Viernes, 25 de noviembre de 2016

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo, contempla hoy la agonía del mundo en el que vives y ora con el corazón. Ha llegado el momento de enviar tu respuesta al Reino de Dios y elevar al Cielo una plegaria verdadera que atraviese las dimensiones.

Estás en el momento de la agonía del planeta, en la Pasión que este mundo ya comenzó a vivir. Como tu Señor, debes negar todas las tentaciones que se te aproximarán, para confirmar ante Dios tu adhesión a Su Plan de Amor, aunque la victoria divina en el corazón humano exija de ti y de todos los que siguen a Dios el sacrificio verdadero, la renuncia sincera y la humildad.

Renuncia, entonces, a los tronos de este mundo como Cristo renunció a ser rey como los hombres esperaban, y así demostró al mundo y al Universo que el Reinado Divino no se construye con apariencias sino en lo invisible del espíritu.

El mundo en el que vives, hijo, te ofrece muchas ilusiones y falsedades, mucha superficialidad y distracción y tú con frecuencia te alejas del Propósito Divino para ti, para entregarte, débil, a las cosas del mundo. Encuentra, entonces, tu fortaleza en el espíritu; ora y adora al Cuerpo Eucarístico de tu Señor.

Ve los acontecimientos del mundo como Cristo veía aproximarse a los soldados en el Getsemaní. Confía a Dios tu vida y deja que Él te conduzca por el mejor camino, a pesar de que para muchos parezca un camino de fracaso y de derrota.

A tu alrededor el mundo intentará guardar para sí mismo sus bienes y las personas querrán proteger sus vidas sin percibir que ellas ya se perdieron en la oscuridad de una experiencia vacía de Dios. Tú caminarás contra la corriente del mundo y tu ejemplo hará que otros reflexionen sobre sus vidas.

No temas estar en el camino errado, si al seguir a Dios vieras que nadie te acompaña. Pocos responderán al Llamado Divino, pero los méritos generados por esos pocos salvarán a las esencias de todos los que negaron a Dios.

Si hay amor en tu corazón y fe en tu entrega, hijo, nunca te faltará el discernimiento para caminar con pasos firmes. Y si un día te sientes confuso, Dios te guiará y hablará a tu corazón para que no te dejes engañar y te pierdas en la última hora de esta batalla.

Llegó la hora de orar con el corazón por el planeta y dejar que esa oración te aproxime cada vez más a Dios. Los tiempos álgidos de sufrimiento y de tribulación imponen el grado de entrega que deben vivir los que sirven a Dios.

Equilibra este mundo con tu entrega, hijo, y ábrete para vivir una experiencia crística verdadera.

Yo te acompañaré.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo