Sábado, 19 de octubre de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL RECIBIDO EN EL CENTRO MARIANO DEL ESPÍRITU SANTO, CÓRDOBA, ARGENTINA, TRANSMITIDO POR LA SANTÍSIMA REINA DE LA PAZ Y MADRE DEL ESPÍRITU SANTO A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Queridos hijos de Mi Inmaculado Corazón:

Hoy les pido que vengan a Mis brazos para que todo temor y toda duda sean disipados de vuestros pequeños corazones.

Hoy les digo que son tiempos de vivir en la Fe del corazón y de confirmarse día a día en la adhesión a Mi Plan de Amor.

Si hoy les falta paz en el corazón es porque se olvidaron de ingresar en Mi manto y de buscar Mi auxilio en las situaciones de la vida.

Mis amados, Mi presencia en el mundo viene a traer a vuestras vidas otras Leyes para que puedan vivir en este mundo como una nueva humanidad.  Pero para que puedan ingresar en estas Leyes Celestiales, que descienden al mundo a través de Mi Amor, deben contar con Mi presencia y con la Voluntad de Dios, que les sopló el corazón.

Si vuestros pequeños corazones se oscurecen hoy en medio de dudas, les digo Mis amados, que deben reconocer que no están contando con las Gracias que les traigo.

Llamen por Mi presencia, conversen Conmigo en lo profundo de vuestros corazones, así como un buen hijo busca el apoyo de su madre, para que Yo pueda guiar sus vidas.

Cuando alguna cuestión surja en vuestros corazones, sea material o espiritual, vengan a Mí y pregúntenme cómo actuar.  Mi Poder inmaterial tocará vuestras consciencias y bajo la actuación del Espíritu de Dios, les daré sabiduría para actuar.

Mis pequeños, estos son tiempos de definición, de consagración y de fortaleza.  Este es el momento para que las almas se sumerjan en la Voluntad Superior, para que puedan percibir cuán pequeñas son vuestras voluntades.

Mis amados, cuenten con los Centros Marianos, cuenten con Mi presencia en cada una de Mis Casas Marianas, porque allí abrí una puerta que los ligará directamente a Mi Reino de Paz. Siempre que necesiten, toquen en esa puerta, que Yo les abriré y los tomaré en Mis brazos, disolviendo todo dolor, sufrimiento, duda y temor; construiré la fortaleza de la cual se servirán para auxiliar a los que están perdidos y que no se encontraron con Dios en sus vidas.

Mis amados, hoy consagro no solo esta Casa sino a todos los corazones aquí presentes, para que se tornen Mis fieles soldados orantes y que lleven Mi Paz al mundo.

Que la Luz del Espíritu Santo brille hoy en vuestras esencias y les dé el Don de Amar y percibir el Corazón de Dios en cada peregrino que toque esta puerta.

Reciban a todos los que lleguen a este lugar y sean Mis brazos sobre la Tierra.

Los amo y los amaré siempre.

María, Madre y Reina de la Paz