Domingo, 11 de septiembre de 2011

Apariciones extraordinarias
TERCERA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LAS 20:00, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En este tercer día de apariciones, el grupo se reunió nuevamente a la hora 19.00 para comenzar el trabajo de oración.

El cielo amenazaba tormenta, y caían chubascos intermitentes. Ante la incertidumbre de cómo se llevaría adelante el trabajo, Madre Shimani dirigió unas palabras a todos los presentes:

 

Madre Shimani: Recuerden qué preciosa experiencia vivimos ayer por estar unidos. Ésta agua que desciende desde los cielos, va a probar nuestra fe y nos va a purificar. Asique si comenzara a caer agua bendita del cielo, todos nos vamos a mantener firmes, orando para colaborar con María en ésta tarea de activar mónadas y rescatar almas. 

Vamos a dar gracias por que hace calor, y nos vamos a refrescar y a mantenernos con alegría orando y acompañando este momento único para todos nosotros.

 

Luego, comenzó el trabajo de oración. Después de un largo tiempo y cerca del horario marcado para la aparición, Madre Shimani entonó el cántico “Ave María”, anunciando la llegada de la aproximación de la Madre Divina.

Fray Elías se colocó de pie y contempló, en el árbol de las apariciones, a la Madre Divina. Todos los demás se mantuvieron en oración.

En determinado momento se pidió silencio, y Fray Elías dijo:

 

Fray Elías: Hoy la Madre Divina está vestida de blanco y está más nítida que en la Aparición del día de ayer. Mientras oramos mostró varios símbolos que pidió que les transmitiéramos.

Lo primero que dijo cuando llegó es que está feliz, porque todos los presentes han contestado al eco de Su Voz.

Anunció también, que mañana aparecerá a la 12.00, como también lo hará en este mismo horario, a las 20.00. Dijo que esto se debe a que tiene que transmitir muchos mensajes en pocos días. Al mediodía será una procesión de cánticos y de gloria, y la procesión de velas será solamente de noche. 

La Madre Divina dice:

 

¡Cuenta, cuenta que Mi Corazón está resplandeciente en estos corazones que buscan la humildad!

Yo soy la Divina Concepción de la Trinidad, hoy la Reina de la Paz.

¡Bienvenidos a Mi Reino!

 

Fray Elías: En el comienzo, aparecieron dos Jerarquías Angélicas que provenían del Arcángel Gabriel. Descendieron hasta la copa del árbol y abrieron un gran libro antiguo donde aparecía el número ocho. Ellos decían: “Ocho de Juan, Ocho de Juan”.

Después apareció otro ser, al costado del árbol, un ser de mucha luz que dijo: “Yo Soy Moisés”, estuvo un tiempo con nosotros y luego desapareció.

Entonces, a cada lado del árbol aparecieron Abraham y Salomón, y nos decían: “¡Estas son las tribus, estas son las tribus!”.

En otro momento, se abrió el cielo en las alturas y apareció Cristo Jesús saludándonos. Estuvo unos minutos con nosotros y luego Su imagen desapareció.

Cuando la Madre apareció, tenía en Su mano una espada y con Su pie pisaba una pequeña serpiente que estaba viva y se movía. Ella colocó la punta de Su espada sobre la cabeza de la serpiente y dijo:

 

¡La hora está llegando, la hora de la Redención!

 

Cuando Ella terminó de decir estas palabras, apareció la escena de una batalla entre los ángeles de la luz y los ángeles del mal.

Luego desapareció la serpiente y aparecieron las rosas en Sus pies.

Ella comenzó a orar y pidió que Fray Artur y yo la acompañáramos. La oración decía así:


Espíritu Santo,
Misericordia para las mónadas que están dormidas.
 

 

Íbamos en la cuentas número 77 cuando dijo: “Última vez”. A cada oración Ella se encendía más en luz y resplandecía.

La Madre Divina dice:

 

Ahora soy Yo quien hablará, hijo.

Hoy, les traigo aquí la historia de las tribus de Israel, la cual deben recordar porque Yo pertenecí a una de ellas, como la Madre del Redentor.

Deben recuperar la pureza original, la cual nació una vez y hoy está perdida. Por eso vengo como el Ave de la Paz, para que encuentren la luz en sus corazones y se animen a llegar a Mí.

Hoy vengo a pedirles que aquí, dentro de este círculo, planten flores serranas de esta región, para que Mis ángeles las cuiden y ustedes las protejan. Ellas brotarán a su debido tiempo y serán el símbolo de Mi presencia eterna junto a sus oraciones.

Gracias por responder a Mi llamado, al llamado de orar Conmigo.

Hoy les entrego Mi orandio de la Paz.

 

Fray Elías: Ella está ofreciendo un orandio que está entre Sus manos. La Madre Divina está emanando un intenso aroma a rosas.

Nos está pidiendo que oremos una oración que transmitió durante Sus apariciones en Uruguay, para que aprendamos a glorificar Su Presencia aunque no la veamos. Ella dice:

 

Pero ahora vamos a orar para que me sientan.

 

Fray Elías: La oración es la siguiente:


Bendita Tú eres,
entre todas las criaturas
porque fuiste concebida
por una Gracia Mayor.

 

Todos oran por siete veces la oración.

 

Fray Elías: La Madre Divina dice:

 

Por la Luz Divina que desciende desde el Padre, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

 

Fray Elías: Ella fue colocando sobre cada uno, una corona de rosas y caminó por encima de nuestras cabezas bendiciéndonos.

La Madre Divina dice:

 

Yo Soy la misma de ayer y de hoy. Vengo a pedirles que oren por Oriente y por Occidente, por todos los seres que viven en el frío interior y que no se dejan encender por Mi Corazón. Por eso ahora estamos orando juntos, para que Mi Padre escuche esta plegaria.

 

Fray Elías: Ella está pidiendo, a todas las personas que están aquí, a la izquierda del árbol, que se aproximen con mucha armonía, que se acerquen más.

Ella quiere hacer un pedido a todos los que están presentes. Ella quiere que se funde aquí, unido a Ella, una oración perpetua hasta el día 22 de diciembre de 2012.

Dice que el día 8 de agosto de 2012, Ella dirá por qué ha hecho este pedido. Ella dijo:

 

Quien confía en lo inmaterial, descubre lo desconocido; descubre Mi Luz y está en Mí.

 

Fray Elías: Giró hacia el costado para observarnos y nuevamente nos está ofreciendo Su orandio de la Paz, para que encontremos la luz en el camino.

La Madre Divina dice:

 

No se inquieten por lo que sucederá y oren. Es urgente Mi llamado por la Paz y por la protección.

Si sienten alguna vez los corazones tristes, elévense hacia Mí y encontrarán sublime descanso, el cual es desconocido para ustedes porque no es de este mundo, viene desde los Cielos.

Yo Soy la misma Madre de Fátima y de Medjugorje, la misma Señora Aparecida, soy la Gran Señora de los Cielos, la Madre de los ángeles y de todos Mis hijos, los que Dios me ha encomendado para el fin de este tiempo.

Por eso he aparecido en Lourdes, Fátima, Medjugorje y Guadalupe, y ahora estoy aquí en dos lugares a la vez. Esa es la verdadera omnipresencia que deben vivir dentro de un mundo de caos y de dolor. Sepan todos los que se aferran a Mi manto de protección, que Yo estoy con ustedes aliviando sus caminos.

Cuando las luces internas se apaguen y cuando los Centros de Luz se recojan, será hora de que lo aprendido se manifieste, será hora de que se unan a Mí con confianza para saber qué hacer a cada momento.

Estoy aquí sobre este árbol, posando Mis pies, que son los Pies de Dios, los que han caminado por el mundo, desde hace siglos, trayendo la Paz. El Señor me ha encomendado aparecer a ustedes por una gran confianza, una confianza que desconocen.

Otra es la Ley que está sobre Mí y hoy sobre ustedes, la cual nunca deben olvidar y siempre recordar en los momentos de oscuridad. Recuérdenme como la Paloma de la Paz, la Guardiana del Gran Espíritu, la que llama a las almas sin descanso.

 

Fray Elías: Ahora, Ella manifiesta en Su mano izquierda, desde Su Corazón, una pequeña rosa de un color rosado transparente. Esa rosa emana una esencia de aroma y de energía.

La Madre Divina dice:

 

¿Por qué aparezco sobre los árboles?

Porque ellos representan la sabiduría de Dios, y a pesar de lo que acontezca aquí abajo, ellos se elevan porque confían en lo Alto.

Este, es un árbol sin fruto, no es lo mismo que el naranjal, el cual quita la sed; este irradia sabiduría, paz, quietud; irradia otra ley diferente a la del árbol en Fátima, diferente a la ley que se irradia en Lourdes o en Medjugorje.

¿Nunca se han preguntado por qué desciendo sobre las altas cumbres?

Para retornar a Dios, recuerden a los patriarcas.

No justifiquen sus pensamientos, entréguenlos a Mí para que Yo los purifique y para que encuentren en lo invisible el nuevo sendero, el camino del corazón.

Muchas almas están caídas porque la oración es débil y no se fortalecen. Por eso les pido que oren junto Conmigo, como a los pastores en Fátima, los cuales con su pureza original, detuvieron las grandes guerras por confiar en Mi llamado que también era inmaterial.

Solamente les estoy pidiendo que cumplan, la libertad de hacerlo está en cada corazón. Yo soy la Madre que aguarda en el silencio, que escucha y resguarda a todos.

Esta Nación debe redimir el gran mal sobre los Reinos (Reino Mineral, Reino Vegetal y Reino Animal), por eso Dios me ha encomendado a que oren antes del tiempo final.

