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Siente en tu corazón la confianza de poder estar en Dios todos los días y la renovación que tú puedes vivir más allá de los momentos y de las circunstancias.
Este tiempo te permitirá poner a prueba tu fe, y esa fe estará fomentada por tu oración, por tu servicio y por tu consagración.
Por eso, hijo, mira más allá de la realidad y verás con claridad una infinita construcción de las Voluntades de Dios en esta humanidad y en este planeta.
Te invito a ver más allá de los hechos o de las apariencias.
Te invito a encontrar el sentido de cada momento, para que puedas crecer en sabiduría, en gratitud y en amor.
Coloca tu consciencia en la realización del Propósito de Dios, el que completarás y cumplirás como servicio a través de la redención de tu vida, así abrirás las puertas para que la Gracia Divina haga de tu ser un instrumento y un ejemplo de conversión.
Teniendo estos principios bien claros, tu alma podrá gobernar y sabrás, en el momento justo, qué camino seguir, para que siempre te encuentres con Mi Hijo que, en Su Silencio, te espera para que vivas una profunda comunión espiritual con la Fuente del Amor y de la Sabiduría.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Un alma que aspiraba a profundizar su unión con Dios y a madurar esa unión a través de una entrega verdadera y de un contacto puro con el Corazón del Padre Celestial, le oraba, diciéndole: “Señor, mi vida y toda la vida Te pertenecen, mi corazón y cada corazón Te pertenecen y son partes vivas de Tu Corazón de Amor. Entonces, enséñame a sentirme, cada vez más, parte de Tu Ser, de Tu Espíritu, de Tu Fuente. Enséñame a vivir y a moverme siempre dentro de Ti, expresándote y siendo Tu instrumento en este mundo y más allá de él”.
Y, después de un instante de silencio, contemplando el interior de esa alma, el Señor le respondió: “Para expresarme más a Mí que a ti, debes primero, alma pequeña, hacer como te enseñó Mi Hijo: entrar a tu cuarto en silencio y orar en secreto a Mi Corazón, que te escucha en secreto. Es allí donde fortaleces tu unión Conmigo. Antes de demostrarla al mundo, antes de ser un instrumento Mío ante los ojos de los hombres, primero debes no solo construir, sino también consolidar y renovar, por los siglos que vendrán, esa unión con Mi Corazón.
Es en secreto que Yo te revelo lo que más quiero de ti. Es en secreto que te muestro Mi Reino en tu interior. Es en secreto que escucho tu confesión y perdono tus pecados, lavo tus pies, tu rostro y tus manos, y te hago nueva todos los días, para que siempre tengas una nueva oportunidad de intentar llegar más cerca de Mi Espíritu, de Mi Fuente.
Completa tu oración con el servicio silencioso y simple, esforzado y atento, pero siempre buscando la humildad. Al principio, alma amada de Mi Corazón, no busques ni siquiera dar el ejemplo, porque aquel que está buscando dar el ejemplo busca la atención de alguien que lo observe y que aprenda de él. Tú no quieras enseñar, sino solo vivir; no quieras mostrar, sino solo ser. Sabe que eres un aprendiz y que estás intentando cada día ser mejor, y si para Mi Gloria alguien te observa y aprende contigo, que tu corazón no cambie, sino que permanezca eterno aprendiz de Mi Espíritu, eterno servidor de Mi Plan, eterno buscador de Mi Presencia. Así, aprenderás en un contacto verdadero Conmigo, Yo estaré en ti y tú Me representarás, tal vez sin percibirlo siquiera”.
Que este diálogo, hijos, les enseñe a buscar a Dios, a profundizar en su contacto con Él y a ser Sus instrumentos en este mundo y mucho más allá de él.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Para comprender y amar la Justicia de Dios, primero, hijo, debes abrir tu corazón para conocer al propio Dios, puro Amor, Misericordia y Compasión, que, con ternura, aguarda el retorno de Sus hijos a la Fuente Celestial.
Con tu oración, con tu diálogo con el Creador, con la meditación sobre todas las santas palabras que Él ha enviado a lo largo de los siglos, con la adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo, con la contemplación de Su Sagrada Faz, con el silencio, con la propia vida, conoce a Dios y profundiza tu contacto con Él.
Busca saber quién es Él para que, entonces, sepas que Su Amor excede todos los límites y se oculta hasta aun en la justicia y en las correcciones que expresan Sus Leyes en la vida universal y planetaria.
Conoce a Dios y sabrás, hijo Mío, que Su amor, siempre presente, está sobre ti a través de los Ojos de Dios fijos en tu corazón. Deja que esa mirada te ampare. Encuentra tú también la Faz Sagrada de tu Creador y únete a Él, por medio de una mirada que encuentre la Suya y que se transforme, se funda, se disuelva en esa Presencia Divina.
Todo eso se alcanza no solo con la fe, sino también con el esfuerzo permanente, con la rendición cada vez más interna, más profunda, de los espacios más ocultos de tu consciencia.
Cada día, entrégate más a Dios y sabrás cuánto Él también aguarda para entregarse a Sí mismo a tu corazón.
El Amor de Dios es un espejo que se refleja en tu interior para que lo profundices, para que aprendas a amar. Y cuanto más te abres para recibir el Amor del Padre, más ese Amor se expande y te transforma.
Pide la Gracia de conocerlo más, de dar más espacio a Su expresión, a Su Voz, a Su Vida, a Su Amor en tu interior.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Compañeros:
Un verdadero apóstol y misionero del amor es aquel que persiste todos los días a través de Mí y demuestra que el amor no lo deja estancarse ni detenerse, que el amor lo impulsa todos los días a la realización de su propósito interno y grupal.
Un verdadero apóstol no se sorprende con los acontecimientos de la vida y busca llevar la Luz de Mi Corazón a donde es urgente y necesario. Ese apóstol es capaz de darse por entero, sin horarios, sin condiciones, sin preferencias.
Este es el apóstol que Yo necesito para este tiempo y vengo a buscarlo a este lugar sagrado que Me abrió la puerta del Corazón para recibirme, así como Me recibieron en otros tiempos.
El apóstol que Yo necesito muere a sí mismo todos los días y trae para todos la oportunidad de amar, de servir y de renovarse.
El apóstol Mío no le teme a los desiertos, a las tempestades ni al frío, porque si de verdad está Conmigo nada le faltará, porque Yo cuido amorosamente de Mis amigos y los hago experimentar cosas semejantes a las que una vez Yo experimenté.
El apóstol Mío bebe sin demora de la Fuente de Mi Misericordia.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Mi Divina e Insondable Misericordia llega hasta los espacios más imperfectos y miserables de la consciencia para que todo sea transformado por la Luz Crística.
Así es como, a través de Mi Divina e Insondable Misericordia, Su Maestro y Señor trae al mundo la oportunidad grandiosa de vivir el perdón, la cura y la redención; porque, a través de la Misericordia, el alma encuentra la justificación necesaria para poder recibir una gracia no merecida.
En este sentido, la Fuente de la Misericordia es capaz de colocar al alma moribunda o imperfecta ante la posibilidad de vivir la energía sublime de la Gracia, para que sus faltas se puedan enmendar por el potentísimo caudal de la Misericordia Divina que viene al planeta.
La Divina Misericordia es el gran Espejo del Amor de Dios que se proyecta para traer la paz y la liberación a la consciencia terrestre.
En la Misericordia se encuentra la llave para la cura interior.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
El Corazón de Dios se torna pleno en las almas orantes que, con su simplicidad, se esfuerzan por cumplir con Su Plan.
El Corazón de Dios se renueva en esperanza, a través de los corazones que claman por el mundo y que, a pesar de sus imperfecciones y dificultades, aspiran a vivir el amor y la hermandad.
El Corazón de Dios abre la Fuente de Misericordia para la Tierra, en tiempos de Justicia, cuando encuentra sinceridad en los mundos internos y verdad en el clamor de los seres.
El poder de la oración y el esfuerzo por vivir una vida fraterna evolutiva aún es desconocido por los hombres. Pero hoy Yo les digo, hijos, que es por esas cosas simples que este mundo continúa existiendo y que el Proyecto de la vida sobre la Tierra continúa siendo una esperanza para la evolución y el crecimiento de toda la vida universal.
Por eso, cuando ya no tuvieran fuerzas para orar o cuando ya no tuvieran ánimo para hacer el bien y amar a sus hermanos como son, acuérdense del Padre que está en el centro del Universo, como también en el centro de sus corazones, aguardando una respuesta de sus seres, por pequeña que sea.
Recuerden que todo esfuerzo, por más pequeño e imperfecto que sea, agrada al Corazón de Dios y lo renueva. Por más que no consigan ser y hacer lo que querían o pensaban, al menos inténtenlo todos los días, porque es el esfuerzo el que los hace dignos de una nueva oportunidad.
Es el esfuerzo el que permite que la Misericordia siga derramándose en el mundo. Es el esfuerzo el que transforma la vida sobre la Tierra. Su esfuerzo aquí ayuda a rescatar a las almas que están en los lugares más perdidos y olvidados de este mundo.
Sé que es difícil confiar en lo invisible, pero ese es el misterio de la fe que son llamados a vivir en este tiempo. Experimenten en su interior la certeza de que Dios los observa y los acompaña, y que todo lo que hacen en nombre de una nueva vida y de una nueva Tierra renueva la esperanza de toda la Creación.
En el Cosmos, mucho más allá de la Tierra, existen civilizaciones enteras, tantas como las infinitas estrellas que ven en el Cielo a la noche, esperando que el Amor se renueve en los corazones.
El amor, hijos, no nace solo; él emerge del esfuerzo, él brota del sacrificio, él vive a través del corazón que se dispone a tener fe y a vivir bajo el principio de la fe todos los días.
Con esto los renuevo y les agradezco por perseverar, respondiendo al llamado de Dios.
Ya llegará el día en el cual verán en el Árbol de la Vida los frutos del Amor Crístico que hoy germina en sus corazones.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Alma pequeña de Dios:
Abraza con amor los sacrificios y las renuncias que el Creador envía a tu vida. Ellas son equivalentes a la inmensa gracia que vives todos los días con la Presencia de Dios llamándote por el nombre para responder a Su Llamado.
Dispone tu corazón a la entrega todos los días y ya no pienses en las limitaciones de tu cuerpo, en las miserias de tu mente, o en las inquietudes de tu corazón. Piensa, hijo, en el sacrificio de Cristo, todos los días, de forma que cada día profundices un poco más en la entrega del Señor, en el precio que Él pagó por tu redención y, sepas así, que todo cuanto vives, entregas o renuncias no es comparable al sacrificio de Aquel que vivió y murió por ti.
Haz de las limitaciones de tu cuerpo la oferta de humildad por la arrogancia de los hombres.
Haz de las miserias de tu mente la oferta y el clamor para que la Misericordia descienda al mundo y colme los pensamientos destructivos de los hombres.
Haz de la inquietud de tu corazón la oferta para que la paz y la confianza en Dios colmen el interior de los seres y les devuelva la paz.
Fuiste llamado a ser parte del Corazón de Cristo en este mundo, de forma viva, consciente e incondicional.
El Señor colocó los ojos sobre ti, no porque eres perfecto, sino porque Él sabe que tu alma tiene sed de Su Presencia. Siendo Él una Fuente inagotable, vino no solo a saciarte, sino a hacer de ti una fuente nueva para que otras almas beban de la Misericordia que brota de Su Divino Corazón.
Entre tus miserias y la Misericordia de Cristo, deja que venza la Misericordia del Señor y concentra tu corazón en Su llamado, no en tus dificultades en cumplirlo.
Así como eres, Cristo te llamó. Él solo espera que le digas "sí" todos los días.
Mientras la humanidad duerme el sueño de los ignorantes, da gracias al Padre que curó tu ceguera y ábrete de corazón para ser un milagro vivo del Señor en este mundo y en todos los otros. Porque hoy te digo, hijo Mío, que tu redención en este mundo es solo un símbolo de una redención mayor, aunque sea desconocida para tu corazón.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Aun sabiendo sobre Su Cruz y Su entrega, tu Señor jamás perdió la alegría y la esperanza.
Aun sabiendo sobre Su Cruz y Su entrega, tu Señor jamás dejó de colocar en los corazones de los Suyos la Paz y el Amor. Él les enseñó a establecer una nueva vida y a atraer el Reino de Dios al mundo, aunque sobrevinieran sobre ellos persecuciones y sombras. Cristo les enseñó que jamás perdieran la esperanza y la alegría que les traía el Reino de Dios que habitaba en su interior.
Hoy, hijo, Dios te anuncia una cruz, una purificación y una entrega absoluta; Él anuncia una Pasión que se extiende más allá de los corazones de los hombres y llega a las consciencias de las naciones, llega a las entrañas más profundas de los pueblos y de las religiones.
Dios te anuncia un ciclo difícil, desconocido, porque es diferente a todo lo que viviste y a todo lo que la humanidad y la Creación Divina vivieron a lo largo de su evolución; es diferente de la Pasión de Cristo que, en verdad, fue una preparación y un anuncio de lo que ustedes vivirán en estos tiempos, tanto como seres como humanidad.
Sin embargo, hijo, Dios también le habla directamente a tu corazón para que no pierdas la esperanza, no pierdas la fe, no pierdas la alegría y el ánimo de anunciar y de proclamar, hasta el fin de tu vida, que un nuevo tiempo y un nuevo hombre están por venir.
Anúnciale al mundo que basta con abrirse al amor y no resistir a la transformación; basta con vivir la obediencia y no rendirse al cansancio y a la soledad; basta con clamarle a Dios y saber encontrarlo en todos y en todas las situaciones de la vida; porque el amor triunfa más allá de los miedos humanos, el amor triunfa más allá de sus orgullos y vanidades, el amor triunfa más allá del sufrimiento y la desesperanza.
El amor hace de la Cruz, una fuente de Misericordia; convierte el sacrificio en la superación del Amor de Dios y hace que, de la entrega del viejo hombre, surja el Nuevo Hombre y la nueva vida, los que finalmente expresarán la semejanza con el Corazón y el Reino de Dios.
Con atención, escucha Mis palabras y no dejes que ellas pasen como el viento, porque, en su simplicidad, con ellas te entrego las llaves para superar todos los males y reencontrar a Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hijo, sé que es difícil y doloroso ver que el mundo agoniza por ignorancia, por estar ciego ante la Luz y el Amor de Dios. Piensa en tu Padre Creador con los brazos extendidos a todas las criaturas, con la Fuente de la Misericordia brotando de Su Pecho, por más que Sus hijos no quieran recibir esta dádiva.
