Sábado, 20 de agosto de 2022

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN BALNEARIO CAMBORIÚ, SANTA CATARINA, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis amados hijos:

Con alegría, esperanza y regocijo, su Madre Celeste retorna al Brasil para poder bendecir a todo el pueblo fiel de Dios, a través del próximo Encuentro de Oración en Camboriú.

Dios escogió comenzar este ciclo, después del 8 de agosto, a través de la nación brasileña, para que las almas y sobre todo los mundos internos, en este crucial momento de América Latina, tengan presente, en el corazón y en la memoria, los Mandamientos; a fin de que, aprendiendo a vivir en las leyes de la vida, los corazones no tengan que seguir atravesando el camino del sufrimiento y de la ignorancia.

Por ese motivo, Mi Amado Hijo, Me envía como Su Fiel Mensajera y como Señora Aparecida, para pedirle a Mis hijos brasileños, profunda toma de consciencia, que tengan mucho cuidado para saber qué escogerán.

Brasil, como corazón verde de América, no puede perder su equilibrio, un equilibrio que aún no ha recuperado después de la tragedia de la pandemia.

Sean firmes, y como apóstoles de Mi Amado Hijo, oren y pidan discernimiento, a fin de que sus corazones sean los que decidan el destino de la nación, aquella que ustedes aspiran, y no sean sus mentes influenciadas por las mentiras y las falsas verdades de estos tiempos de Armagedón.

Brasil es uno de los únicos países que, por ahora, está sobreviviendo al comunismo, aquel revestido de trabajos ocultos y falsas promesas.

La Divinidad los llama a rezar antes de decidir. En sus manos está la decisión. Recen y, por amor, ayuden al Ángel del Brasil, para que no sea objeto de discordia, de división y de corrupción; así como otros Ángeles de otras naciones están bajo el mismo yugo.

Queridos hijos, por eso estamos regresando por las Américas, porque pertenecen al Sagrado Proyecto en donde la humanidad podrá volver a comenzar en una Nueva Tierra, dentro de un nuevo Edén.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz