Miércoles, 27 de noviembre de 2019

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN POTRERILLOS, LUJÁN DE CUYO, MENDOZA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Confío en los que desde el principio se comprometieron a cumplir el Plan y, especialmente, en los que se comprometieron Conmigo para hacer posible en la Tierra la presencia de la Energía Divina, porque todos ya son conscientes que de no haber apóstoles de la fidelidad y del compromiso, el Plan no sería posible, y la humanidad correría muchos riesgos.

Por esa razón, hoy les estoy recordando a cada uno de ustedes lo que firmaron ante los Señores de la Ley y que es algo irrefutable, de lo contrario nunca hubieran encontrado este camino espiritual de pura cristificación y ni siquiera se hubieran encontrado Conmigo y, tal vez, se sentirían en la libertad personal de hacer y realizar muchas cosas, pero saben que no pueden porque estarían forzando su propio destino y las consecuencias no solo internas sino también externas serían muy serias.

Nadie puede poner en riesgo un propósito que en verdad no conoce, y tampoco puede dejar su corazón tibio ante la realidad y la consciencia que trae la Jerarquía, porque eso también tiene, tarde o temprano, consecuencias irrevocables.

La madurez no solo debe ser espiritual, la madurez ante el compromiso tiene que estar manifestada en los tres planos, espiritual, mental y material.

Cuando por alguna razón no Me corresponden, en verdad no responden al Plan y a todo lo que está más allá de ese Plan, que es algo infinito y es una Gracia que los trajo por Amor a estar aquí.

Sean cada día más responsables y menos inmaduros, de lo contrario el cambio de toda la consciencia humana en el fin de estos tiempos sufrirá sus consecuencias.

Les agradezco por meditar en lo que les digo, porque a Su Señor ya le queda menos tiempo y espacio para poder hablar, antes de que todo se desencadene.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Su Maestro y Señor, Cristo Jesús