Miércoles, 4 de mayo de 2016

Mensajes mensuales
MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 34.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Que sus corazones no se enfríen en esta noche, porque Mi Amor los ha venido a calentar en el fuego divino del amor y de la hermandad.

Al fin, después de algún tiempo retorno a Mi casa, lugar donde Dios Me envió para abrir las puertas para la liberación del mundo en un lugar desconocido y lejano para muchas almas.

Yo estoy aquí, en Gloria, ante ustedes, Mis amigos y siervos de Mi Padre. Estoy aquí por los que han sido consecuentes Conmigo y lo continúan siendo a pesar del tiempo y de la purificación. Estoy con los que están Conmigo a pesar de lo que suceda, en este lugar o en el mundo, dentro o fuera de ustedes, en sus espíritus o en sus cuerpos. Yo estoy con ustedes.

Vengo a darles Mi alianza y Mi Amor divino. Vengo a entregarles la esperanza que vive en Mi Corazón a pesar de lo que sucede en el mundo día a día. Al final, todo se consumará después de que Yo ya no esté aquí entre ustedes para dirigir las palabras del Cielo, que son las Palabras de Mi Padre.

También vengo por aquellos que hoy no están aquí Conmigo y que deberían estar porque Yo les confié un legado, un propósito y una misión que es imborrable en este momento y, sobre todo, en la consciencia del Universo. Por eso, a los que hoy están aquí Conmigo, les agradezco por el espíritu de perseverancia y de fe, espíritu que les permite enfrentar las batallas y los desafíos en este último ciclo.

Aurora, poco a poco, comienza a despuntar en los corazones que hoy brillan en el firmamento, y eso es imposible de apagar porque es la Aurora del amor, del Amor que viene de Dios y que, desde el Universo, se depositó en este lugar hace mucho tiempo. Eso nunca nadie puede olvidarlo, compañeros, porque es la Aurora que los acompañará en los últimos días de este mundo y en el Juicio Final.

Hoy vengo a entregarles nuevamente la señal, la confirmación de que este Reino existe en la consciencia de los que creen en él, porque Aurora resplandece como una estrella fugaz en los mundos invisibles y en la consciencia que se abre para recibirla y así despertar a la cura.

Hay soldados de Aurora que no están aquí y que deberían estar para responder a Mi llamado, porque a los que están desde hace tiempo ya mucho les he dado y en la fe han cumplido con Mis designios.

Quisiera que comprendieran la importancia de este Reino, porque este Reino es el que nos trajo hacia aquí, desde el primer día en que Mi Santa Madre posó Sus pies en este lugar y construyó las bases de esta obra, primero en los corazones receptivos a Su llamado y después en toda la humanidad así como lo han visto en estos últimos tiempos.

Aurora no necesita de cantidad, sino de corazones firmes que puedan soportar sus corrientes que fluyen en este Universo para liberar a la humanidad. Por eso, también les he dado al Arcángel Miguel, quien ha sido contemplado en gratitud por los corazones que aquí llegaron para recibir la intercesión del Padre Creador.

Hay corazones que deberían estar aquí para recibir la cura y no están. Quisiera saber, compañeros, qué es lo que están esperando para liberar sus vidas de las cadenas del mal que los atan al pasado. Sé que no es muy comprendido lo que significa que el Arcángel Miguel esté aquí para acompañarlos. Es el Padre Creador, es Dios aquí presente entre ustedes para ayudar a este pueblo que se derrumba por no activar su fe ni su devoción. En el día del Juicio Final todo será comprendido, y muchos verán, en la última hora, todo lo que recibieron y no pudieron reconocer.

Aurora es constante y perseverante, y activa su fuego en los corazones del mundo, activa su luz en aquellos que la adoptan como parte de sus vidas. Hoy vengo con este preámbulo para preparar sus corazones durante este mes en el que las puertas se reabrirán para que las consciencias ingresen en el Reino de Aurora. La Hermandad del Cielo espera que puedan dar ese paso, no solo los que están aquí sino también los que están en el mundo y que buscan esa luz curadora y de redención.

Quien ora Conmigo podrá valorar los tesoros que ha recibido, y nada habrá sido en vano.

Vine aquí para restaurar lo que se ha destruido en la consciencia de este pueblo, en aquellos que hoy no están aquí y en quienes Yo he confiado pero no Me han podido seguir como Yo lo deseé desde el principio. Pero no se preocupen, porque Mi Padre cuida de todos como también de aquellos que son constantes con Su Ley y Su Propósito a pesar de lo que suceda.

Quisiera que en esta Maratón vivieran en recogimiento para poder madurar espiritualmente y así, en el silencio y en la oración, puedan dar un paso más hacia Mí; porque aún Mi Obra es infinita y debo construir en los corazones, nuevos proyectos que puedan llevarse adelante en este planeta y en la humanidad. Por eso, hoy los coloco a todos a Mis Pies para que estén a los Pies de Dios, contemplando la Misericordia del Padre en un momento de gran injusticia en la humanidad.

En verdad les digo, no conocen la Justicia de Dios. Yo les hago conocer Su Amor que es invencible y eterno. Es en el Amor de Dios donde deben ingresar todos los días y unirse a Él, para que pueda cumplir lo que ha pensado para ustedes y para aquellos en los que aún no ha podido cumplir Su Proyecto; oren para que reciban la Gracia y el merecimiento de poder vivirlo para que, a través de Mi Corazón, Yo pueda interceder por todos y especialmente por los que no Me han respondido.

Desde Ruanda, desde el lugar donde Yo estuve la última vez, hago un puente de luz hacia aquí para finalizar Mi Obra redentora antes de que el mundo viva su juicio inevitable en estos tiempos.

Vengo a prepararlos para el momento más duro del Apocalipsis. Vengo a traerles la consciencia de la verdad para que sus corazones no duerman mientras estoy presente, porque cada segundo Conmigo debe ser inolvidable, cada palabra recibida debe ser valorada para que dé sus frutos en ustedes y así, Yo pueda volver a los Cielos a prepararme para el gran momento del retorno.

Mientras sus corazones crezcan en amor Yo podré estar más libre para atender al mundo que tanto lo necesita; recuerden que Yo los escogí para realizar, en este lugar olvidado del mundo, Mi Obra final para todo el Cono Sur y desde el Cono Sur para el mundo.

Yo ya les estoy entregando las últimas señales, por eso los reúno mes a mes para que oren a Mi Corazón misericordioso y se arrepientan por ustedes y por el mundo, por los que no se arrepienten ante Dios debido a su soberbia, a su maldad y a su vanidad.

Espero que estén Conmigo en los momentos más difíciles y que recuerden que Yo estuve aquí para contemplarlos en Mi Amor y Mi Bondad. Todo lo que hagan, háganlo por Mí; así, compañeros, no serán más ustedes, sino que Yo seré en ustedes obrando en luz y en hermandad.

En esta noche de vigilia por la humanidad, aún muy dormida, Yo derramo nuevamente Mis Códigos de Luz sobre Mis obreros del plan.

Mientras Yo estoy aquí, el Universo está con ustedes. Oraré a Mi Padre por ustedes y por sus hermanos, para que Mis Designios se cumplan en la mayor cantidad posible de corazones.

Mantengan la calma mientras Yo estoy presente para que no pierdan la oportunidad de recibirme en sus corazones; la quietud hace al vigilante.

 

Oración de intercesión de Cristo ante Adonai

Adonai, Padre Mío,
       construye en Tus hijos la fortaleza inquebrantable,
       eleva hacia Tu Trono a los últimos soldados
       que aún deben despertar a Tu Plan.
       Restaura todo lo que ha sido dañado,
       y borra con Tu Luz todas las tinieblas
       para que surja el verdadero espíritu,
       el verdadero ser en cada corazón humano.

Adonai,
       no Te canses de contemplar a los que persisten
       y a los que caminan a Mi lado tomados de Mi Mano
       por el sendero de la redención y del sacrificio.

Adonai,
       alivia la cruz de los que no soportan su purificación.
       Abre las puertas de los Cielos para que Tus ángeles
       desciendan en gloria y adornen con tesoros del Universo
       a cada uno de Tus hijos que Te honrarán,
       eternamente, hasta la nueva humanidad.

Padre,
       no Te olvides de los que no han sido consecuentes Conmigo,
       guárdalos en Tu eterno Corazón
       para que puedan crecer en Tu Bondad y Amor.

Da fuerzas, Señor,
       a los que están caídos para que puedan levantarse,
       da socorro espiritual a aquellos que fracasan por sus propias deudas.
       Vive en todos Tus hijos así como Tú vives en Mí,
       para que podamos alabarte
       por lo siglos de los siglos,

Amén

Les agradezco y, en Mi Verdad, los amo más allá de sus vidas y consciencias.

Recuerden, compañeros, que son sacramentados con Mi Luz cuando Yo estoy presente, esa es la mayor bendición del Cielo para quien la quiera recibir.

Vayan en paz y den la paz a los que la necesitan,

Cristo Jesús Glorificado