Domingo, 1 de mayo de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

1.° Encuentro de la Red Misionera Planetaria, Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil


Del 28 de abril al 1.° de mayo, se realizó en el Centro Mariano de Figueira el primer encuentro de la Red Misionera Planetaria. Hoy, último día del encuentro, San José pidió que nos reuniéramos con todos los presentes en la comunidad para que Él transmitiera Su mensaje diario.

 

Hijos:

Hoy los reúno aquí para que comprendan, con esta señal, que un misionero, antes de servir, debe beber de la fuente de la cura espiritual, debe buscar en los mundos sublimes el aliento que llevará a los más necesitados.

Un misionero que representa en el mundo a los Mensajeros Divinos, y que por intermedio de su servicio da testimonio de la Presencia de Dios en la Tierra, debe encontrar, ante todo, la unión con el Único.

Cuando les pedimos que, antes de servir y de formar parte de esta Red Misionera Planetaria, vengan hasta los puntos de luz que Mi Casto Corazón instituyó en estos tiempos, es para que nutran sus espíritus con el verdadero bálsamo que llevarán para las almas, desde aquellas que ustedes sirven de forma más simple y a diario hasta las que verdaderamente carecen del Amor de Dios.

Vengo a pedirles, hijos, que no hagan de la Red Misionera un motivo de separación de las diferentes vertientes de cura y de caridad que esta Obra manifiesta en el planeta.

La Red Misionera Planetaria debe ser el brazo activo de todas las expresiones de servicio que ya tenemos como Obra Divina instituida en la Tierra.

La Red Misionera Planetaria beberá de la fuente de la instrucción y la practicará; beberá de la fuente de la oración y dará sentido a su servicio; aprenderá de la caridad y de la misericordia que la Casa Luz de la Colina ofrece a las almas como experiencia de cura y de servicio; aprenderá del amor a los Reinos lo que enseña el Parque Francisco de Asís. De esta forma descubrirán que un servicio que no incluye a los Reinos de la Naturaleza está incompleto y que un alma que no aprende del amor incondicional de los Reinos está incompleta. Ustedes aprenderán del amor fraterno y compasivo del Núcleo de Servicio Crer-Sendo y así, hijos, descubrirán que la esencia divina está en el interior de las criaturas independientemente de su apariencia y que, cuando a un alma se le da lo que necesita para crecer, aunque sea una corrección realizada con amor, ella desarrolla su potencial y recibe una posibilidad de curar el pasado. Y con los misioneros matrices, en la Casa de San José y en la Casa del Inmaculado Corazón de María, aprenderán a servir donde sea necesario, aprenderán a no tener expectativas, aprenderán a ser verdaderos misioneros; porque allí Yo los pondré ante todas las pruebas que necesitan para que venzan sus resistencias y aprendan a ser nada, para que entonces sean instrumentos de Dios.

Con todas esas experiencias, aprenderán que el Creador no ve las obras, sino el amor con que ustedes las manifiestan. Después de eso podrán servir incluso dentro de sus casas y ser curadores de sus propias familias, por medio del amor y del cuidado, y permitirán que muchas familias del mundo reciban una oportunidad.

Hijos, quiero que comprendan que la Red Misionera Planetaria no viene para separar lo que estaba unido; viene para perfeccionar y entrenar al espíritu de aquellos que, en nombre de todos, se dedicarán de una forma más específica al rescate interno y externo de este mundo.

La Red Misionera Planetaria viene para colocar en la consciencia de todos la necesidad de una preparación más intensa para estos tiempos y para retirar a muchos del adormecimiento en el que se encuentran, esperando para el siglo venidero una transición que, mientras tanto, ya está en curso en el planeta.

La Red Misionera Planetaria se está instituyendo para decirles que ya es hora de despertar y actuar, de estar preparados para lo que sea, en todos los niveles, porque no es solo rescate físico lo que necesitará este mundo. Ustedes deben estar preparados no solo para auxiliar a las almas físicamente, sino también para hacerlo con tanto amor que las despierte a la redención, aunque sea en la última hora.

Su padre y amigo, siervo de Dios,

San José Castísimo