Sábado, 8 de febrero de 2014

Mensajes mensuales
MENSAJE EXTRAORDINARIO DEL FIDELÍSIMO SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DEL NIÑO REY, TERESÓPOLIS, RJ, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Que Mi Corazón, pleno de Paz, irradie hoy al mundo la calma y la fe de la cual necesitan los seres para fortalecer sus espíritus para los tiempos que vendrán.

Mis amados compañeros, con alegría en Mi Casto Corazón vengo de forma extraordinaria para preparar el aniversario de Mis Apariciones entre los siervos de Cristo.

Contemplo hoy los frutos de Mis instrucciones en vuestras pequeñas almas y, como testimonio vivo de la presencia de los Mensajeros de Dios en la Tierra, hoy les pido que comulguen del ejemplo de aquellos que caminan rumbo a una nueva vida, para que ellos traigan al mundo la inspiración y el coraje que este necesita para iniciar un nuevo caminar.

No quiero demostrar predilección ni generar en los corazones la vanidad y la separatividad. Con esta acción de Gracias quiero que todos Mis hijos del mundo descubran una forma de responder al llamado Divino y que, a través de sus hermanos en la Tierra, encarnados bajo la misma condición humana, descubran que es posible caminar para una vida Divina incluso en medio de tantas imperfecciones.

Mis queridos, que ser un testimonio vivo sea la meta principal de los corazones; que el milagro de la conversión y de la persistencia en la constante transformación sea la verdadera aspiración de cada alma.

Hoy les traigo el ejemplo de aquellos que dieron un pequeño paso, un primer paso, y que de esta forma impulsaron a toda la humanidad a un verdadero caminar.

No les pido perfección. Los conduzco a la persistencia y a la santidad y hoy les digo que los santos y bienaventurados del Reino Celestial no alcanzaron la perfección, pero sí la fidelidad, la humildad y la persistencia, para que delante de todas las tentaciones del mundo se pudiesen vencer a sí mismos y buscar eternamente la semejanza con Dios y con Su Hijo Jesús.

Muchos son los caminos para el encuentro con la Cristificación, porque muchos son los atributos que cada alma es capaz de manifestar en vida, y cada ser en este tiempo debe encontrar la propia forma de consagrarse a Dios y de convertirse, poco a poco, en un Cristo vivo y renovado, que el Señor espera encontrar en todas Sus criaturas.

Dios envió a Su Hijo no solo para que fuese alabado y adorado a lo largo de los siglos, sino para que fuese imitado y renovado en las diferentes épocas y vidas de cada uno. La vida de Cristo se renueva en vuestros corazones y cada uno debe encontrarlo en su posibilidad de amar.

Por eso hoy, Mis amados, les pido que con alegría se dejen impulsar y que los frutos de este último año de preciosas instrucciones que los tres mensajeros divinos entregaron al mundo puedan madurar en sus esencias, en sus almas y que reflejen, sobretodo, en sus vidas sobre la Tierra.

La continuidad de esta misión Divina depende apenas de la respuesta de cada corazón.

Yo los acompaño siempre y los acojo en Mi Casto y gran Corazón.

San José