Domingo, 1 de septiembre de 2013

Mensaje extraordinario
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE MARÍA, REINA Y ESTRELLA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN PABLO, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS

Levántate de donde hayas caído y tómate de Mis sagradas manos, porque Yo te liberaré del dolor y del error.

Sumerge tu espíritu en la Fuente de la pureza y de la renovación para que las piedras, con las que has tropezado, sean retiradas de tu camino.

Querido hijo de Dios, Yo te llamo a la reconciliación. Une tus lazos internos a Mi Inmaculado Corazón y camina en silencio hacia el Reino del Redentor.

Observa con atención el descenso de Mis Gracias, Yo soy la Estrella Madre, soy la que alumbra los espacios y los universos de todas las consciencias. Yo soy la Reina de la Paz, soy la que por amor al mundo socorre a Sus pequeños hijos.

Querido hijo, querida hija, Dios Padre te ha dado el ánimo para crecer de corazón, te ha dado la esperanza para vivir el renacimiento en Cristo, te ha dado la paz para calmar tus inquietudes, te ha dado la Misericordia para lavar del pasado, en la Fuente, a tu rostro y a tus manos.

Todo soldado que sirve a la Madre Santísima enfrentará, en oración, a las grandes crueldades y guerras humanas que apagan el amor en el corazón de los hombres.

Mis soldados son como las perlas de Mi eterna oración, Mis soldados son los instrumentos en donde Mi Luz se derrama para disolver el mal del mundo.

Aquiétate en Mi materno Corazón y ofrece a Dios tus pequeños sacrificios. Confiesa ante Dios tus errores, pero ya no te culpes, pues el Océano infinito de la Misericordia de Cristo golpea en la margen de tu vida para anunciarte el camino que te llevará a la redención.

Trabajar para Dios es estar en el constante vacío de sí. Trabajar por amor a Dios es vivir en la humildad permanente. Servir a Dios es despojarse, en cuestión de segundos, de lo que pudo haber sucedido.

Pero todo es perfecto para Dios. Él ama a los que se esfuerzan, ama profundamente a los que descansan y ama a los que en este tiempo se sumergen en la oscuridad y en los aspectos modernos del mundo.

Pero la oración del Santo Rosario intercede ante Dios. El Santo Rosario repara por entero a una consciencia herida en el espíritu. El Santo Rosario une y fortalece el amor al Plan de Dios. El Santo Rosario libera, purifica, ordena, armoniza y cultiva la esperanza de vivir la santidad. La santidad, para las almas humanas, es un desafío que pocos se animan vivir, porque la santidad primero despoja los velos de la consciencia y después impulsa a los corazones para que vivan la consagración interior.

Y en todo este camino de constante purificación de las almas, está la regencia y la observación del Cielo; porque Dios Altísimo y Jesucristo acompañan, paso a paso, los avances o los retrasos de los hijos.

El Cielo aguarda por el nacimiento de nuevos y humildes santos, como los que había en el pasado, para que a través de la simplicidad y de la entrega se oferten para transformar el caos del mundo y la gran escala de perdición que viven las preciosas almas.

Por eso, como fue en otros tiempos, los menores en el mundo harán cosas mayores y el Universo Celestial acompañará desde cerca el desafío que vivirán los nuevos apóstoles. Al fin, todos los buenos y fieles servidores se congregarán en el Cielo para compartir la Gloria y la Gracia de Dios por haber sido convertidos en ejemplo de servicio y de entrega a Dios.

La Reina del Cielo siempre socorrerá a Sus hijos, pues Su Madre Divina esperará que muchos más se animen a servir a la humanidad en este tiempo, para que así descienda la Misericordia y el Perdón de Dios, en vez de que descienda la Justicia.

Pero el camino por recorrer será infinito. Mis servidores cruzarán puentes casi quebrados, praderas y desiertos del mundo que han perdido el brillo original de la Creación; y todo será realizado a través del esfuerzo y del amor por cambiar la consciencia de los que aún duermen en el propio sueño del mundo.

Su Madre viene, Aparición tras Aparición, para despertar a todos Sus hijos a la Verdad suprema, a la consciencia de que es urgente rezar para ayudar al mundo entero a salir de la superficialidad en la cual vive.

Si surgieran nuevos discípulos marianos, Mi Corazón Inmaculado triunfará en América y en el mundo entero.

El tiempo, que hoy ustedes viven, es un tiempo de grandes cambios, solo les pido que despierten a lo que muchos de Mis hijos no quieren ver, que es la necesidad de purificarse y de consagrarse a la Voluntad suprema del Padre.

Siempre los guiaré, mientras recen el Santo Rosario por la salvación de la humanidad.

Los bendigo y les agradezco a los grupos de Campinas por permitir que la Misericordia de Dios sea derramada.

María, Reina y Estrella de la Paz