Sábado, 10 de diciembre de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE LEÓN, ESTADO DE GUANAJUATO, MÉXICO, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

El silencio interior refuerza el silencio exterior y eso cura el espíritu, restaura la consciencia y vivifica el alma que vive en ese silencio.

En el silencio se encuentra Dios y Sus más íntimos deseos de que Sus hijos vivan en la Divina Voluntad.

Este silencio interior puede impregnar todo el planeta y, principalmente, ayudarlo a que se eleve cada vez más hacia la Consciencia del Padre.

El silencio nos lleva hacia una profunda reflexión sobre todos los hechos ocurridos a lo largo del día, y él nos hace encontrar llaves claras para poder trascender los propios obstáculos.

Es este silencio el que fortalece las relaciones internas de fraternidad entre los seres y así los aparta de la familiaridad común.

En el sagrado silencio se vierten conocimientos para el despertar de las almas, y el propio silencio tiene las llaves para producir un alineamiento en las consciencias que tal vez demoraría años en construirse; aún más, permite que el ser interno se aproxime a las corrientes espirituales de cura, algo que cada alma necesita para dar sus pasos hacia la redención.

En el silencio se resuelven muchas situaciones internas, porque quien ingresa en la Ley del silencio reconoce sus errores y, al mismo tiempo, los restaura con el fin de atraer el perdón como esencia y la reconciliación como camino de ascensión.

El silencio no permite que se alimenten las palabras superfluas ni tampoco la distracción, eso hace que el propio silencio mantenga a la consciencia concentrada en lo Divino y que de una forma espontánea se eleve hacia esa realidad superior.

El silencio tiene el poder de acoger cualquier sufrimiento y de transmutarlo a través de la esencia del amor y de la piedad, porque el silencio lleva al alma a encontrarse con principios elevados de la Creación.

Buena acogida del silencio para todos.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

Los eleva a través del Divino Silencio,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz