Martes, 25 de marzo de 2014

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE LA VIRGEN MARÍA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Los Hijos de María son la expresión de Mi Amor por la humanidad; son aquellos que deben dar testimonio vivo de Mi Presencia en el mundo, almas que se comprometieron Conmigo hace mucho tiempo, para formar parte de este ejercito mariano.

La consagración formal de un Hijo de María no significa la expresión de una predilección. Es un impulso que Dios envía a las mónadas de algunos de Sus hijos y, así, impulsa también a toda la humanidad.

Todos son Hijos de María en potencial, pero algunos tienen el compromiso de expresar esta consagración formalmente, porque serán la referencia para muchos en el final de este tiempo. Esta es una forma de consagración pedida por Dios para esas almas, que son llamadas a activar el espíritu mariano.

Ser Hijo de María no es un compromiso material, es un compromiso puramente espiritual que las almas tienen con Mi tarea mariana. Sobre ellos, construiré las bases del templo que erguiré en toda la humanidad.

Estas son almas que se dispusieron a enfrentar las grandes pruebas que vivirán en el final de los tiempos y, aun así, perseverar ardientemente en el amor a Mi Corazón. Son llamadas, poco a poco, porque cada alma tiene su momento de confirmación, solo Dios sabe cuándo este momento llegó. 

Que no se aflijan los que no son llamados para cumplir con esta tarea específicamente; porque si eso no acontece, significa que no es el momento o que le corresponderá otra parte del Plan de Dios; parte que solo su alma podrá cumplir y que será pieza fundamental en esta grandiosa obra de Dios.

Hijos Míos, no quieran conducir los Planes del Señor, que son ocultos y misteriosos. Solo entreguen sus almas y sus vidas en Sus Brazos y permitan que Él las coloque en el lugar justo y necesario para este tiempo. Luego sabrán lo que les cabe, si hicieran con confianza lo que les digo.

Yo los amo a todos y les agradezco por tener fe en Mi Corazón.

Su amada Madre, la Virgen María