Viernes, 24 de noviembre de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Aunque exista agonía en el mundo, mantén tu fe en Dios y no te dejes desanimar en la oración y en la esperanza.

Aunque parezca no haber solución, mantén tu fe en Dios y no te dejes confundir por las influencias de este mundo.

Aunque el caos y la confusión interior parezcan grandes, en lo profundo de tu ser mantén tu fe en Dios y no desistas, no bajes los brazos.

Hijo, mucho más grande que el caos en tu interior es lo que vive el mundo, el planeta sobre el cual tienes tus pies todos los días.

Fuiste llamado para traer una nueva vida, una oportunidad de renovación para esta Tierra, que desde el principio decidió apartarse de Dios y de Su Plan.

Puedes preguntar: ¿Y por qué el Padre perseveró en este Proyecto? ¿Por qué no lo detuvo al principio de todas las cosas, cuando el pecado se hizo carne en la consciencia humana?

Porque el mal no pertenece a la Verdad; él es parte de una ilusión milenaria, en la que la consciencia humana se colocó desde el principio. Pero la Verdad aún habita en el interior de los seres y puede emerger en aquellos que se dispongan a dejar que un Dios Vivo se exprese en sus corazones.

Si tú escuchas estas palabras, es porque te corresponde responder a este llamado.

Sé que a veces, por tu propio peso, no consigues caminar y que, por ti mismo, calzas zapatos de hierro que te hacen hundir en el punto en que te encuentras. Pero hoy, hijo, como todos los días en los que vendré a la Tierra, te digo que retires de tus pies los pesados zapatos de hierro de tu pasado, de tus voluntades, de tus aspiraciones para el futuro, y que camines con Aquel que, descalzo, recorrió la Tierra y ahora cruza los Universos, convocando a nuevos compañeros para que renueven constantemente el Amor alcanzado por Él, al cargar con la Cruz los pecados del mundo.

Sé que lo que te digo parece repetitivo y que las palabras solo se renuevan para los que las ven nuevas, porque están en un nuevo peldaño de esta escalada evolutiva.

Deja que Dios te renueve y te muestre cuánto tienes aún para servir y cómo este mundo y este Plan de Amor necesitan de tu entrega. Aún no llegaste al punto de tu donación, y eso se ve por el Amor que aún no dejaste nacer dentro de ti. Déjate amar y aprende, siendo amado, a donar amor a este mundo con tantas enfermedades espirituales.

A la puertas de un nuevo ciclo planetario, renuévate y déjate ser nuevo, como el Cristo, que ya renacerá en Espíritu en todos los pesebres hechos con fe, en las casas de esta Tierra.

Ya no te diré muchas cosas, porque todo ya fue dicho. Toma el nuevo Evangelio Universal, que resuena en el Verbo que Cristo emite hoy para el mundo y vive Sus Palabras. Él todavía te está esperando.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

Domingo, 19 de noviembre de 2017

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

He aquí que vengo del Cielo con el Corazón pleno de Dios, porque esta es y será siempre Mi Casa.

He aquí que vengo del Cielo con el Corazón pleno de Dios, porque ustedes siempre serán Mis compañeros. 

Si con todo lo que vive la humanidad la esperanza no desaparece del Corazón de Dios, la esperanza de Mi Casto Corazón jamás desaparecerá. 

Vengo en nombre del Universo, del Infinito, de la Creación de Dios, representando a la renuncia que vive cada criatura, respondiendo a la Voluntad Divina para que Su Plan triunfe en este pequeño planeta, casi perdido en esta infinita galaxia. 

Vengo por los que dicen sí y que, a pesar de sus imperfecciones, aspiran sinceramente a ser mejores. 

Vengo a buscar la sinceridad de sus corazones para que ya no oculten sus miserias y dificultades, sino que las confiesen a Dios tanto en el silencio del corazón como en la exteriorización de su verbo, para que Él os escuche y de esa forma las capas de la ilusión y de la vanidad puedan caer en el suelo, y sus rostros, que muchas veces desconocen, vengan a la luz demostrando al mundo lo que verdaderamente son: seres imperfectos, tan llenos de dificultades; sin embargo, hijos Míos, verdaderos ante de Dios, conocedores de algo que hay en el propio interior y que trasciende la condición humana, que es la propia Presencia Divina dentro de ustedes.

Eso es lo que vengo a buscar hoy, es lo que vendré a buscar todos los días, hasta que verdaderamente despierten a esa realidad interior. 

