• Jueves, 24 de diciembre de 2015

    APARICIÓN DE SAN JOSÉ Y DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

    Escucho la voz de los que claman por una oportunidad y, a través de Mi Vientre Purísimo que gesta las nuevas cosas en todos los corazones de la Tierra; hoy, les traigo el Espíritu de la Natividad del Señor para que sientan la Paz, el Bien y la Misericordia que se expanden por los cuatro puntos del planeta.

    Hoy, las oraciones fueron recogidas por Mis ángeles y son derramadas como Gracias en los corazones más necesitados de la Presencia infinita de Mi Hijo.

    Pero hoy, no estoy sola aquí, queridos hijos, estoy con la Presencia de San José y de todos los ángeles que Nos guían hacia el Propósito infinito de Dios, con todos los Ángeles de la Guarda que rezan por sus almas y por sus familias. 

    Un saludo es enviado, un saludo de Paz, es emitido desde el Corazón del Universo, el Corazón de Adonai.

    Hoy, Mi Hijo está entre ustedes, abran sus corazones para poder recibirlo con humildad y en paz. No dejen, queridos hijos, de buscar a Aquel que les dio la vida, Aquel que murió por ustedes y que aún derrama Su Misericordia sobre el mundo, a pesar de las guerras y las confrontaciones, a pesar de las familias exiliadas o de las familias que han vivido la inundación en Uruguay.

    El Espíritu de Dios está atento a la necesidad de todos Sus hijos en el mundo.

    Hoy, ofrezcan, queridos hijos, este tiempo de transición para que pueda reinar la paz, principalmente en aquellos que no la buscan. Hoy, Mis ojos miran con dulzura sus corazones. Hoy, Mis manos tocan sus cabezas, así como Yo toqué la pequeña Cabeza de Jesús, para sentir la Presencia, entre todos, del único Dios.

    Hoy, Mi Corazón les habla a todos los Cristos internos, que emergen de lo profundo de sus corazones para traer la Paz y la Luz al planeta. Es esa Luz, queridos hijos, es ese Cristo al que siempre deben buscar, a pesar del tiempo de tribulación.

    Hoy, están, queridos hijos, ante el sagrado Pesebre espiritual que les recuerda el Nacimiento del Mesías, la encarnación de la Misericordia de Dios en el mundo y la oportunidad sagrada para todas las almas.

    Mientras, Yo les entrego Mis Palabras de Amor y de Paz, coloquen en sus corazones a todos Mis hijos, a todos aquellos que se distancian de Dios en esta noche; pues Mis pies hoy pisan la cabeza de la mala serpiente, porque triunfa la Gracia de Dios a través de la Luz de Mi Vientre purísimo, que los renueva, que los congrega en el Amor y en la Verdad.

    Hoy, todos ustedes tómense de las manos, así como Yo Me tomo de las manos de Mi Esposo, San José, ante el Reino Celestial y todo el universo congregado en este suelo sagrado. 

    Aurora vuelve a amanecer en los corazones no redimidos. Las deudas son perdonadas, las cuentas son equilibradas y la balanza está en su justa ley por la donación amorosa de Nuestros Sagrados Corazones.

    Honren al Dios de las Alturas. Traigan la Paz a la Tierra para todos los espíritus sufrientes, para las almas que claman por la Misericordia de Dios, para aquellos que sufren en la oscuridad, para todos los que se encuentran en su profunda soledad espiritual, para los niños y enfermos de los hospitales, para aquellos que se exiliaron de sus casas para buscar un nuevo camino de esperanza.

    Congreguen, a través de esta unión, al Espíritu de la Paz de Cristo, a la sanación de los corazones, a la Paz para todos los seres de la Tierra.

    Y ahora, queridos hijos, coloquen en Mi Vientre purísimo sus sublimes intenciones, para que Yo las pueda gestar y sus seres vuelvan a nacer a través de la redención del Señor.

    ¡Estrella de Belén, circunda al universo! 

    ¡Estrella de la Hermandad y de la santa fraternidad brilla en los corazones que se abren para encontrar la paz!

    Oremos a Dios.  Oremos a Su Misericordia para que Sus Rayos se derramen en los que más sufren en estos tiempos de caos.
     

    Oración:  Padre Nuestro.
     

    Y así, queridos hijos, siempre los quiero ver unidos, en la alegría, en la tristeza, en la hermandad, en la tribulación, en el caos y en el triunfo de Mi Inmaculado Corazón.

