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Mis queridos hijos:
Como Madre Naturaleza y Madre de la Vida, hoy desciendo con la Luz de Dios sobre esta sagrada sierra para volver a encontrarme con Mis hijos de esta humanidad.
Vengo en este día a auxiliar y a socorrer a todos los hijos Míos que en este tiempo sufren y padecen sus purificaciones y pruebas, enfrentando de la noche a la mañana situaciones inesperadas que cambian el destino de la vida de muchas personas.
Pero quisiera decirles, Mis hijos, que eso no significa que Dios esté lejos del sufrimiento o de la enfermedad. Él está más cerca de lo que parece y sufre junto con todos los enfermos y necesitados a través de Su Hijo, Jesucristo, que también sufre junto con los Hijos del Padre.
Este es el tiempo de tener que aceptar, pero también es el tiempo de tener que reconocer los aprendizajes de la vida, teniendo presente que cada momento es una sagrada oportunidad de crecimiento interior para todos.
Cada alma, en este ciclo final, vivirá lo que más necesita aprender, a fin de que en cada hijo Mío nazca y emerja el amor crístico, que le permitirá comprender la vida en su esencia profunda.
Como Sagrados Corazones, antes de Nuestro recogimiento, vemos cómo la humanidad no está preparada para el fin del tiempo. Por eso, la Jerarquía Espiritual dedica cada momento y cada encuentro para auxiliar en todas las situaciones posibles.
Que, en este momento tan turbulento y hostil del planeta, ustedes aprendan a perpetuar la luz de la oración y no pierdan la oportunidad de orar, de pedir Mis Gracias y de interceder por todas las causas, por todas las situaciones y por todos sus hermanos; porque en este tiempo solo bastará orar, pero orar de corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de todos los enfermos de cuerpo y de espíritu
Hijo:
Guarda la Luz de Dios en tu corazón. Allí, ella reposará y trabajará silenciosamente hasta cumplir su propósito interior.
Guarda la Luz de Dios en tu corazón, para que ella alcance la meta dentro de ti. Esa Luz desciende para bendecirte y para renovarte.
La Luz de Dios es neutra pero muy compasiva. Su presencia regenera la vida y despierta el amor en el corazón humano.
Esa Luz, que proviene de Su Fuente, es una potentísima Gracia que llega para renovar la vida del alma orante.
La Luz de Dios llega para redimir tus células a través de la elevación interior de tu ser. Así, abrirás espacio para que esa poderosa Luz actúe y obre conforme con el propósito que ella tiene.
Deja que la Luz de Dios transforme tu ser y aquellos espacios dentro de ti a donde aún ninguna luz llegó.
Confía en el poder de la Luz de Dios y todo se convertirá.
Ella atrae las almas hacia la Fuente Divina.
Ella comulga con el corazón que vive el camino de la oración.
Es la Luz que ilumina el camino de los pies peregrinos.
Es la Luz que revela la verdad interior.
Es la Luz de Dios que despierta a la consciencia y la conduce al discernimiento.
La Luz de Dios interviene en momentos culminantes y en situaciones difíciles.
La Luz de Dios nunca se reduce o desaparece de este espacio-tiempo.
La Luz es omnipresente y su omnipresencia le permite ayudar a muchas almas que necesitan imperiosamente esa humilde Luz del Creador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Así como la Luz de Dios extirpa el dolor y el sufrimiento del pasado de las naciones del mundo, así Mi Inmaculado Corazón evita que el desastre y el caos se instalen en la humanidad.
Por esa razón vengo al mundo y desciendo del Cielo como portavoz y Mensajera de Dios para llamar a Sus hijos al momento del despertar de la consciencia y a la importancia del momento de proteger y de cuidar al planeta.
Queridos hijos, hoy su Madre Celeste acompaña con amor y devoción la tarea de Su Hijo para que los frutos de la conversión y de la cura espiritual se establezcan, en aquellos espacios de la humanidad, en donde estuvo ausente la paz, el bien y la caridad.
Por medio de la insondable Misericordia Divina, Dios concede al mundo un tiempo de arrepentimiento y de penitencia a fin de que el cambio de la consciencia sea verdadero y no pasajero. Que este cambio remueva de su lugar a las naciones para que el bienestar, que ciertas naciones viven, sea compartido equitativamente con las naciones que son explotadas y sometidas por el sistema mundial creado por el hombre.
Por eso, hijos, su Madre Celeste llega a los lugares en donde ese despertar permitirá el cambio en toda la humanidad. Así la indiferencia será disuelta de la consciencia humana y todos podrán vivir la fraternidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Y ahora, Mi Preciosa Sangre, plena de Códigos de Luz, se derrama sobre las entrañas más profundas de la consciencia de Alemania y de su pueblo.
La Divina Sangre de su Redentor, plena de los Códigos de Luz de vida, ingresa en los aspectos de la consciencia inferior de los hombres y mujeres de Alemania a fin de que, en el próximo tiempo, se cumpla el propósito espiritual de esta nación.
Por eso, compañeros, la Divina Sangre de Aquel que fue como un cordero llevado al matadero, porta un valor espiritual incalculable para que las almas de Alemania, por medio de esa piadosa Gracia, reciban los méritos que necesitan para dar pasos en el despertar de la consciencia y en la evolución individual y colectiva.
En este sentido, Mi propósito de llegar a la ciudad de Berlín es porque, hasta los días de hoy, ninguna consciencia consiguió generar la condición necesaria para contribuir a la liberación de todas las faltas cometidas en el último siglo XX.
Por esa razón, su Redentor congregará a los devotos y a los peregrinos para que lleven adelante la concreción de la aspiración de su Maestro y Señor de ver redimidas a las consciencias que ocasionaron el gran dolor en la humanidad y que hasta ahora nunca fueron perdonadas ni amadas por ningún ser de la Tierra.
El triunfo de Mi Sagrado Corazón en este tiempo se dará por la redención y por la conversión de los grandes líderes de las naciones, que al igual que Paulo de Tarso, recibirán el impacto de Mi Luz Celestial que los derrotará y los convertirá para siempre.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos hijos:
Mi Corazón de Madre retorna a Italia, como en tiempos anteriores, para traerle a todo su pueblo el Amor y la Luz de Dios. Amor y Luz infinita que ustedes necesitan como sociedad y religión para poder vivir una transparente y verdadera redención.
Por este motivo, hijos Míos, he pedido al grupo peregrino que llegara hasta Italia para traer este mensaje del Cielo. No solo porque su pueblo debe enmendar las faltas cometidas con cientos de inmigrantes, sino también porque ustedes, habiendo sido un pueblo inmigrante, deben trabajar conscientemente el perdón para que en esta nación no desaparezca la paz.
Yo Soy su Madre intercesora y mediadora. Soy la Luz que los quiere llevar hacia Mi Hijo para que, arrepentidos de corazón, profesen su amor a Cristo y alcancen la reconciliación.
Pero primero, hijos Míos, ese acto de verdadero arrepentimiento deberá comenzar en el interior de la Iglesia de Mi Hijo. Ella ya no puede seguir ocultando más sus actos y malos tratos porque de lo contrario perderá también la Paz y la Misericordia de Dios.
Ningún religioso tiene inmortalidad espiritual. Este es el tiempo de la enfermedad espiritual en masa, en el que Mi adversario se infiltra para destruir y tentar a muchos sacerdotes.
En Akita, La Salette y en Fátima Yo anuncié sobre la necesidad de que todos se volvieran hacia Dios lo antes posible, para que pudieran ver Su Faz de inmensa Misericordia y Perdón. Pero muchos no Me escucharon.
Regresé una vez más al mundo, a través de Medjugorje, para anunciarles que, por medio de la donación de Mi Corazón, alcanzarían la paz y menos de la cuarta parte de la humanidad puso en ejercicio lo que Yo había dicho.
Para no perder a Mis hijos, regresé una vez más al mundo, pero esta vez en una fecha clave, el 8 de agosto de 2007, día en el que Yo traje para la humanidad la revelación del Universo y de sus misterios y pedí, ardientemente, que Mi Voz, Alma y Corazón fueran llevados al mundo entero por medio de la Peregrinación por la Paz.
Muchos Me acogieron y lo siguen haciendo, y la consciencia de cientos de almas en el mundo sigue despertando. Pero la Iglesia Me sacrificó por completo, juzgando Mi presencia y cerrando las puertas a Mi mensaje universal de paz.