Saben que la Justicia Divina, no es rígida, es Ley; es la Ley de los antiguos pueblos de Israel. Todos han pasado por el mismo yugo. La Ley es Amor, y el Amor es Ley. Todo duele en la materia, en el corazón, en la consciencia. Sólo sigan a la Ley y seguirán el amor, y verán nacer la Luz entre las tinieblas.

Yo estoy aquí como Vuestra Madre, para que sepan que les abro el camino sin dolor, porque Dios los ama y les confía Mi Voz. Este es el gran milagro de los tiempos: que Yo me aparezca en dos lugares a la vez.

Es el tiempo del cierre de un ciclo.

No coloquen sus corazones en lo que sucederá, sino coloquenlo en las oraciones. Las oraciones son mantras y los mantras son oraciones. Ahora, deben expresar el Verbo Divino, el cual desciende de Mí, desde el principio, Yo como María, la Madre de Jesús. Así nació Mi devoción, en la confianza a la Plenitud de Dios, al responder a Su Llamado cuando los Arcángeles me visitaban.

Vengan aquí Mis hijos, los que vinieron del Centro de Redención de Aurora.

 

Fray Elías: Los residentes de Casa Redención que están aquí, ¿pueden acercarse, por favor?

 

En ese momento, todos los residentes de Casa Redención que estaba en Figueira se acercaron al árbol, excepto una hermana.

 

Fray Elías: La Madre dijo que falta una de sus hijas, que sabe que a ella le cuesta creer porque no la ve, pero que Ella está trabajando en su corazón y que está a tiempo de escuchar Su Voz. La Madre Divina le dice:

 

No soy Yo quien te llama, sino que es algo que está sobre Mí. Confía.

 

Después de este llamado, esta hija se aproxima del árbol. Entonces Fray Elías se dirigió a este grupo diciendo:

 

Fray Elías: Vamos a repetir junto con Ella la siguiente oración:


Espíritu Santo,
Misericordia para las mónadas que están dormidas.

 

Se reitera diez veces la oración.

 

Fray Elías: Agregó otra parte a la oración:


Espíritu Santo,
Misericordia para las mónadas que están dormidas
y Luz para las almas que caminan.

Amén.

 

Todo el grupo repite siete veces la oración completa.

 

Fray Elías: Ella pregunta si sintieron la oración que estaban haciendo. (Silencio, nadie responde). Ella pregunta “¿sí o no?”.

 

El grupo dice “Sí” de forma audible.

 

Fray Elías: La Madre Divina está sonriendo, y dice que esta oración nos va ayudar a trabajar con la energía de la Divina Trinidad para el fin de este tiempo. Dice que no es una oración religiosa, sino que, como fue dicho: es una re-ligación con Dios. Dice que, cuando oramos, se dice mucho en pocas palabras; que los Cielos escuchan y que Ella también.

A los residentes de Casa Redención la Madre Divina les dice:

 

He venido para decirles, Mis queridos, que deben estar de nuevo en noviembre en Mi segunda casa para recibirme y para llevar Mi Voz a través de los cánticos que serán ofrecidos al Padre durante ese período.

Cada uno recibió lo que tenía que recibir, y ahora es hora de caminar en confianza a Mí por esta nueva senda que es desconocida. Yo estoy aquí, extendiéndoles Mi mano a cada uno de ustedes.

Yo Soy la Madre de la Paz y quiero brotar en sus corazones. Antes del fin del tiempo deben retornar a Él, que está en lo Alto, a través de Mi oferta.

 

Fray Elías: Ahora, la Madre Divina se dirige a todos los presentes:

 

A todos les pido que no se olviden de la simplicidad de las músicas que se manifiestan aquí en la Tierra, que resuenan en los Cielos; y que en la antigüedad, el único instrumento era la voz.

 

Fray Elías: Vamos a orar todos juntos y por una vez, la “Oración a la Madre Universal”, activando la fe del corazón, así dijo, ¡la fe del corazón!.

 

Todo el grupo ora.

 

Fray Elías: La Madre Divina dice:

 

Dentro de los lugares oscuros, Yo estoy presente, porque los amo.

 

Fray Elías: Dijo que mañana al mediodía estará más glorificada, para todos aquellos que se abran aún más para sentirla. Dice:

 

Mi hora ha llegado para retornar al Reino.

Sigamos en oración.

Estoy contigo, no temas.

Yo Soy la Divina Concepción de la Trinidad, la concebida por una Gracia Mayor.

Vean en sus corazones Mi espíritu.

Gloria en las alturas y amor para las criaturas.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías: Ahora se está elevando y desapareciendo lentamente. Podemos apagar las velas.

 

Madre Shimani: Ella nos pidió que volviéramos a cantar lo que cantamos siempre, para despedirla.

 

Todo el grupo entona el cántico “La Mujer que nos guía”.