Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE ÁVILA, ESPANHA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN E HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Coloca tu mirada en Mi Corazón para que encuentres el Universo de Mi Paz.

En este día Yo soy la Señora del Monte Carmelo, la que cuida de la vida religiosa y también de la evolución de las almas.

Por eso hoy he venido con el Reino de Mi Paz, para que tú te animes a ingresar a él y sentir, en confianza, tu verdadero origen.

Esta es la Casa del Padre, en donde todo se crea y se recrea.

Este es el plano y la dimensión en donde todo existe y nunca nada está separado; porque aquí, en este lugar, surge la Fuente Primordial desde donde todo este Universo que fue creado proviene, desde el momento en que el Padre emitió Su Pensamiento y Su Sentimiento de Amor para que todo existiera, así como también Sus criaturas, tan semejantes a Su Consciencia Divina.

Es de este Cielo Superior desde donde hoy provengo como Madre y Señora del Monte Carmelo, para fortalecer la espiritualidad de las almas.

Hoy Me muestro así, ante sus ojos internos y ante sus corazones, para que puedan ver que existe algo mayor y que para muchos es desconocido.

En este lugar también está Cristo, vuestro Señor, vuestro Maestro y Soberano.

Desde allí Él rige con las Leyes del Padre los Universos y los comanda, para que existan la fraternidad, el amor y la unidad.

En este Cielo no todos pueden entrar, pero existen otros Cielos que están abiertos para recibirlos.

Les muestro este Cielo del cual hoy provengo, porque es hacia donde llevaré a los que Me he aparecido a través de esta Obra, para que junto a Mí, y en el próximo mundo que no será material, Me sigan sirviendo y sigan respondiendo al llamado, que no solo es por la humanidad futura, por la próxima humanidad, por la próxima raza, sino por todo lo que vendrá después, para este Universo y más allá de él.

Cada una de las almas tiene un lugar en el Cielo que debe conquistar con su sacrificio, con su entrega, con su renuncia, y sobre todo, con la oración.

Si no existen estas bases en sus vidas, ¿cómo podrán ingresar hacia esos Cielos, donde su vida espiritual e infinita continuará junto a los ángeles bienaventurados, junto a los Sagrados Corazones, que desde ese lugar claman al Padre por una Gracia mayor para la humanidad?

Aunque para muchos parezca que en esta vida material muchas cosas no tienen sentido, o no tienen importancia de ser vividas o experimentadas como sacrificio y entrega, hoy les digo, queridos hijos, que todo eso tiene mucha importancia para Dios; porque es el testimonio y la forma de que paguen sus deudas del pasado, y que a través de la Divina Misericordia que surge de esa Fuente Primordial, pueden ingresar en el próximo mundo a los Universos que hoy les ofrezco con tanta misericordia, gracia y amor.

Hoy, todo lo que rodea Mi aura celestial es sublime e infinito, es cósmico y superior, porque en ese lugar se vive la igualdad, la justicia, la hermandad y el equilibrio.

Todo está en su lugar para que pueda despertar y evolucionar, así como Dios lo piensa y lo siente. Solo que el mundo y la humanidad está con su mirada hacia otras cosas, y el tiempo de la definición se aproxima, y dependerá de cada uno de Mis hijos que puedan dar ese gran paso hacia su misión espiritual y hacia su camino, que continuará en las estrellas.

Mientras tanto, vengo hacia ustedes a llamarlos, para que Me sigan en confianza y fe, porque de esa forma en los planos internos podré llamar a toda la humanidad, y sobre todo, a la que está más dormida y lejos de Dios, sin conocer el verdadero amor, la verdadera existencia, y el verdadero sentido de estar encarnados en este tiempo, y en este ciclo final.

Todas las pruebas que vivan los fortalecerán.

Todas las dificultades que experimenten los harán crecer, para que puedan encontrar el camino y el sentido de estar respondiendo a algo mayor y sublime.

Desde este lugar de donde hoy provengo, desde uno de los siete Cielos del Creador, vengo a llamarlos para que puedan ampliar la consciencia de su caridad y servicio para con los demás, porque es necesario ayudar a un mundo que sufre y que agoniza, día a día.

Vengo a enseñarles a generar, a través de los buenos ejemplos y no de las resistencias, los méritos necesarios para poder ingresar hacia los Universos que Dios tanto espera en el próximo mundo.

Adquieran prontamente un espíritu de caridad y de servicio para con los demás, y aprendan, en estos tiempos, a cuidar de la Obra de Dios en todos los detalles, porque cada cosa que hagan en este tiempo influenciará mucho en el Plan.

Ayuden a que el destino de este Plan se cumpla como está pensado.

Ayúdense a ustedes mismos para que pueda concretarse el Plan.

En este Universo del cual hoy provengo suceden muchas cosas que son desconocidas para la humanidad consciente.

Aquí se guardan proyectos, ideas y tesoros que emana el Creador directamente de Su Fuente, de forma permanente y continua.

De lo que les hablo son los designios que nacen de Su Corazón Eterno, para que en todas las manifestaciones de Su Creación se puedan cumplir, y las almas finalmente conozcan la esencia del Amor, que en este tiempo deben conquistar con esfuerzo y sacrificio.

Eso, al menos, por tan simple que parezca, hará de esta humanidad una humanidad redimible; generará una posibilidad para que nuevas Leyes del Universo puedan actuar en un mundo infernal e indiferente.

Pero a pesar de todo, queridos hijos, Mi Corazón es incansable, Mi paciencia es infinita y Mi propósito por ustedes es aún mayor, y trabajo por ello.

Quisiera que Mis palabras no pasaran, como han pasado otras palabras u otros mensajes.

Necesito que interioricen Mis mensajes y que puedan comprender, a través de sus corazones, todos los símbolos que Yo les revelo, porque de esa forma estarán conscientemente preparados para poder ver las señales que el Universo mostrará en poco tiempo.

Y a pesar de eso, el planeta no dejará de sufrir.

Necesito que Mis siervos y que los apóstoles de Cristo correspondan a cada necesidad que se presenta en estos tiempos, por más simple que parezca. Si no lo hacen, queridos hijos, no estarán creciendo interiormente sino que se estarán estacionando evolutivamente.

Y ustedes deben seguir creciendo para poder abrazar nuevos principios y nuevos propósitos que Dios les mostrará en los próximos años.

Sus vidas, ya no son sus vidas; sus caminos, ya no son sus caminos; sus decisiones, ya no son sus decisiones.

Aprendan a ser en Cristo, para que Él pueda estar en ustedes, y así, actuar. Y tengan consciencia, discernimiento y sabiduría para no equivocarse, ni errar.

Los invito a ser celadores de un Propósito desconocido.

Los invito a ser columnas de una Obra infinita, que no solo comienza y termina en una aparición, en un mensaje, o en una liberación de una región, de un país, de un pueblo, de un sufrimiento, o de una cultura.

Necesito que con las bases de instrucción que han recibido en los últimos treinta años y en los últimos tiempos, puedan actuar así como Dios lo necesita.

La exigencia será mayor, pero el consuelo será muy grande.

Mi Corazón Inmaculado será la fortaleza de los consecuentes, de los que dicen "sí", sin pensarlo tanto, y de los que responden espontáneamente, sin ninguna resistencia a vivir lo nuevo, lo renovador y lo transformador.

Quisiera que acogieran en sus corazones los Designios de Dios, así como Mi Corazón Inmaculado los acoge en esta hora, como la Sagrada Señora del Monte Carmelo, que vuelve a entregarles el símbolo del escapulario de la paz, para que las almas puedan tener sobre sus cuerpos la unión entre el Cielo y la Tierra, entre Dios y las almas, entre este Universo y el Paraíso.

Vengo así, hijos Míos, a prepararlos para un tiempo en el cual solo podré observarlos.

Vengo para que maduren rápidamente, que puedan sentir y comprender lo que vivirán en el futuro y que tengan como fortaleza para las pruebas que llegarán los misterios del Infinito, del Universo que los aguarda y los aguardará siempre, porque ellos son sustentados por la Fe y la Esperanza del mismo Dios, su Padre Creador.

Vengo a prepararlos para un tiempo en el cual Mi voz ya no resonará sobre el mundo, pero el eco de Mis palabras deberá estar dentro de ustedes.

Todo lo que les dije a lo largo de estos años y de los años que vendrán, debe quedar impreso en sus consciencias y reflejarse en sus vidas como acciones puras y simples, de corazones que están despiertos para cumplir el Plan de Dios.

Hoy los coloco delante de un portal que la humanidad desconoce, porque los corazones están mucho más dispuestos hacia las cosas del mundo, que para los Misterios de Dios.

Por eso vengo hasta aquí, para renovar la fe de la humanidad, para renovar su compromiso con el Plan Superior, para renovar la espiritualidad de este mundo, que está tan degenerado, por los pocos Principios Divinos que aún resuenan en los corazones.

Vengo, hijos, para renovar las religiones, para renovar las almas en una unidad con Dios, con Su Plan; para retirar de los templos y de las iglesias la voluntad humana, para que reine, finalmente, la Voluntad Divina, como debería ser desde el principio.

Vengo para ayudar a retirar del templo de sus corazones su propia voluntad, para que reencuentren el propósito que los hizo llegar a este mundo.

Y es con las cosas simples, hijos Míos, aunque puras y verdaderas, que conseguirán cumplir con lo que les pido y vivir lo que les digo.

Muchos quieren encontrar los Misterios Celestiales solo con el rebusque de la mente, pero se olvidan de la simplicidad del corazón, de construir este camino con los escalones de una oración verdadera, del servicio al prójimo, de la comprensión de las miserias de sus hermanos, para curar, en sí, lo que esperan ver curado en el otro.

Este Reino sublime que hoy tienen delante de sus ojos es solo uno de los muchos Reinos que están disponibles para que el corazón humano ingrese.

Pero ese corazón no puede estar impuro, debe curarse, para expresar aquel pensamiento perfecto que Dios emanó al crear Sus criaturas, Sus hijos, que deberían ser la esperanza para la evolución universal.

Este proyecto es un gran desafío para la Consciencia Divina; tanto como lo es para cada uno de ustedes. Pero acuérdense, hijos, que si la Esperanza de Dios aún está sobre la humanidad, y aún en silencio Sus Ojos continúan colocados sobre el mundo, aún está al alcance de cada uno de ustedes vivir esta pureza de la cual les hablo, y esta verdad que les presento.

Hoy vengo a preparar sus espíritus para una misión más amplia, más profunda, en la cual conduciré la consciencia humana a Universos desconocidos.

Pero para eso, hijos Míos, necesito que comprendan y que vivan, definitivamente, los primeros pasos de su consagración al Plan Divino.

Quiero llevarlos a Universos Superiores, a realidades mayores, para que la humanidad ya no esté ignorante de lo que es real.

Por eso preparo hoy sus corazones, por eso les revelo y les anuncio los símbolos que se manifestarán en el futuro, para disipar la incredulidad de los corazones y que puedan guiar a otros en el momento en que todo acontezca.

Confíen en Mis palabras y esfuércense para despertar la fe, la simplicidad y la humildad en sus espíritus.

Si tan solo oraran conmigo, la misma oración de sus corazones, unidos al Mío, los libertará del pasado que aún los oprime y les impide vivir lo que les hablo.

Hoy, hijos Míos, como Nuestra Señora del Carmelo, Nuestra Señora del Monte Carmelo, Señora y Madre de todos los espíritus consagrados, concedo una Gracia especial a todos Mis hijos religiosos de este mundo, para que puedan liberarse de los atavismos del pasado y que su consagración sea verdadera; para que todas las cofradías, monasterios, conventos, templos, de verdadera unión con Dios, se tornen esas columnas de luz que sustentarán el mundo, y que allí se viva la Verdad y no la mediocridad humana.

De esa forma, hijos, hoy les pido que se unan a Mí, en una oración verdadera, por la consagración de la humanidad; para que los corazones estén listos para que, en un futuro próximo, encuentren a Cristo, cara a Cara, sin culpas y sin miedo, por no haber ehcho lo que Él esperaba de Sus compañeros.

Prepárense y esfuércense, para que su Señor los encuentre cristalinos, perseverantes en su meta y dispuestos a despertar el amor que hace valer cada gota de Su Sangre derramada en la Cruz; que hace valer cada Sacrificio Suyo que se hizo eterno, a lo largo de los siglos, en el Universo y que hace valer Su Retorno a la Tierra para enfrentar el mal con la potencia de Su Amor y rescatar los corazones humanos.

Dejo para ustedes este mensaje como una preparación para lo que vendrá, en poco tiempo.

Todos los símbolos posibles son revelados, para que la humanidad tome consciencia y de el paso.

No sientan frustración por lo que no pueden hacer.

Sientan alegría y júbilo por lo que son llamados a vivir en estos tiempos, sabiendo que el beneficio de su sacrificio y entrega, de su renuncia y de su donación, es para los demás; para los que son desgraciados por no tener la Gracia de Dios, como ustedes así la tienen, y deben cuidar, preciosamente, a cada momento y sin abusar de ella, porque todo esto es parte de un misterio del cual ustedes participan, y que proviene de este Cielo Mayor que hoy les traje para que conocieran, en simplicidad y amor.

Que sus ojos se puedan abrir a lo que deben descubrir de ustedes mismos y seguir transformando, con valentía y sin miedos a enfrentarlo, porque la fuerza de Mi Divino Espíritu siempre los ayudará.

Siempre estoy fuera, frente a la puerta de su mundo interno para poder ingresar; solo les pido que la abran para que Mi Luz y Mi Maternidad todo lo pueda transformar.

Que el Señor escuche nuestras súplicas por una humanidad futura.

Que los Reinos de la Naturaleza puedan ser restaurados.

Que el planeta, como consciencia, alcance su evolución y que los mil años de paz finalmente desciendan, para que las almas vivan en el gozo de encontrar a Cristo, en su interior.

Que nadie pierda la oportunidad de vivir este misterio.

Que los no redimidos se puedan redimir pronto, y que los que ya se redimieron puedan avanzar, sin tener miedo de perder el control, el poder o su propia soberanía.

Que las riendas y las amarras del pasado sean liberadas.

Que los apóstoles que son autoconvocados puedan caminar libres hacia el portal del infinito, en donde los espera, en el otro lado, una nueva etapa, que será preparar el Retorno de Cristo.

Que sus labios nunca se cansen de orar.

Que sus mentes nunca se cansen de elevar.

Que sus sentimientos sean cada vez más puros y que permitan que la Luz Divina pueda ingresar, para que cada partícula, cada átomo y cada célula se transfiguren, en Cristo.

Les agradezco por responder a Mi convocatoria y desde las puertas del Castillo Interior en Ávila, los bendigo y les doy la Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Hoy estoy aquí en representación de Mi amado esposo San José. Y esto significa para Mí y para todo el universo que, finalmente San José, como Consciencia divina y universal, está trabajando en todo el planeta y con toda Su Consciencia en este mismo momento.

Ustedes, a través de estos pasos que han dado, siguiendo Su Santa Instrucción de amor permitieron que San José, Mi amado esposo, en este aniversario no solo acogiera a sus corazones, sino también acogiera al sufrimiento del planeta, que es muy grande, inmenso.

Mediten sobre lo que hoy les digo, porque la Jerarquía espiritual necesita encontrarlos en este punto todos los días.

En nombre de Mi Hijo y de Mi amado esposo San José, unida al amor que brota desde Aurora, consagraré estos elementos, que los ángeles que hoy Me acompañan transubstanciarán por la potestad que les ha dado Cristo.

Por eso les pido que, en este momento, llamen en su interior al Ángel de la Guarda para que él participe de este Sacramento y sus almas nuevamente se vean beneficiadas por esta Gracia.

Todo esto es posible. La Obra de los Mensajeros Divinos es posible, no solamente por su adhesión inmediata, consecuente y firme, sino también por la Gracia de Dios, por obra de Su Santo Espíritu.

Adonai está observándolos. Contemplen Su inmenso Amor e ingresen en Su océano de Gracia, porque allí todo se reparará y las almas serán restauradas por la Presencia de los Sagrados Corazones.

Que en el próximo diecinueve de marzo de dos mil dieciocho, San José, como Padre de la instrucción y de las almas, nuevamente esté libre para poder trabajar con la consciencia humana, a las puertas de esta gran transición.

Si sus almas son misioneras, San José podrá trabajar con muchas más almas, llegar a aquellos rincones de la Tierra en donde no existe la luz ni el amor.

Ustedes, en este día, sean fuente de prodigios, para que San José expanda Su Consciencia en el mundo y la humanidad, y los Reinos de la Naturaleza también se puedan salvar.

Estaré, a través de este acto, muy agradecida por su consideración.

Consagraremos.

Hoy Mi Corazón Inmaculado llamará a dos almas peregrinas que han viajado desde muy lejos para encontrarme aquí, y que han sido trabajadas por esta Obra divina desde hace algunos años.

Vean así, queridos hijos, cuán importante es su responsabilidad delante del Plan, porque muchas almas esperan despertar a estos mismos impulsos divinos que les trae San José.

 

Canción: "Adonai, Espíritu Santo".

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Escuchemos la oración que está haciendo María por nosotros y el mundo.

 

“Santo Padre del Amor, no veas los errores que existen en la Tierra, sino las virtudes que nacen de los corazones simples, de las almas que se abren para reconocer Tu Presencia.

Repara cada rincón, en las consciencias, que haya sido infiltrado por el mal. Te pido, Padre Santo, que Te apiades de aquellos que están Contigo todo el tiempo. No mires sus faltas ni cometidos, sino la grandeza infinita de Tu Amor que se enciende en los corazones que vivifican Tu Espíritu.

Que esta Comunión represente la experiencia de la Pasión de Nuestro Señor en cada ser; de Aquel que Tú has enviado a gestar en Mi vientre, para que pudiera nacer la Misericordia en la humanidad.

Imploro, amado Padre, por la autoridad divina que Me has dado, unida al Sagrado Corazón de Jesús y al venerable Corazón de San José, Mi amado esposo, para que esta Sagrada Unidad instituya Tu Plan en la Tierra y las almas se liberen del pecado, de la arrogancia y del orgullo que los separa de Tu Amor.

Invade, Padre Mío, cada consciencia con Tus Dones y en la Tierra se reflejen los espejos que existen en todas las almas.

Que así sea”.

Les agradezco por responder a Mi llamado y al llamado de San José.

¡Gracias, Adonai, por cuánto nos das!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Y ahora, desde aquí, a los pies del altar de San José, vamos a escuchar Sus sagradas Palabras, en el Mensaje entregado a la Hermana Lucía de Jesús.

Vamos a seguir bebiendo de ese Amor infinito de los Sagrados Corazones.

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Encuentros con el Castísimo Corazón de San José

Aproxímense a Mi altar.

Sientan en este lugar la simplicidad de la Sagrada Familia, como en tiempos atrás.

Nada de lo que viven hoy es nuevo para sus consciencias. Muchos de ustedes estuvieron reunidos alrededor de los Sagrados Corazones, en una vida simple, pero llena de grandes misterios.

Ustedes nos conocían en Nazaret y caminaban con nosotros en peregrinación a Jerusalén para alabar a Dios y ofrecerle la propia vida y toda la eternidad. No sabían que aquella eternidad no sería en el Paraíso, sino que volverían tantas veces al mundo para cumplir la promesa que le hicieron al Creador, hasta que hoy pudiéramos reencontrarnos para finalizar esta misión que comenzó hace tanto tiempo.

La humanidad se fue transformando a lo largo de los años, de los siglos. Una parte de ella se aproximó a la Verdad; otra, abrazó completamente las ilusiones de este mundo.

Ustedes, muchas veces, abrazaron la ilusión, pero en lo profundo de sus consciencias sabían que la Verdad los esperaba, porque un compromiso con Dios no se deshace ni con la peor experiencia en la Tierra. Aquellos que un día ofrecieron su vida al Creador, siempre tendrán sus vidas en las Manos de Dios. Este vínculo con el Padre, a pesar haber permanecido olvidado tantas veces, nunca se deshace. Ustedes necesitaban experimentar las cosas del mundo para conocer las cosas del Cielo, porque eso era parte de la experiencia humana.

Ahora, hijos, llegó el momento, como fue en Jerusalén, de renovar sus compromisos con el Padre, de conocer las Leyes universales, de recordar el origen, de volver a tener como prioridad la Voluntad Divina y no la propia.

Los pueblos de Jerusalén tenían muchos defectos y muchas dificultades; sin embargo, tenían una virtud única, que era la fé, la fé absoluta, la certeza de que, un día, este planeta tan imperfecto sería el suelo sagrado de una tierra consagrada a los Planes divinos. Muchos hasta hoy esperan que esta aspiración se concrete, que esta nueva Jerusalén, tan esperada, pueda emerger.

En verdad les digo que los principios divinos, hace mucho tiempo, ya viven sobre la Tierra, dentro de ella, en sus niveles superiores. De la misma forma, esos principios divinos ya viven en ustedes, dentro de ustedes y en sus niveles superiores. Existe algo, entre lo profundo de cada ser y la vida superior, que debe servir como puente para unir las dimensiones, unir los niveles de la consciencia en una consciencia única. Esta parte de sus seres y esta parte de la vida en la Tierra son las que deben aprender a vivir la unidad. Poco a poco, ustedes van reconociendo el Principio de la Unidad en sus vidas. Poco a poco, él se manifiesta, se expresa y vuelve a unirlos, en esencia, al Creador de todas las cosas.

Como ya les dije, deben construir, en los pequeños detalles, esta unión con la Vida divina, porque no será por magia que descubrirán su semejanza con Dios, la que disolverá, de un soplo, sus defectos y sus imperfecciones y los tornará semejantes al Padre. Ustedes vinieron a ese mundo para que, con el esfuerzo permanente, constante, pudiesen volver al origen. La gran escuela de la Tierra se encuentra en este misterio de que, por las pequeñas cosas, puedan descubrir las grandes.

Muchos de ustedes, hijos, ya están descubriendo esa verdad y saben que pueden tener grandes tareas reconocidas por todos, pero ser imperfectos en sus consciencias humanas. Saben que, si no curan esos pequeños detalles de sí mismos, pueden aparentar muchas cosas, pero no llegarán a la meta divina. Por eso, muchos se están esforzando para transcender lo que aparentan ser y ser de verdad.

Estos son los frutos de Mis palabras en su interior. Este año pasó rápido y muchos sienten que no dieron ningún paso, pero el hecho de que reconozcan sus imperfecciones ya significa, hijos, que un poco de humildad vive en ustedes. El hecho de reconocer la necesidad de que Mi Casto Corazón siga acompañándolos ya es una verdadera señal para el Padre de que están un poco más próximos de develar Sus Misterios.

Hoy, los hago transparentes delante de Dios y delante de ustedes mismos. Dejen que esa síntesis interior ocurra, para que puedan sentir todo aquello que aún deben transformar, pero que también puedan sentir todo el potencial que existe para que sigan adelante. Dejen que Yo les muestre en el corazón el verdadero estado de la consciencia humana y también la verdadera meta para la humanidad.

De esta forma, poco a poco, conocerán la verdad en todos sus aspectos. Conocer la verdad no es contemplar sus propias miserias ni ignorarlas, porque saben que son parte de un ser superior. Reconocer la verdad es observar todo, desde lo más inconsciente hasta lo superior, y de esa forma poder dar pasos más concretos, más maduros.

Mis palabras son diferentes que aquellas de María y de Jesús, porque Mi Corazón fue tan humano como el de ustedes. Mi gran misión fue trascender esa humanidad y descubrir la semejanza con Dios. Cristo era el Hijo del Dios Vivo que caminaba entre los hombres. María era el vientre purísimo de la Creación que gesta todas las esencias y que vino a la Tierra para que, por medio de Su Pureza, el Hijo de Dios llegara al mundo. Y Mi Casto Corazón, a pesar de haber sido preparado por el Creador, tuvo que vencer su humanidad en los pequeños detalles. Por eso es que hoy vengo para enseñarles a hacerlo.

Les hablo tanto de la humildad y de la simplicidad porque esa fue Mi escuela para llegar a Dios, escuela que ustedes deben cursar para poder dar los propios pasos.

Hoy les confieso que, ante el Padre, le pedí permiso para permanecer entre los hombres, porque durante este año, en el cual vine al mundo por primera vez todos los días, volví a reconocer a la humanidad, recordé todo lo que viví como hombre en la Tierra y cómo necesitaba de la Presencia de Dios para poder llegar hasta Él. Sé que estos tiempos son mucho más difíciles que el tiempo en que viví. Por eso, hijos, fue que le hice ese pedido a Dios.

Yo les pediré que, con Mis palabras, escriban un nuevo libro, que será la historia de vida de San José. Esta historia la contaré todos los días de este año que vendrá, pero sólo la conocerán cuando Yo la haya terminado. Es de esta forma que, públicamente, conocerán Mis mensajes todos los viernes y les contaré todos los días una historia que deberán esperarla, pero que se irá construyendo dentro de cada uno de ustedes, en el silencio de sus corazones. Cuando esa historia esté escrita, será la historia del corazón humano que se volvió a escribir, para que vivan esta síntesis en el final de los tiempos y, de una forma simple, alcancen esa transformación absoluta.

Con María Santísima, aprendí a interceder por el mundo, observando Sus oraciones permanentes, Su Rosario que nunca deja de pasar entre Sus dedos. Aprendí a amar el corazón humano y a aspirar, ardientemente, a que un día alcancen la semejanza con Dios.

Así como Yo, hijos, aprendan también ustedes con su Madre Santísima; aprendan con este amor, esta incondicionalidad, este servicio permanente para con el corazón humano, para con el planeta y todos los Reinos de la Naturaleza.

Espero que en el ciclo venidero, durante el próximo año, que será el último despertar para la humanidad, todos puedan realizar su misión.

Que el silencio de María y Su divina humildad también les enseñen muchas cosas.

Traigan ahora el pan y el vino para que Yo pueda consagrarlos, por la potestad sacerdotal que el Señor Me concedió. Que, junto a María, podamos hacer de este pan el Cuerpo Vivo de Cristo y, de este vino, Su Preciosa Sangre que, corriendo por sus venas, convierta la condición humana y los aproxime al Corazón de Cristo.

Ahora canten y den gracias a Dios, por haberle concedido a Su siervo esta nueva oportunidad de acompañar a los hombres.

Uno Mi corazón al Corazón de Cristo, que siempre será Mi Maestro y Rey, así como de todos ustedes. Que en esta unión perfecta y absoluta sea Él, como en tiempo atrás, quien consagre estos elementos y los convierta en Su Cuerpo y en Su Sangre.

Quiero que comprendan que, cuantas más Gracias reciben del Cielo, mayor es su responsabilidad para con los Planes de Dios. Por eso, no solo sonrían delante de Mí cuando Yo les digo que permaneceré en el mundo y que, una vez por semana, podrán escuchar Mis palabras, porque eso significa, hijos, que Yo les diré otras cosas que deberán vivir.

Con María Santísima, los bendigo. En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sigan en paz y en profunda alegría.

Les agradezco.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE JOINVILLE, SANTA CATARINA, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos:

Deseo constituir aquí, en este lugar, un firme grupo de oración que ore por toda la consciencia europea, especialmente por los que fueron inmigrantes a través de los tiempos.

Deseo constituir aquí un precioso oratorio dedicado a Mi Inmaculado Corazón, para que Yo pueda derramar las Gracias, no solo en Brasil, sino también en Europa. 

Asuman, queridos hijos, Mi Faz de Nuestra Señora de Guadalupe como el gran terafín de sus vidas, como el ícono sagrado para sus corazones, por el que, a través de Mi Corazón Inmaculado, ustedes podrán unir todos los continentes y las culturas, los pueblos y las naciones, por medio de Mi Divino Espíritu de Madre. 

También deseo aquí, queridos hijos, que trabajen ampliamente por su conversión; que sus corazones se enciendan a través de la llama de Mi Corazón Inmaculado; porque así, queridos hijos, Yo podré tenerlos a todos en Mi Vientre purísimo, podré gestar nuevas cosas para sus vidas y conquistar sus corazones cumpliendo así el pedido de Dios de manifestar Su Obra, en estos tiempos, en todos los corazones aún no redimidos.

Queridos hijos, abran sus brazos para que la llama de Mi Amor penetre en sus corazones. Sientan el calor maternal de Mi Corazón que solo desea abrazarlos y consolarlos, para que sus pies caminen por el sendero que Yo les ofrezco en estos tiempos, el gran camino de la redención y de la paz, que todos los corazones deben contemplar para estar plenos del gran Corazón del Padre Celestial.

El motivo de Mi Presencia en este lugar, queridos hijos, es que Yo los pueda llevar hacia Mi Hijo Amado, que espera por almas que puedan despertar al camino de la Misericordia que Él les ofrece también en este tiempo. 

Sientan en sus espíritus el gran consuelo celestial que proviene del Corazón del Padre y que hoy se irradia a todo el universo y a todos los corazones abiertos para recibir esta energía espiritual.

Yo deseo también, queridos hijos, que sus vidas se reeduquen en los principios de la Sagrada Familia, de la bondad y de la caridad, para que ustedes, saliendo de sí mismos, perciban cuán grande es la necesidad en estos tiempos; no solo en esta ciudad que hoy Yo visito, sino también en el mundo entero, en donde hay grandes necesidades planetarias, principalmente en las almas que sufren por aquellos que no sirven a Dios y que están dormidos por las ilusiones de esta humanidad. 

Yo vengo a abrir sus ojos, los ojos del corazón y del alma, para que participen Conmigo de esta unidad perfecta con la Santísima Trinidad y así sus espíritus, que hoy poco a poco despiertan ante Mi Presencia, puedan recibir los Dones del Espíritu Santo y comenzar una nueva vida en Cristo, su Señor.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Quisiera revelarles en esta noche los misterios de Mi Inmaculado Corazón, misterios que deben vivir para tornar sagrada la propia vida.

Hoy, vengo a este lugar, hijos Míos, para que la humanidad comprenda que los errores del pasado, muchas veces, permanecen en los corazones a lo largo de los siglos y no reciben la cura y la liberación que necesitan hasta que la Misericordia de Dios no se derrame sobre esos corazones. 

La ignorancia de Mis hijos, los que trajeron el caos y el mal a tantos corazones, a los pueblos originarios, buscando educarlos en una cultura que no comprendían, aún vive, hijos Míos, como un dolor profundo en el corazón de esta Tierra. Y la cura que necesitan como humanidad, aún puede descender sobre el mundo si sus corazones se tornan orantes, serviciales, verdaderos ante Dios.

La consciencia humana, Mis amados, es una sola. Por eso, la devoción que tienen por Mi Inmaculado Corazón, en este lugar, se puede expandir a muchos otros corazones del mundo, siempre que unan sus intenciones a Mis Intenciones Divinas y caminen verdaderamente para la manifestación de Mi Plan en esta Tierra.

El Creador Me envía a este mundo como Su Sierva para perpetuar el ejemplo de la Sagrada Familia, para que jamás se olviden, hijos Míos, de los principios que les entregamos cuando estuvimos en el mundo. 

Mi Sagrado Hijo Jesús les mostró el ejemplo de la entrega y de la donación de sí. Pero, en el silencio de Nuestros Corazones, San José y Mi Corazón también les dieron un ejemplo de vida, de bondad, de fraternidad; ejemplo que deben vivir en estos tiempos para curar la degeneración del corazón humano.

Hijos, mientras están ante Mí, muchos se pierden en la ignorancia, muchos se lanzan a los abismos de oscuridad y de terror que el propio hombre abrió en la consciencia planetaria. 

Necesito, en estos tiempos, que sus mentes y sus corazones se puedan unir a un Propósito superior a la propia vida; porque de esta forma, hijos Míos, le darán un sentido verdadero a su existencia en este mundo.

Si viven para servir a Dios y ser una manifestación viva de Sus Planes, estarán cumpliendo con su parte, estarán viviendo plenamente el Pensamiento Divino para esta humanidad. 

Todo comienza, hijos Míos, en la simple oración del corazón. Después, poco a poco, Yo los guiaré y podrán escucharme dentro de cada uno de ustedes, porque todos los días aspiro a que cada alma de esta Tierra escuche la Voz de Mi Corazón. 

Pero, para que Me escuchen, hijos Míos, necesitan silenciar la propia voz, la propia voluntad, la propia aspiración, para que, de esta forma, vacíos de sí, puedan escuchar la Voz de Dios que se pronuncia a través de Su Sierva.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos:

Es de esa forma, queridos hijos, que Yo los motivo a la consagración del corazón, a la vida orante, al servicio y a la caridad que debe ser vida en sus vidas, porque así agradarán a Mi Hijo Amado que está desconsolado por esta humanidad.

Aun cuando existen muchos errores, Mi Corazón les trae la Gracia y la misericordiosa oportunidad de comenzar de nuevo todos los días, a través de la fe y de la confianza en Dios.

Es a través de Mi Presencia, y para poder estar hoy aquí, entre ustedes, que activé los Divinos Espejos de Mi Consciencia para que las puertas se abrieran hacia este lugar que necesita de redención; para que las almas fueran tocadas por Mi Luz Santísima, así como Mi Luz tocó muchos corazones a través de los tiempos.

Necesito, queridos hijos, que en esta ciudad oren el Rosario a Mi Inmaculado Corazón por la consciencia indígena, para revertir los males que sucedieron a través de los tiempos, para equilibrar las deudas, para traer el Perdón de Dios a esta humanidad; porque esta nación, queridos hijos, siempre fue muy colonizada y eso debe terminar. 

Cada nación debe vivir su profunda paz y eso comenzará en ustedes cuando inicien el camino de la oración del corazón, que hoy les vengo a ofrecer amorosamente. Si oran a Mi Corazón Inmaculado todos los días, cualquier oración que ustedes recen, Yo les prometo, queridos hijos, que todo será curado en poco tiempo y ustedes renacerán al espíritu, se reconciliarán con Dios Padre y reconciliarán así a toda la humanidad. Es de esa forma que, vengo a formar los ejércitos de la oración, porque será necesario, queridos hijos, que estén bien preparados para el fin de los tiempos.

Hoy, quiero decirles, Mis hijos amados, que los tiempos ya no son normales. Despierten al llamado que viene a través de Mi Corazón, porque es la Voz de Dios que se pronuncia a través de Mi Espíritu en esta noche sagrada por cada uno de ustedes y de sus hermanos.

Queridos hijos, abracen con devoción todo lo que Yo les digo, porque es su corazón el que comprenderá todas las cosas que son muy inmateriales.

Queridos hijos, abran sus ojos y vean la Luz que desciende desde el universo, los rayos de Mi Gracia que se aproximan a ustedes buscando un profundo despertar de sus consciencias. 

De esa forma, hijos amados, Yo los invito a salir de la comodidad, a ingresar en el camino del servicio a los semejantes. Allí, encontrarán la piedad en sus vidas, la cura de sus almas y familias, el renacimiento del Espíritu de Dios en sus corazones.

Para dar testimonio de todas estas cosas que hoy les digo, queridos hijos, los invito a consagrarse a Mi Corazón. Por eso, a través de este altar sagrado que Me han ofertado y de todas las imágenes que han colocado a los pies de Mi altar; Yo hoy consagraré a nuevos Hijos de María, que en esta noche se comprometerán Conmigo a orar por la paz hasta el fin de los tiempos.

En esta noche, queridos hijos, que el Corazón Solar los bendiga. Mi Inmaculado Corazón, irradia los rayos del Sol del Universo para que sus espíritus se congreguen en esta bendita misión por la paz en el mundo.

Ahora, como peregrinos que siguen el camino de Cristo, Nuestro Señor, invito a aproximarse a aquellos que hoy se consagrarán y que se coloquen a los pies de este altar, no solo como almas, sino como llamas de Mi Corazón que se reencienden por la acción de Mi Gracia, por el triunfo de la Misericordia de Dios en los corazones autoconvocados para servirme.

En cada nueva consagración los corazones se renuevan y es una oportunidad máxima, para todos, de que todos los corazones que se han consagrado como Hijos de María, puedan reafirmar sus votos Conmigo y vivir, en este tiempo final, Mi gran proyecto por la paz.

Aproxímense, queridos hijos, para sentir el consuelo de Mi Inmaculado Corazón que los bendecirá en esta tarea de orar por esta ciudad, por toda la consciencia europea, para que así se instituya la redención en la humanidad.

Ahora que están aquí, coloquen sus manos sobre el corazón y sientan Mi Corazón Inmaculado que los abraza fuertemente y los une al Amor de Dios.

En esta consagración al Plan Divino del Padre, sientan el abrazo de los ángeles, el canto de los bienaventurados y de todos los seres de buena voluntad que, en esta hora y a través de este encuentro, se unen a Mi Corazón de Luz.

Vean en sus internos cómo se reenciende la esencia profunda de sus seres, la pureza original de Lys en sus vidas.

Repitan Conmigo, queridos hijos:

Mi Dios, 
yo creo en ti,
yo Te adoro, yo Te espero y yo Te amo.
Y Te pido perdón por los que no creen en Ti,
no te adoran, no Te esperan y no Te aman.
Amén.
(tres veces)

 

Todos los Hijos de María son espejos de la oración, reflejos de Mi Presencia en el mundo, chispas divinas del Espíritu de Dios que se reencienden para dar testimonio del Retorno de Cristo a la humanidad.

Contemplen ese misterio en este tiempo y en cada momento de su oración. 

Recuerden todos los días que Mi Hijo está retornando y Yo congrego a Sus rebaños dispersos por el mundo para que vuelvan a despertar al Sagrado Llamado de Dios, a Su Plan evolutivo para este tiempo final. 

Con sus manos sobre sus corazones, Yo hago descender sobre ustedes, queridos hijos, la bendición divina del Padre para que, unidos a Él, siempre recuerden que Su Misericordia es infinita y Su Luz es invencible.

Ahora, oraré por ustedes.

Yo los consagro, queridos hijos, y los renuevo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y que ahora, sus voces, también consagradas a Mi Inmaculado Corazón, canten el himno de su consagración para que los Ángeles del Cielo eleven la oferta hacia el Universo de Dios, en unión con sus Ángeles de la Guarda por los mil años de paz.

Hoy, queridos hijos, recibirán una flor de este altar como testimonio de Mi Amor por ustedes y de Mi devoción por todas las almas del mundo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado! 

Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a todos los seres de buena voluntad. 

Que así sea. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hoy, María, a través de Su Faz de la Reina de la Paz, hizo una tarea entre Europa y América del Sur, liberando algunas cosas de la consciencia del planeta, especialmente lo que sucedió entre la consciencia indígena y los colonizadores. Y ustedes podrán preguntarse ¿cómo es que sucedió eso? 

Nuestra Madre Divina también es omnipresente y Su Amor Maternal abraza muchas cosas. Su trabajo maternal viene sucediendo a través de los tiempos. 

En un momento de la Aparición, María se mostró como Nuestra Señora de Guadalupe para que en nuestra consciencia y, especialmente, en nuestro corazón, quedará guardada esa imagen que, hasta los días de hoy, está vigente; porque Ella decía que, la Señora de Guadalupe, es la que une los pueblos, las culturas y las naciones a través del amor.

Así, este Mensaje queda también para ustedes, para que los que están en esta ciudad, cuando hagan sus trabajos de oración, solos o en grupo, recuerden a Nuestra Señora de Guadalupe; para que así, todos nos podamos curar espiritualmente y ayudemos a nuestra Madre Divina para que su Paz se establezca, no solo en el Brasil, sino también en el mundo.

Queremos agradecer la presencia de todos y a todos los que nos acompañaron a través de la transmisión en vivo.

Y ahora, vamos a agradecer a nuestra Madre Divina por este encuentro.

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!

Aparición de Cristo Jesús, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón, en el Sagrado Llamado

Postraos ante Mi Padre, pues Él os está viendo.

Llego en esta noche para dar la libertad al mundo, pues Mi Corazón no mantendrá a nadie más preso, pues nunca he colocado a nadie en cautiverio, sino les dí la libertad de esta vida material, el poder de reconocer Mi Faz, Mis prodigios y Mis dones, que Yo les doné desde el primer momento en la Cruz.

Vivan Mi Pasión en estos tiempos difíciles. No borren de vuestras memorias, todo lo que ha hecho vuestro Redentor, pues la hora indicada se aproxima. Los relojes internos se activan, para sentir la llegada del Maestro y Redentor. Vendrá en Espíritu de Divinidad y Gloria a buscar a las almas caídas, a rescatar a los inocentes de las injusticias del mal, pues nadie se librará de poder purificarse. Es necesario para estos tiempos difíciles.

La humanidad se apartó de Dios y creó su propia condición, hasta en lo más profundo del espíritu. Pero Yo vengo a recordarles la comunión Conmigo, para que vuestros pecados se puedan perdonar.

Sean puros y cristalinos ante Mis Ojos gloriosos, pues Yo vengo a buscar vuestra humildad y simplicidad. No colocaré Mi Reino en almas vanidosas. Yo colocaré Mi Reino en los corazones que se transforman a través de Mi Corazón.

Vengo a entregarles la última llave, la última señal para la humanidad, pues necesito que todos Me escuchen con atención, porque hoy los hago postrar ante Mi Padre, porque Mi Padre los está viendo a través de Mi Corazón Misericordioso y todas las Jerarquías Angélicas que rodean Mi Gloria y Mi Aura, para dar testimonio de la Presencia de Dios.

Por eso vengo a ser consecuente con cada uno de ustedes. Necesito que vuestras estrellas despierten en lo más interno de vuestros corazones, porque será eso que iluminará la oscuridad de los tiempos cuando verdaderamente estén unidos en Mí a la oración.   

Y ahora mírenme con ojos de desapego y de entrega, porque Yo vengo a rescatar lo que es irrescatable en este mundo.

Vuestros corazones son merecedores de Mi Gloria, por eso grabo en vuestros rostros Mi Faz, para que sean como Yo hasta el final de los tiempos, donde todo estará cumplido en nombre de Adonai. Y así los levanto del suelo todos los días, porque necesito que caminen a Mi lado en este tiempo de tribulación, en donde las almas se juzgan a sí mismas y pierden el camino de la redención.

Por eso, Yo necesito de ustedes todo el tiempo, porque espero que no se pierdan y no dejen de seguir Mis Pasos de Luz, aquello que Yo estoy marcando por última vez en el mundo.

Reconozcan Mis Huellas. Sientan Mis Pasos y escúchenme dentro de vuestros corazones. Yo Soy vuestra Gloria, Soy vuestra Verdad, Soy la manifestación del Amor vivo de Dios, que muchos no están buscando por perderse en las cosas superficiales.

Por eso, Yo los llamo a la oración, porque esa será vuestra antorcha. Ustedes mismos la deberán encender a través del fuego de vuestro corazón. 

Yo ya no podré darles el toque de Mi Luz, la humanidad no se lo merece. Pero si son buscadores de Mi Misericordia siempre estarán en el océano de Mi Corazón, sintiendo Mis consuelos y siendo bañados por Mi Gracia, todos los días hasta el fin de los días.

Con todo esto, Yo les muestro la Verdad, porque muy pocos corazones Me quieren escuchar. No vengo a traer incomodidad a vuestras vidas, sino a recordarles hasta los últimos tiempos, vuestro compromiso con el Creador, con vuestros Ángeles de la Guarda, que serán los testigos delante del Juicio Final, de vuestras vidas y del mundo y de todo lo que han hecho, hasta los últimos momentos de estos tiempos definitivos.

Pero no bastará que me puedan creer, sino que puedan sentir Mis Palabras, que son transmitidas por la Energía Divina de Dios, que todo transmuta y libera en cuanto es pronunciada por la Voz del Hijo de Dios.

Guardarán estos momentos Conmigo en vuestros corazones. Serán los que los fortalecerá delante de todas las cosas que verán. Mas vuestros corazones no deberán sorprenderse. Lo que ha sido escrito para estos tiempos, se ha multiplicado por mil. ¿Saben entonces, compañeros, hacia dónde se encamina la humanidad? Pues Nuestra Voz no dejará de pronunciarse. Sabemos que Nuestra Voz y cada una de Nuestras Palabras, serán Luz para los peregrinos. Seremos fieles a cada uno de ellos, cuando cada uno de ellos sean fieles a Mi Corazón, al Corazón de Mi Madre y de San José y principalmente al Corazón del Padre Eterno, que está muy blasfemado por el mundo.

Yo vengo a hablarles de estas cosas, hijos compañeros, porque el mundo está viviendo estas cosas. La realidad divina no puede descender mientras circule el caos en el mundo. Pero Mi Corazón viene a crear en este lugar, en el corazón de los fieles, las pequeñas Islas de Salvación, donde Mi adversario no podrá entrar, cuando tan solo sean consecuentes Conmigo, en este camino hacia el Infinito. 

Quisiera contarles cosas del universo, pero la humanidad no ha querido escuchar por haberse rodeado de cosas materiales que los distanciaron de la Ley de Dios. Yo vengo a demostrarles el equilibrio del universo, del cual nunca deberán salir, para que sean amparados por Ley de Mi Señor.

Mientras escucho vuestros corazones, ustedes se confiesan ante Mi Corazón, porque así todo se reparará a tiempo y nadie perderá la oportunidad de reencontrarse con Mi Corazón Glorioso.

Yo vengo a traerles la oferta definitiva, la oportunidad incalculable de vivir en Mi Paz y en el Reino de Mi Dios, porque a pesar de todo lo que sucederá, no perderán la calma. Estarán en serenidad y serán pacificadores de Mi Corazón Misericordioso.

Y ahora daré la oferta al Universo de Dios por ustedes, ante los Altares de Cielo y de todos los Arcángeles.

Alabemos a Dios en gratitud, reparación y amor; pues Mi único deseo es que algunos carguen con Mi Corona de espinas sobre sus cabezas para compartir el dolor que Me ocasiona el mundo, por tanta ignorancia y desamor. Esta será la causa, compañeros, de ofertar estos Sacramentos en nombre de la redención y de la paz.

Y cuando ustedes no vean la paz en el mundo, en estos tiempos que llegan, busquen la Paz de Mi Corazón, pues solo Me encontraré en los corazones que quieran recibirme y esa será vuestra paz para estos tiempos. Estar en Mi Paz, vivir en Mi Paz y buscar Mi Paz. Eso les permitirá, compañeros, que nada a vuestro alrededor los sorprenda y los atormente. Porque, les vuelvo a decir, que verán cosas inexplicables dentro y fuera de los seres. Eso es el tiempo del Armagedón.

 

Fray Elías:

Delante de los ángeles de Cristo, a pedido de Nuestro Señor, vamos a entonar el Kodoish melódico, haciendo esta oferta a través del Corazón Sagrado de Cristo.

 Los que puedan, se ponen de pie para hacer la oferta, delante del Sacratísimo Corazón de Jesús.

 

Compañeros, en el Nombre de Nuestro Señor, oraremos a Dios, para que Él interceda por el mundo, a través de Mi Bendito y Sacratísimo Corazón.

Que esta Comunión que hoy realizarán Conmigo, reafirme y confirme vuestros votos con Mi Plan de salvación.

Como en el Monte de las Bienaventuranzas, recordaremos este Misterio que Yo revelé al mundo, a través del Padre Nuestro.

Padre Nuestro (en arameo)

Alabado sea Dios, glorioso Su Reino, Aleluya, Aleluya.

En esa paz Yo los quiero encontrar todos los días, porque muchas almas se servirán de vuestra paz para calmar su desasosiego, delante del fin de los tiempos en el que todo se vuelve tan complejo para los pequeños corazones de la humanidad.

Los espero aquí, en la oración de la Misericordia, pues vendré a verlos aquí los días 5 y 6 de octubre. 

Esa es Mi promesa para ustedes. Depositar Mis códigos en vuestros corazones para que siempre puedan resucitar, en estos tiempos críticos.

Vengan a Mí y abrácenme. Yo siempre los espero en la vigilia del Corazón.

Mientras estoy aquí con ustedes, estoy con el mundo, principalmente con las almas que más necesitan y que en esta hora viven su desesperación.

Los observo y los contemplo siempre, hasta el fin de los días, pues los Nuevos Cristos deben despertar, para concretar el Plan de Salvación.

Yo les agradezco.

Recuerden a los que sufren más que ustedes, así verán vuestros dolores muy pequeños delante del sufrimiento universal que vive este planeta y todos sus Reinos creados. Así encontrarán fuerzas para cuando Yo ya no esté aquí, entre ustedes, y seguir ciegamente Mi camino hasta cruzar el portal de Mi Corazón, donde todo estará consumado. Que así sea.

Gracias Adonai, Emmanuel, Abba, por cuánto nos das.

No se entristezcan. Yo siempre seré vuestra fuerza inquebrantable. Y a pesar de que las montañas se muevan y los mares de agiten en estos tiempos presentes, no pierdan la calma. Dios ya tiene marcada vuestra hora, para cada uno de los seres de la Tierra, que no deberán perder el rumbo hacia el Sacratísimo Corazón de Jesús.

Mi último intento es grabar la historia de Mi Faz en vuestros corazones. Y así serán las reliquias, las reliquias espirituales en el Universo de Dios y así serán testigos de esta Obra de Redención. Y aunque sean muy pocos, la experiencia será grande para aquellos que crean sin haber visto.

Mientras les hablo, Yo los calmo, los sereno, para que puedan sentir Mi Propósito de toda esta existencia, de la cual Yo soy parte desde el principio de la Tierra. Por eso, pueden ser bienaventurados cuando siguen Mi camino todos los días, se levanten de vuestras dificultades y solo ansíen encontrar Mi Corazón en cada acto de la vida que debe ser representado por el buen ejemplo de vuestros corazones. Así los códigos que Yo les entrego no se perderán y habrá valido la pena venir aquí para decirles todas estas cosas.

Y ahora Mis Ojos lloran por el mundo, por el mundo infiel, por el mundo injusto. Dios tiene algo especial para todos, solo que todos siempre han querido hacer su propia voluntad y olvidaron la Voluntad de Dios, eso los apartó del amor y de la esencia de todo lo existente.

Yo vengo a recordarles este Propósito, para que siempre puedan ver las cosas más allá de ustedes. No desearía que vuestros corazones se enfríen y que tampoco sean tibios, pues Mi deseo es que vivan en Mi Fuego, el que promueve la paz, la Misericordia y la redención.

Mientras estoy aquí, estoy en regiones del mundo atormentadas, aliviando el grito de las almas que claman por piedad y Misericordia. Mas ustedes compañeros, están en el gozo de Mi Espíritu, mientras las almas se pierden, sin encontrar la Luz de Mi Corazón.

Esto Yo ya lo había visto en la agonía del Huerto Getsemaní. Esta sería la prueba de la humanidad, superarse a través del amor y no a través del poder. Pero Mi adversario conquistó muchos corazones. Por eso, el tiempo de la Justicia se aproxima. Y ustedes los han visto, lo vieron suceder alrededor de esta humanidad.

Los tiempos marcan nuevas señales para aquellos que, en verdad, quieren ver con los ojos del corazón, sin propiedad ni apego. Así estarán más conscientes de lo que Mi Sagrado Corazón ve de este mundo y de todas las cosas que impiden concretar el proyecto de esta raza humana.

Por eso les repito: sientan las Palabras, la vibración de Mi Corazón Misericordioso. Ellas serán las últimas que cambiarán la historia de vuestras vidas.

Deseo que ya sean otros, para que Yo pueda morar en lo profundo de los seres.

Dios desea construir a través de esta Obra de los Mensajeros Divinos, un espíritu fuerte e invencible en las almas que están siendo convocadas en las diferentes naciones, pues los ejércitos deben estar prontos para poder batallar. La guerra en el mundo ya comenzó y esto no es solo una teoría, lo están viendo con vuestros propios ojos.

Pero hay compañeros Míos que dan vuelta el rostro a todas estas cosas para no sentir vergüenza delante de los Ojos de Dios. Imaginen, compañeros, qué siente Mi Corazón delante del Creador, después de todo lo que hice por ustedes y por vuestros hermanos. ¿Habrá valido la historia de Mi Pasión?

Yo digo sí, porque sé que hay corazones que harán resplandecer la Tierra Prometida y cumplirán la parte que le fue pedida a Moisés, cuando todo pase, las aguas se calmen y el sufrimiento desaparezca en la nueva humanidad.

Mediten en lo que les digo y que Mis Palabras no vuelen como el viento, que permanezcan en vuestros corazones como vida, hasta que Yo retorne en Cuerpo, Alma y Divinidad.

Y así Me despido de los valientes y consecuentes y elevo al Reino de Dios todos los ultrajes y sufrimientos, para que sean transformados a través de vuestra oferta de reparación a Mi Corazón Sagrado.

Paz para todos, hermandad para el fin de los tiempos.

Los bendigo nuevamente con Mi Luz y hoy de una forma especial, en la Presencia de la Santísima Trinidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

¡Gracias, Señor, por cuanto nos das!

MENSAJE MENSUAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Compañeros:

En esta noche de encuentro con Mi Corazón quiero revelarles algo importante, algo que motivará la vida de vuestros espíritus, los que siempre deberán decidirse a seguir Mi Camino.

A través de esta misión especial en África, ustedes, en los planos internos, están ante los Señores y los Ángeles del Juicio Final, rindiendo ante la Mesa Sagrada de Dios, todas las deudas cometidas y reflexionando desde vuestras almas sobre estos asuntos espirituales.

Son estos catorce Señores del Juicio Final, quienes también guiaron a los profetas y santos que, junto a los Ángeles de la Guarda, enseñaron en otros tiempos sobre la Misericordia de Dios y sobre el Don del Temor de Dios.

Hoy, vuestros espíritus, que viven el tiempo de la redención de las deudas, están recibiendo la Gracia universal de saldar los débitos ocasionados hasta los días de hoy. Y, a través del servicio amorosamente ofertado en las naciones de África a las almas que están presas hace centenas de años, el universo de los Señores del Juicio Final, en honor a Adonai, se dispuso a borrar y a hacer desaparecer de los Libros Sagrados del Cielo una parte del gran pecado de la humanidad.

Vuestras almas se encuentran en profunda meditación y tal vez muchos de ustedes hoy no lo perciban, pero quiero decirles que, por haber concretado esta misión humanitaria por la paz y la redención espiritual de África, un mar de Gracias y un universo de oportunidades están siendo generadas para consciencias que, dentro de los atributos de la Ley de Dios, no los merecerían.

Compañeros, a través de la intercesión de los Sagrados Corazones, una especie de congelamiento de la Ley está sucediendo, y los efectos que ella genera debido a las graves faltas de la humanidad, están siendo evitados.

De no haberse realizado la misión a África y la misión al norte del Brasil, ciertas consecuencias no hubieran tenido retorno. También, durante la Sagrada Semana de este mes, una forma de expiación interna fue depositada en todos los que, sin arrogancia pero con fe, participaron de los encuentros con Jesús.

Y una vez más, Cristo tuvo una victoria en los corazones más condenados. Así muchos, ante de los Señores del Juicio Final, se hicieron responsables y se comprometieron de por vida, hasta los últimos momentos de la transición de la Tierra, para responder a los designios finales que Mi Corazón revelará durante los días de tribulación a un cierto grupo de almas que servirán de protección y de amparo espiritual para todas las almas que sigan confiando en Jesús.

Cuando llegue la hora crucial de vuestra purificación será el gran momento de vuestra confirmación ante el Padre Celestial y recibirán la oportunidad de no desviarse del camino y de seguir ciegamente todas las instrucciones de vuestro Señor.

En esos momentos cruciales, Yo ya Me encontraré retirado en oración y vigila, preparándome para retornar como nadie imagina en su mente y en su corazón, pero muchos Me reconocerán cuando llegue, y los códigos de Mi victoria en ustedes deberán ser el escudo contra todo mal, quien ore no los perderá.

Bajo la Gracia que proviene de Emmanuel, sean bienaventurados.

¡Gracias por donarse de corazón para concretar Mis Obras de redención!

Cristo Jesús Glorificado

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Como Castos y Purísimos Corazones venimos del Cielo para que puedan reconocer, en sus vidas, los valores y las Gracias celestiales que, durante estos últimos tres años, hemos depositado en sus espíritus.

Hijos Míos, ustedes, habiendo reconocido la necesidad de caridad y principalmente la falta de amor en los corazones sufrientes que, en este tiempo, su motivo primordial sea aliviar las necesidades que tiene la humanidad y los Reinos de la Naturaleza.

Muchos de ustedes, a través del servicio, vencieron y traspasaron las  barreras de la gran resistencia interior y, abriendo sus manos para donarse a otros, descubrieron la fuente de servicio y de amor que habita dentro de cada una de sus almas.

Si la humanidad entera pudiera socorrer a los grandes desequilibrios y a las miserias que existen en todo el planeta, y si la donación fuera espontánea e inmediata, la Misericordia de Dios ya hubiera transformado todo el mal en Luz. Así, muchos corazones dejarían de sufrir el resultado de sus errores.

Por eso, hijos Míos, habiendo ingresado en la esencia del servicio a la humanidad, que es uno de los principales atributos de la Sagrada Familia, el mundo ya podría tornarse salvo y digno de recibir una oportunidad más.

Su Sagrada Madre Celeste los aproxima a las virtudes que harán posible que la Nueva Humanidad surja.

Mientras la Mujer Vestida de Sol desvía del camino a la bestia para que todos los hijos de Dios alcancen la paz, les pido que continúen trabajando para el despertar del servicio y del amor puro por toda la humanidad.

Su Padre Celestial espera que la acción de servicio sea fraternizada con otras consciencias que también deberán despertar al servicio por sus semejantes.

El amor del corazón, unido al servicio espontáneo, promete grandes transformaciones y alivio de todas las deudas que son generadas, día a día, por la humanidad actual.

Queridos hijos, así como mi Santo esposo San José, padre y guardián de Jesús, los invitó a servir sin preferencia ni gustos propios, continúen caminando en dirección a la Fuente y al manantial que surge para lavar y cicatrizar las grandes heridas espirituales de esta ultrajada humanidad.

Mi Inmaculado Corazón los encontrará obrando a través del servicio y de la oración, y así como lo pidió Mi amado Hijo, vayan de dos en dos y proclamen su redención al mundo.

Los Sagrados Corazones estarán atentos a la voz de sus súplicas y a las de todos los servidores del Amor.

Les agradezco, en este día, por responder a Mi llamado y por haberlo concretado.

Los reúne, en el espíritu del servicio por la paz en el mundo, 

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

 

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús y de la Virgen María, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón, durante la 8.ª Maratón de la Divina Misericordia

Virgen María:

Yo Soy la Santísima Virgen María, Reina y Señora del Perpetuo Socorro, una buena madre que sigue a Sus hijos y nunca pierde la consagración de un alma a Dios.

Los Cielos responden a aquellos que escuchan el llamado. 

Celebren y alégrense, Dios está descendiendo a la Tierra con Su Misericordia. La Reina del Cielo abre las puertas del Universo Mayor para que desde los Tronos Mayores descienda el Hijo de Dios. 

Ángeles y Arcángeles celebran esta Comunión y encuentro. Que vuestros corazones celebren este momento. 

¡Gloria en las Alturas! ¡Aleluya a todos los que escuchan el llamado del Señor!

Estoy aquí, extraordinariamente, para bendecirlos, aguardando la llegada de Jesús desde el séptimo universo. Esperémoslo.

Recemos, queridos hijos, la oración que Yo le enseñé en Fátima a la humanidad, enviada al mundo por el Ángel de la Paz.

Oración del Ángel de la Paz (en portugués).

Queridos hijos, sigan rezando todos los días el Rosario por la paz. Dios está atento a la voz de vuestras súplicas, a las oraciones humildes de Sus hijos y siervos. Dios se alegra por aquellos que se reencuentran en el Corazón del Señor. 

Venezuela tendrá un tiempo más de paz, pero deberán seguir orando para que el mundo entero tenga paz, en todos los corazones que sufren.

Jesús está llegando, ¡alegrémonos!

Queridos hijos, estoy presente aguardando, junto a ustedes, la Presencia de Jesús. 

Canten y abran los cielos.

Canción: “Cristo Redentor, Cristo de la Luz”.

 

Cristo Jesús:

Los Sagrados Corazones honran y alaban a aquellos que sirven por sacrificio a Dios. 

Glorifiquen a Dios en este momento, glorifiquen Su Presencia, la Fuente de la Unidad y del Amor para el mundo, a la cual todos deben retornar después de esta vida, para fundirse con Dios y con Mi Corazón Sacratísimo.

Yo Soy vuestro Pastor, quien los bendice y los ama.

En esta tarde, he venido al mundo para dar testimonio de una conversión, porque quien vive en Mí, vive la conversión, la liberación de la vida y del pasado, y la reconciliación profunda con Dios, vuestro Padre Eterno.

Por la autoridad que Dios Me ha dado, como parte de Dios y Célula de Su Presencia Eterna en todos los universos; por la cristificación que Yo he vivido en la Pasión; por la Sangre y el Agua derramada sobre ustedes por amor y conversión, redención y liberación de todas las faltas; y por el precioso pasaje de Mi Bautismo en el río Jordán; Mi Espíritu paternal y crístico bendice esta agua para consagrar esta nueva alma, que se reencuentra con Mi Corazón Sagrado después de mucho tiempo. 

Por eso, en esta tarde, Yo instituyo, en esta congregación, el Bautismo como un don espiritual para lavar las faltas y el pasado, y volver a renacer en Mi océano de Vida, en Mi infinita Misericordia.

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

Cuando Juan el Bautista bautizaba a las vidas, Él traía el Espíritu Santo hacia cada una de las almas. El agua que representa, en este mundo, la pureza y la compasión para todos los espíritus sobre la Tierra, es el mayor ejemplo de simplicidad y de castidad para cada uno de ustedes. 

Por eso, que este ejercicio de Bautismo sea a través del estado de simplicidad, del sentimiento profundo del corazón, del amor que los une a Dios y así, Dios vendrá a la Tierra a través de vuestras esencias y corazones.

Yo les enseño, queridos compañeros, a lavar vuestros pecados a través de Mi Misericordia y a renacer en la Luz Mayor que existe en el infinito.

Mi Mensaje para este día, es recordarles el Bautismo como un don de cura y de restauración; para poder instituir, nuevamente, Mis Rayos de Misericordia y de Piedad sobre las almas que han estado distantes de Mi Corazón. 

Por eso, en este momento, también bauticen vuestras vidas y espíritus y reciban, de Mi Corazón Sagrado, la Paz y la absolución para comenzar, en este día, un nuevo camino de Luz, el camino del apostolado, del servicio y de la caridad por amor y por la redención de toda la Humanidad.

¡Que canten los Cielos y se alegren los seres en la Tierra!

El Espíritu Santo viene a vuestro encuentro.

Queridos compañeros, que el Espíritu Santo, en este momento, sea un verdadero Don de paz y de conversión en vuestras vidas. Que vuestras almas puedan renacer en Mi Corazón Sagrado y encontrar, en este camino nuevo, la esperanza y la fe, dones de fortaleza y de unidad perfecta con Dios.

He bendecido también, en esta tarde, Mi Cuerpo y Mi Sangre para que puedan reparar el Corazón de Dios y entender, ante todas estas cosas, que existe algo mayor para cada uno de ustedes, que es el Amor de Mi Reino, la eternidad, el Paraíso.

El alma que se consagra a Cristo se postra a los pies de Mi Cruz para que Yo la pueda bendecir y santificar. De esta forma, esta bendición llega para todos, principalmente para aquellos que abren su corazón a Mi Luz eterna, Mi Luz redentora.

Mi Corazón Sacratísimo está todavía presente entre ustedes para derramar Su Misericordia, Su alegría y Su bondad sobre vuestras almas.

¡Alejandrino, levántate y anda! Sigue Mis pasos y Mis caminos. Muchas almas necesitan de Mí y para que Yo pueda llegar a todas ellas necesito de Mis siervos, para cumplir con Mi Plan Mayor en la Tierra.

Vayan en paz.

¡Argentina! Prepárense para recibirme. Querré ver vuestros corazones más abiertos que los que Yo ya he visto.

Les agradezco.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Madre María Shimani:

Bien, vamos a hacer un pequeño relato de lo que sucedió hoy y a trasmitir algunas indicaciones que los Sacratísimos Corazones nos dieron.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hoy tuvimos la visita extraordinaria de nuestra Madre María, como la Señora del Perpetuo Socorro.

Realmente para nosotros fue una sorpresa haberla recibido y la manifestación de Ella era bien contundente junto a Sus ángeles y la visita de un Arcángel, esperando la venida del Maestro.

En ese momento, sentimos y vimos que nuestra Madre María hizo un trabajo planetario en cuestión de minutos. Fue abrazando a todo el planeta con Su Presencia y Su energía. Ella se aproximó también muy cerca de nosotros para que tuviéramos seguridad de que en verdad era Ella quien estaba presente. 

Compartió ese momento de oración en el que Ella nos pidió orar la oración del Ángel de la Paz. En ese momento, el Santuario de Fátima se unió con el Centro Mariano de Figueira como un solo canal mariano que se fue expandiendo por el mundo.

Después llegó nuestro Maestro. Todavía estaba la Presencia de nuestra Madre María que compartió este momento de consagración. 

También fue una sorpresa para nosotros el momento en que el Maestro nos pidió traer una vasija de agua para hacer la bendición, el Bautismo.

Al principio no entendíamos lo que Él nos quería decir con eso. Pero hoy, también nos trajo el momento de Su Bautismo en el Río Jordán. Ese hecho lo trajo hasta ahora, hasta este presente; y muchas almas fueron bendecidas, principalmente las que hoy no están aquí. Pero también fueron bendecidos todos ustedes por la Energía de Cristo, y se mostraba nuestra alma limpia y pura del pecado, de las faltas, a través de ese acto que Cristo realizó con Su Presencia.

Él también pidió que el hermano se colocara a los pies del cuadro del Cristo Misericordioso. Y en un momento del Bautismo, Él dijo: "Muchos querrán bautizarse".

Le preguntamos: ¿Qué vamos a hacer?

Hagan lo que Yo les he enseñado, lo que Juan el Bautista enseñó, que sea simple y humilde, porque Yo en el momento del Bautismo estaré intercediendo por esa alma que recibe el bautismo y ustedes solo serán instrumentos para que eso pueda suceder.

Y después nuestro Maestro y nuestra Madre María nos dieron algunas indicaciones sobre los próximos trabajos y tareas que realizaremos en estos meses.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN LA CIUDAD DE LONDRINA, PARANÁ, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 5.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Como hace mucho tiempo, hoy les entrego Mi Cuerpo para curar vuestras heridas y consagrar vuestros corazones a Mi bendito Corazón Sacratísimo.

Como hace mucho tiempo atrás, hoy les entrego Mi Sangre, símbolo de alianza y de renovación, la cual les lavará vuestras faltas y los liberará del pecado.

Que se alegren todos aquellos que se sirven de Mi Cuerpo y de Mi Sangre en honra y gloria a Dios; en reparación de los Tres Sagrados Corazones, de Jesús, de José y de María; por la liberación de este mundo y la paz eterna en cada uno de los hijos de Dios.

Sírvanse de Mis elementos sagrados con profunda gratitud y alegría.

Que los valientes comulguen de Mí todos los días, porque así Me darán el permiso para que Yo los transforme en nuevos instrumentos de Dios.

Repitan:

Divina Misericordia, 
Fuente de sanación y de cura, 
restaura nuestro ser, 
en gloria y honra a Dios.

Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Madre María Shimani:

A pedido de Nuestro Señor, vamos a cantar “Apóstoles del Amor”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hoy, el trabajo con nuestro Maestro fue una profunda ceremonia, porque Él por primera vez apareció vestido como un príncipe, todo de blanco, con Su Cabello dorado, Sus Ojos celestes claros, sonriéndonos y ofertándonos Su Corazón, abriendo Sus Brazos hacia nosotros, como siempre lo hace nuestra Madre.

Cuando Él apareció, tenía en una de Sus Manos, recuerdo que era la Mano derecha, un conjunto de alianzas, las cuales Él nos ofertaba. Él nos estaba revelando un compromiso, una oferta que nos hacía dar un paso más con nuestra consciencia, en nuestra consagración, en nuestra entrega a Su Consciencia.

Después, cuando Él pidió el pan y el vino, hizo dos movimientos diferentes. Cuando consagró el pan le puso Sus Manos y, en ese momento, pudimos ver con total claridad que todos nosotros, internamente, estábamos en esa Última Cena, que aconteció hace mucho tiempo atrás.

En ese momento, percibimos y Él nos mostró que dos hechos, dos tiempos diferentes, el pasado que vivió Jesús y el presente que vivimos nosotros se fundieron como uno solo, como un solo plano, una sola dimensión. Y a través de ese símbolo del pan, Él lo consagró y lo bendijo, como lo hizo con los apóstoles.

Por eso, sucedió ese hecho que contamos. Cuando Él pidió el vino, Su Corazón resplandeció de Luz, era un Corazón que latía rápidamente y que fue transfigurándose, en diferentes colores y formas, en el centro de Su Pecho.

Por detrás de ese Corazón de luz, salían muchos rayos de infinitos colores y tonos, colores que nunca habíamos visto y que se emanaban desde adentro de Su Pecho. Todas esas energías, todos esos rayos, no solo traspasaron ese vino, sino a todos los que están asistiendo a esta Maratón.

Y en ese momento Él también nos mostró cómo era el poder de Su omnipresencia, de una forma muy humilde, cuando tan solo lo llamamos con simplicidad.

En ese momento, Él nos mostró que todos los que estamos presentes aquí hoy, hasta aun los hermanos que nos están viendo a través de internet, nos fundimos en una sola consciencia a través del Corazón de Cristo resplandeciente.

A través de una imagen que Él nos mostraba del planeta y de la humanidad, no había separación, no había sufrimiento interno ni externo. Todo era cura, alegría, mucha Gracia que Él emanaba.

Él nos mostraba cómo Su Corazón se vuelve misericordioso cuando tan solo le abrimos la puerta.

Después de esa consagración, Él permaneció por un tiempo en silencio y nos dijo que recordáramos que Su Presencia siempre estará cuando nosotros estemos en silencio.

Luego nos transmitió el Mensaje diario.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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