perder Mis Palabras; deben comprender la inmensidad de Mi Mensaje, porque deben sentir el eco de Mi Voz.

El Señor de la Misericordia los abraza y los contempla. No pierdan ni un momento de beber de esta Fuente de Gracias, y háganlo por aquellos que se olvidaron de Mi Amor. Les agradeceré por ese gesto espiritual.

Que la Misericordia se cumpla hasta en la última partícula de la consciencia. Para que esto sea posible, una vez más, les vengo a entregar el Sacramento de la Eucaristía, para que revivan el sacrificio del Señor por medio de la entrega de Su Cuerpo y de Su Sangre, Tesoros Espirituales para la redención de las almas y del mundo, Reliquias de la Eternidad.

Vayan en paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que Mis Palabras sean vida en ustedes.

Que los impulsos de estos últimos años sean una realidad en sus consciencias.

No vivan Mi Mensaje superficialmente.

Aprendan a sentir sed de Mí, así como Yo siento sed de ustedes.

Les agradezco.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 114.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Camino sobre el fuego, pero no Me pierdo.

Nado en lo profundo, pero sin desaparecer.

Soy herido, pero no Me lastimo.

Penetro en lo más oscuro, pero siempre veo la Luz.

No hay misterio ante Mí, porque en Mi Presencia todo se revela.

En el aparente vacío está Mi Todo.

Adonde a veces no puedo llegar, es en donde está Mi mayor esfuerzo.

No dejo nada atrás; cada detalle es importante, porque así es la Ley, consecuente e inmutable, permanente e inalterable; porque la Ley en Mí es justa, pero no severa.

Sentir su peso no es sentir su presión; porque es una corriente que todo trasciende, modifica las formas y transmuta el pensamiento.

La neutralidad es Mi tónica; en ella encuentro el equilibrio y también la justicia. Sin neutralidad, no se conoce la armonía, el equilibrio ni la paz. Este es el ejercicio permanente del Gobernante y de todos Sus discípulos, de los que aprenden a vivir en la Ley y en el equilibrio.

En el universo todo es dinámico porque nada se pierde, todo se transforma, se renueva y se redimensiona, para que cada aspecto de esta Creación encuentre su lugar y su espacio.

Y lo que es aparentemente oscuro también tiene su lugar; por eso, está dentro de esta Creación, para que ese lugar que le corresponde, algún día sea redimido, liberado y transmutado, porque la base de ese misterioso movimiento es el Amor.

La oscuridad de estos tiempos no puede soportar el Amor. Quien vive en el Amor de Mi Padre transforma su propia oscuridad espiritual, y los escalones que encuentra para poder trascenderla son las Leyes, las Leyes que lo llevarán a comprender el bien en su infinita manifestación y poder.

Por eso, no deben creer que las puertas se cerrarán para siempre. El cambio tan esperado comienza en ustedes y termina en ustedes mismos.

Nada externo es responsable de lo que les sucede. Reconozcan su parte en este aprendizaje universal, así crecerán en humildad y en sabiduría, aplacarán su egocentrismo y transmutarán sus propias fuerzas terrestres cuando la Ley toque los niveles subliminales de la consciencia.

Pero hay una sola llave que abre esa puerta: la confianza. Sin confianza no se puede construir el Plan de Dios, porque en la confianza está la Verdad y también está la Luz.

Esto es lo que no pueden olvidarse en estos tiempos. Cada cosa que les sucede tiene una causa, tiene un propósito y también tiene un motivo.

Cuando vivan dentro de la Ley todo lo comprenderán, porque en la Ley no hay herida que no sea cicatrizada, porque en la Ley no hay aprendizaje que no sea comprendido, porque en la Ley no hay misterio que no sea revelado.

La Ley Divina es el sostén de un Gobierno Mayor y Superior; pero solo podrán llegar allí, a través de sus consciencias, con la gran llave maestra del Amor.

No hay otra senda para poder recorrer que no sea esta, porque el misterio se esconde de los ambiciosos, el misterio se esconde de los incrédulos; el misterio se muestra a los simples de corazón, porque el misterio es la estrella-guía de los valientes, aquellos que aspiran vivir el Gobierno de Cristo. Porque Yo Me encuentro en lo pequeño y no en lo grande, porque Mi Padre se encuentra en lo humilde y no en la opulencia, porque el Espíritu Santo está presente en el corazón de los simples y no de los vanidosos.

Esta Ley que Me permite caminar sobre el fuego, sin quemar ni una parte de Mi Ser, es la que protege Mi camino de ascensión y es la misma Ley que protege el camino de ascensión de Mis compañeros.

Porque en verdad les digo que en esta vida no comprenderán el misterio del universo en su totalidad. Quien vive en la escuela de los grados del amor sí lo conocerá.

Hoy, vengo con este Mensaje para que lo revelen dentro de ustedes mismos, en lo más profundo del mundo interior.

Vengo con este Mensaje para los seguidores del Gobierno Espiritual de Cristo; para aquellos que, rasgando su propio ser y transformando lo más profundo de la consciencia, se han decidido a ser parte de los Nuevos Cristos.

El mundo no busca estas esferas mayores, la distracción planetaria es muy grande porque es fomentada por el maligno espíritu de la indiferencia.

Pero, Yo vengo a abrirles esta puerta hacia lo que nunca vieron. Vengo, a través de Mi Verbo, a abrirles la consciencia; porque antes de que Yo retorne al mundo, Mis discípulos y seguidores ya deberán vivir en Mi Gobierno Espiritual y ser espejos de esa caridad infinita e inconmensurable, ser espejos de esa prontitud inextinguible, ser espejos de Mi gratitud espiritual, para que las corrientes perversas de este mundo se disipen, para que las almas amarradas por los grilletes del mal se liberen por el simple hecho de que existen almas y consciencias que toman verdadero contacto con Mi Gobierno Espiritual.

La respuesta está dentro del mundo interno de quien la busca.

Ahora es el tiempo de preguntarse:

Señor, ¿qué más debo hacer a fin de que se cumpla Tu Retorno?

Señor, ¿qué más debo dejar de hacer para que Tu Retorno no sea abortado?

Señor, ¿qué más debo cambiar para que sea merecedor de Tu próximo Reino?

Por eso, compañeros, pídanle al Señor del Universo la Gracia de ser consecuentes para preparar Su Retorno en el fin de estos tiempos y de que esta promesa no quede solamente en el plano mental, sino que sea una realidad a través de Mis compañeros, de los que Me dijeron sí.

A través de Mi Mensaje les he dejado muchos símbolos, pero también muchas respuestas. Por eso, una vez más, espero ver la respuesta de sus corazones.

Deseo que nadie más se ausente de Mi Plan, de Mis Comunidades y de Mis Núcleos-Luz, porque cada uno es una pieza que Yo necesito para construir la Nueva Tierra. Sin esas piezas no será posible que llegue el tiempo venidero, no será posible que el porvenir sea una realidad.

Sigan esforzándose en el camino de la trascendencia y de la transformación, porque un Buen Maestro nunca abandona a Sus compañeros.

Les pido que se decidan a ser esa promesa concreta del Señor. Ya no cierren sus caminos, ya no cierren sus corazones, ya no impidan que sus consciencias superiores trabajen por el Plan, vivan la renovación de estos tiempos, abandonen el espectro de la inercia, de la frialdad y de la indiferencia.

Quien está ante Mí calienta su corazón en Mi Fuego de Amor. Yo siempre renuevo todo lo que toco y todo lo que consagro, no pierdan la oportunidad porque Mi tiempo se acaba y las tres largas noches llegarán. Y, en esa hora, ¿Yo los tendré en Mí o estarán lejos de Mí? Deben estar prontos para esto.

Mi Ley, en esta hora, desciende como una Gracia Misericordiosa que justifica los errores y disuelve los pecados.

Mi Ley, que es la Ley de Dios, es el Cetro que conduce a Su pueblo sagrado, es la estrella que indica el Propósito en el firmamento.

La Ley no es severidad, sino es acogimiento. La Ley no es castigo, es amor, es discernimiento.

Que hoy, la Ley que rige al Cristo Vivo los bendiga, así como el Hijo del Padre fue bendecido en el río Jordán.

Reciban el Bautismo de Mi Espíritu, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y que esta Maratón de la Misericordia sea la Maratón de los consecuentes, de los que entienden, de los que comprenden y de los que saben que es urgente orar por la Divina Misericordia, porque estamos en un tiempo culminante y definitivo.

Una última cosa les pido, que Mis Palabras sean vida en ustedes para que todo sea renovado. Que así sea. Amén.

Vayan en paz y sigan adelante, construyendo Mi esperado Retorno.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El Sagrado Llamado
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, vengo a hablarles del origen de todo, del comienzo de este universo, originado en el Universo Espiritual, lugar de donde todas las esencias provienen, en donde toda la trayectoria fue construida, pensada y creada por los Grandes Padres Creadores.

Hoy, vengo con este impulso espiritual, ante la emergencia del planeta y la perdición de la humanidad.

Vengo a recordarle a cada uno de los Míos, quién es en verdad y por qué surgió de una Fuente tan amplia y diversa, que se refleja y se espeja en los amplios estanques del universo, espacios por donde ya pasaron antes de encarnar en este mundo tridimensional.

Por eso, sus almas conocen la trayectoria ampliamente, porque una vez ya vivieron los diferentes rayos y corrientes de este Universo Material.

Pero, antes de llegar a la razón por la cual hoy estoy aquí, vengo a recordarles el Origen de todo lo Creado, porque es el momento de mirar hacia ese espacio espiritual, porque la humanidad está distraída y también influenciada por todo aquello que cree que la hace evolucionar.

Por eso, coloquen su mirada interior en el principio y en el origen de la Fuente, en donde Dios comenzó a pensar, meditar y reflexionar sobre la existencia de muchísimos universos, hasta llegar a este universo concreto, que ustedes llaman tercera dimensión.

Por eso, vengo a hablarles de los mundos elevados porque desde los mundos elevados se emite el constante Pensamiento y Sonido de Dios, un eco eterno e inextinguible que muchas humanidades escuchan desde otrora; y ahora llegó el momento, antes de que se cumpla el Retorno de Cristo, de que las almas y las consciencias puedan despertar a ese Llamado, que no es algo concreto, es un Llamado profundamente espiritual que sus almas escuchan, porque una vez ya lo escucharon en el Origen del origen, de donde todo una vez surgió.

Por eso, el Padre Celestial, una Consciencia amplia y desconocida para muchos, es una Emanación Primordial, pero también es una Ley que se refleja en los tres estados de consciencia: espiritual, mental y material. Allí  fue donde Él colocó primero Su Pensamiento, pero antes colocó Su Contemplación y Su Mirada, porque Él deseaba ardientemente que a través de los Padres Creadores y de sus huestes angélicas se pudiera cumplir el Proyecto, no solo el Proyecto de esta humanidad, sino también el Proyecto de otras humanidades desconocidas.

Por eso, Él les pidió a los Creadores que pensaran en crear dimensiones, planos y profundos espacios para que la vida espiritual de la Fuente se pudiera expresar en los tres planos de consciencia, hasta que esa vida eterna e infinita fuera concreta, sentida por el corazón humano, percibida por la mente y sobre todo por el corazón. Para que esa vida espiritual y eterna, que proviene de la Fuente, se pudiera expresar, un sistema de evolución espiritual tuvo que ser creado, y esto estuvo a cargo de los arcángeles.

De Su Corazón, el Padre Eterno les emitía los impulsos a Sus Hijos, los Creadores. Y, cuando eso comenzó, el Proyecto comenzó a concretarse.

Pero hubo uno de ellos que quiso ser más grande que el Creador, más grande que el Padre Eterno. Y ese ángel caído, por su propia soberbia y arrogancia, se apartó del Amor y, al apartarse del Amor, se alejó de la Luz verdadera, que no lo alumbra desde hace mucho tiempo.

Por eso, Mi gran promesa no es solo la redención del mundo, sino también la redención del ángel caído, porque por más que él haya desviado los Planes de Dios por su gran desobediencia; el Padre, que es único e inextinguible en Su Amor, en Su Sabiduría y en Su Consciencia, no deja de amar a quien creó desde el origen.

Por eso, a través de los tiempos, el Único, en Su Fuente Primordial, vio el desarrollo de los acontecimientos de la vida evolutiva en el universo y en este planeta. Muchísimos fueron los errores, pero grandiosas fueron las victorias y los aciertos de todos los que se adhirieron a la Divina e Insondable Voluntad, de todos los que permitieron, a través del universo y de los tiempos, ser parte de la Gran Sabiduría Cósmica.

En el Proyecto de Dios, en Su origen y en Su principio, nunca hubo errores; pero, en aquel tiempo, cuando los Creadores pensaban en la manifestación de la vida en los universos y en los diferentes planos de consciencia, incluso en el plano material, fue cuando el ángel caído se desvió.

¿Cómo podrían pensar que un ángel, tan elevado en el principio, quiso ser más grande que Dios?

Allí comenzó la oscuridad, porque la oscuridad fue gestada por la falta de amor y de fidelidad. Pero el Padre no bajó Sus Brazos, no descansó; al contrario, entregó Su Espíritu, entregó Su Consciencia y, sobre todo, entregó Su Amor en la Sagrada Encarnación de Cristo.

Él escogió, dentro de tantos Proyectos, a este planeta para poder encarnar como un hombre simple y humilde a través de Jesús de Nazaret.

Así, Él expandió Su Consciencia en la manifestación de Su Segunda Persona, porque Él sabía que después de la entrega de Cristo en la Cruz, no solo Su propio Ser enmendaría y justificaría todos los errores del género humano desde Adán y Eva hasta el presente, sino que Él también podría manifestar Su Tercera Persona por medio del Espíritu Santo, encarnado en la Consciencia de María.

Por eso, Su gran estrategia y operación desde el principio fue silenciosa y anónima. Un Gran Dios como el que está en las alturas, inmenso en Amor, grandioso en Humildad e infinito en Misericordia, nunca podría haber encarnado con honores y honras, aunque los ángeles del Cielo lo supieran en secreto.

Por eso, Él vino como Cristo a corregir al mundo, no con una ley severa, sino con la expresión de Su Amor Misericordioso; porque sabía, desde el principio de la caída del creador desobediente, que las almas se perderían a través de los tiempos.

Por eso, este momento actual de la humanidad es el gran momento de la inflexión planetaria, pero también es el gran momento de la oportunidad cósmica para que, a través del despertar de los que se ofrecen a Cristo, se pueda generar el gran acontecimiento de la reconstrucción de la humanidad a nivel espiritual, mental y material; y más aún, todo esto pueda generar, por la adhesión y la fidelidad de los seguidores de Cristo, Su Gran Retorno al mundo para poner fin al mal y así volver a restablecer la Ley de la Vida, que está siendo interrumpida por las ideologías y por la falta de consciencia de gran parte de esta humanidad.

Cuando les hablo de que es el momento de volver al origen, no les hablo de algo inalcanzable, sino les hablo de algo consciente, de la oportunidad de volver a estar en la Ley para poder estar bajo la Sabiduría y el Amor de Dios, así como lo intentó muchas veces el pueblo de Israel.

Si esa vivencia de la Ley en ustedes es verdadera, y también simple, bajo la obediencia y la lealtad a Dios, los planes del adversario caerán por su propio peso. Ya no será necesario el sacrificio o la muerte, el aborto o la división de las familias a través del bombardeo de las comunicaciones.

Es necesario retornar al origen para comenzar de cero. Eso fue lo que intentó uno de los Adanes en el principio, en el Génesis. Y aunque esto no resultó, el Padre Eterno lo volvió a intentar, porque por Su Infinita Misericordia no se rindió con este Proyecto de la humanidad, capaz de tener un contacto profundo con Él, pero también capaz, en estos tiempos, de destruir ese propio contacto espiritual con Él por todas las interferencias e influencias de estos tiempos.

En esta reflexión y Mensaje que hoy les traigo, Yo les pregunto: ¿Son conscientes de la importancia de retornar a sus orígenes y no ser títeres de Mi enemigo?

Este es el tiempo de tomar una decisión, y también es el tiempo de dar un paso maduro para preparar las bases espirituales del Retorno de Cristo.

Y, ante el Universo de Dios y también ante sus almas, Yo encuentro aquí una respuesta, un esfuerzo verdadero por seguirme, aunque su Maestro y Señor sea muy exigente; porque lo que Yo les preparo a ustedes, para el futuro, es desconocido.

Yo les traeré tesoros desde Andrómeda, que nunca vieron. Los compartiré con ustedes, así como les He compartido muchas veces Mi Cuerpo y Mi Sangre por el fin de los tiempos y, sobre todo, por el surgimiento de la Nueva Humanidad; y no será necesario recordar más el sacrificio de Cristo, porque por sus propios sacrificios, esfuerzos, renuncias y entregas, darán mérito ante Dios y justificarán los errores propios y los errores del mundo, sobre todo los grandes errores de la sangre derramada de los inocentes.

Para que esto no suceda más, Yo vengo a recordarles sus orígenes; porque en sus orígenes, es decir, en sus estanques cósmicos, está el Proyecto de los Nuevos Cristos, que prepararán la Tierra en el fin de los tiempos por medio de su purificación y de su transformación para que el Rey del Universo retorne en gloria, y con Él no solo todos los ángeles, los santos, bienaventurados y ascendidos, sino también todas las Reliquias que dieron origen a esta Creación, que espero exponer junto al Arca de la Santa Alianza.

Y en esa hora, en ese momento, todo podrá comenzar de cero. Nadie más recordará su sufrimiento y su dolor. Nadie más le tendrá miedo a la muerte, porque no será necesario morir.  

La Luz de Mi Retorno les traerá la resurrección a sus cuerpos y a sus espíritus; y así, como fue en los tiempos antiguos, vivirán en la Eternidad, en la presencia del Sagrado Paraíso Espiritual que volverá a concebir el Edén en el mundo.

Si tienen fe en Mis promesas, sus vidas podrían ser Mis propias promesas, aunque en este momento les parezca imposible; porque si la Palabra de Dios está aquí, Su Ley está aquí y así Su Ley se cumple en el Cielo y en la Tierra, en lo más profundo del mundo interior y en lo más externo de este universo.

Nadie puede boicotear la Ley de Dios, porque Su Ley es pura e inmaculada, así como es pura e inmaculada Su Manifestación Trina, a través del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Aún llegarán tiempos difíciles y la mayoría vivirá situaciones desconocidas, pero quien está en Mí siempre tendrá vida eterna y no perecerá, solo si en verdad está en Mí y Yo en él; y estando Yo en él y en cada corazón, estarán Conmigo en el Padre y no habrá a qué temer; porque llegará el momento de que sean pilares, columnas sólidas de la Luz que, a pesar de temblar la Tierra, el cielo o aun el universo, ustedes no agonizarán si confían en Mí.

Pero aún necesito servirme de algunas almas para que padezcan Mis sufrimientos y Mis dolores. Esas almas Yo las escojo en el más absoluto silencio y les hago saber que, en el anonimato, se encuentra la gran llave del sacrificio del Amor, de las almas víctimas del Amor de Cristo.

Por eso, hoy también vengo a ofrecerles, a través de Mi Iglesia Celestial, el Santísimo Sacramento del Altar, para que esta Gracia desconocida por el mundo prepare el advenimiento de los Nuevos Cristos que debe ser ahora, prepare la condición espiritual para que sus almas y espíritus retornen en consciencia a los orígenes.

Así, una vez más a través del Sacrificio del Altar, en donde el pan y el vino se convertirán en Mi Cuerpo y en Mi Sangre, vengo a renovar la vida de todos, bajo la efusión del Espíritu Santo que les trae el impulso de Sus Dones y Gracias a aquellos que los necesitan y que aspiran por ellos.

Así, a través de Mis Palabras limpio sus corazones, preparo sus templos internos para que Yo pueda volver a entrar, para que salgan de aquí renovados, conscientes y más disponibles para lo que Yo necesito que vivan y que apoyen; porque no serán muchos Mis apóstoles del fin de los tiempos, pero los pocos que sean serán de verdad.

¿Será que se están postulando para esto?

No deben darme la confirmación ahora. Yo les dije una vez: “Por sus frutos los conocerán”.

Celebremos en la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo para que la Gracia de la valentía descienda sobre los Míos, y les conceda a los corazones el ímpetu y la fuerza de la determinación, para hacer lo máximo y hasta lo imposible por Cristo, hasta que duela en los propios huesos, por un solo fin: el triunfo de Mi Amor en la humanidad.

Y para que el mundo no aborte su propio Proyecto, recemos:


Adonai,
Padre de la Bondad, de la Sabiduría y de la Misericordia,
escucha la Voz de Tu Hijo Amado,
que incansable se presenta una vez más al mundo,
para que Tu Gran Llamado Cósmico sea escuchado por todos.

Padre Amado,
que Tu Palabra y Tu Amor resuene en los corazones,
que las almas perdidas resuciten en espíritu
y que la Sagrada Familia Universal se constituya
en honor y en gloria a Tu Infinita Presencia,
hasta el cumplimiento de los Mil Años de Paz.

Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Cristo dijo que aprendimos muy bien, como fue en el Monte de las Bienaventuranzas así debe ser siempre.

Vamos a prepararnos para este sagrado momento. Y, a pedido de Cristo, vamos a invocar los Sagrados Nombres de Dios, para que todas las manifestaciones del Padre Eterno desciendan en este momento, inunden a las almas de Gracia y de Amor, de Consolación y de Misericordia y, así en esta ceremonia, abramos las puertas de la Iglesia Espiritual de Cristo, hoy presente en los cielos de Brasil, a fin de fortalecer el Propósito de las almas y de este país, a fin de aliviar el corazón del ángel de Brasil a través del ofrecimiento de nuestros ángeles de la guarda.

A pedido de Cristo, nos prepararemos para este ofrecimiento interior, para que seamos dignos de celebrar este Sacramento, merecedores de Su Misericordia, de Su Paz y de Su Perdón.

Cantemos, ante la Presencia de Jesús y de Su Sagrado Corazón.


Canción: Nombres de Dios – Canon n° 1


Ante el Sagrado Corazón de Jesús, ante la fuente infinita del Amor y de la Misericordia de Cristo, nos preparamos junto al Maestro para este sagrado momento, en el que Él viene a compartir con nosotros, por una vez más, Su Cuerpo y Su Sangre.

Y ante el Gran Altar de la Iglesia Celestial, celebramos.

Después de que Él purificó nuestro corazón y preparó nuestro templo interior, para poder volver a recibirlo en júbilo y alegría, le ofrecemos nuestra vida, así como le ofrecemos estos elementos que se convertirán en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo.

Y elevamos nuestra más pura intención hacia estos Altares Celestiales a través de nuestro ángel de la guarda. Por un momento, nos unimos a él en silencio; así como todos los ángeles en este momento se unen a Cristo; y aspiramos, en nombre del Señor, a que nuestra vida y la vida de nuestros hermanos puedan ser el testimonio que Cristo espera dentro del Arca de la Santa Alianza.


Por eso, vuelvo a consumar este momento en memoria del sacrificio del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y que les vuelve a otorgar Su Paz. Hoy, en memoria de ese sagrado momento en el Cenáculo, vuelvo a reunir a Mis apóstoles y seguidores del fin de los tiempos para celebrar este momento de unión con Mi energía crística.

Por eso, en el nombre de Dios, vuelvo a elevar el pan que hoy ustedes Me ofrecen, para que Dios lo reciba en Su Reino y por medio de Su Amor Consolador y bajo la intercesión de los ángeles y de los arcángeles presentes, de todos los que guardan el Arca de la Santa Alianza, Él lo convierta en Mi Glorioso Cuerpo y acepte la oferta de los Míos.

Así, lo vuelvo a partir y a compartir con todos, volviéndoles a decir: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que se entregó por amor a ustedes. Este es el Sagrado Cuerpo de Jesús que libera las faltas del mundo y los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Reverenciemos el Cuerpo Eucarístico de Cristo, en Presencia del Sagrado Corazón de Jesús; así como los ángeles reverencian y adoran la Presencia de Cristo en el Sagrado Altar.


De la misma forma, vuelvo a tomar el Cáliz con Mis Manos por la redención de todo el género humano y del planeta y, en nombre de todos lo elevo al Padre, recordándoles el sacrificio del último Cordero, Aquel que fue inmolado y se entregó por ustedes, pidiéndole al Padre que transustancie este vino en Mi Preciosa Sangre, por medio de la intervención de los ángeles y arcángeles presentes, de todos los testigos y de los ángeles de la guarda.

Así, lo vuelvo a ofrecer a los Míos por Amor, diciéndoles: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios, la Sangre que se derramó y se sigue derramando espiritualmente por el mundo a través de las Cinco Poderosas Llagas de Jesús, para la remisión de todas las faltas. Vuelvan a hacer esto en Mi memoria y en Mi Presencia, porque Yo ya estoy retornando”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Reverenciamos.


Para ser parte Conmigo de este Misterio de Amor, presente y vivo en la Eucaristía y en el Sagrado Cáliz, vuelvo a pedirles que se unan a Mí en oración, para que este planeta y humanidad sean ayudados y, especialmente, las causas imposibles se reviertan en todos los corazones que sufren.

Volvamos a implorarle a Dios por Su Misericordia y por Su Gracia, y en unidad interna con todos los ángeles del Cielo cantemos el Padre Nuestro en arameo.


Canción: "Padre Nuestro" en arameo.


Que descienda la Paz de Dios.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y con fe, le decimos a Cristo:

Señor, Yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.

Y así como Cristo en este momento nos otorga Su Paz, nos damos el gesto fraterno de la paz: “La Paz de Cristo”.

En este momento, como Nuestro Señor nos enseñó, vamos a anunciar la Comunión Espiritual de todas las almas con Cristo.    

Quien está en Dios nada teme.
Quien está en Dios no retrocede.
Quien está en Dios vive del Amor de Dios.
Esta es la fuerza de hoy.
En Dios, en Dios, en Dios.
Amén.
 (dos veces)


Les doy Mi Paz y Mi Fuerza interior para que sean Mis testigos en el fin de estos tiempos, apóstoles de Mi Divina e Insondable Misericordia.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

En este encuentro, Te honramos, Señor. 

Les agradecemos a todos los que nos acompañaron, y nos recogemos en Cristo hasta el día de mañana para volvernos a encontrar con nuestra Madre Santísima.

Gracias a todos.     

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 113.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Alabado sea Dios y bendito sea este lugar, por los siglos de los siglos. Amén.

Han llamado a la puerta de la mayor Reliquia de Mi Corazón, un tesoro espiritual e inextinguible para toda la humanidad y el planeta, concebido a través de la vida de Jesús en la Tierra para todo el universo y la Creación. Muchos lugares del universo aprenden con él.

Este es Mi Retiro Espiritual de Galileum, el llamado que hace eco en el corazón humano para que despierte, la revelación que se presenta en la vida de las almas, el misterio que se devela al espíritu.

Este es el Gran Centro de Cristo en la Tierra, del que sus almas comulgan y participan hoy, y la vida sublime del Espíritu Santo desciende a través de este impulso que les trae Mi Retiro Espiritual.

En este momento, siéntanse unidos a todos los Maestros, a todas las Jerarquías y Consciencias de este universo que, por un breve lapso en el tiempo y el espacio, participan de esta comunión espiritual con Galileum.

Y así, su Fuente más profunda se abre, a través del Sagrado Mar de Galilea, y los Sacerdotes se reúnen con el Sacerdote Mayor, aquellos Sacerdotes de otrora, del antiguo pueblo de Israel y de la sagrada comunidad esenia, que trajeron al mundo en aquellos tiempos la concreción de la Voluntad de Dios a través de los Linajes, de la expresión de la vida crística en las almas y en los corazones.

Estos Sacerdotes de Israel hoy están aquí, Conmigo, abriendo las puertas del Templo Sagrado de Galileum; para que las almas reciban los impulsos que necesitan en este tiempo, impulsos que las llevarán a una redención victoriosa y culminante, al encuentro del Amor Mayor a través del Sagrado Corazón de Jesús.

Este es el Espacio Sagrado de Cristo que, como un Sagrado Relicario, hoy se expone al mundo entero, especialmente a las almas que tienen fe en Cristo, que aman el misterio, que se adentran en lo desconocido sin comprenderlo; y que reciben, de este Sagrado Lugar Espiritual de Cristo, todos los Rayos que hoy emana Galileum para poder transfigurar la faz de la Tierra, a través del clamor y de la súplica de los Sacerdotes de Israel que forman parte del Gran Consejo Crístico del planeta, expresado en Medio Oriente.

Ha llegado el tiempo, compañeros, de que las vendas caigan de los ojos para que todos puedan ver la verdad, la verdadera tarea que su Maestro y Señor realizó a través de Israel, así como todos los que participaron a través de los tiempos para que eso fuera posible, desde Abraham, Moisés y los profetas, todos fueron participantes del gran preámbulo del Nacimiento de Cristo, así como muchos en los planos internos fueron participantes de la propia Resurrección de Jesús.

Galileum le trae al mundo el principio y el atributo de la Resurrección, tornando lo que es corrupto en incorrupto, tornando lo que es impune en puro, dentro de cada corazón humano, por la única razón de que, cuando las almas se unen a Galileum, atraen del universo las corrientes que él canaliza al planeta, regidas por la Ley Mayor del Amor-Sabiduría.

Galileum no es solamente un Espacio Sagrado de historia y de hechos, es un Gran Espejo de Dios que, a través del Sagrado Mar de Galilea, recibe los impulsos de la Fuente, reflejados como un llamado interior en las almas, en aquellos que se deciden a seguir a Cristo.

Hoy, les ofrezco este Sagrado Retiro Espiritual como una síntesis de todos los impulsos que han vivido Conmigo a través de los tiempos, a pesar de los desiertos, a pesar de las pruebas, a pesar de los desafíos o de las tribulaciones, a pesar de lo que aparentemente parece incierto o que no tiene solución.

Hoy, han llegado a las puertas de Galileum para recibir del Maestro y Señor, a través de la presencia de Sus Sacerdotes, de los Sacerdotes de otrora, el Legado Mayor del Amor y del triunfo del Redentor.

Recuerden que este sagrado mantra de Galileum es inmaculado. Así, debe ser contemplado y adorado, porque están llamando a los Nombres de Dios, a la Sagrada Presencia de Adonai que los concibió y que los expresó desde el origen, desde el surgimiento de sus moléculas crísticas, de Sus grandes estanques del universo, a donde sus espíritus deberán retornar algún día.

Con esto, quiero decirles, ante la solemnidad del Creador, que Galileum es ese Espacio Sagrado, en donde cada uno de ustedes podrá encontrar la respuesta a ese llamado, podrá encontrar el sentido y la razón de responderle a Dios, podrán encontrar la respuesta de vivir el Divino Propósito.

Hoy, su Maestro y Señor está rodeado por los Sacerdotes de Israel, antiguos maestros esenios de Qumran, que están aquí para contemplar y registrar este momento en los Libros de la Luz.

Ellos oran por la realización del Proyecto de Dios, por la expresión de la vida crística en la Tierra, por el despertar de los Nuevos Cristos, por el cumplimiento de la misión de cada ser y, sobre todo, para que los corazones escuchen el llamado de Galileum, sagrada melodía vibratoria del cosmos traída durante el Nacimiento de Cristo, y elevada a través de Su Resurrección y del gran momento de la Ascensión del Señor.

En este pasaje, que hoy les traigo, podrán comprender, más allá del misterio, la importancia del Retiro Espiritual de Galileum que es el corazón del Corazón de Cristo; eterno templo que guarda las Reliquias de la Pasión, las Reliquias de la predicación, las Reliquias de la conversión y de la redención de todos ustedes; así, como el legado de los patriarcas, de los profetas, y de las experiencias divinas que ha vivido el pueblo de Israel.
  
En Galileum está la llave que cada uno necesita para formar parte de la Nueva Raza y también en Galileum está el impulso interior de su llamado para que aprendan a atravesar el fin de los tiempos con valentía y coraje, para que reconozcan dentro de ustedes que no están solos y que la Gracia de Dios es amplia e infinita, mayor que todos los errores y pecados.

Están ante los Sacerdotes más antiguos del planeta que anunciaron la Venida del Mesías, que prepararon espiritualmente Su llegada y que hoy, con sus presencias, reconstruyen la vida sacerdotal del planeta, para que la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo siempre se perpetúe a través de los tiempos y de las generaciones, aun en el tiempo del Apocalipsis.

Una vez más, permitiré que Mis Sagradas Reliquias del Arca de la Santa Alianza se expongan espiritualmente al mundo entero, para que las almas reciban la Gracia que necesitan en este momento.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a cantar nuevamente “Galileum”, hasta que el Señor lo indique. 

                   
Canción: “Galileum”.


Y antes de que el Maestro celebre con nosotros la Santa Eucaristía y se retire de este lugar, vamos a acompañar un momento especial que es la consagración de un sacerdote como padre.
Fray El-Shaadir puede venir aquí.
Haz tu oferta a Cristo internamente y nosotros oraremos internamente.
Puedes colocarte la alianza.


Padre El-Shaadir eres Mi pequeño don que trabaja incansablemente por Mi Plan, que le has dado frutos de Misericordia a Mi Corazón a través de tu paciencia e ímpetu.

Hoy, recibe la Gracia de ser padre de todas las almas, de llevarlas hasta el fin de los días hacia Mi Corazón y de darles la Gracia de conocer Mi Iglesia Espiritual que está en los Cielos, de sacramentar, de bendecir y de perdonar los pecados en Mi Nombre, así como de exorcizar los demonios de este mundo.

Que todos te acompañen en este momento, por la renovación de la vida sacerdotal en el planeta.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.



Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a prepararnos para el momento de la Comunión Eucarística que Cristo, junto con los Sacerdotes de Israel, hoy celebrará para nosotros de forma extraordinaria.
Y vamos a permitir, a través de este ejercicio espiritual que Él nos ofrecerá nuevamente, que la vida sacerdotal y religiosa en el mundo entero sea reparada y que todas las Gracias que hoy hemos recibido sean depositadas en toda la vida sacerdotal y religiosa del planeta, para que los apóstoles y seguidores de Cristo sigan representándolo en esta humanidad en obediencia, humildad y servicio.
Mientras nos preparamos, vamos a cantar una canción que Cristo nos ha pedido y que nos recuerda a cada uno de nosotros que Su Palabra es Agua Viva.
Celebremos.


Canción: “Tu Palabra es Agua Viva”.

 Padre Eterno,
celebramos este momento por la vida sacerdotal del planeta
que une el Cielo y la Tierra, que une a las almas con Dios,
Nuestro Altísimo Señor.
Vuelvo a ofrecerte este misterio de Amor
que se expande en Misericordia y en Redención por las almas.
Acepta estos elementos que son ofrecidos en Tu Altar
y acepta la oferta de Tus compañeros;
para que todo, en este momento,
pueda ser renovado y redimido.
 

En la noche que iba a ser entregado, tomé el pan, lo elevé al Padre en agradecimiento por Su Eterna Presencia, y le pedí que lo convirtiera en Mi Glorioso Cuerpo, que después partí y se lo ofrecí a los Míos, diciéndoles: "Tomen y coman, este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para la remisión de los pecados".


Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Reverenciamos el Cuerpo de Jesús.

Enseguida tomé el Cáliz con Mis Manos, ofreciendo Mi Sangre por la redención de todo el género humano, desde Adán y Eva hasta el fin de los tiempos.

Así, se lo ofrecí al Padre, pidiéndole que Él lo transubstanciara en Mi Preciosa Sangre, para que cada gota de Sangre que sería derramada fuera un impulso de redención y de renovación para todas las consciencias que, a través de los tiempos, tomaran contacto con Cristo.

Fue así que enseguida lo pasé a Mis apóstoles, diciéndoles: "Tomen y beban, este el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios, la Sangre del Cordero que será derramada para el perdón de todas las faltas. Hagan esto en Mi Memoria hasta que su Redentor retorne al mundo".
 

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Reverenciamos la presencia de la Preciosa Sangre de Jesús.


Este es Mi Cuerpo y Mi Sangre. Felices los que se sirven de esta Cena, porque siempre serán renovados en espíritu y en esencia, por tan solo confiar en el Señor.

Unidos a los Sacerdotes de Israel y a todos los sacerdotes que llevan adelante el rebaño de Dios, vamos a cantar el Padre Nuestro en arameo, para que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo completen esta consagración eucarística, a través de la intervención divina de los ángeles.

Cantemos en alabanza y en júbilo.

Canción: “Padre Nuestro” en arameo.

Que la Paz de Mi Corazón descienda al planeta, en donde sea más necesario. Amén.

 

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Nuestro Señor, nos damos el saludo de la Paz.Vam
os a comulgar ahora entre los sacerdotes, pero antes de este momento de Comunión, vamos a anunciar la Comunión Espiritual para todos los que nos acompañan en las diferentes naciones del mundo, la Comunión con Cristo Redentor.
Vamos a acompañar con el cántico "Fuente Primordial".

 

Sol de Dios,
que alumbras la oscuridad de nuestras vidas,
Espíritu de Dios,
que liberas las faltas de nuestros seres;
¡ven Sagrado Cuerpo y Preciosa Sangre de Jesús!,
para que unidos a Ti, alcancemos la Eternidad y el Paraíso.
Amén.


Que la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo siempre los acompañe. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!
En este encuentro, Te honramos, Señor.

Y ahora, vamos a prepararnos para el momento de los Sacramentos, para ese momento en el que la Fuente de la Gracia del Corazón de Jesús se abre para bendecir a las almas.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 113.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Si entras en Mí, entrarás en Dios y conocerás a la Gran Consciencia Creadora, al Sublime Propósito de Dios que concibió al Hijo Primogénito para que Él encarnara en la Tierra y trajera Su Mensaje al mundo.

Por eso, es tan importante Mi Retiro Espiritual; aquel que fue fundado en Tierra Santa, a través de la experiencia de su Maestro y Señor, no solo por Sus apóstoles, sino también por todos los que vendrían después de ellos a través de los tiempos, a través de todas las generaciones.

La vibración de este Retiro es desconocida, pero las almas la pueden sentir en su interior cuando entran en comunión Conmigo a través de los Sacramentos, a través de la unión perpetua con el Sagrado Corazón del Señor.

Este Retiro Espiritual viene en este tiempo a revelarse al mundo; porque este es el tiempo de los últimos apóstoles, de aquellos que Me dicen sí para concretar Mi Plan en la Tierra, para llevar adelante los últimos Proyectos del Redentor.

A través de la gran consciencia espiritual de Mi Retiro en Tierra Santa, las almas reencuentran el camino hacia el Cristo Interior, escuchando el Gran Llamado del Universo.

Ese Llamado que una vez escucharon y que, en este tiempo final, vuelven a escuchar para recordarlo, y así recordar el compromiso que tienen Conmigo en esta Obra Redentora del Señor, como una preparación de Su Gran Retorno al mundo para el cumplimiento de Su promesa realizada después de Su Resurrección.

Estos tesoros, que hoy les traigo, son tesoros para el espíritu de cada uno, que en confianza Yo le otorgo a sus almas para que se conviertan en un templo, en un templo vivo para Dios, y que por medio de su transformación y redención puedan también transformar y redimir al mundo. Porque, llevar en sí mismos Mis Sagradas Reliquias Espirituales significa, compañeros, un compromiso con el Señor del Universo.

Porque deberán representar en esta superficie un Legado que viene a esconderse en sus células, a través de su purificación, trayéndoles en esencia la vida crística, el surgimiento de los últimos Cristos, que en cualquier parte del mundo deberán representar al Señor, preparando el camino, la senda para Su Retorno.

Por eso, deben vivir la gran transformación, para que algún día puedan representarme en totalidad ante todo lo que aún hay por hacer en esta humanidad y en este planeta.

Porque les quiero afirmar que la misión aún no terminó, y que esa misión se concretará y se completará a través de los últimos Cristos, los que darán el ejemplo en lo más pequeño, en lo que es silencioso y anónimo, en aquello que nadie puede reconocer, sino que solamente un corazón orante puede reconocerlo, así como lo reconoce el Corazón de su Señor.

De esta forma, vengo a establecer el gran escenario a través de Mis últimos apóstoles. Ese escenario que es Mi Plan, Mi Proyecto y Mi Aspiración, para que se cumpla en el fin de estos tiempos a través de las almas que se santifican por medio de su entrega, de su amor y de su servicio a Dios.

Porque es allí, en lo más oculto, en el corazón de cada alma, en la vida de cada espíritu, que comenzará a surgir esa esperada Nueva Tierra. Ella deberá surgir primero en el interior, y después ser una realidad en el exterior para que todas las almas puedan reconocerla.

Todas las almas necesitan ser purificadas para ser parte de la promesa del Hijo del Padre, así como su Señor fue purificado en el Templo. Si eso no hubiera sido así, su Maestro no podría haber llevado adelante Su vida pública.

Por eso, todo lo que el Padre les otorga, aun aquello que deben purificar y trascender, es parte de un camino de cristificación y no de sufrimiento. Depende de cada uno, de cómo lo contemple y lo observe, que sea un camino de victoria o un camino de sufrimiento.

Es así que ustedes comenzarán a aprender sobre la dualidad, a poder trascenderla y transmutarla; primero en su interior, para después ayudar a transmutar esa dualidad en el mundo entero. Esa es una tarea aún desconocida para la mayoría.

Por eso, la importancia de la comunión interna Conmigo, para que puedan vivir bajo esta Ley que actuará ampliamente en el fin de estos tiempos; porque sin Ley de Transmutación y de Purificación no podrá haber una Nueva Tierra o una Nueva Humanidad.

