Busca en el camino de tu consagración diaria la salida hacia la vida eterna y el desligamiento de todas las cosas superfluas, así construirás dentro de ti, y con ímpetu de amor, una fortaleza interior que te ayudará a vivir los embates y las pruebas, sean cuales sean.
Si en este momento tu morada está oscilando como un castillo de arena, esto es señal de que la fortaleza interior y la convicción de servirme están debilitadas.
Trabaja, entonces, para revertir cualquier situación contraria y para que, sí o sí, estés libre de ti mismo y de las influencias inesperadas de tu personalidad.
Haz de tu camino de consagración un verdadero regalo para Dios y no una calamidad para tus hermanos.
Haz valer en ti mismo todos los impulsos, señales y mensajes recibidos durante los últimos tiempos, porque, en verdad, nunca te faltó enseñanza, guía u orientación.
Anímate, entonces, a que tu pequeña vida sea transparente, límpida y cristalina y que, a pesar de tus miserias, seas merecedor o merecedora de las Misericordias del Cielo.
Solo te llamo a que seas como Yo, algún día.
¡Les agradezco por vivenciar Mis Palabras de corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús