Viernes, 6 de marzo de 2015

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DEL NIÑO REY, TERESÓPOLIS, RIO DE JANEIRO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Llegó la hora de que se rompan las cadenas de la inercia y de la constante maldad.

Que se rasguen los velos de la ceguera y de la impunidad.

Que se cierren las puertas al mal y que se disipen los abismos de las consciencias.

Que se liberen las amarras y que las almas caminen hacia su esperado despertar.

Que se transfiguren los impíos y que se rediman todos los que transgredieron la Ley de Adonai.

Que se congreguen los inocentes y se reúnan los mansos.

Que los pacificadores se entreguen a Dios y que los amedrentados sonrían porque Mi Luz poderosa llegó para su salvación.

Que los impuros sean vencidos por la acción de Mi Misericordia y que se purifiquen todos los verdugos.

Voy a repetir:

Que se venzan los impuros por la acción de Mi Misericordia y que se purifiquen todos los verdugos.

Que los condenados sean libres de sus propias prisiones para que surja, ahora y siempre, el eterno Amor del Creador.

Que se restauren los corazones y se glorifiquen por siempre los Reinos de toda la Creación.

Que los ángeles del universo participen del gran Juicio Final.

Con Mis Manos Yo separaré la paja del trigo y haré nacer del nuevo barro, el nuevo diseño divino para cada ser.

Que se arrepientan los que no lo hicieron, y que todos escuchen el clamor de los mutilados.

Que se terminen las guerras.

Que ya no se martirice ni un cuerpo más, porque la Ley manifestada está descendiendo sobre este Reino llamado mundo.

Que los injustos se conviertan y que los pecadores se entreguen a la Misericordia infinita de Mi Corazón.

Que las causas del pasado se transformen en prodigios para el futuro.

Que la verdad salga a la luz y que los ciegos y sordos de corazón escuchen el Llamado del Rey Universal.

Todo mal es retirado de los espacios del mundo para que rebrote por siempre la Fuente de la Purificación.

Que nadie tema al fin del tiempo.

Que los misericordiosos donen Misericordia y que los buenos orantes recen mucho, recen mucho por la paz.

Ya el Rey se prepara para entregar su principado a los que fueron fieles.

El Hijo de Dios viene para terminar con toda perturbación y para restablecer los mil años de paz. Pero mucho aún deberá pasar para que todo esto suceda.

Abran los ojos del corazón y destierren de vuestras células las imperfectas insignias del mal.

Yo Soy vuestro Amor, Yo Soy vuestra Luz, Yo Soy el que Soy en cada alma y corazón que sepa, humildemente, reconocer Mi única Verdad.

Misericordia para los que Me niegan.

Piedad para los injustos.

Paz para toda la humanidad.

Bajo el Decreto Universal del Creador Supremo, sean testigos vivos de Mi Mensaje final.

Los bendice,

Cristo Jesús Glorificado, el Redentor