Pero, Yo les traigo ese soporte espiritual que necesitan, para animarse a dar los pasos hacia Mi Corazón. Ese apoyo espiritual, que Yo les otorgo, es el Legado de todas Mis Reliquias y experiencias, como también el Legado de los Patriarcas y de los Profetas que vivieron su camino de cristificación y de redención, que aprendieron a amar el Plan de Dios, conociéndolo primero en sí mismos, contemplando en la Voluntad Suprema del Padre para comprender, en algún momento, lo que significa llevar adelante esa Santa y Divina Voluntad.

Estas Reliquias Espirituales del Sagrado Retiro de Cristo vienen a impulsarlos a alcanzar un estado de comunión perpetua para que, en este estado de comunión perpetua, sus seres internos estén bien atentos y vigilantes a las señales del Retorno de Cristo.

Porque esas señales, primero no serán tan visibles. Esas señales más invisibles llegarán a los escogidos, a los que se han animado a despojarse de sí mismos y a entregar su vida en las Manos del Redentor.

Pero Mis señales más contundentes también se cumplirán, para que esa transformación del mundo se alcance y esa esperanza también se establezca en él, llevando a la humanidad a la redención.

Deben tener muy presente este momento de transición que todos atraviesan, participando de todo lo que sucede en el mundo, tomando consciencia de la real necesidad de las almas y sobre todo de las naciones, para que cumplan su Propósito Espiritual, así como lo debe cumplir Brasil.

Por esa razón, Yo estoy aquí. Esa es la razón primera de la visita especial de su Señor a Brasil, desde Israel, trayendo las Reliquias Espirituales del Arca de la Santa Alianza; en este momento, contempladas por las Jerarquías de este Centro de Amor.

¿Será que estarán a la altura, compañeros, de contemplar este momento único que Yo les traigo?, así como las Jerarquías contemplan el Arca de la Santa Alianza, expuesta con todos Sus conocimientos divinos y cósmicos, irradiando todos Sus principios y atributos generados por la Fuente Creadora hacia todas las direcciones del planeta, a través de este Sagrado Centro de Amor.

Es así que su Pastor y Redentor viene a renovar el Árbol de la Vida, a través del Árbol de Figueira. Viene a decirles que los tiempos del cambio ya llegaron y que ustedes, siendo ramas y hojas de ese Árbol Sagrado de Figueira, también deberán cambiar para que puedan seguir Nuestro principio y Nuestra energía, para que puedan acompañar y adherirse a Nuestra tarea universal. Este es el ofrecimiento que ustedes aceptaron, así como lo aceptó su instructor José, de forma incondicional e inmediata.

Este cambio, del cual les hablo, es la apertura total de sus mentes; pero, sobre todo de sus corazones a las emergencias de estos tiempos. Es abrir la consciencia para reconocer el sufrimiento en el semejante y vivir bajo Mi Ley de Compasión y de Misericordia.

Les hablo de esto, compañeros, porque no lo están cumpliendo. He venido de Israel para decírselos, porque están a tiempo de poder cambiar y de reconocer, a través de sus hermanos, al propio Cristo que hoy les habla.

Así, ayudarán a su Señor a aliviar el sufrimiento del mundo de forma real y no ilusoria; a estar hombro a hombro Conmigo, formando las filas del final de los tiempos de los Comandos de Cristo Redentor, sin retroceder ni temerle a nada, estando prontos y disponibles para estar donde sea necesario y cuando sea necesario, para erradicar de ustedes mismos cualquier reclamo. 

Porque un apóstol del final de los tiempos no reclama, un apóstol acepta la cruz que no merece, la lleva consigo como si fuera propia, haciéndolo por Mí en cada paso y en cada momento.

Les hablo de esta forma, compañeros, porque ya no hay tiempo y la emergencia es cada día más grande en todos los sentidos y formas; porque golpearán a su puerta y ¿le abrirán a su Señor?

Por eso, deben estar en Mi Amor para poder identificar las señales y reconocerlas; para saber cuándo deberán responder con sabiduría y discernimiento.

Yo vengo aquí a depositar Mi Legado espiritual, a través de la presencia del Arca de la Santa Alianza en este Sagrado Centro de Amor; porque las Jerarquías lo esperaban y el alma de esta nación también lo esperaba, así como el Ángel que rige este país, que es sostenido en este momento por sus oraciones, para que el Proyecto que aquí está destinado a realizarse se cumpla como está escrito en el Corazón de Dios, aunque los hombres intenten modificarlo.

Brasil es la cuna de la Nueva Humanidad, es donde se unen todas las culturas y todas las vertientes del mundo, porque este país ha sido formado desde la consciencia indígena por medio del Amor-Sabiduría.

El corazón de Brasil no puede morir, su alma no puede ser esclavizada. Este es un país de esperanza y de renacimiento, un espacio y un lugar en donde todo el mundo podrá encontrar a Cristo posando Sus Pies en este suelo, cuando Él retorne.

Por eso, el ofrecimiento debe ser maduro, consciente y, diría, responsable. Recuerden que no vengo a pedirles lo que es imposible. Si no fuera posible, hoy no podrían escuchar este Mensaje, impregnado del más alto grado del Amor de Jesús, para que sus células dormidas despierten y estén firmes como guerreros del Plan.

Para que todo esto sea posible, compañeros, y Mi Retiro Espiritual haga eco aún más en cada corazón humano, en lo más profundo del espíritu, vengo a ofrecerles las Gracias a través de los Sacramentos y, especialmente, a través del Sacramento de la Comunión, sabiendo que es un momento de renovación de votos internos, de reparación y de un gran encuentro con la Fuente de Mi Misericordia.

Por ese motivo, hoy celebraré la Comunión para ustedes; para que, al igual que Mis apóstoles y una vez más, reciban los impulsos de Luz y de Amor del Retiro de Cristo, preciosamente formado por las almas que responden a Mi Llamado.

Celebremos.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a hacer un ejercicio a pedido de Cristo, en este momento, mientras nos preparamos para la celebración en Su Presencia.

Cada uno de nosotros en la mayor quietud posible, física, mental e interna, va a sostener este momento en oración interior, sabiendo que el Señor está aquí presente, esperándonos para celebrar con nosotros la Eucaristía.

En reverencia, así como Él nos ha pedido vamos a prepararnos para que cada célula de nuestro ser y cada átomo de nuestro cuerpo reciban este impulso de transubstanciación proveniente del Sagrado Retiro de Cristo.

Nos mantenemos en silencio como Él nos ha pedido; abiertos a Su Presencia, a Su Amor y a Su Sabiduría.

Invitamos a aquellos que puedan a que se coloquen de rodillas o de pie.

 

Que Mis Palabras purifiquen sus vidas y sus corazones para que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza y el establecimiento de la paz eterna en el mundo.

Por eso, en este momento, reconozcan delante de Mi Sagrado Corazón sus faltas, omisiones e indiferencias y, en un acto profundo de contrición, repárenlas en el silencio del corazón.

Y así, Yo los vengo a renovar otra vez, dándoles el testimonio de Mi Vida a través de la entrega de Mi Cuerpo y de Mi Sangre por el mundo. Por eso, vengo a celebrar con ustedes la Eucaristía, así como la celebré con Mis apóstoles o con Mis discípulos en Emaús.

Vengo a partir y a compartir el Pan de Vida, vengo a darles de beber del Cáliz de la Redención y de la Misericordia, para que las almas del mundo, en este mes de mayo, reciban la amnistía espiritual que necesitan para alcanzar el océano de Mi Misericordia, para unirse nuevamente a la Fuente Eterna del Padre en comunión con todos los ángeles y los bienaventurados.

Es así que vuelvo a celebrar con ustedes este Sacramento y les vuelvo a pedir que ingresen al cenáculo interior del corazón, así como ingresó Mi Santa Madre y las santas mujeres en perpetua contemplación.

Y en el altar de Mi Iglesia Celestial ofrecemos este momento por la redención del mundo, por la paz en la humanidad y en las naciones, por la salvación de los que están perdidos y olvidados, para que este sagrado pueblo de Israel recuerde su compromiso con el Padre y, sobre todo, con Su Sagrado Proyecto, que hoy podrán renovar Conmigo a través de esta Eucaristía.

Es así que vuelvo a tomar el pan entre Mis Manos, lo elevo al Padre pidiéndole que, a través de Sus santos ángeles y arcángeles, Él lo convierta en Mi Glorioso Cuerpo, que vuelvo a partir para que sea compartido con ustedes, recordándoles que este es Mi Cuerpo que fue entregado por los hombres para el perdón de los pecados.

 

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Reverenciamos la Presencia del Cuerpo de Cristo en el altar.

 

Del mismo modo, vuelvo a tomar el Santo Cáliz con Mis Manos y lo ofrezco al Padre Eterno para que justifique, a través de la entrega de Cristo, todos los errores del mundo, especialmente aquellos errores que colocan a la humanidad en las puertas inciertas.
Bendecido este vino, convertido en Mi Preciosa Sangre, vuelvo a pasarlo a los Míos, diciéndoles: “Tomen y beban todos de él, este es el Cáliz de Mi Sangre, de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios, la Sangre del Cordero que fue derramada para la remisión de todas las faltas. Hoy, hagan esto en Mi Memoria, hasta que Yo retorne.
 

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

 


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Reverenciamos la Preciosa Sangre de Jesús.

 

Este es Mi Cuerpo y esta es Mi Sangre, bienaventurados los que se sirven de este banquete espiritual que hoy les ofrezco por amor y por la redención de la humanidad.
Unidos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, vamos a consumar esta consagración cantando el Padre Nuestro en arameo.

Canción: “Padre Nuestro” (en arameo).

Les anuncio la Paz, para que la Paz esté siempre presente en el corazón humano, para que la Paz se haga presente en cada espacio de este planeta.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Anunciamos la Paz de Cristo y le decimos a nuestro Redentor:

 

Señor yo no soy digno que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.



En la alegría del encuentro con Jesús, anunciamos la Comunión Espiritual de todas las almas con Cristo en este momento.

En unión al Amor de Jesús, nos damos el saludo de la Paz.

Vamos a cantar los “Nombres de Dios”.

Canción: “Canon de los Nombres de Dios - nº1”.
 

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y
os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido;
y, por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Amén.


En nombre de Mi Padre, les vuelvo a otorgar la Paz para que la paz sea en el mundo; y los bendigo, agradeciéndoles por este encuentro de corazones valientes.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

En este encuentro, Te honramos, Señor.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 113.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Segundo Mensaje

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He aquí Mi Tierra Prometida, la Tierra de Galilea, el llamado interior de Cristo que resuena a través de los tiempos y es inextinguible.

Escuchen este Llamado, que resuena desde el corazón del universo, de la gran civilización de Andrómeda que prepara, en los mundos internos, la próxima llegada del Señor, Su esperado Retorno.

Hoy, Me alegra poder estar aquí. Ansiaba este momento de encontrarme con aquellos que siguen Mis Pasos, a pesar de sus dificultades y de sus pruebas.

Me alegra encontrarme con los Míos, con aquellos que no se cansan de decirme sí. Aunque no comprendan lo que esto significa, ese sí mueve a todo el universo y a la Creación.

Por eso, hoy, estoy aquí para volverles a presentar Mi Retiro Espiritual latente en el corazón de Tierra Santa, al cual hoy los invito a ingresar internamente en espíritu, en esencia y en alma, para que puedan recibir los códigos que Yo sembré y deposité en ese lugar a través de cada uno de Mis hechos y de Mis pasajes.

Lo más importante de todo esto, compañeros, es que hoy sus mundos internos vuelven a recordar lo que muchos vivieron en esas tierras lejanas, a través de la Palabra del Señor, a través de la Presencia del Señor, a través de la cercanía del Señor. Cada uno de esos momentos, hoy vuelve a despuntar en el horizonte del corazón de cada uno de los Míos.

No podía esperar mucho tiempo sin volver a Brasil, porque este lugar fue digno al recibirme y al aceptarme, al reconocer Mi Llamado y al seguirlo, desde la fundación de esta Comunidad-Luz Figueira.

He aquí el Señor del Árbol de la Vida que viene a renovar el Árbol de Figueira, que viene a traerles en este momento sus orígenes y sus principios, las bases que fueron fundadas a través de los autoconvocados, de los que escucharon el llamado y el mensaje a través de la Instrucción y que ha resonado permanentemente a través de los tiempos, y aunque no lo sepan esto ha hecho eco en las estrellas desde la ascensión de su instructor y maestro José.

Hoy, Él está aquí presente Conmigo, para que puedan vislumbrar y contemplar internamente que es posible vivir la transformación y la redención.

A través de José, Yo estuve presente aquí durante mucho tiempo, en cada momento de Instrucción como en cada momento de manifestación de esta Comunidad-Luz y de otras, en cada labor diaria y en cada momento compartido.

Hoy, compañeros Míos, Mi Retiro Espiritual en Galilea se une al Retiro Espiritual de este lugar, bendecido por las Gracias del Padre Eterno, para que sus almas y las almas de sus hermanos del mundo entero vivan una síntesis interior y un momento de renovación.

Por eso, Yo les digo que aún no todo terminó. En esta Obra de la Jerarquía, que se ha expandido en el mundo a través del servicio y de todas las misiones humanitarias, en este momento ustedes están vislumbrando los frutos del esfuerzo de muy pocos, pero esfuerzos verdaderos que solo Dios conoce en Su Corazón.

Por eso, Yo los invito a no temer más. Los tiempos, que ustedes y sus hermanos están atravesando, son tiempos complejos y tiempos dolorosos; pero no se olviden de que Yo estoy aquí y siempre estaré en sus vidas cuando Me llamen, cuando Me busquen, siempre que Me quieran encontrar.

Este lugar para Mí siempre será un Templo Sagrado en donde Dios, a través de Sus Jerarquías y de todas Sus herramientas, depositará la esperanza para el mundo, una esperanza que trae el Amor de Dios, el consuelo y la renovación para las almas.

Por eso, deben estar abiertos para recibir a todos los que llegan. Nunca le cierran la puerta a nadie, porque Yo podría estar detrás de cada uno de ellos.

Sean compasivos y la Sabiduría de Dios no les faltará.

Sean misericordiosos y la paz no acabará, porque el triunfo de Mi Amor aún está cerca.

Antes de Mi Retorno, esa victoria de Mi Amor se debe completar en ustedes y en sus hermanos. Recuerden que Yo les dije que se amaran los unos a los otros, así como Yo los amo sin condiciones.

Yo vengo aquí para traerles Mis más preciosas Reliquias Espirituales, las Reliquias que Yo deposité, por cada uno de los Míos, en Tierra Santa, y que hoy les presento a ustedes, espiritualmente, para darles la fuerza de la renovación, el poder de seguir adelante, superando estos tiempos, trascendiendo las formas, profundizando en los grados de amor.

En esta segunda visita, que hoy les hago, vengo por el Propósito Espiritual de este país y de las demás naciones, para que el Propósito de cada nación sea contenido, y los pueblos, de cada parte de esta región del planeta, encuentren el sentido de estar aquí, en este mundo, y la razón por la cual están aquí.

Lo que más quería en este día, compañeros, es poder estar aquí con aquellos que Me escuchan, con aquellos que reconocen Mi Voz, con aquellos que siguen Mis Pasos, superándose a sí mismos para dar testimonio de la cristificación, que comienza dentro de cada uno, en lo más pequeño, en lo que nadie puede ver. Es allí en donde Mi Obra comienza a realizarse, en la transformación de los corazones valientes, en el ánimo de los consecuentes, en la esperanza de los que viven Mi Llamado.

Recuerden que Conmigo ha venido el Arca de la Santa Alianza, reverentemente depositada en este lugar, en el corazón de esta Comunidad-Luz. Porque en esa Sagrada Arca está todo guardado, el pasado, el presente y el futuro, todos los códigos de la Creación vividos a través de los tiempos y de las civilizaciones en el universo y en la Tierra, en la entrega y en la vida interior de todos Mis compañeros.

Celebremos este momento con alegría y júbilo. Quiero ver en sus rostros la sonrisa de este momento sagrado, por todos aquellos que en el mundo no lo pueden vivir, por aquellos que en el mundo no Me pueden recibir.

Que esta comunión interna con el Maestro y Señor del Universo se pueda multiplicar en bendiciones y Gracias, no solo para ustedes, sino también para sus hermanos del mundo, especialmente para aquellos que viven la persecución, la guerra y los conflictos.

Quiero que esta Maratón sea una Maratón hacia dentro de ustedes, hacia la búsqueda incesante de su Cristo Interno.

Deseo que en esta Maratón puedan estar en su Cristo Interno, para que puedan estar en unidad Conmigo, por todo lo que su Redentor realizará durante este mes de mayo, junto con los demás Sagrados Corazones.

Les agradezco que presten atención a este pedido y que puedan seguir los impulsos del universo, impulsos espirituales que los colocarán en la sintonía correcta y en el momento correcto para poder comprender todo lo que hará la Jerarquía. Ya saben cómo hacerlo, es solo comenzar.

Hoy, quiero entregarles un mérito que no estaba previsto en Mis Planes, porque He visto la dedicación y también el esfuerzo verdadero que le han ofrecido a Mi Corazón durante la última Sagrada Semana, aun atravesando todas las tribulaciones.

¿Comprenden que estando en Mi Amor todo es posible?

Hoy, todos están aquí sanos y salvos, escuchándome, y tienen la Gracia de estar delante de Mí, así como Yo tengo la Gracia de estar delante de sus mundos internos.

El mérito que quiero concederles es una consagración especial para que, a partir del comienzo de esta próxima Maratón de la Divina Misericordia, puedan ingresar con mayor profundidad en todo lo que hará la Jerarquía, sabiendo que en estos tiempos están aprendiendo a sostener  lo que el mundo no puede sostener por sí mismo, que están aprendiendo a apoyar lo que el resto de la humanidad no consigue apoyar conscientemente y que, especialmente, están aprendiendo a amar lo que el resto del mundo no ama ni considera.

Por eso, en esta Maratón reconozcan que es la hora de que se decidan a vivir Mi Escuela Crística, porque ya no hay tiempo. Y en Mi Escuela de Cristificación y de Amor aprenderán rápidamente si la aceptan; crecerán en dones, virtudes y santidad, y sus miserias ya no serán un problema, sino que su objetivo y propósito será servir a los demás, a los que están cerca y a los que están lejos, en la vida incesante de la oración para que este mundo se vuelva a equilibrar y pueda reencontrar la paz.



Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Cristo dice que, con el permiso del Consejo de esta Obra, convoca aquí, a los pies de este altar, a las postulantes a auxiliadoras.

Vamos a traerle a Cristo los elementos de la consagración: las alianzas y los velos.

Nos mantenemos en sintonía y en unidad delante del Señor.

Y vamos a acompañar este momento, a pedido de Cristo, a través de la canción "Consagración".

Sirviéndonos de este momento, que nos ofrece Cristo para renovar nuestros votos, con la sagrada ley de la consagración y de la vida del espíritu. Sirviéndonos de este momento para que, delante del Corazón de Jesús, nos renovemos en nuestros votos, en nuestros principios y, sobre todo, en el servicio a Su Plan de Amor.

Nos preparamos
.

 

Padre Celestial,
que Has concebido la vida en este universo,
para que Tus Hijos y Criaturas
Te reconocieran en su interior
y Te alabaran.

Te pido,
Altísimo Señor del Universo y de la Infinita Misericordia,
que bendigas estos elementos que a partir de este día
 representarán la renovación para estos corazones,
que se postran delante del Rey Universal,
para servirlo incondicionalmente hasta sus últimos días,
a través de los votos que han sido concedidos
para todas las auxiliadoras.

Que estos elementos representen la unión Conmigo;
pero, sobre todo, que los mundos internos de estas almas
puedan restablecer su alianza Conmigo,
desposándose con el Cristo Redentor.



En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Canción: “Consagración”.

 

Hoy, Cristo está consagrando a esta hermana con el nombre de: Bethlehem.

Cristo está consagrando a esta hermana como: María de Judá.

Cristo está consagrando a esta hermana como: Sinaí.

Cristo está consagrando a esta hermana como: Betania.

Cristo está consagrando a la hermana como: María del Cenáculo.

Cristo está consagrando a la hermana como: Qumran.

Cristo está consagrando a la hermana como: María de Betsagé.

Cristo está consagrando a la hermana como: Eloheinuh.

Cristo está consagrando a la hermana como: Consuelo de Jesús.

Cristo está consagrando a la hermana como: Estrella de Israel.

 

Y tú que Me has sido fiel desde el principio y lo serás hasta el fin, que has agradado a Mi Corazón con tus obras, que has alegrado el Corazón de Mi Madre con tu generosidad, hoy quiero darte el nombre en esta consagración, un nombre muy sagrado para Mí y para Mi pueblo de Israel: Menorah.

Tu nombre para Mí, hoy será: Emmanuelle, en nombre al Creador.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y para consumar esta Consagración de las hermanas, vamos hacer la oración del Advenimiento de la Nueva Raza:
 

Señor,
que se cumpla el advenimiento de la nueva raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la Palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta unidad.

Amén.



¡Gracias, Señor, por cuanto nos das!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 113.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Primer Mensaje

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Con la presencia de todos los ángeles del Cielo y el Arca de la Santa Alianza a Mis Pies; hoy, les traigo a ustedes, para los días del encuentro especial Conmigo en la Maratón de la Divina Misericordia, un portal especial y predilecto para Mí, que esperé poder abrir en este día para todas las almas del mundo y para todos los corazones, para todos los que necesitan de la Presencia del Padre Celestial a través del Sagrado Corazón de Jesús.

Hoy, por esa razón, estoy aquí de forma extraordinaria, para abrir las puertas en este mes de mayo, puertas espirituales y puertas profundas, que el Señor les viene a anunciar a todos en este día; puertas que se abren para que las almas las puedan cruzar en confianza.

Esta puerta especial, que hoy les abro, es la puerta hacia Mi Retiro Espiritual, expresado a través de todos Mis pasajes y hechos en Tierra Santa, y también colmado de la experiencia y de la historia de los patriarcas y de los profetas; porque en esta ocasión especial en el mes de mayo, no solo las almas necesitarán de esos códigos crísticos en este tiempo; sino que también, a través de las almas, las naciones los necesitarán.

El Padre Celestial Me Ha enviado junto con el Arca de la Santa Alianza; porque ustedes, como ya saben, compañeros, esa Sagrada Arca guarda muchos tesoros espirituales y desconocidos por la humanidad; esta Sagrada Arca Espiritual que fue construida por el propio Moisés, venerada y adorada por el sagrado pueblo de Israel a través de todos los tiempos; esta Sagrada Arca Espiritual que guarda todas las experiencias y hechos de la vida pública de Jesús y los mayores sentimientos de Amor elevado que su Maestro y Señor tuvo por cada una de las almas.

Hoy, esa Sagrada Arca actúa como intercesora y mediadora entre las almas y todos los pecados del mundo; para que el Padre Celestial, a través de Su Ley, de Su Gobierno Espiritual y de Su Omnipresencia, le conceda en este mes de mayo una urgente y necesaria amnistía espiritual a todas las esencias del mundo; especialmente a aquellas almas que creen en Cristo, que viven Su Evangelio y que dan su vida a través del servicio incondicional por la redención de todo el género humano.

Por eso, el Arca de la Santa Alianza, hoy presente en el corazón de esta sagrada casa, dedicada incondicionalmente a la Obra de los Mensajeros Divinos, ha sido depositada espiritualmente, para que esta Sagrada Arca, que hoy les He traído a todos,  irradie los códigos que el mundo necesita para encontrar su camino de redención; para encontrar su camino de retorno a la Casa del Padre, ofendido por los pecados y los ultrajes del mundo, por la indiferencia, por los conflictos y por la guerra.

El Padre Celestial Ha concedido, en este mes de mayo, que este Sagrado Terafín de Dios, concebido a través del pueblo de Israel, llegue aquí, a Sudamérica, para que las naciones de esta región del planeta reciban la asistencia que necesitan, la asistencia espiritual inmediata que ayude a desatar los nudos energéticos de este mundo que generan puntos de inflexión, espacios sin salida, en donde todas las almas que aquí viven están expuestas, debido al no cumplimiento del Gobierno Espiritual.

Por esa razón, hoy, Yo estoy aquí de forma extraordinaria, junto con Mis compañeros, junto con Mis apóstoles y con Mis seguidores, con todos los que se autoconvocan a Mis Pies para reafirmar y reconocer, una y otra vez, el sacrificio del Señor, en Su más profundo silencio.

Compañeros, hoy, estoy aquí, abriendo la gran puerta para que Mi Retiro Espiritual pueda ser reconocido, en este momento, por los mundos internos; y si los mundos internos de cada uno de ustedes lo reconocen, podrán recordar, compañeros, lo que hace tanto tiempo cada uno vivió Conmigo en Tierra Santa y en otros lugares del mundo.

Es de esa forma, que vengo a despertar a los últimos apóstoles, a aquellos que verdaderamente no quieren nada para sí; los apóstoles de los últimos tiempos que se animan a cruzar el umbral hacia lo desconocido, los apóstoles de los últimos tiempos que no le temen a la transformación, a la liberación del dolor, a la cura y a la sanación de la culpa para que puedan renacer en Cristo y por Cristo.

Yo quiero traerles, a través de este Mensaje, un momento de esperanza, de júbilo y de alegría, porque para su Maestro y Señor Ha sido importante lo que He vivido con ustedes en Israel y, principalmente, lo que Yo He vivido con cada uno de los Míos, los que estuvieron presentes, cerca o lejos, en esta última Sagrada Semana.

Este momento que hemos vivido, a través de la Sagrada Semana, ha permitido que su Maestro y Señor, que el Inmaculado Corazón de Mi Madre y que Mi padre, San José Castísimo, los Tres Sagrados Corazones, vuelvan a estar presentes aquí en Brasil, y a través de Brasil en el mundo entero; para atender espiritualmente a todas las necesidades, urgencias y demandas que las almas Nos están colocando en estos tiempos, porque sabemos que esta humanidad de superficie no solo vive el gran preámbulo de su Armagedón, sino que también vive momentos desconocidos que nunca experimentó ni aprendió, y que la ayuda espiritual es necesaria para poder atravesarlos, aceptarlos y comprenderlos.

Vengo, en este día, a prepararlos para que puedan vivir de verdad la próxima Maratón de la Divina Misericordia y para que, como Mis guerreros orantes y Mis apóstoles, ya puedan estar enteros a Mis Pies, a los pies de Mi Iglesia Espiritual y Celestial; para que el pequeño e insignificante ofrecimiento de cada uno justifique todos los errores del mundo, especialmente los que viven los niños y los jóvenes de estos tiempos. Y así, su Maestro y Señor, pueda liberar a muchos corazones, asediados por la creación del suicidio, por la falta de amor, de la verdad, de la esperanza y del renacimiento interior.

Yo vengo a pedirle a Mis compañeros un paso más en la consciencia; ya que es el momento de dar un paso hacia la madurez, hacia lo que verdaderamente representa y significa el Plan y su cumplimiento en el fin de estos tiempos, a través de todas las almas que se autoconvocan para estar ante el Señor y vivir el final de los tiempos con valentía y coraje; viendo, a través de cada experiencia y de cada prueba, una oportunidad de crecimiento interior y no de culpa, una oportunidad de expansión de la consciencia y no un vínculo con lo superficial.

Deben aprender a leer en los acontecimientos, así como lee la Jerarquía. Yo los animo, en este mes de mayo, en el que Nuestros Sagrados Corazones traerán todas las Gracias necesarias para las almas, a que no desaprovechen esta oportunidad, a que sean conscientes en cada momento y en cada minuto de que la Fuente de las Gracias, del Corazón de María, de San José y de Cristo, estará abierta para que ustedes vengan a beber y quitar la sed en este desierto de superficie.

Que esta próxima Maratón sea la oportunidad de la confirmación de cada uno de ustedes, aquella definición que Yo les pedí en Israel, porque aún su Señor espera llevar adelante Sus últimos Planes en las almas y en el mundo, en las naciones y en lugares lejanos del planeta.

Pero para eso, compañeros, es muy necesario un sustento espiritual, sólido, firme y construido en base al amor, a la unidad y a la armonía; porque todo esto establecerá una paz desconocida, una paz que muchas almas en estos tiempos buscan y no encuentran.

Quiero decirles, en claras Palabras, que Nuestros Sagrados Corazones no solo podrán conectar a las almas con el Retiro Espiritual de Cristo durante el mes de mayo, sino que también Nuestros Corazones trabajarán incansablemente para ayudar a las almas a volver a conectarse con la Fuente Primordial.

Por eso, quisiera ver, en los próximos días y semanas, esta simple y verdadera devoción ardiente que hoy encontré aquí. Que esto despierte en los corazones el entusiasmo de vivir el reencuentro Conmigo; porque así, una y otra vez, Yo los renovaré, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y así, podrán seguir Mis Pasos, podrán reconocer Mis Huellas; porque, aunque no lo sepan, Yo tengo un camino construido para cada esencia, esperando a cada alma en esta trayectoria que la llevará hacia el Infinito.

Porque el resultado de toda esta experiencia en la Tierra es que ustedes aprendan a vivir del Amor, del Amor Mayor.

Les agradezco por hoy estar Conmigo y por atender a Mis pedidos.

Vayan en paz.
 

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL MAR DE GALILEA, ISRAEL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL 9 DE ABRIL, OCTAVO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En este día de la Resurrección del Señor, el Padre Eterno le concede a Su Hijo la Gracia de nutrir la vida espiritual de cada ser con los códigos alcanzados por el Señor en cada hecho y en cada paso por este mundo.

Esta es una Gracia desconocida, por la cual las almas pueden venir a beber de Mi Fuente, una Fuente Espiritual hoy abierta a través de la luz y del poder de las Cinco Preciosas Llagas de Jesús.

Para que esta Fuente de oportunidades pueda descender al mundo, los elementos y Reinos de la Naturaleza, creados a imagen y semejanza de Dios, hoy comulgan de este momento y acompañan la sagrada tarea interna del Redentor; completando, en este octavo día de la Sagrada Semana, una serie de impulsos espirituales específicos, que en los próximos meses llevarán a las almas a tomar su última decisión de optar por formar parte o no de la Nueva Tierra, sabiendo que aún sobre la superficie de este planeta, los seguidores y discípulos de Cristo aún deberán vivir muchas experiencias que ennoblezcan el espíritu y la consciencia, que despierten en ustedes el sagrado amor al sacrificio.

Porque así sus vidas se completarán, no por lo que la ilusión del mundo les ofrece ni tampoco viviendo sus experiencias mundanas y retrógradas; sus vidas se completarán a través de la vida interior, tomando consciencia en este momento de la importancia de responder al llamado interior que cada uno de ustedes puede vivir.

Un llamado que ya ha tocado a muchos corazones a través de los tiempos, a través de las generaciones o a través de las civilizaciones que han pasado por esta superficie para poder aprender algo, y no irse de este mundo y de esta experiencia del planeta con las manos vacías, sino con el corazón lleno de Dios, de las lecciones de la vida que Él les proporciona para que puedan crecer interiormente.

Por eso hoy, el Mar de Galilea hace resonar sus olas en este ambiente, para que las almas y, en especial, los mundos internos del planeta sepan que el Señor del Universo, el Hijo de Dios, está entregando Su último y definitivo Llamado en este último día de la Sagrada Semana, en el que las almas, que tendrán la Gracia de recibir los Sacramentos, volverán a ser bendecidas por Mi Espíritu; así como el Cuerpo del Señor en el Sepulcro fue bendecido por los ángeles de Dios, en eterna vigilia y oración; así como el Cuerpo Santo de Cristo fue ungido por las manos de las santas y humildes mujeres.

Por este mérito alcanzado por las santas mujeres de Jerusalén, hoy, vengo a retribuirle al mundo, la bendición de Mi Espíritu y la Gracia de ser bendecidos por Mí, para que sus vidas se vuelvan a definir en estos tiempos de interferencias y de persecución.

Que sus vidas se puedan definir por Cristo y para Cristo, sabiendo que existe un Plan perfecto que ya fue escrito antes de sus existencias, para que ese Plan se pueda cumplir a través de ustedes y de sus hermanos y hermanas del mundo.

¿Será que, en este octavo día de la Sagrada Semana especial en Israel, le han dado paso a sus almas para que sepan si están cumpliendo la Voluntad de Dios? 

¿Cuál fue el camino recorrido hasta el presente?

Y en ese camino, ¿cuál es el resultado para ustedes?

¿Será que Mis Palabras permanecerán?

¿Será que el cielo y la Tierra pasarán?

¿Dónde quedará guardado todo lo que les He entregado en estos ocho días? 

¿Y dónde está guardado todo lo que les entregué, desde el año 2013 hasta ahora?

No deseo que se condenen ni tampoco quiero que se justifiquen. A través de la consciencia crística madura, observen los resultados, contemplen los aciertos y aprendan de los errores. Porque así, se darán cuenta, por ustedes mismos, hasta qué punto llegaron en el camino hacia Mí, y si han conseguido verdaderamente seguir Mis Pasos firmes y determinantes hacia la meta de concretar el Plan del Creador. 

Pero, en verdad, les digo que no se sientan solos porque todos son llamados a vivir este Plan, los que están en el Cielo y los que están en la Tierra, los que están presentes en la superficie y los que están presentes en el cosmos. Cada uno se encuentra dentro de esta escuela, a través de su entrega a Cristo, porque es esa entrega que les permitirá darse cuenta hasta dónde han llegado. 

De esta síntesis y reflexión surgirá la respuesta que el universo necesita en este momento de transición planetaria; porque esta respuesta, que debe nacer de sus corazones y no de sus mentes, determinará los próximos pasos de la Jerarquía Espiritual. 

Espero que no salgan de esta Sagrada Semana habiendo solo escuchado al Señor. Espero que salgan de esta Sagrada Semana renovados y bendecidos, un poco más conscientes y un poco más disponibles; sabiendo que, en el resto del mundo, la mayoría de las almas encarnadas está absolutamente distraída y ni siquiera puede percibir Mi Amor.

Pero, ustedes han tenido la dicha de escucharme y de reencontrarme, y de recibir directamente de Mí todos los tesoros del Cielo. Una vez más apelo a que sus almas no desperdicien estos momentos; y que estén concentradas y atentas, para leer a través de Mis señales y de las señales del tiempo, todo lo que ha de venir al mundo.

Con espíritu de regocijo y de alegría, el Señor de Israel finaliza Su tarea alcanzando las metas máximas previstas y los resultados esperados por el Creador.

Espero que esta no sea la última vez que la Voz del Maestro sea escuchada desde Israel o desde otros lugares del mundo; porque la Voz del Señor resuena en el desierto, así como Su Voz hace eco en todo el universo.

Agradezco la valentía de los que siguieron hasta aquí y el amor que pudieron expresarme algunos corazones. Esto solo les fortalece la confianza en Mí, porque Yo tengo el poder sobre ustedes de cambiar sus vidas, como de cambiar los elementos.

No se olviden de que Soy el Señor Dios del Universo, la expresión inagotable del Amor-Sabiduría que siempre aspira y espera morar en el corazón humano.
 

Señor Dios,
bendice a Tu pueblo de Israel,
hoy expandido en toda la superficie de este planeta.

No mires a Tu pueblo sagrado con Justicia,
sino con Misericordia.

Que, a través del Corazón
de Tu Amadísimo Hijo, Jesucristo,
se abran las puertas de Tu Gracia,
de Tu Piedad y de Tu Perdón;
para que Tu Corazón, a través de las almas buenas,
sea reparado.

Oh, Señor Dios del Universo,
Suprema Consciencia de Amor y de Vida,
haz descender los Rayos de Tu Corazón a través de Tu Hijo,
sobre la superficie de este mundo
e impregna con Tu Código de Amor
todas las causas imposibles;
para que, una vez más,
todo sea renovado
en gloria a Ti, Creador.

Amén.
 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL MAR DE GALILEA, ISRAEL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL 8 DE ABRIL, SÉPTIMO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA

Si en verdad, la humanidad entera conociera el verdadero Amor de Dios, Yo les aseguro que no existiría sufrimiento ni tampoco motivo para ninguna perdición.

Por eso, hoy He comenzado a través de un profundo silencio interno, para que las almas, que Me corresponden y están despiertas, puedan sentir lo mismo que siente el Señor de Israel, Quien una vez más está aquí, con ustedes y por todos sus hermanos y hermanas del mundo entero, para bendecirlos a través de Mi Espíritu y para animarlos al camino del apostolado.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En este camino que Yo les ofrezco existen desafíos, pero también existen peligros. Pero si están en confianza unidos a Mí, ¿qué habrán de temer? ¿No estoy Yo aquí y Soy su Maestro? Aquel que los conoce por dentro, no solo de este momento, sino también de otros.

Sé que parece un desafío inalcanzable; pero, en este tiempo final, Yo necesito imperiosamente preparar Mis bases espirituales a través de las almas; para que, Mi Retorno se dé primero en los corazones, para después concretar Mi Retorno al mundo, conforme está pensado por el Padre Eterno a través de la expresión de Sus Sagradas Leyes y Corrientes Universales, que colaborarán y prepararán el escenario planetario para ese momento.

Por eso, estamos en un momento de transición planetaria, en el que muchas almas y consciencias parecen no encontrar una salida o aun una explicación de lo que les sucede en sus vidas. Pero todo tiene una respuesta y, aunque no parezca, todo tiene un sentido.

Las almas se han olvidado de comulgar con las Leyes Superiores. Por eso, existe desequilibrio y desarmonía planetarios, porque desde que las Leyes básicas de los Mandamientos fueron reveladas a Moisés en el Sagrado Monte del desierto del Sinaí, el Señor del Universo, el Padre Eterno, quiso enseñarles a Sus Criaturas, Sus más pequeñas Criaturas de este universo material, cuál era el camino y la dirección a seguir para que los diferentes pueblos y culturas no se perdieran en todo lo que es superficial y mezquino.

Esas Leyes de los Mandamientos no fueron atendidas, porque no fueron aceptadas ni reconocidas y, ahora, el Señor del Universo y sus corazones contemplan la grave situación planetaria actual en la superficie, y esta cruz del tiempo final es más pesada que la que Yo cargué.

Por eso ofrezco, en estos tiempos finales, que las almas se postulen espiritualmente a ser víctimas de Mi Amor; una experiencia compleja de comprender, porque no es una experiencia mental, sino espiritual, profundamente silenciosa, anónima e imperceptible.

Esto es lo que Yo vengo a buscar por medio de estas últimas Apariciones de Cristo, no solo a preparar a los corazones y a las almas para Mi esperado Retorno al mundo, que está cerca; no solo a preparar a la humanidad para el día del Gran Juicio Final, que no será como ustedes creen o dicen por ahí; sino también vengo al mundo a través de estos Mensajes, de Mis últimos Mensajes preparatorios, a pedirles a los corazones a que se postulen para ser víctimas de Mi Amor; una experiencia real y viva, que fue parte de la vida de muchos santos y bienaventurados que estuvieron encarnados en este mundo, desde el año cero de Cristo hasta el presente.

¡Cuántos bienaventurados y víctimas de Mi Amor fueron despertando y manifestándose a través de los tiempos y de las generaciones!

¡Cuánto esas almas vivieron por Mí, dolorosamente!, no para reflejar su propio victimismo, sino para entregarse por medio del silencio y del anonimato a vivir los Sagrados Dolores del Señor, que en este tiempo necesito disolver de Mi Corazón para siempre.

La oportunidad es para todos los corazones sin excepción. Ser víctimas de Mi Amor es aún una Ley desconocida, porque es vivir en la esencia de la Ley del Amor-Sabiduría; es entregarse a Mí, sin reclamos ni condiciones, por la redención de toda la humanidad y del planeta, a fin de que algún día esta superficie se vuelva un suelo sagrado en todos los continentes y en todas las naciones; a fin de que las Leyes Superiores puedan descender y reconstruir el éter del planeta, a través del ofrecimiento de las almas víctimas de Mi Amor.

Todo esto, que hoy les digo y les presento, no es una poesía ni tampoco nada emotivo. Solo su Maestro y Señor puede aceptar y confirmar a las almas que se ofrezcan a ser víctimas de Mi Amor; porque esto significa y representa, en este tiempo final, no solo un compromiso maduro y perpetuo, sino que también representa para las almas que están encarnadas en la superficie de este planeta, que acepten vivir conscientemente su propio despojamiento interior y el absoluto vacío de ideas propias, de voluntades personales y mundanas, y que acepten vivir constantemente su purificación bajo la Ley poderosa de la Gracia del Señor, sin buscar ningún rasgo de protagonismo, aceptando trabajar y servir secretamente en constante oración.

Que esta aspiración toque el corazón de Mis compañeros, porque aún no tengo muchas víctimas de Mi Amor, solo tengo muchas almas que Me adoran y que Me aman.

Pero este paso de las almas, que se pueden postular a ser víctimas de Mi Amor, representará en este tiempo final algo único y nunca antes visto, porque podría cambiar el rumbo de esta humanidad para siempre.

Las primeras víctimas de Mi Amor fueron los apóstoles, que fueron llamados por su nombre a las orillas del Mar de Galilea y hoy, de forma semejante y no tan simbólica, sus almas están a las orillas de este Sagrado Mar de Galilea, para escuchar el llamado interior del Redentor y para que sus hermanos y hermanas del mundo entero también lo escuchen, resonando como un eco profundo en la consciencia de este Mar, que se ofrece, a través de la Madre del Mundo, como un vientre inmaculado y puro para la purificación de sus vidas y para su gran momento de consagración final.

Hoy, les dejo a ustedes este Mensaje interno que proviene de Mi Corazón; mientras que, una vez más sobre las aguas de este mar, ven pasar a Mi Barca, austera, simple y humilde, buscando llamar a las almas para cumplir Mi Aspiración, la Aspiración que es de Dios a través de su Divino Hijo.

Por eso, una vez más, a las orillas del Mar Sagrado de Galilea y, por última vez, en este tiempo final, las almas vuelven a escuchar Mi Llamado, un llamado que resuena a través del Amor, de la Vida y de Mi Camino, el camino ofrecido para los Nuevos Cristos.

Por eso, en Mis Manos, hoy llevo el Libro de la Vida, aquel libro que está formado a través de la Consciencia Sublime de Dios; porque el Padre Eterno espera escribir, a través de Su Hijo, este momento, y aguarda silenciosamente y secretamente la oferta de los corazones.

 

Una vez más, tú, Sagrado Mar de Galilea,
consciencia que refleja
la esperanza prometedora al mundo entero,
que guardas en tu profundo silencio
el Dolor de tu Maestro y Señor;
vuélvete a ofrecer en servicio incondicional por las almas
y que, en este día de aleluya,
las almas vuelvan a ser purificadas
por la Sagrada Ciencia de los Sacramentos.

Oh, Sagrado Mar de Galilea,
que te ofreces en silencio y en abnegación,
que eres testigo de las Huellas de Cristo
y has contemplado muchas veces el amor vivido
por Mis compañeros y compañeras;
vuelve a ser testigo de este sagrado momento junto a Cristo Jesús,
para que los corazones reciban la liberación que necesitan
y el despertar cada vez más consciente
a un servicio mayor, por un solo fin,
el triunfo de Mi Amor Redentor.

Que así sea.

Amén.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL MAR DE GALILEA, ISRAEL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL 7 DE ABRIL, SEXTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El Hijo de Dios se dejó morir en la Cruz para que naciera el Árbol de la Vida y las doce tribus de Israel, hoy expandidas por todo el planeta en los cuatro puntos cardinales, pudieran volver a recuperar los atributos primordiales del Proyecto Sagrado de Dios.

Después de la entrega de Cristo en la Cruz, después de haber sido traspasado Su Costado y haber derramado Agua y Sangre por las almas, después de haber derramado Su Preciosa Sangre en cada paso del Calvario, aún en este tiempo presente de la humanidad es necesario corregir a la raza de superficie. Porque, a través de estos tiempos definitivos y caóticos, el antiguo pueblo de Israel, a través de sus doce tribus, ha perdido los valores espirituales que lo formaron y lo constituyeron como un sagrado pueblo original.

Por eso, hoy, llevo sobre Mi Pecho, en el centro de Mi Cardíaco Espiritual, la Sagrada Estrella del Rey David, que es la revelación cósmica de la unión de Dios con el hombre y del hombre con Dios, en perfecta alianza, armonía y paz. Y en el centro de esta Sagrada Estrella cósmica y espiritual, el Señor de Israel lleva los doce principales atributos de las tribus de Israel guardados en Su Corazón, los que en estos tiempos precisan ser reconfigurados y precisan ser redimidos a través de las almas que necesitan retomar su camino espiritual y de evolución.

Por eso, hoy, una vez más, el Señor de Israel se presenta a ustedes y al mundo entero para reconstruir todas las cosas que están perdidas, para redimir a las almas que están distantes de Dios, para renovar la matriz espiritual de este Proyecto Genético, un Proyecto que fue una vez pensado por el Padre Eterno a través de los Elohim.

Proyecto que, como ustedes saben, comenzó en el Génesis y que, desde el Génesis hasta el presente, después de tantos errores y acontecimientos vividos por las diferentes civilizaciones humanas, en este tiempo presente ha llegado la hora, ha llegado el momento, que este Proyecto Original sea reconfigurado y redimido, a través de la sincera conversión de los corazones a la Fuente Purísima del Amor-Sabiduría de Cristo.

Por eso, hoy, desde los cielos de Israel y a través de Mi Iglesia Espiritual, el Señor vuelve a consagrar al mundo, el Señor vuelve a abrirles la puerta de la redención a las almas que lo necesitan y, ante la Ley de la Justicia Divina y Universal, los ángeles y las huestes que hoy Me acompañan sobre Israel, desde Jerusalén hasta el Mar de Galilea, estos ángeles de Dios, benditos siervos incansables del Padre Eterno, escriben en sus libros de Luz, este momento de síntesis que todos los mundos internos del planeta están viviendo ante el Señor de Israel.

Mundos internos que son llamados a vivir una síntesis a través de tres atributos: el atributo de la redención, el atributo de la reconciliación y el atributo de la consagración; escuelas internas que, en esta hora, son ofrecidas por última vez para que las almas aprendan a dar el paso seguro hacia Mi Corazón, para que la matriz cósmica que constituyó este Proyecto Genético en la superficie sea renovada por el Señor del Árbol de la Vida, y los frutos de la redención y de las virtudes de las almas buenas sean ofrecidos a los Tronos del Padre Eterno, a fin de que el castigo que debería recibir el mundo, debido a la acción de la soberbia, de la indiferencia y de la crueldad, se detenga.

Pero, hoy, las almas, en los mundos internos de Mi Iglesia Espiritual, desde el sagrado cielo de Israel, tienen la Gracia y la última oportunidad de vivir su juicio espiritual antes de que lleguen el tiempo y la hora del Retorno de Cristo.

Porque así como las doce tribus de Israel fueron llamadas a reconocer y a adorar al Dios Vivo a través del Arca de la Santa Alianza; así, el Señor del Árbol de la Vida convocará y llamará a las almas de los cuatro puntos de la Tierra en lo alto del sagrado monte de este mundo para vivir el gran momento que fue anunciado por Mí; en el que la Misericordia separará la paja del trigo para que este planeta y este Proyecto comiencen de cero, llevando en sus esencias los aprendizajes vividos, pero también los momentos compartidos con el Señor.

Hoy, las doce últimas tribus del planeta, emanaciones de las principales tribus de Israel, a través de sus insignias sagradas, de los símbolos sagrados que identifican y que reconocen a cada una de las tribus, símbolos reflejados en el centro de Mi Cardíaco, en el Centro de la Sagrada Estrella Cósmica y Universal; como humanidad tienen la Gracia de retomar el camino hacia la Casa del Padre Celestial, para ofrecerse incondicionalmente para que este Proyecto Humano siga adelante y no sea descartado, sino que sea rescatable y dé continuidad a lo que aún no cumplió ni vivió.

Por esa razón, Yo morí en la Cruz. Esto es parte de uno de Mis grandes misterios espirituales: que el Señor del Árbol de la Vida se dejó morir en la Cruz para que el Proyecto y la matriz de esta humanidad resucitaran al tercer día y, a partir de ese momento y en adelante, todo fuera renovado y redimido.

Y aunque el mundo en estos tiempos está lleno de errores, de injusticias y de indiferencias; el Señor de Israel se sirve de las almas buenas y devotas, de las almas que reconocen al Padre Eterno a través de Su Hijo Amado en el Santísimo del Altar, como en la esencia oculta de los Sacramentos.

Allí están las llaves que ustedes necesitan para que el mundo comience de nuevo. El Legado que les dejó su Maestro y Señor no fue en vano. Este Legado y esta Gracia inexplicable e inextinguible se perpetúan a través de las almas que viven y aceptan los Sacramentos.

Hoy, le pido al mundo entero y en especial a las almas despiertas que contemplen la Sagrada Estrella en el Centro Cardíaco del Señor, que vean dentro de ella los doce atributos de las tribus de Israel y que reconozcan en este momento el sagrado impulso cósmico que Yo les traigo, para que sus orígenes sean reconfigurados y reciban a través de Mi impulso espiritual la Gracia de comenzar de nuevo como una humanidad más justa y fraterna, equitativa y pacífica que esté en comunión con las Leyes Superiores para poder estar en comunión con los Cielos.

Así, Yo les hago reconocer el valor de su cruz interior; así, como el Señor de Israel que, en cada paso del Calvario, reconoció la Cruz de los pecados y no reclamó en ningún momento, sino que la besó, la abrazó y la aceptó como la propia Cruz.

Así, en esta hora, Yo los invito a aceptar la cruz que no les pertenece; esta pesada cruz planetaria que muy pocos quieren cargar por miedo, por ignorancia o por indiferencia.

Pero si confían en Mí, les aseguro que sabrán llevar esa cruz silenciosamente y anónimamente; porque nunca serán héroes a los Ojos de Dios, sino abnegados servidores en la superficie del planeta que encuentran su fuerza espiritual e interior en las Llagas de Cristo y, especialmente, en la Llaga de Su Costado, afluente incansable de la Misericordia Cósmica, Rayos de Agua y de Sangre que justifican y consagran a las almas. Rayos de Gracia que una vez más se donan al mundo en esta hora, para que el Proyecto Genético de esta antigua civilización humana vuelva a ser considerado por los Señores de la Ley, aquellas Sagradas Consciencias que son la Ley en sí mismos, y que guardan y resguardan, con amor, los Principios del Padre Eterno.

Por eso, es hora de que contemplen el descenso de las Leyes Superiores porque, en un momento inesperado, esas Leyes se detendrán, para que den paso al Retorno de Cristo, el Señor de Israel; y así, Yo pueda volver a encontrarme con los Míos.

Les dejo este Mensaje como una sagrada enseñanza de Misericordia, de Amor y de Perdón.

Les dejo este Mensaje a los corazones valientes, porque Yo no solo Me ofrezco como el Árbol de la Vida para que, a través de Mí, ustedes den frutos en abundancia; sino también Me ofrezco como Puente de Luz Celestial para que las almas lo crucen a pesar de los abismos planetarios y, así, ingresen a la nueva Consciencia Mayor que será revelada por el Padre Eterno, a través del Retorno de Su Hijo.

Aún estamos a tiempo de poder recuperarlo todo, aún estamos en tiempo de Misericordia.

Hoy, desde el Sagrado Monte Calvario donde, en los planos espirituales, se enciende y se ilumina la Estrella de la unión entre el hombre y Dios; en este Monte desde donde se expande la Consciencia Crística, a través de la presencia de la Sagrada Cruz del Redentor; bendigo, en el nombre de Israel, todas las cruces que Me han traído, para que ellas sean un símbolo de fortaleza en las almas, de amor al sacrificio y de un servicio resignado por Cristo, a fin de que triunfe el Amor Consolador en ustedes y en el mundo entero.

Que la cruz no sea un símbolo de temor. Que la cruz sea el símbolo de la trascendencia y del amor, de la superación de ustedes mismos en estos tiempos finales.

¡Alabados sean Israel y el mundo!

Que las almas despierten a esta Gracia que hoy les he traído, para que todo sea renovado y reconsagrado, a fin de preparar a los corazones para los Mil Años de Paz.

En este nuevo día de la Sagrada Semana, les agradezco por estar Conmigo en honestidad y, sobre todo, por estar Conmigo de corazón.

Dios les conceda siempre Su Paz, a través del Sacratísimo Corazón de Jesús.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN UN BARCO, EN EL MAR DE GALILEA, ISRAEL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL 6 DE ABRIL, QUINTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Al fin, han llegado aquí, a Mi sagrado Mar de Galilea, en donde Mi vida pública comenzó con ustedes, en donde el Redentor pisó con Sus Pies esta sagrada tierra para llamar a Sus amigos por su nombre.

Este es el Mar que refleja el Amor de Dios, el Amor de Adonai por todas Sus Criaturas.

Aquí, Yo vine a buscar a los que Me amaban. Vine a llamar a los que Me buscaban y a todos los reuní en el nombre de Adonai para que, a través del Mar de Galilea, el Pescador de almas y de corazones comenzara Su Obra de Misericordia y de Redención en el mundo, preparando a los apóstoles para dar continuidad a Mi Mensaje y a Mi Palabra.

Hoy, están sobre este Mar de Galilea, siendo acogidos por el Amor de Dios, por Su Gran Consciencia Cósmica, por esa misma Consciencia de Amor Universal que trajo al Redentor a la Tierra; el que fue anunciado por los profetas; el que fue adorado por las santas mujeres; el que fue buscado por multitudes y pueblos con el fin de que aliviara el sufrimiento, la enfermedad y la miseria humana.

En este Mar de Galilea, Dios Me presentó, por primera vez, el sacrificio que viviría por el mundo entero. Esta fue la primera iniciación de Mi Corazón ante este mundo material.

Fue aquí en donde todo comenzó para su Maestro, porque un buen Maestro siempre necesita de Sus discípulos, así como Sus discípulos necesitan de su Maestro.

Aquí, en el Mar de Galilea, está guardada la historia de Mi ofrecimiento por la humanidad, por la salvación de este Proyecto Humano.

Aquí, a través de este mar, está la Presencia de Dios y de Su Suprema Voluntad para Sus Criaturas. Este es el gran espejo de todas Sus Leyes Universales. Este es el océano de la Compasión de Dios por Sus Hijos, a través del sacrificio del Señor, Cristo Jesús.

Ahora, por un instante, recuerden lo que aquí vivieron Conmigo en Galilea, en Cafarnaúm y también en el río Jordán, donde fue anunciado el Bautismo a través del Espíritu Santo.

¡Cuántas almas, que están presentes en estos tiempos, siguieron las Huellas del Señor, por tan solo querer tocar por un momento Su Túnica, para ser curados por Cristo!

¡Cuántos aspiraron a ser tocados por el Señor, por la imposición de Sus humildes Manos, al descender la Energía Suprema para la liberación de la esclavitud humana!

¡Cuántos caminaron desde diferentes regiones y lugares para escucharme, para reconocer en sí mismos la Presencia de Dios!

¡Cuánto He vivido aquí, por ustedes y con ustedes!

¡Cuántas veces, al lado de este mar, en el silencio del Señor, He podido contemplar al Padre a través de la naturaleza y, así, poder reconocer Su Voluntad para las almas!

Este es el Mar de la Consciencia de Dios. Él escogió este humilde lugar para todo el mundo, espacio que se completaría espiritualmente con la Pasión y Muerte de su Señor en Jerusalén.

Están aquí, en este día, ante los códigos de vida, de una vida digna, evolutiva y suprema.

Están delante de uno de los espacios internos del Arca de la Santa Alianza, que guarda la experiencia más importante de la vida pública de Jesús por la redención de todo el género humano.

Y hoy, ustedes, en nombre de sus hermanos y hermanas del mundo, al igual que los apóstoles del pasado y que tantas multitudes que Me siguieron, están sobre Mi Barca; la barca de la salvación, que una vez más vuelvo a ofrecerle al mundo para que la Justicia Divina no descienda; para que descienda, así como desciende sobre este mar, la Misericordia de Dios, la Misericordia Divina que renueva todas las cosas.

Por esa razón, Yo estoy aquí con ustedes y por ustedes; volviendo a escuchar al Maestro en el Mar de Galilea; volviendo a contemplar Su mirada de servicio incondicional; sintiendo palpitar Su Corazón Misericordioso, en amor y en aspiración ardiente por las almas de las cuales tengo sed.

En esta Paz de la Consciencia de Dios, que los abraza, renueven los votos internos en esta Sagrada Semana y siéntanse parte Conmigo de este gran momento en Israel; vívanlo en nombre de toda la humanidad y del planeta para que el sufrimiento y la miseria humana sean trascendidos, para que la Misericordia del Redentor vuelva a triunfar en las almas en estos días, en todos aquellos que buscan Mi Paz.

Hoy, dejo aquí grabado este momento con ustedes, para que en los tiempos que vendrán, antes de Mi esperado Retorno al mundo, Yo pueda volver a contemplar, cuando lo necesite, este momento, así como Yo contemplo cada momento compartido con Mis apóstoles y las multitudes que venían a escuchar al Señor de Israel.

Esto es muy especial para Mí y sé que no lo comprenderán. Aunque no lo parezca, de este momento sagrado vivido con los Míos, con cada uno de sus corazones, el Señor retira la fuerza interior que necesita para seguir adelante en esta Obra de la salvación y de la redención del mundo.

Hoy, irradio este Mensaje a toda la humanidad desde el Mar de Galilea y, como les dije la última vez, ahora sí deben caminar con fe sobre las aguas, así como Pedro caminó; pero ahora serán ustedes los que deberán caminar hacia Mí en confianza, en fortaleza y en fe, para que sus miedos más profundos se disuelvan para siempre, así como los apóstoles disolvieron sus miedos internos en aquel tiempo.

Yo Soy el Señor de la Barca de la Salvación y recibo a todos sin condiciones ni reglas, porque es el Amor y la Compasión del Padre Eterno que los recibe.

Y, a través de este día en el Mar de Galilea, Yo los vuelvo a bendecir y a darles Mi Paz, la Paz que debe confortar al mundo, la Paz que debe fortalecer a las almas en estos tiempos de transición, la Paz que les debe hacer sentir que ustedes están Conmigo y Yo estoy con ustedes, en confianza y en fe, en amor y en esperanza.

Así, abro las puertas de Mi Iglesia Espiritual y Celestial para que, a través del Mar de Galilea, sus corazones vuelvan a ser bendecidos y reciban Mi Cuerpo y Mi Sangre como la última alianza definitiva con su Señor y Redentor.

Celebren este momento, así como lo celebra su Señor y Maestro, en un profundo gozo espiritual y divino por la redención de la humanidad, por el establecimiento de la paz, por el descenso del Reino Celestial en este planeta.
 

Amado Mar de Dios,
océano profundo de la Misericordia Divina,
expresión perpetua de la Compasión de Dios,
testigo fiel de la redención y de la conversión de las almas.

¡Oh, sagrado Mar de Galilea!,
reflejo de la Presencia del Único Dios,
irradia tus códigos crísticos de vida,
ofrecidos por amor en cada paso vivido por el Maestro,
reúne en este océano a todos los que tienen sed de ti.

¡Oh, sagrado Mar de Galilea!,
 reflejo de la Esperanza de Dios,
haz renacer a todas las almas del mundo,
cicatriza las heridas del sufrimiento y del error,
concédeme la Gracia de purificar a los Míos con esta agua,
para volver a bautizarlos
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Sagrado Mar de Galilea,
haz que las almas encuentren
Mi Presencia Eterna de Amor.

Amén. Amén. Amén.
Que así sea.

 

En nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN JERUSALÉN, ISRAEL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL 5 DE ABRIL, CUARTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mantengan la serenidad y la calma en estos tiempos. No habrá otro camino, no habrá otra respuesta ante todo lo que vivirán en esos tiempos finales, sino encontrar dentro de ustedes mismos el camino de la pacificación.

Porque así se sentirán más seguros, se sentirán más confiados y conseguirán atravesar los desafíos de estos tiempos; aunque en la mayoría de las situaciones y de las experiencias no sepan cómo hacerlo, porque estos son tiempos desconocidos.

Este es el tiempo del Armagedón planetario, algo que la civilización de esta superficie está atravesando y con el cual nunca tuvo contacto ni conocimiento, aunque este tiempo ya estaba escrito. El Corazón de Dios ya lo sabía, así como también lo sabía el Corazón de Su Amadísimo Hijo.

Por eso, hoy, estoy aquí en este nuevo día de la Sagrada Semana, para seguir ayudándolos espiritualmente a aprender a atravesar el fin de estos tiempos, todo lo desconocido que hay dentro de ustedes y fuera de ustedes.

Por eso, Yo les pido que no se queden en el victimismo, que no vivan en la soberbia ni en la arrogancia; que aspiren a encontrar, en cada momento de la vida, los sagrados atributos de la resignación y de la fe para que aprendan a atravesar cada aprendizaje, cada aprendizaje que se presentará en la vida de ustedes y en la vida de sus hermanos.

Para poder aceptar todo esto, es necesario vivir en recogimiento. No significa aislarse de los demás, sino significa vivir con discernimiento cada paso, apelar a la Sabiduría Divina para que se presente y guíe a los corazones.

Estos tiempos finales serán los más fuertes para todos, pero no deben tenerles miedo, deben tener fe y confianza en Cristo.

Por esa razón, Yo estoy aquí, con ustedes y el mundo, para guiar a Mis ovejas; así como intenté una y otra vez guiar al sagrado pueblo de Israel para que nunca perdiera de vista el camino de la consagración, que los llevará a vivir la trascendencia y la ascensión para entrar en comunión con el Padre Eterno, Adonai.

Por eso, vivan cada experiencia como algo único, de la que deberán retirar una síntesis, pero también una respuesta de lo que vivieron y de lo que aprendieron. Así, no estarán confundidos y tampoco se engañarán a ustedes mismos, podrán tener luz en sus caminos para tomar decisiones sabias y correctas, para salir de esa energía que vive la humanidad en este tiempo, de lo que es impulsivo y superficial.

Por eso, deben estar siempre en comunión con el Espíritu Santo, invocar Su Presencia, invocar Sus dones y así todo se solucionará.

Pero no se olviden de que están en un tiempo de purificación y que la Ley de la Purificación, desde 1988, está activa y que aún esa Ley sigue trabajando en todo el planeta y en este universo solar.

Eso significa, compañeros, que no solo ustedes están viviendo este momento de Armagedón, concepto que las almas muchas veces comprenden incorrectamente, porque les genera perturbación o hasta desconfianza.

Así como existieron diferentes ciclos y etapas en otras humanidades del planeta, así existe el ciclo del Armagedón que es una etapa de purificación y de trascendencia. No hay nada que esté fuera de lugar, pero el Armagedón podría ser más pasajero y liviano si las almas, es decir la humanidad, no se hubiera comprometido con las fuerzas del mal tan fuertemente.

Ahora, en el tiempo actual, a través del grito de la consciencia del planeta y del conflicto en las naciones del mundo, están viendo el resultado de lo que sembraron. Y sé que, muchas, pero muchas almas no tienen nada que ver con esto, pero no se olviden de que son parte de una única raza y de un único Proyecto, y lo que una consciencia no hace bien repercute en todas las demás. Esto también es parte de una de las Leyes Universales, la Ley de Causa y Efecto.

Por eso, Yo los invito a Mis compañeros más despiertos y disponibles, a todos los peregrinos del mundo que escuchan Mis Mensajes desde hace tiempo, a que puedan replantear sus vidas todos los días, a que puedan estar alineados con las Leyes Universales y Cósmicas; porque la Ley de la Purificación seguirá actuando ampliamente, aunque no es un castigo.

La raza humana actual precisa purificarse. No podría ingresar al Reino de los Cielos sin purificación. No podría contactar los niveles superiores sin purificación. Recuerden que su propio Maestro y Señor vivió la Ley de la Purificación en el Templo, y que es algo pensado por Adonai, desde el antiguo pueblo de Israel hasta el presente.

El Mensaje del Padre Eterno siempre fue interpretado y, a través de las diferentes generaciones de la humanidad, esa interpretación del Mensaje ha producido confusiones y desvíos; porque la vivencia de las Leyes no es algo rígido ni severo, aun las Leyes que rigen a este planeta.

No hablo de las leyes humanas que fueron creadas por los hombres, que colocan a muchas almas del mundo en un proceso de perdición y de cautiverio; leyes humanas que han generado la desigualdad y el espíritu malvado de la indiferencia.

Por eso, Yo tuve que encarnar aquí, en Tierra Santa. Tuve que encarnar en el centro del pueblo de Israel para que la Ley del Amor renovara todas las leyes que ya se vivían aquí. Y el único camino para que esto fuera renovado, era el sacrificio y la entrega del Señor en la Cruz. Y aun habiendo sucedido este hecho tan importante para el mundo, antes y después de la Muerte de Cristo, la humanidad todavía sigue caminando hacia la perdición por su compromiso con las fuerzas retrógradas del mundo.

Pero, aun esas energías disociativas que hacen que el mundo sucumba, es decir los infiernos terrestres del planeta, ya saben que se les terminará el tiempo y que Mi hora de retornar al mundo está llegando, en la que volveré a reconstituir todas las Leyes Universales, a través de la implantación de Mi Gobierno Espiritual en la humanidad. Aquel Gobierno Espiritual que sutilmente el pueblo de Israel sintió en los momentos de predicación y también en los momentos de milagros inexplicables, que el propio Padre San Miguel Arcángel concedía a las almas a través de Cristo.

Pero ahora, cuando Yo retorne, vendré con la revelación del Hijo de Dios. Vendré a mostrar Mi verdadera Faz, aquella Faz que algunos de Mis apóstoles pudieron conocer en la Transfiguración en el Monte Tabor, oportunidad que ustedes tendrán aquí, en Israel, de poder conocer el Monte Tabor y de tomar contacto interno con la Ley de la Transfiguración Divina.

Pero, antes de que eso suceda, de que este impulso también lo reciba la humanidad por medio de la obra que su Señor está realizando en Israel y en Medio Oriente, Yo les pediría que se pregunten a ustedes mismos si están prontos para tomar contacto con la Ley de la Transfiguración y no resistirse ni tener miedo de que sus aspectos no evolutivos sean liberados.

Porque el contacto con los grados de amor, para quien se anima a vivirlo y quien lo tiene como regla y como determinación, representa para las almas encarnadas en la superficie actual de este mundo también desprender de sí mismas los códigos corruptos de mal, es decir, lo que el mundo llama pecados capitales.

Por eso, deben ser bien conscientes de lo que vivirán y, sobre todo, por donde pasarán, como lo es el Monte Tabor; para que cuando pasen por esa experiencia lo recuerden y se hagan responsables de lo que están haciendo.

Porque ahora, en este mismo momento, en estos primeros días que han vivido Conmigo en Israel, fuertes impulsos cósmicos se han presentado, cruces inexplicables de corrientes universales se dieron, y esto ha interceptado desde sus espíritus hasta sus cuerpos materiales, porque es algo único lo que están viviendo en nombre de todos sus hermanos.

Por eso, deben tener muy presentes la fe y la oración consciente para sostener este momento y todo lo que llegará.

De la misma forma, esto repercutirá, en esta Sagrada Semana, en los mundos internos del resto de sus hermanos y hermanas, porque la Presencia del Señor de Israel en Tierra Santa es algo único.

Piensen, por un momento, que después de Mi Ascensión, Yo nunca más retorné aquí. Y esta Sagrada Semana, en Israel, es el puente entre el pasado y el futuro de la Vida Crística que su Señor vivió aquí. Este puente es un impulso para lo nuevo que llegará y forjará, en las almas, una definición.

Mientras tanto, sigan confiando en Mí, siguiendo las Huellas del Maestro, las huellas internas de la Luz, y así todo estará bien.

Y aunque sé que una parte de sus consciencias y de la consciencia de sus hermanos no comprende absolutamente lo que significa estar aquí, en Israel, manténganse unidos a Mi Corazón Misericordioso para que siempre sean bendecidos y protegidos, y cada impulso que reciban en Tierra Santa no solo sea para ustedes, sino también para el mundo entero que tanto lo necesita.

Sigamos caminando a través de esta Sagrada Semana, preparando sus corazones y el Corazón del Maestro para el Jueves Santo, momento en el cual, una vez más, las almas del mundo podrán imitar al Señor en Su entrega, pero también en Su verdadero y sincero ofrecimiento por los demás; reviviendo la institución de la Eucaristía, el legado crístico del Amor y de la Redención, como preámbulo antes de ingresar en el Huerto Getsemaní, donde una vez más los cálices del sacrificio serán ofrecidos a los corazones.

¿Quién beberá sin temor?

Mis Gracias son para todos. Mi llamado es para todos.

La respuesta consecuente depende de Mis apóstoles para que Mi Plan se pueda concretar en este tiempo de transición planetaria.

Una vez más, bendigo estos elementos que se ofrecerán como Comunión Espiritual, así como bendigo a cada una de sus vidas.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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