No me comparo con el Creador, pero si Él no desiste de este mundo, Yo tampoco desistiré, porque Yo soy Su siervo y, donde estuviera el Señor, allí Yo estaré. Por eso estoy aquí. 

Quiero invitarlos a ser siervos de un Dios Único, el mismo desde el principio hasta el fin que, a pesar de ser inalterable, promueve todos los cambios y transformaciones del universo. 

Digo que Dios es inalterable porque Su Amor no cambia, solo crece, se renueva y se multiplica en el corazón de Sus hijos.

Quiero que conozcan ese Dios del Amor, de la infinita Misericordia, de la piedad tanto para con la humanidad como para con todas Sus criaturas, de todos los Reinos.

Vengo, hijos, a hacerles una propuesta, una propuesta de renovación, de transformación permanente, porque nada quedará como está, ni dentro ni fuera de ustedes. Este planeta será otro, sus vidas serán otras. Así como idealizan proyectos humanos, sé que idealizaron proyectos espirituales y que hoy les cuesta mucho deshacerse de sus propias ideas, del camino ideal para sus vidas, del fin de los tiempos ideal para sus almas, que son capaces de soportar, invisibles, sustentando solo con la oración y con el silencio.  

Hoy, vengo para decirles que sí sustentarán al planeta con la oración y el silencio, pero será en este mundo, entre aquellos que más necesitan, que no comprenden el caos, que no comprenden la propia purificación y la purificación de esta Tierra; será entre aquellos que estaban ciegos y que despertarán bruscamente a la realidad de este mundo. Allí estarán Mis compañeros, sustentando a las almas, ayudándolas en su despertar. 

No permanecerán aislados del caos del mundo, porque si están aquí, en este tiempo, es porque deben vivirlo.

Sí, les digo que podrán ser invisibles para todo el mal si sus corazones son puros y están en Dios, como cantaron hoy. 

Y, a pesar de que la Tierra se abra y que los corazones sufran, Dios siempre estará en ustedes y los sustentará. Pero para eso, hijos, es necesario que se esfuercen y que den a Dios el lugar que le corresponde dentro de ustedes. Porque, de esa forma, ya no serán María, Juan, Flavia viviendo en este mucho, sino partes de Dios, superándose a sí mismos en el Amor, en la Compasión y en la Misericordia, aunque este mundo esté en los tiempos de la Justicia.

Sé que para muchos todo lo que digo les parece una utopía que jamás se manifestará, porque no pueden retirar los ojos de la propia mentira, de la propia ilusión. No aprendieron a ser verdaderos y, por eso, no reconocen la verdad. 

Pero Yo les digo, hijos, que pueden conocerla si rinden sus corazones, confesando sus mentiras, dejando de lado las ilusiones de este mundo para rendir mente y corazón en el Altar Celestial, en donde el Creador los aguarda como esperó que el hijo pródigo retornara a Su Casa.

No importa cuántas faltas cometieron o siguen cometiendo, aun con tantas Gracias y tantas Instrucciones que les entregamos, porque la humanidad está ciega y Dios lo sabe, Él lo ve.

Él solo espera, hijos Míos, así como todos Sus Mensajeros, compañeros y servidores, que la humanidad se rinda, se rinda a Sus Pies, se rinda a Su Amor. Dejen quebrar las capas duras de sus corazones y de sus consciencias, esa capa milenaria construida con ahínco, con esmero, pero que en este tiempo ya no sirve para ustedes, para la humanidad ni para el Proyecto de Dios. 

Todo lo que les digo, se los digo con amor para que aprendan a amar. 

Esta vida, que les fue concedida, debe manifestar el amor, la alegría verdadera, la plenitud en Dios. Y si les digo esto, hijos, es porque está diseñado en el proyecto de sus vidas como en el de toda la humanidad. No borren ese diseño celestial, no dejen que el Proyecto de Dios se desvanezca. Hoy le hablo a cada corazón humano, no solo a los que están aquí, sino a todos los que se abren para escuchar la Voz de Dios, independientemente de sus caminos, de sus razas, de sus culturas. Dios los llama a todos para que vengan a Su Corazón y retornen.

Para aprender a amar, basta que digan sí y sean sinceros. Dentro de ese amor aprenderán a vivir la unidad, unos con otros, y construirán las bases de una nueva vida. 

Ningún ser humano solo, construirá la Nueva Humanidad; ni aun Dios, solo, renovó Su Corazón. Él emanó a Su Hijo, al Espíritu Santo y a cada uno de ustedes para renovarse.

Ya no sean egoístas pensando que esta vida les pertenece. Contemplen un Propósito Mayor que trasciende inclusive la existencia humana y que se plenifica en la renovación del propio Dios.

Dejen que el Padre les hable al corazón, escuchen Su Voz. En un momento de soledad, díganle:

“Señor, 
estoy aquí para que despiertes en mi interior,
para que seas Tú quien vivas en este mundo;
que, a pesar de mis miserias,
de mi ignorancia y de mi ilusión,
que Tú vengas.
Despierta en mi interior y vive en mí,
superándote a Ti mismo en el infinito Amor,
que todo lo puede, que todo lo transforma”.

Hablen con Dios, así como Yo hoy les enseñé, confiésense ante Él, para que Él los torne verdaderos, como la humanidad no sabe ser, pero puede serlo.

Hablen alto, dejen que Él los escuche y, si necesitan, griten al Universo y pidan auxilio, para que el Padre pueda romper las barreras de sus corazones; que todo aquello en ustedes que no se quiere mostrar al mundo, todos sus personajes, máscaras, ilusiones, pueda caer por el suelo, delante de una confesión verdadera y sincera entre Dios y cada uno de ustedes. 

Si ustedes aprenden a ser verdaderos con Dios, poco a poco perderán el miedo y la vergüenza de ser verdaderos unos con otros y construirán la unidad basados en la transparencia. Eso es lo que el Creador espera de la humanidad en estos tiempos. No importa que sean pocos, sino que sean verdaderos. 

Hoy Yo les hablo todas estas cosas porque aprendí a vivir esa transparencia. Viví el dolor que es romper las capas de la ilusión humana y de su condición milenaria. Yo lloré, coloqué Mi cabeza en el piso y, como si Mi Corazón se partiese por la mitad, le pedí a Dios que se cumpliera Su Voluntad en Mí, y Él lo hizo. Por eso estoy aquí y los amo tanto como Su Santísimo Corazón los ama. Yo dejé que Él despertara dentro de Mí, creciera y se expresara. Por eso, Mi Voz hace eco en el mundo y Mi Verbo no me pertenece. Yo soy un Mensajero de Aquel que está en lo más Alto, más allá de la existencia humana y de toda la vida material, más allá de los ángeles y arcángeles y, a pesar de eso, está en todo. 

Cuántas veces les hablé al corazón sobre la transformación de sus vidas y sintieron la verdad en lo que Yo les decía, aspiraron a impulsar a sus corazones a lo nuevo y, sin embargo, aún son los mismos.

Sean verdaderos y abracen la Verdad que proviene del Corazón de Dios para que, poco a poco, Él les dé la fuerza y el coraje para dar aquellos pasos internos, espirituales y a veces materiales que ya saben que deben dar. 

El Poder y la Voluntad de Dios romperán las capas de la ilusión humana y transformarán este mundo por completo, y sus vidas no estarán fuera de eso. Serán llamados a ser otros, a ser lo que verdaderamente son. No es que Dios está equivocado y quiere construir en el mundo lo que él no es. La humanidad, hijos Míos, se desvió de su camino y construyó una vida distante de Su Corazón. Pero ahora es el momento de retornar, porque ni el universo ni los Reinos de la Naturaleza ni el Corazón de Dios pueden soportar por más tiempo la ilusión de este mundo. 

Sé que lo que les digo, a veces, es difícil de escuchar, pero Yo se los digo con tanto amor y con tanta verdad que, si abren sus corazones, esa verdad puede ingresar en lo profundo de sus seres sin dolor, pero con plenitud impulsarlos a la transformación. Sean inteligentes y abran las puertas de sus vidas para que Dios los transforme; dejen que Él entre y vacíe su casa, inclusive de ustedes mismos, y Él sea el dueño de sus vidas. 

Eso es todo lo que quisiera decirles hoy, pero que no pase desapercibido como una Aparición más, porque, mientras el tiempo pasa, las Palabras de Dios se tornan más urgentes de ser escuchadas, asimiladas y vividas por el corazón humano.

En lo que les dije hoy, encontrarán todo para dar nuevos pasos; ahí están el Don de Dios y Su Gracia, no los pierdan. 

