Viernes, 24 de febrero de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Sigue profundizando en los misterios de tu mundo interior, allí donde no existen muros, barreras, fronteras o limitaciones; sino solo umbrales que debes aprender a cruzar para encontrar la verdad de tu corazón, la expresión más pura de tu consciencia.

Sigue sumergiéndote en el océano profundo de la consciencia.

Sigue adentrándote en los misterios de tu ser; y allí, donde se revela el silencio profundo, encontrarás también la Voz que habla en el silencio, la Voz de Dios, que no emite sonidos, sino respuestas, sentires, certezas, fortaleza.

Sigue adentrándote en el océano profundo de la propia consciencia. Concédete el tiempo y el lugar para silenciar la mente, las emociones, las palabras y sumergirte en tu mundo interior como un observador.

Observa tus metas, tus voluntades y tus aspiraciones.

Observa hacia donde fluyen tus energías, en qué colocas tu empeño, tu esfuerzo, a qué dedicas tu vida.

Observa, hijo, si tu vida aún circunda solo la superficie del océano.

Observa si tus metas están en medio de las olas confusas que se quiebran en la superficie del mar sin conseguir consolidarse en tu interior; o si tu consciencia es capaz de ir más hondo y sumergirse más allá de las superficialidades y el caos, los conflictos y las confusiones.

Observa con neutralidad y con paz. Tu tarea, ahora, no es juzgar o criticar, sino solo percibir y saber dónde te encuentras en el océano de tu propia consciencia, cuán profunda es tu vida interna y cómo consigue expresarse en tu interior.

Si aún estás en la superficie, quebrándote repetidamente con las olas del mar, date a ti mismo la oportunidad de encontrar la paz y percibe que, más allá del caos, existe más.

Más allá de los conflictos de la vida, más allá de las confusiones de la mente, más allá de las demandas y trabajos, más allá de los esfuerzos por concretar el Plan, más allá de todo lo que haces y percibes en la vida sobre la Tierra, existe aún la profundidad de los océanos.

Existe aún la profundidad de tu mundo interior. Existe aún una vida oculta, un universo interno, una verdad desconocida, una realidad invisible a los ojos que solo ven la superficie de todas las cosas.

Por eso, concédete a ti mismo el tiempo y el espacio para visualizar tu océano interno, como si te sumergieras en un mar profundo. Y, allí, donde solo existe silencio, vacío y ausencia de todos los sentidos, permítete encontrar el sentido de la vida, tu centro, tu ser, el Propósito de haber sido creado.

No te diré, hijo, lo que habita en ti; deberás descubrirlo por ti mismo. Solo te indico el camino y te hago recordar que, dentro de ti, aún existe más; dentro de ti, aún hay una verdad oculta, una historia velada, un destino latente.

Sumérgete, entonces, en el océano profundo de tu ser y descúbrete a ti mismo.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

Domingo, 19 de febrero de 2023

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Contemplen en sus corazones el planeta y toda la vida que habita sobre la Tierra.

Contemplen, de forma especial, los océanos y cómo ellos intentan, día a día, recrear la vida en su interior.

Contemplen en sus corazones el mar profundo, las especies desconocidas, los vegetales, los animales, los elementos y por un instante, hijos, expresen gratitud; porque allí, en lo profundo de los mares, existen seres que silenciosamente se sacrifican por el equilibrio del planeta; seres que, ante la ignorancia humana, ofertan sus vidas aparentemente pequeñas e insignificantes, vidas que nadie ve, para equilibrar el planeta, para que la vida siga existiendo dentro de cada uno de ustedes.

Por un instante, solo por un instante, expresen verdadera gratitud.

En este día, vengo a llevar a cada uno de ustedes, en consciencia, a lo profundo de los océanos para que así aprendan también a sumergirse en el propio mundo interior, a salir de toda superficialidad, de toda apariencia, de todo engaño: cuando son engañados y cuando se engañan a sí mismos.

Sumérjanse Conmigo, hijos, en lo profundo de los océanos. Sientan su silencio. Sientan su paz.

A pesar de la agonía de la Tierra, los océanos generan paz para el mundo y aun en las grandes tempestades, aun cuando sus aguas se agitan, en lo profundo de su interior existe la paz.

Aprendan a ser como los océanos. Aprendan a servir como los océanos: silenciosamente, profundamente, de forma transparente, verdadera, sin buscar nada a cambio.

Los océanos padecen por la ambición y el egoísmo de los hombres. Ellos silencian las bombas, las máquinas que perforan su interior. Los océanos silencian su dolor, que es el dolor del corazón de la Tierra y, en cambio, ofrecen al mundo vida, aire, pureza, profundidad espiritual.

Si quieren transitar el final de los tiempos, la transición entre el viejo y el nuevo hombre, si quieren aprender cómo estar ante las situaciones de caos, si quieren aprender a salir de la superficialidad de la vida y saber quiénes verdaderamente son, contemplen los océanos.

En sus oraciones, sean agradecidos por la vida que en él habita, siéntanse sumergirse en sus aguas profundas, y allí adentro, donde hay paz, clamen también por la paz.

Sepan soportar las humillaciones del mundo; sepan soportar los momentos de soledad, contemplando los océanos.

Ellos hablan a través de su vida. Ellos hablan a través de su silencio. Ellos hablan con el ejemplo, y no con palabras vanas. Eso es lo que deben aprender de los océanos; porque, en estos tiempos, la incredulidad de la humanidad no será curada con palabras, sino con ejemplos. La única forma de enseñar, de guiar y de conducir a los seres será a través del ejemplo. No será hablando sobre la paz, será siendo paz. Por eso, aprendan de los océanos.

Ante las confusiones, el caos, el mal, silencien el propio interior, sumérjanse en lo profundo de la consciencia, recuerden los océanos y allí, hijos, sean paz.

En lo profundo de los océanos se escucha el canto de las ballenas y de los delfines, el canto del alma de los océanos, que se expresan allí donde nadie los ve. Mas aquellos que se sumergen en sus profundidades pueden ser curados por esas vibraciones.

Así también, cada uno de ustedes debe expresar su canto, su alabanza a Dios; que no surja de la boca para afuera, sino de la profundidad de sus seres, y allí, en esa profundidad, aquellos que los escuchen sean curados.

Que de la misma forma sea su oración, que surja de lo profundo de su interior y que aquellos que fueran tocados por ella sean curados.

¿Les parece imposible ser como el océano?

Si son seres semejantes a Dios, toda la Creación se refleja en su interior. ¿Creen que estas son solo palabras o están dispuestos a sumergirse en este misterio y experimentar lo que les digo?

Allí es donde la humildad se manifiesta; no en los esfuerzos humanos, sino en la profundidad de la consciencia.

Humildad no es hallarse inútil, hallarse menos que los demás; eso no es humildad, hijos. Humildad es sumergirse en lo profundo de la propia consciencia y que toda la expresión de sus seres provenga de lo que verdaderamente son. Y, entonces, le podrán decir al mundo: “soy Hijo, creado a semejanza e imagen de Dios, tan grande y profundo como Él es”; y, aun así, sus palabras serán plenas de humildad, porque Dios es Quien es grande dentro de ustedes. Él es Quien los hizo semejantes a Su Corazón, a Su Consciencia, a Su Poder Creador y Renovador.

Humildad es saber quiénes verdaderamente son y vivir a partir de esa verdad. A eso es a lo que son llamados hoy.

No vivan de las mentiras del mundo, de aquello que los disminuye y que solo manifiesta el ego humano y sus aspectos superficiales. No crean en las mentiras que resuenan del propio ser, no se engañen a sí mismos. Vivan de la profunda verdad que habita en sus esencias, y para ser capaces de descubrir y vivir eso, mediten en los océanos.

La naturaleza refleja grandeza, porque refleja la Presencia Divina y, aun así, está plena de humildad.

¿Ya estuvieron ante un gran valle, ante una puesta de sol, ante los océanos y se sintieron pequeños frente a la grandeza que expresan?

Ellos son Espejos de Dios, así como ustedes.

¿Ya estuvieron ante un ser humano y mortal, pero que expresaba grandeza a pesar de su silencio y humildad?

Él es un Espejo de Dios.

Sean Espejos, sean aquello para lo que nacieron.