Esta era la prueba para dicha religión, la de reconocer a la siempre Virgen María, Madre del Altísimo, o negarla con difamaciones y mentiras.
Pero la Luz perpetua y materna de Mi Corazón impidió que Mi aspiración fuese interferida. Porque por detrás de los caóticos y graves escenarios en la Iglesia y en el mundo, Su Madre Celeste creó una poderosa red de oración planetaria formada por todos los seres orantes de la Tierra. Una red de oración que, hasta los días de hoy, sostiene y mantiene por medio del corazón de cada hijo Mío, la misión espiritual y divina de la Madre de Dios en la humanidad.
Este movimiento ecuménico de oración que Yo misma fundé en la superficie de la Tierra, a través de los grupos de oración, es el que permite el peregrinar por las naciones del mundo y que la Voz de los Mensajeros Celestiales sea difundida en todas las lenguas y pueblos, para que ningún hijo Mío se quede sin escuchar.
Por esa razón, hijos Míos, estoy regresando una vez más a Italia para concederle la Gracia de la reconciliación y del perdón inminente que necesita.
Todo lo que sucederá en el encuentro de oración de hoy, será el resultado de un amor inmenso por Dios y por su Divina Señora.
Aún hay tiempo para recapacitar y enmendarse. ¡Háganlo, hijos Míos!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Hijo:
Ve la luz en lo más profundo de ti, esa luz que existe desde el principio de tu existencia, Luz de Dios que te acompaña desde los orígenes y que guarda la historia de tu creación.
Es la luz de tu esencia, una luz desconocida y eterna, una luz que guía tus pasos a través del Cristo interior.
Fija tu atención en el poder de esa luz, la que no es física, sino inmaterial. Es la luz de la Verdad, la que muchas veces las tentaciones y los engaños de Mi adversario desean derrotar y oprimir.
Confía en la luz que hay en lo profundo de ti y todo lo que no proviene de la Luz de Dios se disipará.
Que esta luz interior e invisible a los ojos materiales sea el puente que te una a Dios para que siempre aprendas a vivir Su Voluntad.
Que esta luz interior te muestre la victoria de Cristo en tu vida, en cada paso de unión a Su Sagrado Corazón.
Que esta luz surja de lo más profundo y verdadero de tu consciencia para que nunca te sientas solo, tanto en las pruebas como en los triunfos.
Deja emerger de ti la Luz poderosa e invencible de Dios, la luz que proviene de tu esencia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La luz de Aurora es una luz actuante y oculta. Ella anuncia el nuevo tiempo porque la luz de Aurora todo renovará.
Es la Luz de Dios que se dona incansablemente y solo deja señales marcadas en el cielo de su eterna gratitud.
Esta luz predomina a través de los tiempos. No puede ser derrotada ni disipada porque es luz, y la luz de Aurora es flameante como una llama en el día y, sobre todo, en la noche.
La luz de Aurora actúa en la cura y les promete a los corazones la redención para que se abran las puertas a la rehabilitación.
Esta luz abraza gran parte del Universo porque su origen no es de la Tierra.
La luz de Aurora derrama sus dones y sostiene a quien la invoca.
Es una luz que borra el dolor, el sufrimiento y eleva a la consciencia, solamente, para que viva el encuentro con Dios.
La luz de Aurora reaparecerá y los corazones cantarán su victoria.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios para poder derramar todos los rayos divinos del Universo Espiritual.
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios para elevar a las almas hacia la Casa del Padre Celestial.
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios para que Mis Rayos Divinos toquen a los corazones que necesitan de mucha redención.
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios para que las esencias de Dios reconozcan su filiación con el Universo.
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios, como Madre, para darles a conocer a los corazones el potente Amor del Padre para con todo lo creado.
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios para despertar el sagrado compromiso de las criaturas con la Creación.
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios para estar con Mis hijos e impulsarlos al verdadero cambio de consciencia.
Desciendo al mundo envuelta en la Luz de Dios para traer la cura espiritual que muchas almas necesitan.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Medita en la esencia de la vida. Cierra los ojos y, con respiraciones profundas, ingresa en lo profundo de tu ser, en tu corazón. Imagina tu cuerpo físico, tus células y átomos, esos sistemas que, con perfección, te dan la vida.