    Ahora, escuchen, con la suavidad de Nuestras Palabras, al Casto Corazón de San José. Aquel hombre que se ofertó, por todos ustedes, para que el Proyecto de Dios se cumpliera en todo el mundo.

     

    Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de San José:

    Solo les digo en esta noche que sean humildes de corazón, porque es en la humildad que sus aspiraciones más verdaderas se tornarán reales.

    Busquen el camino de la simplicidad, porque fue en la simplicidad de esta noche, en la pura alegría de sus corazones, que los cielos volvieron a abrirse para la Tierra, en espacios olvidados del mundo, donde la Luz de Dios ya no podía brillar.

    Descubran, queridos, que en esta noche la simplicidad reina en sus corazones.

    Descubran el misterio de vivir con pura alegría, de ser como niños que se expresan tal cual son y lo ofrecen al Creador, para que la pureza vuelva a reinar en el corazón de los hombres.

    Muchos desconocen la Presencia de Dios en el mundo y, poco a poco, la humanidad debe volver a reconocer que Dios es el Padre Supremo de todas las criaturas de esta Tierra para que, unidos a Él, Su Reino se establezca en este mundo y la unidad vuelva a ser una realidad entre todos los Reinos de la Naturaleza, incluyendo hoy el Reino de los Ángeles y de los Arcángeles, aquellos que los aguardan día y noche para que aprendan con ellos a crear Luz, a alabar a Dios, para construir en esta Tierra Su Reino de Infinita Paz.

     

    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

    Queridos hijos, si sus brazos están cansados, eso es lo que deben sentir. Incansablemente, busquen la unidad entre todos los seres de la Tierra, porque hoy les revelo el misterio del Nacimiento de Jesús. 

    La unidad de Mi Corazón con el Corazón de San José, y con todos los que se congregaron para esa tarea, hizo posible la salvación de la humanidad.

    En acto de humildad y de reparación, oraremos nuevamente a Dios. Pero quiero, queridos hijos, ver en sus rostros la alegría de estar comulgando con el Niño Rey para que desaparezca la tristeza, el odio, la incomprensión, la desunión entre los corazones; y que, en nombre de Mi Corazón Inmaculado, prometan ante Mi Dios Santísimo esforzarse todos los días por esta Sagrada Unidad que está desapareciendo de la Tierra.

    Recemos:

    Somos una sagrada familia.
    Somos semillas futuras de la Nueva Humanidad.
    Somos dignos hijos de Dios.
    Amén.
    Amén.
    Amén.

    Y ahora, lleven sus manos hacia el corazón, porque Cristo nació nuevamente en los corazones que hoy le clamaron y lo buscaron en cualquier punto de esta Tierra.

    Les agradezco y les agradecemos por haber respondido a Nuestro llamado.

    Que suenen los cuencos y las campanas. El Rey ha nacido en el tabernáculo de los corazones de todos los seres. 

    Proclamen a Dios esta grandeza. Alaben Su Nombre por los siglos que vendrán. Que así sea.

    Mientras Nos elevamos, llevando las plegarias de todos los seres, cantemos. Hoy, se establece una noche de Paz. 

    ¡Les agradezco!

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

  • Sábado, 19 de diciembre de 2015

    APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

    Hoy les pediré que cierren los ojos y que Me encuentren delante de ustedes.

    Estoy sobre el cielo de Aurora, con los pies descalzos, una túnica blanca y un manto de color vino. Tengo en Mis manos un ramo de nardo que representa la pureza, pero también la consagración. Sostengo este ramo con Mi mano izquierda y con la derecha toco Mi Castísimo Corazón, rodeado por tres lirios que representan la castidad. Mis cabellos caen sobre los hombros, Mis ojos color miel, enfocados hacia el mundo, irradiando la humildad que Dios imprimió en ellos para que pudiera ver todas las cosas bajo Su Verdad y Su Justicia; así es como Mis humildes ojos Me permiten ver. Detrás de Mí, les muestro un camino hacia el desierto, hacia tierras que un día fueron sagradas pero que hoy dejaron sumergir en la maldad, en el odio y en la perdición a los corazones que en ellas habitan.

    Todo este mal era conocido por Dios cuando envió a Su Hijo a este pueblo. A Mí también Me envió como un hombre común, para demostrarle a la humanidad que es posible vivir la transformación en Cristo y la unión con Dios.

    Fui un hombre nacido en esta Tierra, y por eso, retorno a ella para rescatar a aquellos de Mis compañeros y amigos de otros tiempos, aquellos que no quisieron escuchar cuando Mi Hijo pronunciaba Sus palabras en los valles y en los montes, aquellos que cerraron los ojos para no verlo pasar porque temían vivir la conversión y ser arrebatados por Su Amor que sabían que era invencible. Muchos de los que voltearon el rostro para Cristo aún están en este mundo para aprender a mirarlo sin miedo y dejarse vencer por el poder de Su Amor.

    No desistimos de esta Tierra, porque para Nosotros ella aún es sagrada.

    ¿Cómo dejará de ser sagrada la Tierra en donde Dios colocó Sus Pies, en donde derramó Su Sangre y abrió el caudal de Su Divina Misericordia, para que permease todo el Universo por intermedio de este mundo?

    ¿Cómo dejará de ser sagrada esta Tierra que, en realidad, es la escuela del amor para todas las civilizaciones del universo?

    ¿Cómo dejarán de ser sagradas sus almas, que portan en sí una posibilidad única de aprender a amar, de unirse a Dios y hacer ese Dios aún mayor en Su Gloria?

    ¿Cómo dejarán de ser sagradas sus esencias, así como sus corazones, por más que pequen y vivan en las ilusiones del mundo?

    Ustedes jamás pueden perder la verdad de lo que son, porque aquello que proviene de Dios no se corrompe ni con el peor mal de este mundo ni de ningún otro, porque Dios es Todo Poderoso, es la Pureza en sí, es la Verdad, es el Amor, es la Creación. ¿Cómo se corromperá Él mismo?

    Si están en este mundo es porque algo deben aprender con él. No desperdicien la oportunidad que Dios les entrega, porque están en un planeta muy sagrado en el que Dios tiene puestos Sus Ojos todo el tiempo. Él aspira ardientemente a que más criaturas puedan imitar a Su Hijo y sean verdaderos dioses vivos en este mundo, para retornar a Él en perfecta unidad con Su Corazón.

    Cuando les digo estas cosas, no les hablo de un sueño, porque el único sueño de este mundo es lo que ustedes vivieron hasta ahora. Llegó el momento de despertar para la realidad, para el verdadero propósito de Dios para sus almas. Llegó el momento de abandonar su pequeñez y lanzarse a la grandiosidad de la Creación. Llegó el momento de abandonar la ilusión y dejar que sus ojos se iluminen por la Fuente de Luz Divina que los Mensajeros del Señor traen al mundo. No se resistan, porque esa Luz arderá como un fuego dentro de sus células y quemará las moléculas de la perdición, para que deje de existir la oscuridad en sus consciencias. Solo la Luz prevalecerá.

    No se entristezcan, ¡alégrense! Este es el momento que toda la humanidad esperó por tanto tiempo. ¡Cuántas consciencias en el Universo los observan y aguardan que digan sí! Mis queridos, imaginen en diferentes civilizaciones del Cosmos, amadas criaturas que forman parte de este Plan de Dios, que de rodillas claman por su despertar, que sienten el dolor en sus corazones cada vez que la humanidad niega la existencia de la Luz, que sienten un gran pesar cada vez que la civilización de la Tierra prefiere unirse a la oscuridad y afirma la ignorancia antes que lanzarse a la Luz y descubrir el amor infinito que todos los seres guardan como potencial en sus esencias.

    Para algunos, estas palabras sonarán bellas; para otros sonarán difíciles de comprender, porque les será difícil salir de sus propias existencias para contemplar la Creación en sí, los diferentes mundos y las civilizaciones que los aguardan, porque no quieren creer que de su transformación depende la evolución del Universo. Pero así es, Mis queridos, porque el Señor es tan humilde, que depositó Su grandeza en criaturas tan pequeñas, Su mayor esperanza en corazones que Lo ignoran y hasta Lo niegan, porque no Lo conocen y no Lo aman.

    Vengo al mundo como siervo de Dios para dar a conocer a la humanidad la Gracia que es servir a tan Buen Señor; jamás se arrepentirán de servirle. Todos los días cuando conozcan Su Gracia, Su Bondad y Su Infinita Misericordia, abandonarán lo que son y no mirarán para atrás cuando tan solamente un toque de Dios pueda llegar hasta sus consciencias. Deben permitir que esas Manos Divinas toquen sus corazones y con Su Amor, disuelvan sus barreras y sus resistencias. Por un momento, parecerá que están suspendidos en el aire, pues no sabrán quiénes son y querrán afirmarse en lo que eran, pero no tengan miedo porque eso durará poco. Ríndanse a la maravilla que es nada ser, para que enseguida sean colmados por Dios con la Gracia de la unidad con Él.

    Estoy intentando elevarlos a un estado de mayor Gracia, para que puedan comprender la vida en la Tierra como verdaderamente es y para que permanentemente no se pierdan en las fantasías de este mundo. Porque no Me cansaré de decir que es posible alcanzar el propósito de Dios, aún con tantas imperfecciones.

    ¡Ríndanse! Mis queridos, no esperen que sus fuerzas acaben y que sean vencidos por el dolor, por el sufrimiento, por no soportar ya vivir en este mundo, por no soportar ya vivir consigo mismos. Ríndanse ahora, mientras la alegría pueda permear sus corazones, mientras puedan llevar esperanza para los que están perdidos y ser una fuente de auxilio y no corazones que necesitan tanto ser auxiliados.

    Sientan Mi Paz, sientan la gratitud que derramo en sus corazones, porque todo lo que les digo en esta hora no es solamente por ustedes, es también para llevar a esta tierra sagrada, que hoy tengo detrás de Mí, un poco de cura, de esperanza que nace de este Reino de Aurora, que se manifiesta en sus corazones y se irradia a las almas más perdidas.

    ¿Por qué temen vivir en paz? ¿Por qué temen tanto a la humildad? Sé que les causará dolor ser vencidos por Dios, pero es el dolor de una gran victoria del Creador en sus corazones.

    Coloquen todo lo que les dije en lo profundo de sus corazones y sellen Mis palabras con Mi Castísimo Corazón para que ellas no se escapen, sino que dentro de cada uno puedan llevarlos a la transformación de sus consciencias, de la vida, de la humanidad.

    Hoy les hablo como un padre, porque el Corazón del Padre está dentro de Mi Corazón. Cuando Me presento como padre de la humanidad, es porque humildemente Soy uno con Dios. Él se manifiesta por Mi intermedio porque es por Su Voluntad que vengo al mundo. Vengo a pronunciar Sus palabras por Mi boca. Ningún movimiento que realizo en esta Tierra está separado de la Voluntad de Dios y así lo hago, queridos hijos, para que aprendan de un corazón humano igual al suyo, porque esta humanidad seguirá evolucionando y necesitará de muchos padres y de muchas madres que puedan guiar aquellas consciencias que por primera vez aprenden a amar.

    Éste es Mi mensaje para el día de hoy. Así como ustedes Me escucharon ahora, deberán escucharme todos los días. Cuando lean Mis palabras, escuchen Mi voz, porque Soy Yo quien les habla dentro de sus corazones.

    Antes de despedirme dejaré plasmado un pedido, porque las mentes humanas lo necesitan: quiero, en este lugar, una casa que represente la humildad de la Sagrada Familia, que sea sencilla como Nuestro Hogar en Nazaret, pero llena de Paz y que sea una Fuente de Gracia para todo el mundo. En la puerta de esta casa los esperaré para que se confiesen Conmigo y entren puros de corazón. Dentro de ella, encontrarán la Sagrada Familia, que en humildad los impulsará a una nueva vida, a una vida redimida. Esto será así porque la humanidad necesita de símbolos, de refugios físicos en los que pueda depositar su esperanza, que hagan emerger su fe para que puedan proseguir su camino, despertando la paz y la unidad con Dios todos los días. Que en esta casa humilde ustedes celebren la unión con Cristo por medio de la Eucaristía, en aquellos momentos en que necesiten de un corazón un poco más simple y humilde para encontrar a Dios.

    Con estas palabras, los bendigo y bendigo también esta imagen que colocaron en Mi altar. Como símbolo de Mi presencia entre los Reinos de la Naturaleza. Quiero depositar esta imagen en el jardín que con tanto amor prepararon para Mí, para que jamás se olviden que, para encontrar la nueva humanidad, para encontrar el nuevo hombre dentro de cada uno de ustedes necesitan vivir la unión con los Reinos de la Naturaleza, necesitan despertar el amor hacia esos Reinos Menores y descubrir de ellos lo que cada uno vino a manifestar en este mundo, para que así, Mis amados, como creación planetaria, puedan expresar la Perfección de Dios.

    Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

    Les agradezco.

    San José Castísimo

     

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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