Viernes, 14 de diciembre de 2018

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Permite que el Propósito de Dios descienda sobre ti como una corriente poderosa que te conduce al cumplimiento de las Leyes de una forma armoniosa y sin resistencias.

El Propósito de Dios es vivo e impregna la atmósfera de la vida, recorriendo y envolviendo constantemente a este mundo. Para encontrarlo, solo basta que tu corazón lo busque y se sintonice con él, aspirando a cumplir la Voluntad de Dios por encima de todas las cosas.

Cuando tienes esa aspiración viva y verdadera en tu interior, ella actúa como un imán que atrae el Propósito de Dios y lo hace descender sobre ti, atrayendo a tu mente las intuiciones e ideas necesarias para su cumplimiento y abriendo camino en tu vida para la expresión de las Leyes y su manifestación.

Amando y buscando la Voluntad Divina, crea en tu consciencia una condición propicia para que se manifieste el Propósito de Dios. Desarrolla, así, el poder de la fe y sabe que, por encima de todo, debes mantenerte firme en la Voluntad del Creador para tu vida y para toda la Creación.

Ama, hijo, al Pensamiento Divino, aunque no lo conozcas. Sabe y ten certeza, en tu mundo interior, de que Dios te creó por un motivo único, y ese es el Propósito del Padre para tu vida.

Más allá de la Voluntad de Dios para ti está el Plan de Dios, que es la unión de Sus Voluntades para todas Sus criaturas. Este Plan se forma a través de la expresión y de la manifestación perfecta del Pensamiento Divino para cada ser.

Todas las criaturas están incluidas, como partes únicas de un "rompecabezas" celestial, en el Plan de Dios. Por eso, en tu vida, cela para que todos tus hermanos tengan la oportunidad de convertirse en triunfos de Dios y ora para que se cumpla este Plan Mayor.

Con el ejemplo, el servicio, la gratitud y, sobre todo, con amor y respeto al prójimo, verás manifestarse en tu vida esta y todas las cosas que te digo.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo