Viernes, 26 de febrero de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIÁRIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mientras las horas pasan en el tiempo de este mundo, y los días del Armagedón se aproximan, la humanidad todavía le teme  al sacrificio y a la entrega absoluta a Dios.

Poco comprende, el corazón humano, el sacrificio verdadero y sus repercusiones cuando se entrega a los altares celestiales.

Hijos, Nosotros los llamamos al sacrificio y al servicio porque los hombres, en su mayoría, están muy apartados de Dios y de Sus principios celestiales. Ya no se encuentran en el planeta muchas consciencias dispuestas a abandonar el confort, la comodidad e incluso la batalla de la vida común, la lucha por establecer los propósitos personales, sus metas. Son muy pocos los que dejan de lado las metas y los “sueños” propios que, por el nombre en sí, ya pueden comprender que forman parte de una ilusión, para al menos intentar descubrir la meta divina para la humanidad y para sí mismos.

Mientras la consciencia se aferra a los propios quereres, y su aspiración permanezca circunscrita solo a las cosas que se adaptan a sus destrezas y habilidades, nunca descubrirá el verdadero potencial humano. 

El pensamiento común de la humanidad es hacer crecer sus destrezas y, si una persona tiene cierta habilidad, queda pres de esa expresión, sin saber que esta no es la primera vez que suexperiencia de vida se basa solo en el desarrollo de esa habilidad. Y es así que, vida tras vida, las personas jamás salen del desarrollo material y no conocen ni profundizan en las leyes del espíritu, de la evolución del ser superior.

El Creador hoy los llama a lo inusitado, los invita a hacer aquello que nunca pensaron hacer. Él llama a los habilidosos a hacer cosas simples y llama a los que se consideran simples a desarrollar sus destrezas, no solo por las destrezas en sí, sino para que aprendan a romper las barreras y los límites de su consciencia y se acostumbren a vivir lo inusitado, abriéndosetodos los días a lo nuevo y sin temor de cumplir con la Voluntad de Dios.

El Creador los llama a superarse a sí mismos, a arder en el fuego de Su vigilancia, a trascenderse en el amor al sublime sacrificio, aquel que se torna sagrado por contener en sí un Propósito Superior.

El Señor conduce a Sus criaturas a esa vivencia, porque espera que no pase un ciclo más del planeta y Sus hijos continúen involucrados en las ilusiones de la materia y en el pobre desarrollo humano.

El Creador los llama a superar los límites de la materia, para que de esa autotrascendencia emerja de las células la vivencia de Leyes Superiores. El amor al sacrificio es lo que los lleva a conocer nuevas Leyes y también las verdaderas potencialidades del corazón humano. Pero, para descubrir y vivir lo que les digo y hacer emerger de las propias células un Don Divino, así como lo hizo Jesús en Su Pasión, es necesario amar el sacrificio, y no solamente vivirlo.

Reflexionen en lo que les digo y den sus pasos.

Yo los bendigo.

Su padre y amigo,

San José Castísimo