Viernes, 20 de diciembre de 2013

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN LA SAGRADA CASA HERMANO PÍO, CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, con gran alegría, les traigo la cura a todas las almas. Mi Inmaculado Corazón les promete acompañarlas en este camino de purificación. Dios les ha concedido la Gracia de consagrar esta Casa para su consuelo, porque ahora ya es el tiempo de vivir la purificación, la Gracia y el perdón.

Con alegría, en esta noche, los reúno dentro de Mi Corazón Inmaculado. Que esta lluvia resuene en sus corazones como una sagrada bendición, una limpieza profunda de sus almas y corazones para que, en el próximo año, nacidos en Cristo, puedan iniciar un camino de apostolado y de oración.

Hoy, Mi Inmaculado Corazón reúne a todos los poderes del Cielo y, ante las Presencias de Rafael y de Miguel, los Santos Padres Creadores, derrama Sus Rayos sobre ustedes.

Para concederles esta Gracia tan espiritual y especial, Yo he tenido que orar mucho por ustedes, como ustedes tuvieron que orar Conmigo por mucho tiempo. 

Quisiera consagrar cada una de las áreas a Mi Inmaculado Corazón. Por eso, en el próximo año, de forma especial, iremos preparando juntos el jardín en Mi Corazón, para que los sublimes Reinos del Cielo puedan expresarse sobre la Tierra a través de las flores y de los jardines, que representan al espíritu de sus almas, el verdadero origen al cual ustedes pertenecen, que está en el Reino del Señor.

Cuando Yo visite cada una de las áreas, entenderán, después de mucho tiempo, cuál es Mi verdadera intención para ustedes y para cada uno de los espacios que Yo iré preparando para el fin de los tiempos, porque cada área tendrá una tarea especial, al igual que los Centros Marianos.

Pero hoy, Mi Mensaje se centra, queridos hijos, en la importancia de la cura de sus corazones; porque a partir de ahí, queridos hijos, un nuevo ser puede despertar y animarse a vivir el Llamado de Dios.

Por eso, Yo Me manifiesto, en esta noche, como la Sagrada Señora de Figueira. En Mis Manos, Yo traigo los frutos para entregarles, que ustedes ya conocen hace mucho tiempo, frutos que deben alimentarlos para poder vivir el Llamado de Dios: el fruto de la Caridad, el fruto del Amor, el fruto de la Unidad y principalmente el fruto de la Fraternidad. 

Si ustedes viven todos estos frutos y, a través de sus oraciones, recogen estos dones de Mi Gran Árbol, podrán curar sus almas e iniciar un nuevo camino de forma verdadera y simple, como Yo siempre he intentado enseñarles desde el principio de Mi visita a este lugar.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

La mayor cura que les traigo a sus vidas es la cura de sus espíritus, la cura de sus corazones, que se manifiesta a través del Rayo de la Redención que le traigo al mundo desde los Cielos.

Hijos Míos, en esta hora, abran sus corazones para borrar aquellos registros de errores cometidos en el pasado, mucho más allá de esta vida; porque quiero construir, en este lugar, un templo de cura que vaya más allá del plano físico, que curará a la materia como consecuencia de la cura del espíritu. Y para eso, contaré con el auxilio de cada uno de Mis hijos, aquellos que trabajarán a través de la oración, de la donación de sí, del servicio abnegado; aquellos que trabajarán incansablemente, de día y de noche, para acompañar a sus hermanos. Así, hijos Míos, construiré aquí una escuela para la formación de sus almas, para el despertar del amor, de la fraternidad y de la caridad, como ya les he dicho.

Es de esta forma, Mis queridos, que como Señora de la Figueira consagro este lugar y a cada una de sus vidas para que se donen a Dios y aprendan, en este final de los tiempos, a convertir sus vidas permanentemente. Porque hoy les digo que la conversión de las almas debe ser diaria, permanente y constante, porque siempre brotará de lo profundo de sus seres algo que debe ser convertido.

Por eso, busquen aquí Mi Presencia y Mi auxilio siempre que se sientan enfermos de corazón, de cuerpo y de espíritu, y después que Me llamen, vendré a su encuentro en Espíritu, acompañada de Ángeles y Arcángeles, como lo hago ahora para irradiar sus almas y, a través de ustedes, a toda la humanidad.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Como el Arcángel Gabriel anunció el Nacimiento del Mesías, en este tiempo Yo anuncio el Retorno de Mi Hijo. Por eso, de forma extraordinaria, hoy estoy con ustedes para recordarles la Buena Nueva, el Llamado del Señor, la Venida del Santo Espíritu de Cristo, en auxilio de los que han caído y de los que se condenaron perpetuamente al fuego del infierno.

Vengo a liberar las esencias que han caído, esa es la promesa que Yo le hice a Dios. Por eso, necesito de todos Mis hijos para cumplir la gran promesa que hice ante el Trono del Padre: la salvación y el rescate de la humanidad.

En cada momento de oración y de comunión con Mi Hijo, sepan, queridos hijos, que Yo Me encuentro allí, en el silencio del corazón, acompañando a ese gran cenáculo de los nuevos apóstoles que se unen al Corazón de Cristo y que, en absoluta confianza, responden al Llamado de Dios.

En esta noche tan Misericordiosa, que esta sagrada lluvia los lave profundamente y salgan de aquí totalmente renovados a través de la Gracia de Mi Espíritu Maternal y del Amor profundo que Yo tengo por todos ustedes.

Quiero decirles que, hoy, Yo estoy aquí porque ustedes se comprometieron Conmigo a ayudarme en el fin de estos tiempos, a vivir la transición de este Apocalipsis, a ser sellados por Mi Inmaculado Corazón y por la Llama poderosa de Cristo, elemento sagrado que los preparará en espíritu para iniciar nuevas tareas que Yo le propongo a cada uno de Mis hijos. 

Por eso, cada uno de ustedes, hijos Míos, ofértense a Dios, Él está escuchando en esta noche su llamado. 

Eleven sus imágenes hacia lo alto y abran sus corazones para recibir, en este momento, Mi bendición maternal. 

No se imaginan, queridos hijos, la alegría que siente Mi Corazón por ser Madre de la Figueira.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Consagro estas imágenes para que sean el fiel ejemplo de la presencia de Mi Energía Virginal. 

Que, los Rayos de Cura, que provienen del Santo Árcangel Rafael, desciendan sobre sus esencias para que se curen profundamente y encuentren, en el nuevo camino, la paz del corazón, la alegría para sus almas, la reconciliación con Dios y la victoria de la redención en toda la humanidad. 

En esta noche de alegría, vivan la víspera del Nacimiento de Cristo con profundo amor y reverencia.

Mi Hijo está naciendo una vez más en el mundo, pero esta vez Él quiere nacer en el pesebre de su corazón. Así se prepararán, amados Míos, para recibir al Redentor por segunda vez.

Que la bendición del Cielo, la Misericordia y la Gracia de Dios permanezcan en sus corazones y en todas sus familias.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Escucharé, en esta noche, el cántico a la Señora de Figueira. Que canten los ángeles y que los corazones se alegren. El Redentor está llegando para establecer la Victoria del Padre y los Mil Años de Paz en los cuatro puntos de la Tierra.

¡Les agradezco!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

No Me he ido, queridos hijos, una Buena Madre siempre escucha a Sus hijos, sobre todo cuando cantan de corazón y de alma al Reino de Dios.

 

Canción: "Nuestra Señora de la Figueira".

 

El Cielo les agradece por esa sincera respuesta, porque en las cosas más simples se encuentra lo verdadero y lo puro, cuando en verdad el corazón se dona en los Brazos del Creador.

Quiero dejar una semilla de Luz en este lugar, en el corazón de los servidores que se dispondrán a servir a los que más sufren y a los que necesitarán de consuelo.

Queridos hijos, mientras sus corazones se movilizan, Yo podré hablarles para consagrarlos a Dios en esta nueva tarea que compartirán muy de cerca con San Pío. Él será su fiel Instructor, quien guiará sus pasos en el camino de la cura de las almas y de la alegría de los corazones.

La esencia principal de toda esta tarea es la alegría para los que sufren. Este es el mayor remedio para los corazones que necesitan paz y liberación.

Coloquen sus manos hacia lo alto para realizar una oferta a Mi Corazón Inmaculado. Cada uno sabe lo que puede darme, para Dios todo tiene un gran valor. El gran misterio del Amor se encuentra en la entrega absoluta al Padre. Hagan su oferta, Yo la recibiré en Mi Corazón Materno.

Y, para despedirnos de esta unión, entre el Cielo y la Tierra, cantemos.

Lleven ahora sus manos hacia el corazón, y crean que en Dios todo es posible.

Los bendigo y los amo.

¡Gracias por responder a Mi llamado!

 

Canción: “Ave Luminosa”.