Sábado, 21 de septiembre de 2013

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En la Hora de Mi Misericordia, Mi Corazón desciende en Espíritu Omnisciente para reparar a los enfermos de espíritu y de cuerpo.

De esta forma, la Coronilla a Mi Divina Misericordia reconstruye la esencia enferma y, en consecuencia, cura el cuerpo enfermo. Por eso, sus oraciones misericordiosas a las tres de la tarde pueden abarcar espacios profundos de sus consciencias y también situaciones mundiales de caos, de hambre y de guerra.

Aquel que en verdad ora de corazón a Mi Insondable Misericordia fortalece su fe, su piedad, su compasión y su perdón interior. Mi Presencia Universal, que desciende a las tres de la tarde, restaura y reordena todo lo que día a día parece desordenado y lo que no está bajo la Ley Poderosa de Mi Señor.

Vivir en Mi Misericordia significa permanecer en Mi Océano de Gracias y de Redención para todas las almas.

Por intermedio del Rayo de la Divina Misericordia, los pecadores más empedernidos, los que están lejos de Dios, pueden salvarse por el simple acto devoto de su oración.

Entonces, hoy les pido que amen este misterio de la Divina Misericordia de Cristo, porque quien persiste sin saber y sin cuestionar Mis Misterios, de la noche a la mañana despertará en Mi Reino de Amor.

Cuando Yo estuve entre ustedes, intenté demostrarles por medio de Mi Transfiguración, de la Última Cena y de Mi Pasión, los pasos humildes para alcanzar el manantial de Purísima Compasión que Dios depositó en Mi Ser Sideral.

La Fuente de la Misericordia abarca más allá de este pequeño universo, porque desde que Yo ascendí al Universo Celestial, el Padre Me concedió la Gracia de apartar el mal y el dolor de todos los Míos.

Quien vive en el Maestro, ama la Ley de la Jerarquía.

Quien obedece las órdenes internas, estará construyendo en su vida el espíritu de la sagrada humildad. 

Desde el principio, quise que Me conocieran y Me buscaran, y ahora que estoy frente a sus vidas, a sus pasados y hechos del ayer, Mi Espíritu Misericordioso quiere disolver de sus historias todo lo malo que haya sucedido.

Para eso, llámenme en confianza y repitan: “Jesucristo, yo confío en Ti”. Esta será la respuesta y la señal de que finalmente podré realizar Mis Designios en sus almas.

La Fuente aún está abierta para todos, antes de la Justicia Divina.

Bajo la Gloria de Dios, sean bienaventurados.

Gracias por vivir Mis Palabras de corazón y de espíritu.

Vuestro Maestro del Amor, Cristo Jesús