La fe de Mis hijos se renueva cuando ellos, en sacrificio y bajo cualquier circunstancia, oran por amor, sabiendo de la necesidad espiritual de estos tiempos.
Por eso, queridos hijos, la oración siempre les renovará la fe y la confianza absoluta en el Padre Celestial.
La fe, que es renovada por la oración del corazón, crea un potente vórtice de luz que no solo protege físicamente a la consciencia orante, sino que todo aquello que la rodea es silenciosamente impregnado de Códigos de Luz que ayudan a las almas espiritualmente enfermas o que perdieron la confianza en Dios.
El poder de la oración, en este tiempo, obra milagros en el propio ser y lo coloca, una y otra vez, en el portal de la trascendencia y en el camino de la redención.
La oración propaga la paz y muchos más atributos, para que todo siga siendo transformado y renovado dentro de los seres, aun los que no oran tomarán consciencia, en algún momento, de la importancia de volverse hacia Dios.
¡Les agradezco por responder, en amor, a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz