Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL NÚCLEO-LUZ INMACULADA CASA DEL ALIVIO DEL SUFRIMIENTO, SAN CARLOS, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL PRIMER DÍA DE LA 123.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, elevo sus consciencias hasta el corazón del universo para que, al igual que las Jerarquías, puedan contemplar la existencia de Mi Gobierno Espiritual. Esto es lo que la humanidad necesita para poder recuperar la paz y la unidad interna entre las criaturas.

El Gobierno Espiritual de Cristo es la expresión auténtica de la Ley. La Ley conduce la manifestación. Así como fue en el principio, la Ley del universo sigue actuando, aunque en este momento el planeta y la humanidad no estén cumpliendo la Ley.

Restablecer la Ley del universo en este mundo será una de las grandes tareas del Maestro; porque será a partir de esa operación y de ese movimiento que, desde el plano espiritual hasta el plano material, la Ley restablecerá la unidad de la consciencia humana con la Fuente y en consecuencia restablecerá la unidad y la comunión con todas las Leyes del universo.

Sé, compañeros, que, mientras este mundo viva la dualidad, alcanzar la unión con la Ley del universo será un gran esfuerzo, porque deberán subir varios escalones en la evolución hasta que, en sus consciencias internas, estén unidos a la Ley Mayor.

Si el mundo desde el principio hubiera comprendido las Leyes de los Mandamientos, revelados a Moisés en el Monte Sinaí, les aseguro que hoy la purificación no sería necesaria, ninguna purificación interna o externa, porque las Leyes del universo ayudan a la consciencia humana a trascenderse, las Leyes del universo ayudan al ser humano a vivir la fidelidad para con Dios y, al mismo tiempo, las Leyes del universo ayudan en la transparencia de la propia consciencia humana.

Pero estos atributos en este tiempo final, los atributos que son proporcionados por las Leyes del universo y en este caso a través de los propios Mandamientos, han sido atributos descartados por gran parte de la consciencia humana.

En esta reflexión y meditación profunda que les traigo, vean en este tiempo presente el resultado de las decisiones que fueron tomadas por la humanidad y, más aún, vean el resultado de las decisiones individuales que ha tomado cada ser en este tiempo. Y así, comprenderán y sabrán quién está o no en la Ley; pero Yo no vengo, en este momento, a traerles algo severo o rígido, porque las propias Leyes que rigieron al pueblo de Israel, en aquellos tiempos, fueron vividas de una forma rígida y muy severa.

Esto, compañeros, no es de Dios. Él quiere que, a través de Sus Leyes, puedan vivir Su Misericordia. Dios quiere que, a través de Sus Leyes, puedan vivir la comunión con el Plan Divino y que, a través de cada ciclo y de cada tiempo que se les presenta, a través de los diferentes momentos de la vida, ustedes puedan contemplar y observar cómo pueden ir concretando ese Plan Divino en la Tierra.

Porque esa Voluntad Divina que Dios les presenta no es algo personal ni tampoco grupal, es una Voluntad Divina expresada por la unidad de los seres y de las consciencias. Es una Voluntad que otorga, a través de las Leyes, la posibilidad de que las almas vivan su compromiso espiritual sin tener grandes demoras para poder dar los pasos que el universo necesita que den; para que, en cada etapa, a través de las almas ofrecidas como Instrumentos de Dios, se puedan cumplir los ciclos de la manifestación del Plan.

Esta Obra, concebida para Cristo durante tantos años, ha vivido una guía especial para concretar el Plan de la manifestación. Ustedes lo pueden ver con sus propios ojos; ya que, hasta en el plano material, esto ha sucedido.

Pero, si desde el principio, a través del fundador de esta Obra, no hubiera existido esa fidelidad y transparencia con la Ley, de una forma simple pero profunda, de una forma donada y entregada, así como su fundador entregó su vida al Plan, Yo les aseguro, compañeros, que aquí no existiría ni un ladrillo manifestado.

¿Comprenden lo que significa vivir la comunión con las Leyes Mayores?

Esto es fundamental y primordial para este tiempo. Aunque ustedes no comprendan la profundidad que las Leyes tienen, aunque muchos en este tiempo desconozcan las Leyes básicas del universo, Nuestras Palabras y Nuestros Mensajes, el Mensaje de la propia Jerarquía Espiritual, les muestran el camino para vivir en la Ley.

Y no es a través de acciones complejas o difíciles, no es a través de actitudes muy trascendidas o inalcanzables, no es a través de una vida absolutamente transformada, aunque imperfecta; porque podrán vivir la Ley a través de la simplicidad del corazón, de que no se permitan dejar de ser verdaderos todos los días, primero con ustedes mismos y después con sus hermanos y hermanas.

Esto les permitirá vivir en la Ley, día a día, y siendo verdaderos y auténticos con ustedes mismos, podrán vivir los primeros pasos de la transparencia para que enseguida puedan vivir los pasos de la consagración, que es gradual e infinita.

Porque quiero que sepan, amigos Míos, que la consagración es otorgada por la vivencia y la experiencia de la Ley y que después de esta vida, en la superficie de la Tierra, aún seguirán viviendo el camino infinito de la consagración hasta que sus almas y, sobre todo, sus esencias se fundan en la Fuente, siendo nada para poder ser en el Todo. Y de esa absoluta nada, en donde sus experiencias se fundirán en la Fuente, surgirá una nueva experiencia y un nuevo aprendizaje que se dará en otros planos de consciencia, en otras dimensiones y en otras esferas.

Y así, sus esencias seguirán evolucionando con todo lo que hayan aprendido en el Tierra, después de que, ante los Señores de la Ley que rigen a este universo material, hayan vivido su propio juicio espiritual, algo que no se trata de una condenación o de un castigo, sino de una profunda síntesis en la consciencia, en el alma y en el espíritu.

Y en esa hora, cuando hayan evolucionado a través de la Ley, después de que hayan pasado al próximo mundo, tomarán consciencia de todo lo que recibieron y vivieron aquí, aun lo que es aparentemente difícil o doloroso, aun todo aquello que les pesa en sus espaldas como una pesada cruz; porque, si el Hijo del Padre lo vivió en carne propia, ¿cuál es la razón de que ustedes no lo puedan vivir?

La evolución no se compara con un camino doloroso e inalcanzable. La evolución es sostenida a través de los grados de Amor. Y es en esos grados de Amor, en el día a día de sus vidas y de todas sus experiencias, que podrán comprender la manifestación de la Ley y su concreción en los tres planos de consciencia: espiritual, mental y material.

Es así que Yo necesito preparar lo más profundo de ustedes, lo que ustedes conocen como esencia de la vida, para todo lo que vendrá en el próximo tiempo, en el tiempo preparatorio del Retorno de Cristo.

Este es el motivo de Mi Presencia aquí, no solamente para volver a bendecir a Mi pequeña Tierra Santa, sino para que también, dentro de ustedes y a través de ustedes, puedan dar los frutos que Dios necesita en Sus Altares, para poder alcanzar el tiempo de la redención.

Guarden cada tesoro que les entrego en lo más íntimo del corazón. Guarden cada impulso que les entrego en lo más profundo de la esencia y permitan que estas semillas de Luz, que hoy les entrego, puedan germinar en los próximos tiempos y algún día convertirse en frutos espirituales que sirvan de ayuda y de colaboración para el rescate del planeta y de la humanidad, para preparar el Retorno de Cristo.

No dejen de estar atentos a todo lo que les he dicho. Ustedes ya saben que este es Mi último tiempo con ustedes, porque llegará el tiempo de la decisión final para cada uno de ustedes.

Quiero que sepan, compañeros, que cada paso en la vida debe ser una decisión final que los colocará cerca o lejos de Dios; porque la decisión depende de cada uno de ustedes, la decisión de que sean transformados, la decisión de que sean redimidos, la decisión de que puedan ser transfigurados, la decisión de que puedan ser convertidos, la decisión de que puedan ser consagrados, la decisión de que sus vidas sean otras para siempre.

Así, Yo podré depositar Mi Legado en los corazones valientes y derramaré Mis Gracias en los corazones que suplican, porque la abundancia de Mi Espíritu es inagotable, y quiero y deseo que sus espíritus se fundan en Mi Espíritu para estar unidos a Mi Amor Crístico.

Que el Señor, Dios del Universo, renueve las bases espirituales de esta Obra y de todas las obras de caridad en el mundo, para que se refleje en la Tierra el Espíritu de la Paz y para que, a través de todos los servidores donados y entregados en el mundo entero, se restablezca la fraternidad humana y el bien común.

Les dejo Mi Paz, para que sean Mi Paz en estos tiempos de grandes desafíos.

Recuerden que estoy presente en todos los Sagrarios de la Tierra; y siempre que puedan estar delante de un Sagrario, adoren a Jesús Eucarístico para que las almas ya no sufran y para que el mundo entero recupere la justicia y la esperanza.

Yo les agradezco por estar Conmigo una vez más.

Sigamos adelante en Santa Comunión.

Que Dios los guarde y los bendiga.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Me alegra tenerlos aquí, Conmigo, cerca de Mi Corazón, cerca de Mi Vida, porque les deseo el bien a todos. Le deseo, a cada hijo Mío, el Reino de la Paz; esa paz que ha sido ultrajada en el mundo por las guerras, por la violación a los derechos del ser humano, por la indiferencia global.

Pero, Yo estoy aquí como su Madre para animarlos, para volver a consagrarlos, porque esto es lo necesitan todos los días para que, después de esta vida material y de esta experiencia en la Tierra, se puedan fundir en Dios y Dios en ustedes, como fue en el principio de la Creación.

Hoy, vengo con un llamado espiritual para cada uno. En la víspera del comienzo de la próxima Cuaresma, Yo los invito, queridos hijos, a vivir una preparación profunda en este tiempo cuaresmal, preparándose conscientemente para la llegada de Mi Amadísimo Hijo durante la Sagrada Semana.

Esta preparación es diaria y a través de una herramienta muy simple, así como lo han hecho hoy a través de la oración del corazón; sabiendo, hijos Míos, que las súplicas de los Hijos de Dios son indispensables en este momento planetario, en el que el sufrimiento en la humanidad se agrava día a día y, a medida que pasa el tiempo de su reloj, las almas se van apartando de la Luz y del Amor de Dios.

Por eso, todos los días, Yo desciendo de los Cielos cuando están ante el Santísimo Sacramento de Cristo y también cuando están unidos en oración, unidos como familia espiritual que suplica y que pide, sin nada a cambio, por la imperiosa redención del mundo.

Esta es la tarea espiritual importante para todos: orar y orar por la conversión y la redención de la humanidad, para que todas las almas se puedan salvar, especialmente las que más necesitan de rescate y que esperan por sus oraciones y súplicas para que se les abra la puerta de la redención.

Yo estoy aquí, en nombre de Mi Hijo, como Corredentora del mundo, como la Madre que les anuncia a todos el esperado Retorno de Cristo.

Ahora es tiempo, hijos Míos, de que ustedes sean parte de este Plan de Amor y de Redención del mundo. Y esto comienza en su día a día, en lo más pequeño y en lo más cotidiano, en los relacionamientos con sus semejantes y hermanos.

Aspiren a ser instrumentos de la redención del mundo para que más almas, en esta humanidad, puedan sentir el impulso de vivir la redención y la conversión del corazón. Esto es lo que Yo espero todos los días en Mi oración silenciosa y perpetua.

Espero que algún día, Mis hijos puedan comprender y asumir que una parte del Plan del Retorno de Cristo les pertenece. Por alguna razón, están aquí encarnados en este tiempo y Yo, como su Madre, vengo a recordarles que Mi Hijo espera la participación de cada uno de forma permanente y auténtica en este momento planetario.

Queridos hijos, mientras estoy aquí con ustedes, también estoy con las necesidades del mundo y de la humanidad, que son infinitas a los ojos de la Jerarquía Espiritual.

Coloquen en sus corazones y oraciones las causas más urgentes e imposibles para que se puedan resolver. Así también, sus necesidades personales e individuales serán atendidas por el Padre Eterno a través de Nuestros Sagrados Corazones, porque Dios Padre sabe lo que cada Hijo Suyo necesita en el momento y en la hora cierta.

Sus Ojos de Amor y Misericordia, Su Mirada de ternura celestial, nunca dejan de estar sobre Sus Hijos de la humanidad. Por eso, queridos hijos, tengan fe y renueven sus votos. Dios tiene un destino escrito para cada Hijo Suyo y Él espera mostrárselo a cada uno.

Por eso, Yo les digo, en el nombre de Mi Hijo, que no le teman a su propia cruz, por más pesada y difícil que les parezca cargarla. Sigan de manera incansable las Huellas de Cristo y Él siempre les saciará la sed, la sed espiritual de Su Agua de Vida, de esa Agua que brotó de Su Costado al igual que Su Sangre brotó de las entrañas más profundas de Su Corazón herido.

Su océano de Amor es infinito para las almas del mundo entero, aun para las almas que hoy hacen el mal en el mundo.

¿Cuál sería el sentido del Retorno de Cristo, en este tiempo final, si no fuera por ustedes y principalmente por los que están perdidos y condenados?

Esa es la razón de la Obra de Su infinita Misericordia. Y con esa infinita y simple Misericordia del Corazón del Redentor, Mi Hijo espera que ustedes actúen y obren así en el mundo, comenzando con los que están más cerca de sus vidas en el día a día, con sus familias, con sus seres más cercanos.

Ingresen, de una vez y para siempre, en la Escuela de la Misericordia; así como muchos iluminados y santos se animaron a vivir esa escuela; así como muchos servidores de Cristo en el mundo y en este tiempo la viven. 

No existe otra razón para que ustedes estén aquí, en este mundo, hijos Míos, sino vivir de la Misericordia de Cristo. Eso es lo que deben alcanzar en este tiempo tan oscuro y doloroso, porque la Misericordia siempre los llevará al camino del Amor y de la Verdad. Algún día, sin que lo perciban, a través de sus simples y pequeños pasos, vivirán en la Compasión del Redentor.

Amor, compasión y ternura es lo que le falta al mundo; es lo que falta en el seno de las familias del mundo; es lo que falta en las relaciones del día a día. Pero, Yo oro para que alcancen esta meta y esta aspiración; porque si hoy Me escuchan, como muchas veces ya Me escucharon, sé que lo podrán vivir.

Por eso, les vuelvo a decir que se preparen para esta próxima Cuaresma. Impulsos especiales y únicos del Cielo, los últimos impulsos de la Divinidad, estarán siendo entregados por Amor a las almas y a los corazones abiertos a recibir estas Gracias.

Y es por obra de la Gracia que hoy estoy aquí con Mis hijos, por Mis hijos y para Mis hijos. No existe otra razón para que Yo esté aquí en esta noche, sino por los que sufren gravemente en este tiempo, desde los más pequeños hasta los más ancianos, por los que están en cautiverio en este mundo de hoy, que viven la prisión espiritual y que son castigados por la impunidad.

