Sábado, 9 de marzo de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Queridos hijos:

Como Madre de cada una de vuestras consciencias, retorno a Mi casa, en Brasil, para estar más próxima de vuestros corazones. El Señor vio cuánto necesitan aún de Mi presencia, sobre todo aquí, en el Estado de San Pablo. Por eso Me encomendó recorrer una vez más este lugar.

Mi Corazón los acompañó durante todo el día de hoy, para observar el amor y la alegría de Mis hijos al preparar una vez más Mi llegada a este mundo.

Hijos Míos, para todos los corazones que Me acompañan en todo el mundo, Me gustaría realizarles un pedido especial de oración: oración para la Reconciliación con Dios y con el prójimo.

Necesito que oren por la unión entre Mis hijos, Mis servidores y orantes dispersos por el mundo. Necesito que se reúnan para orar en las naciones, en los estados y en las ciudades. Quiero que sean un símbolo vivo de la unión de la humanidad entre sí y con Dios, Nuestro Padre y Señor.

Hijos Míos, no saben cuánto necesita el mundo este Amor que reciben hoy de Mi Corazón. Vengo a irradiar la Luz que existe en el Cielo, para que vuestros corazones se vean un poco más limpios, más humildes y alegres para cumplir con los Planes de Dios.

Es necesario, en este tiempo, que el Amor al Padre pueda hablar más alto que la voluntad individual de cada uno de Mis hijos. Porque es solo de esta forma que el Amor de Dios puede tener una morada definitiva en vuestros corazones y la unidad entre Mis soldados marianos podrá ser una realidad.

¿Aceptarán, hijos queridos, estar juntos para abrir las puertas del mundo para Mi Corazón?

No basta la oración, es necesaria también unidad y amor entre los que oran.

Pidan Mi auxilio y Mi intervención, que Yo los ayudaré y les enseñaré a vivir en Fraternidad.

Dejo en vuestros corazones el ejemplo simple del Amor de Mi Corazón de Madre, para que sigan los pasos de la Virgen Bienaventurada de Nazaret y de Su Hijo Jesucristo.

Amo a cada uno de ustedes y los aguardo en Mi Corazón.

Gracias por responder a Mi Llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad