Miércoles, 31 de mayo de 2017

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Dios tiene Misericordia de los que persisten en Su Divino Camino y de los que aspiran todos los días a ser mejores en el amor, en la incondicionalidad y en la bondad.

Dios tiene Misericordia y Compasión de los que lo siguen a pesar de tropezar, de herirse a sí mismos y de  caer en el camino.

Dios tiene inmensa Misericordia de los que se arrepienten de corazón y de los que le dan la vida para que Él realice Su Voluntad.

Dios tiene Misericordia de los que intentan, todos los días, llevar a la práctica, una a una, las palabras con las que Él instruye, inspirando a los Sagrados Corazones para que las pronuncien.

Dios tiene Misericordia de los que se reconocen indignos, imperfectos y errantes.

Dios tiene Misericordia de los que trabajan todos los días para ser humildes y honestos consigo mismo y con los hermanos de camino.

Dios tiene mucha Misericordia de los que se consagran y de los que han dejado la vida de consagración, pues Su profundo y ardiente deseo es que la humanidad le responda a Su Hijo, el Cristo.

Dios tiene Misericordia de los que temen sentirse separados de Él, en algún plano de consciencia o lejos de Su Amor.

Dios tiene Misericordia de los que se rinden hasta el final y de los que no quieren nada más para sí, sino solo vivir en Su eterna Gracia, en Su divina Fe y en Su poderoso Amor.

Dios tiene tanta misericordia para dar, que la mayoría de Sus hijos se olvidan de ir a buscar el Agua de Vida a la Fuente inmaterial de Su Creación.

Dios espera todos los días que solo miren al Cielo y digan: “Padre, aquí estoy, hágase Tu Voluntad eterna y no la mía. Hazme muy semejante a Tu Hijo, libérame de las amarras, de las faltas que me aprisionan, para que solo abunde Tu Paz y Tu Verdad”.

Con tan solo esas palabras, el Reino de Dios estará descendiendo en la Tierra.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice y siempre los consagra,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz