Especial de Navidad Por Amor a los Reinos - Los Reinos de la Naturaleza y el Nacimiento de Jesús

El nacimiento del Rey del Universo en el Pesebre de Belén fue un testimonio de Su Amor por toda la Creación. Al elegir tan humilde y rústica morada para venir al mundo, Cristo Jesús le entregó a la humanidad una importante llave espiritual: el camino de conversión y redención que también incluye la comunión con los Reinos de la Naturaleza.

Por eso, el 19 de diciembre, a las 11 horas*, el programa Por Amor a los Reinos mostrará cómo los Reinos de la Naturaleza estuvieron presentes en el milagro de la Natividad.

Además, tres monjas de la Orden Gracia Misericordia conducirán oraciones por los Reinos y el Coral de las Comunidades-Luz presentará cantos en alabanza a la Creación de Dios.

El programa será transmitido por Internet, a través de Misericordia María TV, con traducción al inglés. Debido a la situación sanitaria mundial, no habrá presencia física de público en el auditorio del Centro Mariano de Figueira.

*Horario de Brasilia.

Llegamos al establo y Dios nos mostró cómo la compañía, amorosa y silenciosa, de los Reinos prepararon la llegada del Redentor. La hora se aproximaba y José me ayudó a descender del burro y con rapidez juntó paja con Sus manos y la colocó sobre un lugar del establo, para que el nacimiento pudiera acontecer.

Virgen María, Rosa de la Paz (25.12.2012)

Nuestra Señora describe así los momentos que precedieron al nacimiento del Niño Jesús. Las demás etapas de esta historia divina también están marcadas por la presencia amorosa y reverente de los Reinos de la Naturaleza. De hecho, las criaturas y los elementos naturales, como expresiones puras de los dones y atributos de Dios, reconocieron y alabaron el advenimiento del Mesías.

Además, los Mensajeros Divinos siempre reiteran la importancia de la unión fraterna con los Reinos en la senda de la cristificación. Podemos comprender, por lo tanto, que debemos cultivar en nuestro interior un espacio semejante a la Gruta de Belén, humilde, sencillo y conectado con todas las formas de vida, a fin de crear las condiciones necesarias para que Cristo renazca en nuestras almas y espíritus.

Que esta oportunidad de profundizar en la reflexión sobre los misterios de la Navidad, vivifique en nuestros corazones la reverencia y la gratitud por el amparo, belleza, generosidad y sabiduría de los Reinos de la Naturaleza, fortaleciendo el propósito de servirlos incondicionalmente como manifestaciones sagradas del Padre Creador.
 

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