Contempla el Hijo Primogénito reviviendo Sus Llagas, una y otra vez, para entregarle a los seres una nueva posibilidad de experimentar y multiplicar el Amor.
Contempla los Ojos de Compasión de tu Señor observando el mundo, esperando que los corazones se abran a Su Gracia, a Su Camino de Amor.
Contempla el Espíritu de Dios soplando como la brisa y tocando los rostros de los seres, esperando que se abran para respirar profundamente este Soplo Divino, para purificarse y consagrarse al Espíritu de Dios.
Ve como todo el Universo tiene Sus ojos puestos sobre la Tierra y allí coloca tu corazón. Que tu atención esté en la Esperanza de Dios y no en la ignorancia de los hombres, porque la Tierra se estremecerá y todos vivirán las consecuencias de la ceguera humana; pero, aquellos que estén con el corazón en el Corazón del Padre no perderán la paz, la fe ni la fortaleza de sus espíritus, ellos serán los precursores de una Nueva Vida, los que establecerán la paz junto a Cristo en Su retorno al mundo.
No olvides Mis palabras y vívelas, porque todo ya comenzó y los corazones aún no están prontos para lo que se precipitará en la Tierra.
Vive en Dios y no permitas que el mundo le cierre las puertas a Su Corazón. Sé un puente entre el Corazón del Padre y el corazón de los hombres, independientemente de lo que suceda sobre la Tierra.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Respira el Soplo del Espíritu de Dios y deja que Él te transforme por dentro, colocando en tu interior el primer pensamiento que Dios emanó al pensar en ti para crearte como parte viva de Su Corazón.
El Creador es tan misterioso, Su Plan es tan desconocido y Su Amor tan incomprensible que no importan los errores humanos o la distancia que exista entre los corazones y Su Sagrado Corazón. Dios, hijo, solo espera que la humanidad se arrepienta, se rinda a Sus Pies y clame por Misericordia, porque de esa forma Su Amor triunfará más allá de las tinieblas y el mal perderá su influencia sobre las almas.
El Soplo de Dios se aproxima a todos los corazones para retirarlos de la ignorancia y despertarlos a un Perdón sin límites y a una Misericordia cuya Fuente es eterna y abundante.
Solo permanecerá en la oscuridad aquel que elija estar en ella, porque el Soplo del Espíritu de Dios viene para encender las llamas de los corazones que se apagaron por no tener aire, por no tener vida.
Por eso, hoy, cree en la renovación que proviene de Dios, en esta Gracia que emana de Su Espíritu, porque Él tiene el poder para limpiar toda mancha, para colocarte en el punto del principio, para revelarte Su Amor perfecto y para entregarte todo, aunque en vida no hayas generado ningún mérito para recibir algo.
Misterio entre los misterios es el Amor que Dios hoy te invita a recibir, a vivir, a multiplicar y a distribuir en el mundo.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
A Dios no le importa que sus vidas sean imperfectas, sino que sus corazones siempre sean verdaderos; así permitirán que Él pueda obrar y actuar y, algún día, sin que ustedes perciban, hijos Míos, sus vidas se transformarán.
En este tiempo en el que todo se está purificando, refúgiense en el Corazón del Padre, en el Sagrado Templo de la oración interior, para que nada ni nadie los aparte del camino de Mi Hijo.
Si algunas almas en este momento están en prueba, que no se amedrenten, que sepan que por encima de toda realidad y situación está presente el Padre Celestial, paciente y muy bondadoso, que siempre los espera para que por intermedio de Su Divina e Infinita Misericordia todo se pueda curar.
Cuando las almas, en este tiempo, no pueden vivir el Plan divino, o adherirse a él, es porque no están acercándose a la Fuente de la Misericordia, lugar en donde toda duda desaparecerá y cualquier conflicto terminará.
A veces se debe dar el paso correcto en dirección a Dios y no a sus propios conceptos o sentires.
La Misericordia siempre los llevará al entendimiento y al perdón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Quinto día de la Novena
Sumergiendo en Mi Misericordia a las almas que son engañadas por los proyectos del mundo a través de los planes genéticos y humanos, ellas no solo reciben Mi Gracia, sino también Mi consuelo.
La Fuente de Mi Misericordia repara toda la consciencia a nivel profundo y, especialmente, a nivel espiritual.
La Misericordia de Mi Corazón puede llegar especialmente a las almas que, por absoluta ignorancia y ceguera, caen en tentación y destruyen por sus propios medios lo que Dios concibió en el seno de las mismas.
Cuando las almas más inocentes son abortadas significa que la decisión tomada por sus propias madres representa el desvío total de la Ley del Amor y de la Compasión.
Todas esas almas que hoy no viven en la Tierra, por haber sido extirpadas de los vientres de sus madres, están en sufrimiento y agonizan por no haber conseguido continuar su evolución humana y espiritual.
En este sentido, la Ley principal de la Creación es alterada y se genera un gran débito que deberá ser resuelto por medio de la Misericordia que las almas orantes invocan a Mi Corazón.
En estos tiempos la transgresión de la Ley de la Vida genera catástrofes regionales y hasta mundiales. Los Reinos de la Naturaleza al ser transgredidos, en su ciclo de vida y de evolución, reaccionan por medio de fenómenos que perjudican a la humanidad.
La importancia de invocar la Misericordia por los no nacidos ayudará a disolver los proyectos humanos invasivos que alteran la evolución del ser humano y del planeta.
Las almas de los no nacidos son reconducidas, por medio de Mi Misericordia, hacia nuevas Fuentes de Luz para que en otras partes del Universo vivan su camino y su despertar.
En verdad, la Misericordia es la tabla de salvación para estos tiempos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
La Virgen Negra de Polonia
Que desde Mi Inmaculado Corazón surja la Paz y que ella se expanda hacia los corazones del mundo.
Hijos Míos:
Vengo a perpetuar la Fuente de Gracias que nace del Corazón de Dios para que las almas no solo reciban Misericordia, sino que reconviertan sus vidas y puedan retornar al Corazón del Padre.
Vengo como la Virgen Negra, Nuestra Señora de Czestochowa, para darles una señal de que en Mi Reino no hay diferencias de razas ni de colores, de culturas ni de naciones. En Mi Reino vive y habita la Unidad, y es esa unidad la que lo Yo les revelo a través de Mi Faz en Polonia.
Hijos, vengo a gestar en sus corazones el amor por la vida y la unidad entre los corazones.
Vengo a gestar en sus espíritus, no solo la capacidad de perdonar y de reconciliarse sino, sobre todo, la posibilidad de volver a amar y la esperanza de reconstruir la vida en profunda unión con Dios.
Quiero que sus corazones sean los testimonios vivos para el mundo de que es posible vivir el perdón, la paz y la esperanza, a pesar de los conflictos y de la desunión que aún viven en el corazón humano.
Quiero que le enseñen al mundo herido cómo hacer para curar lo profundo del corazón, simplemente dejando que las Manos de Dios los toquen, los restauren y los purifiquen.
Con unos pocos su Padre Creador opera milagros infinitos y todas las Gracias recibidas en los últimos días son un símbolo fiel de esa verdad.
Demuéstrenle al mundo, hijos Míos, cómo con tan poco pueden transformar la vida sobre la Tierra.
Demuestren, a través de la alegría que surge de sus corazones al encontrar a Dios, cómo el planeta puede ser curado, y anuncien un tiempo mayor de paz, que es posible cuando los corazones se unen en amor al Padre Celestial.
Dejen que desde lo profundo de sus corazones emerja la cura, no solo para esta nación, sino para el mundo entero. Unan sus espíritus a la Fuente de la Divina Misericordia y aspiren, todos los días, a ser instrumentos de la Misericordia para el mundo.
El planeta necesita de la Fuente que aquí emerge a través de la devoción de los corazones; la humanidad necesita encontrar la paz y a través de la Misericordia pueden encontrarla.
Por eso, hijos Míos, aunque sean pocos y se sientan solitarios en un mundo que se sumerge en la ilusión, persistan y crean que, si con Su único Hijo el Creador transformó el destino de Su Creación, con ustedes, hijos Míos, Él renovará esa transformación y le dará al mundo una nueva oportunidad de recomenzar cuando todo haya sido purificado.
Anímense a ser instrumentos de la Divina Misericordia, a unir culturas, razas y religiones en un único corazón que clama por la paz.
Como la Virgen de Czestochowa vengo a enseñarles a curar y a perdonar, a unir y a elevar al Corazón de Dios esta humanidad, el planeta y sus Reinos de la Naturaleza.
Que todas las Gracias que Dios les concedió, sean multiplicadas y que, después de transformar lo más profundo de la consciencia polaca, transformen al mundo entero.
Después de ser curados, aprendan a curar.
Después de ser bendecidos, aprendan a bendecir.
Después de recibir los frutos de las oraciones de sus hermanos, aprendan a orar por los que más necesitan.
Después de recibir el Amor de Dios, aprendan a amar y, de esa forma, hijos Míos, vivan en comunión.
¡Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Virgen de Czestochowa
Con alegría vengo al mundo y especialmente a Polonia, la tierra amada de San Juan Pablo II, para bendecirlos y llevarlos nuevamente hacia Mi Gracia, a fin de que por medio de estos encuentros de paz su Madre y Señora de Czestochowa pueda seguir obrando y reparando los corazones que más necesitan.
Con Amor Materno regreso a Polonia para infundir aún más la Misericordia de Mi Hijo e interceder por medio de la Fuente de Su Compasión.
La Madre de Dios llega a Polonia para hacer revivir los atributos de su cultura y de su pueblo, llevando cada uno de estos atributos a la sublimación de la consciencia y, así, recuperando los valores de la fe y de la unión con Dios.
En este día especialmente desciendo para establecer un poco más de paz y de perdón en las almas, almas que necesitan reencontrar el camino de la unión con Dios, para así poder vivir los principios de Su Gracia y de Su Misericordia.
Como Madre de todos vengo para testimoniar que es posible avanzar y vivir con la esperanza de poder reencontrar a Dios de tiempo en tiempo y estar en comunión con Él.
Como Madre y Patrona de Polonia vengo para derramarles la Sabiduría de Mi Corazón Maternal, un Don que, viviendo en ustedes, permitirá seguir restaurando y reparando toda la consciencia de su pueblo.
La Sabiduría de la Virgen de Czestochowa los ayudará a llevar adelante el Plan de Dios para su nación y su pueblo, mediante la devoción incalculable de sus corazones por los Nuestros y también por los santos que el Padre ha enviado a su patria para ayudarla, como fueron Santa Faustina y San Juan Pablo II.
Por medio del modelo de vida de estos santos que muchas más vocaciones puedan despertar en el seno de la Iglesia de Cristo y en la fe de todos los hijos de Polonia.
Como Madre de todos vengo para restablecer uno de los principios de los Designios de Dios para su patria, sabiendo que en este tiempo será imprescindible sostenerse con la fe y la confianza en Dios, para también restaurar a la Iglesia y a sus creyentes.
Por eso, como Madre y Señora de Czestochowa, regreso a Polonia a fin de reconstruir el espíritu de amor de su humanidad y así propagar, desde aquí hacia el mundo, la devoción de todos ustedes, hijos Míos, a Mi Inmaculado Corazón.
Mis Manos de servicio, caridad y bien, hoy vienen llenas de Gracias para derramarlas sobre ustedes, Mis queridos hijos, y para que estas mismas Gracias se propaguen en las naciones del mundo que necesitarán de su fe y de su oración para establecer la paz.
Yo los conduzco por este camino de sabiduría y de amor para que las almas sean ayudadas y contempladas en la Misericordia de Dios.
Aún hay tiempo para poder ingresar en esa Fuente de compasión y de alivio que ofrece Mi Amado Hijo para el mundo entero.
Por medio de esta renovación que hoy les traigo Yo los invito a vivir el nuevo tiempo, el tiempo de saber cumplir el Plan de Dios en ustedes mismos, para que después se cumpla en el mundo entero.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los renueva,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Virgen de Czestochowa
Entra y sumérgete en el abismo más profundo de la Misericordia de Tu Señor.
Déjate inundar por un misterio insoldable que está más allá de la Gracia y, muchas veces, más allá de la Justicia Divina.
Permite que tu ser descubra el Amor Infinito de Dios que se esconde en las profundidades de Su Misericordia y, bañado en ese bálsamo curador, restaura en ti, y en el mundo, las heridas más dolorosas y las marcas aparentemente imborrables de la consciencia humana.
En donde más se necesita, allí está el abismo de la Misericordia de Cristo, como una Fuente inagotable y una respuesta divina para todo clamor emitido con el corazón.
Ven y da tu "sí" en nombre de la humanidad, para que esa Fuente brote y se vierta sobre el mundo, para curarlo y restaurarlo en su espíritu más íntimo.
Ora y clama, en nombre de la humanidad, pidiéndole al Padre que Su abismo luminoso de Misericordia se revele al mundo para que los hombres conozcan no solo al Dios de la Justicia, sino también al Dios de la Misericordia.
Descubre que todo pecado tiene cura y que toda deuda es justificada por la Sangre y por el Agua que, derramados a través del Cuerpo de Cristo, hicieron nacer la Fuente de la Infinita Misericordia para el mundo.
Ante el arrepentimiento verdadero y la redención proclamada con el corazón, todas las almas pueden tornarse dignas de beber de la Fuente de la Divina Misericordia.
Por eso, hijo, ve, y a los Pies de Dios ruega por una oportunidad y arrepiéntete de corazón.
Si te parecen pequeños tus pecados o si no eres consciente de tus deudas para con Dios, clama de todos modos; pídele al Padre que substituya el abismo oscuro de tus miserias por el abismo profundo y luminoso de la Misericordia Divina y jamás te canses de clamar, no solo por tu salvación, sino también por la salvación del mundo entero.
La Misericordia es la respuesta para las almas que perdieron la esperanza y, si ellas están ignorantes delante de esa Gracia, clama por ellas, para que reciban una oportunidad de elevar los ojos hacia Dios y percibir que Él siempre estuvo allí, con Sus Brazos abiertos, haciendo brotar de Su Pecho un caudal eterno de Misericordia, que muchos no supieron ver.
Permite que tu corazón conozca la Fuente Divina de la Misericordia y deja que tu alma despierte a la devoción, al amor y a la fe que la hacen portadora de esa Misericordia para el mundo.
Ama conocer la Misericordia Divina. Ama ser un intercesor entre Dios y las almas perdidas que no conocen y que no buscan Su Misericordia.
Solo piensa que cuando lo intentas, mientras tantas almas están perdidas, la Fuente de la Misericordia se vierte sobre el mundo como un río que pasa delante de alguien sediento y él no consigue verlo. Y tú, hijo, puedes ser el dedo que apunte hacia las aguas y, a través de tus sinceras oraciones, en los niveles del espíritu, consigas méritos para que los que más lo necesitan alcancen Misericordia.
Comprende este misterio y, delante de un mundo lleno de pecados y de perdición, ama ser portador de la Divina Misericordia y, aunque sea en soledad con Dios, o en tus más silenciosas acciones, clama por Misericordia y sé Misericordia para el mundo.
Los Mensajeros Divinos llegan a Polonia no solo para curar heridas profundas de una nación sufrida, sino, sobre todo, para renovar el compromiso de la humanidad con la Divina Misericordia y para enseñarles a las almas a ser instrumentos de la Divina Misericordia para el mundo.
Abraza con el corazón esta Misión que Dios te entrega y, donde quiera que estés, sé portador de la Divina Misericordia de Cristo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Cada vez que al mediodía suenan las campanas para anunciar Mi llegada, un portal del Cielo se abre sobre los Centros Marianos, aunque su Madre Celeste esté peregrinando en otro lugar del mundo.
Si ustedes tienen certeza de que, por medio de las campanadas, algo universal sucede todos los días al mediodía, vivirán una conexión profunda con el Reino de los Cielos.
Por eso, todos los días anuncien al mundo que la Madre de Dios está llegando a la Tierra para bendecir a Sus amados hijos y mostrarles el camino hacia el manantial del Amor.
Que todos los días los portales al universo se abran, para que las almas se sirvan de la Fuente de la Misericordia Divina y se nutran espiritualmente de los Dones de Dios.
Que cada nuevo mediodía, resuenen las campanas en todos los Centros Marianos y en todos los hogares del mundo que quieran unirse para decretar el descenso de la infinita Gracia a la humanidad. Que así sea.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sumérgete en el océano de la Divina Misericordia para que, al orar, ese manantial que desciende al mundo pueda fluir a través de tu ser y transformar primero toda tu consciencia y, después, el mundo entero.
Sumérgete en consciencia en la existencia de la Divina Misericordia y reconoce que tú eres un milagro de ese Poder Divino; tu despertar es fruto de su acción.
Medita sobre lo que simboliza para ti y para toda la Creación esa Misericordia Sagrada vertida del Corazón de Cristo en la Cruz, emanada por el poder del perdón de Su Sacratísimo Corazón. Medita sobre esta fuente insondable que no da a los hombres lo que merecen; que actúa más allá de la Justicia y que trasciende esa Ley, que también proviene de Dios.
Medita sobre el Perdón de Cristo, que abrió la puerta a un manantial hasta entonces desconocido para el corazón humano. Fue perdonando cada una de Sus Llagas y todos los ultrajes cometidos contra Él que el Señor se elevó más allá de la Justicia Divina y entregó a los hombres Su Amor y Su Piedad, que juntos se convirtieron en la Sagrada y Divina Misericordia.
Tantos siglos pasaron y la humanidad aún ignora ese poderoso manantial; y los corazones no aprendieron aún a ser misericordiosos ni a pedir Misericordia.
Clama, hijo, por Misericordia para los ignorantes y pide la gracia de ser misericordioso como lo fue Aquel que, para ti, es el Camino, la Verdad y la Vida.
Deja que la Misericordia por la cual clamas te convierta en una imitación de Cristo y, así, haz que valga cada gota derramada de Su Sangre; haz que valga cada una de Sus Llagas, Su Cruz y el Amor que lo hizo resurgir después de la muerte.
Demuestra al Universo que el Plan del Creador se cumple en ti y, por los méritos alcanzados por Cristo en la Cruz, vive Su Divina Misericordia.
Aquel que te enseña a ser misericordioso y a clamar por Misericordia,
San José Castísimo
Soy esa fuente de Gracias del Universo, más potente y poderosa que todas las fuentes del mundo.
Soy más sutil que todas las cascadas del mundo, porque a través de Mi Corazón Materno hago florecer y dar vida al alma que antes estaba muerta.
Soy esa agua que todo lava y redime, porque soy ese divino código de luz que puede penetrar más allá de la consciencia y así establecer el propósito espiritual para cada ser.
Soy esa fuente misericordiosa que todo restaura e intercede por Sus hijos para que nunca pierdan el camino que los llevará al amor.
Soy ese manantial vivo y resplandeciente que trae para el espíritu la esencia de la unidad y de la paz.
Soy ese Sagrado Espíritu de Dios que fue gestado en el vientre purísimo de la Creación, que trajo para el mundo la verdad de Dios encarnada a través del Amado Hijo.
Soy ese camino que siempre los llevará a encontrar la gran y única fuente de amor que saciará su sed: Jesucristo.
Por eso, queridos hijos, cada vez que ustedes se unen a Mi fuente de amor, se estarán uniendo a la fuente luminosa de Mi Hijo y a la fuente del Padre Celestial.
Quisiera que de sus corazones brotara ese sentimiento de buscar siempre la unidad entre los seres por encima de todo, porque así sus corazones se curarán y nacerán a través de Mi fuente de paz a la vida renovada en Cristo.
Hijos Míos, dejo esta Mi aspiración: que vivan en la única Fuente de Dios y que sigan un solo camino. Mi Corazón Puro e Inmaculado se ofrece para llevarlos a la revelación del gran misterio del amor.
Estoy feliz por hoy ver a Mis hijos de Europa, reunidos en torno a Mi fuente plena de Gracias.
Los amo y siempre los contemplo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice bajo el Espíritu Santo de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que Mi Paz reine en los corazones del mundo y que ellos sean colmados por el Poder Misericordioso que hoy traigo del Reino de los Cielos.
Hijos Míos, alabado sea siempre Nuestro Señor Jesucristo que renueva Su Sacrificio de tiempo en tiempo para que jamás cese de derramar en el mundo Su Infinita Misericordia.
En este día, Mis amados, los invito a meditar, desde el corazón, en lo que están dispuestos a padecer por amor y por la redención de la humanidad.
Queridos, muchos no se cansan de meditar en la Misericordia de Cristo y depositan en ella la esperanza para su salvación, pero pocos son los que reconocen que esta Fuente brota del Corazón Herido de Mi Santo Hijo y de Sus Llagas abiertas para la redención final de todas las almas. Pocos son los que aceptan compartir con el Señor Sus martirios y que ofrecen lo poco que padecen por aquellos que solo buscan la constante comodidad material.
Mis amados, en este día de Gracia y de Misericordia para todas las almas, quiero que graben en vuestras consciencias la Pasión de Mi Hijo, porque de ella proviene toda la Misericordia y todo el amor que hace más de dos mil años se derraman sobre las almas, justas e injustas, de este mundo. Quiero que de esta forma comprendan que el camino para ser misericordioso en la vida se encuentra en el ofrecimiento total de sí, independientemente del estado en que se encuentran.
Mis queridos hijos, Mis ojos contemplan el mundo y casi no encuentran en él, quienes quieran llevar sobre su cabeza la corona de espinas de Mi Hijo, para aliviarlo así de este dolor y permitir que Su Misericordia siga siendo derramada sobre el mundo.
Hoy con los ojos del corazón en Mi amada África, descubran en el servicio la posibilidad de aliviar el dolor que Cristo vive en los corazones de esta Tierra.
Recuerden todos los días que si el Señor fue capaz de entregar la vida en Su Pasión por la Salvación del mundo; también ustedes podrán hacer mucho más de lo que hacen y podrán entregar a Dios Creador grandes ofrendas que provienen del corazón para la salvación de las almas pecadoras.
Mis amados, no les pido que martiricen el cuerpo, solo les digo que todos los días se trasciendan a sí mismos por amor al prójimo y por amor a esta humanidad. Que todos los días renuncien a las comodidades de este mundo por las almas que no conocen el poder del sacrificio.
Les digo todo esto porque, en consciencia, todos están ingresando en el corazón de África y encontrando en la historia de este continente toda la carencia espiritual y física, y también hijos Míos, el poder de trascendencia y de superación que vivió este pueblo para seguir sonriendo en un mundo como este, que pocos conocen en profundidad.
Por eso, delante del África interior, sepan aprender con estos corazones. Y en este intercambio de aprendizajes que viven en el plano de las almas, entreguen a Mi amada África la posibilidad de perdón, de perdón de sí y del prójimo. Así, Mis amados, podré contar con ustedes en este Plan Mío de rescate y de redención.
Quiero que sepan que están siendo colocados internamente delante de la necesidad de dar un gran salto, al estar dentro del corazón de África, pues ahora Mis queridos deberán asumir por amor a Dios la propia redención y la redención de la humanidad, por medio del ofrecimiento de sí y de la trascendencia de los viejos atavismos.
En este día de Misericordia el Señor está atento a sus oraciones y, por medio de Su Sierva Fiel, les anuncia que nada es imposible y que cuando pidan de corazón, todo les será concedido al espíritu.
No desfallezcan ante las pruebas, solo sigan adelante, así como el espíritu de África puede superarse a sí mismo para estar hoy delante de Mi Corazón a través de todos ustedes.
Agradezco vuestras sinceras oraciones y les pido que nunca se cansen de orar. El mundo, la humanidad y los reinos de la naturaleza, necesitan de ustedes en oración.
Yo los bendigo y les dejo Mi Paz.
María, Rosa de la Paz
En el cruce del viejo tiempo con el nuevo, muchos acontecimientos sucederán en el planeta; para ese momento sus corazones deberán estar fortalecidos y preparados para el momento final.
Por eso les doy a conocer Mi Divina Misericordia, ella estará disponible para los que quieran beber de Mi Fuente. Los llamo a reunir fuerzas desde el corazón. Esa Luz Infinita nunca se apagará porque quien está en Mí podrá sostenerse siempre. Sigan adelante caminando firmes. Es hora de servir a Dios.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en Mi Corazón.
Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más