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Hijo:
Ve la luz en lo más profundo de ti, esa luz que existe desde el principio de tu existencia, Luz de Dios que te acompaña desde los orígenes y que guarda la historia de tu creación.
Es la luz de tu esencia, una luz desconocida y eterna, una luz que guía tus pasos a través del Cristo interior.
Fija tu atención en el poder de esa luz, la que no es física, sino inmaterial. Es la luz de la Verdad, la que muchas veces las tentaciones y los engaños de Mi adversario desean derrotar y oprimir.
Confía en la luz que hay en lo profundo de ti y todo lo que no proviene de la Luz de Dios se disipará.
Que esta luz interior e invisible a los ojos materiales sea el puente que te una a Dios para que siempre aprendas a vivir Su Voluntad.
Que esta luz interior te muestre la victoria de Cristo en tu vida, en cada paso de unión a Su Sagrado Corazón.
Que esta luz surja de lo más profundo y verdadero de tu consciencia para que nunca te sientas solo, tanto en las pruebas como en los triunfos.
Deja emerger de ti la Luz poderosa e invencible de Dios, la luz que proviene de tu esencia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
No busco almas trascendidas ni realizadas. Yo busco almas imperfectas, verdaderas y simples, porque en ellas podré realizar Mi Plan, a medida que sus vidas se transforman en el modelo perfecto del Creador.
Por eso, todas las almas imperfectas, en redención, tienen un lugar en Mi Corazón, porque su esfuerzo y dedicación por seguir Mis principios les permite llevar adelante la Voluntad de Dios.
Vengo en búsqueda de almas imperfectas que no teman seguir y realizar Mis Voluntades dentro de este plano material.
Llegó ese momento de conocer en profundidad la espiritualidad del Universo para poder estar sintonizado con la vida cósmica y así manifestarla en la superficie, en los sagrados espacios en donde la Jerarquía realizará la gran parte del Plan que le corresponde con la colaboración inmediata de todos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
He aquí que desde el Cielo desciende la bendición de Dios hacia la Tierra, en forma de agua y de vida, para lavar y nutrir a todos los Reinos de la Naturaleza.
Cuando los corazones claman a Dios, verdaderamente, las puertas de Su Reino se abren, no solo en el Cielo, sino también en el interior de los seres. Contempla así, hijo, esa puerta que hay entre Su Esencia y tu corazón.
Hoy y siempre, el Señor me envía como Su Siervo y Compañero para despertar a las almas a la verdad sobre sí mismas, sobre su evolución y sobre la vida. Por eso, busca en Mis palabras las llaves que abren tu consciencia a esta verdad y dispone a tu ser para vivirla.
No quieras ser de esta o de aquella forma. No quieras vivir estas o aquellas cosas. Solo permanece delante de tu propio corazón, sabiendo que es una puerta hacia la Consciencia Divina, hacia el Universo Celestial, y di al Señor: "Aquí estoy, Padre. Aquí estoy para saber quién soy yo. Aquí estoy para saber de Ti, de Tu Plan, de Tu Voluntad, de Tu Amor, de Tu Esencia".
Di al Padre que aspiras a cumplir con Su Voluntad, que quieres ser un testimonio vivo de Sus promesas y que esta sea la única razón de tu existencia, que esta sea la esencia de tu vida.
Contempla al Creador como una Fuente Divina en el centro del Universo, que te conoce y te acompaña. Una Fuente de Amor inextinguible de la que surgieron todas las criaturas y que conoce en profundidad a cada una de ellas.
Habla, hijo, con Aquel que te ve transparente. Aquel ante el cual no existen máscaras ni ilusiones. Habla con Dios y deja que Su transparencia y Su sinceridad te transforme, te purifique, te calme y alivie tu corazón; retirando de ti la fragilidad del engaño y de la ilusión, sustituyéndolos por la fortaleza de la unión con el Creador, la fortaleza de estar en la Verdad y en la Voluntad Divina.
Profundiza en tu vida espiritual porque eso es lo más necesario en este tiempo. Sin esa unión sincera con Dios solo serás humana fragilidad.
Los tiempos que vendrán necesitan encontrarte firme y pleno, no de ti mismo, sino de Dios.
Por eso, ve y golpea a la puerta de tu pecho. Habla con tu Dios y Señor. Él te escuchará y responderá a tus súplicas.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Muchos son los impulsos que el alma recibe cuando ora a la Divina Misericordia.
Muchos principios se renuevan en las naciones cuando las almas se unen para orar a la Divina Misericordia.
Muchas gracias justificables concede la Fuente de la Misericordia cuando las almas invocan su poder.
Muchos prodigios internos y espirituales suceden cuando se ora a la Divina Misericordia.
Pero el principal resultado es interior, porque la Divina Misericordia todo lo transforma y todo lo cambia, tan solo cuando el alma se abre para reconocer la verdad que existe detrás del misterio de la Divina e Insondable Misericordia.
Aún la Misericordia no fue totalmente revelada, pero llegará el tiempo en que su sagrado conocimiento se mostrará como una ciencia inexplicable, capaz de redimir y de concebir una nueva vida en las almas que despiertan.
La Divina Misericordia es el camino para poder comprender y vivir la Voluntad de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Acoge en tu corazón todas las revelaciones de Dios y permite que tu consciencia se expanda hacia otros planos y realidades.
Recibe estos impulsos como si fueran los últimos y realiza una síntesis interior de todas las revelaciones que ya fueron anunciadas a través de los tiempos.
Nutre tu consciencia con el conocimiento sagrado y haz tu vida aún más simple para que se puedan reflejar en tus actos los Tesoros de Dios, y todo espacio y lugar sea transformado y elevado conforme a la Voluntad Divina.
Por eso, que las revelaciones de Dios te aproximen a Su Simplicidad Divina para que en ti también encarne la humildad suficiente para ayudarte a comprender y a vivir las formas que provienen del Universo y que impulsan la vida cósmica.
Ante todos los conocimientos recibidos que los espíritus se ennoblezcan, ya que desde la Fuente Suprema se emanan sagrados impulsos que solo harán elevar de plano a la consciencia de la humanidad.
Toda revelación siempre está colmada por el Amor de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado y por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Queridos hijos:
Ya estamos próximos a Belén y en su interior se prepara el recinto sagrado, en donde volverá a renacer el Cristo interior.
Que su espíritu de paz y de soberanía los colme. Que su Gracia, que es infinita y misericordiosa, los mantenga en profunda y reverente unidad con Dios para que Su Plan, que es amplio y desconocido, se aproxime a sus vidas a fin de llevar adelante Su Voluntad Divina.
Al preparar el sagrado recinto interior en donde renacerá la luz crística para los tiempos de oscuridad, que esa poderosa Luz proveniente de la Fuente del Amor Supremo traiga para todos la oportunidad de reintegrarse al camino de la redención y del perdón.
Hijos Míos, este ya no es el tiempo de mirar hacia el pasado, sino de colocar la mirada hacia el futuro, hacia el divino encuentro con el Cristo interior, el que necesita estar actuante y victorioso a través de la vida interior de cada ser.
Les doy, hijos Míos, la oportunidad de vivir este tiempo de gracias, para que sus vidas, finalmente, sean parte de la milagrosa Gracia de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, hijos, seguiremos caminando hacia Belén, pero esta vez de una forma diferente.
En cada paso contemplarán el cielo, el horizonte y la tierra y comprenderán más profundamente los acontecimientos de la propia vida.
Verán que en su camino no están solos y que su sufrimiento y su esfuerzo se transforman en una infinita Gracia cuando comprenden, verdaderamente, para qué están caminando.
Cuando Mis pies tocaban la Tierra y con Mi Divina Esposa caminaba hacia Belén, viví muchas cosas que la historia no conoce, que no están escritas en los libros sagrados, pero sí en lo profundo de Mi Casto Corazón y en el Relicario que Yo les consagré. Nuestro caminar era acompañado por los ángeles y todo el Universo nos contemplaba.
A pesar de que en Mi interior Mi Corazón de hombre nacido en esta Tierra temía, estaba inseguro por el tesoro que traía, por el tesoro que guardaba; no dejaba de contemplar las estrellas y de saber que los Ojos de Dios estaban sobre Nosotros.
El Creador se silenciaba, pero en Su silencio nos acogía y observaba las pruebas que vivíamos, porque Mi corazón en aprendizaje, aún necesitaba aprender a confiar en Dios. Yo precisaba comprender la grandeza de los Planes del Padre que en nada se asemejan a los planes hechos por los hombres.
En aquella noche Yo quería que el mundo entero contemplara al Hijo de Dios, no solo para rendirle honra y gloria, sino porque Yo sabía que dentro de aquel pequeño niño se guardaba la puerta hacia la redención de toda la vida y Mi corazón aspiraba a que todos los seres de esta Tierra pudieran estar ante Él. Pero los Planes del Padre eran diferentes y no dejaban de ser perfectos.
El Universo nos contemplaba y todos aquellos que compartían la verdad de Dios sabían que Su Hijo llegaba al mundo. En los cuatro puntos de la Tierra, aquellos corazones verdaderamente unidos a Dios se detuvieron por un instante y en su corazón sintieron algo nuevo que comenzaba a acontecer, a pesar de que eso aún fuera un misterio para ellos.
¿Por qué les digo todas estas cosas? No es solo para contarles una historia; es para que vean, hijos, que verdaderamente están caminando rumbo a Belén, hacia esa cuna sagrada de la nueva vida que deben construir con sus propias manos. Así como en aquel tiempo Yo recogí la paja y preparé la cuna del Hijo de Dios, ustedes también construirán ese espacio sagrado en el que Él podrá renacer y hacia el cual Él deberá retornar.
Sé que todos aspiran a que el mundo entero escuche las Palabras de Dios a través de Sus Mensajeros, no para rendirle honra y gloria a este lugar, sino porque saben que aquí se encuentra la puerta hacia la redención. Saben que el Hijo de Dios encontró aquí Su morada y que, a través de este simple lugar, bendice al mundo.
Pero Yo les digo, hijos, que deben confiar, porque la Voluntad del Padre en nada se asemeja a la voluntad de los hombres. El Universo los contempla y los Ojos de Dios están puestos sobre ustedes.
A pesar de Su silencio, el Señor los ampara y el desenlace de esta historia, pese a contener muchas pruebas, dificultades, transformaciones, será algo único. La manifestación de la Voluntad Divina sorprenderá a los corazones y a las consciencias y los transformará en aquello que Dios pensó para esta humanidad.
Este camino hacia Belén es largo. Cuántas veces Yo me cansaba, con los pies hinchados, doloridos y con Mi Corazón también dolorido por contemplar a Mi Divina Esposa haciendo tantos esfuerzos, con el Niño Dios resguardado en Su Vientre.
Esta Presencia Divina nos sustentaba, nos renovaba y junto con los ángeles nos permitía que siguiéramos caminando hasta llegar a la meta para cumplir con las promesas de Dios, escritas en los libros Sagrados, de llegar a Belén para que el Hijo de Dios pudiera nacer.
Yo sé cuántas veces se sienten cansados y parece que sus pies ya no pueden caminar, que sus aspiraciones no se concretan y que les gustaría que este camino tal vez fuera un poco diferente para que aquellos, a los que aman, no sufrieran tanto.
Hoy, hijos, abran los ojos de sus corazones y contemplen al Hijo de Dios en su interior, gestándose silencioso en ese camino hacia Belén. Dejen que Él los sustente, los guíe y los renueve.
Abran los ojos de sus corazones y contemplen ese lugar pleno de ángeles y arcángeles que también los acompañan, que también los guían para que no se sientan solos, llevando a ese Dios escondido en su interior.
Dejen que la vida espiritual sea más profunda y, al mismo tiempo, más viva para que puedan comprender los tiempos que viven no solo como una secuencia de pruebas y purificaciones.
Este planeta se está purificando y ustedes se están purificando porque algo único, puro, divino los espera y, para ese momento, necesitan estar prontos.
Ya no busquen las comodidades de la vida en Nazaret, en esta noche oscura caminen hacia Belén. Dejen que sus cuerpos sientan el cansancio de ese trayecto. Dejen que su condición humana se vea frustrada por querer vivir algo diferente. Pero, por encima de todo, hijos, permitan que sus corazones se sorprendan con la grandeza y la belleza del Plan de Dios.
Llamen a las puertas de los corazones del mundo y anuncien a sus hermanos que el Hijo de Dios está aquí y no tengan miedo de ser humillados, de ver esas puertas cerrarse, de comprender la ignorancia humana.
Aquellos que deben estar en Belén, en esa pequeña gruta, allí estarán, y se juntarán pastores y reyes para contemplar la verdad, sin distinción de raza o de clase social. Allí las almas serán transparentes y comulgarán de la verdad unas con otras, porque el Hijo de Dios las hará transparentes.
Contemplen sus días de una forma diferente, siéntanse partícipes de este caminar. Ustedes no están yendo a Belén por un censo, para vivir fiestas y reencuentros. Ustedes caminan hacia Belén por un acontecimiento universal en el que la Creación entrará en un nuevo ciclo y nada será igual.
Al contarles todas estas cosas coloco, en sus corazones, cada uno de los aprendizajes que Yo viví, para que en este día, en el que aún están en la oscuridad de este camino, puedan renovarse y confiar en los Ojos de Dios que los observan.
Como en Belén, el Cielo se abre en este lugar. Todos los espejos se vuelven hacia la Tierra, como todos los corazones. Las leyes se detienen para dar lugar a una nueva ley, a una nueva vida, porque el Creador, en Belén, renovó Su Creación y le dio vida a Su Amor.
Dejen, hijos, que en sus corazones Dios pueda volver a dar vida a ese amor que Él quiere manifestar dentro de cada uno de ustedes, para eso fueron creados.
Que esta próxima Navidad represente la apertura y el inicio de un nuevo ciclo, en el que deberán estar un poco más maduros y comprender un poco más la Voluntad de Dios.
Hoy solo quería dejar estas palabras en sus corazones porque sé que muchos no comprenden estos tiempos ni tampoco la Voluntad que Dios tiene para sus vidas. El compromiso con Dios es algo espiritual, interno, es algo entre cada corazón y su Creador. Cuando sean sinceros y humildes, sabrán en dónde estar para cumplir con la Voluntad Divina.
La primera comunión con Cristo fue en Su nacimiento en Belén, cuando la Tierra comulgó con la Presencia Divina que llegaba a su interior como Cuerpo y Sangre vivos para su redención.
Después de María Santísima, fue el propio planeta que comulgó con la Presencia Divina cuando Jesús Niño llegó al mundo. En la Eucaristía viva y consagrada se guardan todos estos principios.
Cuando el Creador nació en Cristo, Él mismo, en Su silencio, les hacía comulgar con Su Presencia y le decía al planeta: "Este es Mi Cuerpo y Mi Sangre para que vivan en Ellos eternamente y así aprendan cómo deben caminar y lo que verdaderamente deben ser".
La Comunión con Cristo se renovaba, de tiempo en tiempo, a lo largo de Su Vida hasta que, en un momento, aquel Niño hecho hombre renovó Su entrega para profundizarla y entregó no solo Su existencia, sino también aquello que la humanidad más temía.
El venció a la muerte para que cada ser comprendiera que Su Presencia transformaba todas las leyes y que, estando en Él, la vida es eterna.
Todos estos principios, todo lo que les hablo se esconde en la Eucaristía consagrada. Por eso, hoy como Sacerdote consagrado por el Señor, convierto estos elementos en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo y les traigo a la memoria el día en el que Él convirtió el pan y el vino y elevándolos los bendijo y los repartió a Sus compañeros, diciéndoles: "Tomen y coman de él porque este es Mi Cuerpo, tomen y beban de ella porque esta es mi Sangre". En aquel tempo, como hoy, todo el Universo contemplaba a la Tierra porque la humanidad se renovaba y, a pesar de no comprender, vivía un poco más los misterios de la Creación.
Hoy reciban el Cuerpo y la Sangre de Cristo que, nuevamente, les son entregados para redimir sus pecados y darles una nueva vida para que, dentro de ustedes, esa vida se geste en esta próxima Navidad y estando en Belén ella se renueve.
Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo y en ellos se encuentra toda la historia de la Creación. Reciban, con gratitud, esta Gracia que el Creador les concede todos los días en todos los Sagrarios de la Tierra. Rindan honra y gloria a Aquel que es único y digno de recibirla.
Su Señor hoy está aquí y Su Voz se manifiesta en el eco de Sus Mensajeros. Que Su Voluntad impregne sus seres para que ingresen en Su Plan y vivan este Plan todos los días que vendrán.
Con estas palabras les agradezco y los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vayan en paz y vivan con gratitud esta caminata hacia Belén. No olviden, hijos, que no importa lo que vivan como pruebas, desafíos, humillaciones, incomprensiones. El final de este camino ya fue trazado por Dios y Su Voluntad solo se comprende cuando se vive.
Les agradezco. Vayan en paz y con el corazón pleno de Dios.
Mientras Me elevo a los Cielos les pediré una canción que es especial para el Corazón de Dios, porque hace que Sus bendiciones desciendan como una lluvia sobre este planeta. Esta melodía fue recibida en sus corazones como un canto divino porque el propio Creador la sopló para que, de esa forma, aprendieran a atraer Sus Gracias hacia la Tierra. Cuando la cantan, sus corazones se tornan puros y es esa misma pureza que abre el camino para que esas bendiciones lleguen a los lugares más escondidos de esta Tierra, y las almas más solitarias, por un instante, ya no se sienten solas porque saben que Dios está con ellas.
Por eso canten y mientras cantan, imaginen todas estas cosas, la bendición de Dios esparciéndose sobre el mundo, permeando a los corazones y a los Reinos de la Naturaleza, a los valles y a los océanos, a toda la vida.
Les agradezco.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando colocas el pensamiento en Dios, puedes atraer Su Voluntad hacia tu vida.
Cuando colocas el corazón en Dios, puedes estar en la Presencia Divina y el Padre, tu Creador, puede vivir en ti.
Cuando colocas tu consciencia en Dios traes Su Reino hacia la Tierra y, a partir de ti, la vida comienza a pasar por una transformación hasta llegar al principio perfecto que el Creador pensó para ella.
Orar por un instante es colocar el pensamiento en Dios.
Orar y servir, haciendo viva la oración a tu alrededor, es colocar el corazón en Dios.
Orar, servir y ser como serías si tuvieras la certeza de que los Ojos del Padre siempre te están observando, es vivir con la consciencia en Dios, buscando agradar a Aquel que te observa, consolar Su Corazón de toda indiferencia y, más que eso, aspirar ardientemente a que todos los seres, donde quiera que estén, puedan participar de la Gracia de vivir en Dios.
Por eso ora, hijo, y ejercita estar con la consciencia en Dios, no para que te sientas perseguido, sino para que te sientas amado, acompañado y protegido y para que ese mismo Amor que recibes te lleve a amar más y mejor.
Vive con la consciencia en Dios para atraer hacia este mundo la Nueva Vida.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando el Universo te permite ver algo en tu interior que debes transformar, no justifiques tus faltas por tu condición humana, que te hace sentir incapaz de transformarte.
La vida te coloca delante de tus miserias porque tu corazón está pleno de la Gracia y de la Misericordia de Dios. A través de ti, hijo, el Creador no solo transforma y convierte las faltas de tu corazón, sino de todos aquellos que no se abren verdaderamente para transformarse.
Decídete a ser otro en tu corazón, según los designios y la Voluntad de Dios. Decídete a dejar que las bendiciones que el Creador te entregó, como los Dones de Cristo, se tornen fecundas, y que multiplicadas en tu interior se tornen un bálsamo para todas las almas que tienen sed.
Decídete a amar el Plan de Dios, amar y respetar Su Voluntad para tus hermanos, y ora para que esta Voluntad se cumpla.
Ora, clamando por ti.
Ora, rogando por el prójimo.
Ora, implorando por el mundo.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Permite que el Propósito de Dios descienda sobre ti como una corriente poderosa que te conduce al cumplimiento de las Leyes de una forma armoniosa y sin resistencias.
El Propósito de Dios es vivo e impregna la atmósfera de la vida, recorriendo y envolviendo constantemente a este mundo. Para encontrarlo, solo basta que tu corazón lo busque y se sintonice con él, aspirando a cumplir la Voluntad de Dios por encima de todas las cosas.
Cuando tienes esa aspiración viva y verdadera en tu interior, ella actúa como un imán que atrae el Propósito de Dios y lo hace descender sobre ti, atrayendo a tu mente las intuiciones e ideas necesarias para su cumplimiento y abriendo camino en tu vida para la expresión de las Leyes y su manifestación.
Amando y buscando la Voluntad Divina, crea en tu consciencia una condición propicia para que se manifieste el Propósito de Dios. Desarrolla, así, el poder de la fe y sabe que, por encima de todo, debes mantenerte firme en la Voluntad del Creador para tu vida y para toda la Creación.
Ama, hijo, al Pensamiento Divino, aunque no lo conozcas. Sabe y ten certeza, en tu mundo interior, de que Dios te creó por un motivo único, y ese es el Propósito del Padre para tu vida.
Más allá de la Voluntad de Dios para ti está el Plan de Dios, que es la unión de Sus Voluntades para todas Sus criaturas. Este Plan se forma a través de la expresión y de la manifestación perfecta del Pensamiento Divino para cada ser.
Todas las criaturas están incluidas, como partes únicas de un "rompecabezas" celestial, en el Plan de Dios. Por eso, en tu vida, cela para que todos tus hermanos tengan la oportunidad de convertirse en triunfos de Dios y ora para que se cumpla este Plan Mayor.
Con el ejemplo, el servicio, la gratitud y, sobre todo, con amor y respeto al prójimo, verás manifestarse en tu vida esta y todas las cosas que te digo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Que hoy reine la paz en todos los corazones y entre todos los pueblos.
Que, por sus oraciones, el amor y el respeto para con todas las naciones y culturas sean gestados en la consciencia humana.
Expresen con alegría la gratitud por la diversidad de este planeta, que lo hace único en el Universo por la amplia posibilidad que los seres tienen de aprender a amar.
Que, unidos a Nuestra Señora de Guadalupe, sus corazones aprendan a darle la debida importancia a todos los pueblos y que amen y celen por la expresión pura de cada uno de ellos.
Cada pueblo, como cada cultura, tiene un propósito superior para manifestar. Hoy, hijos, oren por este propósito para que las naciones recobren su pureza y encuentren el principio perfecto de la Voluntad Divina para sí mismas.
Oren para que cada nación exprese en este mundo lo mejor que tiene. Ya no juzguen las culturas y las religiones, en su lugar oren para que todas ellas encuentren la Voluntad de Dios y que esa Voluntad conduzca a los seres a expresar, a vivir y a ser el Amor de Dios, renovado constantemente en Sus criaturas.
Hoy es un día para agradecer la existencia de los pueblos, de las culturas y de las naciones.
Hoy es un día para clamar al Padre para que, en Su Corazón de Amor, una todos los caminos que llevan a Él.
Hoy es un día para colocar el corazón dentro del Corazón Sagrado de Nuestra Señora de Guadalupe y aprender con Ella a establecer la paz.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En el Arca de Noé, como en las manos de Moisés y en el Templo de Salomón, estuvo el Arca de la Santa Alianza.
Hoy ella está entre Mis Manos, para traer un impulso espiritual al mundo, definitivo y preciso, dentro de estos tiempos de caos.
El Arca contemplada por los ángeles y los arcángeles tiene en su interior la revelación que necesita la humanidad, los escritos más sagrados del universo, el Pensamiento transmitido por la Mente de Dios, dentro del Divino Propósito.
Esta es el Arca que formará parte de la Nueva Humanidad y ya no estará guardada en los Recintos internos, será colocada en la superficie, tiempo después de Mi retorno al mundo, cuando Yo ya haya congregado a todos Mis rebaños de todos los tiempos y de todas las generaciones; cuando haya vencido al mal a través del Amor, y así, haya trascendido la dualidad en cada consciencia humana.
Ese será el preámbulo del advenimiento del Arca de la Santa Alianza, la que en su interior traerá para la humanidad el Santo Grial, con todos los códigos divinos, con todos los impulsos transformados, sublimados y elevados por la Consciencia del Hijo de Dios, con toda la experiencia divina vivida una vez en la Tierra entre Sus apóstoles y seguidores, con todos los códigos de la Resurrección y de la Transfiguración, así como también los códigos de la Ascensión vendrán en el Arca de la Santa Alianza.
Sé que no saben lo que eso significa y lo que eso representa, porque es algo que aún no sucederá en esta humanidad.
Mientras tanto, compañeros, que su perseverancia Conmigo no sea pobre, ni tampoco que se debilite; que su confianza Conmigo no sea mediocre, ni indiferente; porque los tiempos difíciles llegarán, pero para quien confíe en Mí, los tesoros del Cielo no le faltarán.
Así como desde los planos de la Divinidad hoy traigo el Arca de la Santa Alianza, el Cordero que fue inmolado y que resucitó entre los muertos, decretando la victoria del Amor y de la Verdad, glorioso y resplandeciente, retornará a la Tierra dentro de Su gran Consciencia Divina y universal, nunca antes vista por ningún hombre de la Tierra, solo contemplada y admirada por la Madre de Dios.
Esa es la Consciencia Divina del Hijo Primogénito, del Hijo Resucitado y Glorificado que vendrá al mundo por segunda vez.
Vigilen y adoren por esta revelación. Sigan orando de corazón y con constancia, y los frutos del nuevo tiempo llegarán a sus corazones y vidas.
Pero el tiempo de la oscuridad, aquel que ha generado la raza humana para este tiempo de Armagedón es necesario e imprescindible, porque las almas deberán aprender a vencer la dualidad interior, por medio de la fuerza y del poder del amor.
No Me sirve, compañeros, que bajen los brazos. Después de todo lo que Yo les he dado, su pensamiento debe estar en Mi Pensamiento, y sus sentimientos, deben ser Mis Sentimientos sublimados y elevados.
Así, no perecerán y no les faltarán las llaves para poder abrir las puertas que los conducirán hacia el Reino de Mi Corazón, a la Casa del Padre Celestial, aunque aún estén sobre la superficie de este planeta.
Hoy traigo entre Mis Manos este terafín universal para que sea contemplado y admirado.
Dentro de este universo material el Arca de la Santa Alianza representa la Voluntad de Dios manifestada para este universo y para toda la vida creada, dentro del plano físico.
Allí se encuentra, dentro de esa Sagrada Arca, la historia pura de Dios antes de que Él pensara y concibiera la Creación, así como también toda la historia más evolutiva del universo; el triunfo de muchas humanidades y la historia escrita en muchas estrellas, así como la historia de Su Hijo Primogénito y de la Concepción Divina en el Vientre purísimo de la Madre Universal; la historia del acompañamiento de todos los ángeles y la derrota de los grandes infiernos del mal; la historia del Arcángel Miguel en la humanidad en la fusión divina con el Divino Hijo, así como la presencia incalculable e inalterable del Arcángel Gabriel en la Consciencia de la Madre de Dios; la presencia del Arcángel Rafael en la experiencia humilde y simple de San José.
Y aún más, compañeros, esta Sagrada Arca, guarda la historia evolutiva de las primeras humanidades, de los que pudieron representar a Dios de una forma simple y verdadera, los que pudieron vivir los misterios del universo y atraer hacia la Tierra una vida fraterna y de hermandad; los que aprendieron a sostener el Plan de Dios a través de los tiempos difíciles, tanto en el pasado como en el presente; la historia de amor vivida por los grandes patriarcas, la experiencia de redención de los apóstoles; la santificación de las mujeres de Jerusalén y todo el compromiso vivido y revivido, una y otra vez, a través de los tiempos, hasta los días de hoy de todos los que se comprometieron Conmigo en toda la historia de la humanidad y del planeta a ser parte de esa alianza divina con la Sagrada Arca del Padre Celestial.
Ahora, toda esa historia no podrá ser interferida, ni tampoco detenida. Depende de ustedes, de su disposición, de su adhesión y de su compromiso incondicional para que su historia de vida, su historia de redención, de perdón y de rehabilitación forme parte del Arca de la Santa Alianza, como el triunfo del Código Crístico transfigurador en cada consciencia humana, en cada corazón humano, en la vida espiritual de cada ser.
Por eso, los animo a seguir adelante. El peso de su cruz pasará y Mi Palabra, que es eterna, triunfará.
Lo único que les pido es que sean constantes, consecuentes y responsables con los impulsos divinos que reciben, porque hoy les vuelvo a decir, compañeros, con la humildad de Mi Corazón, que Mi tiempo con ustedes se está acortando para terminar esta tarea, para que los Nuevos Cristos sean vistos en la Tierra como portadores de la paz, de la Misericordia y del bien.
Ustedes son llamados a dar continuidad a Mi Obra divina y a sumergirse dentro del caos y de la tribulación para salvar a las almas, aun si fuera necesario de que den su vida por Mí, Yo podré atestiguar que su entrega fue verdadera.
No les vengo a pedir lo que es imposible ni tampoco lo que aún no Me pueden dar. Solo les pido que caminen a Mi lado, que se sostengan en Mí, que confíen en Mí y que pidan por Mi Misericordia, así como lo hizo todo el tiempo el apóstol Juan, aprovechando cada momento para poder estar cerca del Señor, para poder estar cerca de Dios, en comunión con la Vida y con el Espíritu de Dios.
Que el Arca de la Santa Alianza represente para ustedes el símbolo de la elevación de la consciencia y la aspiración permanente de alcanzar el Reino de Dios, sabiendo que nada de lo que sucede es por acaso, que todo tiene un sentido y una meta para el Padre Celestial.
Si sus infiernos internos son muy grandes o si su júbilo es infinito para sus almas, no hay nada que deban temer, porque todo tiene su porqué.
Únanse a este Principio Creador y reciban hoy, del Arca de la Santa Alianza, el último impulso del Redentor para la transformación de sus vidas y la redención de sus seres en nombre del triunfo del Sagrado Corazón de Jesús.
Ante la Iglesia Celestial que hoy los reúne, ante los Sacerdotes del Universo y de los patriarcas de la Palabra Divina, ante los ángeles del Cielo y de todos los seres humanos, que a través de la historia se santificaron por medio de la experiencia de Mi Amor, ante el Corazón Espinado de Jesús y la agonía silenciosa de María por todo lo que sucede en el mundo, ante la fuerza y el poder de la oración, ante la confianza de todos Mis discípulos y peregrinos y el amor de todos Mis allegados, ante la presencia del Trono del Padre Celestial y de Su Fuente Inmaterial, acepto y acojo la reconsagración de Brasil a Mi Sagrado Corazón, y hoy extiendo para este pueblo una Gracia especial y expiatoria que deberá ser cuidada y protegida por cada uno.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
El Maestro está elevando Su Mano derecha para bendecir al Brasil y colocando Su Mano izquierda sobre el Corazón.
Cristo Jesús:
Hoy Te imploro Padre, que descanses en el amor de Tus hijos, que Te regocijes en la pureza de las almas que se consagran y que puedas estar vivo y presente, en cada corazón humano, para que el latir de Tu Espíritu sea el pulsar del corazón de cada ser, el latir infinito de Tu Amor y la expansión gloriosa de Tu Gracia.
Bendice, Señor, a este pueblo y a todos los seres humildes que en el silencio de su simplicidad, representan a Tu Obra en la Tierra y viven el apostolado de Mi Corazón.
Y ante los Universos superiores que conceden esta intervención divina, reconsagro al Brasil a Mi Sagrado e Insondable Corazón, para que los Cristos de este pueblo sostengan el fin de los tiempos y los tres días de oscuridad, como testigos verdaderos del Sagrado Corazón de Jesús.
Que la fuerza de su fe nunca se quiebre, que la templanza de sus corazones se sostenga en la templanza de Mi Corazón y que el Fuego del Espíritu Santo coloque la palabra divina en sus labios, a fin de defender Mi Obra Redentora en el fin de estos tiempos.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Antes de santificar los elementos de los cuales las almas se servirán para recibir Mi Gracia y Mi Misericordia, quisiera anunciarle al mundo entero, que la continuidad de esta Obra con los Mensajeros Divinos vivirá una pausa a fines de este mes de diciembre, y que ella continuará adelante cuando todo se haya cumplido, no solo a nivel espiritual sino también a nivel material.
Depende de ustedes y del mundo entero de que Mi Palabra y Mi Presencia llegue a más lugares del Brasil para poder sostenerlo y auxiliarlo, así como también Mi Verbo Divino pueda llegar a otras naciones del mundo y hacia otros continentes.
Dios reconoce los esfuerzos, pero los esfuerzos deben ser equilibrados y justos.
Todos son merecedores de la Gracia y de Mi Presencia en este tiempo final y en las naciones del mundo, no será fácil, y ustedes lo saben.
Es un compromiso de la humanidad de que Mi Presencia y Mi Mensaje puedan estar en otros lugares del mundo hasta que el Padre Celestial lo indique y lo considere.
Aún tengo planes para cumplir con ustedes y con la humanidad, que son los planes de los últimos tiempos y de los últimos impulsos espirituales que cada Sagrado Corazón le dará al mundo antes del momento más difícil de la humanidad.
Estamos sedientos de almas buenas y también de corazones arrepentidos.
El Plan de Rescate se construirá con la cooperación de todos, bajo la Ley de la Hermandad.
A pedido de Mi Padre, estoy anunciando esta pausa y este receso.
La respuesta de todos y del mundo entero es lo que Me permitirá continuar adelante. De lo contrario, en nombre de la Ley de la Justicia Divina y de la Ley del Equilibrio, sagrados atributos para el Universo, solo podremos continuar hasta el fin de este mes, pero no dejarán de recibir Nuestras palabras.
No podremos estar presentes en aquellos espacios que tenemos que estar.
Ustedes saben que Nuestra Consciencia es omnipresente y no Nos costaría nada estar en cualquier lugar que fuera necesario, pero Yo les estoy dando la oportunidad de servir a Dios y de aliviar sus deudas espirituales para que puedan renacer finalmente en el amor, y ayuden a otros a renacer en el amor.
Esperaré pacientemente en lo alto de las montañas durante estos próximos meses para escuchar sus respuestas.
Dios bendiga este momento, para que cada ser se vuelva más consciente y asuma lo que ha venido a cumplir en el nombre del Amor y de la Unidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos podemos poner de pie para la consagración.
Cristo Jesús:
Señor, Tú sabes que las almas te aman, por eso te pido, Padre, que aceptes todas las ofertas que hoy te realizan, a fin de que triunfe Tu Proyecto de Amor. Amén.
Bendice esta agua, Señor, para que Tu Gracia se pueda esparcir en el mundo, y así como el agua que cae en el planeta por medio de la lluvia, se convierta en una lluvia de gracia infinita y de amor en las almas, a fin de que todo sea cumplido. Amén.
Padre, bautiza con Tu Espíritu a los que han sufrido, para que las dolencias espirituales se disipen y se desvanezcan de la consciencia humana.
Que el afluente infinito de Tu Amor, que el manantial de Tu Gracia, de Tu Perdón y de Tu Cura santifique a los que hoy serán bautizados por Tu Espíritu, en unión a Tu infinito Amor. Amén.
Señor, unge con este aceite los cuerpos enfermos, exorciza a las almas poseídas y libera a las almas de las corrientes del mal.
Con la unión poderosa de la Cruz, que todo mal sea vencido y extirpado. Que, así como el Hijo de Dios fue ungido por las mujeres de Jerusalén, hoy los que serán ungidos sean restaurados y reparados por la cura divina. Amén.
Por el poder del Arca de la Santa Alianza que los códigos desciendan.
Y hacemos memoria del misterio del Amor del Hijo de Dios durante la Última Cena cuando tomó el pan, dando gracias a Dios por el Sacrificio, el Padre lo bendijo y entregándoselo a los apóstoles, les dije: “tomen, coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para la expiación de los pecados".
Del mismo modo, su Maestro y Señor tomó el Cáliz, no solo para irradiarle la paz al mundo y la redención a la humanidad, sino también para que el Padre lo santificara y lo bendijera y entregándoselo a los Apóstoles les dije que bebieran de él porque "esta es Mi Sangre que será derramada por los hombres y por los mártires para el perdón de los pecados".
Hagan siempre esto en Mi memoria.
He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo, Fuente de Misericordia y de Salvación para todas las almas que confían en Él.
Dichosos sean, compañeros Míos, todos los que se servirán de este Sacramento, pero, antes, que se confiesen y se arrepientan para que el Divino Cuerpo y la Preciosa Sangre, purifiquen sus almas y santifiquen sus corazones. Amén.
Confíen en que todo se cumplirá como Dios lo ha previsto. En su confianza está la llave para la concreción del Plan. Si desde ahora lo comienzan a vivir y a sentir profundamente, el Plan se cumplirá, como está escrito.
Que se alegren sus corazones porque el Brasil se ha reconsagrado a Mi Corazón Misericordioso y él profundizará su reconsagración en los próximos meses, con la constancia y la devoción de los orantes y el clamor de todo el Pueblo de Dios.
Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a todos los seres de buena voluntad.
Extendiendo Mis Brazos en señal de Cruz, como testimonio del Amor verdadero de Dios por todas Sus criaturas y el planeta, Yo los uno al poder de la Sagrada Cruz y al misterio infinito de su impulso exorcista.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. (x3)
Que la paz esté en todos los mundos internos para que pueda estar en todos los hombres de la tierra, así como en todas las naciones del mundo.
Sigamos orando por la paz, por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús, del Inmaculado Corazón de María y del Castísimo Corazón de San José.
Que así sea.
Fraternalmente se darán el saludo de la paz, para que la paz esté en las familias que viven las guerras y en todas las familias del mundo que no pueden vivir la unidad en esta sagrada Natividad.
¡Les agradezco!
Segundo Mensaje
La revelación del misterio se aproxima a la consciencia humana. Este es el momento de conocer la Verdad profundamente y de poder penetrar ese misterio a través de la revelación de su conocimiento divino y cósmico.
Hoy provengo nuevamente del Sol, porque este es el astro universal que los rige y que los ilumina, día a día.
A pesar de lo que suceda y ante cualquier acontecimiento, el Sol, como esencia, les da la vida, la regeneración y la cura.
Por eso, hoy Mi Mensaje también viene desde ese lugar, desde ese Sol que gobierna este sistema solar y que concentra muchas Leyes, universales y cósmicas, para la evolución de la vida y de la consciencia.
El Sol será el testigo de los acontecimientos del fin de los tiempos en este planeta y en su humanidad, y en él se verterán todos los principios para que el sistema solar vuelva a ser regenerado y todo comience de cero.
El Sol que los rige no es solo un elemento físico, material o cósmico; él es una energía que fue colocada dentro de este sistema de vida para que todos pudieran aprender de él, a través de los ciclos y de las estaciones.
Cada elemento, así como cada acontecimiento, tiene su lugar y su hora. El Sol que los rige entrará en un nuevo estado y en una nueva forma, a través de su autopurificación divina y de sus leyes que forman parte de este Universo Material; leyes que también forman parte de cientos de Soles en otras regiones del vasto Cosmos.
En este Sol encontrarán las usinas para la regeneración de las esencias humanas y de su contraparte espiritual que aún deberá vivir su redención, su purificación y, por último, su rehabilitación.
Las ondas que él emitirá para estos tiempos serán intensas y determinantes. Una parte de la humanidad lo identificará como un castigo, como un desequilibrio global o como parte de un acontecimiento universal; aunque eso sea cierto, la intención y el propósito es otro, el Universo nunca se detiene y nunca se detuvo, él vive en un dinamismo constante y en una aceleración permanente.
Ustedes, como humanidad y como planeta, están dentro de este sistema de vida y, dentro de este sistema de evolución que llega hasta lo más profundo de sus cuerpos, hasta la materia, hasta sus células y átomos.
La aceleración de estos tiempos es parte de la aceleración del Universo y de este sistema solar que se prepara para ingresar a un nuevo tiempo que, espiritualmente, no será tan notorio para todos, pero sí será visible en el movimiento de las leyes de la vida material o, incluso, en las agujas de reloj. El tiempo parece correr y no ser suficiente.
La transición de la humanidad y el auge de su gran purificación se aproximan para ingresar en el real tiempo del Universo, en donde existe solamente el eterno presente.
Por eso las Jerarquías, a través de los tiempos y de las generaciones, a través de todas las épocas y de todas las décadas, han preparado el preámbulo para el ingreso de ese nuevo tiempo; de lo contrario, la humanidad hubiera sufrido demasiado la aceleración del tiempo dentro de la consciencia y del espíritu.
La asistencia universal viene en auxilio de todos, la aproximación de la Jerarquía viene en auxilio de todos. Solo bastará vivir las reglas para poder cumplir el Plan y llevarlo adelante conforme al Propósito Divino.
De nada valdrá hacer mucho en la humanidad si la misión no está basada en el amor y en la verdad, en la transparencia y en la obediencia; atributos fundamentales para los tiempos de hoy, en donde muchas manifestaciones espirituales y humanas se presentarán y convencerán a la mayoría de que son reales y autónomas.
Seguir a la Jerarquía tiene un solo sentido y tiene un mismo fin, un mismo propósito, una misma meta que es alcanzar la fusión en hermandad, en unidad y con fe; atributos que promueven la materialización del Plan en la superficie de este planeta y en otros.
Las humanidades de este Universo se están postulando para ayudar a esta humanidad actual, a esta raza que proviene de los Adanes y de las Evas y de una continuidad de errores y de fallas sucedidas a través de los tiempos y de las épocas; pero el fin de la Ley del Sufrimiento se aproxima para que se abran las puertas a la cura y al alivio del dolor.
Cuánto más clamen por Mi Misericordia y por la Piedad de Dios, más aún se abrirán las puertas.
Cuánto más demuestren que están comprendiendo lo que decimos y lo que hablamos, más aún se abrirán las puertas a la Misericordia y cada uno, a pesar de donde se encuentre o de cómo se encuentre, recibirá lo que necesita. Confíen en lo que les digo.
El Sol, para la humanidad, representa esa fusión espiritual entre las almas y Dios, ese principio fundamental que una vez debió haberse vivido en la existencia de los Adanes y de las Evas, pero que no sucedió, por diferentes circunstancias.
Ahora la historia se recalculará y el Plan se profundizará en la consciencia humana para que todo ser en la superficie de este planeta tenga claro y presente lo que significa la Voluntad de Dios.
No dejen de abrir su corazón a los misterios. Beban de esta Fuente Inmaterial que hoy les traigo para que sus vidas sean renovadas y nunca, nunca sientan sed; porque la comunión con la vida superior es posible mientras se vive esta vida inferior en la superficie de la Tierra.
La Escuela de los Nuevos Cristos será regida por este maestro, el Sol del Universo Local; aquel que imparte muchas más energías y principios para la vida humana, para el planeta y el Universo.
De esta Fuente Solar nacerá el Nuevo Tiempo y colmará a todas las Jerarquías y a sus discípulos, a todos sus servidores y colaboradores.
Ahora es tiempo de dar ese salto y ese paso hacia el cumplimiento de la última parte del Plan que es responsabilidad de todos; que es responsabilidad de cada uno con Dios y el Universo.
La firma de sus espíritus ya fue concebida, el permiso ya fue dado y la hora se aproxima para ese acontecimiento en el que todos, congregados en el amor, prepararán interiormente el surgimiento de esa Nueva Humanidad que dejará de ser mental para que finalmente sea espiritual y divina; así como el Padre lo ha pensado desde los Orígenes, desde antes de que existiera el Universo y toda su vida.
Esta Maratón significa el pasaje a un nuevo tiempo y a una nueva energía espiritual concedida por la Jerarquía.
El pasado quedará en el ayer, el presente pasará a ser parte del futuro y las puertas se abrirán para un nuevo ciclo, a fin de que la consciencia humana participe de los impulsos que vendrán del gran maestro Sol.
Que Mis Palabras se conviertan, en ustedes, en fuente de sabiduría y de claridad, en fuente de discernimiento, de cura y de amor; porque el objetivo de todo este impulso es un fin mayor, basado en el Amor de Dios y en la unidad con la Fuente Suprema que los rige desde el origen de sus esencias en el Universo Material.
Para que, al fin, compañeros, sean esa chispa de luz para el mundo durante el tiempo de tinieblas y de tribulación para que más velos de la consciencia caigan de los rostros de los seres y se abran las puertas al conocimiento y al despertar.
Reciban, entonces, toda la asistencia de esta Fuente Solar que se revelará al mundo en poco tiempo por sus principios y señales, por sus emanaciones y energías superiores.
Vengan Conmigo a la Fuente del gran Sol y comulguemos, en esencia, con la nueva vida que estará libre de los errores, del sufrimiento y del dolor.
En la esencia nacerá el nuevo ser que se tornará como un Sol para iluminar los nuevos tiempos.
Reciban Mi bendición y Mi entendimiento, Mi Gracia y Mi Misericordia para los tiempos que vendrán.
Bajo este Sol que gobierna esta parte de la vida universal, bajo las estrellas de este Universo que son testigos de muchas experiencias y vidas, bajo la existencia del Universo Material y de sus corrientes poderosas, de sus atributos, rayos y energías que forman parte de la elevación de la consciencia y de la unidad con Dios, Yo los bendigo para este nuevo ciclo que será sostenido por su amor y por su fe, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo del Cielo para cumplir una promesa del Padre Creador, una promesa que pertenece a Mis hijos de la Tierra y que en este último tiempo deberá cumplir y concretar.
Vengo con la promesa, hijos Míos, de que descubran en su interior lo que Dios colocó desde sus orígenes, antes del principio se esta Creación para este Universo Material.
Eso que existe dentro de ustedes es muy valioso para Dios y ha venido con ustedes en esta vida, encarnó en ustedes, para que pudiera cumplir su propósito y su manifestación.
Hoy les hablo de aquello que está en lo interno de lo más interno y que deberá algún día retornar a Dios, con toda la experiencia vivida del Amor, del Perdón y de la Reconciliación.
Hijos Míos, en este tiempo la humanidad no pone atención a esto. La vida está muy exteriorizada y las almas están muy hipnotizadas por todo lo que les ofrece el mundo.
Pero existe algo en lo profundo de sus seres, que es eterno, invencible e intransferible.
Es eso que necesito, hijos Míos, que en este tiempo ustedes puedan buscar. Porque descubriendo dentro de ustedes lo que Dios dejó, la humanidad podrá reconstruirse espiritual y físicamente.
Los Reinos de la Naturaleza ya no padecerán las consecuencias del ser humano, todos podrán vivir en armonía y en paz, así como Dios lo desea.
Pero como ustedes están dentro de un tiempo de transición que nunca vivieron en ningún otro tiempo, buscando eso que existe y que Dios colocó dentro de ustedes, podrán atravesar estos tiempos con mayor madurez y adultez; podrán percibir la clara realidad de estos tiempos, y así, estarán unidos a la Jerarquía.
Hijos Míos, reencuentren en ustedes la esencia interior, aquella esfera de Luz que los Padres Creadores diseñaron para sus consciencias, que surgió de una Fuente, que nació de un gran estanque de luz para poder peregrinar por el Universo y por la Tierra, para aprender amar, crecer y vivir.
Hijos Míos, muchas de esas esencias en el mundo están contaminadas; pero Yo vengo con la Luz de Mis Espejos para poder purificarlas y sublimarlas y Me sirvo de los grandes océanos de esta región para poder espejar sobre ellos los atributos de Dios, aquellos que a cada uno de ustedes algún día los tornará libres y podrán estar en comunión con la Creación y con la Vida.
Por medio de la oración, del servicio, de la entrega y de la donación de sí y una vida de interiorización y de meditación interior, con todo lo que existe en este vasto Universo, ustedes podrán regenerar sus vidas, hijos Míos, y las corrientes poderosas del Universo vendrán en su auxilio para seguir impulsando sus consciencias al gran cambio, el gran cambio que la humanidad deberá vivir en estos tiempos definitivos.
Por eso su preparación básica es el camino de la oración y no otro.
Ustedes deben aprender a comunicarse con Dios interiormente a través del verbo orante.
Y a través de la oración que ustedes hoy Me han ofrecido amorosamente, hijos Míos, es permitido que Yo les pueda decir todas esas cosas, porque como Madre de ustedes y Madre de la Humanidad, deseo el bien para cada uno de Mis hijos.
Tengo la intención amorosa y espiritual de retirarlos de la ilusión. Por eso, hijos Míos, anímense a sumergirse dentro de ustedes, para que puedan sentir y percibir cómo está su esencia interior.
Los ángeles de la guarda esperan por poder ayudarlos y servirlos incondicionalmente. Eso ayudará ampliamente al ángel de esta nación, al Ángel del Brasil, que espera que cada uno de ustedes se una a Él, para poder aprender a atravesar estos tiempos difíciles en un mayor grado de neutralidad, amor y sintonía.
Por medio del descubrimiento de sus orígenes, hijos Míos, sus espíritus posarán sobre sus cuerpos y crearán esa perfecta unidad con el Padre Celestial.
Y no solo serán merecedores de las Gracias del Universo, sino de las Gracias del Conocimiento sideral, que está guardado en cada una de las estrellas de este Universo, despertando la consciencia de sus seres.
Estableciendo la unidad con sus esencias purísimas, podrán ser merecedores de mayor misericordia y perdón. Podrán percibir, hijos Míos, que muchos hábitos en sus vidas ya no son necesarios.
El alimento de la oración y la fuerza interior del servicio por los demás, es lo que hará transformar el mundo y traerá el amor a todos los corazones.
Con este ejercicio simple, que Yo les entrego, de aprender a buscar su esencia interior, también ayudarán a sus almas a encontrar el camino de la cura. Ellas suplican al Universo por ayuda, una y otra vez.
Aprendan, hijos Míos, a corregir sus caminos y a seguir el camino crístico que les ofrece Mi Hijo, Nuestro Señor, y estarán dentro de la senda de la Jerarquía y seguirán recibiendo sus impulsos espirituales, que los llevarán a comprender la vida tal cual es y a estar en contacto interior con todas las esferas sublimes del Universo.
Necesito, hijos Míos, que en este tiempo sus esencias sean curadas, porque siendo curadas serán purificadas, podrán recibir los atributos de Dios, que son urgentes y necesarios para estos tiempos difíciles.
Los atributos los transformarán, elevarán la consciencia y podrán estar delante de la realidad planetaria con otros ojos, encontrando en cada lugar y en cada rincón una necesidad para ser suplida.
Necesito, hijos Míos, que sigan desarrollando dentro de ustedes el camino del amor, para que en sus vidas se fortalezca el camino de la fe, pilares importantes para estos tiempos críticos, en donde se verán cosas increíbles e inconcebibles por parte de la acción de los seres humanos y de las naciones.
Pero Yo no los invito estar en el conflicto, ni en la desesperación. Los invito, hijos Míos, a estar en la divina armonía de Dios. Por eso deben descubrir dentro de ustedes el valor de sus esencias, para que pueda volver a resplandecer el sentido de su existencia y el motivo superior que los trajo a esta vida y a este mundo.
Tomando conocimiento de todas esas cosas, hijos Míos, podrán vivir la Voluntad de Dios.
Mis Manos y Mi Corazón están llenas de Gracias para ser derramadas sobre el mundo y espero que sus esencias se puedan purificar y sublimar para ser merecedores de esa Gracia Divina, y tendrán todos los sentidos internos abiertos. Sus sentidos externos se aquietarán y se calmarán para poder percibir la realidad divina y el verdadero sentido que trae el Universo para estos tiempos y para la humanidad.
Deseo que siempre puedan hacer el bien en cada lugar y en todo momento, porque así, hijos Míos, permitirán que otras almas se curen y el sentido de muchas almas más cambiará sus vidas, y la vida de sus hermanos volverá a tener un sentido y un propósito para este tiempo.
Yo no les pido, hijos Míos, nada imposible. Pido lo que en verdad puedan alcanzar en este ciclo, pero es urgente que la humanidad tenga consciencia de lo que está haciendo, que todos los seres se puedan unir en el amor y en la verdad para que Dios no derrame Su Justicia sino su Infinita Misericordia, porque el Padre Celestial les ha dado todo y sigue dando todo a Sus hijos.
Necesitan responder a eso que reciben; por eso Yo les vengo a advertir en el nombre del amor para que sus caminos estén en el camino de Cristo, siempre velando por la Verdad, por la realidad superior y la consciencia que cada uno de ustedes debe descubrir en este tiempo.
No sientan temor por lo que hay más allá de este Universo material, porque hacia el Infinito, algún día sus consciencias deberán volar para poder fundirse con el Padre, con Su Fuente máxima de Gracia y de Amor, y así podrán vivir una síntesis de todo lo vivido y experimentado en este planeta.
Pero en este tiempo es necesario, hijos Míos, que sus dones puedan despertar, para que sus talentos estén al servicio de Dios.
Mediante el camino de la oración perseverante y constante. Irán transformando sus vidas, poco a poco y podrán algún día, mediante la Gracia de Dios, espejar hacia el mundo lo que verdaderamente son, desde donde surgieron para vivir esta experiencia de Redención y de Perdón.
Les invito, hijos Míos, a ingresar en la Escuela de la Verdad, ya que muchos de Mis hijos, los que antes estaban Conmigo, decidieron salir de esta Escuela. Pero como Madre paciente, amorosa y perseverante espero por todos Mis hijos, para que cada uno de ellos pueda ingresar en esa Escuela de la Verdad y así recibir el conocimiento que necesita para ennoblecer sus espíritus y cumplir la Misión que Dios les ha pedido en este planeta.
Eso es, principalmente, para la juventud, a la cual tengo mucho en cuenta para estos tiempos críticos. Porque la juventud trae ese puente hacia la renovación que permitirá traer la cura del Universo para todas las consciencias.
Yo le extiendo Mi Mano a toda la juventud del planeta para que se anime a conocerme y a sentirme, a descubrir quién es en verdad la Madre de Dios, la Madre que siempre los acompaña y los guía desde antes que ustedes tuvieran consciencia sobre su existencia.
Por eso en esta noche, hijos Míos, espejo el Gran Amor de Mi Corazón para todos los que necesitan de ayuda, de intercesión y de Gracia para estos tiempos.
Desde ahora agradezco a todos los que han acompañado esta peregrinación, sabiendo que no es solo una peregrinación material sino especialmente espiritual, que abraza a muchas consciencias, naciones y situaciones planetarias que se van desactivando, reconstruyendo y transformando para que todas esas situaciones estén todas dentro del Propósito de Dios y no del propósito de los hombres.
Depende de la humanidad la oportunidad de recibir una gran intervención divina. La respuesta de parte de los seres humanos será muy necesaria, para que esa ayuda universal pueda llegar a la Tierra y todo, absolutamente todo, se mantenga en el equilibrio.
Reciban cada una de Mis palabras como si fueran las últimas, porque sé como Madre que las necesitarán, para poder seguir caminando en esa trayectoria de la Tierra, rumbo al sagrado encuentro con el Redentor.
Por esa razón, también vengo aquí por los que hoy se consagrarán, por los que ya se consagraron una vez a Mi Inmaculado Corazón.
Este será el momento, hijos Míos, especialmente para los Hijos de María de todo el Brasil, de poder responder y corresponder al llamado de Dios en todo lo que es presentado y manifestado como Voluntad Divina. Eso evitará muchos acontecimientos en su país y las puertas de la Divina Misericordia se mantendrán abiertas sobre un pueblo y una nación, que fielmente es devota a la Madre de Dios.
Que se aproximen los que hoy se consagrarán como Hijos de María.
Preparándonos mediante el cántico de la consagración, haremos la renovación de nuestros votos a la Madre de Dios, asumiendo nuestro compromiso interior y espiritual con la Obra de los Mensajeros Divinos y el Padre Celestial.
Almas queridas de Dios, seres congregados en el nombre del Amor ante el Altar Sagrado de la Madre de Dios: Que sus almas hoy reciban esta bendición maternal que Yo les traigo.
Que sus corazones sientan el impulso de la paz, del amor y del bien, que hoy emite Mi Corazón Inmaculado, para que su compromiso ante Dios sea verdadero y persistente, para que aprendan a proteger sus vidas mediante el camino de la oración, del servicio por los demás y por los Reinos de la Naturaleza, para que en sus familias y hogares pueda despertar el principio de la Sagrada Familia, mediante actos de bondad, de caridad, de amor y de bien para con sus semejantes.
Hoy, su compromiso Conmigo será por todas las familias del Brasil y del mundo, para que en sus familias exista el oratorio dedicado a Mi Materno e Inmaculado Corazón, donde Mi Presencia pueda estar allí entre ustedes y en todos los hogares del mundo, especialmente en las familias que están divididas y separadas por el desamor.
El Brasil, como pueblo devoto a la Madre de Dios, tiene la posibilidad de realizar muchas obras. Por eso no Me canso de volver aquí una y otra vez, para poder bendecir a Mi pueblo querido, que siempre suplica a Dios por Su Amor y por Su Gracia, por Su Misericordia y por Su Compasión.
Hijos, Yo los amo y solo deseo que hagan el bien, para que el Bien de Dios esté en sus corazones y en el corazón de todos sus hermanos, a fin de que la maldad sea disuelta, los infiernos sean cerrados, para que las almas se liberen y reencuentren el camino hacia Dios.
Oremos. Y hoy oraré con ustedes, hijos Míos. al Padre Celestial. para que esta ofrenda que nace de sus corazones, sea recibida en Su Reino y Él les devuelva Su bálsamo de Paz, de Cura, de Amor y de Perdón, para que sus vidas a partir de ahora sean otras. Crean que eso es posible.
¡Recemos!
Padre Celestial ... ( x 3 veces)
Brasil siempre será el Edén, donde Dios colocará Sus Ojos para contemplar la transformación de Sus hijos y el cuidado de todos los Reinos, a fin de que siempre esté presente la paz, el amor y la unidad entre los seres.
Yo los bendigo y los consagro a todos como Mis hijos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que una lluvia de Amor y una Gracia espiritual descienda en este momento, no solo para bendecir al Brasil sino también a todos los Reinos, a todos los continentes y los océanos que están unidos a la Creación de Dios en perfecta unidad.
Hoy Me alegro por haberlos tenido aquí, porque hayan traído su ofrenda para Mi Corazón.
Hagan lo que les pido, oren todos los días y todo se transformará y se curará. Es algo muy simple, así algún día serán como Yo, bellos en el Amor y agradecidos en la Confianza.
¡Yo les agradezco!
Sigan adelante en el Camino del Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
A los que perseveran
Miren hacia el horizonte y dejen que sus ojos puedan contemplar aquello que no se ve con una mirada común, sino que se encuentra con la mirada del corazón.
Vean y sientan el despuntar de una nueva vida que comienza dentro de ustedes y, poco a poco, se va manifestando en el horizonte de este mundo.
Hoy Yo les traje el sol para que recuerden que la Voluntad de Dios mueve todas las cosas y, así como mueve el tiempo y las nubes en el Cielo, también mueve y transforma su mundo interior para que, libres de tinieblas y oscuridades, puedan encontrar lo que verdaderamente son.
Hoy, hijos, crean que la nueva vida comienza a manifestarse dentro y fuera de ustedes. Crean en el Poder de Dios que los transforma, que despierta el amor en el interior de los seres y les revela el verdadero propósito de esta humanidad.
Cada día vengo aquí para que este propósito esté más vivo dentro de ustedes. Quiero enseñarles a amar el Plan de Dios por encima de todas las cosas y a percibir que él se manifiesta más allá de sus miserias e imperfecciones.
En este día quiero demostrarles el poder de la unidad para que sientan que no solo trabajan con situaciones físicas cuando cumplen con Mi pedido de estar aquí. Mientras están aquí reunidos Mi Corazón actúa en su mundo interior, equilibrando y curando sus debilidades para que aprendan a amarse unos a otros.
Crean que, en estos días, todo puede ser curado, porque la Mano de Dios trabaja en ustedes mientras sus manos se unen a las manos de sus hermanos para realizar una tarea.
Crean que, durante los trabajos grupales que Yo les pedí, pueden curar su falta de amor, de fraternidad y de unidad con el prójimo. Dense la oportunidad de trabajar unidos con aquellos con los cuales tienen alguna dificultad y, durante ese servicio, observen y busquen las mejores virtudes de sus hermanos. Hagan eso como parte de una profundización interior, como parte de su camino evolutivo y como una oferta por el planeta. Todo sucederá dentro de sus corazones y, más aún, Yo les digo: las virtudes de sus hermanos les aportarán lo que les falta a ustedes. Y, sin que lo perciban, estarán recibiendo del otro lo que necesitan para transformarse.
Curen esa enfermedad de la humanidad de buscar las miserias, las dificultades y las imperfecciones del prójimo y busquen en sus hermanos las virtudes, los dones y la Gracia de Dios, para que sepan lo mejor que cada uno puede aportar al Plan de Dios. Así, les digo, no solo se curarán a sí mismos, sino a toda la consciencia humana.
Que cada trabajo grupal represente un nuevo paso interior.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hoy Mi Corazón se alegra por la respuesta de Mis compañeros y amigos.
Hoy Mi Corazón se enciende por la gratitud que siento por cada uno de ustedes, no solo porque están aquí, sino porque esto, hijos, es el reflejo de una respuesta de sus seres internos, de la sed que sus espíritus sienten de despertar, de beber del Conocimiento divino que, como su Instructor, Yo les traigo. Este Conocimiento está más allá de las palabras y es irradiado a través de Mi Corazón por Mi simple presencia, porque él está en Mí y Yo en él, en una perfecta unidad porque esta es la Voluntad de Dios.
Como Instructor de este mundo, el Creador depositó en Mi interior Sus Libros Sagrados, Su Conocimiento divino y universal para que, poco a poco, Yo pueda revelarles y, más que eso, pueda enseñarles a amar ese Conocimiento, para que él se transforme en sabiduría y, de esta forma, sus consciencias y sus espíritus sean dignos de construir la nueva vida sobre la Tierra.
Para eso estoy aquí, para instruirlos y formarlos, no para lleguen a Mi Corazón, sino para que amen este camino evolutivo que los conduce al Corazón de Cristo y, a través de Él, al Padre.
Hoy Mi Corazón se convierte no solo en un espejo, sino en una fuente de sabiduría. Creo un puente con el Corazón de Dios para traer esta sabiduría a la Tierra e irradiarla a sus corazones para que reciban este legado y no lo pierdan, a pesar de los acontecimientos de la Tierra.
Vengo a depositar esta sabiduría dentro de ustedes para que, cuando Nuestras Voces ya no resuenen en el mundo, cada uno de ustedes pueda mirar hacia dentro de sí y encontrar ese Conocimiento para saber actuar, discernir y atravesar las pruebas que vivirán como humanidad.
Hoy, hijos, vengo a enseñarles a amar a la vida superior, a la vida cósmica, más allá de la vida crística que está escrita en los Libros Sagrados de la Tierra.
Hoy les traigo los Libros Sagrados del Universo para que encuentren allí su historia, aquella que no comenzó en el planeta, sino en el Corazón de Dios, en la Esencia más pura de su Padre Creador, que se fue diseñando a lo largo de su evolución como esencias, como consciencias, como espíritus y, finalmente, como seres humanos.
Esta vida que ustedes viven en la Tierra es un momento culminante de una evolución que se viene construyendo mucho antes de este planeta.
Por eso, hijos, ahora que aprendieron a amar a la Sabiduría que recibieron en el planeta a través de los Libros Sagrados que el Creador transmitió a sus diferentes profetas, apóstoles y discípulos; ahora amen el Conocimiento divino atraído por los Espejos del Cosmos, por los profetas celestiales y por los apóstoles que aún no conocen, los Señores de la Sabiduría que habitan en el Universo y que hasta hoy los acompañaron de forma silenciosa, pero que, en este momento, llegó el tiempo de conocerlos.
Les digo todo esto porque la evolución, en este planeta, debe dar un paso y eso acontecerá a través de cada uno de ustedes.
Si no aman el Conocimiento del Universo, la vida que se guarda en el Infinito, ¿cómo podrán manifestar el Reino de Dios en la Tierra?
El Reino de Dios, hijos, no es nada de lo que conocen con sus mentes, es algo que conocen con sus corazones, con sus esencias, porque ellas provienen del Corazón del Padre y guardan en su interior los Principios más puros de Dios.
Por eso, en este momento, abran sus corazones, dejen que Yo diseñe este momento de despertar en los espejos de sus espíritus, aquellos que protegen a sus esencias.
Permitan que el espejo de Mi Corazón de Instructor se refleje en los espejos de sus corazones y les muestre, así, la verdad que se guarda detrás de Mis Palabras.
Así como hay una jerarquía en la Tierra, también hay una Jerarquía en el Cielo, y la vida eterna es mucho más profunda de lo que ustedes imaginan.
A lo largo de su evolución como humanidad, fue parte de la Voluntad de Dios que ustedes vivieran aislados de esta realidad superior, porque así podrían vivir un aprendizaje único, porque el amor que deben desenvolver aquí no existe en ningún otro lugar de la Creación divina sino en el Corazón del Padre y del Hijo, y aun allí se debe renovar.
Si ustedes supieran de la Verdad Superior desde el principio, jamás podrían vivir una experiencia única, porque serían influenciados por todo lo que se vive en el Cosmos.
Pero en este momento, hijos, todo el universo aprende con la Tierra, y llegó el tiempo de retornar, de vivir su experiencia final, no para que el planeta deje de existir, sino para que él exista verdaderamente, cumpliendo la Voluntad de Dios y el Propósito que nació del Corazón del Padre al pensar en la Tierra.
En este último tiempo de ignorancia, de ilusión, de velos en sus ojos, el planeta se estremecerá, no solo físicamente sino también espiritualmente para que, de esa forma, recorriendo el camino en el calvario de estos tiempos, aquellos que fueron convocados para vivir una experiencia crística, puedan vivirla y, de esa forma, abran un nuevo ciclo, un nuevo tiempo, en el que la Tierra podrá retornar al Tiempo de Dios, a la Realidad Superior, porque ya cumplió con lo que el Padre esperaba, ya comenzó a dar los primeros pasos en la renovación de su Divino Amor y esta renovación podrá continuar a través de toda su Creación, de todos los seres que no conocen, pero que aguardan poder vivir este amor que se desenvuelve en la Tierra.
En este tiempo, hijos, cuando todo haya pasado, la Tierra recibirá un nuevo nombre, un nombre que proviene del Corazón de Dios, y cada uno de ustedes será llamado a través del sonido sagrado que emanó de las fuentes sublimes cuando fueron creados. Ya no habrá personajes que vivan en la Tierra a través de las personalidades de los hombres.
Cada ser manifestará lo que verdaderamente es, porque esta es la Voluntad Divina.
Sé que todo lo que les hablo les parece muy distante y, a veces, irreal.
Recuerden que Yo estoy colocando dentro de ustedes una verdad de la que no son conscientes, pero que deberán comenzar a recordar, por eso les hablo de ella. Dejen que ella ingrese en su corazón y los transforme, no para que sean otros, sino para que sean ustedes mismos y dejen de dormir en el sueño del planeta, con sus ojos turbios por la ilusión de la Tierra, para que puedan despertar, porque el tiempo ya está llegando y aquellos que no tuvieron la misma Gracia que ustedes tienen hoy de escuchar estas palabras y de recibir este Conocimiento Divino en su interior, se despertarán tarde y no tendrán tiempo para arrepentirse de sus errores y para enderezar sus caminos para llegar a Dios.
A estos, hijos, la realidad los tomará por sorpresa y no comprenderán lo que ven delante sus ojos, no comprenderán lo que sienten sus corazones, porque la realidad para sus mentes era la vida sobre la Tierra y no la Verdad que provenía del Corazón del Padre.
Hoy reciban lo que les digo y sepan que hay mucho más para ser revelado, pero sus corazones se deben ir preparando como la tierra que preparan para recibir a las semillas nuevas que generan nuevos árboles, nuevos frutos, nueva vida. Esta preparación, hijos, acontece a través de la oración, acontece dejando quebrar este viejo hombre que piensa y critica todo lo que Dios les entrega.
Dejen que su mente se detenga por un momento, que sus corazones se abran a algo desconocido. No tengan miedo de sentir el Amor de Dios, porque Él no les hará mal.
El corazón humano sufre cuando se resiste porque, para ingresar en la Verdad de Dios, ustedes deben perder todo aquello que tenían como verdad y, de esta forma, también perder su voluntad humana, su voluntad propia, porque sus planes ya no tendrán sentido y solo reencontrarán el sentido cuando encuentren la Voluntad de Dios para sus vidas.
Para vivir lo que les digo, ustedes no necesitan estar en un lugar diferente. Necesitan, hijos, dejar que una química oculta, interna, acontezca dentro de ustedes. Es algo que comienza en sus corazones y que, muchas veces, sin que lo perciban, se manifiesta en su vida externa. No es al contrario, no es cambiando de casa, de ciudad, de empleo que vivirán una transformación, porque muchas veces hacen todas estas cosas y siguen siendo los mismos, viviendo la misma ilusión.
Por eso, en esta mañana, Yo vengo con este Conocimiento Divino, vengo con la luz de los Espejos del Cosmos para transformarlos por dentro, para despertarlos por dentro.
Sientan en su corazón Mi Presencia. Contemplen internamente el Cosmos que se manifiesta a través de Mi Corazón. Contemplen las estrellas, luces que se encienden en un azul profundo. Contemplen las fuentes de la vida que parecen lagos celestiales, de una luz que desconocen, porque sus colores solo se contemplan en la vida celestial.
Dejen que esta imagen ingrese en su corazón, profundicen en ella, lleguen al Corazón de Dios, que no es un ser humano, sino una Fuente Celestial, una Luz que no tiene dimensión, que no tiene forma ni color, pero que guarda en sí todas las dimensiones, todas las formas, todos los colores, todos los sonidos.
Vean, hijos Míos, que todo esto que les muestro se refleja en el espejo de sus corazones. Les estoy revelando la puerta, que hay dentro de ustedes, hacia el Corazón de Dios. Les estoy revelando la llave de la semejanza con el Corazón del Padre.
Contemplen, en este momento, su espejo interior, su esencia divina y vean allí todo lo que les digo: el Cosmos, las estrellas, las galaxias, los planetas, las Fuentes de la Creación y el Creador. Todo esto se esconde dentro de ustedes y, en este diseño divino muchos otros misterios se guardan: rayos, energías divinas y sublimes, una vida superior, planetas, civilizaciones, seres en evolución.
Vean así, hijos, que el Padre no los abandonó en la ilusión de la Tierra. Él escondió dentro de ustedes Su Verdad, Su presencia, como en ningún otro ser de Su Creación.
No busquen comprender lo que les hablo; solo reciban con amor lo que les traigo, porque viene de Dios.
Este Conocimiento estará escrito en los Libros de la Redención de la Tierra, los que se están escribiendo en este tiempo a través de las Palabras de los Mensajeros Divinos y que completan un legado único no solo para este planeta, sino para toda la Creación. Aquello que es sagrado, no es sagrado solo para la Tierra, sino para toda la vida.
Hoy, hijos, como humanidad, ustedes viven algo único, una Gracia celestial que sé que no comprenden, pero que pueden estar agradecidos por ella, porque este momento se escribe en la historia de la Creación, así como se escribieron los momentos en los que el Hijo de Dios estuvo en la Tierra.
Ustedes están aquí para preparar Su Retorno y aunque esto parezca algo distante y que nunca vivirán con sus ojos, con sus corazones, vivos; hoy Yo les digo que sí, que lo vivirán, que no es algo distante, que es un acontecimiento que ya se manifiesta en la Tierra en los niveles espirituales, que, poco a poco, se diseña en la manifestación de la Vida.
Por eso les digo estas cosas, para que vivan cada día como si fuera el día del retorno de Cristo. Él puede llegar en cualquier momento y ustedes deben estar prontos para esto.
En sus oraciones, recuerden lo que Yo les dije, recuerden este puente que hay en su mundo interior hacia la Consciencia Divina.
Contemplen la propia esencia como algo sagrado, verdadero y, de esa forma, dejen que la Vida Superior ya no sea una Enseñanza, ya no sea una Instrucción de la que beben y beben, pero no asimilan. Vean que la Vida Superior es algo vivo, que ustedes son la Vida Superior.
Vamos a realizar juntos una oración que, a pesar de pequeña y simple, guarda en sí todas las llaves que ustedes necesitan para llegar a Dios; para que Él manifieste Su Presencia en ustedes; para que, de esa forma, Su Reino Celestial también viva en la Tierra.
Señor, yo que nada soy,
me entrego a Ti
para que hagas de mí Tu Morada.
(Se repite siete veces)
Sé que muchos no creen, pero en la Eucaristía se guarda la Verdad Divina, porque en ese misterio el Creador les entrega todo lo que Él es, para que sean como Él y se fundan en Él en cada comunión.
Por eso, en este momento, como Sacerdote consagrado por Cristo desde el inicio de Mi existencia, vengo para consagrar estos elementos, para que Mis Gracias, las que traigo del Cielo en el nombre de Dios, se tornen materia en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, porque lo que les traigo y lo que les hablo no proviene de Mí, sino de Dios.
Cada palabra pronunciada por los Mensajeros Divinos es manifestada por la Voluntad Divina, por eso son sagradas y deben ser reverenciadas eternamente.
El recuerdo de la Santa Cena no está solamente en los Libros Sagrados, sino que se profundiza en los libros del Universo, porque este acontecimiento fue y es mucho más profundo de lo que ustedes imaginan.
Cuando Su Señor elevó el pan, lo bendijo y lo partió, toda la Vida lo reverenciaba, las civilizaciones se postraban, los Espejos del Cosmos se volvieron hacia la Tierra y el mismo Dios hizo silencio, manifestando Su Gratitud por la entrega de Su Hijo para la renovación de Su Amor en toda la vida.
Cuando Su Señor elevaba el Cáliz, lo bendecía y lo repartía entre Sus compañeros como Su Sangre, como el símbolo de Su "sí" que era emitido a Dios, no solo por el sacrificio que viviría en la cruz, sino por una entrega perpetua, manifestada a lo largo de los siglos en los niveles del Espíritu porque, hasta hoy y todos los días, Cristo revive Su entrega para estar en todos los sagrarios de la Tierra.
En cada momento de Comunión, el Universo vuelve a reverenciar a la Tierra, los Espejos se vuelven hacia el planeta para irradiar cada código, cada instante de la historia del sacrificio de Cristo que fue escrita, en ellos, para que cada momento vivido por el Señor sea impreso en los elementos ofrecidos por el hombre para ser divinizados y sacramentados y, así, transformados en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo.
Como toda la Vida, como todo el Universo, como la Consciencia Divina que en este momento vuelve a hacer silencio, reverencien también ustedes la transformación de los elementos en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo y sepan, hijos, que esta es la Ceremonia más Sagrada de sus vidas, porque no importa dónde estén o quién esté oficiando, porque cada sacerdote en ese momento recibe la Gracia de Dios y toda vida reverencia la entrega de Cristo, para que el Amor se renueve, no solo en el corazón humano sino también en el Corazón de Dios.
Juntos oremos y en gratitud sintamos la transubstanciación de estos elementos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo:
Oración: Padre Nuestro (en portugués).
Padre Nuestro (en arameo, transliterado al español)
Abbun debashmaia
Netkadesh eshmoj
Teite malkutaj
Nejuei sevianaj aikana
Debashmaia af ba-arja
Jav-lan lajma teesunkanan iagmana
Washpocklan jaubein wajtagein
Aikana daf jenan shoaken oljaiabenWela tajlan letnesiuna
Ela patsan men bisha
Metul delaje malkuta
Wajela wateshpurjta
Laj-lam almin
Aamein.
Que la paz, el amor y la Vida de Cristo estén en sus corazones.
Le dejo, hijos Míos, Mi profunda gratitud por sus vidas, por sus esfuerzos y por su presencia.
No dejen de profundizar en su camino interno, porque él solo termina cuando ustedes llegan a Dios y se funden en Él eternamente.
Les dejo Mi bendición y Mi paz y, sobre todo, Mi divina gratitud a sus corazones.
Les agradezco.
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Contempla en el Centro del Universo, en el Corazón de la Creación, al Padre Creador en Su Silencio. Fuente de todas las fuentes, Luz que generó todas las luces, Silencio de donde nacen todos los sonidos. El Corazón del Padre observa a la Tierra, esperando el despertar de la humanidad, que en su mayoría vive indiferente a Dios.
El Corazón del Padre hace silencio con Amor, un Amor que no conocen en este mundo, pero que son llamados a vivir.
Para encontrar el amor de Dios necesitan buscarlo más allá de sus vidas humanas; necesitan detenerse y procurar en el propio interior el puente hacia el Corazón de la Vida, que es Dios.
Sepan que Su Silencio tiene más sentido que todas las palabras, porque aunque fuesen pronunciadas todas juntas, no expresarían lo que es el Padre.
Sepan que el Silencio de Dios expresa algo único para cada ser. No basta que Dios hable con sus hermanos; Él aspira a pronunciar en cada corazón Su Silencio, para que lo sientan, lo vivan y sepan de la existencia de Dios y de Su Amor por la propia experiencia con Él.
Vivir a Dios los transforma, los cura y los renueva en el verdadero sentido de su existencia. Por eso, hijos, más que buscar filosofías y ciencias, ante todo, busquen a Dios. En la humildad de una oración y en la verdad del silencio interior lo encontrarán. Y así, Cara a cara, cumplirán con Su Voluntad y recibirán de Él el Amor que deben expresar en la Tierra.
Aquel que los inspira a buscar a Dios,
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Ora como si fuera la última oportunidad de clamar por este mundo. Olvídate de ti y coloca tu corazón en los que realmente sufren y padecen, sin recibir el amor que necesitan para salir de los abismos en que se encuentran.
Confía humildemente en el poder de la oración y no dejes que tu boca pronuncie palabras vacías en los momentos en que te dispones a orar. Recuerda siempre que ese es tu mayor servicio, que sin oración no hay planeta, no hay amor, no hay Plan Evolutivo que se manifieste, porque para que el ser humano sea digno de ingresar en el Tiempo de Dios, primero debe rendirse y dar los primeros pasos en su transformación.
Hoy te digo, hijo, que no hay mejor camino para la humildad que la oración, que te coloca rendido y transparente delante de Dios y que, traspasando los límites de tus propias necesidades, alcanza a los corazones que sufren y que no conocen el amor.
Recuerda, hoy y siempre, que, si quieres llegar al Padre, si quieres cumplir la Voluntad de Dios para ti y para el mundo, debes orar sinceramente y profundizar cada día más en tu oración, de manera que ella sea cada vez más verdadera.
No servirá de nada, hijo Mío, que hagas muchas cosas, que pienses tanto en ti, si al final de todo tu corazón no se rinde a un Plan Mayor.
El camino a la redención es más simple de lo que imaginas. La propia oración te enseñará a orar, siempre y cuando seas sincero y persistente en eso que es más que un ejercicio espiritual, es una necesidad planetaria.
Ora y Yo te escucharé, y uniré Mi Corazón al tuyo para que recorras este camino con fe y, poco a poco, llegues a Dios, elevando tu corazón y el corazón humano, en su totalidad, al Creador.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hoy, fui llamado por la dulce voz de sus corazones, eso en verdad me atrajo hasta aquí para estar cerca de sus espíritus, para poder grabar en sus consciencias Mis Impulsos de Luz.
A través de este escenario podemos comprender y sentir cuánta belleza Dios nos manifestó.
Al ser humano solo le resta amar para abrir la puerta a la Voluntad de Dios y, a través de los pasos de la vida, aprender a vivirla.
¡Deseaba tanto estar aquí, en Brasil! Conté cada día para poder estar aquí, con ustedes. Porque saben que Yo los amo y los entiendo y que espero para sus vidas lo mejor, lo que en verdad vinieron a realizar como consciencias, lo que en verdad vinieron a cumplir y a manifestar a través de los Dones de Dios.
Eso tan sagrado y sublime, que se encuentra en el mundo interno de cada ser, es lo que he venido a rescatar de la consciencia humana, especialmente del Brasil.
Porque esa fuerza interior y espiritual de cada corazón humano es lo que Me permite llegar aquí, como a las demás Jerarquías Espirituales, que vienen con el Silencio de Dios, en total neutralidad, para poder auxiliar al planeta y a la humanidad.
El ser humano de este tiempo, dentro del fin de estos tiempos, deberá constituir en sí mismo lo que es, lo que Dios depositó en su esencia desde el principio. Es eso que hará repoblar a la Tierra de nuevos atributos.
Las buenas obras, la cooperación, el bien y el amor de todos los seres, es lo que hará repoblar a la Tierra de nuevos códigos y principios.
Porque mientras el mundo sufre y gran parte de la humanidad agoniza, ustedes tienen la Gracia, compañeros, de tenerme cerca como Consciencia y Espíritu, como Alma y Divinidad, que viene al mundo en el nombre de Dios, para despertar a la consciencia humana hacia su verdadera realidad, la que hasta ahora nunca ha visto.
Y por medio de sus oraciones y de su amor tengo el permiso de sus almas y mundos internos para poder ayudar al planeta y la energía de la Divina Misericordia puede llegar a lugares muy desconocidos por ustedes, en donde las almas tienen sed de Mi Luz y suplican, fervorosamente, por Mi Amor Redentor.
Vengo desde el Universo trayendo la Consciencia del Padre Eterno para que la humanidad se vuelva rescatable y no pierda la oportunidad de crecer interiormente, sabiendo que los valores de la fe y los principios de la oración serán los que transformarán la Tierra y harán de las almas verdaderos Templos de Dios.
Mientras estoy aquí con ustedes no solo contemplo al Brasil, sino también a todo el mundo y escucho las súplicas de Mis servidores y compañeros, llamándolos y elevándolos a través de la Consciencia de Dios; porque cuando escucho la oración de Mis compañeros, Yo voy en su ayuda.
Cuando la oración es fervorosa, ella transforma muchas situaciones de la Tierra, cosas inimaginables dentro y fuera de la consciencia de los seres, porque el poder de la oración aún es desconocido. Por eso, no dejen de sumergirse en esa escuela, porque así se volverán seres rescatables e instrumentos al servicio de Dios, colaboradores de la obra máxima de Mi Corazón.
Hoy, he venido aquí también para darles Mi bendición a través de los Sacramentos. Porque cada vez que se renueva este ejercicio espiritual, más son las oportunidades de redención, de conversión y de despertar de las consciencias y una Gracia se aproxima a sus vidas para transformar todo en algo sagrado, así como el Padre lo necesita.
Hoy, quiero que vivencien este legado como si fuera la primera vez, sabiendo que a través de ellos se podrán renovar, curar y redimir de sus dolencias espirituales e internas, y en consecuencia, ustedes curarán a la humanidad por medio del sagrado ofertorio de sus oraciones y vidas, al Reino de Dios.
Que estos tesoros espirituales sean revividos hoy por todos.
Que por medio del Lavapiés las vidas sean reparadas, la historia sea borrada para que renazca el poder del espíritu de cada ser y que por medio de la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre vuelva a ingresar en sus esencias y al templo de sus almas, los códigos de Mi perfección, los que los harán comprender muchas más cosas del Universo Espiritual de la Sagrada Voluntad de Dios para estos tiempos definitivos. De aquí se irradia el gran Espejo de Mi Corazón para el mundo.
Los océanos no solo claman por cura, sino que también irradian sus sagradas energías para transformar y sublimar la consciencia humana.
Los Elementos se unen a esta coyuntura divina del ingreso del Universo Espiritual al Universo Material para que muchas más almas sean ayudadas, así como todo lo que vive dentro de este planeta y que está sufriendo mucho.
Por medio de los Sacramentos Yo vengo a reparar sus vidas y darles la posibilidad de encontrar el verdadero amor, que traerá para el mundo la Redención.
Entonces, eleven sus corazones ante Mi Iglesia Celestial y que sus almas, en un profundo silencio, proclamen el ofertorio al Padre Celestial, a fin de que más situaciones sean redimidas y reparadas y, especialmente, el Brasil no pierda la paz. Porque la devoción que este pueblo tiene ante el Universo Celestial, es lo que permite la paz a través de los tiempos y de las generaciones, y así, sus espíritus también son portadores de Mi Paz.
Esta paz hoy se irradia al mundo del gran Espejo de estos océanos para que la consciencia angélica descienda, transfigure y transforme lo que ha quedado corrupto; para que en la transformación de la materia y del espíritu la consciencia humana se unifique en Dios y así, descienda la Gracia Divina, que siempre les dará la alegría y el júbilo de vivir en el Padre Celestial.
Comencemos entonces, compañeros, con esta consagración para que sus vidas también sean reconsagradas a Mi Sagrado Corazón, a fin de que la potentísima Misericordia, como un afluente infinito de Gracia, de Compasión y de Piedad, descienda en este momento sobre el Brasil y el mundo, a fin de que se siga fortaleciendo la paz, la prosperidad y la justicia en este pueblo.
No he perdido la esperanza de que el Brasil sea el Edén de la Nueva Humanidad y que ustedes formen parte de ese nuevo Edén, que no es algo físico, sino profundamente interno e inmaterial que puede espejarse de forma espiritual sobre todo lo creado dentro del Universo material.
Brasil es la cuna de ese futuro surgimiento. Ustedes son una transición para que eso pueda suceder.
Dios quiere volver a establecer aquí el Génesis, como fue en el principio, para que todo lo que se ha vivido a través de los tiempos y de las eras sea borrado y el ser humano, en una profunda rehabilitación, retome el lugar que perdió después de tantos errores y desvíos.
Eso es obra de la Misericordia infinita de Dios y eso es posible para estos tiempos. Pero primero, compañeros, eso comenzará dentro de ustedes, en la convivencia con sus familias y seres queridos, en los días de trabajo y de labor y en los momentos importantes de oración.
Atraigan al mundo los Atributos del Universo porque la humanidad se está sumergiendo en un gran abismo y durante el momento más difícil es cuando Yo retornaré. Ya no deberán escuchar más Mis Palabras, sino sentir y ver Mi Presencia; vendrá de la Gloria del Padre Celestial anunciando desde el Universo, el nuevo tiempo, el resurgimiento y el advenimiento de la esperanza.
Que su fe sea sostenida por Mi Amor y que su amor sea sostenido por Mi Espíritu, a fin de que siempre estén conectados Conmigo en esa perfecta sintonía interior con el Universo Mayor.
Comencemos con la ceremonia.
Nos ponemos de pie.
Padre de la infinita vida,
Soplo Divino del Espíritu,
Creador de todo lo que existe en lo que es visible e invisible,
derrama a través de Mi Súplica, a Súplica de Tu Divino Hijo,
todas Tus Gracias posibles,
para que las almas se reparen en el bálsamo de Tu Amor
y para que Brasil se constituya como la Tierra Prometida.
Que así sea.
Bendice, Señor, con esta agua, a todos los que suplican por Ti,
por medio de Tu Gracia y de Tu Misericordia,
que los que lloran sean consolados, los que sufren sean aliviados,
los enfermos sean curados y el dolor sea borrado,
y que Tu Divino Amor e infinita Alegría, retornen a los que creen en Ti,
a fin de que se establezca Tu Paz por los siglos de los siglos.
Amén.
Señor, Tú que eres Vida y Misericordia, que vivificas todo lo que tocas y reenciendes en Tu Amor a todo el que te suplica y también te escucha, deposita Tus Dones sobre estos elementos para que las almas sean lavadas por Tu Espíritu y sus almas sean curadas por el sublime gozo de Tu infinito Amor. Que así sea.
Lava los pies del pasado, activa a tus discípulos, Señor, para que caminantes en la fe y en el amor, cumplan, Padre, Tu Divino Proyecto en los cuatro puntos de la Tierra. Amén.
Y hace más de dos mil años atrás Yo les dejé un legado espiritual imborrable que reverbera a través de los tiempos y de las generaciones. Es el gran misterio de Mi Amor por la humanidad por medio del Sacramento de la Eucaristía.
Les recuerdo que en aquel tiempo tomé el pan, di gracias a Dios por ese Sacrificio y les dije a Mis apóstoles: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados. Hagan esto en Mi Memoria hasta el fin de los tiempos”.
Y dejo sobre este pan no solo la transustanciación de Mi Cuerpo Eucarístico, fielmente adorado por todos los adoradores de la Tierra, sino también dejo Mi Código Crístico celular, aquel que alcanzó la perfección en la Pasión y la Muerte.
De la misma forma, tomé el Cáliz que las santas mujeres habían preparado especialmente para Mí, y Dios lo bendijo. Di gracias por ese Sacrificio y les dije a Mis apóstoles: “Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre de la nueva alianza entre los seres y Dios; Sangre que será derramada por los hombres, preciosamente, para el perdón de todas las faltas. También hagan esto en Mi Memoria hasta que Yo retorne en el fin de los tiempos para entregarles Mi Palabra viva”.
Transustancio este elemento en Mi Sangre preciosa ante la presencia de los Coros Celestiales y en ofrecimiento al Padre Celestial por la sinceridad de todas las almas presentes y unidas a Mí en este momento, por la Redención de la humanidad, la conversión de los corazones y la renovación de la vida. Que así sea.
En alegría y júbilo, compañeros, sírvanse de estos elementos sagrados que manifiestan el Sacrificio del Hijo de Dios por la humanidad y la oportunidad inextinguible de que cada uno de ustedes aprenda a amar cada día más, así como Yo los amo a ustedes, por toda la eternidad.
Sagrada Unidad de Dios,
unifica nuestras vidas,
unifica nuestro ser,
unifícanos en profunda fraternidad.
Amén. (x3)
Que la Unidad, el Amor y la Paz que provienen del eterno Corazón del Padre Celestial esté en sus corazones, en todo el Brasil y la humanidad, a fin de que surjan los nuevos cristos, los que repoblarán la Tierra de los Códigos infinitos de Mi Amor.
Como les dije a Mis apóstoles, hoy les digo a ustedes: “Les doy Mi Paz para que vivan en Mi Paz y lleven la paz a todos los rincones de la Tierra”.
En memoria de Mi Legado espiritual, por el Sacrificio, Pasión y Muerte de Nuestro Señor, les pido, fraternalmente, para que la Paz esté en Brasil, que se den el saludo de la paz.
Les agradezco por hoy haber estado Conmigo.
En nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos damos el saludo de paz.
Primer Mensaje
Hijos, en el silencio de Mi Corazón se escucha la introspección de Dios, momento en el cual el Universo reflexiona sobre los próximos tiempos.
Por eso, Mi anuncio es preciso y contundente. Mi Palabra es clara para traer sabiduría a los corazones.
No tenemos tiempo que perder, hay mucho más que madurar y crecer interiormente.
Necesito que sepan que el Universo contempla este momento, sobre todo el comienzo de esta Peregrinación, en donde la Jerarquía reunida establecerá las nuevas pautas y los nuevos principios para todos los que se quieran adherir y ser regidos por la Jerarquía.
El Universo no detendrá los pasos de los que quieran seguir libres, porque el Padre les ha dado la libertad, les ha dado la concepción de la vida, les dio la oportunidad y la alegría de poder vivir la Creación.
El Universo contempla los pasos que toman las naciones y todos sus representantes. Eso restringe el despertar del Plan de Dios en la consciencia de la humanidad y la correspondencia de todas las criaturas.
Es hora de ver la dualidad manifestarse y cómo todo está en juego.
Es hora de vencer esa dualidad y de trascenderla por medio del amor; de un amor que nunca vivieron, de un amor que nunca alcanzaron, de un amor que todavía no descubrieron y que están a camino de poder vivirlo.
Mientras estoy aquí, estoy con esta parte de la humanidad que necesita mucho de la Misericordia de Dios para poder tener una oportunidad de redención, para que se abra una puerta a la conversión de los corazones y a la transmutación de muchas vidas.
El Silencio de Mi Corazón representa el Silencio de Dios, que contempla todo el Universo y especialmente este planeta, el cual Él creó con tanto amor a través de los arcángeles y de los ángeles, así como de los grandes devas que hoy son desterrados por la humanidad por medio de sus acciones y de una gran ignorancia que corroe a los Reinos de la Naturaleza.
Pero, a pesar de que sucedan todas estas situaciones, los propios Reinos de la Naturaleza no dejan de expresarse y de demostrar lo que en verdad ellos son.
Cuando toda la humanidad valore a los Reinos de la Naturaleza podrán encontrar en ellos la regeneración de la vida y la cura de muchas enfermedades.
Pero aún el hombre de superficie no comprendió la Creación ni tampoco el sistema de vida universal; de lo contrario, los efectos serían otros y las oportunidades para las almas serían otras.
Mientras tanto, la Jerarquía Espiritual intenta buscar una solución que pueda beneficiar a toda la humanidad; aunque en este tiempo estén presentes muchos que ofenden a Dios y destruyen el Plan Divino con sus acciones, no solo dentro de las naciones, sino también dentro de las sociedades, dentro de todo lo que debería ser armonía y equilibrio para la humanidad, orden y justicia, igualdad, solidaridad y cooperación.
Pero estos atributos aún la humanidad no los ha encarnado de una forma justa. Cree vivirlos y comprenderlos, pero en su esencia no tienen fundamentos, porque la humanidad aún deberá aprender a evolucionar y a crecer interiormente para poder expresar la Voluntad Divina que va más allá de los ideales y de las formas, de las constituciones y de las leyes de la Tierra.
Cuando el ser humano se decida a vivir la Voluntad de Dios, todo cambiará.
Quien mantenga su voluntad propia no podrá sobrevivir.
Estoy siendo justo y claro para que no haya malos entendidos.
Es hora de saber que el Universo necesita de consciencias despiertas que sean capaces de espejar en la Tierra el Plan de Dios, que sean capaces de ayudar a corregir todo lo que la humanidad ha desviado a través de los tiempos y de las generaciones.
Para eso será necesario de mucho esfuerzo, entrega y sacrificio; algo que no se ve en estos tiempos, porque la humanidad está distraída y su atención está colocada en otras cosas.
Por eso, el amor será lo que los ayudará a vencer esa dualidad, y cuando esa dualidad sea vencida dentro de ustedes, generarán oportunidades para otras almas que también esperan por un próximo paso, por una próxima oportunidad, por una gracia extraordinaria.
Como Sacerdote Mayor, he venido al sur del Brasil para poder corregir los desvíos de esta parte del país que se reflejan en muchas almas más.
Por eso, es hora de caminar con la consciencia bien despierta, dejándose impulsar por la vigilancia ardiente que la Jerarquía les puede imprimir a través de sus impulsos y de sus corrientes cósmicas.
Vengo a advertir que aún hay tiempo para poder corregir el camino de millones de almas; que hay tiempo para poder unirse a la Voluntad de Dios y vivificarla por medio del plan que le corresponde a cada uno.
Cuando estamos presentes, como Jerarquías, se construyen posibilidades para las almas y oportunidades únicas para las consciencias; porque lo que les costaría transformar durante años, se puede simplificar y resolver en segundos por la presencia de Nuestra energía divina que viene directamente de la Fuente para traerle a las almas la energía de la redención y de la renovación.
El núcleo profundo de la Verdad debe despertar en el ser humano de estos tiempos para que pueda percibir que hay algo que cambiar y es urgente.
Eso ayudará a que la Hermandad Celeste pueda actuar en las almas y en el planeta; eso permitirá que lo más sagrado que existe, dentro de esta humanidad y dentro del planeta, pueda permanecer vivo y resplandeciente, como fue desde los primeros tiempos.
Por eso hemos escogido venir al sur de Brasil, porque aquí existen las raíces de muchas situaciones pervertidas de la consciencia humana y que solo por el amor, y en el amor, serán redimidas y transformadas mediante una súplica verdadera y sincera al Reino de Dios.
Eso transformará todo dentro de los seres que se han pervertido; eso cambiará el destino, también de esta nación.
Hemos venido al sur del Brasil para despertar la consciencia de la sabiduría y una profunda reflexión en el corazón de cada ser humano, para que puedan sentir, en lo más íntimo, lo que el Universo les está pidiendo y hacia dónde el Universo les está indicando seguir adelante.
Mientras tanto, el Silencio de Mi Corazón proclama una espera.
Mi Corazón está a la espera de un cambio y de una respuesta de parte de los seres humanos; de una respuesta que sea constructiva y evolutiva, de una respuesta que sea elevada y que tenga discernimiento.
Después de tantos impulsos que el Padre les ha dado, a través de tantas generaciones y en todos los tiempos, es hora de recuperar el tesoro de lo sagrado que existe aquí para que el Nuevo Edén pueda volver a manifestarse como consciencia y propósito.
Eso es todo lo que hoy les quería decir como primera instancia.
El Fuego Divino de la transformación está tocando a todas las consciencias y nadie podrá oponerse a él, porque revelará lo que en verdad es cada ser, para el bien y la gloria del Padre.
Los animo a ofrecer esta Maratón como un camino de reconstrucción espiritual, no solo de la consciencia de la juventud, sino de la otra parte de la humanidad que, a pesar de ser más adulta, es muy inmadura.
Que en el impulso de la renovación se pueda concretar el cambio, y que en ese cambio la vida sea reconsagrada a la Voluntad Mayor.
Les agradezco por abrir las puertas de sus corazones para escuchar, porque Mis Palabras no solo pueden pasar, ellas deben permanecer en la consciencia, porque algún día las necesitarán.
Yo los bendigo con la Luz de Mi Espíritu y de todo el Universo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más