Viernes, 19 de mayo de 2023

APARICIÓN DE SAN JOSÉ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Con estas velas encendidas, quiero que oren por las almas que más necesitan de la Misericordia de Cristo.

Quiero que oren por las almas perdidas, que no encuentran el propósito de la vida, que no comprenden que vivir es un don, que pasan por el mundo sin percibir que es sagrado, que viven sobre la Tierra sin comprender que esta es una oportunidad única, no solo para sus consciencias, sino para todo el universo, para toda la Creación.

Quiero que oren por las almas que viven en la ignorancia y que ultrajan sus propios cuerpos, que se sumergen en los abismos de este mundo por no percibir la diferencia entre la Luz y la oscuridad.

Quiero que oren por el despertar de todas las almas que se comprometieron con Dios en el principio para que, mientras hay tiempo, puedan cumplir su misión, puedan retomar su camino y que su compromiso no permanezca perdido.

Hoy, vengo al mundo, hijos, a pedido del Padre Celestial, para pedirles oración por las almas que hieren el Corazón de Dios, por su ignorancia, por su orgullo y por estar sumergidas en las energías capitales de este mundo.

Pero, vengo a pedirles que no solo oren por las almas, sino que sean ejemplos de transformación para que aquellos que los vean puedan encontrar un camino. Que la luz encendida, dentro de cada uno de ustedes, no permanezca en su interior, sino que sea expuesta al mundo a través de sus acciones, de sus palabras y de su silencio. 

Basta observar el mundo para percibir la necesidad de las almas. Basta mirar hacia adentro para percibir el potencial que ustedes tienen de transformar esta situación planetaria.

Hoy, hijos, mientras oran por las causas imposibles, encuentren dentro de ustedes la respuesta, porque nada es imposible.

Hoy, quiero que todos ustedes se pregunten: ¿Por qué vinieron aquí? ¿Por qué escuchan Mis Palabras? ¿Qué es lo que buscan?

¿Ustedes son almas con sed, buscando una fuente o almas servidoras que llevarán de la fuente para darles de beber a otras?  

El mundo entero tiene sed, sed de verdad, de propósito, de Misericordia.

¿Dónde estará su consciencia cuando esta Aparición termine?

Es a través de estas reflexiones, que parecen tan obvias para la mente humana que ustedes alcanzarán la transformación de la consciencia. Si no se observan a sí mismos e ignoran y ocultan lo que debe ser transformado, jamás darán los pasos que el Creador espera de sus almas.

No tengan miedo de ver lo que habita dentro de ustedes, no tengan miedo de responder estas preguntas y de encontrarse frente a la superficialidad humana, porque es apariencia. Más allá de esa superficialidad, existe un misterio profundo en el corazón y en la consciencia de todos los seres; un misterio que está más allá de lo que aparentan ser, de sus personalidades, de sus limitaciones físicas, mentales o emocionales. Más allá de todo eso, hijos, más allá de lo que ven en el espejo, habita una verdad.

¿Por qué ante un tesoro tan grande, la humanidad prefiere permanecer pobre?

No permitan que la superficialidad sea suficiente para ustedes. No permitan que lo que el mundo les ofrece colme sus corazones, porque ustedes no vinieron aquí para ser colmados por el mundo, vinieron para que pudieran transformar el mundo y colmarlo de la verdad que habita en su interior, no lo contrario.

El ser humano vino a la Tierra para servirla, no para ser servido por ella; para servirla a través de su vida, a través del don del amor, de la caridad, de la humildad, a través del don de saber unir el Cielo y la Tierra, de abrir las puertas hacia el Corazón de Dios para que todas las criaturas pudieran entrar en diálogo con el Creador. Para esto vinieron a la Tierra, para superar los límites de la vida que habitaba en el universo, porque la evolución ya no ascendía, ya no se elevaba. Las criaturas llegaron a su límite, no aprendían más a amar.

¿Permanecerán en este límite, repitiendo los errores que han cometido en el universo o abrazarán la oportunidad de transformar esta Creación y abrir una nueva puerta evolutiva a toda la vida?  

Cuando su Señor estuvo en la Tierra, Él les enseñó el camino, el camino para superarse a sí mismo y, dentro de sí, superar el Amor de Dios.

¿Alguien comprendió ese camino? 

No les hablo de flagelación, de humillación y de sacrificio. No les hablo de morir en una cruz; les hablo de amar, de transformar el sentido del sufrimiento, cuando la consciencia está en el lugar correcto y es capaz de ver los acontecimientos del mundo y transformarlos de adentro hacia afuera.

Lo que superaba el Amor de Dios dentro de Cristo no eran Sus heridas, sino como Él las vivía; era lo que sucedía dentro de Su Corazón, era Su Mirada de perdón ante la ignorancia humana, era Su capacidad de ver la Presencia Divina ante aquellos que expresaban odio y solo buscaban matarlo y alimentarse de Su sufrimiento.

Lo que superaba el Amor de Dios en el Corazón de Cristo era Su capacidad de darles una nueva oportunidad, de comprender que más allá de la oscuridad humana habita un misterio que es la esencia silenciosa de Dios dentro de los hombres.

De este nacimiento de la Divina Misericordia surge la superación del Amor de Dios.

¿Quién de ustedes está dispuesto a vivir algo semejante? ¿A mirar al prójimo con ojos de compasión, a estar dispuesto a escuchar, a comprender, a transformar con el propio ejemplo? ¿A amar, aunque sea en silencio, a orar por los que sufren más que por sí mismos? ¿A adorar a Cristo para transformar la condición humana, de adentro hacia afuera, a contemplar la Eucaristía con humildad dejando que los transforme y, a través de ustedes, transforme la condición humana? ¿Quién está dispuesto a ser nada?

Ahora, miren hacia adentro y pregúntense: "¿Por qué estoy aquí?".

¿Son capaces de repensar, en este momento, el propósito de sus vidas?

¿Cuál es su meta cada día?

¿Por qué se despiertan?

¿Por qué se levantan y comienzan a actuar?

¿Qué es lo que mueve sus acciones?

Hoy, tendría mucho más para decirles. ¡Cuántos misterios podría develarles! ¡Cuánta sabiduría podría traerles a sus corazones!

Pero lo que hoy estoy haciendo, hijos, es enseñarles a adentrarse en el misterio, porque mucho les podría decir sobre la vida en el universo y sobre la vida en la Tierra, mucho les podría hablar del misterio que habita en sus corazones, porque la ignorancia humana no tiene fin y ustedes ni siquiera conocen sobre sí mismos.

Pero si no aprenden a mirar hacia adentro, si no aprenden a encontrar el verdadero propósito de sus vidas, de nada valdría revelarles el universo, los mundos intraterrenos, los misterios celestiales, porque permanecerían en la superficialidad humana.

Sin embargo, si están dispuestos a ir más allá, a transformar su condición humana, a dar el ejemplo de una nueva vida, a ser nuevos seres, a superarse a sí mismos poco a poco, día a día, entonces, hijos, lo Sagrado que desciende del universo y que se eleva de los mundos intraterrenos tocará sus consciencias para llevarlas aún más profundo, para que lo que no pueden resolver por sí mismos pueda ser tocado por la Gracia Divina.

Todo está disponible para los que no temen decir sí. Todo está disponible para los que darán el primer paso, basta dar el primer paso.

Cuando caminan en dirección a la verdad, la verdad también camina en dirección a ustedes.

Cuando caminan en dirección a la superación, la superación también camina en dirección a ustedes.

Cuando buscan la renovación del amor y, con su imperfección, aspiran a vivirla, esta renovación viene a su encuentro; porque esto es parte de una Ley, una Ley Divina que responde de inmediato al esfuerzo de los seres humanos.

Cuando se disponen a vivir aquello para lo que fueron diseñados a vivir, este mismo propósito que habita dentro de ustedes atrae del universo los rayos y las energías que les ayudarán a vivirlo. La esencia, que pulsa en sus corazones, atrae por sí misma la manifestación de su expresión, siempre y cuando se lo permitan.

Lo que Yo les traigo, hoy, es la comprensión de la Vida Mayor, esa que aprendí a vivir con Mi Hijo en Nazaret y con la Santa Esposa que Dios Me concedió.

Existen muchos misterios que quedaron guardados en el Corazón de la Sagrada Familia, y lo que hago en esta mañana es preparar sus corazones para que puedan adentrase en estos misterios.

Orar, hijos, es la gran puerta a la transformación, es la gran oportunidad de transformar lo imposible en posible. Por eso, cuando llegué aquí les pedí que oraran, pero no que no oraran solo por ustedes, que oraran por las almas, que oraran por este planeta, que sean capaces de tener una mirada más amplia, como la Mirada de Cristo que no contemplaba Su sufrimiento, sino la ignorancia humana que necesitaba ser transformada.

La oración de Cristo por Sí mismo, fue solo en algunas palabras: “Padre, aparta de Mi este Cáliz, pero que se cumpla Tu Voluntad, y no la Mía”.

Todo el resto del recorrido de Cristo con la Cruz fue una oración por el planeta, por el prójimo, por el universo, por todos aquellos que habían llegado al límite de su evolución y que, para que seguir existiendo, evolucionando y manifestando el don de la vida, necesitaban una nueva oportunidad.

Por eso, hoy los invito a que su oración por sí mismos sea también esta: “Padre, que se cumpla Tu Voluntad, y no la mía”.

Hoy, en el silencio de Mi Casto Corazón, entre una palabra y otra, los observo y conduzco sus almas hacia lo profundo del Corazón de la Sagrada Familia, para vivir esa experiencia de simplicidad, pero también de profundidad espiritual; para que, a partir de allí, de ese Corazón Trino, puedan dar sus pasos en este ciclo definitivo que comienza en la humanidad.

La Presencia de los Tres Sagrados Corazones no acontece por una casualidad, sino porque les estamos trayendo a ustedes, como a toda la humanidad, los impulsos que necesitan para transitar el fin del fin de los tiempos; para que, cuando el Tiempo Real del universo toque la Tierra, no estén en la superficialidad humana, sino en la profundidad de la verdad que se oculta en sus corazones.

Entonces, reflexionen sobre Mis Palabras y sobre lo que cada Sagrado Corazón les trajo. No solo mediten, sino también revivan cada impulso, para que estén presentes en sus vidas y así puedan conducirlas al cumplimiento de la Voluntad de Dios.

Esto es lo que tengo para decirles hoy.

Coloquen sus manos en señal de recepción y reciban de Mi Casto Corazón una virtud, para que puedan responder al Propósito Divino.

Coloquen esta Gracia en su mundo interior y envíenle a Dios una súplica por alguna situación que hoy les parezca imposible, imposible de ser revertida, de ser transformada. Qque su oración toque el Corazón de Dios y que el Corazón del Padre emita Su respuesta.

Yo los bendigo y les agradezco por perseverar en el camino de la transformación, por abrirse de corazón para ver lo que está oculto dentro de ustedes y sumergirse más allá de la condición humana.

Tienen Mi bendición para esto.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Hermana Lucía de Jesús:

A pedido de San José, vamos a cantar una música que Él dijo que es muy querida por los Mensajeros Divinos porque nos enseña a intercerder por este planeta y por todos los Reinos de la Naturaleza. Vamos a cantar: "Lluvias de Amor".