Lunes, 13 de mayo de 2013

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN BARILOCHE, ARGENTINA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Oraciones:

Ave María (tres veces).

Oración al Ángel de la Paz (cinco veces).


Santísima Trinidad, 
Padre, Hijo y Espíritu Santo, 
os adoro profundamente 
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo, 
presente en todos los Sagrarios de la Tierra; 
 en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido; 
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón 
y del Inmaculado Corazón de María, 
 os pido la conversión de los pobres pecadores. 

Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos:

Como la Señora del Santo Rosario, una vez más, los invito a la oración. 

Hoy, vengo a revelarles la Faz de la Señora del Santo Rosario, aquella Señora que ora perpetuamente por el mundo y por la humanidad. 

Hoy, desde el Jardín Celestial, les traigo las flores que se han dado a todos ustedes, como una señal visible de Mi Amor por todos ustedes. 

Este presente, que Yo les traigo de Mi Corazón, lo derramo sobre todos ustedes y sobre todas las almas. Y, así, hoy les revelo, queridos hijos, el símbolo de la Rosa Mística, la Pureza Original que aspiro a que cada uno de ustedes pueda alcanzar en este tiempo. 

El Señor hoy los reúne también por un momento importante. Mi Corazón llegó a Fátima hace tanto tiempo que hoy la une con un lazo de amor a América. Comprendan en este sentido, queridos hijos, Mi misterio de Amor: que todos los pueblos puedan estar en fraternidad. 

El Señor necesita que se unan todos los días para que aquellas guerras que aún acontecen en el mundo entre los hombres, en el pensamiento y en el corazón de todos Mis hijos, puedan terminar. Por eso, necesito de su oración, valoren lo que ustedes llevan entre sus manos, el precioso rosario, por la paz, por el bien y por el amor del mundo. 

Nuevamente, Me anuncio a ustedes como la Señora del Rosario para que puedan encontrar Mi puerta hacia la paz. Los llamo, día a día, sin cansancio y sin demora porque saben, queridos hijos, que necesito de ustedes.
 
La Señora Vestida de Sol viene al mundo a anunciar un nuevo tiempo; por eso, vean los signos en las Palabras que Yo les dicto, así podrán estar guiados, momento a momento. 

Quiero ver, en este tiempo, corazones fortalecidos por la oración, corazones que puedan llamar a otros corazones a la oración; así, se podrá construir el nuevo mundo por la paz. 

Queridos hijos, que sus corazones ya no se perturben más, que entren al Reino de Mi Amor y de Mi Paz porque Yo los espero. Sepan, queridos hijos, que estoy guiando sus pasos. Para que eso suceda, deben permitirlo. Así, también se podrá aproximar Mi Hijo a sus vidas, porque lo que más quiero en este tiempo es que puedan estar en el Corazón de Mi Hijo eternamente. 

Los busco todo el tiempo, queridos hijos, sobre todo cuando se apartan de la oración. Es necesario perseverar en la fe, los tiempos ya son críticos y el Señor quiere de todos, almas buenas, almas que puedan construir la Nueva Humanidad. 

El Rosario será el puente para alcanzar esa promesa. Así, las Gracias llegarán al mundo para todos ustedes. 

Por eso, entiendan, queridos hijos, que el tiempo en que ustedes viven es un tiempo diferente, cambios profundos en las consciencias y acciones que son contrarias al Plan de Dios. Por eso, corrijan sus vidas a través de la oración, así Mi Corazón los podrá conducir por caminos seguros.
 
Queridos hijos, estamos en tiempos de Misericordia. Entren a ese océano de Amor mediante la oración del corazón y, cuando alcancen ese estado de oración, podrán tener renovados grupos de oración que sean columnas de Mi Corazón Materno. 

Queridos hijos, la Misericordia los lleva a la liberación, a la transfiguración de sus vidas por entero; y así, podrán percibir, hijos Míos, en el silencio, en el ayuno y en la oración, las señales del Cielo.
 
Muchas almas deben despertar a través de ustedes. Sean ejemplo vivo de humildad para todos, repartan caridad para todas las almas, ámense los unos a los otros; porque Mi Hijo vendrá al mundo para ver si han aprendido y para que puedan crecer desde el corazón. 

En Mis Manos, llevo las rosas de Luz para elevarlas al Señor, estas son las oraciones de todos Mis hijos, permeadas por Mi oración eterna. Es un presente de gloria para el Señor por la Gracia que Él Me concedió, de venir al mundo como la Señora de la Oración, la Señora de la Eterna Fe, la Señora del Santo Rosario. 

Contemplen, con el corazón, cada cuenta que pasan con sus manos. Que las oraciones no solo sean palabras sino flores de amor, fuentes inagotables que brotan a partir de sus corazones, porque así sus corazones estarán unidos a Dios. 

Este llamado, que difundo en este tiempo en Medjugorje y aquí en América, es para despertar a tiempo a Mis hijos. Si sus corazones no se unen en grupos de oración, ¿cómo soportarán las corrientes celestiales? 

Es tiempo de madurar la consciencia a través del perdón y la reconciliación. Cuando sus corazones estén en conflicto, eleven esa sensación a Mi Corazón Inmaculado. Espero que puedan cerrar sus heridas a través de un gesto de redención.

 Aspiro a que puedan alcanzar Mi Luz, queridos hijos. 

Los tiempos cambian día a día, los continentes también cambian rápidamente y así, podría decirles que también cambian los Reinos, ¿quién socorrerá a cada uno de ellos? Ellos forman parte de la preciosa Creación del Señor que también debe ser contemplada en la oración. 

Ahora entienden, queridos hijos, que Mi llamado a América es para la reconstrucción del mundo, a través del ejemplo de la paz y la fraternidad. Así, Dios Me permitió en estos tiempos, como la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, traer un Mensaje ecuménico al mundo. 

Necesito de los corazones que nunca Me han conocido. Necesito de todos aquellos hijos que siguen otras huellas, que deben ser guiados en este tiempo hacia el camino del Señor, el camino de Jesucristo. 

Ahora, entienden, queridos hijos, cómo es importante irradiar la paz. Muchos corazones sufren por la falta de paz, porque tampoco la buscan verdaderamente. 

Por eso, hoy les revelo la señal del Santo Rosario, porque en esa oración tan simple y poderosa se encuentran las llaves del Paraíso, para su conversión y redención. 

Aquel que honre el Santo Rosario de Mi Corazón será contemplado por Mi Faz en la última hora de su vida y no permitiré que ingrese al Juicio Final, sino al Paraíso Eterno, porque seré su Mediadora Madre, la Flor que les dará el aroma para que alcancen la Luz.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Quiero que comprendan, en este día, que la conmemoración de Mis Apariciones en Fátima tiene un motivo espiritual.
 
Cada año de Mis Apariciones, en el que Mis pequeños hijos recuerdan Mi Presencia en el mundo, Yo traigo hasta este mundo, una vez más, cada intención que Mi Corazón tuvo; cada pedido de Dios en aquel tiempo para que, como Mis pequeños hijos de Fátima, hoy sus corazones puedan dar un ejemplo de devoción y alcanzar la paz a través de la pureza. 

Cuando Mi Corazón llega al mundo, hijos Míos, trayendo entre Mis Manos un rosario, abriendo los Cielos para que conozcan Mi Reino, todo el universo contempla Mi Presencia, todos los ángeles de Mi Reino se detienen para acompañar Mis pasos, para salvar a las almas que se vuelven a Mi Corazón en ese momento.
 
Hoy, solo les pido que sigan este ejemplo de amor, de simplicidad que Mis pequeños pastores de Fátima pudieron alcanzar. 

Hoy, siembro en sus corazones la pureza original para que así puedan tener un impulso para seguir adelante, para seguir a Mi Corazón en esta misión de salvación de almas, preparando el camino para la llegada de Mi Hijo. 

Quiero, en este tiempo, hijos Míos, preparar a los soldados de la Misericordia que estarán aguardando la llegada gloriosa de Mi Hijo en Su Faz repleta del Espíritu de Dios. A través de la oración y de la confesión del corazón, poco a poco, podrán permitir que esta pureza crezca en el interior de sus seres. 

Jamás se olviden, hijos Míos, de estar orando incansablemente, de elevar las voces de sus corazones al Creador, de colocar cada una de sus intenciones a Mis Pies y a los Pies del Señor, porque de esta forma podré auxiliarlos. 

Pero, si no oran, si no Me buscan, ¿cómo podre guiarlos?, ¿cómo podré conducirlos a Mi Reino? En este tiempo, todo lo que espero es encontrar seres orantes, misericordiosos, que reconozcan la importancia de la oración, la grandeza del instrumento que tienen entre sus manos.
 
Como Señora del Rosario, deposito en ustedes este símbolo, este símbolo de paz, de conversión, de eterno amor a Dios, porque, a través del amor de sus corazones, muchas almas que hoy se encuentran en la oscuridad podrán encontrar Mi Reino; podrán encontrar esta Luz que, generada por la oración del corazón, les mostrará el camino que sigue rumbo a Mi Corazón. 

¿Comprenden, hijos Míos, la importancia de ser un ser orante, de reunirse a orar con amor y verdaderamente; de orar, renovándose en cada cuenta, uniéndose a Mi Corazón?

Cada vez que se reúnen a orar, Mi Corazón contempla el mundo, contempla la sinceridad de sus almas y transforma cada una de sus oraciones en pétalos de rosas para el Señor; porque, de esta forma, Dios Me permitirá estar un tiempo más junto a Mis hijos y estar un tiempo más junto a las almas que no Me escuchan, que ya no están en esta Tierra, pero que no consiguen llegar a Mi Reino. 

Por eso, oren, oren con amor y verdaderamente. Jamás se olviden de confesarse con Mi Hijo, de lavar sus corazones en Su Fuente de Misericordia, renovándose a través del Perdón de Dios.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Y así, Mis Palabras traspasan sus corazones y almas, para que puedan sentir que Yo Soy la misma de Nazaret y la Madre de la Nueva Era, la Santa Madre Universal que reúne en Sus barcas de Luz a todos los hijos del mundo. 

Vengo a bendecirlos en esta noche también, queridos hijos, para que en el próximo encuentro Conmigo aquí, en Argentina, pueda recibir en ese tiempo a muchos de Mis hijos que también querrán despertar a Mi llamado. Yo los esperaré en ese encuentro con alegría, y esperaré ver florecido más frutos, los frutos que hoy deposito en sus corazones, los frutos que son dados por el Amor de Mi Hijo. 

Abran sus corazones y que sus almas se expandan para recibir en esta bendición la Luz rosa de Mi Corazón, la Luz rosa de Mi Amor Eterno.


Oración: Ave María (en croata).


Madre María Shimani de Montserrat:

Vamos a cantar: “El Vuelo del Espíritu Santo”.

La Madre pide que el grupo de Bariloche, que organizó el encuentro, suba al palco.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Que el Espíritu de Mi Paz los reúna eternamente como almas, para que siempre nos encontremos en la oración y en la contemplación. 

Por todo lo que han hecho, queridos hijos, por los esfuerzos y la dedicación a Mi llamado, les agradezco eternamente. 

Que el Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo reverbere en sus corazones para siempre. 

Vivan por la Señal Luminosa de la Cruz de Mi Hijo, aspiren a la redención. 

¡Los amo y les agradezco!


Madre María Shimani de Montserrat:

Bien, vamos a compartir algunas cosas que Nuestra Señora nos pidió.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Como Ella hoy nos dijo, vino como la Señora del Santísimo Rosario y, en verdad, no podríamos explicar la hermosura de esa Presencia, por Su Luz, que realmente la envolvía por completo. Y, como también nos dijo, trajo rosas del Cielo en Sus Manos y nos las ofertó.

Cuando Ella comenzó a hablar durante la Aparición, también hacía una tarea interna con nosotros, con los que estamos presentes y con los que no están aquí. 

Esa Luz de las rosas fue llegando a nuestra alma y una sensación de calor, como un fuego, comenzó a entrar en nuestro ser, mientras Ella expresaba Sus Palabras. 

Vino con un ejército de Querubines, los ángeles pequeñitos, que son los más poderosos, y que acompañaron esta tarea que Ella realizó. 

Tenía la Corona de doce estrellas y el rosario entre Sus Manos. Y, por algunos momentos, estábamos aquí y estábamos en Fátima, en un espacio de Fátima, un espacio que no era físico, muy parecido al Paraíso y que Ella nos hizo conocer. 

Durante la transmisión de Sus Palabras, sentíamos que, a través de ellas, trabajaba con nosotros y, silenciosamente, con muchos cuidados, Ella curaba nuestro corazón. Se colocaban en evidencia nuestras heridas, que contemplaba con mucha compasión.

Cada vez más, Ella aproximaba Sus rosas hacia nuestros corazones para aliviar nuestro dolor, un dolor que Ella conocía integralmente y que era diferente en cada uno de nosotros. Y sentíamos que ese dolor, que Ella curaba, era el dolor de toda la humanidad, un dolor muy antiguo que Ella estaba comenzando a tratar, a curar lentamente. 

Sentimos ante esa situación, que Nuestra Señora recién comenzaba a hacer esa tarea, después de tantas Apariciones a lo largo del tiempo, a lo largo de los siglos. 

Ella nos dijo que recién comenzaba a tocar el corazón de la humanidad. Por eso, Su obra, Su tarea era bien profunda y llevaba mucho tiempo, un tiempo diferente al que nosotros vivimos, que Ella llama tiempo celestial, tiempo divino.
 
Cuando llamó al grupo de Bariloche, antes de que Ella los nombrara, dijo: 

“Queridos hijos, estoy verdaderamente muy agradecida, estoy comenzando a llegar al corazón de los argentinos, por este motivo hoy bendigo estas rosas que están aquí para los hermanos del grupo de aquí, de Bariloche”.

Y, después de esas Palabras, cuando el grupo se encontraba aquí, Ella mostraba cómo éramos una sola esencia, que no había ninguna diferencia entre nosotros, era algo verdaderamente profundo que se sentía, que no se podría describir con palabras, era como una luz que Ella mostraba dentro de nuestro ser y, en Su Presencia, nos mostraba cómo todos nosotros comulgábamos de Su Espíritu Maternal.

Al final, como una Gracia especial, nos dijo la fecha de Su Aparición en Mendoza. También nos dijo, cuando ya se despedía:

“Queridos hijos, dos lugares quiero visitar, porque dos lugares tendré que unir: San Rafael, el día 12, día de Vigilia de Oración Conmigo, y la capital de Mendoza el día 13”.

Y bajo la señal de una Luz, desapareció.


Madre María Shimani de Montserrat:

Va a ser en octubre.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Perdón, me olvidé del mes, son muchas fechas.


Hermana Lucía de Jesús: 

Mientras el Fray hablaba, fuimos percibiendo cómo los dos percibíamos lo mismo. 

Algo que María nos pidió que agregáramos, que sería importante, es que, en el momento en el que estábamos orando en portugués, aparecieron los tres pastorcitos de Fátima como niños, en el portal que, detrás de Ella, mostraba el Reino de Fátima, como así lo llamó. Y ellos se arrodillaron frente a Ella y oraron con nosotros, inclusive en español. 

Después, cuando Ella nos dijo que unía a Fátima con este lugar, en esta Aparición, decía que no era casualidad que el 13 de mayo estuviera en Bariloche. 

Ella nos mostró el Reino de Fátima con muchos lagos, montañas y nos preguntó: “¿Vieron cómo Mi Reino es semejante a esta ciudad?”. 

Y Ella nos explicó que, en el momento en el que bendecía al grupo de Bariloche, la Luz que salía de Su Corazón impregnaba a todo el grupo y simbolizaba una bendición para todos los habitantes de esta ciudad, que esta bendición que hacía al grupo de Bariloche se extendía a todos ellos. 

Y cuando Ella nos pidió entregar las rosas, nos dijo que cuando hace ese pedido es un símbolo de Su oración unida a la nuestra, que se manifiesta como una rosa y que cada uno del grupo debería guardar ese símbolo.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Solo queríamos agregar algo en el relato de la Hermana Lucía que recordé, durante un momento de la Aparición, en el que también apareció Sor Lucía, la vidente de Fátima, junto a su prima Jacinta, orando con María.


Madre María Shimani de Montserrat:

Bueno, yo no me puedo quedar atrás, algo voy a tener que decir.

A mí me toca percibir algunas cosas más sutiles, por lo general. 

Y hoy, como nunca, creo que, en todo el tiempo de las Apariciones, la Presencia de la Madre fue tan fuerte y tan contundente que pensamos que no íbamos a poder permanecer parados en el palco. Sentimos una sensación física que nunca habíamos tenido en las Apariciones. 

Nosotros a veces le decimos algunas cosas a la Madre, un poco íntimamente. Y hoy, le dijimos: "Madre, si hoy quieres que permanezcamos parados aquí, por favor haz alguna cosa, porque tememos que no vamos a poder mantenernos en pie". 

Nosotros tenemos cierta facilidad para sustentar un determinado voltaje de energía, pero hemos podido percibir que en cada Aparición ese voltaje aumenta muchísimo y lo más extraordinario es que todos recibimos esa energía de nuestra Madre. 

Cada vez que Su Luz impregna nuestros seres, muchas cosas se modifican en ellos, que vamos a poder percibir con claridad en el futuro porque vamos a ir cambiando, Aparición tras Aparición, casi sin darnos cuenta.

Por eso, siempre nos invita a peregrinar con Ella para que podamos recibir Su Luz y Su Amor.