En estas Palabras estarán eternamente ese Don y esa Gracia. Cuando sientan que perdieron sus fuerzas, vuelvan a escucharlas y renuévense. 

Y como Gracia Mayor, que se manifiesta en la materia, aunque muchos no lo comprendieron, Yo les entregaré, por la potestad que Dios Me concedió, el mayor misterio de esta Creación, cuando Dios mismo se hace vivo no solo en Su Hijo, sino también en los elementos de la naturaleza, en el pan y en el vino que se purifican y se transforman para recibirlo.

Así como hoy estos elementos se transfiguran, déjense transfigurar y convertir en instrumentos vivos de Dios, en donde Él puede estar constantemente. 

Hermana Lucía de Jesús¿Los hermanos sacerdotes del Centro Mariano de Figueira podrían venir hasta aquí?

Y como está es Mi Casa, porque Dios así la concedió, vengo para renovarlos, sobre todo a aquellos de Mis hijos que deben imitar no solo los Pasos de Cristo, sino también los Míos. 

Sean firmes en Dios y, antes que nada, déjense quebrar para que Yo los torne pastores de una nueva vida y de muchas almas. A través de sus ejemplos de transformación, aquellos que vienen detrás de ustedes también se transformarán.

Elevemos estos elementos al Padre, así como lo hizo Su Hijo y, en Su memoria, en una imitación eterna de Su Sagrado Corazón para que, poco a poco, Él les enseñe a ser Cristos del Nuevo Tiempo. Eleven el pan como Él lo elevó, y el vino, para que sean transfigurados por Su Presencia, transformándose en Su Cuerpo y en Su Sangre, eternamente entregados para la redención de la humanidad. 

Hagan esto en memoria de Aquel que fue, que es y que será, y que retornará al mundo para que esta Comunión finalmente sea consumada, y que ya no sea del pan y del vino que comulguen, pero sí de Su Presencia, de Su Retorno, de Su Mirar, de Su Voz, que hará eco en la Tierra, llamándolos por el nombre, para que verdaderamente sean Sus compañeros. 

Y, como Él les enseñó, oren Conmigo el Padre Nuestro en arameo, dejando que los Portales del Reino de Dios se abran y, aunque sea por un instante, el Creador coloque Sus Ojos sobre Sus criaturas y tenga piedad. Dejen que Él traspase sus corazones por completo. 

Padre Nuestro en arameo (3 veces)

Abbun debashmaia
Netkadesh eshmoj
Teite malkutaj
Nejuei sevianaj aikana
Debashmaia af ba-arja
Jav-lan lajma teesunkanan iagmana
Washpocklan jaubein wajtagein
Aikana daf jenan shoaken oljaiaben
Wela tajlan letnesiuna
Ela patsan men bisha
Metul delaje malkuta
Wajela wateshpurjta
Laj-lam almin
Aamein

En esta comunión viva con la Presencia de Dios, Yo los dejo y Me elevo a los Cielos, en donde Mi Padre Me aguarda, así como a todos ustedes, para que eternamente Me rinda a Sus Pies y a Su Gracia y que, cada vez que Yo retorne al mundo para ser un eco de Su Voz, Él pueda estar más presente no solo en Mí, sino en cada uno de ustedes. 

Les agradezco por escuchar Mis Palabras con alegría, con paz; y les pido que dejen que ellas fructifiquen y den nuevas semillas para que aquellos que no estuvieron aquí, que no escucharon y no escucharán estas Palabras, puedan recibir la Gracia que Yo les concedí. 

Nuevamente, les agradezco y les digo que vayan en paz y que clamen por la paz para este mundo. 

Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Viernes, 17 de noviembre de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Calma tu corazón en la Fuente de Paz del Universo. No hay peso que esté sobre la cruz del mundo, que él y su humanidad no puedan cargar.

Contempla con paz el calvario de estos tiempos, pues, para eso naciste, para eso viniste al mundo en este momento de la humanidad.

Deja que el ejemplo pacificador de Cristo te inspire y transforme tus miserias y angustias en una certeza del triunfo absoluto de Dios, a través de tu sacrificio.

Fuiste llamado a la humildad, a la renuncia, al sacrificio y, a veces, hijo, también a la negación, para que así seas probado en la fe y en el verdadero Amor que Dios te llama a vivir.

El Amor Crístico se forja en la entrega, y la entrega se forja en el vacío y en la transparencia. Por eso, verás caer las capas de la ilusión ante tus ojos y quedarás vacío delante de Dios y de los hombres. Todos se reconocerán tal como son, y no habrá mentira oculta, así como tampoco habrá verdad o virtudes que se puedan ocultar.

Eso será así porque la Presencia de Cristo revela la realidad y la transparencia en la consciencia de los hombres, esta es una de las señales de Su Retorno al mundo.

Entonces, hijo Mío, afírmate en esta Verdad y no te angusties por no encontrar referencia en la Tierra, ya que todo en el mundo se construyó en base a la vanidad y la ilusión humana.

Nuevas bases deben ser construidas debajo de tus pies y para eso debes reconocer que estas pisando un suelo falso. Deja que él desaparezca y permanece suspendido en el Misterio de Dios, hasta que Él te purifique y te revele la Verdad sobre la cual deberás caminar.

Este será un tiempo difícil, pero sin embargo de mucho alivio y esperanza para los que siempre buscaron la verdad y ya no encontraban sentido en las ilusiones que se viven en este mundo.

Alégrate, percibiendo que las señales del final de los tiempos anuncian el Retorno de Cristo y, sin dejar de padecer, de renunciar, y de entregar tu espíritu a Dios, encuentra el sentido oculto de todas tus pruebas. Deja que tu espíritu crezca y que la fe, que aún no conoces, emerja de tu pequeño corazón.

El Sacrificio de Cristo forjó un Amor desconocido para toda la Creación y para el propio Dios, que Se renovó por la Cruz de Su hijo. Date la oportunidad de ser y vivir algo nuevo, deja que Tu Padre y Dios se renueve a través de tu pequeño corazón.

Este es un gran misterio universal: que el Creador de todas las cosas se renueve a través de Sus pequeñas criaturas.

Mas, hoy te digo que hay algo oculto en ti que desconoces, y Eso es el propio Dios, que se renueva en ti, tomando como vehículo a tu sacrificio y a tu entrega. Confía en esa Presencia oculta y deja que sea Él, que puede todas las cosas, quien viva este tiempo final a través de ti.

Sé un verdadero instrumento del Padre. Despierta esa Presencia Divina por medio del Amor y desaparece de ti, para que emerja el Único, que es digno de vivir en tu corazón.

Aquel que te impulsa a la unión con el Padre,

San José Castísimo

Viernes, 10 de noviembre de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el principio de la Creación, cuando Dios pensó a la humanidad, Él vio todo lo que éstas, Sus criaturas vivirían a lo largo de su evolución y, aún así, le dijo "sí" a Sus Arcángeles, dándoles el permiso de hacer emerger, de los Estanques Creadores del Universo, el Proyecto humano y las dimensiones materiales.

Cuando Jesús estaba en el huerto Getsemaní, en el ápice de Su Agonía, el Creador le dio a conocer los misterios de la humanidad. La misma visión que el Padre tuvo, en el principio, le fue concedida al Hijo y Él también dijo "sí" y colocó en Su espalda la Cruz que renovaba la existencia de la humanidad y le concedía la Gracia y la Misericordia para seguir evolucionando.

En el Universo, a los Bienaventurados y Santos, que incansablemente oran por la humanidad, les fue concedida parte de la visión que tuvieron el Padre y el Hijo, para que conocieran más profundamente a la humanidad y se renovaran delante de este Plan, y ellos también le dijeron "sí" a Dios y renovaron sus compromisos con la existencia humana.

Hoy, hijos, no es necesario que tengan visiones sobre el destino de la humanidad porque el presente les revela lo que antes solo se manifestaba a los Ojos internos de Dios. Ya nada se oculta sobre la Tierra y aquellos que saben salir de sí, pueden percibir los tiempos que viven y el destino al cual llegarán si la humanidad no despierta.

EL Amor de Dios hizo nacer el Amor en el Corazón del Hijo. El "sí" de Dios fue el preanuncio del "sí" del Redentor; y fue por el ejemplo del Padre y del Hijo que, en todo el Universo, hubo aquellos que también dijeron "sí" a este Plan de Redención.

Ahora, inspirados por la Esperanza del Padre, por la Entrega del Hijo y por la Renuncia de los Santos que habitan en la Eternidad, es hora de que la humanidad se de una oportunidad a sí misma y le diga "sí" a Dios.

Decir "sí" a Dios significa abrirse a Su Voluntad, a la unión con Su Corazón, a remar contra las corrientes del caos y del mal que arrastran a la consciencia humana en este tiempo, para que, por medio de una vida orante, de obras que manifiestan la Paz y de una consciencia dispuesta a expandirse al Infinito, puedan abrir las puertas a un nuevo y último ciclo de Redención.

De esta forma, les digo, hijos, que es así como prepararán el Retorno de Cristo y, como un ejército que lucha de las rodillas en el suelo, lo esperarán llegar para hacer triunfar, con Él, el Amor en este mundo.

Verán el caos, la ilusión y la ignorancia mostrar sus faces, así como Cristo vio la flagelación, la coronación de espinas y la Cruz desde lo alto del Calvario. Mas, así como Él les enseñó, perseveren y dejen que cuanto mayor sea el desamor que surja delante de sus ojos, mayor sea el Amor que surja de sus corazones y los equilibre.

Sean como un farol en estos tiempos de oscuridad y señalen el camino por donde ir para ver el Sol que volverá a nacer.

Cristo vio la Cruz, la muerte y la soledad, pero también vio la Vida Eterna y el Amor que superó el Amor en el Corazón de Su Padre. Es hora de crecer y de abrazar la cruz de estos tiempos porque para eso fueron llamados.

Que las pruebas de hoy los fortalezcan y los animen a amar, cada día, con una mayor intensidad. Dejen nacer el Amor, la Gracia y el Poder de Dios en sus corazones.

Su padre y Compañero,

San José Castísimo

Viernes, 3 de noviembre de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La sabiduría del fin de los tiempos se guarda en la unidad y en la humildad del corazón, para confiar en el Corazón de Dios, en el Corazón de la Jerarquía.

La sabiduría del fin de los tiempos se guarda en el silencio y en la oración, en la búsqueda de la Verdad superior y en un discernimiento que no proviene de este mundo y que trasciende sus leyes, sobre todo la Ley del Fin de los Tiempos.

Buscad, entonces, lo Infinito y lo Insondable y encontrad allí vuestro fortalecimiento. Buscad, más allá de la comprensión humana y más allá de la mente humana, vuestra fortaleza. Deberéis aprender hoy, a ser hijos de los últimos tiempos.

Para soportad estos tiempos, habréis de estar más allá de la Ley del caos y del Armagedón, en donde todo estará permitido. Vuestras mentes ya no podrán juzgar los acontecimientos y las acciones humanas en base a lo que aprendisteis en esta Tierra, porque no habrá coherencia y pocos conocerán el autocontrol.

Buscad, en lo profundo de vuestros corazones, lo que fue construido por Dios: la unión con el Infinito y con Su Perpetua Misericordia. Sed parte de una Ley Divina que actúa en la Tierra a través de vuestros corazones.

Hoy os llamo a un nuevo paso, a un nuevo tiempo, a un nuevo camino y a un nuevo aprendizaje.

Solo permanecerán en esta senda los que sepan profundizar en sí, y madurar los frutos que les fueron entregados para que los multiplicasen.

Por eso, hijos, si hoy no comprendéis Mis Palabras, guardad en los corazones, en las esencias, lo que os digo y, cuando sea el momento, sabréis cruzar los portales de la consciencia, para buscad en la Vida que habita en vuestro interior como en el Infinito, la propia fortaleza.

¡No temáis! ¡No detengáis vuestros pasos! Solo sabed hoy, que no será en las leyes conocidas en donde deberéis habitar.

Buscad lo desconocido. Buscad la Verdad Superior, estando en oración permanente, porque solo allí podréis soportar estos tiempos y las pruebas que vendrán.

Uníos al Corazón de Dios y llevad consigo a vuestros hermanos, porque la sabiduría de estos tiempos se guarda en la Unidad.

Renunciad a las comprensiones de la Tierra. Renunciad a los conceptos del mundo y dejaos elevar a un nuevo tiempo.

En oración y en vigilia, comprenderéis Mis Palabras.

Quiero conduciros a un nuevo paso, pero para eso debéis permitir que vuestros corazones crucen nuevos portales e inicien nuevos ciclos. Las Leyes están cambiando y los tiempos están en constante movimiento. Dejaos transformar y elevar.

Yo os espero para un nuevo y mayor paso, en el cual vuestros seres se permitirán vivir en una mayor sabiduría y unión con Dios.

Vuestro Padre y Amigo,

San José Castísimo

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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