Sábado, 22 de junio de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, EN EL DEPARTAMENTO DE MALDONADO, URUGUAY, A MADRE SHIMANI 

¡Bajo la misericordiosa Luz de Jesús, sean todos Mis hijos bienaventurados! 

Aquellos que claman por Mi auxilio, siempre lo tendrán, porque Mi Amor de Madre es mayor que cualquier falta, olvido o negación. 

Para aquellos que viven centrados en su egoísmo, Yo tengo un espacio predilecto en Mi Corazón y oro diariamente para que sus consciencias alcancen a vivir, en algún momento, el Poder redentor que viene de Dios Padre y de Su Hijo Primogénito. 

No deben existir en el corazón de Mis hijos, penas y angustias por aquellos que no saben de Dios, que no viven a Dios. Solo les basta orar para que la oración alcance los Cielos y, desde allí́, la Misericordia de Dios descienda sobre todas esas consciencias. 

Hoy, quiero transmitirles que, una vez más, Mi Corazón se llena de gratitud porque siempre puedo contar con Mis soldados marianos y llegar hasta cualquier lugar, porque ellos están dispuestos a recibirme. Cada vez que un soldado o peregrino de Mi tarea mariana en el mundo realiza cualquier esfuerzo por estar Conmigo y servirme, con su actitud coloca equilibrio en este mundo por aquellos que no Me siguen, que no oran y que creen que no necesitan de Dios. 

Por eso, hijos queridos, sepan siempre que toda la dedicación que ustedes entregan, día a día, a Mi Obra mariana en el mundo, da la oportunidad a otras consciencias de reparar los vacíos que viven en sus almas. 

En este ciclo especial que estamos viviendo, en el que su tarea publica está recogida y su camino se expresa para cumplir con otras pautas pedidas por Mi Hijo, quiero que sepan que los acompaño bien de cerca, ya que la Obra del Redentor es también la Mía y todo lo que viene de Él viene de Mí. 

Es por eso, que bendigo estos momentos que dedican para estar Conmigo en medio de otras tareas mayores, porque así́ también puedo acompañar el desenvolvimiento universal que realizan sus consciencias a través de este trabajo. 

Bendigo una vez más sus espíritus, espíritus guerreros, impregnados por el Amor del Salvador universal, Cristo Jesús. 

Los espero junto a Mi hija Lucía en Nuestro próximo encuentro. 

María, Madre y Reina de la Paz

¡Gracias por estar hoy Conmigo!