Viernes, 15 de junio de 2012

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Mi Corazón Inmaculado irradia Amor al mundo. Mis manos de sierva fiel lo sostienen con mucho amor. Envío, desde la Eternidad, Luz sobre todos para que el Espíritu Santo actúe como fuego celestial en los corazones, los cure, los eleve y los perdone para estar en unidad delante del Creador.

Queridísimos hijos de Mi Corazón Maternal, con la Llama de Amor del Espíritu Santo sobre el mundo, celebremos hoy el inmenso gozo que Dios les dona a través de Mi presencia diaria en vuestras vidas. Hoy, emanen el rayo de la gratitud para que todas las almas reciban también la Gracia de la conversión del corazón, el alivio interno para la vida.

Alegren vuestros corazones, pues en estos últimos siete meses de mensajes diarios Mi voz está teniendo eco. Cuando vuestras almas suban a los Cielos, los Ojos de la Bondad les revelarán todo este ejercicio diario de amor que Mi Corazón está realizando por esta humanidad.

Quiero decirles que Dios, silenciosamente, a través de Mi Fuego de Amor Misericordioso, los está llamando desde hace ya siete meses, todos los días, para que el mundo recuerde que la Voluntad Única, la Fuente original del Amor y de la Unidad, el Dios Eterno, Omnipresente y Bondadoso, los ama y los espera a través de un sincero acto de reconciliación con Su Amado Corazón. El Padre de las Gracias ha bajado en Espíritu Divino para despertar la Luz en vuestros corazones. Este es el eco que Mi Voz Maternal está difundiendo para que todos los corazones alcancen la paz.

Por eso, queridos hijos, sea cada momento de oración dedicado al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, una alianza perfecta con el Amor de Dios para sus vidas y para la conversión de los que aún no se han convertido.

Mi Corazón, a lo largo de estos últimos siete meses de llamados diarios, ha querido impregnarlos con la instrucción del Amor y de la Redención que Mi Hijo amado irradia al mundo con Su Divina Misericordia.

Caminen sin pausa hacia el encuentro con el Amor de Dios.

¡Les agradezco!

Gracias por responder a Mi llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad