MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL VUELO ENTRE LA CIUDAD DE LISBOA, PORTUGAL, Y SAN PABLO, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando tus ojos se abran cada día, hijo Mío, contempla en tu corazón la Verdad y la Presencia de Dios. Recuerda que hay una realidad superior que te llama y que hay un Plan Mayor por ser manifestado.

Cuando tus pies toquen el suelo cada día, hijo Mío, recuerda que estás sobre un planeta sagrado, el que a pesar de que muchas veces no lo parezca es un gran tesoro para el Corazón de Dios.

Cuando respires el aire de cada mañana, recuerda, hijo Mío, que hay un Soplo Mayor que proviene de Dios y que habita en ti para darte la verdadera vida, el verdadero despertar.

Agradece todos los días a Dios por aún tener una oportunidad de estar en el mundo para aprender sobre el poder del amor y sobre cómo él transforma y redime todas las cosas.

Agradece todos los días a Dios por la existencia de un Cosmos infinito, símbolo de la infinitud de Su Amor y porque entre tantas estrellas que hay en el Cielo, el Creador tiene Sus Ojos puestos sobre la Tierra.

Reconoce, todos los días, el misterio de la vida y la profunda ignorancia del corazón humano, y mantén viva dentro de ti la aspiración de saber y de vivir lo nuevo.

Agradece al Padre por la vida, por la Creación y, sinceramente, emite hacia Su Corazón Creador ese sentimiento que une Universos y dimensiones y llega a Dios consolando Su Corazón de tanta indiferencia que Él siente, causada por parte de Sus hijos.

Ama ser parte de este Proyecto Divino y que la trascendencia de la condición humana sea para ti un gran desafío, pero no un gran peso.

Supérate y hazlo con amor. Véncete todos los días para entregarle una victoria al Corazón de Dios que diariamente contempla a Sus hijos derrotados en los abismos del mundo por las ilusiones y por las vanidades.

Cuando caigas, ofrécele tu mano al Padre. No hay nada que alegre más al Corazón de Dios que un hijo Suyo arrepentido sinceramente, clamando por Sus Manos. Con alegría, Dios te levantará y tu acto de elevación y de superación inspirará a otros.

Haz, hijo Mío, de tu vida una gran oferta a Dios, a través de pequeños y sinceros actos. De ti, Dios solo necesita un espíritu de gratitud, un corazón humilde y dispuesto al amor.

Que todos los días, al despertar, no despierte solo tu cuerpo, sino también tu consciencia, porque no solo tú, sino también todo el planeta lo necesita.

Yo te bendigo y te dejo Mi Paz para que la multipliques en cada nuevo día.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA SAGRADA CASA DE MARÍA, MADRE PAULISTA, SAN PABLO, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Busca la Verdad y ella te será revelada.

Busca en lo profundo de tu interior, así como en el firmamento de la Tierra que oculta la profundidad del Cosmos, la respuesta a tus inquietudes más internas, la calma de tus angustias y el sentido de tu vida. 

Busca la Verdad y ella te será revelada, porque este es el tiempo de la revelación de los misterios. La Ley dicta que nada más esté oculto, ni a los ojos ni al corazón del hombre. Y, poco a poco, esa revelación se manifestará en la superficie de la Tierra. 

Desde los pueblos del principio de la historia de la humanidad hasta los días de hoy, muchos misterios nacieron y florecieron. Son llamados "misterios" porque la consciencia humana los ignora. Pero ya no será un misterio aquello que es parte viva de la historia de cada ser. 

Los misterios de la vida humana son aquellos hechos que guardan en sí el verdadero potencial de la humanidad y también la realidad de que su existencia no comenzó en la Tierra, sino en lo profundo del Pensamiento Divino, antes que todo fuese creado.

Aquello que consideran un "misterio" debe ser revelado, porque este es el ciclo de la Verdad, y la Verdad primera es que cada ser se conozca a sí mismo, comprenda su historia, sus raíces, sus errores y dificultades, y también que reconozca sus virtudes y los Dones que recibió de Dios a lo largo de su evolución. 

Para saber la Verdad, entonces, debes buscarla, llamar a la puerta del misterio interior y, humildemente, dejar que él se revele. 

Pídele a Dios la Gracia para estar en paz delante de tus miserias más profundas, cuyas raíces transcienden la vida en la Tierra. Y también la Gracia de la humildad, para reconocer que este proyecto humano es único y que tú eres parte de un Tesoro Divino a punto de manifestarse.

El oro de tu espíritu puede tornarse un precioso presente celestial que, iluminado por la Luz de Dios, hace brillar la esperanza en los abismos. Pero también puedes dejar que ese oro se transforme en polvo, que la ignorancia y la indiferencia hagan de ti un eterno y permanente misterio para ti mismo; y, aunque todo sea revelado, tus ojos nada verán. 

Deja, hijo, que tu corazón se abra a los nuevos ciclos; que tus conceptos de vida, conocimiento, existencia y espiritualidad se renueven. Porque estás ante un ciclo en el cual la Verdad emergerá y, si bien está guardada en tu interior, tu jamás estuviste absolutamente unido a ella. 

Todo será nuevo. Todo se renovará y se mostrará al mundo como algo único, sin embargo obvio desde el principio, porque no hay ser sobre la Tierra que no sienta en lo íntimo que su ignorancia oculta una realidad superior.

Esa realidad emergerá. Esa Verdad se mostrará. Los misterios dejarán de ser misterios, y tu finalmente te conocerás a ti mismo y te reconocerás en Dios.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Aunque exista agonía en el mundo, mantén tu fe en Dios y no te dejes desanimar en la oración y en la esperanza.

Aunque parezca no haber solución, mantén tu fe en Dios y no te dejes confundir por las influencias de este mundo.

Aunque el caos y la confusión interior parezcan grandes, en lo profundo de tu ser mantén tu fe en Dios y no desistas, no bajes los brazos.

Hijo, mucho más grande que el caos en tu interior es lo que vive el mundo, el planeta sobre el cual tienes tus pies todos los días.

Fuiste llamado para traer una nueva vida, una oportunidad de renovación para esta Tierra, que desde el principio decidió apartarse de Dios y de Su Plan.

Puedes preguntar: ¿Y por qué el Padre perseveró en este Proyecto? ¿Por qué no lo detuvo al principio de todas las cosas, cuando el pecado se hizo carne en la consciencia humana?

Porque el mal no pertenece a la Verdad; él es parte de una ilusión milenaria, en la que la consciencia humana se colocó desde el principio. Pero la Verdad aún habita en el interior de los seres y puede emerger en aquellos que se dispongan a dejar que un Dios Vivo se exprese en sus corazones.

Si tú escuchas estas palabras, es porque te corresponde responder a este llamado.

Sé que a veces, por tu propio peso, no consigues caminar y que, por ti mismo, calzas zapatos de hierro que te hacen hundir en el punto en que te encuentras. Pero hoy, hijo, como todos los días en los que vendré a la Tierra, te digo que retires de tus pies los pesados zapatos de hierro de tu pasado, de tus voluntades, de tus aspiraciones para el futuro, y que camines con Aquel que, descalzo, recorrió la Tierra y ahora cruza los Universos, convocando a nuevos compañeros para que renueven constantemente el Amor alcanzado por Él, al cargar con la Cruz los pecados del mundo.

Sé que lo que te digo parece repetitivo y que las palabras solo se renuevan para los que las ven nuevas, porque están en un nuevo peldaño de esta escalada evolutiva.

Deja que Dios te renueve y te muestre cuánto tienes aún para servir y cómo este mundo y este Plan de Amor necesitan de tu entrega. Aún no llegaste al punto de tu donación, y eso se ve por el Amor que aún no dejaste nacer dentro de ti. Déjate amar y aprende, siendo amado, a donar amor a este mundo con tantas enfermedades espirituales.

A la puertas de un nuevo ciclo planetario, renuévate y déjate ser nuevo, como el Cristo, que ya renacerá en Espíritu en todos los pesebres hechos con fe, en las casas de esta Tierra.

Ya no te diré muchas cosas, porque todo ya fue dicho. Toma el nuevo Evangelio Universal, que resuena en el Verbo que Cristo emite hoy para el mundo y vive Sus Palabras. Él todavía te está esperando.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN BARRA DO GARÇAS, MATO GROSSO, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Reescribe la historia de la humanidad y construye hoy el nuevo hombre que debe ser el hombre de todos los tiempos.

Excluye de tu interior los registros de un ser humano que vive para cumplir la propia voluntad y experimentar el propio poder.  A través de la renuncia, del anonimato y de la humildad; descubre, en el acto de no ser nada, al Poder de Dios que colma todos los espacios vacíos para recibirlo.

Sumérgete en tu mundo interior y desde adentro hacia afuera expresa lo que eres. Antes de querer ser, mostrar y aparentar, busca conocerte a ti mismo y, cuanto más te conozcas, más deberás entregar a Dios lo que veas en ti, sin miedo de no ser nada.

Reescribe la historia de la humanidad en tu propia vida. No creas, hijo, que esa historia solo se escribe en la vida de aquellos hombres conocidos por el mundo y que con sus palacios y sus vidas públicas, piensan que son los autores de  la historia humana con su propio poder. Esa historia escrita por los aparentes grandes hombres es, en verdad, una historia que se ha repetido a lo largo de la existencia humana.

Ahora llegó el momento de escribir una nueva historia, la que no se construye solo con hechos materiales, sino sobre todo con la experiencia espiritual de la unión con Dios de aquellos que, en el silencio de sus corazones, se vaciarán de sí mismos y se abrirán para que el Creador ingrese en sus vidas, en sus espíritus y en sus corazones.

Es por eso, que hoy traigo ante tus1 ojos un libro en blanco y te pido que seas un ejemplo silencioso y simple para toda la consciencia humana.

Entonces, hijo, toma este libro y escribe en él por medio de los actos de tu vida y de tus pensamientos y sentimientos; escribe mediante el vacío que encuentras cada día, en tu búsqueda y en tu caminar hacia Dios.

Reescribe la historia de la humanidad y, demuestra al Universo y a toda la Creación, la verdadera esencia de este proyecto de criaturas tan semejantes a Dios. Esta esencia nunca fue revelada porque Aquel que la pudo vivir no fue totalmente comprendido, a través de Su Ejemplo, por el corazón humano.

Si entras en lo profundo de tu interior, encontrarás allí a la esencia del ejemplo de Cristo y más que eso, te encontrarás a ti mismo y descubrirás lo que te une al Padre. Y es en ese espacio de tu consciencia donde quiero que tomes este libro, lo abras y comiences a escribir.

Tienes Mi Bendición para esto.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

 

1 Hablo a cada uno de los que leerán estas palabras y que sabrán, en lo íntimo de sus seres, que Me refiero a ellos.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL ÓMNIBUS ÁGUILA DE LUZ, DURANTE EL VIAJE ENTRE LAS CIUDADES DE SAN PABLO, Y CARMO DA CACHOEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En las entrañas más profundas de Dios, en donde habitaba la pureza de Su Divina Consciencia, reposaba un principio de vida, una molécula viva de la Consciencia Divina, proveniente de Adonai. Como el Amor de Dios no podría permanecer en Él mismo, el Creador le dio vida a ese principio purísimo: creó una Consciencia Divina y Universal, que abarca más que un pequeño cuerpo o una consciencia material.

María es el Vientre Divino, es la Vida, es lo que hace nacer a las criaturas de todos los Reinos y las ampara durante toda su evolución.

María no vino de los hombres y ascendió a los Cielos; María descendió de los Cielos y, por Su Amor infinito, se hizo carne entre los hombres para acompañar al Hijo de Dios.

María no es parte de la humanidad, la humanidad es parte de María.

Cuando el Creador pensó en el proyecto humano, un proyectoque viviría en sí un potente grado de Amor, necesitaba de una Fuente Creadora Pura, una Consciencia que emanara el Amor que los seres humanos necesitaban para desarrollarse. Y fue así como los Ángeles y Arcángeles del Padre Celestial recurrieron a Aquel Principio Puro de Dios, que era la propia energía de la maternidad, de la pureza y del amor, para crear, desde esa Fuente perfecta, los códigos que los seres humanos contendrían en sí.

Así como es en el Cielo, es en la Tierra. Para hacer nacer el Amor en la consciencia planetaria, como había nacido en el universo, el Creador manifestó en mente, cuerpo, alma y espíritu Su Divina Pureza. De ahí proviene la Madre de Dios, la Madre de Jesús.

María es la Gracia de Dios; es la Bondad manifestada en una Consciencia sublime. María es el don maternal que, aun después de haber ascendido a los Cielos, no deja de proyectarse entre los hombres, de representar en el universo, así como en la Tierra, un ejemplo para las criaturas materiales.

Lo que tuvieron delante de ustedes durante todos estos años es la Perfección de Dios manifestada en el Amor y en la Bondad materna de María.

Queridos, les digo esto para que aprendan a estar delante de una Consciencia que, a pesar de Su Grandeza y Divinidad, a pesar de no caber dentro de una forma humana, sigue manifestándose entre los hombres, sigue expresando Su semejanza con las criaturas de la Tierra, sigue mostrándoles a todos el Camino.

Su Amor es inalterable, Su Perfección es incorruptible, Su Paz es eterna, porque Ella espera que, algún día, ustedes acepten con alegría revivir en Su plena Paz.

Permítanse retornar a los brazos de Aquella que los creó como parte de Dios. Permítanse ser guiados por Aquella que proviene del Santo Espíritu del Creador y que manifiesta Sus Dones entodas las criaturas. Mientras aún hay tiempo, hijos, ríndanse en los brazos de su Madre Celeste y, así como la Sagrada Familia, permítanse ser amados y conducidos por María. Su Amor les revelará muchos misterios y Su Pureza les abrirá las puertas del Cielo.

Aquel que los ama y los entrega todos los días, en oración, al Inmaculado Corazón de María,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando del propio interior comience a emerger todo aquello que por eones estuvo oculto en la consciencia humana como códigos que degradan el Proyecto de Dios, muchos podrán desestabilizarse interna, emocional y psíquicamente, dependiendo del vínculo de cada consciencia con esas informaciones y de la forma como ella fue equilibrando, a lo largo de su existencia, los códigos negativos con experiencias positivas.

Cuando llegue ese momento, queridos, solo les restará abrir el corazón y confiar en aquellos, más equilibrados, que ustedes tendrán al lado para auxiliarlos. Deberán aferrarse fuertemente a la humildad para pedir ayuda y dejarse guiar. Deberán también aferrarse a la fraternidad, en caso de que tengan que ayudar a otros.

El desarrollo del amor será una oportunidad entregada por Dios en cada instante de sus vidas, sobre todo en los momentos de la transición interior de cada ser y de la transición del planeta en su totalidad.

Deben acordarse de lo que les digo, porque muchos confían en que estarán en pleno equilibrio y que siempre serán los que ayudarán a otros y no los que serán ayudados. Pero no será así, porque el noventa y nueve por ciento de los seres humanos desconoce las raíces de todo lo que viven en la Tierra e ignoran que vinieron al mundo para equilibrar los códigos de sus consciencias, las que necesitaban de tal grado de amor para ser convertidas y que solo en la Tierra lo alcanzarían, en este pequeño planeta, donde se gestó el gran Proyecto de Dios que tuvo su triunfo en Cristo.

Sin contar con esa realidad y plenamente envuelta por la ignorancia y por la ilusión, a la mayoría le cabrá abrirse a la humildad; pero esto no será fácil en una raza que, por siglos, fue el resultado de muchos códigos de orgullo, vanidad y egoísmo, que llegaron para ser convertidos por el Amor de Cristo, por la vida crística. 

Sin embargo, queridos compañeros, todos tendrán una oportunidad  nadie quedará sin ser contemplado en esta escuela de amor. A cada uno le cabrá abrirse para la elección de la vida superior, de la fraternidad, de la unidad, y permitirse ser guiado por Dios, confiando en el amor, más que en sí mismo.

Cuando les digo “confiar en el amor”, es también confiar en la unidad entre hermanos congregados por un mismo propósito y saber que, si ustedes están unidos de corazón, siempre se sostendrán en el camino correcto. No obstante, si no creen en el amor ni en la unidad y quieren seguir sus caminos con base en su propia voluntad, negarán el Plan de Dios, que tiene como pilar el Amor y la Unidad entre todos los seres, sin importar las diferencias ni los errores cometidos a lo largo de la existencia, porque el amor cura todas las cosas y, en el espíritu de la unidad, el amor de uno suplirá y equilibrará el error de otro. Esa es la Ley de Dios.

Yo los amo y, por eso, vengo al mundo, así como vienen los Sagrados Corazones de Jesús y de María para que, en unidad con los seres humanos, Nuestro infinito Amor por todos equilibre los errores del pasado y les conceda una oportunidad de recomenzar en una raza redimida.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros:

Se aproxima a la Tierra la llegada de un nuevo ciclo para la consciencia humana y, sobre todo para la consciencia del planeta, el espíritu de la Tierra que los ampara, los acoge y, con tanto amor y donación, los sustenta. 

Ese ciclo que llegará impulsará a los hombres a que ofrezcan al Proyecto Divino de la Tierra su verdadero potencial y, para eso, los ayudará a expurgar de su interior, de los mundos consciente e inconsciente de cada ser, aquellos códigos que generaron como humanidad y que, poco a poco, fueron degradando lo que deberían expresar como consciencia humana.

El nuevo ciclo intentará ayudar a este proyecto de la Tierra, para que no sean solo los Reinos de la Naturaleza los que sustentan la consciencia del planeta, sino que existan seres humanos conscientes ofreciendo el máximo de sí para que el planeta cumpla su función dentro del Plan de Dios.

En el Proyecto del Señor al crear este mundo, repleto de manifestaciones de Su perfección por medio de los diferentes Reinos de la Naturaleza que lo cohabitan, Dios pensaba en una expresión viva de la fraternidad y de la unidad entre Sus criaturas, por más diversas que fuesen.

El Creador intentó hacer de la Tierra una escuela de amor y de cooperación evolutiva, para que cada Reino proporcionara al otro algo vital para su existencia. Es por eso, que la Tierra necesita de equilibrio para existir, equilibrio que se genera en los diferentes Reinos, incluyendo el Reino Humano.

Sobre todo el Reino Humano debería generar una especial armonía y amor dentro del Reino que le corresponde, como humanidad, para inspirar así la evolución de los demás Reinos de la Naturaleza.

Todos los Reinos, en cierta forma, cumplieron su parte, excepto el Reino Humano, que es el gran pilar del proyecto terrestre. El Reino Vegetal es la expresión de la donación, de la elevación y de la belleza, como le correspondía. El Reino Mineral es la expresión de la purificación, de la transmutación y de la sustentación, como le correspondía. El Reino Animal es la expresión de la fidelidad y del amor, es el guardián del espíritu de la cooperación y de la fraternidad evolutiva en cada especie, como le correspondía. El Reino Dévico sigue creando belleza y loas al Creador y, junto al Reino Elemental, sustenta y anima a los demás Reinos de la Naturaleza, como le correspondía.

Al Reino Humano le correspondería ser un puente de comunión entre todos los Reinos; aquel que cuida, ampara y protege, ama y auxilia para que cada Reino pueda expresarse. El Reino Humano debería crear condiciones para que los devas y los vegetales expresaran su belleza; para que los animales pudieran aportar a la consciencia planetaria el atributo único que cada especie posee en su esencia; para que los minerales pudieran nutrir y auxiliar a los demás Reinos y con libertad actuar en el mundo.

El Reino Humano debería ser el puente con la Consciencia Divina, que proporcionara el espíritu de la constante evolución y del crecimiento, para que la Creación jamás se estancara y los Reinos prosiguieran dando pasos evolutivos y cambiando su escuela espiritual. Que, de esa forma, nuevas esencias fueran surgiendo y renovando permanentemente la Creación de Dios y que, a partir del laboratorio de la Tierra, todo el universo se pudiera renovar.

Esa es una parte de lo que representa el Proyecto de Dios.

El nuevo ciclo del cual les hablo va a acelerar la purificación humana de una forma más o menos armoniosa, dependiendo de la colaboración consciente de cada ser. Esto será así para que la idea de vida fraterna pueda ir manifestándose al máximo posible, aunque sea en unos pocos individuos y en islas de salvación y de expresión del Proyecto de Dios, y este Plan también se pueda manifestar.

Después de eones de experiencias que no tuvieron el resultado esperado, la Creación dará un impulso solar a la humanidad y  a los Reinos de la Naturaleza, como última oportunidad de concreción del Plan Divino.

Es importante que ustedes estén conscientes de todo esto y colaboren, cumpliendo con su parte en este Plan de Amor. Por eso les digo todas estas cosas.

Su amado instructor y compañero,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESUS

Queridos compañeros:

Quiero decirles, en este día, en relación con las palabras que vengo pronunciando en estos últimos tiempos, que si les instruyo sobre tales cosas es porque confío en el potencial de todos los corazones que Me escuchan, independientemente de la vida que llevan y del grado de consagración en el que se encuentran.

Mi Casto Corazón fue enviado al mundo para acompañar a María Santísima en el despertar de los 144 000 que deben preparar el retorno de Cristo y reconocerlo entre los hombres. Es por eso que Nuestra presencia es puramente espiritual y toca los espíritus de aquellos que se comprometieron con Dios en el principio de todo este proyecto humano. 

Mis amados, los 144 000 son los espíritus que fueron enviados a la Tierra para vivir la redención y para ayudar en el proyecto humano y que se comprometieron a vivir en sí los códigos dejados por Cristo.

No piensen que Jesús vino a la Tierra para ser el único Cristo existente en la Creación de Dios. Él vino para ser el Camino que toda la humanidad debería recorrer, la Verdad que cada ser de este mundo debería amar y seguir, la Vida Crística que se manifestó en Jesús, pero que debe manifestarse también en todos aquellos que se disponen a hacer de sí la expresión del proyecto de Dios y volver vida, en la propia carne, los principios universales y crísticos dejados por el Hijo del Hombre.

Mis amados, llegó el momento de asumir su verdadero papel en el Plan de Dios, y eso se alcanza cuando pueden salir de las mezquindades de la vida material y, así, salir de sí mismos, para tener como prioridad en sus vidas lo que realmente importa, que es el amor y el perdón, la redención y la unidad con Dios y, en consecuencia, con toda Su Creación.

Los 144 000 deben ser la punta de lanza que abre el camino para la Nueva Humanidad, el ejemplo que deben seguir los que están ciegos, palpando el aire delante de sí. Los 144 000 deben ser la mano tendida a los hombres y a los Reinos de la Naturaleza; deben ser la representación de la propia humanidad, elevando al planeta hacia la manifestación de la Verdad.

Piensen en eso y sientan Mis palabras en el corazón, pues ellas deben impulsarlos cada día, para que al menos anhelen no ser más los mismos y, así, vivan lo que les enseño.

Su amado padre y consejero,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ,TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros y siervos de Dios:

Hoy los invito a meditar con la esencia del corazón en todas las gracias que recibieron y que siguen recibiendo incluso en la actualidad. Los invito a meditar en la verdadera razón por la cual fueron congregados por los Mensajeros Divinos y en cuál es el potencial que está oculto en el interior de cada uno y que, en este tiempo, Dios aspira a revelarles.

Sepan, Mis amados, que no vengo al mundo para instruir solo a una parte de la humanidad, para que se vuelvan más sabios y tengan una vida un poco más pacífica para disfrutar. Mi Casto Corazón tiene una misión clara, que Me fue entregada desde el principio de Mi llegada a este mundo. A pedido del Altísimo Señor, vengo a abrir la consciencia humana y a proporcionarle la posibilidad de vivir según la Voluntad del Creador.

Vengo para que poco a poco, gota a gota, la humanidad deje de ser una llaga en el Corazón del Padre y sea la concreción de Su esperado Proyecto, predilecto en el Reino de los Cielos.

La responsabilidad de los que Me escuchan es inmensa y no cabría en sus mentes, ni tampoco en sus pequeños corazones. Es por eso que, día a día, los Mensajeros Divinos los invitan a confiar en las Palabras de Dios, pronunciadas por los Sagrados Corazones, porque la verdadera esencia y razón por la cual llegamos a este mundo todos los días difícilmente ustedes podrán comprender.

Sepan que el Creador cuenta con pocos soldados dispuestos a seguirlo incondicionalmente; dispuestos a dejar atrás lo que fueron, para renacer en un nuevo hombre, completamente
opuesto a lo que hoy se expresa en el mundo.

En medio de una humanidad ignorante y ciega, los pocos que intentan mantener la fe están siendo sofocados por los ejércitos de la oscuridad, y ustedes están delante de la Voz de Dios, que los instruye día a día, para que sean simples de corazón y humildes, porque esa es la única manera de equilibrar todo lo que hoy sucede en el mundo.

Por más que les parezca increíble y a veces absurdo, Yo les digo, compañeros, que el Creador cuenta con cada uno de los que son capaces de escuchar Su Voz y seguirla. Y sus esfuerzos diarios para transformarse, aunque sean mínimos, son colocados en la balanza del Juez Celestial.

Todas las instrucciones que les traigo son para aplacar la Justicia que descenderá sobre el mundo; mas, para eso, no solo deben encontrar bellas las palabras de los Mensajeros de Dios, sino también vivirlas. Si no fuese así, ¿de qué valdría que vengamos al mundo?

Yo los guiaré y entregaré Mis últimos impulsos a la humanidad, en la divina esperanza de que al menos un alma escuchará y vivirá lo que tengo que decir y enseñar.

Ruego al Padre todos los días por el despertar de los corazones; para que al menos unos pocos descubran cuán simple es seguir los Pasos de Dios y cuán verdadera es la libertad celestial que se encuentra al abandonar lo viejo y abrirse para ser una semilla de la Nueva Humanidad.

Yo los amo y los guiaré incansablemente.

San José, fiel pacificador de Dios

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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