Adéntrate en lo que tú eres, comenzando por la expresión de tu alma en la materia de tu cuerpo. Comienza a penetrar más profundamente en tu corazón y descubre que, más allá de la materia, hay vida.
Encuentra en ti la puerta hacia tu propia alma, hacia tu espíritu, hacia tu esencia. Contempla en lo más profundo de tu corazón una luz brillante y pura, una esencia divina, y permanece en silencio delante de ella. Siente su pureza y su luz cristalina que brilla independientemente de lo que haya a su alrededor.
Ingresa en esa luz dentro de ti y observa cómo ella está formada por muchas otras luces más pequeñas y semejantes, pero de una pureza desconocida. Su brillo no tiene un color que puedas distinguir, porque no existe en la naturaleza ni en la imaginación de los hombres algo que se asemeje a ella.
Ingresa más profundamente en esa luz, compuesta de pequeñas luces, y ve tu consciencia inmersa en ella, como si te sumergieras en una luz profunda que deslumbra tus ojos, pero que colma tu corazón.
Adéntrate en esa luz sin fin y percibe que las pequeñas luces que la formaban se van volviendo grandes cuando las comparas con tu consciencia. Ve que entre ellas se va abriendo un espacio de color azul profundo como el Cielo en la noche. Las pequeñas luces que formaban tu esencia comienzan a esparcirse en ese infinito. Contempla a los soles, las galaxias y los planetas que surgen delante de tu interior.
Observa, hijo, esto es lo que eres: un principio de una Creación infinita. En tu interior se guarda la puerta hacia el Cosmos. Tú habitas en Dios, así como Él habita en ti. Y, si encuentras esta verdad, no sentirás más ni vacío ni soledad, porque nada estará separado.
La vida es en tu interior y tú eres en la vida.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando llego al planeta, reflejo sobre el mundo Mi Consciencia-Espejo para que los ideales y las formas de la mente terrestre y humana sean modificados por la Luz potentísima del Corazón de Dios.
A través de Mi Consciencia-Espejo reflejo sobre la Tierra los principios de la regeneración y de la cura para la humanidad, a fin de que los seres del planeta despierten al tiempo de su redención.
A través de Mi Consciencia-Espejo retiro de la perdición a los más perdidos y ofrezco el refugio de Mi Corazón como templo y casa de salvación para las almas que desesperan.
A través de Mi Consciencia-Espejo purifico el sentimiento global y depresivo de la humanidad para que los ángeles exorcistas derroten toda idea maléfica y triunfe el bálsamo del Amor de Dios.
A través de Mi Consciencia-Espejo despierto el espejo del corazón de cada ser para que se cumpla la Divina Voluntad de ver la manifestación de la nueva colonia de Cristos.
A través de Mi Consciencia-Espejo reflejo sobre la humanidad la Fuente de la Misericordia de Dios para que los pecadores sean perdonados y los oprimidos sean liberados de su propia prisión espiritual.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Soy María del Calvario y acompaño, en este tiempo, la dolorosa pasión del planeta.
Soy María del Calvario y estoy al lado de Mis hijos para poder guiarlos por el camino de la absoluta redención.
Soy María del Calvario y llevo en Mi Corazón los dolores de los Reinos de la Naturaleza.
Soy María del Calvario y estoy presente en el corazón de los hijos de Dios que sufren.
Soy María del Calvario y con Mis oraciones alivio la pesada cruz de estos tiempos.
Soy María del Calvario y con Mis súplicas elevo a los pecadores hacia el estado del perdón.
Soy María del Calvario, la Madre que acompaña la purificación interior y exterior de cada hijo.
Soy María del Calvario y coloco sobre Mis brazos a los que están exhaustos de sí mismos, así como a los que tienen sed del Amor de Dios.
Soy María del Calvario y recojo con Mis manos a los que están perdidos, llevándolos al encuentro de la Luz de Dios.
Soy María del Calvario, Soy la Madre de los que repudian y ofenden a Dios, para que ellos tengan una oportunidad espiritual.
Soy María del Calvario, Soy la Madre que siempre está allí para que, bajo el servicio incondicional, la humanidad se pueda salvar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que la Luz de Dios penetre la Tierra y toda oscuridad sea disipada.
Que la Luz de Dios reconstituya todo lo que se perdió esencialmente en las almas.
Que la Luz de Dios eleve a todas las consciencias, y que esa Luz transforme hasta lo más pequeño.
Que la Luz de Dios transfigure la vida planetaria, y cada átomo, partícula viva o célula reciba el impulso de la Luz de Dios.
Que la Luz de Dios participe de cada momento de la humanidad, para que las almas sepan que la poderosa Luz de Dios es la que renovará y liberará todos los tiempos.
Que la Luz de Dios sea reconocida por todas las criaturas vivientes, y que esa misma Luz encienda la sabiduría en las consciencias.
Que la Luz de Dios reine en todo espacio y lugar, porque la Luz de Dios trae amor y sabiduría para que las almas se sirvan de la Fuente Mayor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando escucho sus voces orando, en Mi Corazón resuena la melodía de la más simple devoción de Mis hijos.
Es ese amor interior que siento de Mis hijos del mundo, el que Me hace retornar a la Tierra, directamente desde el Cielo para volver a bendecirla.
Cuando escucho la voz de Mis hijos, Mi Corazón es inundado de un amor desconocido y elevado de parte de ellos, amor que en muchos casos se mantiene guardado en su interior.
Cuando escucho la voz de Mis hijos, es la señal más verdadera de que, una y otra vez, debo descender del Cielo para estar cerca de Mis niños y así derramarles la Luz de Dios.
Cada vez que Mis hijos rezan a Mi Materno Corazón, su Madre Celeste puede penetrar las capas más oscuras de la Tierra para derramar la luz del amor que muchos hijos necesitan y así liberarlos de la perdición.
Quiero seguir escuchando la voz de la oración de Mis hijos para que pueda volver al mundo cuantas veces sea necesario.
¡Les agradezco de verdad por responder a Mi llamado!
Y sean bien recibidos en Portugal, la tierra en donde una vez Mi Inmaculado Corazón tocó la esencia de la humanidad.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Y seré Yo quien te ayudará a cruzar la noche oscura del alma, a superar y a atravesar sus más fríos desiertos.
Y seré Yo quien te colmará por dentro y te dará la fuerza interior que necesitas para aprender, en Mi Nombre, a superar los obstáculos de la consciencia.
Y seré Yo quien te indicará el camino y no ninguna otra persona, porque la Luz que emerge de Mi Corazón es inextinguible.
Y seré Yo quien te quitará el vacío o la falta de amor, porque te colmaré siempre de cosas nuevas, de energías radiantes que solo provienen del Universo Espiritual.
Seré Yo quien te impulsará todos los días a ser nada y a ser todo para los demás, sabiendo que, en esta escuela de la Tierra, la primera lección es el amor del corazón.
Seré Yo quien te concederá la paz y el gozo de poder vivir en el Padre Eterno. Ya no habrá otro camino, sino solo el Camino del Maestro.
Seré Yo quien te secará las lágrimas y lavará tu rostro para que sigas adelante sonriéndole a la vida, a la plenitud del servicio; sabiendo que, en cada nuevo paso, así como en cada nueva entrega, estarás aprendiendo a morir interiormente por Mí, como Yo morí por ti en la Cruz.
Yo seré el nuevo cireneo que te ayudará a cargar con tu cruz, porque conozco tus miserias, pero también conozco tus destrezas. Lo único que quiero es que todo sea para Mí.
Seré Yo quien te concederá la Misericordia que necesitas.
Seré quien te abrirá la puerta para que algún día ingreses en el Reino Celestial.
Yo seré todo para ti, si Me lo permites.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Que la Luz del Corazón de Dios les conceda a los servidores toda Su Sabiduría, para que los designios del Altísimo se cumplan, a pesar de las dificultades.
Que la Luz del Corazón de Dios disipe las interferencias y rompa con Su Poder todos los obstáculos, a fin de que las almas aprendan a caminar libres de sí.
Que la Luz del Corazón de Dios penetre la consciencia planetaria, para que más almas sean arrebatadas por el Amor poderoso de Jesús y sean retiradas de los grandes abismos del hipnotismo y de la ilusión.
Que la Luz del Corazón de Dios les revele a las consciencias el compromiso establecido en el Universo, para que todas las fases del Plan de Amor se cumplan.
Que la Luz del Corazón de Dios atraiga hacia el mundo el estado divino de Paz y, así, todas las tinieblas de la Tierra sean disipadas.
Que la Luz del Corazón de Dios divinice la materia, el alma y toda la consciencia que en este tiempo se confirma como instrumento en las Manos del Creador.
Que la Luz del Corazón de Dios se refleje en la sufrida humanidad y, así, las heridas del espíritu sean curadas por el infinito bálsamo de Su Amor Redentor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando Mi mirada se posa sobre la Tierra, ella viene repleta del Espíritu de Dios, para que la Fuente Divina de la Creación irradie Sus Dones y Su Luz hacia la Tierra.
El Espíritu Santo es la Conciencia viva de Dios que reina entre las criaturas, una parte Suya que existe para iluminar la materia y divinizarla.
El Espíritu de Dios desciende sobre los hombres en forma de aspiración, instrucción, Luz vivificadora que todo restaura. Se puede percibir la presencia de este Espíritu Santo en la iluminación del conocimiento, cuando se tiene claridad y comprensión de la Verdad; en la iluminación del espíritu, a través del espíritu de amor y humildad; en la iluminación de la materia, a través del renacimiento constante en Dios Padre.
El Espíritu Santo, hijos Míos, es la Fuente de eterna creación que permea los universos. El poder creador de los hombres proviene del Espíritu Santo, y para saber lidiar con ese don de crear, que los hace semejantes a Dios, es necesario invocar permanentemente a Su Espíritu.
En la vida de María, de Jesús y de José, perpetuamente reinaba el Poder del Espíritu Santo porque, aunque en verdad no lo conociéramos, lo invocábamos permanentemente hasta que, en el silencio y en la soledad, este Santo Espíritu se mostró a cada uno de Nosotros en secreto. Nuestros ojos se iluminaron por la presencia del Espíritu Santo y Nuestra mirada se tornó misericordiosa para siempre. Nuestras manos fueron bendecidas por el Espíritu Santo, y así como Jesús curaba, María consolaba y José traía gracias de caridad a todos los que tenían contacto con la materia de Su carpintería.
Cada ser que recibía de José, siempre de gracia, algún bien hecho por Él, recibía del Espíritu Santo una Gracia especial. En las mesas, que Él hacía, se manifestaban los alimentos que las familias necesitaban; las herramientas para cultivar hacían nacer del suelo plantas saludables y abundantes para que todos se pudieran alimentar, y así cada instrumento que Él creaba en Su carpintería llevaba Gracias misteriosas a los que los recibían.
Los niños que eran instruidos por José, eran instruidos sobre todo en el amor y en el poder de creación a través de este Amor. José, pleno del Espíritu Santo, enseñaba a los niños a obrar con caridad y a crear como los ángeles, a vivir en silencio, en castidad y en oración y, muchos de los que Él educó en Su carpintería, se tornaron discípulos amados de Jesús.
El Espíritu Santo obraba de diferentes formas en aquella simple familia, siempre en secreto, siempre en silencio. El silencio es la primera llave para los que buscan al Espíritu de Dios; la soledad con Dios es otro paso que debe ser dado por el alma de aquel que aspira a unirse a Su Santo Espírito, porque los misterios más preciosos de esta vida sobre la Tierra son revelados en el silencio del propio corazón.
El Espíritu Santo se da a conocer a aquellos que aguardan Su presencia con simplicidad, que mantienen el alma unida a Dios y que, en la Tierra, obran con caridad, humildad y silencio.
Para alcanzar la Gracia de la eterna presencia de este Espíritu se debe aspirar eternamente a estar con Él y a vivir en Dios; y cuando la mente aspira, las emociones aspiran y el alma también aspira. De esa forma, ejercítense en la caridad y en el silencio, ejercítense en la oración y en la paz, en la comprensión y admiración del prójimo; así alcanzarán un espíritu humilde, y el Espíritu de Dios, al fin, podrá aproximarse a sus corazones.
Yo los bendigo siempre.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más