Yo vengo a traer Luz a todos los corazones; vengo a permitirles que vivan en Mi Inmaculado Corazón, porque cada uno tiene un lugar en Mi Corazón Inmaculado. ¿Alguna vez se vieron reflejados en Él? Es la oración que les permite reflejarse en Mi Corazón; porque, así como el Cielo tiene muchas moradas, Mi Corazón tiene muchas moradas para Mis hijos que buscan vivir el amor, la verdad y la unidad.

Como una muestra de esto, con la simplicidad del Corazón de su Madre Celeste, vengo a consagrar a los que hoy se ofrecieron a ser Mis Hijos, aunque todos ya son Mis hijos.

La consagración como Hijos de María es un paso para vivir el compromiso espiritual, el compromiso que tiene cada una de sus almas, el compromiso que fue escrito por la bendita Mano de Dios para esta vida.

Aproxímense, Mis hijos, los que hoy se consagrarán.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Pueden subir al escenario, la Madre los llama.

Vamos a escuchar el “Himno de Consagración de los Hijos de María” mientras nos preparamos para esta consagración.

La Madre Divina, en este momento, está orando por estos hermanos que hoy hacen su ofrecimiento para consagrarse como Hijos de María, formando parte de Su Manto Universal que envuelve a todos Sus hijos, que protege a todos los corazones, que alivia todas las heridas, que pacifica todas las perturbaciones, que cura todas las enfermedades, que concede todas las Gracias.

El Corazón de la Madre Celeste escucha la súplica de todos Sus hijos; Ella extiende Su Mano para acariciar a Sus hijos, para expresarles y manifestarles Su ternura espiritual.

El Corazón de María se abre como recinto seguro para Sus hijos. Es el Corazón que ilumina los caminos de todos los orantes, de todos los servidores, de los que suplican a la Madre de Dios.


Hoy, vengo a colocarlos en Mi Corazón, hijos amados, para que puedan estar en Cristo Jesús. Porque a través de Mi Corazón, Sus Rayos de Agua y Sangre los bendicen y los consagran; y así, vivimos en la Unidad Trina: en el Divino Padre, con el Amadísimo Hijo y el Bendito Espíritu Santo.

Yo les agradezco por este ofrecimiento. Vivan Conmigo los votos de la oración y del servicio por las almas.

Hoy, Mis Ojos miran a lo más profundo de sus corazones y Mis Manos acarician sus rostros y abrazan a sus almas para llevarlos a la paz, a la cura y al perdón.

Por eso, hoy entréguenme aquello que les pesa y les duele. Entréguenme aquello que aún no pudieron perdonar.

Que Mi Amor disuelva las angustias y las agonías. Que Mi Corazón los levante y los fortalezca, porque Yo Soy su Madre, la Madre de Dios, la Reina de la Paz, la Madre y Señora de los Hijos de María.

Benditos sean los que le dicen sí a Dios, porque serán merecedores del Paraíso, y los consagro junto a Mis ángeles.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Cantémosle a la Madre de Dios que somos Hijos de María.


¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Buena Cuaresma para todos y un buen encuentro con Cristo en la próxima Sagrada Semana.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA  75.° MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN MANAOS, AMAZONAS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Yo soy aquel que salvará a la humanidad en el nombre de Dios y la colocará en un nuevo escalón de la evolución para que reciba la oportunidad de amar así como Yo los amo, de vivir así como Yo vivo, de realizar las obras de Dios como el Padre lo necesita y así traer la cura espiritual para la humanidad.

He aquí Aquel que viene en el Caballo blanco de Dios y anuncia la victoria de la Cruz por encima de todo mal, congrega las legiones del Padre y las reúne, llama a todos por su nombre, así como Dios llamó al antiguo pueblo de Israel.

Hoy las tribus están dispersas por el mundo, pero el Señor del Universo, el Hijo de Adonai, los vuelve a convocar en este tiempo crucial y definitivo porque como ustedes saben, hay algo que hacer por este planeta y por su humanidad.

Antes de que las agujas del reloj de Dios indiquen los últimos momentos de la amnistía espiritual, recen interiormente por las almas que duermen. Imploren, con la fuerza de todo el amor de sus corazones, por los que caminan en los abismos y en la perversión de estos tiempos, por aquellos que transgreden las leyes todos los días y que también lastiman y explotan a los Reinos de la Naturaleza.

Toda la Creación está observando este momento, hoy el Hijo de Dios no está aquí como un Juez, sino como un mediador de la Divina Misericordia, como el abogado de las almas y las esencias del mundo.

Por eso, que en esta hora prevalezca la paz para que las almas tomen las decisiones correctas y sus actos sean consecuentes conforme la Ley lo necesita, porque todavía en este día, el Hijo del Padre, en el Caballo blanco de Dios, aún sostiene el péndulo que traerá con toda fuerza y poder el pago que deberá vivir la humanidad.

Pero Yo morí por ustedes, sufrí por ustedes y padecí por ustedes, di Mi Sangre por cada uno de ustedes hasta el último latido de Mi Corazón. Si ustedes honran, adoran y reconocen este sagrado mérito de su Redentor, la amnistía espiritual será considerada por el Universo.Y todos los padecimientos, sufrimientos, martirios y agonías vividos por su Redentor hasta la Cruz, compensarán los errores cometidos por esta actual raza humana.

Habrá almas sobre la superficie de la Tierra que reconocerán el Legado de su Maestro y Señor, traspasarán los misterios de Dios con la sabiduría, y los corazones reconocerán dentro de sí, la llama y el fuego crístico que todo transmuta, libera y perdona.

Con ese fuego que les traigo desde Adonai, el Hijo del Padre, en el Caballo blanco de Dios, viene a anunciar un tiempo de Gracia extraordinaria que será concedido para los pecadores más empedernidos, para todas las almas que están dentro de los abismos espirituales de la Tierra, que perdieron el camino de Dios que es el camino del Amor universal. Por eso, esta Gracia es concedida ampliamente por la adhesión de los buenos corazones a Mi sagrado e insondable Corazón.

Este Caballo blanco de Dios, el cual hoy cabalgo, es el Caballo blanco del amado Arcángel Miguel, que unidos como una sola consciencia y esencia, venimos a derrotar a los infiernos de la Tierra para que las estrellas más caídas de este planeta tengan un momento de despertar y perciban la realidad que, en este momento, no están percibiendo ni viendo.

La amnistía espiritual no es para volver a cometer los mismos errores. Es para cambiar los errores y transformarlos, es para redimir el ego humano y para que la consciencia pueda ser elevada al plano de Dios.

Con el poder del Arcángel Miguel hoy les traigo el llamado del Padre y de las Esferas Celestiales desciende sobre Amazonia, para que el Sagrado Edén de Dios, amorosamente donado y pensado para cada uno de Sus hijos, pueda ser protegido, y la consciencia humana aprenda a cuidar y principalmente a amar los tesoros ocultos que Dios les entregó en este lugar y que la propia consciencia indígena, los sagrados pueblos originarios, conocen sobre lo que Yo les estoy hablando.

Pero ese conocimiento oculto que viene de Dios, no solamente lo pueden saber los Reinos o los pueblos originarios. Toda la consciencia humana de este lugar y del Brasil debe seguir orando con fervor, como lo viene haciendo hasta el presente, comprometiéndose con ese camino de la vida infinita de la oración para que todo pueda seguir siendo transformado y más oportunidades y gracias no solo sean concedidas a esta nación, sino también al mundo entero.

Hoy Adonai está con Su Libro de Luz abierto y con la pluma de Luz en Su mano espera escribir Él mismo la decisión de Sus hijos. Es así que el Universo espiritual se aproxima y comulga con el Universo material para que las almas tengan la oportunidad de llegar a Él por intermedio del amado Hijo, del mediador y abogado de las almas; a través del buen Jesús que las almas puedan llegar a la Misericordia de Dios, y así escribir en ese Sagrado Libro la decisión interna que fue tomada por cada uno de Sus hijos.

Pero sepan que esto no termina aquí, esa decisión la construirán en el día a día, no solo de una manera espiritual, interna o divina, esa decisión la construirán en sus actos, en sus acciones, en su entrega a la vida, al Plan de Dios, a sus semejantes; porque este es el tiempo de ofrecerse como un instrumento a Dios, así como muchos se ofrecieron a lo largo de la historia humana y fueron testigos de la inmensidad del Amor de Dios, y hasta dónde puede llegar ese Amor infinito del Padre, hasta las situaciones más imposibles y difíciles de la humanidad y del planeta.

Comprométanse ante esta decisión interna que están tomando delante de los portales del Reino de Dios a ser celadores de los Reinos de la Naturaleza, a llevar alivio al sufrimiento que ellos viven, a entregar amor al dolor que ellos sienten y así sus caminos se abrirán, sus problemas terminarán y la sabiduría emergerá para que tomen buenas decisiones de aquí en adelante; sabiendo que aún hay mucho por hacer y que esa historia la seguirán escribiendo después de esta vida, porque sus vidas serán esa historia, parte del testimonio del Amor de Dios, de la redención que vivirán en este tiempo, aun después de la muerte.

Así elevarán también a todos los que están a su alrededor y aunque en el futuro no les corresponda estar en este planeta, sino en otras esferas del Universo, aprendiendo más del amor y de la donación, sabrán compañeros Míos colocarse al servicio del Plan por encima de sus limitaciones.

Su espíritu puede llegar más alto de lo que parece y estar bien cerca de Dios, así como Su Hijo está cerca del Padre. Busquen incansablemente esa aproximación a Dios porque así no solo su vida se elevará, se trascenderá y se transmutará, sino también compañeros Míos, sus familias, conocidos y amigos, también serán ayudados en algún momento de sus vidas; porque Dios se muestra en el momento preciso, de la forma en que sea necesario para que Sus hijos lo puedan reconocer, no solo en la religión sino también a través de los Reinos de la Naturaleza.

Dios está aquí, no solo porque está Su Hijo. Él está aquí primero que Yo y antes que ustedes. Dios es parte de este planeta, Él es la misma Consciencia de esta Creación. Por eso les digo a todos y al mundo entero: ya no ofendan más a Dios, no lo lastimen, no lo sacrifiquen, no lo hagan morir, cuiden a Dios, así como Él cuida de ustedes, en Su profundo e íntimo silencio y así, compañeros Míos, renacerán. Amén.

Este pasaje de Mi Consciencia Divina por este lugar no puede terminar aquí. Por eso, dejaré en este lugar, en esta ciudad, una base operativa de trabajo misionero, así como también un Monasterio de esta Orden consagrada a Mi nombre, para que las almas de esta ciudad y los pueblos originarios reciban la ayuda que necesitan, así como también los que llegan peregrinando buscando una oportunidad y una esperanza.

Es momento, compañeros, de que las Islas de Salvación se establezcan, aquellas que guardarán la síntesis del proyecto de la Creación de Dios, no en un lugar específico, sino en el corazón de las personas, de aquellos que tienen fe en el Supremo Creador.

Ese será un tesoro inextinguible e incalculable, y todos podrán participar de esos tesoros en las acciones de la Misericordia, de la fraternidad, de la bondad, de la providencia, de la manifestación, de la cura, del perdón, de la redención y de la reconciliación.

Por medio de este momento sagrado, concedido por el Padre Eterno, es que también he venido especialmente a Manaos, directamente del Cielo, para consagrar a nuevos misioneros y también para ofrecerles de lo más profundo de Mi Corazón, el mayor Sacramento de la reconciliación y de la unión Conmigo, la Eucaristía.

Con alegría, esperanza y renovación nos colocamos de pie para acompañar este momento de consagración. 

Que la luz espiritual de estos aceites represente el testimonio de la consagración y de la renovación de las almas, así como la cura espiritual que las almas necesitan para dar los pasos.

Ahora llamo aquí a los que son misioneros auxiliares para que reciban la consagración.

Incienso.

Vamos a hacer "Cristo, Tú el Amor'' para acompañar esta consagración.

Ahora vamos a llamar a los misioneros que se consagrarán como misioneros matrices.

"Mi Señor"...

Los que puedan, nos vamos a arrodillar para celebrar la Comunión.

Vamos a escuchar el instrumental "Así habló el Maestro''.

Y ahora, Me he colocado por encima de ustedes para bendecirlos en esta nueva tarea que comenzarán, que es parte y es obra de Mi Divina Misericordia por aquellos que más sufren y no tienen nada, llevando a través de sus gestos de amor y de servicio, la cura tan necesaria y urgente a la humanidad.

Por eso, como a Mis apóstoles, los reúno alrededor de Mi mesa, de Mi pobre y simple mesa, siendo recibidos por el vientre sagrado de la Creación, a través de la naturaleza y de sus Reinos, para poder celebrar no solo la comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, sino con la esencia del Proyecto Divino que desde los orígenes, desde el principio los manifestó y los creó por Amor para que fueran felices en Mi Padre y vivieran en Mi Padre, para que lo sirvieran y lo conocieran por medio de la vivencia y de la experiencia en los grados de amor.

Hoy, su paso ante Mí, permitirá el paso de muchas almas más en la vida misionera, para que llegue al mundo el alivio espiritual de la Jerarquía y el despertar de la consciencia en la humanidad.

Por eso, en aquel tiempo, estaba en un lugar semejante a este, reunido con Mis apóstoles; pero hoy haciendo un puente de Luz, entre el tiempo y el espacio, los llevo al momento de Mi última Cena, para que recuerden, para que sientan y para que reconozcan la Voluntad Suprema de Dios. 

En aquel tiempo tomé el pan, lo elevé para que Dios lo bendijera y los ángeles lo transubstanciasen en Mi Cuerpo. Enseguida lo partí y lo di a Mis apóstoles diciéndoles: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por su Redentor para el perdón de los pecados".

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

Comulguen todos, en este momento, de Mi Cuerpo espiritual para que la Iglesia Mística de Dios, por medio del Cuerpo Místico que la conforma en todas las almas, se fortalezca y se expanda con todo el Amor de Mi Corazón para el mundo entero. Amén.

Enseguida tomé el Cáliz entre Mis Manos, elevándolo para que Dios lo bendijera y los ángeles lo transubstanciaran en Mi Sangre, enseguida lo pasé a los apóstoles diciéndoles: "Tomen y beban, este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por su Redentor para la remisión de las faltas. Hagan esto, siempre en memoria Mía".

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

Unidos a nuestro Señor Jesucristo y a Su Santa Iglesia Celestial, repetiremos en humildad y amor la oración que Él nos enseñó: Padre Nuestro (en portugués).

Yo siempre les dejaré Mi Paz para que la puedan vivir y compartir con sus hermanos, porque la Paz los llevará siempre al Amor, colmará sus espíritus y almas. Así se renovarán y seguirán dando pasos con la confianza y en la fe en Dios, para poder manifestar Sus Planes y sobre todo Su Voluntad. 

Que esta Paz que descendió en los apóstoles, aun después de Mi Resurrección, hoy descienda sobre ustedes para que los dones del Espíritu Santo despierten las virtudes de sus corazones y los haga partícipes del servicio de amor por la humanidad y por la vida eterna. Amén.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Se pueden poner de pie.

En fraternidad y amor, en nombre de Cristo, se darán el saludo de la paz.

Les agradezco por haber estado Conmigo aquí en Amazonia.

El fin de una sagrada reunión llegó, en este momento.

¡Les agradezco!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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