Martes, 7 de junio de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que la Paz sea una realidad viva en los corazones de los que la buscan. Que la unión con Dios, hijos, trascienda la realidad externa de sus vidas y que sean capaces de mantener la fortaleza interior incluso en tiempos de caos.

Que la oración sea el sustento de las almas y lo que les recuerde, una y otra vez, el verdadero propósito de sus vidas, para que no confundan las pruebas de la materia con la vida espiritual.

Sepan que la Verdad se encuentra desde los niveles del alma hacia arriba. Todo lo que viven en los planos inferiores de consciencia son experiencias que los hacen crecer y que les dan la oportunidad para madurar el espíritu y desarrollar el amor.

Que el caos del mundo los lleve a buscar a Dios y a no confundir sus caminos.

Que el aumento de la ilusión en la consciencia planetaria les demuestre a los corazones despiertos que, cada día más, deben aferrarse a la verdad que se encuentra en el propósito divino. Que la somnolencia de las almas les haga comprender que existe una vida superior.

Que, a partir de ese caos que impregna al mundo, sus corazones descubran la vida universal, la realidad cósmica, pues
un Dios tan inmenso, tan grandioso, no podría limitar Su Creación solo a la vida sobre la Tierra.

Permitan, hijos, que sus corazones encuentren su fortaleza en la vida superior y encuentren un sentido para la vida material al retirar de sus ojos las vendas que hasta hoy les impedían conocer la Verdad.

Sumérjanse en el Infinito y déjense impregnar por los misterios de la Creación. Frente a semejante ilusión en el mundo, solo el conocimiento de la vida superior los hará perseverar. Es por este motivo que venimos al mundo para revelarles estas cosas.

En estos tiempos, nada estará oculto. La oscuridad y el caos no se ocultarán, y la Luz y la Verdad también serán visibles para los que tengan fe y para los incrédulos, a los que siempre esperaron este momento y a los que nunca quisieron creer que llegaría. La oportunidad de despertar será la misma para todos. Dependerá de cada uno el camino que elegirá seguir, y esa elección definirá la evolución de los seres.

Aférrense a la luz, al bien y a la verdad. Abran desde ya los ojos a lo que estamos colocando delante de sus consciencias y abracen con gratitud el despertar.

Su padre y compañero,

San José Castísimo