Sus profesiones, sus destrezas, sus quehaceres son solo expresiones de la vida humana, situaciones que se viven en este camino, en este sendero para expresar a Dios, pero lo que verdaderamente son no termina allí.

Sean servidores, sean profesionales excelentes. Hagan todo con la excelencia del corazón y de la consciencia, pero no terminen allí. Sumérjanse más profundo, como en los océanos.

Ustedes pueden mirar el mar y encantarse con su belleza, con el reflejo del Sol y de la Luna en sus aguas, pero dentro de él existe mucho más. Así son ustedes.

Así como miran los océanos y sus ojos tienen un límite, su visión no alcanza todos los mares, así también es la consciencia humana. Hasta hoy, sus ojos tienen un límite, solo pueden comprender aquello que ven, lo que su visión alcanza; pero eso no significa, hijos, que termina allí. Existe más… Existe mucho más…

Existe más dentro de ustedes, existe más dentro del prójimo. No se engañen con lo que el otro manifiesta, no lo encierren en su personalidad, si él habla alto o bajo, si él arregla la cama al levantarse, porque existe más…

Para ayudar a que la consciencia humana exprese esa profundidad, ustedes también deben poder mirar al prójimo y saber que él no termina allí, que una consciencia tan infinita como la propia Consciencia Divina, que un Universo habita en su interior; y un gran misterio, tan profundo como los océanos, tan perfecto y tan lleno de vida, también habita en su interior.

Ayúdense mutuamente a superar la superficialidad. No les decreten a sus hermanos sus defectos y miserias, tampoco sus destrezas. Que sus ojos se fijen en lo que es espiritual, en lo que es Divino y que debe multiplicarse. Y, les diría más, debe revelarse; porque, en este tiempo, todo ya existe dentro de ustedes. Los misterios están ahí para ser revelados, para ser descubiertos por aquellos que se animen a vivir esto; y la expresión de este misterio son los talentos y los dones que el Señor vendrá a buscar de cada uno de ustedes.

Por eso, día a día, en cada oportunidad que tengo de venir al mundo, les pido que salgan de las superficialidades de la vida y, aunque sea por un instante, contemplen los océanos. Contemplen el océano infinito que habita dentro de ustedes y entonces, hijos, descubran quiénes verdaderamente son, encuentren la semejanza con Dios y dejen que Él se exprese a través de sus vidas.

Cuanto más esa vida puede crecer en su interior, más talentos se expresan, y así es que ellos se multiplican. Con cada Palabra y cada Gracia que reciben, dejen que ellas resuenen en su interior y que hagan emerger un poco más de lo que verdaderamente son. Así, los talentos se multiplican.   
               
Sé que saldrán de aquí y se reencontrarán con sus vidas, con sus familias, con las dificultades, con sus miserias internas, con sus destrezas; pero solo les pido que siempre que recuerden Mis Palabras, aunque sea por un instante, piensen en los océanos y recuerden lo que verdaderamente son.

De esta forma, encontrarán llaves para lidiar con las situaciones de la vida de una forma diferente y, así, poco a poco, construirán dentro de sus vidas una nueva vida y dentro de sus seres un nuevo ser.

Este es el mayor servicio que pueden prestar a la humanidad en estos tiempos.

Cuando contemplen la agonía del  mundo, las guerras, los desastres naturales, la falta de respeto de un corazón para con otros, el ultraje de los Reinos de la Naturaleza, recuerden, hijos, que el mayor servicio que le pueden prestar al mundo es sumergirse en el propio interior y ser quienes verdaderamente son, dejando que el Creador se exprese, que mire a través de sus ojos, que piense a través de sus pensamientos, que hable a través de sus palabras, que actúe con sus manos, que sienta en sus corazones y que, en el océano profundo de sus mundos interiores, Dios se manifieste y se haga sentir en la superficie de esos mares, en lo que pueden expresar en la Tierra. Este es el mayor servicio que pueden prestar en estos tiempos.

Así, su trabajo voluntario será más que un trabajo voluntario. Sus oraciones serán más profundas, llegarán más lejos, generarán más méritos. Su presencia en la Tierra tendrá más sentido y pasarán por este mundo viviendo con plenitud, aunque haya sido solo por un segundo que expresaron este océano.

Esto es lo que quería decirles hoy; este es el estado de consciencia al cual Me gustaría conducirlos.

Permanezcan allí, sumérjanse más profundo y encontrarán las respuestas que están buscando, encontrarán las Gracias que piden, encontrarán la cura, encontrarán la paz, porque ella no está en lo que el mundo les ofrece, sino en lo que ustedes pueden ofrecerle al mundo.

Tienen Mi bendición para esto.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.  

 

Viernes, 17 de febrero de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Curar, hijo, es sumergirse en el propio interior y encontrar la paz en los océanos profundos de la consciencia; ir más allá de lo que está en conflicto en tu cuerpo, en tu mente, en tus emociones y sobre todo en tu espíritu, y encontrar el espacio interno donde te ves cara a cara con Aquel que te creó y que habita en ti.

Allí, en lo profundo de tu ser, descubrirás las raíces y los motivos de todo padecimiento; descubrirás dónde yace la desconexión y dónde comienza la oferta por el rescate de la perfección en la consciencia humana y en todos los niveles de los seres; descubrirás que todo tiene un motivo y que, así como la naturaleza de tu cuerpo es perfecta, también lo es tu consciencia y las Leyes que rigen tu vida.

Un desequilibrio y una enfermedad señalan para ti que es momento de buscar más profundamente la vida espiritual, es momento de ir más allá de lo que es superficial para reencontrar la perfección que naturalmente habita en tu cuerpo, mente y espíritu.

La cura comienza en la consciencia, en el acto de parar humildemente para oír la Voz que habla en tu cuerpo.

Eres una vida hecha de muchas vidas: tu cuerpo habla, tu mente habla, tus emociones hablan, tu alma habla, e ingresando en lo profundo de tu composición material, encontrarás el espíritu, porque allí también, dentro de ti, tus células hablan.

Tu ser consciente es como una madre que abriga en su interior estados desconocidos, en los cuales precisas sumergirte para un día saber quién verdaderamente eres.

Por eso, la cura comienza con el silencio, no un silencio indiferente, sino un silencio activo, que da espacio para que la vida se exprese; un silencio que está buscando oír en las profundidades del ser y encontrar respuestas; un silencio que le habla al cuerpo, a la mente y al corazón, que no quieren acallar el dolor y el desequilibrio, sino escucharlos, y encontrar el real motivo de la existencia de ellos.

Por eso, escucha a tu propia consciencia; allí comenzarás a ser curado.

Ve a lo más profundo y escucha tu corazón.

Ve a lo más profundo y escucha tu espíritu.

Ve a lo más profundo y encuentra a Dios en ti.

Así descubrirás, hijo, que dentro de la enfermedad también yace la perfección. Dentro del caos, interno y externo, habita una Voz que llama a la humanidad a retornar y a curarse.

Y curar es ser capaz de oír y seguir esa Voz que clama dentro de ti. Por eso, escucha a tu Creador.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo

San José Castísimo

Viernes, 10 de febrero de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Vacía tu corazón y tu mente de todo concepto de santidad y de vida espiritual, y solo ora, hijo, para que Dios, con Su Gracia y a través de Su Espíritu, madure tu consciencia y te muestre el camino que debes recorrer en tu mundo interior para que cumplas Su Voluntad y seas Su instrumento.

Vacía tu corazón y tu mente de todos los condicionamientos que tú mismo le impusiste a tu consciencia para vivir el camino espiritual y considerarte un ser que recorre verdaderamente este camino.

Uno de los grandes engaños que el enemigo deposita en las almas, en este tiempo, es la insatisfacción con uno mismo, la incapacidad de percibir los frutos del propio esfuerzo y la sensación constante de no conseguir llegar a la meta que Dios les propone, sea material o espiritual.

A lo largo de los tiempos, la humanidad construyó y cultivó el sentido de perfección y de realización, los conceptos que hacen de un ser un verdadero instrumento de Dios. Pero hoy, te digo, hijo, que ningún concepto encajará en la vivencia del final de los tiempos y que los santos de los últimos días serán conocidos no por su perfección, sino por su capacidad de amar y de perseverar, a pesar de todos los asedios que se viven en cada uno de los niveles de la consciencia.

Mientras los ojos de los hombres no sean capaces de ver y percibir los niveles inmateriales de su consciencia, vivirán confundidos por las batallas que se traban en el plano astral, mental y espiritual. Y aunque no las vean ni las perciban, esas batallas seguirán aconteciendo cada vez más intensamente.

Y una de las formas de batallar, que el enemigo encontró en estos tiempos, es haciendo que los seres humanos se distancien cada vez más de su potencial y se sientan incapaces, indignos, imperfectos e insatisfechos con el propio ser, con el propio esfuerzo, con la propia vida.

Y así se va sepultando, día a día, la verdad interior que habita en los seres. Así se sepulta, día a día, su capacidad de superación, su esencia divina, su posibilidad de ir más allá de los engaños del enemigo.

Por eso, hoy te digo, hijo, que para comenzar a recorrer el camino de la victoria de Cristo en tu interior, vacía tu corazón y tu mente de conceptos de perfección y de santidad.

Vacía tu corazón y tu mente de todo aquello que crees que debes ser. No busques una meta para ti en este mundo, mas solo ora para que el Propósito que tiene Dios para ti, único e inmutable, Voluntad Divina inalterable para tu consciencia, descienda sobre ti y, con eso que eres, haga Su milagro y se manifieste por completo.

Deja, hijo, que lo desconocido te abrace y, en tiempos en los que nadie tiene una respuesta o una solución para lo que vendrá sobre el mundo, que el Propósito de Dios, vivo en tu interior, te muestre qué hacer, cómo actuar, cómo vivir y cómo ser un instrumento verdadero en Sus Manos.

Ya no sufras por lo que no eres, por lo que no consigues ser, mas solo deja que Dios construya en ti lo que solo tú puedes manifestar en el mundo, que una partícula del Amor Divino y del Don Divino de Su Creación en la vida se renueven a través de tu ser.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

Viernes, 3 de febrero de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Para que la humanidad no se olvide de la importancia de los Reinos de la Naturaleza, se le debe recordar constantemente sobre su existencia; no solo, hijos, para que sepan contemplar un paisaje, para que cuiden correctamente un animal, para que cultiven plantas o para que sepan respetar a los Reinos; sino, sobre todo, para que comprendan el sentido de la evolución de la vida sobre la Tierra.

La ascensión de la vida camina en unidad. No hay evolución humana si ella no camina en comunión con los Reinos de la Naturaleza.

Cada paso, dado en dirección al Propósito de la existencia de la humanidad, simboliza también un paso de los Reinos de la Naturaleza.

Cada energía capital vencida y trascendida en la consciencia humana simboliza también la posibilidad de que los Reinos trasciendan sus energías más densas.

Cada vez que una consciencia se dispone a estar más cerca de Dios, lleva consigo la vida planetaria y, en ella, a los Reinos de la Naturaleza.

Sin embargo, hijos, la consciencia humana en este tiempo está inmersa en una gran dispersión mental, emocional e interna, que le impide mantener el foco en su evolución si no recuerda constantemente la esencia de su vida, de su propósito, de su meta.

Les digo todo eso para pedirles que continúen con los estudios "Por Amor a los Reinos"; que no dejen de recordarse a sí mismos y a la humanidad sobre la importancia de la naturaleza y que sigan profundizando en el sentido espiritual del contacto con los Reinos.

En un tiempo, en el que la naturaleza agoniza; en el que los Reinos manifiestan su desequilibrio a través del clima, del sufrimiento, de los desastres naturales; es muy importante, y diría primordial, que los seres aprendan a estar en comunión con la naturaleza; aprendan a generar equilibrio en la vida, en el suelo, en las aguas, en el interior de los animales; aprendan a colaborar con el equilibrio de las especies; aprendan a restaurar la vida en los océanos y; sobre todo, aprendan que sus pasos internos se reflejan en toda la vida planetaria.

Que, en comunión y en estudio, estimulen unos en los otros el amor a los Reinos, el respeto, el servicio, la paz y la vida fraterna.

Esta es una Voluntad Mayor de Dios para este tiempo; porque no habrá nueva vida, nueva Tierra o nuevo hombre si no hubiera amor a los Reinos de la Naturaleza.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castisimo

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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